Solo un Último Aliento
Final de Temporada.
Volví a mi Reino de la Oscuridad Moderna junto a mi Maia después de haber destrozado la tierra por completo y esperaba con ansias que fuéramos coronados como los nuevos monarcas. Sin embargo, un vampiro que hace rato quiere vengarse de mi, se atrevió a faltarme el respeto, cortejar a Maia y amenazarme con quitarme la chance de obtener el trono, así que... le di su merecido para que entienda que no debía meterse conmigo. Después de eso, nos instalamos en la habitación a la espera del día más esperado, aquella que finalmente llegó, pero algo andaba mal: el vampiro traidor de nuevo hizo acto de presencia para suspender el evento y desafiarme a una pelea para ver quien de los dos se queda en el trono del reino. En medio del desierto, lugar donde se hará la pelea, este tipo me dijo que pretende robarse mi energía y mis poderes de vampiro e incluso se llevaría a Maia consigo, pero con la intención de dárselas a una mujer llamada Mizuki para levantarse y conquistar el reino de Lysither. Así ambos empezamos una batalla que lo decidirá todo...
"Dios mío... Que no le pase nada a mi Amo Benimaru, me prometió que juntos reinaríamos el reino de la Oscuridad Moderna y el no me puede fallar. Ojalá que no arriesgue su vida en vano", dijo Maia puesta de rodillas y rezando fervorosamente por mi.
La lucha empezaba difícil para mi primero porque la oscuridad me jugaba en contra, los choques de espadas cada vez eran más frecuentes entre uno y otro, los golpes también llovían a diestra y siniestra, él me llevaba un poco de ventaja con esos poderes que superan a los míos aunque su soberbia es grande y eso podría pasarle la factura en la pelea.
"Peleas muy bien para ser la primera vez que nos enfrentamos, pero es una lástima que yo sepa tu punto débil y tu no te dieras cuenta de ello", dije, limpiándome un poco la nariz que sangraba producto del golpe que recibí por parte de mi enemigo.
"¿En serio? ¿Tengo un punto débil? Ja, no eres el único que tiene una debilidad para ser un vampiro demoniaco que descifra lo que carece el otro. Descubrí que tu pierdes fuerza cuando Maia no está contigo, así que me daré el lujo de quitarle esa insignificante vida que tiene con la consigna de que sufras de depresión que ni tu mismo lograrás huir", dijo el vampiro que se acerca a Maia.
"¡No te atrevas a tocarle un dedo a mi niña! ¡Ella es mía y no la compartiré con nadie! Déjala en paz, maldito hijo de p***a... ¡Déjala!", grité con todas mis fuerzas para que el bastardo no trate de lastimar a Maia.
"Si das un paso más... ¡Te vas arrepentir por toda tu vida! Y desearás que nunca topado con Benimaru a tal punto de retarlo a un duelo. Eso te lo puedo garantizar", dijo Maia que pone un escudo para que pueda protegerse.
"Jajajaja... ¿Cómo irás a garantizarlo? Escuchaste por su propia boca que tu eres su punto débil. ¿Qué opinas de eso?", preguntó el vampiro.
"No soy su punto débil... Soy su fortaleza, nosotros nos confiamos y apoyamos mutuamente. Desde que me conoció, me convirtió no solo en su esclava permanente sino también en su brazo derecho para ayudarlo en su lucha de quedarse con el trono de la Oscuridad Moderna y estamos tan cerca de conseguirlo, pero tu estás impidiéndolo a toda costa", dijo Maia con su voz entrecortada.
"¿Impidiéndolo? No, yo tengo el mismo destino que Benimaru y si nos batimos a duelo, es para ver quien de los dos es digno merecedor del trono y por ende, será el más malo de los chupasangre. ¿Sabes qué? Será mejor no quiero seguir con esta charla contigo que es una perdida absoluta de tiempo, prefiero matarte antes que se prolongue esta agonía", dijo el vampiro que sacó su puñal para afilarla y apuntarla hacia Maia.
"Te lo diré otra vez, vampiro, no te me acerques... O puedo ser aún más mala que tú porque mi Amo me lo enseñó... (se para frente a Maia) Te lo ganaste...", dijo Maia que lanzó una patada al vampiro traidor en el estómago y luego sacó sus dagas para clavarlo en su abdomen, era su estocada final.
"¡Eres una perra desgraciada! Por tu culpa no se levantará la grandiosa Mizuki... Has arruinado mi única oportunidad de apoderarme de este reino y por tus actitudes, acabarás condenada en el infierno para siempre", dijo el vampiro traidor que padecía el impacto en su cuerpo.
"Si fuera por mi... Prefiero matar gente y condenarme en lugar de no ver a Benimaru sentado en el trono que era la meta que lo perseguía desde el inicio... Sí, fuiste capaz de hacer sus sueños una basura, pero te faltó valor para consumarlo...", dijo Maia, mientras se alejó del vampiro no sin antes escupir su rostro.
"Ustedes son una basura... No se van a librar de mi, de Gaoh... Me da igual que triunfen, mis secuaces van tras los vampiros para absorber la energía que necesitan para que Mizuki se levante y se apodere de este, su amadísimo reino... Estén preparados porque lo peor está por venir", dijo el vampiro Gaoh que esbozó un último suspiro antes de morir.
"¿Qué quiso decir con que 'lo peor está por venir'?", pregunté temiendo cosas aún peores para el reino.
"Sea como sea, Benimaru... Hay que prevenir que los secuaces de Gaoh se salgan con la suya para impedir que la tal Mizuki destruya Lysither. Por el orgullo de los chupasangre, nos levantaremos de lo profundo del Inframundo para arrasar con todo", dijo Maia lameando su boca.
"Vámonos, regresemos al castillo... Quizá sea esta la última vez que saldremos vivos de esta batalla, Mizuki será más astuta que cualquier otro enemigo al cual nos enfrentamos antes, pero en cuanto a maldad, no podrá superarme", dije, mientras se abrían mis alas para que volemos con destino a nuestro reino.
Con el tiempo en contra, fuimos de regreso a nuestro reino... sin pensar que el panorama se volvería más rojo que la propia sangre. Muchos vampiros yacían sin energía y algunos de ellos murieron gracias a que los secuaces de Gaoh tomaron por asalto Lysither para robar la fuente de poder de nuestros colegas que quedaron desmayados y los dejaron vivir solo por piedad.
"¿Qué demonios? ¿Dónde están los demás vampiros? (Mira a lo lejos un vampiro desmayado) Está... muerto", dije, mientras toqué el cuello de uno de los chupasangre asesinados.
"Esto es obra de los secuaces de Gaoh, quizá esa frase que dijo se deba precisamente a eso. Debemos estar alertas por si vienen ellos", dijo Maia, pero en eso, los tres nos tomaron por sorpresa apareciendo por detrás.
"¿Van a alguna parte, intrusos? Si su respuesta es sí, será mejor que no lo hagan porque el trono ya esta reservado para Mizuki, la próxima gobernante de su reino, y espero que se levante para que la conozcan en persona", dijo un hombre de cabello blanco que era líder de la tercia.
"¿Ah sí? Primero muertos antes que se apoderen del trono. ¿Listo, Benimaru?", preguntó Maia, mientras nos preparamos para luchar juntos.
"Mizuki no se levantará a menos de que lo evitemos... Somos los únicos sobrevivientes de los chupasangre y por ellos, vamos a dar hasta nuestra vida para salvar este reino", dije para después lanzar un grito que llegue hasta el fondo del inframundo para pelear contra los secuaces de Gaoh.
Mostramos nuestros grandes y filosos colmillos, cambiamos a rojos nuestros ojos para sentir que la maldad se apodera de este par de vampiros y afilamos las armas para chocar contra ese albino que no tiene nada de demonio, una mujer de tez oscura y cabello morado cuyo cerquillo tapa sus ojos y vestida como bailarina exótica de color granate sin que muestre de más y un niño que más parece ser la copia de Justin Bieber en sus inicios de su carrera como cantante. La lucha era bastante apretada e intensa dado que el líder de la tercia era especialista en agarres, mientras que la segunda a bordo y el muñeco dominaban los poderes eléctricos y de fuego y colisionaban con el poder de la oscuridad que controlábamos.
En un momento de la batalla, Maia no tenía piedad de sus oponentes y sobre los aires, se puso por atrás para tomar las muñecas de la mujer y con sus colmillos la mordía con total furia hasta decapitarla totalmente y lanzar su cabeza hasta el suelo, mientras su cuerpo cayó lejos del lugar. Con el niño, clavo sus uñas sobre su cuerpo para desmembrar sus órganos a tal punto de matarlo sin contemplación, después se lo devoró todo sacando a la bestia interna que había en ella.
"¡No! ¡Esta chica es una cánibal! Ha devorado a mis compañeros... ¿Cómo pudo? Ella no es humana...", dijo el albino que no salía de su asombro al ver como Maia mató a sus colegas de la forma más sangrienta que jamás había presenciado en su vida.
"Fue humana, pero la hice mía bajo control mental y la convertí en mi vampiresa que obedece todas mis órdenes. ¿A poco no te diste cuenta, verdad?", pregunté tocando el rostro delicado de mi Maia.
"Ya, ya, ya... No tengo porque seguir escuchando esta aburrida historia, mejor sigamos peleando para que las cosas se calienten más. ¿Listos?", dijo el tipo que se puso en guardia para continuar nuestra batalla.
"Totalmente... No sé quien eres o lo que eres, pero dejaré que disfrutes los últimos instantes de tu miserable vida y cuando te acabe, lo voy a gozar como no te lo puedes imaginar", dije, mientras me lamía mis labios para continuar la pelea.
Aprovechamos nuestro pequeño descanso para recuperar un poco las energías que gastamos antes para continuar la lucha contra el último secuaz que dejó Gaoh hasta ahora. Todavía me sorprende el devastador ataque de Maia contra la mujer sexy y el niño inocente, ella perdió todos los modales de un humano común y corriente para convertirse en una fiera salvaje tal como yo la enseñé. Sin embargo, el cansancio le juega una mala pasada dado que el fortachón le estampó severos agarres que la lastimaron feo por más que yo evite que el daño fuese aún peor.
"Jajajaja... Mira como te bajé a tu mujercita a punta de agarrones, eso le pasa por ser muy mustia y asquerosa y agredir a mis camaradas. Ahora sé testigo de como le robaré su energía para dárselo a Mizuki", dijo el tipo que cargaba en sus manos un fuerte resplandor de color negro y cada vez se acercaba más a Maia.
"Eso nunca... Sobre mi cadáver voy a permitir que esto suceda. Voy a incrementar todo mi poder hasta que alcance el límite y así no me podrás vencer. Quizá esta sea la última jugada que realizaré, pero que sea lo necesario para salvar el Reino de la Oscuridad Moderna. ¡Que el Señor de los Antiguos Demonios me brinde toda su energía! ¡Ahora!", grité arañando mis pectorales y abdomen para rogarle a los dioses del mal que me den lo último que queda de poder para salvarle la vida a Maia.
"¡Nooooooooo! Este tipo de a poco va incrementando su poder haciendo que me atraiga hacia él. (Aplica su escudo para protegerse) ¡Demonios! Ni mi escudo hace efecto... Está sobrepasando los límites de su fuerza... ¿Cómo hago para detener el avance?", preguntó el albino que está a punto de ceder su fuerza dado que su protección no le funciona.
"¡Máximo poder! ¡Haaaaaaaaa! ¡Muereeeeeeeee! ¡El llamado del Infierno!", grité con todo lo que tenía desatado en mi cuerpo, mientras la increíble bola oscura que salía de mis manos crecía cada vez más y lo lance directamente hacia el albino.
Maia despierta tras unos minutos de estar inconsciente y tras ponerse de pie con algo de dificultad, avanza hacia mí y me ayuda a lanzarle mi ataque más mortífero que lo envía al albino lejos del reino de Lysither.
"¡Amo... es decir, Benimaru! Lo hicimos, vencimos a los secuaces de Gaoh. Te costó liquidar al último de ellos, pero felizmente estuve aquí para apoyarte con lo que me restaba de energía", dijo Maia recostada en el suelo a mi lado, muy agotada.
"No, Maia... No te hubieras forzado ayudarme para vencerlo, yo solo podría hacerlo con todo lo que tenía a mi alcance. Felizmente, todo acabó y podemos reclamar nuestro trono tal como manda el Señor de los Antiguos Demonios", dije, mientras cargué a Maia a mis espaldas para irnos de vuelta al castillo del Reino.
"Benimaru 'El Príncipe de la Oscuridad' Nikaido... Y su adorada princesa vampiresa Maia. Los dos vampiros más amados y odiados por el reino de la Oscuridad Moderna...", dijo el rey saliente de Lysither.
"Pero si es... el rey de nuestro reino. ¿A qué se debe su visita?", pregunté.
"Pues... quería ofrecerles una disculpa por lo que pasó en el cambio de mando, les juro que esto se salió de las manos cuando aparecieron los intrusos que arruinaron el evento. Sin embargo, no descarto la posibilidad de volver todo a foja cero, ahora al aire libre y sin que nadie nos moleste. ¿Les parece genial la idea?", preguntó el rey saliente tomando mi mano en señal de respeto hacia ambos.
"Por supuesto, Su Alteza, acepto la idea y de paso, le agradezco mucho por la oportunidad que me da de tomar su lugar como nuevo rey de estas tierras...", dije evidenciando mi entusiasmo por obtener el trono que tanto quise desde hace tiempo.
"Amo... Felicidades", dijo Maia que se acercó para abrazarme con fuerza.
"Yo ya no soy tu amo... De ahora en más, todos me conocerán como Su Alteza Real en el nombre de la Oscuridad Moderna. Tu y yo, por fin, gobernaremos este reino y lo primero que haremos es dejar el lugar en tinieblas por completo... No quiero que ningún adefesio traidor ose interferir en los planes de los chupasangre porque se arrepentirá de haberse cruzado en el camino del grandioso y único Soberano de Lysither... Jajajaja... ¡Jajajajajaja!", dije esbozando una de las carcajadas más maquiavélicas que solté hasta ahora.
"Lo que tú digas, Su Alteza", dijo Maia que hizo una reverencia ante mi.
Exteriores del Castillo, 2:17pm.
Al día siguiente, tal como lo prometió el rey saliente, se llevó a cabo al aire libre la tan esperada ceremonia del cambio de mando donde este me cedería el trono a mi y Maia. Su esposa que la conocimos por primera vez era unos años por encima de su esposo, pero lucía tan joven como Maia con un look tan elegante para la ocasión. En cuanto a mi princesa, ella lucía tan sexy con su body enterizo negro con sus botas largas, una trenza enorme que alcanza hasta antes de su cadera y un velo en terciopelo del mismo color puesto sobre la cadera, yo opté por una chaqueta plateada sin botones, un pantalón en animal print y unos botines negros.
Una corte de soldados que recibía a los invitados y el sonido de trompetas anunciaban que era hora del cambio de mando. El rey y la reina de Lysither se postraban en sus tronos respectivos y a la espera de que los asistentes tomen sus ubicaciones para comenzar con la ceremonia, mientras Maia y yo aguardábamos el instante para salir con menos nervios que la primera vez que ocurría esto.
"Señoras y Señores invitados, pueblo de Lysither, es para mi un placer poder dirigirme a ustedes por última vez como monarca del reino de la Oscuridad Moderna. En esta ocasión, y como algunos lo saben, les explicaré los motivos por el cual puse mi cargo a disposición. Para mi, la edad me está pasando factura, ya tengo 86 años y ya goberné hasta en 4 ocasiones este pueblo con resultados mixtos porque sé que la gente no estaba del todo satisfecha con los resultados y a raíz de esto, es que fuimos en busca de alguien más joven que tome las riendas de la nación y felizmente no demoramos mucho en encontrarlo. Mi esposa, su reina, les anunciará quien será mi heredero en el trono", dijo el rey que dio pase a su mujer para que siga con el discurso.
"Como dijo mi marido, no demoramos mucho en encontrar al heredero en el reino de la Oscuridad Moderna. Creemos que este personaje es el más idoneo para asumir el cargo, es uno de nuestros vampiros guerreros más poderosos que tenemos en la armada de los chupasangre, es ambicioso, perverso, agresivo, soberbio, seductor, frío y manipulador. Recibamos con un fortísimo aplauso al nuevo rey de esta, su amada tierra. Además, esta bella princesa que lo acompaña, nuestra hija de la Oscuridad y fiel sirviente de la maldad, recibirá mi cetro como la nueva heredera del trono", dijo la reina de Lysither, mientras yo hacía acto de presencia en medio del sonido de las trompetas y la ovación de la gente.
"Jovencito... Estamos muy contentos de que seas parte de nuestra armada y uno de los más poderosos guerreros de nuestra nación, todos los vampiros agradecen que seas el próximo rey de la Oscuridad Moderna. Por el poder del Señor de los Antiguos Demonios que me confiere, la corona y el cetro te pertenecen... Muchas felicidades", dijo el rey que me entregó todos los poderes que me reconocen como nuevo monarca de Lysither.
"Señorita, en nombre de esta tierra amable y generosa, le entrego el cetro y la corona que la reconoce como la nueva soberana del Reino de la Oscuridad Moderna. Felicidades", dijo la saliente reina que, a su turno, le otorga a Maia los poderes que la convierten en su sucesora.
"Yo, Maia... Asumo con liderazgo el mandato como reina de Lysither, que el poder de la oscuridad salido de lo más hondo del Inframundo deje que se apodere de mi y transforme esto en un mundo de tinieblas, tal como lo mandan los Antiguos y Eternos Demonios. Es tiempo de un cambio y yo me comprometo hacerlo", dijo Maia con el cetro alzado al cielo.
"En nombre del reino de la Oscuridad Moderna, yo, Benimaru Nikaido, asumo con honores el mandato de esta tierra. Hoy, y más que nunca, los vampiros estarán protegidos por mi y haré que la oscuridad siempre prevalezca en Lysither porque aquí existirá caos, destrucción, sed de sangre y no habrá luz que alumbre el panorama sombrío que correrá sobre nuestra nación. ¡Viva la Maldad! ¡Hoy y siempre!", grité con mucha fuerza, mientras Maia me abrazó y todos respondieron al unísono.
"¡Viva! ¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!", gritó el pueblo con total algarabía.
Los reyes salientes se abrazaron con nosotros quienes tomamos su lugar como los nuevos gobernadores de este hogar que me acogió desde que era solo un adolescente y en aquel entonces, me propuse tener unas metas: conquistar mi tierra y destruir a cada estúpido estorbo que osaba con arrebatarme el sueño de construir un mundo lleno de penumbras, caos y dolor. A nombre de Maia, y todos en Lysither, yo regresaré a la tierra para ponerla bajo mis pies porque si alguien se rebela contra los mandatos de Benimaru Nikaido... No sabrá del destino fatal que le espera, todos deben acatar mis reglas así lo quieran o no.
"Volviste a la tierra, Benimaru... Me da gusto, pero creo que haré de tu estadía la más corta que hayas tenido. Como sea, me vengaré de ti y por las malas, te obligaré a que pagues por la desgracia que causaste a mi planeta. No te la vas acabar, ¿me oíste?", dijo una voz en off femenina escondida en un rincón de la zona en ruinas que me conoce a la perfección y aunque no eran Chizuru o Maki, estaba segura que quería vengarse de mi.
¿Quien? ¿Quien podría ser? No será alguien a quien maté cuando destruí la tierra... No, quizá sea... Ángel.
(Ángel sale del rincón en ruinas donde se escondía para pararse a pocos metros donde estábamos Maia y yo)
Fin.
*Acabé la 1era temporada de SPS, después de casi un año de plasmar mis ideas, redactarlas, editarlas y recibir todo el respaldo de los lectores a quienes los agradezco por leer mi historia desde el capítulo 1. Gracias Tsuki_Sandwich, BrolyVanHellsing47, AngelMey2, 21_Fer, shadowbot32, 21_Fer, DalHyunssi, en fin, a muchos quienes se sumaron a ello, otro quienes abandonaron el barco, pero de todas formas, gracias por estar al pendiente de mi obra que volverá para su 2da temporada más pronto de lo que creen*.
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