Capítulo 18
Narra Gulf:
Me siento tan mal, no tengo ganas de sonreír, porque mi felicidad se quedó en la cabaña con Mew y mi hermoso cachorro; así que todo lo que puedo hacer es llorar para desahogarme. Desearía estar en los brazos de Mew justo ahora, es el único lugar donde me siento seguro; en cambio, solo puedo temblar por el miedo que tengo.
- ¿Qué pasa Gulf? ¡Alégrate! Al fin estaremos juntos y ni siquiera tu padre podrá salvarte, porque ya lo asesiné.
Honestamente, no quiero hablar con Neil, mucho menos imaginé que mencionaría a mi padre; pero lo hizo y lo peor es que tuve que escuchar su gran azaña sobre asesinar a un vampiro más viejo. Neil le dijo a mi padre que le daba solo cinco meses para recuperarme y llevarme con él; sin embargo, no tuvo éxito, porque Mew no me dejaba solo.
Cuando mi cachorro cumplió dos meses, Neil se metió al castillo de mi padre, solo para quitarle la vida de forma cruel, y sin intención de sonar grosero, eso le pasó por asociarse con una persona tan horrible como Neil; aunque eso es lo que menos me importa, yo solo quiero volver a mi hogar, con mi familia y no separarme de ellos, jamás.
- Hemos llegado... Bienvenido a casa, mi amor.
- ...
- ¿Aún no hablarás conmigo? ¡No te preocupes, en cuanto hagamos el ritual del destinado, hablarás sin parar!
- ¡NO! ¡NO QUIERO! - Traté de huir, pero Neil me arrastró hasta una habitación, donde me abofeteó.
- ¡Serás mío por las buenas o por las malas! ¡Tú decides!
El ritual del destinado, se usa en momentos donde los destinados han fallecido o jamás aparecieron, entonces, se junta la sangre de ambas personas en una copa y debe beberlo solo uno. Es decir que si ellos logran sacar al menos una gota de mi sangre y Neil la bebe junto con la suya; adiós a mi amor por Mew, me veré obligado a amar a Neil.
- ... Naciste para ser mío; y ya que no quisiste desde un principio, te forzaré.
- Jamás seré tuyo... Yo le pertenezco a Mew. - Sollocé por el dolor en mi mejilla.
- Y esa es otra cosa. - Me agarra del cuello y me mira con odio. - Si pudiste darle un hijo a ese perro; también me darás uno a mí.
(Empujón) Neil me lanzó con fuerza al piso.
- Prepárate, porque mañana, ya no habrá excusa para que no me des hijos.
Neil se fue, dejándome con dos guardias que me vigilaban todo el tiempo; me sentía tan impotente, ya no hay nada que yo pueda hacer para huir de aquí a los brazos de Mew. Solo puedo ver mi marca, llorar, cerrar mis ojos e imaginar que estoy con mi familia a miles de kilómetros de este lugar; ¡Mew, ven por mí, mi amor!
Por la mañana, me vi forzado a desayunar con él, no quería ir, pero me amenazó con que asesinaría a mi familia si yo no empezaba a portarme bien y colaborar con sus peticiones. Me senté en la silla al lado derecho de Neil, ya que fue allí donde él decidió que yo me sentara; pero una sorpresa inesperada me dejó más frío que el castillo de Neil.
- ¡Buenos días! - Me quedé con la boca abierta.
- Gulf, esta es Gris. - Ella también casi se va de espalda al verme.
- Mucho gusto. - Fingí no conocerla, porque eso me suplicaba con sus ojos. - ¿Por qué tienes a una loba en tu castillo? - Pregunté con frialdad.
- Creí que te llevabas bien con los perros. - Espetó con burla. - No puedo deshacerme de ella, es mi destinada; pero, el destino suele equivocarse, así que lo forzaré.
- Buen provecho. - Me dirigí a ella.
- Gracias, igualmente.
Neil solo tenía una copa en su mano, asumo que es sangre de algún humano a quien torturan en este lugar, solo por complacerlo a él, me parece tan cruel, es que no puedo imaginarme amando a este sádico. Ni siquiera podía desayunar en calma, porque sentía la mirada diabólica de Neil sobre mí y eso me causaba mucha incomodidad.
- ¡Esta noche nos casaremos! - No quise verlo, solo quiero llorar. - Me estoy cansando de tus lágrimas Gulf, quiero que sonrías para mí, así como cuando eras niño y jugabas con Gun.
- En ese entonces, era feliz... Ahora, ya no tengo razón para sonreír, si eso quieres, decepciónate, porque jamás sonreiré para ti. - Se levanta de su silla y golpea a Gris en su rostro.
- ¡NO TE DIJE QUE NO SALIERAS DE TU HABITACIÓN... POR TU CULPA ESTÁ ENOJADO! - Le grita.
- ¡¿QUÉ RAYOS PASA CONTIGO?! - Intervine por ella.
Me paré entre Neil y Gris, lo vi con todo el odio que cabe en mi pecho hacia él, por haberme separado de mi cachorro y de Mew; él se sorprendió de mi reacción, mejor se fue. Levanté a Gris, decidí llevarla a mi habitación, este castillo es tan horrible, no sé como una persona puede aceptar vivir en un lugar tan frío.
Es diferente a la cabaña de mi Mew, aquella casa se siente cálida, las personas que te rodean, están llenas de cariño para todos y siempre se están cuidando entre ellos mismos. Aquí, si alguien comete un error, es asesinado a sangre fría por Neil que no tiene piedad de nadie; al llegar a la habitación, le di un poco de agua a Gris.
- Ya sé lo que dirás... ¡Que bueno que te llegó tu karma! - Me dijo irónica.
- No, de hecho quería preguntar, ¿cómo rayos acabaste con Neil?
- El destinado funciona diferente en vampiros, ellos son de sangre fría, tienden a no sentir nada; pero nosotros los lobos, somos cálidos y amamos sin importar qué.
- ¿Cuando llegaste a la cabaña, ya estabas con Neil?
- Sí, esa vez había logrado escapar; creí que si volvía con Mew, el me protegería de Neil, pero no contaba con que él ya había encontrado a su destinado. - Pensé por un rato.
- Un momento... ¿Estás diciendo que hay una forma de escapar de aquí? - Me sentí emocionado.
- Sshh, baja la voz... - Cubrió mi boca con su mano. - ¿Qué pasa contigo? ¿Quieres matarnos a ambos? - Me susurró enojada.
Entonces empieza a contarme que Zee fue quien la sacó del castillo a través de unas entradas secretas que ni el mismo Neil conoce; fue un plan muy elaborado para salvarla. Cuando Mew la echó del territorio Suppasit, ella quiso ir con el clan Thitiwat; pero se avergonzó porque recordó que ellos también estuvieron aquel día que ella lo abandonó.
- Zee estaba esa noche en la cabaña, recuerdo haber sentido su olor allí.
- ¿Por qué me lo dices así? ¡Te ves tan tranquila!
- ¡Escúchame muy bien! Nosotros, no debemos hacer nada, solo trata de fingir cuando estés con Neil, porque así como Zee me sacó, estoy segura de que los hará entrar.
- Si ellos logran entrar, considera muerto a Neil, ¿qué pasaría contigo? ¡Tu corazón se romperá!
- Lo sé, pero algún día encontraré otro amor; solo necesito ser libre de Neil.
Entonces lo entendí, ella ya escapó de Neil y este la encontró, la trajo de nuevo a su castillo, donde ella vive presa del miedo de morir bajo las manos de su propio destinado. Y lo peor es que así será, porque si Neil tiene éxito en conventirnos en destinados, el vínculo con ella se romperá y podrá asesinarla como a cualquier otra persona.
Por eso quiere que Mew y la manada lleguen hasta nosotros, así ellos matarán a Neil, rompiendo el lazo de unión entre ellos y eso la convertiría en una mujer libre, podrá irse de este infierno. Aunque por ahora, lo único que me preocupa es la situación en la que me veo si ese ritual se lleva a cabo; solo deseo que Mew me encuentre primero.
Gris me contó de las violaciones de Neil, porque sí, él abusa sexualmente de ella y ha tomado por costumbre golpearla de forma salvaje si no queda complacido con el acto sexual. Por lo tanto, tomé la firme decisión de protegerla, así que cuando llegó a traerla, le pedí que la dejara dormir conmigo, porque estoy en un lugar nuevo y me daba miedo.
- No es primera vez que estás en un lugar nuevo, Gulf.
- Lo sé, pero, según tú, yo jamás saldré de aquí, al menos déjame tener compañía.
Logré convencerlo de permitir que Gris se quedara conmigo, curé sus heridas, ya que me pareció que el asno de Neil es un maldito desgraciado para tratarla y ella lloró pidiendo mi perdón. Después de aquello, la dejé descansar en la cama, yo solo bajé una almohada y una manta para cubrirme en ese lugar tan frío.
Por la tarde, casi al anochecer, nos llevaron ropa elegante, a ella un vestido precioso que dejaba a relucir sus bellas y largas piernas esbeltas; para mí trajeron un traje que era de cuello alto, imagino que es para cubrir la marca que me dejó Mew, además, los pantalones de vestir negros y unos zapatos en los que se veía mi reflejo.
- Me llamo Yok, y yo lo entregaré.
- ¡Suélteme! No quiero que me entregue, ni siquiera quiero entrar. - Traté de zafarme, pero él me agarró con fuerza del brazo, casi me lo rompe.
- Tengo orden de entregarlo y si usted no se deja, también puedo lastimarlo.
Su voz se escuchó tan amenazadora, que me dio miedo, este sujeto es tan aterrador como Neil; y eso que ninguno es feo, son tan guapos que podrían tener a cualquiera a sus pies. Pero, su propia maldad hace que todos huyan; la ceremonia dio inicio, el hombre dijo que sólo necesitaba que uno dijera que sí y después quisieron cortar mi mano.
- Dame tu mano, cariño.
- No soy tu cariño; y menos te daré mi mano. - Entonces, Yok me sostuvo y Neil logró cortarme.
- ¡Tu sangre es muy dulce!... - Lamió la sangre de mi mano después de que se mezclara en la copa con la suya. - Ahora bébelo.
- ¡NO! ¡SUÉLTEME!... ¡NO QUIERO! ¡DÉJENME! ¡MEW!
Por favor que Mew venga, si bebo esto, mi amor por él se irá y yo solo quiero amarlo a él, a mi cachorro y volver con nuestra familia...
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