One shot

Era alrededor de las 7 de la tarde cuando finalmente llegué a casa después de un largo y agotador día de trabajo. Lo único que deseaba era recostarme y desconectar del mundo. Ni siquiera tenía ganas de bañarme. Sin embargo, había olvidado un pequeño detalle: la pequeña molestia de mi casa, mi hermana menor, Jennie.

—Jungkook, hermano, te estaba esperando —dijo Jennie con una sonrisa traviesa.

—¿Qué quieres, pequeña garrapata? —respondí, tratando de ocultar mi cansancio.

—Es Halloween, día de pedir dulces —contestó ella, con los ojos brillando de emoción.

—¿Y eso qué tiene que ver conmigo? —pregunté, sin entender a dónde quería llegar.

—Nuestros padres salieron, así que debes llevarme —dijo Jennie, cruzando los brazos con determinación.

—¿Qué tengo que llevarte? ¿Quién dijo eso? —repliqué, sorprendido.

—Mamá me dijo que tú lo harías. Además, saqué un traje blanco de papá y, como yo soy un hada de la naturaleza, te pondrás estas flores también —dijo Jennie, mostrándome un puñado de flores.

—En ningún momento acepté eso —protesté.

—Hermano, será solo una hora, lo prometo —insistió Jennie, con una mirada suplicante.

—Está bien, te llevaré, pero recuerda esto porque algún día te lo cobraré —cedí finalmente.

—Te esperaré afuera, hermano. ¡Gracias! —dijo Jennie, abrazándome y llenándome de besos.

—Ya, ya, deja de abrazarme y darme besos —dije, tratando de ocultar una sonrisa.

Me vestí con la ropa que Jennie había preparado. El traje me quedaba un poco ancho, pero me gustaba. Me coloqué las flores y salí. Al verme, Jennie saltó emocionada, moviendo las alas de hada de su disfraz con cada salto.

—Bueno, garrapata, es hora de irnos. Recuerda, solo una hora.

—Sí, pero antes, toma esta bolsa.

—¿Para qué?

—Para que pongas los dulces.

Suspiré profundamente y tomé la bolsa.

—Ahora vámonos antes de que me arrepienta.

—¡Siiii, vamos!

Empezamos a caminar y había muchos niños en la calle disfrazados. Me reí al recordar mis tiempos de niño, con la misma emoción de pedir dulces.

La hora que Jennie había dicho se había convertido en dos, y me dolían los pies de tanto caminar. Sentía que no podía dar un paso más.

—Ya es hora de ir a casa, garrapata. No puedo más —dije, casi suplicando.

—No, por favor, aún no lleno mi bolsa y esto es solo un día al año. Por favor, hermano, te lo suplico —Jennie me miraba con ojos grandes y brillantes, casi al borde de las lágrimas.

—Está bien, dos casas más y nos vamos —cedí, aunque mis pies protestaban.

—Ok, pero esta casa no —dijo Jennie, señalando una casa decorada con luces y calabazas, pero de una manera elegante y moderna.

—¿Por qué no quieres ir a esa casa? —pregunté, extrañado.

—Allí vive Kim Taehyung —respondió Jennie, su voz temblando ligeramente.

—¿Quién es ese? ¿Por qué hablas con miedo? —insistí, notando cómo su rostro se ponía pálido.

—Él odia a los niños, los colores, la gente, todo. Es un chico malo —dijo Jennie, abrazándose a sí misma como si intentara protegerse del frío.

—¿Por qué, si alguien te intimida, no me lo has dicho? —pregunté, sintiendo una mezcla de preocupación y enojo.

—Porque tú le tienes miedo a las arañas. No te tengo fe y no quiero que alguien te dé una paliza —respondió Jennie, con una sinceridad que me dejó sin palabras.

—Garrapata, eres cruel —dije, tratando de ocultar mi incomodidad.

—Yo diría que soy realista —concluyó Jennie, con una mirada seria.

—Te demostraré que no me da miedo. No dejaré que alguien te intimide, aunque no te quiero ni un poco, pequeña garrapata —dije con determinación.

—Me prepararé para tu funeral, o mejor, grabaré esto para contárselo a mamá —respondió Jennie, con una sonrisa traviesa.

Caminé seguido de Jennie, y al llegar a la puerta, toqué el timbre. No era un timbre ordinario; emitía un sonido espeluznante que me erizó la piel. Me contuve porque no quería parecer un cobarde frente a mi hermana. Cuando la puerta se abrió, vi a un chico pelirrojo con ojos y labios rojos. Sus colmillos sobresalían y llevaba una camisa negra que dejaba ver lo que parecía sangre en su cuello.

—¿Dulce o trato? —dije, tratando de sonar serio.

—¿Perdón? —respondió él, con una ceja levantada.

—Es Halloween —dije, mientras él se reía divertido.

—No participo en cosas tan tontas.

—Para no participar, te tomas muy en serio la decoración y el disfraz —respondí, señalando su atuendo.

—¿Disfraz? —preguntó, confundido.

—Sí, tu disfraz de vampiro.

—Te equivocas, este no es un disfraz. Soy realmente yo.

—Sí, sí, casi logras engañarme. ¿Nos darás dulces o no? —insistí, notando que sus ojos se volvían aún más rojos.

—Lo único que practico es Sangre o Trato.

—¿Sangre o Trato? —pregunté, sintiendo un escalofrío recorrer mi espalda.

—Sí —respondió él, con una sonrisa siniestra.

—Jung… Jung… Jungkook —susurró Jennie, tirando de mi camisa.

—¿Qué pasa, Jennie? —pregunté, preocupado.

—Él… él no se ve en mi cámara… —dijo Jennie, con la voz temblorosa.

—Eso no es posible —respondí, tomando su teléfono. Al ponerlo frente al chico, no se veía nada en la pantalla. El chico se rió.

—Dame tu sangre y dejaré ir a tu hermana —dijo, mientras sus ojos brillaban con malicia.

—Jennie, vete. No estamos lejos de casa —le dije, tratando de mantener la calma, entendiendo la seriedad del asunto y más sabiendo que es mi responsabilidad proteger a mi pequeña hermana.

—No, no me iré —respondió Jennie, con firmeza.

—Estaré bien —dije, aunque el miedo me invadía al darme cuenta de que este vampiro no estaba jugando.

—No me iré, y tú, apestoso vampiro, deja a mi hermano —gritó Jennie con valentía.

El vampiro señaló a Jennie y dijo:

—Tienes sueño y quieres ir a tu casa. —Luego, dio una orden a uno de sus murciélagos para que se asegurara de que Jennie llegara a casa.

Jennie se dio la vuelta y empezó a caminar hacia nuestra casa, y yo respiré profundo.

—Sangre nueva. Tan fresca. Y vulnerable. —dije mientras pensaba que todo en el humano, irradiaba elegancia sedosa. Su largo cabello negro brillaba como la seda de la obsidiana y caía sobre sus hombros en una cascada de rizos. Su traje lo abrazaba en los lugares adecuados, acentuando su físico tonificado y tentándome a querer comerlo.

—Taehyung caminó sensualmente hacia mí y mi respiración se entrecortó mientras él se acercaba. En ese momento, me di cuenta de que estaba absolutamente paralizado y ensimismado por la presencia de Taehyung. Él se detuvo justo frente a mí, con una sonrisa diabólica en los labios. La luz de la luna iluminaba su silueta, arrojando un brillo etéreo sobre su forma. Y yo quedé cautivado por el enigmático encanto del extraño, el misterio que parecía emanar de él como una energía magnética. Un deseo repentino de aprender más sobre este hombre intrigante me invadió, en un impulso que no podía ignorar.

—Tomé de la mano al humano y lo metí a mi casa, detallando cada parte de su cuerpo. Su exquisito olor me hace delirar y el sonido de su corazón bombeando la sangre a través de sus venas me hace salivar. —Tienes un hermoso cuello, pero creo que tu blanca piel se vería mejor con una de mis mordidas.

—¿Este será mi fin, no es así? Moriré luego de que chupes toda mi sangre —pregunté, pero al mismo tiempo resignándome de mi final.

—Jajaja, ¿quién te dijo que te quiero para extraer toda tu sangre? Yo quiero de ti lo que sale de aquí.

—Moví mi cabeza un poco aturdido al sentir cómo él agarró mi parte con su mano y luego me sentó en el sofá de su sala.

Ni bien me senté, cuando él se subió a horcajadas sobre mí, ¿qué me está pasando? Me siento perdido en la mirada hipnótica de Taehyung y mi corazón late con fuerza por la anticipación. Él se inclinó hacia adelante, lentamente, y pude sentir el calor de su aliento contra la piel de mi cuello. —Por favor, aléjate de mí, esto no me gusta—dije con mi voz casi inaudible.

—Mi valiente humano, ¿estás seguro de eso?preguntó Taehyung con una sonrisa maliciosa.

Dudé un momento; mis ojos se sienten atraídos por el brillo de los colmillos y, antes de que pudiera tan siquiera pensar en qué responder, Taehyung se inclinó para darme un beso que me dejó sin aliento.

Mis labios se abrían involuntariamente; la electricidad crepitaba entre nosotros mientras Taehyung invadía mi boca con su lengua fría y traviesa.

Sus manos recorrieron mi cuerpo, sintiendo cada músculo y curva a través de la tela de mi ropa. Su toque era firme, seguro, e hizo que mi corazón se acelerara de emoción.

Respondí con entusiasmo, envolviendo mis brazos alrededor del cuello de Taehyung y acercándolo más. El calor entre nosotros era intenso, como un infierno que ardía fuera de control.

Siento que el tacto de Taehyung me consume; mi piel se llena de electricidad. Contuve la respiración cuando la mano de Taehyung se deslizó por mi pecho, dejando un rastro de fuego a su paso.

—El corazón del humano se aceleró; puedo sentir su pulso, se escucha con fuerza en mis oídos y me tienta casi al punto de llegar al clímax. Me acerqué a la blanca piel de su cuello y, con mis labios rozando ligeramente su piel—. "Sabes tan dulce", susurré, provocando un escalofrío que recorrió el cuerpo del humano y que no pasó de ser percibido para mí.

La sensación de los labios de Taehyung moviéndose por mi cuello, mordisqueando y succionando, me estaba volviendo loco de deseo. No puedo recordar la última vez que me sentí tan vivo, tan consumido por la necesidad de otra persona.

La mano de Taehyung se deslizó por debajo de mi camisa una vez más; él trazaba un camino de fuego sobre mis abdominales. No pude evitar soltar un jadeo cuando sus fríos dedos rozaron mis duros pezones, enviando oleadas de placer atravesando mi cuerpo.

Puedo sentir que mi miembro se ponía cada vez más duro en mis pantalones mientras los labios de Taehyung continuaban explorando mi cuello. Mi respiración se entrecortó cuando los dientes de Taehyung rozaron mi piel, provocando escalofríos por mi columna vertebral.

Las manos de Taehyung continuaban explorando mi cuerpo hasta llegar al botón de mis pantalones. Me quedé sin aliento cuando Taehyung desabrochó el botón y deslizó su mano dentro.

Con un gruñido, agarré el rostro de Taehyung y lo atraje hacia mí para darle otro beso profundo. Nuestras lenguas bailan juntas, una batalla de lujuria y anhelo que hizo que mi cabeza diera vueltas. Podía sentir la dureza de Taehyung presionando contra mí, tirando contra la cremallera de sus pantalones.

Sin poder contener más el fuego que me consumía, me giré, dejando a Taehyung debajo de mí. Quité uno a uno los botones de su camisa mientras dejaba besos en su blanca piel. Sus pezones duros y rosados también recibieron mi atención; cuando pasé la punta de mi lengua, él hizo un sonido siseante y echó su cabeza hacia atrás. Besé su pecho y abdomen, trazando un camino hasta su pantalón.

Quité su pantalón rápidamente, viendo que su ropa interior era roja y tenía perlas blancas y brillantes como sus colmillos. Mi miembro no tardó en erguirse, mucho más hasta un punto doloroso. Taehyung me miró, mordió sus labios para acercarse y apretarlos contra los míos, abriéndose paso con su mano entre mi bóxer. Agarró mi miembro duro como hierro y lo empezó a acariciar.

Me eché sobre su hermoso vientre liso y firme y me apreté contra su pelvis. Él no tardó en tomar mi miembro entre sus largos dedos y guiarlo hasta su entrada, aprovechando que su ropa interior tenía la parte de atrás descubierta. Entré en su interior y estuve a punto de desmayarme por la deliciosa sensación que sentí al introducir mi miembro entre sus pliegues lisos y lubricados. No tardé y se lo metí hasta el fondo sin más.

Sus hermosos brazos me rodearon mientras mi miembro en su interior palpitaba por cómo su entrada se contraía. Empezamos a movernos al unísono, haciendo coincidir cada uno de nuestros movimientos. Mi instrumento empinado hasta más no poder parecía llenar su culo; es exquisito cómo sus pliegues se contraen y aprietan con firmeza.

Llenos de lujuria y deseo, aumentamos la velocidad y la intensidad de nuestros movimientos mientras él clava sus uñas en mi espalda. Nuestra respiración se volvió cada vez más entrecortada a medida que nos acercábamos al punto más alto de placer, hasta que logramos soltar una gran descarga, alcanzando el clímax, con Taehyung bebiendo mi sangre y yo liberando la semilla en su interior. El encuentro nos dejó a ambos agotados y satisfechos.

Viendo que pronto amanecería y lleno de cansancio por la resistencia de este humano, me volteé hacia él.

—Humano, es hora de que te vayas —dije, con voz firme.

—¿Qué? No, yo no me quiero ir, Taehyung. Estar contigo ha sido lo mejor que me ha pasado —respondió Jungkook, con desesperación en sus ojos.

—Yo soy un vampiro y tú un humano. Esto no puede ser —le expliqué, tratando de mantener la distancia.

—Entonces transfórmame en un vampiro —pidió Jungkook, con determinación.

—Todos los humanos que me conocen dicen lo mismo. Esta vez no es la excepción —respondí, suspirando.

—Mi nombre es Jungkook. Deja de decirme humano, y si me aceptas, me quedaré a tu lado —insistió, acercándose un paso más.

—No, no te acepto. Yo soy un vampiro solitario. Ahora es hora de que te vayas —dije, mirándolo a los ojos mientras los míos se volvían rojos. Le ordené que se fuera a su casa y que olvidara todo lo que había pasado.

Jungkook obedeció. Se vistió y empezó a salir de mi casa. Por primera vez, me sentí con ganas de quedarme con el hermoso joven de piel blanca y rizos negros.

Los días pasan y no dejo de sentir que algo me hace falta. ¿Qué es? ¿Qué he olvidado que tanto necesito?

—Hola, Jungkook. Llevas media hora sentado aquí mordiendo ese lápiz. ¿Estás bien? —preguntó Jimin, con preocupación en su voz.

—Sí, Jimin —respondí, aunque mi mente estaba en otro lugar.

—Quería preguntarte si... si te gustaría salir conmigo —dijo Jimin, con timidez.

—Yo no quiero ser grosero... —empecé a decir, buscando las palabras adecuadas.

—Él no quiere ser grosero, pero yo sí. Jungkook no quiere salir contigo ni ahora ni nunca —dijo una voz familiar. Miré y vi a Taehyung, que observaba cómo Jimin se alejaba rápidamente, apenado.

—¿Taehyung? —dije, recordando todo de repente.

—Sí, ahora levántate, humano, y acompáñame. Esta vez se adelanta la sangre o trato —dijo Taehyung, con una sonrisa enigmática.

Sonreí y tomé su mano, sintiendo que finalmente había encontrado lo que me faltaba.

Si llegaste hasta aquí, muchas gracias por darle la oportunidad. Es la primera historia que hago con Kookv. Aún sigo mejorando, pero espero que les guste. Y si no es así, por favor, absténganse de hacer malos comentarios. Recuerden que escribo por gusto, no por profesión.

Atte:

MinMillys

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