26. Nadie nos separa... ni la policía.
Desperté al sentir algo húmedo en mi frente, abrí los ojos y era Kalum que me había dado un beso. Me sonreía parado delante de mí, llevaba una franela cuello en V de color azul marino, unos pantalones negros y su chaqueta de jean, no tenía ninguna marca ni herida en su rostro.
—¿Nos vamos? —habló dulcemente.
—Sí —musité.
Me extendió su mano y la tomé. Caminamos fuera de la habitación, por el pasillo, bajamos las escaleras y llegamos a la entrada, salimos y fuimos hasta el deportivo de Kalum. Me abrió la puerta y subí, luego él se adentró haciendo rugir el motor y avanzando por la calle.
El sol brillaba esta mañana más radiante que nunca, la sonrisa que me regalaba Kalum cada vez que volteaba a verme me derretía por completo. La carretera estaba sola para nosotros, la brisa hacía volar mi cabello.
—¿Ves? Te dije que estoy bien, mi pequeña —tomó mi mano y dejó un beso en el dorso de la misma. Me sonrojé —Me encantas. Te amo, Ana —tenía su mirada fija en la mía.
—Yo también te amo, Kalum —me acerqué a él y junté mis labios con los suyos. Al separarnos un sonido ensordecedor nos hizo sobresaltar, y al ver detrás de Kalum por la ventana, venía de un cruce un camión directo hacia nosotros. Mi cara cambió a una de espanto—. ¡CUIDADO! —grité y de un segundo a otro todo se oscureció.
Salté de la silla agitada con la mano en el pecho. Me adapté a la luz de la habitación blanca y enfoqué a Kalum aún dormido profundamente en su camilla. Mi celular vibró en mi bolsillo y lo saqué, me fijé en la pantalla y era Jenny llamando.
—Hola, Jenn —dije bajo.
—Hey, ¿y esa voz? ¿Pasó algo? —dudé en decirle pero no puedo afrontar esto sola.
—Sí. Kalum está en el hospital —se escuchó un grito ahogado de su parte.
—Voy para allá —iba a decirle que no se molestara pero colgó.
De repente se abre la puerta de la habitación y entra una enfermera, se acerca a Kalum y monitorea su estado y una máquina a su lado. Me mira con una sonrisa amable y me dice—. Está muy bien, es un chico valiente —sonrío y le respondo bajo.
—Sí, lo es —me acerco a la camilla y tomo su mano—. ¿Cuándo podrá salir de acá? —le pregunto a la enfermera.
—En un par de días estará bien para darle el alta —sonríe—. Por cierto, un par de policías han llegado para entrar a hablar con usted y el señor Morgan —me tenso y mi corazón se acelera un poco.
Sin darme cuenta le apreté la mano a Kalum y eso hizo que despertara.
—Buenos días —dijo bajo mientras nos miraba.
—¡Oh! ¡Qué bueno que ya ha despertado! Haré pasar a la policía que necesitan hacerle unas preguntas —dice la amable enfermera y sale de la habitación. Yo veo a Kalum y él a mí, noté un poco de nerviosismo en sus ojos.
—Ana, ¿hiciste lo que te dije?
—Sí —asentí.
—Bien, entonces todo estará bien. Tranquila, no tienes porqué ponerte nerviosa. Recuerdas lo que te dije, ¿cierto? ¿Sabes qué dirás? —asentí rápidamente.
La puerta se abre y entran dos agentes: mujer y hombre, junto a otro policía uniformado.
—Buenos días, señorita Maltes —dice la oficial y voltea a ver a Kalum— Señor Morgan.
—Hola —respondemos Kalum y yo al unísono.
—Bien. Soy la agente González. Este es mi compañero: el agente Martínez. Y él es el oficial Rojas. Necesitamos hacerles unas preguntas —asentí y volteé a ver a Kalum que igual me vio y respiró profundo, apretó mi mano y me calmé— ¿Cómo se encuentran?
—Aquí, descansando porque anoche me sacaron dos tiros del hombro —habla Kalum siendo sarcástico y los agentes ríen ligeramente.
—Bueno, me alegra saber que tiene buen humor, señor Morgan. En fin, vamos al grano. Sabemos que han pasado por una situación desagradable la tarde de ayer. No venimos a quitarles mucho tiempo.
"Unas personas del vecindario Valerio notificaron ayer alrededor de las tres de la tarde que escucharon disparos en una casa vecina. Al lugar acudieron investigadores y oficiales de la policía. También una ambulancia que usted, señorita Maltes, llamó. En la casa encontramos tres personas: usted, el señor Morgan con dos disparos, quien fue trasladado de inmediato a este hospital; y un cuerpo sin vida que fue identificado como el de Alan Casas, el mismo tenía un disparo en la pierna y otro en el pecho. Además tenía un arma en su mano derecha. En la escena encontramos otra arma, del mismo modelo, en ella se encuentran las huellas de ambos. Los muebles en la cocina indicaban forcejeo, al igual que los de la sala. Hemos tomado los videos de las cámaras de seguridad de la casa y se logra ver cómo usted, señorita Maltes, entra por cuenta propia a la casa acompañada de la víctima. Luego la cámara de la cocina los han capturado hablando hasta que claramente se ve que él la ha tomado a la fuerza, ¿cierto? —asentí—. Bien, luego se les ve en la sala forcejeando y es cuando Casas le ha intentado ahorcar...
—Me estaba ahorcando —interrumpo y ella me mira y levanta una ceja.
—Bueno, luego de eso, en medio del forcejeo sucede algo que no se puede distinguir en cámara. Pero sí se aprecia cómo el señor Alan cae al suelo y usted corre saliendo de la casa. Unos cuantos minutos después la cámara de la sala ha captado al señor Kalum entrando a la casa, al parecer discute con la víctima, se van a los puños y terminan apuntándose el uno al otro con armas de fuego. Hay disparos, uno hacia Alan y otros dos hacia Kalum. Luego, sucede algo muy curioso, entra usted a escena y tomando el arma del señor Morgan, le apunta a Alan Casas. Él también le estaba apuntando. Así que usted, evidentemente nerviosa, dispara sin siquiera mirar y cae de rodillas.
"Se le ve volviendo al señor Kalum y abrazándolo emotivamente, luego sale de escena yéndose por el pasillo. Después, entra de nuevo a la sala con unas toallas y ayuda al señor Morgan. Nuestros técnicos audiovisuales han analizado los videos de seguridad y se han dado cuenta de un pequeñísimo pero importante detalle —aprieto la mano de Kalum y mi corazón se acelera más. Él soba mi mano con su pulgar como indicando que me calmara—. En el video se le puede ver perdiéndose por el pasillo a las 3:40pm y luego se le ve regresando a las 3:47. Contamos los pasos que usted pudo haber dado desde la sala hasta el baño de la casa, y son aproximadamente 25 pasos caminando, equivalentes a 16 segundos.
"Pero usted no fue caminando, estaba apresurada porque su primo se estaba desangrando así que corrió, como se le puede ver en video. Esos 25 pasos se convirtieron en menos. Y a decir verdad, no creo que le tomara mucho tiempo tomar un par de toallas y volver a la sala. A menos que, hubiera hecho otra cosa además de haber buscado las toallas. Tal vez le dieron ganas de orinar —se ríe— Igual no creo que orinar le lleve siete minutos. Entonces, ¿podrían decirnos qué sucedió exactamente ayer en la tarde dentro de la casa de Alan Casas?
Estamos muertos. Ya nos vi entre rejas. ¡No puede ser!
¡Cálmate, idiota! Recuerda que Kalum dijo que esto pasaría.
—Yo... eh... —comencé a hablar pero Kalum me interrumpió.
—Es cierto, oficial. Tiene razón en lo que dice. No le voy a negar que a cualquiera le dieran unas ganas incontrolables de orinar en un momento así —vaciló—. Además, debo felicitarla, tiene usted una mente muy astuta e impresionantemente hábil para recordar con exactitud un vídeo de aproximadamente media hora —la agente suspiró impaciente.
—Siete minutos, señor Morgan —repitió mirándolo fijamente.
—Le diremos qué sucedió en esos siete maravillosos minutos, oficial. Pero antes, me gustaría desayunar, muero de hambre y no he comido nada desde que salí de quirófano ayer. ¿Sabe usted el hambre que se puede acumular en cuatro horas de operación y toda una noche? Ah, y ahora en este interrogatorio que, por cierto, es sin abogados ni testigos. Qué conveniente para ustedes tomar nuestra palabra así de sencillo. Conozco mis derechos, oficial y le aseguro que no les doy un uso inadecuado ni abuso de ellos. Así que le voy a pedir amablemente que se retire y que la próxima vez que venga a interrogarme sea en presencia de mi abogado o con una orden judicial que señale que hemos cometido algún delito. ¡Que pase un excelente día! —sonrió victorioso mientras los oficiales se veían entre sí evidentemente indignados.
Pero, ¡qué pedazo de genio! Eso debe ser de familia, sí, señor.
—Bien. No se llene tanto, he oído que la comida de este hospital no es muy buena, señor Morgan. No se alejen mucho de la ciudad, los estamos vigilando —dijo presionando sus labios y entrecerrando sus ojos, luego se dio media vuelta y con sus manos en la cintura le habló a sus compañeros—. Bien, vámonos de aquí —y salieron todos de la habitación. Seguido de eso, solté todo el aire que tenía retenido y Kalum rió.
—¿Ves? Todo estará bien, Ana. No te preocupes. Tengo todo controlado —lo miré negando con la cabeza y sonriendo.
—Tú... Eres una cosa que no... —suspiré y lo abracé.
—Lo sé, lo sé. Nunca podría dejar que te pase algo malo. Siempre estaré para salvarte —dijo en mi oreja.
—Te amo, Kalum. Te amo mucho —lo vi fijamente.
—Y yo a ti, Ana —dejó un corto beso en mis labios y puso un mechón de cabello detrás de mi oreja. Dejó su mano reposada en mi mejilla y me miró sonriente con brillo en sus ojos—. Mi Ana... No dejaré que nadie nos separe —cerré mis ojos escuchando atenta—. Por eso, tenemos que salir de aquí cuanto antes —abrí los ojos de par en par y puse cara seria—. Sí, tenemos que irnos.
—Pero tu hombro, no. Acabas de salir de una operación, Kalum. No te han dado el alta, ya oíste a la enfermera que dijo que en unos días es que podrás salir, no ahora, no hoy.
—¿Tú crees que la policía no va a volver más tarde o mañana? ¿Que mi discurso tonto nos ha sacado de todo el lío y ya? No. Lo único que logré con ese discurso fue ganar tiempo y hay que aprovecharlo porque se nos puede ir rápidamente, y cuando menos nos lo esperemos estarán colocando unas esposas en nuestras manos... y separándonos —me quedé en silencio asimilando todo—. No dejaremos que nadie nos separe... ¿ok?... Repite conmigo: no dejaremos que nadie nos separe.
—No dejaremos que nadie nos separe —repetí.
No dejaremos que nadie nos separe.
¡Ay, Kalum!
Todo contigo es un huracán de problemas.
¿Cómo es que enamorarme de ti me ha traído tantos problemas?
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¡Estos dos están más locos que una cabra mocha!
Bueno, mis bellezas, hasta aquí les dejo la historia por hoy jejejeje. Regresamos mañana a la misma hora y por el mismo canal jajajaja. Los tqm <3
XOXO,
Nuvenave.
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