Capítulo 02
🍷 Actitud sospechosa🍷
Los rayos del sol entraron por la ventana chocando directamente en mi cara haciéndome despertar. No tardo en asimilar cómo estamos. Kalum me está abrazando rodeándome por la cintura con su brazo y respirando en mi nuca.
Pensé que se iría a mitad de la noche pero no. Se quedó.
Trato de moverme sin despertarlo pero aferra más su agarre y me pega más a él. Bien, tendré que despertarlo.
—Kalum —apenas dije en un hilo de voz—. ¡Hey! —me moví un poco para que despertara.
—Mm —se quejó. En un movimiento rápido me volteé hacia él para verlo de frente y me agarró fuerte. Me tensé al instante. Su cara estaba a escasos centímetros de la mía y podía hasta sentir su respiración chocar con mis labios. Tenía media cabeza enterrada en la almohada y se veía algo gracioso. Podía incluso oler los restos de perfume y desodorante que tenía en su cuerpo, supongo de ayer. Era un olor hipnotizante y agradable que se mezclaba con el olor de mis sábanas.
—Despierta —no podía decir más nada. Él abrió lentamente sus ojos y me sonrió.
—Buenos días, guapa —bien, no sé por qué me estoy poniendo nerviosa.
—Hola —sonreí tontamente.
—¿Qué hora es, Ana? —se volteó a ver su celular pero no estaba, vió hacia mi mesita de noche y estaba el mío, estiró su brazo quedando completamente arriba de mí y lo tomó—. Ana, son las siete de la mañana. No me jodas. Sigamos durmiendo —dijo dejándose caer sobre mí. Apenas pude respirar.
—Oye... ah... no...res-piro... —dije como pude con mi voz ahogada. Kalum en un movimiento rápido se volteó haciéndome quedar encima de él.
¡Aire!
—Gracias —susurré antes de quedarme dormida otra vez.
Un olor muy peculiar a café me despierta. Me encanta el café. Me siento en la cama y me doy cuenta que Kalum no está, debe estar en la cocina. Son las diez de la mañana. Hora de pararse, reclama mi estómago.
Me levanto, me ducho, me visto con shorts y camiseta, y bajo a la cocina. Allí me encuentro a mi primo en pijama aún, preparando unas tostadas.
—¡Buenos días! —digo contenta y él se sorprende.
—Buen día, Ana. ¡Vaya! ¿Y esa alegría? ¿Dormiste bien? —se voltea a verme con el ceño fruncido.
—Sip. Dormí bien y, ¿tú? —me dirijo a la nevera por agua.
—Pues sí —le sonrío y me siento en el comedor—. Bien, aquí está el desayuno —dice acercándose.
Comimos juntos sin hablar. Terminamos rápido.
—Estuvo muy bueno, no sabía que cocinabas tan bien —le digo llevando los platos al lavaplatos.
—Bueno, hace muchísimo que no nos vemos. Hay cosas que no sabes de mí —dijo saliendo de la cocina.
Bien, eso fue raro.
Salgo de ahí minutos después y subo a mi habitación, al llegar me detengo en la puerta y escucho a Kalum hablando por teléfono desde su cuarto.
—Bien, tendré que encargarme yo mismo...No... Claro, claro. Tranquilo que eso ya está listo, ya les entregué todo... Excelente... Si sabes de otra cosa mantenme informado... Hoy... Sí... Ocho en punto... No... Está bien... Bueno, ya me tengo que ir... Adiós.
Escuché sus pasos y me metí de inmediato.
¿Qué fue eso? ¿De qué se tiene que encargar? ¿Por qué su voz sonaba tan oscura? ¿Qué le pasa? Hay algo muy extraño aquí. Necesito saber pero no puedo sólo ir y preguntarle. Tengo que averiguarlo yo misma.
—Oye Ana... —su voz me erizó la piel y sobresalté al instante—. Hey, tranquila —sonrió—. ¿Qué haces ahí parada viendo a la nada? ¿En qué piensas? —lo miré nerviosa.
—Nada —me miró no muy satisfecho con mi respuesta.
—Bueno, está bien. Quería decirte que saldré a comprar algunas cosas y me llevaré el auto. ¿Tienes las llaves? —señalé mi mesita de noche y él las tomó—. Bien, gracias, adiós —dijo saliendo.
—Espera... —se detuvo y me miró—. ¿Puedo acompañarte? —se tensó.
—Eh, es que son cosas de chicos y no sé si te guste. Y seguramente te aburrirás.
—Bien, tranquilo, me quedaré —bajé la mirada. Se acercó a mí y acarició mi mejilla provocando una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.
—Te quiero, adiós —besó mi frente y yo sólo asentí con la cabeza.
Salió de la habitación y luego de unos minutos pude escuchar el motor del carro.
No sé porqué esto me da mala espina.
¿Debería revisar sus cosas? No. Luego sabrá que las revisé. No debe ser algo tan grave. Ya me dirá, siempre me dice todo. Aunque tiene muchas cosas qué contarme pero bueno. Esperaré.
Mi primo y yo siempre nos hemos llevado muy bien. Parecemos hermanos. Y nos queremos mucho. No es raro para nosotros que demostremos afecto el uno hacia el otro, en la familia nadie tiene problema con eso... excepto la abuela. Siempre dice que no es bueno que seamos tan afectuosos entre nosotros porque es incorrecto. No le veo nada de incorrecto en abrazarlo o simplemente dormir con él, o que nos agarremos de las manos, o celarnos. Siempre hemos sido así. Sólo nos queremos y lo demostramos. Y estoy segura que él piensa lo mismo.
Valiéndome de que no hay nadie... ¡MÚSICA! Me encanta cuando estoy sola y puedo poner música a todo volumen, y cantar, y bailar por toda la casa. Aprovecho para ponerme a limpiar; no es que me agrade mucho la idea, pero me distrae un poco. Y como no tengo más nada que hacer...
Luego de media hora me aburro y me decido en ir a caminar. Apago todo, tomo mis llaves y salgo.
Las casas por acá son muy lindas y todos son muy familiares. Camino dos cuadras y me detengo en una hermosa casa que hace muy poco estaban vendiendo. Desde pequeña siempre me ha gustado mucho esa casa. Era grande: de dos plantas, con un jardín muy lindo en la entrada, muy distinta entre las demás. Llamaba bastante la atención, parecía sacada de un bosque y simplemente puesta aquí como por arte de magia.
Mientras estaba admirando la casa en mi mente, no me di cuenta cuánto había caminado hasta ella que, repentinamente, me encontraba tontamente parada en la entrada babeando.
Una voz gruesa se escucha detrás de mí—. Hey, ¿se te perdió algo? —volteo y observo a un muchacho: alto, moreno, de ojos azules, que lucía unos jeans y una franela azul cuello en V, junto con unos converse de color negro—. ¿Acaso te gusta lo que ves o simplemente no hablas? —se hace el gracioso y me pongo un poco nerviosa. Mierda, se dio cuenta que lo estaba viendo de arriba a abajo. ¡Que estúpida, Ana!— Entonces, no hablas... —agitó su mano frente a mi cara y reaccioné.
—Ah, hola. Soy Ana, mucho gusto —estiro mi brazo y él toma mi mano.
—Alan, un placer. Tu nombre es lindo, Ana. Y tú también —volteo mi cara, no quiero que vea mis mejillas que seguramente están coloradas. De reojo veo cómo sonríe, y qué sonrisa tan perfecta—. ¿Me vas a decir qué hacías allí parada, preciosa? —volteo a verlo.
—Sólo venía caminando y me quedé viendo la casa y pues... me gusta —dije natural.
—Bien, me alegra que te guste mi casa —mis ojos se abrieron de par en par.
No puede ser.
Yo quería comprarla cuando me graduara.
Mi casa de los sueños ya tiene dueño.
—¿Es tuya? ¿Vives acá solo?
—Sí y sí. La acabo de comprar. Me mudé desde Madrid hasta acá.
Con razón, ya decía yo que hablaba con palabras latinas pero un poco extraño y su acento me parecía español.
—¡Vaya! ¿De Madrid hasta América? Es un cambio un poco drástico, ¿no? —le miré sorprendida.
—Siempre he querido vivir en el Caribe y ustedes los latinos me parecen tan pasionales, es otra cosa que me gusta de acá —reí por eso último—. Además, vine a comprobar si las mujeres son tan hermosas como me lo han dicho —se acerca un poco—. Tú acabas de confirmármelo —toma mi mano y deposita un beso en ella mientras me guiña un ojo.
¡Ahhhhhhhhh!
Mi corazón va a mil. Debo irme antes de que me derrita por completo.
—Es un día bastante caluroso, ¿no? ¡Qué solazo! Uff —me separo y volteo la vista nerviosa mientras agito un poco mi blusa como si tuviera mucho calor—. Ya debo irme. Iba yo ah... comprar —una excusa rápida, Ana, vamos—, unos globos. Y pues ya van a cerrar la tienda de globos. Así que... ¡bye! —le digo caminando rápido.
—¡Adiós, guapa! —se despide con la mano y me lanza un beso.
Tengo que volver, no quiero conseguirme a más extranjeros. Aunque es muy lindo pero eso fue suficiente por hoy.
Regreso a mi casa y me quedo viendo televisión, estaban dando Wall.e. Siempre me ha parecido tan aburrida esa película pero como no hay nada qué ver y hacer.
Excepto ir a volverte loca por el español.
¡Cállate, mente! Sólo veamos Wall.e y olvidemos eso un momento.
Después de cuatrocientas cincuenta y siete mil horas viendo la película.
Exagerada.
¡Cállate!
Se hicieron las cuatro y adivinen, ¿quién hizo su mágica aparición? Sí, mi hambre. Me dirijo a la cocina y para mi sorpresa mi mamá había dejado envases congelados con comida —típico de ella—. Destapo uno y era espagueti con carne molida, mi favorito. Lo calenté en el microondas y le puse salsa de tomate y queso.
Como era bastante, serví mitad para Kalum y mitad para mí, y el de él simplemente lo dejé en el microondas. Por cierto, hace horas que salió y no ha llegado. Uno no tarda tanto comprando "cosas de chicos".
Lavo mi plato luego de comer y lo guardo. Subo a mi cuarto y busco mi celular para llamar a Kalum, marco el número y espero. Unos segundos y me manda al buzón—. Lo tiene apagado o descargado, será —pienso. Es muy raro. Él conoce la ciudad pero hace muchísimo tiempo que no venía y hay cosas que han cambiado. ¿Y si está perdido? Nah, no es tan estúpido.
Entre tantos pensamientos e hipótesis escucho el motor del carro y me tranquilizo. Después de unos minutos, Kalum se hace presente en mi habitación.
—Hola, preciosa —sonríe tan natural como que si no se le cruzara por la mente cuán preocupada pueda estar.
—Te desapareces seis horas sin contestar el teléfono y tú solo llegas y me dices ¿"Hola preciosa"? —le respondo obviamente enojada.
—Lo sé, lo siento. Se me descargó el teléfono y me encontré a unos amigos que se vinieron de vacaciones para acá, y me invitaron un momento a su casa de playa —me cruzo de brazos.
—Pues pudiste haberme llamado del celular de uno de tus amigos. Estaba muy preocupada, hasta te dejé tu almuerzo en la cocina —se acerca y me abraza.
—Lo siento, pequeña —rodeo mis brazos por su cintura y besa mi cabeza— Ana, parecemos pareja —su voz ronca me eriza el cuerpo y sólo río.
—Verdad que sí. Pero o sea, es normal, ¿no? Sólo nos cuidamos —se separa y me ve.
—Sí, claro —responde inseguro.
----------------------------------------------------
Bueno, bueno, bueno. Ya se andan asomando los problemitas con el Kalum este. ¡Qué bárbaro! Veremos qué más puede ocultar 🧐
Sus comentarios son mega importantes para mí así que no duden en dejármelos🥺.
XOXO 💋
Nuvenave
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top