Cuando las piezas rotas se repararon
El amor es aquello que con mas entusiasmo se enfrenta, lo que con mas esperanzas se vive, lo que mas ansiedad y proyectos acompañan y sin embargo es aquello en lo que se fracasa con mas frecuencia convirtiendo nuestro camino en uno lleno de ilusiones muertas.
Lo hacía por Jimin, se dijo así mismo un millón de veces, no podía negarse si él era quien se lo pedía, nadie podía negarle nada a ese Omega, después de todo el que la familia Kim se mantuviera a flote durante los últimos años se debía únicamente a él.
Fue Jimin quien los sostuvo en los peores momentos, estuvo ahí para ayudar a Jungkook a cuidar de sus hijos cuando la depresión de tener a su Alfa lejos hizo mella en su organismo y casi termina muerto, estuvo aquella noche para quitar de sus manos aquel frasco de pastillas cuando solo podía pensar en hacer que el dolor terminara, estuvo en todas y cada una de las madrugadas en que su hermano Taehyung llegaba ebrio a altas horas de la madrugada con el corazón hecho trizas y todos sus sueños rotos, estuvo también para su hermano Namjoon cuando este decidió irse, en cada vídeo llamada y cada llamada telefónica que le hacia diariamente y sin falta para que el Alfa no se sintiera solo en tierras lejanas, estuvo cada vez que su Alfa estallaba en frustración y a veces hasta terminaba desquitándose con él, porque la vida es una perra y a veces no puedes con tanta frustración cuando ves a quienes amas sufrir tanto.
En todos y en cada uno de los peores momentos, ahí estaba Jimin, siempre dulce, paciente, siempre amable y desinteresado, no tenias que llamarlo, el Omega siempre estaba sin importar el propio dolor de su alma, ni sus piernas hinchadas y su enorme vientre mientras gestaba en su interior la vida de sus hijos.
Así que no, a Jimin no se le negaba nada y es por eso que todos estaban preparándose para la cena de cada año, misma que esta vez seria diferente según palabras del propio Omega, "este año seria diferente porque por primera vez en muchos años tenían motivos para celebrar"
y es que él estaba muy feliz y emocionado por volver a estar junto a sus dos hermanos y sus sobrinos y dicho sea de paso también se iba a festejar el reciente formado lazo entre Soobin y Yeonjun; lejos estaba de su imaginación el hecho de que no solo ellos se preparaban para aquella reunión sino que su enemigo también lo hacia y otra vez los motivos para celebrar se iban a esfumar.
—¿Estas listo?
—No me jodas, no me apetece ir contigo a contemplar un lago congelado solo porque dices que en el esta tu dragoncito.
—Me hartas estúpido insolente —bufo hastiada la bruja. —Por suerte para ti yo si utilizo mi cabeza para algo mas que cargar el cabello.
—¿A que te refieres?
—Ya se donde están tu hijo y tus sobrinos.
—¿Mis sobrinos? No me digas que el insípido de mi hermanito al fin encontró a un Alfa tan idiota como para querer enlazarse con él.
La mujer se rio fuertemente —eres tan perverso que me haces reír, pues como yo siempre voy un paso mas adelante que tú averigüe que efectivamente tu hermano Seokjin se enlazó y tuvo dos hijos, ambos son Omegas como tu hijo así que no te ilusiones —agregó cuando vio en la mirada del Alfa la chispa de ilusión surgir ante la idea de tener otro Alfa en el clan.
—Entonces no me interesan.
—Confirmo, eres idiota —dijo ella. —Te tienen que interesar los necesitamos para el sacrificio, bueno al menos a uno de ellos.
—¿A cual?
—Necesitamos al hijo de Hoseok, necesitamos al hijo que tuviste con el Omega con el que estuviste enlazado, si no es producto de un lazo no me sirve, sin embargo tus sobrinos tienen tu sangre nos pueden servir como ofrenda.
—¿Y qué pretendes que haga?
—Me hartas en serio, todo lo tengo que hacer yo, eres un inepto —el Alfa rugió molesto.
—A mi me hartas cada vez mas con tus malos tratos, ya te dije que no abuses o quizá después de que me convierta en el dragón negro decida que tu seas mi primer bocadillo.
La bruja se asusto pero no se dejo intimidar, paso por un lado de donde el Alfa se encontraba y le arrojo a un papel con una dirección.
—Prepárate ahí van a estar tu hijo junto con todos los Kim, es el aniversario fúnebre de Taeyeon, vas a aprovechar el momento y vas a traer a tu hijo, vas a tener que traer a tus sobrinos también, pero que no se te olvide que el más importante es el hijo de Hoseok.
El Alfa sonrió malévolo y se dirigió a organizarlo todo, "será una noche interesante" pensó.
Jungkook siempre pensó que alejarse de Taehyung había sido lo correcto, estaba convencido que su cercanía le traía desgracias pero como dicen por ahí, el corazón tiene razones que la razón no entiende y quizá esa era la razón por la que lo había seguido cuando lo vio salir al
patio de aquella casona en donde estaban todos reunidos.
—Yo no te recuerdo y te extrañaba —no sabía bien porqué, pero fue lo primero que le dijo al verlo.
Taehyung había salido a tomar aire, realmente lo necesitaba, sentía que de no hacerlo se asfixiaría, aquella reunión estaba destrozando todas y cada una de las barreras que se había auto impuesto durante tantos años para no salir corriendo a buscar a su Omega y poder así respetar su decisión de mantenerse alejado, pero ahí lo tenía, en frente suyo, tan hermoso como siempre y diciéndole que lo extrañaba, podía sentir como el frio aire de aquella noche podía rasgarle el alma si no era prudente, así que antes de decir o hacer algo lleno sus pulmones de oxigeno poco a poco, como si se lo bebiera, esto le dio ánimos y lo tranquilizo un poco.
—Yo si lo hago, te recuerdo tal como el primer día —dijo al fin con una sincera sonrisa en sus labios.
—Y no te podrías hacer una idea de cuanto te he extrañado también.
Y allí estaban los dos, de pie uno al frente del otro, sin palabras, con miradas que lo decían todo y tristemente por primera vez no se sentían fuera de lugar, encajaban perfectamente con aquel ambiente, era como si por un instante se hubieran fundido al paisaje de aquella fría noche.
Un suspiro acompaño el semblante sonrojado a mas no poder de Jungkook —No debería haber aceptado venir —se lamento el Omega, Taehyung apago con la suela de su zapato la tenue luz de su cigarrillo, antes de aplastarlo completamente contra el suelo.
—Puedo irme si te molesta verme —dijo en un susurro casi inaudible pero que Jungkook escuchó y supo en el instante que llevaba la esperanza muda de ser detenido, Taehyung rogaba por que le respondiera que no se fuera, pero jamás lo diría en voz alta, lo amaba demasiado para ir en contra de sus deseos, aun si eso significaba continuar en el tormento eterno de estar separados.
—Quédate —no estaba muy seguro de lo que estaba haciendo pero se sentía tan correcto que no podía estar mal.
—Esta es tu casa, la casa de tu familia y no tienes porque irte —agrego porque debía disimular para no perder la poca cordura y dignidad que le quedaba y no reconocer que quizá muy en el fondo era él quien mas quería que no se fuera, lanzarse a sus brazos y besarlo como si no hubiera un mañana.
Taehyung se quedo callado, no tenía mas remedio, había tanto que decir pero no y otra vez no, no podía presionarlo, la decisión era de Jungkook, si ya lo había lastimado tanto en el pasado lo único que le quedaba era aceptar lo que él quisiera sin importar que, sin embargo algo debía hacer, no podía permitir que aquel encuentro terminara, no así.
—¿Por que has aceptado venir? no lo hiciste los años anteriores —preguntó suavemente, no podía permitirse espantarlo ni con el tono de su voz.
—Eso no te importa —contesto el Omega cansado, tantas emociones bullendo en su interior lo tenían exhausto.
—¿Y vale la pena estar aquí, cerca de mi? —volvió a preguntar el Alfa.
Jungkook lo miro mas tiempo del que le hubiera gustado, se esforzaba por no hacerlo pero tenía algo que le impedía no hacerlo, un aura inusual tan malditamente atrayente que era imposible de rechazar.
—No —respondió al fin. —No lo vale —ambos permanecieron unos minutos mas, en un cómodo silencio, solo contemplándose el uno al otro mientras sus lobos se acoplaban en una extraña comunión con sus almas. —Buenas noches —dijo Jungkook tomando valor para volver a entrar.
—No entres, no lo hagas si no te sientes bien —Taehyung lo agarro por el antebrazo frenando sus movimientos en seco.
—¿Te preocupas por mi? —preguntó Jungkook, una leve sonrisa apareció en sus labios, temblaba bajo su tacto y se pregunto a si mismo ¿seré capaz de dejar todo de lado otra vez por seguir a mi corazón, valdrá la pena esta vez? ya no eran los mismos cachorros impulsivos del ayer, ambos habían madurado mucho como es normal con el correr de los años pero como siempre en ese instante Jungkook solo tenía preguntas sin respuestas, porque nunca sabrás que tan hondo es un precipicio hasta que caigas en el.
Dudaba, con el pomo de la puerta en la mano, ¿Cuánto lo había extrañado a pesar de no recordarlo, cuanto había dolido su ausencia? mucho era la respuesta, ¿valía la pena seguir soportando aquella agonía? para esa pregunta también tenia la respuesta.
No, un claro y rotundo no, su mente nunca pudo recobrar sus memorias pero su cuerpo y su lobo lo recordaban y lo necesitaba ¡Al diablo! lo necesitaba para seguir respirando.
—¿Cómo puedo salir de aquí sin que los demás lo noten? —pregunto sin miedo aunque con la certeza de que iba a arrepentirse una vez mas, entonces noto como era sujetado y tirado hacia el cuerpo ajeno.
—Cierra los ojos lobito, esta noche no eres Jungkook y no soy Taehyung, se que no me recuerdas pero entonces dame la oportunidad de que me conozcas, déjame amarte aunque no me ames, aunque sea solo una noche déjame volver a respirar tu aroma y volver a sentirme vivo, todos estos años sin ti solo pude sobrevivir, pero ya no puedo hacerlo mas y necesito volver a vivir —Jungkook accedió y creyó en la verdad de sus palabras porque la única certeza que siempre ha tenido desde que despertó de aquel coma que se llevo sus recuerdos, es que ese Alfa que lo miraba con dulzura es el amor de su eternidad y fue así como salieron juntos de allí con el corazón galopando en sus pechos y la felicidad sembrada en sus rostros, solo por esa noche no mirarían atrás.
Un sollozo se escucho cerca, no habían estado solos todo ese tiempo, de primera mano y en primera fila, Jimin presencio aquella escena cuando salió a buscar a Taehyung y ahora lloraba bajito casi en silencio con el corazón alegre porque nadie mas que él sabia cuanto esas dos almas se amaban y cuanto merecían ser felices juntos.
En todo el camino ambos, Omega y Alfa permanecieron abrazados con sus manos entrelazadas, poco o nada importaba el rumbo al cual se dirigían y así siguieron caminando juntos hasta que llegaron a un lugar en el centro de Seúl.
—¿Dónde estamos? —preguntó Jungkook un poco alto en un intento de hacerse oír por encima de la multitud de voces que llenaban aquel lugar.
Estaban en una especie de bar o taberna, el lugar estaba lleno a reventar de personas bebiendo
y riendo por doquier. Nadie los miraba, todo el mundo estaba en lo suyo lo que Jungkook agradeció enormemente, nunca le gustaron las muchedumbres, Taehyung lo sujeto de nuevo del brazo y comenzó a guiarlo hacia adentro del local hasta que paró en una puerta que estaba a un costado.
—Ven es aquí —entraron juntos dejando atrás el bullicio de la gente. —Aquí hay una chimenea —señalo Taehyung.
—Gracias —en verdad aquella era una noche fría, así que el Omega se sintió aliviado al sentir el calor del fuego.
—De nada hermoso lobito —sonrió guiñando un ojo.
—¿Qué quieres de mi Taehyung? —esa pregunta la hizo su parte racional queriendo recuperar el control, porque nada era gratis, todo tenia un precio, ¿verdad?
—¿Ahorita? pues solo quiero tomarme una cerveza contigo frente a la chimenea.
—¿Solo eso? —cuestionó dudoso, en todos los escenarios que creó en su imaginación de lo que pasaría aquella noche, nunca se le había ocurrido pensar que podía terminar en un lugar que quedaba quien sabe donde, con su ex tomándose una cerveza, en una fría noche.
—Amo mucho a mi hermano pero las cenas para los muertos son muy aburridas en serio así que mejor quédate y tomemos una cerveza juntos.
Un camarero les trajo dos jarras de cerveza que les supo a rayos, no sabia si porque aquella bebida parecía contener alcohol a niveles tóxicos o por su falta de costumbre pero luego de tomar media jarra Jungkook comenzó a sentirse mareado, miro a su alrededor, había otra pareja entretenidos charlando y bebiendo, regreso su vista al Alfa quien al hacer contacto visual con él le sonrió y al Omega le corrió un escalofrió por toda la piel por enésima vez aquella noche.
El tiempo pasaba y ninguno de los dos se atrevía a tomar la delantera e iniciar una conversación hasta que como siempre había sido el Omega quien hablo primero.
—Taehyung... —El mismo camarero interrumpió cuando les trajo dos jarras mas de cerveza que tal como las primeras les supo a demonios y entonces Jungkook escucho otra vez esa molesta voz en su cabeza que le decía que aquello era una mala idea ¿Qué iban a hacer los dos allí?
—Esto es raro ¿verdad?
—Espeluznante —respondió el Alfa con una sonrisa cuadrada en los labios y el lobo de Jungkook aulló de felicidad, acallando esa voz de su conciencia una vez mas.
—¿No me extrañaste ni un poco lobito?
—Mi nombre es Jungkook —dijo para no contestar aquella pregunta incómoda.
—No morirás por contestar, créeme, porque si me lo preguntaras a mi la respuesta es si, mucho.
Pero Jungkook no contesto, ¿Qué iba a decir? que si, que no había un maldito día en que su lobo no lo llamara, que apenas si había aprendido a sobrellevar el dolor que le causaba su ausencia, por supuesto que no, aun conservaba un poco de orgullo.
El tiempo paso y ninguno de los dos dijo nada mientras se terminaban aquella horrible cerveza, unas chicas omegas que estaban sentadas en la mesa de al lado se quedaron mirando a Taehyung incesantemente mientras le sonreían con coquetería, este les correspondió la sonrisa y les guiño un ojo, aquellas omegas parecían que fueran a levitar de gusto.
El lobo de Jungkook rugió de molestia y un malestar incomodo se formo en el pecho del Omega, su olor a naranjas podridas característico de cuando estaba triste empezando a hacerse demasiado presente en el ambiente denotando su molestia.
—¿Tú me extrañaste? —preguntó sorprendiéndose a si mismo, quería volver a tener su atención a como diera lugar y se sentía tan ridículo por ello, poco le falto por rugirle a las Omegas que aquel era su Alfa y no estaba disponible, "dignidad" se dijo a si mismo.
—Ya te dije que si lobito y mucho —le dijo Taehyung regalándole una sonrisa acompañada de esa mirada de adoración que Jungkook tanto amaba ver en los ojos de su Alfa y aquello lo hizo sentir mas tranquilo, Taehyung seguía teniendo ojos solo para él.
—¿Quieres otra cerveza? —le pregunto.
—No, mejor no, ya tuve suficiente de esta horrible cerveza, además no quiero emborracharme y que te aproveches de mi —comento burlón, un brillo diferente ilumino los ojos de Taehyung.
—¿Me dejarías hacerlo? —eso fue atrevido, pero total, no tenía mas nada que perder y si mucho que ganar.
—Quizás —respondió Jungkook con un sonrojo enorme en sus mejillas, se puso de pie y salió de allí, Taehyung dejo un par de billetes en la mesa y salió apurado detrás de él.
De regreso a casa de Jimin ambos Alfa y Omega iban caminando juntos con las manos entrelazadas y sus corazones latiendo a mil por hora en una misma sinfonía, hacia frió por aquellas fechas pero ambos prefirieron caminar en lugar de pedir un taxi, había sido una noche sorprendente, no iban a negarlo, ninguno de los dos podía recordar que alguna vez se sintieran tan en paz juntos, compartieron uno que otro beso y alguna caricia furtiva de las manos traviesas del Alfa, disfrutaron de miradas silenciosas y entendieron que no se trataba de recoger sus pedazos rotos y juntarlos como si nada hubiera pasado, siempre habría una cicatriz que les recordara todo el mal que había pasado, pero se amaban y el amor es aquel sentimiento que todo lo soporta y todo lo perdona.
No se trataba de volver a estar juntos como si nada, se trataba de curar sus heridas juntos y sanarse mutuamente, se trataba de remendar juntos uno a uno sus sueños rotos, de repararse uno al otro sus pedazos rotos y construir un mundo nuevo.
En casa de Jimin el ambiente era igual de tranquilo, pero aquella no era una buena señal, era la calma justo antes de la peor de las tormentas.
Eun Woo llego sin ser visto, se camuflo perfectamente entre los invitados, porque cuando las cosas están destinadas a pasar nada puedes hacer para detenerlas, como dicen las abuelas "cuando te toca ni aunque te quites y cuando no te toca ni aunque te pongas"
Fue por ello que a Yeonjun se le había ocurrido que era una maravillosa idea que su celebración de lazo fuera un baile de máscaras sorpresa, así que luego del rito fúnebre acostumbrado por la tradición, a todos los invitados se les entrego una máscara idéntica, preciosa eso si, eran como aquellas que se usaban en la época victoriana, error grave fue ponerse aquello, porque fue en ese momento en el que Eun Woo quien estaba observando todo desde la cocina aprovecho para quitarle una de las máscaras a uno de los invitados y entro al gran salón de baile de la mansión Kim.
Kim Beomgyu no era un Omega común, escondía un gran secreto del que ni su madre ni su hermano tenían conocimiento y él apenas y se había enterado cuando llego su primer celo, era debido a aquel secreto que tenía una belleza exótica muy diferente a los demás y era por aquel misterio a lo que se debía que uno de sus ojos fuera verde y el otro marrón, aparte de eso poseía la gracia y el don de gentes de su madre Omega, "pareces un Hada" le había dicho Taehyun cuando lo conoció y tal vez esa era la descripción mas exacta para él pues se les asemejaba bastante, Beomgyu era tan bonito que no parecía real o mas bien podría decirse que parecía un ser mitológico o de otro mundo, su madre Jin solía decirle cuando era niño que él era como los Dioses antiguos y que había bajado al mundo terrenal a bendecirlo con su belleza.
No era extraño entonces que en aquella noche fuera el ser mas hermoso entre los presentes en la mansión Kim, nadie sabia nada de él, Taeul les había dicho que aquellos seres de tan extraordinaria belleza eran la manzana prohibida, que los persiguen los demonios para robarse su pureza y Beomgyu en particular era tan extraordinario que tenia a su propio demonio
acechándolo.
Cuando Eun Woo supo que tenía que secuestrar a su hijo se puso en movimiento, no fue difícil para él encontrar la manera de buscar acercarse a los Kim, solo tuvo que rastrear los movimientos bancarios de cada uno y ¡Bingo!
Jimin había contratado un servicio de banquetes completo con meseros incluidos, así que el plan era simple y saldría a pedir de boca.
Con su mejor cara de cachorrito perdido llego a la empresa de banquetes a pedir trabajo, les contó una triste historia inventada sobre como tenía esposa e hijos pequeños que mantener y que no le querían dar trabajo en ningún lugar por su aspecto y bueno la dueña de la empresa de banquetearía era una dulce anciana que se dejo convencer porque sintió pena por él y como ya había sido informada de que aquella reunión seria un baile de máscaras no le vio ningún problema a contratarlo.
Las máscaras de los meseros y los empleados de la cocina era diferente, siendo esta una sencilla máscara negra, esta le serviría para entrar a la mansión Kim pero si quería mezclarse con los invitados necesitaba una de las otras máscaras.
A parte de eso también necesitaba saber cuál era sus hijo para poder llevárselo de allí, estuvo observando a todos los invitados desde la cocina pero con las máscaras aquello era imposible, fue entonces cuando un acalorado Omega entro a la cocina en busca de un vaso de agua para refrescarse, había estado bailando con un Alfa casi toda la noche y se veía agotado, aquel Omega se quito la mascara para beber el agua, Eun Woo se le quedo mirando un momento y pudo reconocerse en él, tenia el cabello castaño un poco oscuro, su tez era blanca, sus labios rosas y lo que lo hacia inconfundible era aquel tono de sus ojos, era evidente que aquel omega era su hijo.
Estaba a punto de hablarle para buscar la manera de llevárselo de allí sin hacer el mayor alboroto cuando otro Omega irrumpió en la cocina como un vendaval, todo risas y alegría.
—Aquí estas hermanito, te andaba buscando, vamos a bailar.
Eun Woo sonrió, definitivamente los demonios de la bruja negra estaban de su parte pues sin ningún esfuerzo tenía ya a su hijo y a uno de sus sobrinos en frente suyo.
—Ya voy, ya voy no sea molesto que tengo sed —dijo un poco molesto.
—Yo también tengo sed dame le arrebato el vaso con agua de las manos y se quito la mascara para disponerse a tomar agua.
—¡pero que calor hace por la Diosa!
Un estruendo de platos y ollas cayéndose interrumpió el ambiente de la cocina —lo siento —se disculpó un mesero detrás de los hermanos.
—Oh no se preocupe señor —respondió Beomgyu con la sonrisa mas bonita que había visto Eun Woo en su vida, heredada sin duda alguna de Hoseok, no había lugar a dudas aquel Omega tenía que ser su hijo también, tenían ese mismo bonito aura, era como ver el sol cuando sonreían, la diferencia era la heterocromia de sus ojos, pero todo en el gritaba Hoseok, su cabello lacio de un color castaño, su piel bronceada como la porcelana, sus delicadas facciones, su cuerpo curvilíneo y de pronunciadas caderas, era precioso, tan hermoso como una vez lo fue su Omega Hobi.
Los hermanos se alejaron de la cocina después de volver a ponerse sus respectivas máscaras, Eun Woo se disculpo un momento con los otros meseros y fue al baño de servicio.
—Lo encontré —le dijo a alguien por teléfono.
—Llevaré solo a mi hijo.
—Es él no molestes,
—Que si, carajo déjame en paz yo se lo que hago.
—Deja de molestar mujer, es el hijo de Hoseok no tengo dudas.
—Si, si, adiós —colgó la llamada para evitar seguir la discusión, ahora tenía que pensar como sacar a su hijo de allí sin llamar demasiado la atención.
Taeul estaba inquieta, ella sabia lo que pasaría y en esa noche maldecía como nunca su voto de neutralidad pero no tenía el valor de romperlo, siempre se vio tentada a hacerlo pero nunca lo hizo, las palabras de su madre se repetían en su mente cada una de las veces en las que quiso intervenir, "si intervienes y usas tus poderes para cambiar el destino de las personas en lugar de ayudarlas puedes ocasionar un mal peor, es mejor dejar que el destino siga su curso Taeul" era por eso que no podía hacer mas que mirar con una tristeza profunda a aquel bonito Omega que bailaba feliz con Taehyun.
—¿Le pasa algo señora? —pregunto su beta asistente que la acompañaba a todos los lugares a los cuales ella iba.
—Me pasa la vida cachorro, me pasa el destino que a veces es demasiado cruel con quien no
se lo merece —el beta suspiro profundamente comprendiendo que aquellas palabras de la anciana vaticinaban la presencia de algo muy malo, él no tenia poderes y la mayoría de las veces no entendía lo que ocurría a su alrededor, pero con el paso de los años aprendes a leer a las personas a las que ves todos los días y él había aprendido a identificar cada mirada y cada gesto de la anciana para la que trabajaba llegando a conocerla tanto que ya no se sentía sorprendido si algo extraño le ocurría.
Con pasos temblorosos pero firmes Taeul se dirigió a la cocina seguida del beta, abrió de un golpe la puerta y se paro en frente de un Alfa que lavaba los platos.
—Entonces no me equivoque, aquí estas sanguijuela —el Alfa cerro la llave del grifo y tomándose su tiempo se volteo a ver a la anciana.
—¿Vas a acusarme? anda hazlo —la reto pero ella siguió impávida sin moverse de su sitio.
—¡oh! cierto no puedes —se burlo. —Voto de neutralidad —dijo carcajeándose.
—Me das tanta pena Eun Woo, tu destino pudo ser otro, pudiste ser alguien bueno si no te hubieses dejado contaminar del rencor que tu padre les tenia a los Kim, pero anda llévatelo, no te detendré, no puedo hacerlo, solo te recuerdo que tu destino también esta marcado y tu final se acerca —se giro y salió de allí con sus ojos inundados en lagrimas, nunca fue fácil para ella llevar a cuestas el peso de saber lo que sucedería sin poder hacer nada para cambiarlo.
A veces ser tan bueno e ingenuo no era bueno, Beomgyu era un alma pura que no soportaba ver a otros sufriendo sin poder hacer algo para ayudar, fue por ello que cuando se dirigía al baño y escucho un llanto no pudo evitar detener su camino y seguir el rastro de aquel llanto para saber quien y por que lloraba y ayudarlo.
El rastro lo condujo a la parte de atrás de la casa, la cual daba a un frondoso jardín, salió en busca de aquel llanto y entonces vio a una persona sentado en una banca que estaba ubicada cerca de una bonita fuente, la persona que estaba allí lloraba amargamente con una mano es su vientre, Beomgyu pensó que quizá estaba enfermo así que no dudo en acercarse.
—¿Esta bien, necesita ayuda? —preguntó dulcemente, entonces la mirada de aquel hombre se alzo y lo vio a los ojos.
—Eres igual a tu madre Hoseok.
Beomgyu lo miro confundido, quería aclararle que estaba equivocado, que su madre se llamaba Seokjin, pero apenas si pudo abrir su boca para pronunciar palabra alguna cuando el rostro de aquel hombre se deformo en una mueca macabra justo antes de golpearlo en la cabeza con la piedra que tenía en la mano derecha con la que sujetaba su estómago y le pegó tan fuerte con aquella roca que lo dejo inconsciente.
—Ahora si vámonos hijito, que fácil fue, eres igual de estúpido que tu madre —se burlo Eun Woo para luego alzar en sus hombros el cuerpo inconsciente de su hijo Beomgyu para llevárselo sin que nadie se diera cuenta de aquello.
En ese momento entraban de la mano Taehyung y Jungkook quienes apenas y alcanzaron a ver como alguien se llevaba en un auto un gran bulto lo que parecía ser una persona, no estaban seguros pues era de noche y estaba muy oscuro.
Entraron rápidamente al salón haciendo un gran alboroto, la música se apago y ellos explicaron lo que vieron a los presentes, fue en ese momento cuando se percataron de que faltaba Beomgyu, Tebi el lobo de Taehyun rugió y este comenzaba a dar su primer cambio, Taehyung lo interrumpió y con el propósito de ir él en busca de Beomgyu se dispuso a transformarse en el lobo negro.
Un golpe fuerte de algo pesado que se dejaba caer al suelo irrumpió en el salón, era Taeul quien había dejado caer una silla para llamar la atención de todos quienes estaban dispersos por el alboroto.
—Ni se te ocurra salir Taemin, este no es tu asunto.
—Pero Taeul... -refunfuño Taehyung.
—Tú te callas, ya te dije este no es tu asunto, ¿Sabes por que no pudiste nunca atrapar a Eun Woo? porque eres un Alfa terco, inmaduro e insensato que se deja llevar de sus impulsos, siempre pensaste que con responderle a sus ataques con otro ataque mas fuerte era suficiente, pero te equivocas, vencerlo nunca fue tu destino.
—Taehyun, no olvides mis enseñanzas, eres poderoso mi niño, eres el Alfa supremo, no dejes que Tebi nuble tus sentidos, tienes que ser mas inteligente que él —habló con cariño la anciana y Taehyun recupero la calma, aun así no pudo detener la salida de su lobo interior.
—Te llevaste algo que yo amaba, yo me voy a llevar todo de ti hasta que no te quede ni siquiera un suspiro de vida en el cuerpo —sentencio a la nada Taehyun y salió de allí convertido en un majestuoso lobo color plateado.
El momento llegó, la profecía se cumpliría y todo llegará a su fin.
El lobo plateado de Taeyun
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