Cuando el clan del Alfa fue atacado
Tan solo ayer podía verte, podía escucharte, tan solo ayer y hoy...
Hoy ya no estas.
Taeul se sentía muy nerviosa aquella noche, no podía conciliar el sueño por mas que lo intento, cansada ya de dar vueltas y vueltas en la cama sin poder dormir, se levanto y se dirigió hasta la cocina del pequeño departamento que rentaba para prepararse un café.
Algo no andaba bien, pero no sabía qué, trato de despejar su mente buscando respuestas a su inquietud pero no hallo ninguna.
Se sirvió una rica y humeante tasa de té y se dispuso a beberla sentada en una de las sillas cercanas a la isla de la cocina; fue entonces, cuando sintió una leve picadura por detrás de su cuello, no sintió ningún dolor, solo un pinchazo como la picadura de un mosquito, llevó su mano hacia la parte de atrás de su cuello en donde había sentido el pinchazo y tomo algo que había allí entre sus manos.
Llevo sus dedos hacia adelante y los abrió para ver que había atrapado.
Una araña negra.
Taeul se estremeció de pies a cabeza y se levantó dando varios pasos hacia atrás muy asustada.
Sus ojos se llenaron de lágrimas en ese instante y cayo al suelo sollozante envuelta en un llanto inconsolable.
Era un mal presagio y ella sabía cual de los tres clanes era representado por la araña y peor aún ella sabía que la muerte de la araña solo podía significar que alguien moriría a traición, por la espalda justo como ella aplasto a la araña desde atrás.
Lloró, amargamente y por muchos minutos, lloró la futura muerte del Alfa y fue entonces como si tuviese una Epifanía que un nombre se reprodujo en su mente "Hobin"
La anciana se incorporo y sin ni siquiera cambiarse sus ropas de dormir, salió del departamento en la infaltable compañía de su incondicional asistente quien la veía confundido y atontando aun sin terminar de despertar.
Al subirse al auto pareció adivinar en su rostro la confusión del chico, pero no tenía ganas de dar ningún tipo de explicación así que solo lo miro fijamente con los ojos aun vidriosos por el llanto y ordenó.
—A casa de los Jung cachorro y no intentes comprender lo que no te concierne.
Como de costumbre el joven Beta no discutió sus ordenes y en un santiamén, menos del tiempo que se demora normalmente en hacer el trayecto cabe aclarar, Taeul ya estaba tocando insistentemente el timbre de la residencia Jung.
Un adormilado Hobin, en bata de dormir y pantuflas, salió a su encuentro casi quince minutos después, pero mejor le hubiese valido no hacerlo.
—Maldito seas tú, escoria putrefacta, gusano del infierno, maldito y mil veces maldito seas.
La vieja bruja se abalanzo hacia él golpeándolo y rasguñando su cara como poseída en un frenesí salvaje de ira incontrolable, Hobin apenas si podía esquivar uno que otro golpe y evitar algún rasguño, parecía increíble pero la anciana mujer poseía una fuerza demoledora y parecía que se había propuesto el causarle el mayor daño posible, Hobin se quedo viendo al muchacho acompañante de la mujer con un gesto suplicante en sus facciones que parecía implorar por ayuda.
—No te quedes ahí mirando muchacho, ayúdame a controlarla —le suplico y en ese momento Taeul detuvo su ataque para girarse hacia el Beta quien aun seguía solo observando, incapaz de realizar algún movimiento en particular.
—No te metas este no es tu asunto ya te lo he dicho —sentencio con fría voz la Alfa.
—¡Ya basta Taeul! Con qué derecho vienes a mi casa a estas horas a golpearme sin razón —gruño molesto Hobin y como respuesta por parte de la anciana Alfa obtuvo una bofetada que tan
fuerte que partió su labio inferior y lo hizo trastabillar hacia atrás casi al punto de estar por perder el equilibrio por un instante.
—Maldito súcubo del demonio no vengas a fingir inocencia, alimaña rastrera, bien sabes lo que has hecho y que mereces todas las maldiciones existentes, MALDITO TRAIDOR.
Esas últimas palabras le explicaban el comportamiento violento de la anciana bruja, era evidente que ya se había enterado de lo que él había hecho tan solo unas horas antes, ese mismo día.
—Y...Yo tenía que, yo... yo... Taeul... es que... lo siento —finalizo en un suspiro. —Lo hice por mi hijo.
—Eres un completo imbécil, Taehyung no iba a casarse con tu hijo, él ya encontró a su omega, pero ahora por tu culpa se desatara el infierno, pero te tengo noticias, no estarás presente para consolar las lágrimas de dolor que derramara tu hijo y mucho antes de que Hoseok conozca el infierno tú ya estarás pagando tus culpas allí.
Después de haber pronunciado aquellas proféticas palabras, igual como llego, Taeul se marcho, con paso firme y sin cortesías de por medio, Hobin se quedo pasmado al comprender el peso de sus acciones reflejado en aquellas palabras, por su insensatez había provocado una tragedia peor para si mismo y había arrastrado consigo a su hijo y ahora no podría hacer nada para evitar su sufrimiento, Taehyung iba a tomarlo en venganza sin que nadie pudiese impedírselo.
Tres semanas después.
Jungkook había seguido al pie de la letra todas las indicaciones del medico en cada paso que debía dar con respecto al tratamiento con Alfapsinas previo a la omectomia y el día decisivo se acercaba, ya solo quedaba un día antes de la cirugía y debía ser hospitalizado para ser preparado para la intervención quirúrgica.
Junsoo seguía estando en desacuerdo con aquello, pero en vista de que no hubo poder humano que convenciera al Omega de lo contrario, solo le restaba apoyarlo y acompañarlo en lo que restaba del proceso, así que ambos se dirigieron hacia la clínica esa tarde.
—¿Estas seguro de hacer esto? —le pregunto el Alfa a su hijo una vez mas al subir a su auto para emprender el viaje hacia el hospital.
—Lo estoy tío Junsoo —sin vacilaciones respondió.
En realidad no lo estaba, claro que no estaba seguro, lo que iba a hacer era una completa locura
y no por el cambio en si mismo, muchos otros Omegas que no se identificaban con la casta en la que habían nacido lo hacían, las épocas habían cambiado y cada vez se aceptaba mas en la sociedad el deseo que tenían algunas personas de cambiar aquello con lo que habían nacido sin que nadie les preguntase y que no se sentían conformes de tener, por tanto las cirugías de cambio de casta y de sexo eran cada vez mas comunes en esos días.
El problema de Jungkook radicaba en las razones por las cuales se quería realizar el cambio, y eran las razones equivocadas, él no se sentía inconforme de haber nacido Omega y se sentía plenamente identificado con la casta en la que había nacido, como coloquialmente podría llamarse "era un omega de cabo a rabo"
Él estaba a punto de dar el paso hacia el cambio de casta por razones mas banales, absurdas y hasta un poco egoístas, por que si, lo hacia por venganza, esa era la razón principal de todo eso, pero también lo hacia por orgullo, por el malsano deseo de querer sentirse superior a aquel Alfa que lo perseguía hasta en sueños desde niño y también lo hacia precisamente para huir de él, mas específicamente, para huir del destino que lo llevaba hacia él.
Jungkook sabia que aquel Alfa de los ojos color café, Kim Taehyung, el asesino de su hermana Yeji, era aquel que la Diosa había escogido para ser su alma gemela, era su Alfa predestinado y estaba intentando con todas sus fuerzas de rehuir al llamado de su lobo hacia él, era jodidamente difícil, estaba forzando su razón al máximo y por momentos su lobo se lamentaba tanto que Jungkook tenía que consumir anti depresivos que lo llevaban casi a la inconsciencia, siendo esa la única manera que había encontrado de acallar a su lobo que pedía por su compañero desesperadamente.
Taehyung no la estaba pasando mucho mejor tampoco, casi no comía y llevaba días enteros sin poder conciliar el sueño por periodos superiores a dos o tres horas, se veía pálido y demacrado y había comenzado a perder peso súbitamente, y lo peor era que controlar al lobo negro en su interior se le estaba convirtiendo en una tarea casi imposible de llevar a cabo, su casa o mejor dicho lo que quedaba de ella era un fiel testimonio de aquello, durante las últimas tres semanas el enorme lobo negro había emergido a la superficie en dos ocasiones, destrozando todo a su alrededor, estaba enojado muy enojado y apremiaba a Taehyung a que encontrara a su Omega como fuera antes de que fuese demasiado tarde y terminara consumiéndose en su interior.
Y ya había ido a buscarlo con la firme intención de complacer los deseos de su lobo y reclamarlo para si, el problema era que al llegar encontró el departamento en que solía vivir el Omega, vacío y con un letrero en la puerta que decía que se encontraba en venta y le había perdido por completo la pista a Jeon Jungkook.
Una semana después, sus hombres de confianza le habían informando que Jungkook se había mudado junto a Junsoo a una mansión ubicada en las afueras de Seúl, muy cerca a donde su familia tenía el casino.
Por supuesto fue hasta ese lugar a buscarlo también, pero fue en vano su búsqueda, pues no pudo ni siquiera atravesar la seguridad de la puerta, claro que el hubiese podido pasar a la fuerza, pero no era esa su intención, por una razón que ni el mismo lograba comprender a ciencia cierta, quería que todo fuese en buenos términos, quería tratar a Jungkook de la mejor manera posible, cortejarlo y lograr así que el Omega quisiera irse con él por voluntad propia.
Ese día lo único que consiguió fue hacerle llegar un arreglo floral de lirios y azucenas que había comprado de camino, se lo hizo llegar con uno de los guardaespaldas que custodiaban la propiedad, después de ese día ya no pudo acercarse mas y su lobo interior estaba realmente desesperado.
Quizá fue esa misma desesperación que sentía en su pecho, lo que lo llevo esa tarde a tomar las llaves de su auto y conducir durante mas de una hora, aparentemente iba sin un rumbo fijo, Taehyung no sabia hacia donde se dirigía pero se estaba dejando llevar por sus instintos y aparentemente el lobo negro si sabia hacia donde iba.
Muchos kilómetros después se detuvo frente a una clínica que tenía un vistoso letrero que decía: "clínica de reasignación de castas" algo en su cabeza hizo clic y comprendió que hacía allí, en ese lugar estaba Jungkook, no entendía que hacia el Omega allí, o mejor dicho se negaba a entenderlo, porque no podía ser cierto que su bonito Omega quisiera dejar de serlo y convertirse en un Alfa, eso no podía ser cierto ¿verdad?
Minutos antes de que Taehyung entrara a la clínica, el doctor Lee había ido a la habitación que le fue asignada a Jungkook para darle una mala noticia.
—Jungkook no podemos hacer la cirugía —había dicho el doctor ajustándose los lentes en el puente de la nariz, con un notable deje de nerviosismo en su voz.
—¿Qué? ¿Pero por qué no? si es por dinero yo ya cancele el monto total de la operación y si ha habido algún gasto extra estoy dispuesto a pagarlo no se preocupe —Jungkook habló atropelladamente, con un nudo formándose en la boca de su estómago y la garganta seca como si estuviese en el desierto.
—El monto de su cirugía le será devuelto, ese no es el motivo por el cual la cirugía tendrá que cancelarse.
—No entiendo entonces doctor Lee, explíquese por favor ¿Qué sucede?
—Cálmate y déjame hablar muchacho —el medico sonrió para calmar un poco la ansiedad que veía en su paciente en ese momento.
—Jungkook, lo que sucede es que tu cuerpo rechazo las Alfapsinas, incluso todo el tratamiento que ya llevabas fue revertido, tu cuerpo esta como si esta fuese la primera vez que nos vemos, no es algo que suceda con frecuencia, de hecho es sumamente raro que suceda, contándote a ti en mis 20 años en el ejercicio de la medicina, es la quinta vez que lo veo suceder.
—¿Pero algo se puede hacer para remediarlo, verdad? ¿por que me sucedió esto? —el nivel de ansiedad de Jungkook seguía en aumento a cada segundo, estaba ansioso y confundido sin poder comprender bien lo que estaba pasando.
—Como te dije, este hecho es extremadamente raro, y siempre que sucede se debe a que el lobo
interior del paciente a encontrado a su compañero y se rehúsa a renunciar al lazo con el otro lobo.
—Pero yo no tengo ningún lazo doctor, ni estoy marcado aún.
—Muchacho, el lazo entre un Alfa y un Omega es la unión mas poderosa existente entre dos almas y va mucho más allá de una simple mordida, si tu lobo ya identificó a su Alfa y tuviste contacto con él, así sea mediante un simple beso entonces el lazo quedó formado y la marca solo es el refuerzo a ese lazo.
Al escuchar aquellas palabras fue entonces cuando Jungkook recordó su niñez cuando conoció al niño de los ojos café y al despedirse se dieron un inocente beso en los labios, ese había sido un beso de niños, ¿eso no podía contar como un beso real para formar un lazo o si?
Eso quería decir entonces que su lobo estaba enlazado con el de Taehyung desde niños aun sin
saberlo y aquel alfa de los ojos café era su pareja predestinada.
—¿Entonces ya no se puede hacer nada para romper ese lazo y realizar el cambio de casta?
Jungkook temía saber la respuesta a esa pregunta la cual para ser honesto en lo profundo de si ya conocía.
—No, si intentáramos forzar a tu lobo a cambiar podrías morir por el lazo roto, los omegas nunca
sobreviven a uno.
—¿Y si yo quiero correr ese riesgo?
Antes de que el doctor pudiera darle una respuesta a esa pregunta, como una bala de cañón entro salvajemente un enorme lobo negro al consultorio, arrastro afuera el doctor y se quedo a solas con Jungkook.
Extrañamente el Omega no se sentía asustado, asombrado sí, nunca antes había visto de cerca a un lobo tan grande, pero por alguna razón él sabia que aquella bestia no iba a lastimarlo.
Ante la mirada atónita de Jungkook, el enorme lobo negro fue encogiendo su cuerpo, el pelo desapareció al igual que sus rasgos lobunos y el enorme lobo comenzó a mutar en una figura humanoide y antes sus atónitos ojos apareció Kim Taehyung, el lobo era nada mas y nada menos que su pareja, eso explicaba el por qué no sintió miedo ante su presencia.
—No lo hagas, lobito —fue lo primero que Taehyung le dijo a Jungkook.
—¿Qué no haga que cosa? —preguntó Jungkook aun atontado por el reciente cambio del Alfa de lobo a humano.
—No dejes de ser un Omega, mi lobo no lo resistiría, yo se que también lo sientes, se que sabes que soy tu Alfa, lo se, se que lo sientes tal como lo hago yo.
El lobo de Jungkook quería decirle que si, que él sentía que estaban destinados a estar juntos y que anhelaba que se enlazaran, quería contarle de las noches en que se soñó estando a su lado con varios cachorros producto de su amor, el lobo de Jungkook en realidad quería hacerlo, pero entonces esa parte del cerebro en donde se guardan y almacenan los recuerdos se activo y el recuerdo de Yeji, su hermana muerta, llegó a su mente y con el la rabia y el enojo.
—ASESINO, TU LA MATASTE —le grito y comenzó a arrojarle todo lo que tenía al rededor, una caja con guantes, un estetoscopio, cuadernos, la papelera que estaba cerca del escritorio y hasta el porta lapiceros que estaba encima de este.
Taehyung se acerco cautelosamente a él buscando calmarlo y lo apresó entre sus brazos, Jungkook forcejeaba y le gritaba insultos, hasta que después de unos minutos se dio por vencido y dejo de luchar comenzando a llorar desconsoladamente.
—No lobito, no llores por favor —pidió Taehyung hablándole con ternura.
—La mataste —le susurro una vez mas Jungkook.
—No es así, fue una trampa
—¿Tienes pruebas?
—Aun no, pero las estoy reuniendo y voy a demostrar que soy inocente.
—Aja y tengo que creerte no mas por tu cara bonita aunque tengas pinta de asesino serial con todo ese show de lobo gigante.
—No es show, es mi lado animal, y no tienes que creerme por eso, debes creerme porque eres mi pareja y se que sabes que no miento —lo tomó del rostro y lo miró fijamente a los ojos, en ellos Jungkook vio un brillo particular que denotaba sinceridad y le inspiraba tranquilidad, además de eso la calidez de su mirada le hizo sentir algo parecido al cariño o al amor, o al menos eso creyó en ese momento.
Taehyung inclino su rostro y atrapo sus labios en un cálido beso, no había pasión sexual en el, era apenas un roce de labios en el que tan solo tenían la enorme necesidad de transmitirse todo lo que estaban sintiendo e uno por el otro.
Al terminar el beso Taehyung le limpio las lágrimas del rostro con sus pulgares y beso cariñosamente su frente.
—Salgamos de aquí lobito, necesito ropa, afuera esta mi auto y después de vestirme podemos ir a alguna lugar si quieres y seguir hablando.
Jungkook soltó una pequeña risa, en el frenesí del momento ni siquiera se había percatado de que el Alfa en realidad estaba desnudo, seguramente había hecho trizas su ropa cuando se transformó en el lobo negro.
—Si quiero —le dijo sonriente Jungkook y salieron del consultorio juntos con las manos entrelazadas y los corazones latiendo en una misma sinfonía.
Aquello hubiese podido ser el hermoso comienzo de la mas bella historia de amor contada, pero no seria tan fácil, el universo no conspiraba a su favor y Taehyung iba a romper a Jungkook como a un frágil cristal y después intentaría repararlo aunque ya nunca sería el mismo.
Desde su posición, en el quinto piso de un viejo edificio a una prudente distancia de la principal oficina del clan Kim, Eun Woo tenía una vista privilegiada del cruce de calles en la esquina de la cuadra.
A esas horas de la tarde, la circulación de los autos era relativamente poca o nula al igual que el de las personas, que solían evitar esa zona por temor a sufrir un altercado debido a la reputación del lugar, sin embargo, con el pasar de las horas, las cosas cambiaban por completo, cuando las luces de neón, el ruido de la música y la explosión de risas inundaba cada rincón del lugar debido a la cantidad de clubes nocturnos colocados estratégicamente alrededor de la zona.
Era entonces cuando el verdadero negocio comenzaba y todo aquel dispuesto a encontrar un poco de diversión y tal vez algo más, acudía al lugar que ofrecía una amplia variedad de mercancía ilícita.
Alcohol, drogas, prostitución y apuestas.
La venta de Omegas provenientes de Abbysay estaba a la orden del día y la amplia variedad de narcóticos que permitirán al consumidor hacerse de ellos de acuerdo a su presupuesto.
El dinero circulaba como el agua y cada día las sumas incrementaban notablemente, aumentando el poderío del clan Kim en cuanto a el dominio del territorio en materia ilegal.
Le había tomado a Eun Woo una semana y tres días hacer un estudio cuidadoso de la zona antes de poder ingresar a ella sin ser notado, el alquilar un cuarto cerca al lugar fue más complicado de lo que habían supuesto, en un principio, cada edificio pertenecía a los Kim y generalmente eran usados para su propio clan pero había sido cuidadoso en cuanto a su identidad y se había mezclado bastante bien con las personas que se movían por esos círculos viciosos como para pasar como uno más.
Tres semanas de planeación, de estudio y seguimiento de los patrones de vigilancia y él y sus hombres estaban listos y a la espera de dar el golpe decisivo a uno de los más importantes y fructíferos negocios del clan Kim.
Y para su grata satisfacción, la orden de entrar en acción ya había sido dada por su padre.
Eun Woo descansó el peso de su cuerpo en su costado izquierdo y buscó una posición más cómoda, estaba tendido en el balcón de su piso alquilado, bajo el resguardo de la penumbra y cubierto por las hojas de una planta trepadora que se había arraigado en los barrotes de hierro oxidado del balcón, hizo una mueca al sentir las piernas un tanto entumidas pero se limitó a sacudirlas lentamente a modo de prueba mientras consultaba la hora en el reloj de su muñeca.
Faltaban menos de diez minutos para que Taehyung llegará al lugar con la mercancía solicitada en el último mes.
Tomó los binoculares y observó el panorama, los guardias laterales hacían su habitual ronda mientras que los que custodiaban las puertas comenzaban a tomar sus posiciones para recibir la camioneta blindada negra que giraba en la esquina.
—Papá, objetivo uno en la mira —murmuró Eun Woo a través del intercomunicador en su
oreja, dejando los binoculares a un lado para acercarse a la mira telescópica del fusil de
francotirador colocado frente a él.
—Espera mi señal —le ordenaron a través de la línea.
Cerró el ojo izquierdo para mirar con mejor predicción por la mira telescópica del fusil, enfocando su objetivo en la ventanilla delantera derecha cuando el auto se detuvo frente a la puertas.
—Vamos —murmuró mientras el cristal polarizado comenzaba a descender lentamente, para revelar a su ocupante.
El rostro de un hombre se vislumbró, quien se identificó con el escolta de la entrada para recibir la aprobación de su ingreso.
Las grandes puertas de metal comenzaron a abrirse con un pesado chasquido para dar paso al vehículo en el estacionamiento interior del edificio de oficinas.
—Ahora
Hubieron tres detonaciones simultáneas ahogadas por los silenciadores, dos escoltas cayeron al instante sobre el pavimento y una bala atravesó el cráneo del chofer por encima de la oreja.
El cuerpo cayó inerte sobre el volante mientras la sangre y los pedacitos de sesos salpicaban los vidrios y al copiloto.
Sólo fue cuestión de segundos para que los guardias reaccionaran y empuñaran sus armas, resguardándose lo mejor posible del enemigo mientras respondían la agresión con disparos simultáneos a los edificios adyacentes en un intento de darle a los francotiradores ocultos en los
alrededores.
—Despeja la entrada
Eun Woo disparó nuevamente, pero esta vez, en los neumáticos de la camioneta y acto seguido, en los escoltas que comenzaban a salir del edificio por la puerta frontal entre disparos mientras cubrían la camioneta en la intemperie y sacaban a un hombre del interior cubriéndolo lo mejor posible de los disparos para llevarlo dentro y ponerle a salvo.
—De prisa, están activando el cierre hermético —informó, disgustado, cuando las puertas de metal comenzaban a cerrarse lentamente.
Una bala impactó en un barrote del balcón y él rodó ágilmente en el piso, cubriendo su cabeza con los antebrazos mientras maldecía por lo bajo.
—¿Dónde mierda están nuestros hombres? —rugió.
—Sal de ahí y mantente en movimiento —ordenó Eunho entre gritos susurrados.
—La alarma ha sido activada y no tardan en llegar refuerzos, ocúpate de ellos.
—Entendido
Eun Woo tomó su fusil y se arrastró apresuradamente lejos del balcón, una vez dentro, se puso de pie y no perdió tiempo en correr por las escaleras que daban al techo para buscar un nuevo punto estratégico.
Si la alerta había sido dada, él sabía que tenían escasos diez minutos para comenzar a moverse antes de que los refuerzos de los Kim llegasen y tenían que ser rápidos para lograr su objetivo y desaparecer sin dejar rastro.
Afuera, cinco camionetas arribaron al lugar y se detuvieron con un chirrido de neumáticos en la calle que arrancó humo del asfalto, rodeando el edificio y las calles contiguas; de ellas descendieron un escuadrón, eran los hombres del clan Chá.
Las detonaciones explotaron sin ceremonia y la refriega dio pasó a un enfrentamiento sin tregua entre ambos bandos en los minutos en que la defensa del lugar resistió para impedir la violación de la entrada.
Las puertas no habían alcanzado a cerrarse y el pequeño espacio abierto fue el suficiente para que el enemigo ingresará por ellas arrasando a los presentes a su paso, adentrándose en el edificio y los interminables pasillos iluminados por las lámparas de neón azules en los techos hasta llegar al almacén de sustancias y el despacho de Taeyeon.
Así que, en el momento en que Kim Taeyeon fue rodeado e inclinado sobre el borde de su costoso escritorio con el cañón de una Beretta sobre su nuca, supo que la partida estaba peligrosamente cerca de ser un jaque mate y que Chá Minho, había realizado una jugada impecable que los ponía en la delicada situación de la derrota.
—Registren el lugar, no quiero a nadie con vida. Reúnan toda la mercancía, el dinero y la información relevante sobre el clan, todo lo demás va a arder junto con esta mierda —Eun Woo ordenó, señalando a Taeyeon con una sonrisita sardónica surcando su rostro.
—¡Muevanse señoritas, se nos acaba el puto tiempo!
Taeyeon fue esposado y obligado a levantarse, dos hombres se situaron tras su espalda y le obligaron a avanzar entre el desastre de muebles volcados y cuerpos ensangrentados rumbo a la puerta trasera del edificio en donde una camioneta estaba aparcada y un par de hombres la custodiaban.
—Kim, ha sido bastante tiempo sin vernos —uno de ellos le saludó con la voz distorsionada por la tela sobre su boca.
—Hijo de perra —Taeyeon espetó, haciendo amago de lanzarse contra él cuando este se retiró el pasamontañas de la cabeza pero fue detenido de inmediato y derribado con un certero culatazo en su sien que le abrió la piel en un profundo surco.
La sangre brotó sin ceremonia y mojo su rostro al ser golpeado repetidamente por pesadas botas militares que rompieron el tabique de su nariz y despostillaron sus dientes por la brutal fuerza.
—¿Es así como saludas a tus viejos amigos? el hombre se detuvo a su lado, mirándolo desde su altura con el desprecio pintado en su rostro.
—Es algo bueno que todavía me recuerdes.
En ese momento llego Taehyung a la escena y al ver el desastre de cuerpos ensangrentados y a su padre siendo acorralado por Jung Hobin, el lobo negro emergió a la superficie y comenzó a atacar a los hombres del clan Chá.
El lobo destrozo los cuerpos de sus enemigos hasta que pudo llegar a donde el Alfa Jung tenía encañonado a su padre, pero fue demasiado tarde para salvarlo, Hobin lo mató disparándole en la sien, entonces Taehyung saltó sobre el Alfa y de una mordida le arranco la cabeza.
En ese momento, Eun Woo quien ya se encontraba en el interior de uno de los vehículos y se disponía a irse, accionó la última bomba, y el cuerpo del lobo negro salió volando por los aires quedando gravemente herido.
El infierno se había desatado y ya nada sería como antes.
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