Capítulo 8
Anda, vamos. Solo estarás con Erick cabalgando hasta llegar a algún lugar...
¿Eres alguna especie de parásito o algo así? El que fueras la molestia de mi padre, no significa que también debo tener que soportarte.
Ya te dije que soy la autora, no soy un parásito. Si no quieres tener discusiones ridículas entonces déjame narrar. Apuesto a que en Sutan están pasando cosas interesantes.
Probablemente.
De seguro Ciro ya se dio cuenta de que no estás.
Supongo.
Elliot se molestará mucho cuando...
Está bien. Si te dejo narrar un momento ¿me dejarás en paz y no tendré que oírte en mucho tiempo?
Si te digo que sí ¿me dejaras narrar?
...Bien...
¡Genial!
Mientras nuestra querida Renuka y su siempre confiable Erick cabalgan en dirección a Criya, en Sutan las cosas no están yendo muy bien que digamos.
Al llegar a casa, Ciro se encuentra con la "sorpresa" de que Renuka no se encuentra por ningún lado; y que Bestia no está en su lugar.
— ¿Ciro? — pregunta Elliot al verlo en su puerta — ¿Pasa algo? — lo ve un poco alterado.
— Solo venía a preguntar si Renuka había venido por aquí durante la tarde.
— No, estuvo aquí en la mañana pero... Luego se marchó. Quizás está en casa de Khan o...
— Ella me dijo que entrenaría con Erick; pero pensé que a esta hora ya debía haber vuelto.
— ¿Entrenar? — pregunta confundido — Erick estuvo aquí toda la tarde conmigo hablando sobre... Varios asuntos.
Eso suena bastante sospechoso. Veamos por qué tanto misterio.
Inicio de flash back.
<<En la sala de su hogar, Elliot y Erick hablan tranquilamente sobre lo de siempre.
— Entiendo que te sientas culpable, Erick. Después de todo, Renuka es tu compañera y te hace difícil sacarte ese recuerdo de la cabeza.
— Siento que... La única forma de aligerar un poco todo es contándoselo. Pero...
— Te asusta ganarte su desprecio — completa su frase.
— Lamento si soy muy repetitivo con este asunto...
— No te preocupes. Todos tenemos que pasar por el mismo proceso cuando se trata de tomar decisiones como esa. No puedo decir que Renuka comprenderá lo que le digas. Pero sabes que solo hay una forma de averigualo.
— Supongo sí... — se levanta.
— ¿A dónde vas?
— Voy a... Hablar con Renuka. — Dice con nerviosismo —Creo que ya es tiempo...
— Suerte>>.
Fin del flash back.
Ciro se queda pensativo un momento. Realmente no sabe qué hacer; y Elliot nota esa frustración y preocupación en el hombre.
— Quédate tranquilo, Ciro. Lo más probable es que esté en casa de Khan. Si quieres iré a verla...
— No, descuida. Tienes que atender a tu familia. Que tengas buena noche.
— Nos vemos, Ciro.
Ciro regresa a casa sin dejar de preguntarse en dónde está Renuka.
— Lo siento, Khan. Pero ya no sé qué hacer para ayudarla... — dice sentándose en el borde de su cama.
Por otro lado, Elliot permanece junto a Mina y su pequeño hijo, quien duerme pacíficamente entre sus padres.
— Elliot — Mina toma su mano al verlo preocupado. — ¿Qué sucede, cariño?
— Ciro vino aquí buscando a Renuka.
— ¿Renu desapareció? Probablemente esté en su antigua casa...
— ¿Y si no está ahí?
Elliot se muestra pensativo un momento. Realmente no había pensado en una segunda opción.
— Demonios... — se levanta con cuidado y revisa sus cosas — Carajo. Se lo llevó — lleva sus dedos al puente de la nariz y masajea con fuerza.
Mina se asoma a la puerta con un poco de dificultad. Al verla, Elliot la toma entre sus brazos y la lleva de vuelta a la cama.
— Cariño, no te sobre esfuerces — la besa en los labios — Mina, tranquilízate. Escucha, tengo que salir.
— No está en esa casa ¿verdad? — Elliot niega con la cabeza.
— Lo más probable es que se haya ido a ese lugar. — la mira un poco indeciso — Tengo que...
— Estaremos bien, cariño. — lo abraza — Ten cuidado — acaricia su mejilla y lo besa.
— Saldré un la madrugada y... — un ruido dentro de la casa llama la atención de ambos. Un gruñido — ¿Qué está...?
— ¡Elliot! — grita Mina al ver a la criatura saltar sobre ellos.
— ¡Protege a Rurik! — dice mientras sujeta al animal del cuello — Mina, en mi cinturón. — Mina saca un daga y se la entrega. Inmediatamente, Elliot la clava en el cuello de esa criatura dándole una muerte instantánea. — ¿Qué? — unas gotas del líquido negro caen sobre él — ¡Mierda!
— ¡Elliot!
— ¡No toques nada! — dice quitándose su ropa. — ¿Qué demonios está pasando? — nota que hay un poco de ese líquido en su antebrazo. Le está quemando.
Luego de dejar a Mina y a su pequeño con Rhys, Elliot corre a ver a Zoren para informar lo sucedido.
Uh...
Bueno, creo que ya terminé por el momento así que...
¿Y bien?
Solo diré que habrán problemas...
Dime algo que no sepa.
En fin.
Ya es bastante tarde y la noche se está poniendo muy fría. Por suerte, no estamos lejos de una pequeña villa.
— Quizás podamos conseguir alojamiento — digo — es una villa pequeña, aunque...
— ¿Chico? — Ambos volteamos a ver.
— ¡Black!
— Tiempo sin verte — lo saluda con un apretón de manos — Eres la hija de Khan ¿no? Renuka.
— Sí, soy yo...
— Que curioso verlos por aquí. Pero vengan, aun hace frío por las noches.
Realmente no esperaba encontrar a Black en este lugar. Supongo que fue suerte del momento.
Por lo visto le ha sentado bien su nueva vida.
— ¿Cómo has estado? — pregunta Erick.
— Bastante bien, debo decir — nos invita a sentarnos cerca del fuego — ¿Qué hay de ustedes?
— Bueno, Renuka y yo entrenamos con Zoren, ya nació el hijo de Elliot... No hay mucho que decir realmente.
— Entiendo. Todo volvió a estar en completa calma después de eso... ¿Qué me dices Renuka? ¿Cómo has estado?
— Bien, dejé la casa de papá y fui a vivir con mi abuelo Ciro en Sutan.
— ¿Qué tal es vivir con Ciro? — un breve recuerdo me hace reír.
— Se preocupa mucho por mí. Es realmente agradable vivir con él. Al principio no pasaba momento en el que no me preguntara si estaba bien o buscaba algún pretexto para abrazarme.
— De tal palo tal astilla supongo.
— Bueno... Con papá todo era diferente. A Ciro no puedo negarle nada, ya que siento que está haciendo mucho por mí.
— Es bueno escuchar que estás bien.
— ¿A qué te dedicas ahora?
— Trabajo con un herrero en un pueblo vecino. Cuando vi al chico apenas venía de regreso.
— Entiendo.
— Oigan — nos mira extrañado — ¿Por qué están aquí?
— Zoren nos autorizó a hacer un viaje — dice Erick con toda confianza — Hemos entrenado por meses y queríamos demostrarle que podíamos hacer esto. Además, como en este momento se encuentra indispuesto...
— ¿Zoren está enfermo? — Black se preocupa.
— No es tan grave, solo...
— Solo nos dio un descanso — interrumpo. — Hemos entrenado bastante duro como para lograr que nos permita hacer esto.
— ¿Ah sí? — su sonrisa nos pone nerviosos a ambos — Y ¿hacia dónde van?
— Zafiro — Contesta Erick.
— ¡JA! — Ríe — Está bien, casi les creo. Pero cometieron unos errores. — Nos atrapó — Primero, Zoren no da descansos hasta que terminas tu entrenamiento. Segundo, no tienen ni siquiera un año de entrenamiento como para salir por su cuenta. Y tercero ¿Zafiro? Les habría creído si me hubieran dicho que van a Criya o a otro lugar cercano a Sutan. — Se pone de pie y nos mira desde arriba — Si van a mentir, háganlo bien. Ahora, la verdad es... — No tenemos más opción.
— Vamos a la laguna... — Confieso sacándome la perla.
— ¿De dónde la sacaste...? — mira la perla.
— Unos hombres que habíamos atrapado en una misión con Elliot intentaron secuestrarme cuando volvimos a Sutan ayer por la mañana. Atacaron a Zoren y me dejaron inconsciente. Cuando desperté, dijeron que me querían porque alguien quiere saldar una cuenta pendiente con mi padre.
— ¿Dónde...?
— Muertos — Interrumpe Erick. — Renuka se encargó de uno y Elliot del otro.
— No comprendo por qué vas a voluntad.
— Porque tengo el presentimiento de que papá está vivo. Y quiero comprobar eso — empuño la mano con la perla — Necesito comprobarlo por mí misma.
— Estás siendo descuidada, Renuka. Apuesto a que solo estás pensando en Khan; y no en lo que esos hombres dijeron — no comprendo — "Saldar un cuenta pendiente". Tú tampoco notaste ese detalle ¿verdad, Erick?
— Explícate, por favor.
— Ese día, ese sujeto estaba seguro de que la herida que tenía en su pecho no iba a matarlo. Tú no viste lo que nosotros vimos en ese momento, niña. El sujeto no era un sangre de lobo ordinario. Hasta me atrevería a decir que no era mortal, dada las características.
— ¿Dices que está vivo? — pregunta Erick.
— Es probable. Pero en este momento es "aparentemente inofensivo". Lo que lo hacía peligroso era controlar la magia de la laguna y la luna sangrienta. — Nos mira con preocupación — En estos momentos no soy nadie para decirles qué hacer. Después de todos, ya no soy un guerrero ni nada de eso. Pero, solo puedo aconsejarles que vuelvan a casa.
— ¿Dices que lo abandone?
— No se puede ayudar a alguien que ya está muerto, Renuka. Acepta que, a pesar de todo, el Alfa no es invencible. Khan no va a volver.
— Te equivocas... — la vista se me nubla — Todos están empeñados en decir que está muerto y enterrado. Pero yo sé que está vivo — me pongo de pie — Y se los voy a demostrar.
Decido salir de la casa y me quedo un momento apoyada en la puerta para intentar calmarme.
— Tienes que hacerla entrar en razón — oigo a Black — Tú más que cualquiera sabe que no es posible.
— Lo sé...
— Ella me recuerda mucho a Khan. Es bastante terca y... Tiene la misma mala costumbre de culparse por todo lo que pasa...
Me separo de la puerta para no seguir escuchando y camino hacia Bestia para seguir mi camino.
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