Al llegar la mañana, despierto por el constante movimiento que Bestia hace para hacerme a un lado y poder levantarme.

¿Ya habías dormido antes así?

Al principio solía pasar más tiempo con él. Estaba demasiado deprimida y no quería estar con nadie.

Waw... Este caballo tiene bastante valor para ambos.

Es valioso para mí porque era de mi padre.

Así parece ¿podemos dejar de hablar del caballo? No quiero tener que hacer un flash back sobre él otra vez.

Por mí está bien.

Acabo por enderezarme para dejar que Bestia se levante. Por suerte el sol comienza a calentar en cuanto sale. Así que ya no tengo que usar el abrigo de Olfen, quien sigue durmiendo, transformado en licántropo.

Buena forma de protegerse del frío.

Mientras lo miro, él no hace nada más que solo moverse de un lado a otro y rascarse el pelaje con las garras hasta que por fin despierta.

— Buen día, niña... — dice mientras bosteza — ¿Dormiste bien?

— Sí, gracias por el abrigo — se lo devuelvo casi de inmediato. Realmente apesta un poco.

— No hay problema, hija de Khan.

— Me llamo Renuka.

— Lo sé ¿Te molesta que te digan así?

No hay nada de malo en que me llamen de esa manera. Es lo que soy, "la hija de Khan". Pero, también siento que los demás esperan que sea como él.

— Reconozco esa mirada — comenta Olfen con una expresión — ¿Qué te hace dudar?

— Nada... Solo... — una criatura aparece frente a nosotros — ¿Qué es...?

Un lobo de pelaje gris brillante se para a mirarnos. A mí. Luego, solo voltea y se echa a correr.

— ¡Espera! — monto sobre Bestia y lo sigo.

No sé por qué; pero siento que no debo perderlo de vista.

— ¡Renuka! — escucho a Erick

<<¡Ayúdame!>>.

— ¡Espera! — Comienzo a acercarme a él.

— ¡Renuka! — una flecha pasa junto a mí clavándose en el lomo del lobo, haciéndolo caer muerto de inmediato.

— ¡No! — bajo del caballo para verlo de cerca. — ¿Qué?

— No lo toques — Elliot me hala hacia él para apartarme del lobo que, parece estar eliminando un líquido negro de su interior.

— ¿Qué es...?

— Eso es lo que debemos averiguar.

— ¿Debemos? — volteo a verlo.

— Por lo visto esas cosas comenzaron a aparecer de la nada por varios lugares. — tiene una venda en el antebrazo — Zoren encargó una misión de investigación en esa laguna. Quiera o no, hay que volver a ese lugar.

— ¿Solo los tres? — se acerca Erick.

— Black e Iki ya no tienen responsabilidad sobre esto. Le pedí a Rhys que protegiera a Mina y a mi hijo de esas cosas mientras la ciudad se prepara para la emergencia. — levanta la flecha del cadáver. Se está deshaciendo. — Sean lo que sean éstas cosas, deben venir de ese lugar.

— ¿Por qué no nos atacó?

— Porque por lo visto, te están buscando y quieren hacer lo que esos tipos intentaban. — se acerca a su caballo — Te quieren ahí a toda costa.

¿Enserio van a ir sabiendo que alguien los espera? ¿Esto es una broma?

Sea quien sea que esté ahí, está involucrando a muchos con tal de buscarme. Realmente suena tonto ir directo hacia ese sujeto. Pero, por otro lado, no quiero que nadie muera.

¿Siquiera tienes un plan?

No, pero pensaré en uno conforme a la situación. Por el momento, me enfocaré en el camino.

Seguimos el camino en completo silencio. Elliot va adelante seguido por Erick y Olfen, mientras yo los sigo a una cierta distancia detrás de ellos mirando la perla.

— ¿Por qué es tan especial? — musito — ¿Quién es ese que me quiere?

— Oye, hija de Khan — Miro a Olfen — ¿Qué tanto le murmuras a eso? No es como si te fuera a responder.

— En este momento, supongo que todo es posible... — suspiro mientras guardo la perla en mi bolsillo.

Cabalgamos a trote durante todo el día hasta llegar a Criya por la tarde. Todo está muy silencioso.

— Cuánto silencio — comenta Erick.

— Bastante. — Dice Elliot, colocando su mano sobre el mango de la espada — Sigamos. Y estén atentos.

Siento un extraño escalofrío recorrer mi espalda, al mismo tiempo que una especie de presentimiento se hace presente.

— Elliot... — él me mira.

— ¡Cuidado! — exclama Olfen.

Algo me rodea con un brazo mientras me crubre la boca con su enorme mano. Es un licántropo. ¿Por qué Bestia no lo sintió?

— Baja el arma — dice el sujeto — te conviene obedecer... — Elliot termina por hacer lo que dice — Así está mejor.

— ¿Quién eres? — pregunta Elliot con evidente recelo.

— Mi nombre es Sever, los estaba buscando. — me suelta — Lamento eso.

— ¿Buscándonos?

— Ella me pidió que los buscara — apunta hacia el cielo.

Todos nos sorprendemos al ver al sujeto bajarse de la montura. Se deja caer convirtiéndose en una de esas cosas y vuelve a adquirir la apariencia de licántropo.

— ¿Qué eres? — pregunto nerviosa.

— Soy solo una creación que le salió mal al guardián; y la luna se aprovechó de ello. — mira hacia todos lados — No podemos hablar aquí. Varios de mis hermanos buscan lo mismo — Me mira y adquiere una forma humana. Parece un chico de la edad de Erick — Síganme, por favor. Confíen en mí.

Su mirada es extraña. A pesar de ser una de esas cosas, en su mirada veo tristeza.

¿Te gusta el sujeto extraño?

¡¿Qué?! ¡Claro que no!

¿Eso fue un sí?

¡No! ¡Piérdete!

Seguimos a Sever hasta las afueras de Criya. Son altas horas de la noche; pero nadie parece estar cansado. Después de todo, creo que es imposible dormir cuando sabes que algo te persigue.

— Aquí está bien — dice Elliot — Ahora, habla.

— Mi nombre es Sever, soy una de las criaturas que el guardián creó para encontrar a la chica. Pero claro, no todas salen bien — su sonrisa es triste — Cuando el guardián me creó, parte de su pasado entró en mí. Un recuerdo.

— ¿Un recuerdo?

— Sí, se los mostraré — no muy lejos de nosotros, se encuentra un charco de agua y fango. Sever camina hasta él y mira su reflejo — Pasó antes de ser el guardián...

En el charco, una imagen se hace presente sorprendiéndonos a todos.

— Siglos atrás, Rocky no era más que un Sangre de lobo común y corriente que disfrutaba su día a día junto a su familia — nos muestra a un hombre abrazando a una mujer y a un niño — Rocky era un Sangre de lobo bastante fuerte, física y mentalmente. Su prioridad siempre fue proteger a todos antes que él. Pero, aquellos tiempos eran muchos más difíciles que estos. Las constantes guerrillas y ataques sorpresa a otros pueblos completamente inocentes, terminaron por caer en dónde solía vivir. — la imagen nos muestra fuego y destrucción por doquier — Él intentó salvar a su familia por todos los medios posibles — el hombre suelta un grito que no podemos escuchar — pero no lo logró...

— ¿Quién es ella?

— Ella es la Diosa Luna... Ella salvó a Rocky para que fuera el siguiente guardián.

— ¿Dices que debe protegernos? — pregunta Elliot.

— El guardian debe proteger el lugar que da fortaleza a los Sangre de lobo. Pero, con el paso del tiempo, dejó de importarle su misión. Y el guardián que debía tomar su lugar tiempo después, fue eliminado por él fomentando su odio.

— ¿A quién odia?

— A la diosa. A la odia por dejarlo en ese lugar. Confinado a la eterna soledad que poco a poco lo fue desquiciando.

— ¿A qué te refieres con eso?

— Cuando el guardián perdió el sentido de estar en ese lugar, quiso acabar con quienes iniciaron todo. Y al estar próxima la luna sangrienta, decidió llevar a cabo su plan. Después de todo, solo eran un  montón de sangres de lobo impuros que se lo habían arrebatado todo.

— No lo entiendo. ¿Qué tienen que ver los impuros con todo esto?

— Fueron Sangres de lobo impuros lo que le quitaron lo que más amaba. — deshace las imágenes — Y en el tiempo que estuvo sólo en ese lugar, acabó por convencerse de que todos ellos debían morir. Y que solo así evitaría que alguien más sufriera lo que él.

Eso... Tiene sentido para mí.

Supongo. Por lo visto, no parece estar consciente de que los tiempos cambiaron.