Capítulo 2

Y, lo logramos; llegué antes de año nuevo. Disfrútenlo que esto de hacer las cosas oscuras, me está empezando a gustar xd.

La imagen que anexé arriba la van a necesitar en algún punto del capítulo, yo se los indicaré mediante este símbolo (***), no la vean antes para evitarse spoilers. Y si ya lo hicieron, pues ni modo, ¿ya qué me queda? jaja.

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Dado a que Magnus lideró el camino, obligó a los demás a intentar seguirle el ritmo, mientras que Astrid se quedó en la retaguardia para asegurarse de que ningún novato se quedara atrás y, solo se detuvieron hasta llegar a un callejón por el que las vías del tren pasaban por la parte superior.

-Oigan, no quiero ser pesimista, pero ¿cómo vamos a llegar al tren?, nos hemos quedado sin camino- opinó Dagur Berserker, hermano mayor de Heather, a la par que trataba de regular su respiración.

-Fácil- contestó Magnus girándose hacia su dirección- siempre tienes que ver más allá de lo que ves- añadió juntando las manos de modo que le sirvieron de apoyo para que cuando Astrid corrió hacia él, apoyara el pie en ellas, se impulsara y brincara para alcanzar el borde de unas escaleras de metal. Tiró de ellas y, se hizo a un lado para que él siguiera en la delantera.

- ¡Súbanse ya! -les gritó la rubia a los reclutas que se habían quedado pasmados. Para cuando el último de ellos subió por las escaleras, los siguió. Estando sobre las vías, caminaron un par de metros antes de escuchar el sonido inconfundible de los chirridos de los carriles y el silbato del tren- ¡permanezcan en la orilla!

La pesada máquina pasó a su lado sin bajar un poco la velocidad y, únicamente cuando el vagón final los dejó atrás, Magnus retomó la carrera.

- ¿Por qué no se detuvo?, ¿No la idea era tomar el tren? -cuestionó el confundido Toothless por todos.

-Sí, pero nunca dijimos que lo íbamos a tomar estando parado ¿o sí? -señaló Astrid con burla antes de poner su intercomunicador en el canal privado con su hermano- Hansen, espero tu señal.

-Ven al frente ahora. Drago dio la orden de que el conductor acelerara llegando a la siguiente estación- ordenó el aludido despegándose de los demás para alcanzar el vagón.

-Mierda- musitó rompiendo la formación y rebasando a todos por en medio de las vías para alcanzarlo. Cuando estuvo a unos centímetros de una manija, dio un gran salto, logrando colgarse del tren. Le dio una patada al botón que permitía abrir las puertas y, casi enseguida Magnus también saltó. Se colocó al otro lado de las puertas y, acunó una mano cerca de su boca para que los demás lo escucharan.

- ¡¡Es el momento, cachorritos!!, ¡¡Salten y los atraparemos!!, ¡¡Y más vale que lo hagan antes de llegar a la siguiente estación, porque el tren acelerará y en ese momento podrán considerarse fuera de VIKINGS!!

Los chicos aceleraron el paso ante la advertencia y, tomando valor, Eret Eretson fue el primero en saltar y tomarse de la mano de Magnus. Una vez a salvo dentro del vagón, empezó a alentar a los demás a seguirlo. Dagur Berserker fue el siguiente y, siguiéndolo de cerca Heather. Los subsiguientes fueron Patán Jorgenson, Tannlos Fury y Brutacio Thorston, pero con mayor dificultad, pues a cada minuto que pasaban persiguiendo el tren, más se cansaban. Astrid miró a Hipo Haddock empezando a lamentar haberlo dejado ir con ellos, pero cuando este le devolvió la mirada, tomó un inesperado impulso y brincó. La rubia tomó su mano con evidente sorpresa, pero tras dejarlo a salvo en el vagón, le lanzó una mirada como diciéndole "bien por ahora". A continuación, Siri Nadder y Brutilda Thorston brincaron y, finalmente, Patapez Ingerman subió antes de llegar a la siguiente estación.

-Muy bien, antes de que se desmayen, necesito que escuchen esto- ordenó Magnus quitándose su intercomunicador para poner el altavoz- felicidades al equipo azul. Estamos monitoreando a los tres equipos y ustedes han sido los primeros en arribar al tren; lo que significa que llegarán primero a la organización y que los privilegios serán suyos; sus entrenadores les explicarán en qué consisten, pero por mientras, disfruten del viaje; se lo han ganado- dijo la reconocible voz de Viggo Grimborn- bueno, ahora sí, ya pueden morirse, pero solo por cinco minutos, ya que después Valkyrie y yo les daremos un anuncio- agregó volviendo a colocarse el intercomunicador.

Magnus se dio la vuelta reprimiendo una sonrisa gingival al escuchar los jadeos satisfechos de los novatos que se dejaron caer al suelo exhaustos. Y, ante la divertida pero exasperada mirada de su hermana, se quitó el arsenal de armas que portaba con ayuda de arneses. Ella hizo exactamente lo mismo, además de deshacerse de su chamarra, recogerse el cabello en una trenza y colocarse dos aretes en cada oreja junto a un piercing nostril en la fosa nasal izquierda.

- ¿Qué? yo dije que iba a mantener la compostura hasta el final de la ceremonia y cumplí- señaló ella alzándose de hombros.

-Tranquila, yo no te he dicho nada- aseguró quitándose su propia chamarra, para luego colocarse un arete pequeño en forma de aro plateado en la oreja izquierda y atarse el cabello en una pequeñita media cola- ¡bien, cachorritos!, los cinco minutos se acabaron, hora de las reglas- agregó para los demás- número uno: Valkyrie y yo estamos a cargo de ustedes, así que nunca tendrán razones para molestar a los demás entrenadores con sus problemas; ellos solo pueden darles órdenes directas si uno de nosotros dos no está presente. Pueden hablar y relacionarse con los demás equipos, pero no compartir información que nosotros cataloguemos como clasificada, ¿bien? -preguntó con seriedad, a lo que obtuvo varios asentimientos.

-Número dos: por ningún motivo estúpido vayan a molestar a los jefes y subjefes. Si ellos les piden que hablen, solo entonces les contestan, en otra circunstancia ni siquiera les dirijan más de una mirada, si no, la reprimenda no la llevaremos nosotros- intervino ahora y recibiendo los mismos asentimientos- VIKINGS no es un lugar para vacacionar, será peor que pertenecer a lo que alguna vez fue la milicia, siempre recuerden eso.

-Y, por último, que nunca se les ocurra la infame idea de desobedecernos o traicionarnos, porque en el peor de los escenarios, nosotros somos quienes pueden sacarlos con vida.

- ¿Sacarnos de dónde? -interrumpió Storm gentilmente, pero de forma abrupta.

-De tocar el mismísimo Helheim. Séannos fieles y estarán bien.

- ¿Alguna pregunta? -interrogó Astrid retomando la palabra.

-Sí, ¿cuándo dejarán de llamarnos cachorritos? -preguntó Patán con indignación.

-Te diré cuándo, novato. El día en que tú y cada uno de tus compañeros mate a un ousía con sus propias manos, entonces y solo entonces se habrán ganado el derecho a tener su nombre de escuadrón; no hay excepciones, todos en la organización se han ganado así su lugar. Así que mientras tanto, recibirán el nombre que nosotros deseemos- explicó encarándolo a través de los lentes de sol hasta hacerlo tragar saliva con nerviosismo- ¿otra duda?

- ¿Cuáles son sus nombres reales?, los alias no creo que nos vayan a generar mucha confianza- soltó Brutilda entre recelosa y burlona.

-Nos van a llamar Valkyrie y Hansen; punto final. Y si no confían en nosotros, bueno, allí está la puerta. Pueden volver a casa y ser rechazados por los demás, nosotros no seremos afectados por su decisión- comentó fríamente, pero como nadie le respondió, lo tomó como el cierre de su conversación. El resto del viaje fue en silencio, pero al ver el edificio más alto de la organización, se aclaró la garganta- llegamos, prepárense para bajar.

- ¿El tren sí se detendrá esta vez, cierto? -le preguntó Storm con cautela.

-Bueno, dado a que ustedes ganaron, sí. Obtendrán ese privilegio.

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Tras dejar atrás los vagones, los chicos se formaron frente a las puertas de VIKINGS, debido a que debían esperar a que los demás llegaran. Cinco minutos después, arribó el equipo verde y, otros cinco minutos después, el amarillo.

- ¿Cómo carajo Wind y Larsson les ganaron? -le preguntó Astrid a Daven en un susurro, ya que Harald parecía querer matar a alguien en cualquier momento en vez de hablar.

-Una chica casi se cayó de las vías del tren y, como no iba a dejar que nadie muriera bajo mi cargo, me bajé y la salvé. Tardamos en subir dos minutos más que el último integrante del otro equipo- explicó el chico acomodándose su gorra para evitar los rayos de sol.

-Y Soldier está molesto por ello.

-Más o menos. No conmigo, porque extrañamente me preguntó si estaba bien. De verdad que no entiendo al hombre; hasta hace dos semanas pensé que yo era quien más le desagradaba de nosotros, pero ahora parece... ay, no sé ni que parece. ¿Estaría mal si lo golpeo para que actúe con normalidad?

-Te diré algo, voy a interrogarlo esta noche; te lo prometo, porque no me gustaría verte cometer crímenes tan violentos como ese- respondió con una sonrisa sarcástica.

-Muchas gracias, te amaré por siempre.

-De nada- devolvió antes de ir al frente para que su equipo ingresara- bien, tienen diez minutos para elegir un conjunto de ropa, así como una manta y almohada. Apresúrense porque el otro equipo entrará al acabar el tiempo; disfruten de su recompensa -ordenó una vez cerraron las puertas y, mientras los veía buscar entre varios montones de prendas lo que necesitaban, se acercó a Haddock con discreción- ¿de qué número calzas?

- ¿Mande? -preguntó el castaño con torpeza viéndola con las mejillas sonrojadas.

- ¿Qué de qué número calzas? -repitió frunciendo el ceño- para saber si hay tu número o si no, puedo dejarte conservar tus botas para que no tengas que adaptar nada.

-Ehhh, del ocho, pero no te preocupes, me puedo quedar con mis botas, porque tienen una plantilla especial y así... -contestó jugando con sus manos con nerviosismo.

-Bien, como quieras.

-Pero gracias por preguntar, eres muy amable- dijo regalándole una sonrisa antes de que esta se marchara sin más y él terminara de recoger sus cosas.

Cuando los otros equipos entraron, el equipo azul se llevó la sorpresa de que algunos se habían quedado sin manta o almohada y, en el peor de los casos con ropa que no era de su talla, sin embargo, ningún entrenador se movió para solucionar el problema. Fue justo en ese momento en que Hipo se dio cuenta de cuán duro iba a tener que trabajar para no perder el ritmo y que saliera expulsado como consecuencia; la idea le revolvía el estómago, pero tenía que intentarlo.

-Bienvenidos a VIKINGS, reclutas- saludó Viggo desde un balcón del segundo piso- es bueno ver a tantos de ustedes aquí. Sus entrenadores a continuación les van a explicar la estructura de nuestra organización para que no se pierdan; acomódense en sus habitaciones y, por favor, diríjanse al comedor inmediatamente después, ya que un banquete de bienvenida los estará esperando.

-Sígannos- pidió Magnus en un carraspeo para llamar la atención de su equipo. Astrid y él tomaron camino a unas escaleras que los llevaron hasta el tercer piso- este será su piso por las siguientes cuatro semanas al haberse subido primero al tren. El piso de abajo es del segundo equipo en llegar y la planta baja en un almacén es donde se quedará el último equipo. Como dije, las primeras cuatro semanas serán así, el resto va a depender de su rendimiento.

-En los tres pisos superiores a este están ubicados los demás escuadrones y nosotros y, por supuesto, en el pen house los jefes y subjefes- continuó Astrid la explicación- en la planta baja hay otro almacén donde se guarda casi todo el armamento y la enfermería. Saliendo del edificio se encuentra el estacionamiento del armamento más grande y, al atravesar el edificio de la izquierda está la zona de lavado, cocina y comedor mientras que en el edificio de la derecha están las regaderas, vestidores, baños y zonas de entrenamiento.

-La puerta principal es de lámina de acero, por lo que los ousías nunca logran entrar aquí; solo acercarse a los alrededores. Las bardas tienen una altura de diez metros y la cerca está electrificada por si algún ousía intentara saltar. Estamos justo en el borde de la zona segura y el peligro, por eso la seguridad del lugar, ya que nosotros somos los que impedimos que lleguen a la ciudad. ¿Alguna duda?

-Sí, ¿qué altura tiene un ousía? -cuestionó Eret con inquietud al escuchar las medidas de seguridad.

- ¿Nunca has visto uno? -devolvió abriendo los ojos con sorpresa, y al verlo negarle con la cabeza, quiso gritar- ¿alguno ha visto a un ousía? -agregó sintiendo un tic en el ojo, pero al recibir más negativas, se golpeó el rostro con resignación- Odín, llévame ya- musitó para sí mismo.

-No hay una estatura promedio para los ousías. Acomódense y vayan al comedor cuanto antes; a Viggo no le gusta la impuntualidad. Mañana les explicaremos como es un ousía- cortó la rubia saliendo de la habitación con su hermano detrás de ella- ¿somos a los únicos pendejos que les enviaron a los hijos de mami y papi?, ¿o cómo porqué nunca han visto a un ousía para saber que es una persona que luce como cualquier otra, salvo por esa mirada que dice: "sí, voy a matarte"? -cuestionó en voz baja.

-No sé, tú habla con Sailor y yo con Wind para ver que obtenemos. Pero, de cualquier forma, no podíamos controlar a quienes pagaran más, así que tendría sentido que los hijos de los más adinerados los tengamos bajo nuestro cargo.

-Jodidamente espectacular.

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-Oigan, ¿fui el único que sintió que Hansen y Valkyrie se sorprendieron porque no hayamos visto a un ousía? -preguntó Toothless con cautela mientras cada uno elegía un catre para dejar sus cosas.

-No, yo también lo sentí- opinó Patapez enseguida- ¿qué tendría de malo que no sepamos nada sobre ellos?

- ¿Qué no lo saben? -intervino Eret sentándose en su catre para descansar un minuto.

- ¿Qué deberíamos saber? -cuestionó Hipo frunciendo el ceño.

-El acomodo de los equipos no fue estratégico o por azar. Nuestros padres pelearon hace una semana por dejarnos con el mejor entrenador. Al parecer a ellos les dieron los perfiles de los entrenadores días antes para pagar por un lugar. Los más demandados fueron Hansen y Valkyrie y, hasta donde escuché, cobraron muchísimo.

- ¿Qué estás diciendo, hermano? -preguntó Dagur en un sobresalto.

-Por favor, es obvio. Nosotros provenimos de una clase social diferente a los demás, ¿no se dieron cuenta?, todos nosotros nos conocemos de la escuela; somos de diferentes grados, pero nos conocemos. Vivimos en el mismo vecindario... ustedes dos y ustedes dos son hermanos- dijo señalando a Heather y Dagur y a Brutacio y Brutilda- ustedes dos son primos- añadió mirando a Hipo y Patán- ustedes dos son novios- señaló a Storm y Toothless- y todos tenemos a nuestro mejor amigo/a aquí.

-Carajo, somos los mocosos a quienes siempre les pagaron la seguridad necesaria para nunca tener que ver a un ousía- soltó Heather sobándose la cien- ahora tiene sentido que Hansen y Valkyrie nos vieran así.

-Deja eso, ¿sabes el bullying que vamos a recibir de los otros equipos cuando sepan esta información?, nos comerán vivos- comentó Brutilda con brusquedad.

-Por ahora quedémonos con un perfil bajo para no llamar la atención. O al menos en lo que conseguimos adaptarnos- opinó Hipo y los demás estuvieron de acuerdo un minuto después al no ver otra alternativa de momento.

- ¡Cachorritos!, ¿Qué les dije sobre la impuntualidad?, más les vale bajar ya mismo si no quieren ver a alguien molesto- demandó Astrid dando un golpe en la puerta y haciendo dar un brinco a todos- muévanse.

Como corderitos, se enfilaron y salieron deprisa de la habitación para dirigirse a las escaleras. Llegando a la planta baja, siguieron a la rubia en silencio hasta el comedor.

-Tomen una bandeja y diríjanse con las cocineras. Sus nombres son Brenda y Krista; trátenlas con respeto, pues de lo contrario, me aseguraré de que no les den más comida, ¿de acuerdo? -preguntó casi al mismo tiempo que recibió sus asentimientos- cuando tengan su comida, diríjanse a esa mesa; esa sí está establecida para ustedes de forma permanente; no tienen permitido sentarse en otra hasta acabar cada comida, solo entonces pueden pasearse entre las otras mesas para platicar- agregó rápidamente antes de dejarlos solos y dirigirse a su propia mesa.

-Para ser privilegiados, sus novatos no se movieron tan mal- les comentó Harald a los hermanos Hofferson- al menos no se cayeron como otras personas...- adicionó amargamente.

-Ya deja en paz a esa chica, fue un mal paso- se apresuró a debatir Daven.

-Como sea- dijo agitando la mano enfocándose en su comida y haciendo que Astrid y Daven compartieran una mirada extrañada por su comportamiento.

-Al menos ustedes no se quedaron con un grupo grande. Por tener la tarifa media nos dieron a dieciocho- comentó Axe con aburrimiento, ya que Camicazi estaba más enfocada en retocarse su maquillaje.

-Carajo- comentó Magnus con sorpresa- ¿y rechazaron a alguien?

-Dos. Uno tenía enfermedad cardiaca y otro llevaba medicación que no creo que le hiciera bien con el suero. ¿Ustedes?

-Nosotros nos quedamos con doce y rechazamos a una. Su vista no era la mejor; no creo que hubiera podido ver y matar a un ousía, aunque lo tuviera frente a su nariz- explicó Harald con fastidio- ¿y ustedes? -agregó mirando a los Hofferson.

-Nos quedamos con los diez que nos enviaron- opinó sutilmente la rubia.

-Escuché por ahí que admitiste a un discapacitado- intervino Camicazi mirándola con burla y dejando de apreciar su reflejo en el espejito que siempre cargaba- ¿te gustó para follártelo o por qué lo aceptaste?

-Eres una auténtica hija de puta- escupió con veneno pegándole tremenda patada por debajo de la mesa en la espinilla, y sonriendo satisfecha al ver que pese a esta verla con una expresión orgullosa, sí le había dolido el golpe- mejor dile a tu hermano con cuantos te acostaste la semana pasada, a ver si sigue pensando que la puta soy yo.

-Eres una maldita perra- siseó enseñándole el dedo medio, pero antes de que se siguieran insultando, los chicos las detuvieron.

-Bueno ya, ustedes dos siempre parecen un perro y gato queriendo pelearse a cada minuto del día- las regañó Magnus sintiendo el inicio de otro tic en el ojo, porque al ser el líder no podía ser tan parcial, pese a odiar que Camicazi insultara a su hermana.

-No, yo quiero estrangularla hasta matarla- vociferó Astrid con seriedad.

-Ay, mi amor, ya quisieras hacerme eso, pero solo lo permito en la comodidad de mi cama estando desnuda; estás invitada si quieres- devolvió Camicazi con diversión, provocando que Daven se atragantara con su bebida, que Axe se tapara los oídos para no escuchar más, que Magnus y Harald se quedaran en shock y que Astrid estallara en una risa discreta.

-Bien, tú ganas, tregua.

-Tregua- concordó regalándole uno de sus cigarrillos de cereza.

-A veces no sé si las mujeres son así de complicadas o solo son ustedes dos. Ya no entendí si están bien o si se van a matar terminando de comer- comentó Daven rascándose la cabeza con confusión.

-Oh bombón, las demás mujeres no son como nosotras; no sabrías qué hacer con Astrid y conmigo, pero no te preocupes, cuando vayamos al bar te presentaré a unas chicas que te harán pasar una noche increíble, ¿qué te parece?

-Estás loca- señaló divertido- pero está bien, acepto.

-Bueno ya, dejemos de hablar de sexo- pidió Harald en un arrebato.

-Oh, eres un amargado. Todos aquí tenemos sexo, inclusive el recatado de Magnus; lo escuché anoche.

- ¡Oye, que chismosa eres! -dijo Magnus con indignación.

-Pues amorcito, folla más en silencio si no quieres que te oigan. O dile a la muñequita misteriosa que te llevas a la cama cada ciertos días que se tape la boca- pidió alzándole las cejas con picardía- pero como decía, Harald, tú eres el que menos aventuras tiene. En el último año solo dormiste fuera del edificio como tres veces. Si quieres también te presento a una buena chica para liberar el estrés.

-Paso- refunfuñó Harald cruzándose de brazos.

-Como quieras- alcanzó a decir antes de que sus jefes entraran al comedor, por lo que todos tuvieron que callarse y ponerse de pie.

-Buenas tardes, por favor, siéntense- pidió Viggo con tranquilidad- solo venía a recordarles que al anochecer el escuadrón Blue Diamonds y Royal Maces deberán salir a patrullar, ya que Red Moon y Wolf Pack lo hicieron ayer. Y novatos, al terminar sus alimentos, me gustaría que se dirigieran a la arena de entrenamiento central para apreciar unas pancartas que están colgadas en la pared con la información de sus entrenadores a fin de que los conozcan un poco más, ya que ellos son un poco reservados para hablar de sí mismos. Es todo.

-Reservado su culo- musitó Camicazi tan bajo que solo sus compañeros de escuadrón la escucharon e hicieron todo lo posible para no reírse- vaya, vaya, los novatos sí van a ir a ver los letreritos esos- añadió un rato después al verlos levantarse de las mesas y caminar rumbo a las zonas de entrenamiento- al menos espero que hayan escogido una foto donde salga bonita.

-Escogieron una donde todavía traías el cabello pintado de rojo- le comentó Daven encogiéndose de hombros.

- ¡Oh bombón!, ¿Otra vez les hackeaste su sistema?, me encanta- siseó orgullosa.

-Tenía curiosidad sobre qué cosas iban a poner en nuestros perfiles... y son tan ñoños. Nos hacen ver como si fuésemos sus siervos más adecuados.

-Por Thor, tengo que ver eso- dictaminó Axe levantándose de golpe y, porconsiguiente, los demás. Corrieron para alcanzar a los novatos, pero al verlostodos amontonados frente a las pancartas, decidieron subir al balcón que había allí ycon ayuda de unas lentes ver sus perfiles. (***)

Los novatos leyeron cada una de las pancartas con detenimiento e impresionados de que sus entrenadores fuesen tan jóvenes; prácticamente rondaban por sus mismas edades, incluso algunos de los recién llegados eran mayores que ellos.

-Oigan, ¿soy el único que se pregunta cómo es que los entrenadores fueron reclutados antes que nosotros siendo que tenemos las mismas edades? -le preguntó Toothless en un susurro a su novia y mejor amigo.

-No, a mí también me intriga- contestó Storm de inmediato- es más, no recuerdo haberlos conocido de más pequeños o haberlos visto de lejos siquiera.

-Es cierto. ¿Tú que dices, Hipo?

-No estoy seguro- respondió el castaño con aire distraído admirando la foto y perfil de Valkyrie una y otra vez, porque algo le parecía extrañamente familiar.

-Así que ustedes son los niñatos mimados que quedaron bajo el cargo de los líderes- habló de repente en un arrebato un novato de los otros equipos estando junto a los que parecían ser sus amigos.

-No tendremos privilegios- se apresuró a aclarar, queriendo mantener la paz- recibiremos el mismo trato que ustedes.

-Sí, claro. Y por eso se quedaron con los entrenadores mejor calificados- soltó despectivamente y con sarcasmo.

-Nosotros no hicimos la elección.

-Peor aún. Sus padres no se quedaron sin coronas por intentar garantizar su seguridad y supervivencia- insistió mientras sus amigos y él se les acercaban amenazadoramente.

-Oye, tranquilo. Hablas como si los otros entrenadores no fueran buenos, cuando has leído incluso el rango que tienen.

-A la mierda con eso- declaró empujándolo, pero el castaño solo no se cayó gracias a que Toothless lo sujetó.

-No, tú vete a la mierda- ladró Storm dispuesta a echarles bronca, pero tanto su novio como Hipo la jalaron y pusieron detrás de ellos.

-Por favor, no queremos problemas, no les hemos hecho nada- intentó razonar el pelinegro, sin embargo, el mismo tipo lo empujó ahora a él y, honestamente su primera reacción fue meterle un puñetazo- no, no, perdón, no quise hacer eso- añadió al borde de los nervios al ver lo que hizo.

-Considérate muerto, cabrón- amenazó abalanzándose sobre él, no obstante, no llegó muy lejos, ya que Eret se interpuso en su camino para proteger a Toothless del golpe, aprovechando que era mucho más alto y fornido que el atacante.

Los demás integrantes del equipo azul se acercaron a respaldar a sus compañeros, ya que los otros equipos parecía que habían decidido unirse contra ellos e intentar darles una lección, todo esto ocurriendo bajo la mirada de los entrenadores.

-Genial, los novatos ya se quieren matar. Ya mejor échenselos al perro, porque yo no voy a bajar a salvarlos- comentó Camicazi con aburrimiento.

-Gracias por tu cooperación- mencionó Magnus en un pesado suspiro- yo voy.

-Espera, voy contigo. Necesito liberar estrés- pidió Harald enseguida.

-Bueno, esto sí será divertido- dijo Astrid con humor, ya que a su hermano le gustaba mucho aprovechar que medía 1.94 cm para asustar e intimidar a la gente, sobre todo, a aquellos con egos hasta los cielos.

- ¿Interrumpimos algo, novatos? -cuestionó Magnus con tranquilidad, pese a ver que la mayoría ya se estaban empujando- porque si van a venir a pelearse, enfréntense a uno de nosotros, para que cuando les rompamos los huesos por la mitad, regresen con sus padres, rezando porque puedan volver a caminar.

-No podrían hacer eso- reclamó tontamente el tipo que había iniciado toda la pelea.

- ¿Escuchaste eso, Hansen? -soltó Harald echándose a reír- tienes muchos huevos para contestarle a mi líder así, novato. Te daré una sola oportunidad por ser tu primer día, pero que te quede clara una cosa y a todos en general... ahora pertenecen a VIKINGS y, por tanto, a nosotros. Lo que se traduce a que podemos hacer lo que queramos con ustedes, eso incluye que podríamos ponerlos con ousías para que estos los maten si nos desobedecen; nosotros no perdemos nada con su muerte, pero yo que ustedes pensaría más en mis padres, ya que por lo visto lo que les importa es cuantas coronas dieron por sus cabezas.

-No importa quién de nosotros vaya a entrenarlos, porque al final del día el resultado dependerá de ustedes. No tengo que dar explicaciones, pero nosotros entramos a la organización al mismo tiempo; un estúpido título no define ni una mierda nuestras habilidades, así que déjenme dejarles claro algo, si vuelvo a escuchar un comentario sobre esto, yo mismo los echo a patadas de aquí- explicó Magnus de brazos cruzados- retírense a sus habitaciones; tal vez quedarse sin cenar les ayude a reflexionar sobre que estar aquí no es un juego y que la vida de otros estará en sus manos.

Pese a que algunos quisieron replicar, se mordieron las mejillas y en silencio se dirigieron a sus habitaciones. El equipo azul se sentó cada uno en sus catres sin saber que hacer o decir exactamente, sin embargo, no fue necesario llenar el silencio, ya que tocaron a su puerta antes de que Astrid entrara.

-Hoy fue un largo día, deberían descansar. Tienen un reloj sobre la pared, así que necesito que programen una alarma a las 0600 horas. Después de ese tiempo, tendrán quince minutos para reunirse en la arena central de entrenamiento, dónde estaremos esperándolos. No lleguen tarde.

-Sí, Valkyrie- respondieron todos al unísono.

-Ah, y otra cosa- mencionó cuando estuvo a un paso de la salida- buen derechazo, Fury- agregó con cierta diversión, para luego retirarse sin esperar una respuesta a cambio.

-Buen trabajo, Chi- señaló Brutacio dándole un codazo amistoso al pelinegro- al menos uno de nosotros logró impresionar a los entrenadores.

-Pero a cambio nos quedamos sin cenar, además, yo no quería golpearlo- reveló el mencionado con la cabeza gacha.

-Por favor, fue magnífico- comentó Brutilda con una sonrisa burlona- les hiciste ver que no seremos débiles.

-Pero también nos traerá problemas; ahora somos los enemigos de los otros dos equipos. No me sorprendería que quieran volver a encararnos- lamentó Hipo con un pesado suspiro- Hansen y Valkyrie no podrán vigilarnos 24/7.

- ¿Y qué sugieres hacer?, ¿Quedarnos callados y dejar que nos pisoteen? -cuestionó Heather con molestia.

-No, claro que no. Solo nos queda sobrevivir siendo un equipo; no solo afuera enfrentando los peligros, sino que aquí adentro. Si confiamos los unos en los otros creo que podríamos tener una oportunidad. Y, quizá, con algo de suerte, Hansen y Valkyrie nos den alguna clase de protección extra al ver que somos eficaces, ya que por el momento vi que entre los otros equipos hay gente que no se tolera y entre nosotros creo que ninguno quiere matarse.

-Sigues siendo muy optimista para esta vida, Haddock- respondió Eret cruzándose de brazos- pero...

-Pero tu discurso nos gustó, hermano- le interrumpió el sonriente Dagur- así que, estamos dentro del plan- agregó señalando a su mejor amigo y hermana.

-Familia es familia, así que supongo que tengo que seguirte. Mis tíos estarían devastados si tengo que darles la noticia de que moriste- dramatizó Patán golpeando a su primo en la espalda.

- ¿Gracias? -balbuceó el castaño recuperando el aire que le sacó con el golpe.

-Estamos dentro también- anunció Brutacio alzando los puños para señalar a su hermana y Patapez.

-De nosotros sabes que sí, no es necesaria la pregunta- garantizó Storm con una sonrisa tomando la mano de Toothless.

-Pues entonces vayámonos a dormir que mañana será otro día- anunció Hipo y, para cuando las luces se apagaron, empezó a sumirse en una ensoñación maravillosa en la que veía hebras de cabello rubio y ojos tan azules como la profundidad del océano.

-Oigan, deberíamos tener un nombre- interrumpió el pelirrojo en la oscuridad- ¿qué tal Dagur y sus Berserkers?

- ¡Cállate Dagur! -le gritaron todos para que ya se durmiera.

Para cuando volvió a reinar el silencio, el castaño retomó su sueño, en el que se descubrió sonriendo al recordar la voz de Valkyrie; nombre que por cierto le hacía mucha justicia. Parecía una divinidad que ni siquiera debería estar conviviendo en la tierra de los mortales, sino que, gobernando los cielos al lado de los dioses, más sin en cambio, si ese fuera el caso, no podría deleitarse admirando cada una de sus facciones. ¿Era demasiado pronto para admitir que se había vuelto su crush?, no o quizá sí, pero eso solo quedaría entre los dioses y él. Además, admitir que le atraía no tendría por qué significar que iban a cambiar las cosas; ella era su superior y él su aprendiz. 

.

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¿Cómo vamos?, ¿Qué tal les está pareciendo? y paciencia con el Hiccstrid, al menos ya están hablando jajaja.

Pd. espero recibir muchos comentarios a cambio de haber tenido que buscar en Google sobre la milicia y armas jajaja; policía, si está leyendo esto, juro que mi propósito no es asaltar un banco xd. 

Nos vemos pronto ;)

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