Capítulo 1

¡Bienvenidos a esta nueva historia que espero disfruten muchísimo hasta el final!, ya que me he matado la cabeza varios meses pensando como darle sentido a toda la trama. Como primera advertencia les hago saber que esta historia tendrá menos filtros que las anteriores que he hecho, es decir, tocaré temas más sensibles y usaré un lenguaje un poco más sin censura, pero no se preocupen que, la esencia es la misma de siempre.

Sin más por el momento, disfruten su lectura.

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No se puede creer en lo que no se ve, pero ¿qué pasa con los mal augurios?; deberían ser tomados como señal de un pronóstico desfavorecedor, o al menos así lo pensaba Astrid Hofferson mientras contemplaba desde la azotea de un edificio como el sol ascendía y trataba de calentar la tierra, pero que la niebla espesa con la que amanecieron luchaba por absorberlo hasta casi extinguir su más leve rayo de luz. Eso debería ser suficiente para explicar que el cambio que iba a sufrir en un par de horas el lugar que la vio nacer iba a trascender de una manera en la que la gente para la que trabajaba no había contemplado hasta ahora, pero como nadie le había pedido su opinión, solo se enfocó en disfrutar el cigarrillo que le había robado a su compañera de escuadrón la noche anterior.

-Ah, con que ahí estás, Little bit.

- ¿Dónde más estaría? -preguntó girándose con tranquilidad hacia la voz que pertenecía a otro de sus compañeros de escuadrón- aquí es el único lugar donde puedo pensar sin qué demonios me persigan, literal y figurativamente- añadió ofreciéndole calar de su cigarrillo, algo que el chico aceptó con gusto.

-Por Thor, no sé cómo es que esta mierda me hace sentir tan bien sabiendo que es tan mala para los pulmones.

-En realidad ni a medias para nosotros, hermanito- contestó con una sonrisa burlona.

-Sí, pero de todos modos no fumes otro hasta en la noche, por favor.

-Entonces tendrás que darme algo a cambio para quitarme el mal sabor del suero.

-Te conseguiré goma de mascar antes de irnos, ¿te parece?

-Hecho. Por cierto... recibí un mensaje de Frey- comentó como no queriendo revelar la noticia.

-Astrid, ya habíamos quedado que no íbamos a aceptar sus mensajes. Nosotros éramos quienes iban a contactarlo por su seguridad y la de nuestros padres- arrebató molesto.

-Magnus, Frey es nuestro adolescente hermano menor; entre más le digamos que no, más va a querer hacer las cosas. Además, ¿qué querías que le dijera?: "no nos mandes más mensajes en runas diciendo que nos extrañas por tu seguridad, aun sabiendo que ya casi nadie sabe leer runas vikingas"- reclamó con el ceño fruncido.

-Sabes que no es por eso... en fin, ¿le respondiste?

-No, pero mencionó que sabía que iba a poder vernos hoy desde lejos, así que supongo que se quedó conforme.

-Bien, bueno, resolveremos eso más tarde. Por ahora, vámonos que el metiche de Johan ya debe estarnos buscando en la planta baja- pidió en un pesado suspiro- no me importa escuchar su voz chillona o sus historias llenas de disparates, solo quiero que no nos entretenga demasiado, porque preparar toda la maquinaria tarda mucho y él no lo entiende.

-Y no creo que lo haga nunca, es un imbécil de segunda.

-Me encanta tu brutal honestidad- respondió en una risa escandalosa abrazándola, pasando un brazo por sus hombros.

-Oh, yo lo sé, no podrías vivir sin mí- secundó con humor.

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La vida por sí misma es un regalo, pero esta también otorga otro tipo de obsequios, es cuestión de hallarles el sentido y, la mente del joven Hipo Haddock funcionaba así. Siempre trataba de ver el lado bueno de las cosas ante los tiempos difíciles, especialmente hoy desde la seguridad y comodidad de su habitación esperando a que sus padres lo llamaran para dirigirse a la plaza central a escuchar a los líderes de la organización VIKINGS recordarles que necesitaban ayuda para seguir manteniendo el orden y la paz dentro de la isla debido a que los peligros de alrededor los comenzaban a sobrepasar.

Los ousías, quiénes alguna vez fueron humanos racionales, habían estado matando sin piedad a los berkianos desde hacía algunos años gracias a su fuerza y velocidad descomunal hasta que, dos hombres levantaron la mano para ofrecerse a luchar contra ellos; Drago Manodura y Viggo Grimborn. Todos en la ciudad conocían la historia. Una noche, mientras la isla dormía, los ousías entraron a matar a todo aquel que se encontraban por su camino, cuando de pronto, estos dos valientes hombres tomaron sus armas y arremetieron contra ellos. Por la mañana, recibieron ovaciones y, en tan solo una semana, la comunidad votó para encomendarles la seguridad de Berk.

Era de información desconocida el cómo alguien se convertía en un ousía (Hipo incluso seguía sin entender por qué se llamaban así); después de 7 años de incertidumbre nadie sabía si era producto de una enfermedad que se contagiaba por el aire o por contacto con la sangre; tan solo que los afectados provenían de fuera de la isla. Sin embargo, pese a la tasa de contagio, la principal misión de Drago y Viggo por el momento no era buscar el origen de esta, sino proteger a su gente; fue por ello que, al serles entregado el poder, alzaron muros para tratar de controlar el acceso a los ousías a las áreas pobladas e, inauguraron la organización VIKINGS como otro filtro de seguridad, dónde se encargaron de entrenar a hombres decididos a sacrificarse por mantener a sus familias a salvo. Pero, la guerra siempre cobraba factura. Hace unos días, VIKINGS tuvo que lanzar un comunicado anunciando que iban a reclutar a jóvenes de entre 20-29 años, pues las bajas en sus escuadrones habían sido significativas en el último combate como para hacer caso omiso; así es como Hipo podía resumir la razón de que estuviera despierto desde las seis de la mañana esperando a que el tiempo avanzara.

-Amigo, buenos días a ti- saludó Tannlos Fury; mejor amigo del castaño de toda la vida, entrando a su habitación por la ventana.

-Hola Toothless, ¿cuándo será el día que aprenderás a entrar por la puerta? -preguntó Hipo con media sonrisa y llamándolo por el apodo que este prefería que la gente usara para referirse a él.

-Nunca. Pero eso no es lo que importa. Venía a ver cómo estabas.

-Ya sabes que nervioso.

- ¿Por qué? -cuestionó inclinando la cabeza sin entender antes de sentarse a su lado en la cama.

-Leíste los requisitos de VIKINGS. Que nos hayan pedido a todos los jóvenes ir, no significa que estemos reclutados. Los soldados van a evaluar nuestro perfil y ver si realmente somos candidatos para pertenecer a la organización. De no serlo, sabes que seremos designados a las tareas más denigrantes por votación de los demás en la isla y, no quiero ser pesimista, pero yo no encajo en la descripción de soldado ejemplar- mencionó cabizbajo.

-Tonterías. Eres un genio; tienes mente de líder.

-Sí, pero cuerpo de espina de pescado.

-No te digas así, te prohíbo que hables mal de ti.

-Pero sabes que es cierto. Y, por si fuera poco, soy cojo.

-Deja esas mierdas atrás- reprochó golpeándolo en la cabeza- no permitiré que te dejen fuera.

-Tú no mandas ahí dentro, Toothless. Dudo que puedas hacer algo si me rechazan.

-Entonces me iré contigo.

-No puedo pedirte eso.

-No me lo estás pidiendo, yo estoy ofreciéndome. Somos mejores amigos y estaremos juntos hasta el final- garantizó con seguridad.

- ¿Y qué pasa con Storm? -preguntó mirándolo con tristeza- no puedes dejar sola a tu novia.

-Hablé con ella ayer y está de acuerdo en irse con nosotros- explicó alzándose de hombros- y no quiero escuchar más sobre este tema, Hipo, está decidido. Estamos juntos en esto.

-Estás loco- señaló limpiándose una lágrima que había escapado de sus ojos- pero gracias.

-De nada- devolvió sonriéndole a medias- ahora, ponte este pantalón. Lo confeccionó Storm especialmente para cubrir tu prótesis; con algo de suerte podrás burlar el primer filtro. Y, quizá cuando descubran que usas prótesis ya habrás probado tu valía dentro del equipo.

-Ustedes dos tienen demasiada fe en mí.

-Desde luego. Anda, date prisa y póntelo que mis padres no tardarán en buscarme.

-Ya voy, ya voy.

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- ¡Muévanse, soldados, que no tenemos todo el día! La plaza central deberá estar preparada para antes de las diez de la mañana- ordenó Johan, subjefe de la organización antes de ver entrar a Astrid y Magnus- Valkyrie, Hansen, ¿qué hacen fuera del edificio tan temprano?

-Nos tocaba inspeccionar el perímetro, jefe- respondió la rubia con seriedad- sin nada que reportar.

-De acuerdo. Vayan con su equipo para darles un anuncio y luego podrán ir a prepararse.

-Gracias- dijo por último antes de dirigirse al comedor para encontrarse con sus demás compañeros de escuadrón: Sailor, Soldier, Larsson y Wind.

- ¡Están aquí! -los saludó Sailor con una sonrisa mientras que el resto del equipo con un sutil asentimiento de cabeza- ya me estaba preocupando que no llegaran.

-Ay, por favor bombón, no dejes tan explícito que Valkyrie y Hansen son tus favoritos- pidió Wind con burla mientras se fumaba un cigarrillo.

-Bueno, es que lo somos- señaló Astrid con arrogancia- y, Camicazi, acordamos que no habría alias mientras estemos solos.

-Ya lo sé, solo que me gusta molestarte, Astrid- le recordó rodándole los ojos- pero es cierto lo que dije. Daven se estaba aburriendo de Axe, Harald y yo. Juro que lo vi rezando para que Magnus y tú aparecieran.

-Eso no es cierto- se defendió Daven de inmediato- no estaba rezando. Ya no rezo... me cansé de pedir cosas que nunca van a llegar- añadió con amargura, ocasionando que el ambiente divertido se desvaneciera por completo.

-Hey, se supone que tú eres el creyente- le recordó la rubia con cariño pasando un brazo por sus hombros para abrazarlo- si tú no nos das esperanza, ¿entonces quién lo hará?

-No lo sé, As... creo que ahora solo puedo confiar y creer en las matemáticas- dijo con desgane.

-Oye, al menos has un último intento; por nosotros- le pidió Harald desde lejos regalándole media sonrisa.

-De acuerdo, haré una oración a los dioses cuando regresemos- prometió en un suspiro.

-Bien, porque la vamos a necesitar, carajo. Es que juro que ya puedo ver a todas las cargas que vamos a tener al final del día- expresó Axe con irritación.

-Hermano, había tenido una buena mañana hasta que me hiciste recordar la nueva mierda con la que vamos a tener que lidiar, muchas gracias- reprochó Camicazi con fastidio.

-Dejen de hablar de eso porque me tentarán a rechazar a todos, en serio- se les unió Harald bufando por lo bajo.

-Bueno, Camicazi no se equivocó cuando dijo que ustedes son mis favoritos- les susurró Daven a los hermanos Hofferson- odio cuando esos tres se ponen a hablar tan cruelmente de la vida en general.

-Es su manera de lidiar con la ira y el dolor... y, ante eso no podemos hacer nada- lo consoló Magnus con media sonrisa- solo estar aquí para ellos si deciden finalmente sacar la cabeza de la tierra y darse cuenta de que dejar fluir sus sentimientos no los hará menos fuertes.

-Al menos has logrado que Harald no sea un imbécil todo el tiempo- musitó Astrid guiñándole un ojo.

-No fui yo. Tiene unos días que ha actuado así conmigo; más amable y sensible que de costumbre- explicó Daven con extrañeza- ¿creen que me estoy perdiendo de algo?

-Van a ser compañeros en los entrenamientos, así que supongo que quiso llevar la fiesta en paz siendo menos frío contigo para evitar estar incómodos.

-Es una posibilidad, pero aun así tengo mis dudas.

-Si lo investigo, ¿te quedarás más tranquilo?

-Sí, por favor. Puedo ser brillante con las computadoras, pero pésimo para las habilidades sociales.

-Hecho- aseguró risueña antes de que se escucharan pasos a sus espaldas, por lo que se dio la vuelta. Al ver que eran Drago y Viggo, se formaron uno al lado del otro, quitaron toda expresión del rostro, se pararon derechos, sacaron la barbilla y colocaron las manos atrás de su espalda.

-Buenos días, escuadrón Red Moon- saludó Grimborn pasando la mirada por cada uno para asegurarse de que estaban poniendo atención- no quiero que olviden lo que tienen que hacer hoy. Han tenido 7 años para prepararse y llegar hasta este momento, no nos decepcionen, porque hemos invertido muchos recursos en ustedes como para que lo echen a perder. El informe de la primera evaluación de sus reclutas lo queremos en nuestra oficina antes de la media noche, ¿de acuerdo?

- ¡Sí, señor! -gritaron todos al unísono.

-Y otra cosa antes de que se marchen. Ni siquiera piensen en ser blandos con los nuevos, enséñenles a ser fuertes para sobrevivir y proteger Berk. Aquí no aceptamos sangre débil, así que más les vale evaluarlos bien si no quieren que los maten pronto, pueden irse- señaló Drago con firmeza.

- ¡A la orden, señor! -volvieron a expresar mecánicamente.

Una vez solos y estando seguros de que ni siquiera el metiche de Johan o Ryker estaban por ahí, rompieron formación y soltando cada uno palabrotas, fueron a prepararse para el reclutamiento.

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"... diríjanse al punto de reunión. En breves, los líderes de VIKINGS estarán con ustedes para darles la bienvenida, esperando que todos los candidatos tengan el honor de convertirse en uno de nosotros...".

Entre más se acercaba a la plaza central, más nervioso se sentía Hipo. Y, ciertamente escuchar los megáfonos empotrados en varios edificios recordándole el giro que iba a tener su vida, no lo estaban haciendo sentir mejor; al contrario, le estaban dando ganas de vomitar. No obstante, no se lo había querido dejar ver a sus padres; Estoico y Valka Haddock, quiénes caminaban a su lado en silencio, pese a saber que tenían presente todos sus temores. En algún punto del camino empezó a vislumbrar a más jóvenes acompañados de sus padres; a algunos los conocía por haber asistido a la misma escuela, a otros de lejos al vivir en vecindarios aledaños y a otros sencillamente nunca los había visto; para ser una isla, Berk era bastante grande y con un nivel de sobrepoblación considerable.

Cuando vio a Toothless saludándolo desde la distancia, se sintió un poquito mejor, pero no lo suficiente como para dejar de temblar. Al arribar a la plaza central, cayó en cuenta de que no solo los padres de quienes iban a ser evaluados habían asistido, sino que también el resto de la población; quizá por curiosidad o morbo, pero eso no le importaba, lo que en verdad le sorprendió fue el gran escenario donde Drago y Viggo iban a aparecer, ya que a los costados ya estaban formados soldados vestidos de negro y portando un arma. No apartó la mirada de ellos hasta que una camioneta blindada se estacionó al costado del escenario, de donde descendieron los líderes de VIKINGS. Estos caminaron tranquilamente hasta la tarima y, tras ser recibidos en una ola de aplausos, Grimborn dio un paso al frente para tomar el micrófono.

-Buenos días, Berk. Les agradecemos su presencia el día de hoy, pese a que en algunos rostros todavía hay incertidumbre sobre lo que ha estado pasando en la isla en los últimos días y por qué hemos tenido que recurrir a un nuevo reclutamiento. No voy a mentirles, han aparecido más ousías durante los últimos meses y, a pesar de que nuestros escuadrones han resistido con valentía y fuerza, nos están superando en número. Sin embargo, somos optimistas que con el espíritu joven saldremos adelante y volveremos a tener el control, lo que conllevaría estar un menor tiempo en zonas de guerra y, quizá poder enfocarnos en el origen del peligro. Ahora bien, para no retrasar más lo programado, den un paso al frente los candidatos.

Ante ello, Hipo se giró hacia su padre para lanzarle una mirada horrorizada y tratar de implorarle que lo salvara de algún modo, pero este solo pudo verlo con tristeza antes de rodearlo en un fuerte abrazo.

-Vas a estar bien, hijo- le prometió el pelirrojo frotándole los hombros- eres muy fuerte e inteligente; sé que eso te hará sobrevivir.

-Y, en el peor de los casos, no dejaremos que te trasladen a otra zona a trabajar más que con nosotros en el negocio- habló ahora Valka abrazándolo y besándolo en la cabeza- ¿de acuerdo?

-Está bien- respondió el castaño con voz temblorosa, para luego caminar con los demás chicos que se estaban aglomerando frente a la tarima. Se apresuró a llegar con Toothless y Storm, quiénes enseguida lo tomaron de la mano.

-Bien, déjenme explicarles cómo vamos a hacer esto; debido a que Drago y yo estamos muy ocupados asegurando el perímetro de la isla, no podremos entrenarlos personalmente, solo estaremos presentes algunas ocasiones para ver los avances en sus entrenamientos. Y, dado a que dos de nuestros escuadrones más antiguos son algo mayores para seguirles el paso, entrenarlos y todavía tener energía para salir a luchar, sus entrenadores serán nuestro escuadrón más joven. Por favor, denle la bienvenida al escuadrón Red Moon- anunció señalando un punto en la lejanía.

Acompañados de una nube de polvo, vieron acercarse con rapidez a seis motociclistas. Se estacionaron a unos metros del escenario y, tomándose su tiempo, se retiraron sus guantes de cuero y cascos, revelando así a cuatro chicos y dos chicas. Tres de ellos se colocaron lentes de sol, mientras que el resto una gorra negra; se ajustaron el arsenal de armas que traían cargando en la espalda y finalmente caminaron hacia sus jefes. Los chicos que iban a evaluar les fueron abriendo el paso sin pensarlo dos veces y, pese a sentir sus miradas sobre ellos, no se inmutaron. Se posicionaron frente a la tarima y se colocaron uno al lado del otro en la espera de la siguiente orden.

-Gracias por acompañarnos, escuadrón Red Moon. Jóvenes, déjenme presentarles a nuestros mejores soldados de la organización: 021 Valkyrie, 004 Hansen, 019 Wind, 015 Sailor, 013 Larsson y 002 Soldier. Ellos serán los responsables de su entrenamiento hasta que estén listos para unirse a nuestras filas. Les deseamos mucha suerte, Drago y yo nos retiramos, pero se quedan con nuestras manos derechas- mencionó señalando a su hermano, Ryker y a Johan- y, por supuesto, con sus entrenadores- dijo como despedida, acercándose a Drago para subir de regreso a la camioneta y marcharse junto con dos escuadrones, quiénes también se encargaron de llevarse en un camión de carga las motocicletas del escuadrón Red Moon.

El lugar se quedó en silencio y, mientras Ryker y Johan hablaban entre sí, Astrid al menos agradeció que el día siguiese nublado, porque si no, ya se estaría derritiendo de calor debido a la chamarra que le habían obligado a ponerse a ella y a su equipo; por una razón bastante estúpida si le preguntaban. Debido a que todos tenían tatuajes y perforaciones, sus jefes les habían pedido amablemente que los cubrieran o se los retiraran solo por el día de hoy para no dar la impresión errónea de que en la organización eran unos rebeldes y no querer que los novatos se cagaran de miedo al verlos. La rubia había aceptado a regañadientes, pero una vez conformara a su nuevo equipo, volvería a mostrarse como era y a la mierda si a alguien le desagradaba la idea. Un puñetazo en la cara siempre solucionaba las cosas; no era violencia, era comunicación.

-De acuerdo, pongan atención- comentó Ryker tomando el micrófono- el escuadrón Red Moon se dividirá en tres para conformar sus propios equipos. Fórmense en filas de cinco para que ellos puedan pasar entre ustedes y así evalúen a cada uno para determinar si van a formar parte o no de VIKINGS. Sabemos que muchos se conocen entre sí, pero eso no importa aquí, los equipos ya fueron seleccionados estratégicamente, así que, ni se les ocurra empezar a moverse con sus allegados.

Los aspirantes se removieron incómodos mientras se enfilaban e Hipo, Toothless y Storm pese a la indicación, se formaron cerca del otro para no perderse de vista. Sabían que no solo ellos tenían curiosidad de cómo iban a dividirse los entrenadores, especialmente porque todos parecían ser elementos fuertes y de temer, no obstante, el castaño estaba enfocado únicamente en la rubia que no traía como tres capas de labial encima. Deseaba poder ver sus ojos a través de esos lentes de sol para descubrir de qué color eran, porque sin duda era la mujer más hermosa que había visto en toda su vida; tan solo le bastó mirarla un segundo para sentir que se quedaba sin aire y que sus rodillas podrían colapsar si tan solo ella le dirigiera una palabra, sin embargo, no pudo perderse mucho en la idea, ya que uno de los soldados se acercó a tomar el micrófono.

-Yo soy Hansen; el líder del escuadrón Red Moon- habló Magnus retirándose los lentes para que lo vieran mejor- pero tanto yo como mis compañeros van a darles órdenes que deberán seguir en todo momento. Previamente se nos fueron entregados sus perfiles con información básica que usaremos para su evaluación, así que no se sorprendan cuando al acercarnos, ya sepamos sus nombres. A los que sean evaluados satisfactoriamente se les entregará una banda de color amarilla, azul o verde solo por el día de hoy para que ubiquen a su equipo. Como ya se había mencionado, nos dividiremos en tres equipos y, en lo que obtienen un nombre de escuadrón, se les llamará por su color asignado; el equipo amarillo estará a cargo de mis compañeros Sailor y Soldier- nombró para que los aludidos alzaran la mano y empezaran a ubicarlos- el equipo verde estará a cargo de mis compañeros Wind y Larsson- dio tiempo para que estos también alzaran la mano- y, finalmente, el equipo azul estará a cargo de mi compañera Valkyrie y yo- agregó mientras Astrid alzaba la mano- dejando claro esto, vamos a comenzar, mucha suerte.

El escuadrón Red Moon rompió formación para acercarse entre ellos y distribuirse las bandas y expedientes con los perfiles de los aspirantes, así como para acordar por última vez los criterios de exclusión.

-Esto es una mierda- susurró Astrid por lo bajo cuando se encontró con Magnus- están cagadísimos de miedo, esto no va a funcionar.

-No seas pesimista, Valkyrie. Dales al menos una semana de prueba- pidió Magnus con gracia, pero sin demostrarlo en sus facciones- o al menos hasta la cena- agregó colocándose los lentes de sol de nueva cuenta.

-Como sea- dijo restándole importancia empezando a caminar entre los candidatos hasta dar con la primera- ¿Heather Berserker? -habló seriamente viendo a la chica pelinegra y tratando de mantener la calma al escuchar los jadeos de sorpresa a los lados.

-Soy yo- confirmó la aludida con nerviosismo.

-Un paso al frente- ordenó y, en cuanto esta lo hizo, Astrid tomó de su arsenal de armas una espada con funda para hacerla separar las piernas y estirar los brazos a los costados. La examinó dando una vuelta alrededor de ella y, mientras observaba algunos pormenores, se aclaró la garganta- ¿tienes alguna enfermedad cardiaca o respiratoria?, porque en tus antecedentes aparece que miembros de tu familia tienen problemas.

-No, ninguna.

-Tu informe dice que practicas deportes.

-Sí, atletismo y un poco de box.

-Bien, bienvenida al equipo. Colócate la banda y ve al frente a esperar a tus demás compañeros- indicó entregándole la banda azul y viéndola exhalar con alivio.

-Muchas gracias, Valkyrie- contestó antes de echar a correr hacia el frente.

Astrid alzó la mirada para comunicarse con su hermano a través de lenguaje de señas, diciéndole que había aceptado a una, a lo que él le respondió que también había aceptado a alguien. Al mirar al frente, vio que al lado de Heather estaba un chico que si no mal recuerda se llamaba Eret Eretson; era un buen ejemplar según recordaba su informe. En fin, siguió caminando hasta encontrar a su siguiente aspirante.

- ¿Siri Nadder?

-Soy yo- habló Storm soltando discretamente la mano de su novio para salir de la formación y ponerse frente a ella en la posición adecuada para ser examinada.

-Eres observadora, me gusta- halagó girando alrededor de ella y haciendo una sutil mueca al ver que su estatura era más pequeña que el promedio y pensando a futuro si podría levantar las armas que le pusieran delante.

-Sé que soy pequeña, pero juro que no te decepcionaré, Valkyrie. Soy muy flexible, escurridiza y entrené por unos años tiro con arco- explicó al darse cuenta de la situación.

-Eso veo, sin embargo, necesito que tengas más masa muscular para cargar armamento. Te dejaré entrar al equipo, pero tendré que darte lecciones extras para hacerte subir de peso, ¿de acuerdo? -ofreció entregándole la banda azul.

-Sí, muchas gracias- respondió eufórica y yendo en dirección hacia el equipo, pero no tan lejos para poder ver cómo les iba a Toothless e Hipo.

- ¿Hipo Haddock? -preguntó casi enseguida al ver que el castaño estaba en la fila de al lado.

-Soy yo- contestó Hipo tragando saliva y dando un paso al frente para ser examinado mientras le rezaba a Freyja que no se sonrojara al finalmente tener a la rubia frente a él y enterarse de que podría ser su entrenadora si lo aceptaban.

Astrid dio dos vueltas alrededor de él sospechando que había algo raro, pero al leer el expediente, no halló nada inusual, aun así, se puso de nuevo delante de él y, tras soltar un suspiro, se retiró los lentes de sol mientras lo veía con el ceño fruncido. Posteriormente, llevó su espada a la parte inferior de su pierna izquierda y, con delicadeza le alzó parte de la prenda, dejando al descubierto que usaba una prótesis.

- ¿Me querías ver la cara de idiota?, ¿Crees que no iba a notar algún día que usabas prótesis? -preguntó molesta y ganándose la mirada de varios aspirantes- ¿ustedes que están viendo?, ¡mirada al frente! -les regañó, haciendo que todos rápidamente dejaran de ponerles atención- responde- agregó mirando de nuevo al castaño.

-No, nunca. Lo siento, había sido una recomendación por parte de administración no poner que tengo una discapacidad, ya que así es más difícil conseguir trabajo. No imaginé que ese expediente es el que iban a recibir, pero por favor, dame una oportunidad; tengo funcional más de la mitad de la pierna, no soy inútil- suplicó sintiendo como su corazón se aceleraba.

-Escucha, no puedo aceptarte así. En algún momento van a tener que hacer caminatas largas, cargar demasiado armamento, escalar cumbres escabrosas; no vas a poder seguir el ritmo del equipo; no necesito un ancla- sinceró estando a punto de dar media vuelta, pero este la tomó de la muñeca sorprendentemente.

-Por favor, Valkyrie. Prometo que jamás iré lento; iré a tu paso. Déjame enseñarte lo que puedo hacer y sino consigo impresionarte, yo mismo me retiraré. Solo... no dejes que me rechacen y deshonren antes de siquiera poder luchar.

Astrid se quedó un minuto en silencio evaluando su rostro y, cuando lo miró a los ojos vio algo que ella había perdido hacía mucho, pero que siempre había atesorado en las personas: entusiasmo, miedo, inocencia y bondad. Este novato era diferente a los demás, no encajaba exactamente en el perfil que requerían, pero al echar un vistazo de nuevo a su expediente vio que entre sus habilidades estaba haber estudiado mecatrónica y trabajado en una herrería.

-Carajo- susurró por lo bajo poniéndose los lentes de sol nuevamente- está bien, te daré una oportunidad, pero más te vale hacer que no me arrepienta, ¿de acuerdo?, después me reuniré contigo para explicarte cómo vamos a trabajar.

-Claro que sí, de verdad gracias- expresó cuando recibió la banda azul y fue a reunirse con Storm.

Astrid terminó de hacer las evaluaciones reclutando a dos personas más; Tannlos Fury y Brutacio Thorston. Suspiró un poco resignada al percatarse de que su equipo forzosamente iba a necesitar más entrenamiento del que había contemplado inicialmente. Se acercó a su hermano para hablar en privado y, pese a intentar mantenerse positiva, lo primero que hizo fue soltar un quejido frustrado.

-Esto es una mierda, lo vuelvo a decir. A estos cachorritos se los comerán vivos en un día.

-Cachorritos- repitió Magnus con diversión- me gusta; se queda.

- ¿Puedes concentrarte?, creo que nos acabo de poner la soga al cuello.

- ¿Por qué?, ¿Qué hiciste? -cuestionó con más seriedad.

-Acepté a un chico con prótesis en la pierna.

-Ah, está jodidamente perfecto, Valkyrie- contestó con evidente sarcasmo- ¿sabes lo que eso significa?

-No tienes que repetírmelo, lo sé. Yo me voy a encargar personalmente de él, no te preocupes.

-No estoy enojado si es lo que crees, después de todo yo acepté a un chico más robusto que el promedio. No podemos estar más jodidos- se rio amargamente mientras sacaba un cigarrillo de su chamarra y lo encendía- es para el estrés, déjame en paz- pidió al ver su mirada juzgona- tú ya te fumaste el tuyo.

-Mejor ya vámonos- solicitó rodándole los ojos, sabiendo que los lentes de sol no eran impedimento para ver su gesto.

-Acomódense en fila, cachorritos- demandó Magnus pasando frente al equipo- y esperen instrucciones.

Astrid estuvo a nada de reírse de las payasadas de su hermano, pero se cubrió la boca arrebatándole su cigarrillo para darle una calada y sacar el humo por las fosas nasales. Tras reunirse otra vez con sus compañeros de escuadrón, Ryker tomó el micrófono.

-Muy bien, la evaluación terminó. Sus entrenadores estarán a cargo de su llegada a VIKINGS, los vemos allá- anunció bajándose de la tarima con Johan siguiéndole de cerca para subirse en la última camioneta disponible junto a cuatro soldados.

-Ah, maravilloso, que los más pendejos regresen a la organización caminando- escupió Camicazi lo suficientemente fuerte para que la mayoría de los chicos la escucharan y mientras ella y sus compañeros de escuadrón se colocaban en el oído un intercomunicador.

-Lenguaje, soldado- la molestó Magnus girándose hacia los nuevos reclutas- tienen dos minutos para despedirse, no los desperdicien porque podrían ser los últimos momentos que pasen con los suyos durante un tiempo- agregó, haciendo que los equipos se desintegraran y corrieran hacia sus familias.

-Eres demasiado blando, jefe- externó Axe cruzándose de brazos con exasperación.

-Y tú demasiado imbécil- devolvió sin molestarse en verlo a la cara- regálales su último minuto en libertad.

-Y esos comentarios son los que te hacen blando- continuó Harald en un bufido.

-Yo te diré lo que es blando; tu cara en mi puño, ¿quieres probar?

Mientras los chicos seguían intentando sacar de sus casillas a Magnus, Astrid se alejó silenciosamente hacia la zona donde la gente estaba comenzando a disiparse y regresar a casa. Al ver a un chico rubio de ojos azules concentrar su mirada en ella, dejó caer apropósito un pedazo de papel al pasar a su lado y regresar con su escuadrón. Esbozó media sonrisa cuando lo vio recoger el papel tratando de no parecer misterioso, pero fracasando en el intento. Sin embargo, no podía enojarse con él, después de todo, se trataba de su hermanito menor Frey de 17 años.

-Junior ya tiene nuestra carta- le informó la rubia a Magnus con discreción mientras los novatos regresaban a formarse con sus equipos.

-Bien, más tarde hablamos de eso- dictaminó este antes de girarse hacia sus compañeros- bueno, hora de sortear las direcciones para alcanzar el tren- añadió tomando una rama del suelo- quien se quede con la rama más grande al tirar toma el norte, con la mediana se queda con el este y con la más pequeña el oeste.

-Tiene que ser una broma, definir el destino de los próximos días de nuestros equipos con una rama es demasiado bajo incluso para ti- habló Harald con el ceño fruncido.

-Pensé que te importaban una mierda.

-Y así es, pero.... ¡ahjj, bien!, tú ganas- dijo tomando otro extremo de la rama y un segundo después Axe tomó otro extremo.

Tiraron al mismo tiempo y Magnus sonrió victoriosamente al haberse quedado con el norte, dejando a Harald y Daven con el este y a Axe y Camicazi con el camino más lejano, el oeste.

-Bien, ajustaré el tiempo y en dos minutos sus intercomunicadores darán la señal para irnos, suerte y que llegue primero el mejor- se despidió Magnus encaminándose junto a Astrid hacia su equipo azul que ya había empezado a hablar entre sí- ¿tenemos dos pares de hermanos, cierto? -le cuestionó a esta.

-Sí, y la mayoría se conocen de la escuela, así que supongo que no necesitaremos romper el hielo entre ellos- opinó la rubia alzándose de hombros- escuchen cachorritos, en dos minutos partiremos. Como se habrán dado cuenta, nos quedamos sin medio de transporte y la organización nos queda muy lejos caminando, entonces, tendremos que buscar nuestro propio transporte para llegar; el tren. Tenemos que alcanzarlo antes de que los otros equipos lo hagan, porque quién llegue primero obtendrá beneficios que el último equipo no tendrá; así que ustedes saben si corren o no, ¿quedó claro? -preguntó, a lo que todos le asintieron de inmediato. Veinte segundos después, sonó la alarma en su intercomunicador y, tras una mirada rápida con su hermano, se asintieron entre sí- ¡¡ahora!!

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Y, hasta aquí el primer capítulo. Yo sé que tienen muchas dudas, lo sé. Hay muchas cosas que no logran comprender todavía, pero conforme a los capítulos se irán explicando, aun así, me gustaría que me hicieran saber sus dudas para asegurarme de no olvidar explicar ninguna, ya que esta historia tiene un nivel de complejidad más alto que incluso "Espíritu indomable". O bien, si quieren dejar sus primeras impresiones.

Traté de mantener a los mismos personajes de mis otras historias para no causar revoltijos, ya que en esta ocasión sí voy a necesitar de más personajes OC para esta trama y prácticamente solo voy a incorporar a uno nuevo; el hermano más pequeño de los Hofferson. Ah, y si a alguno le dio aires de la saga Divergente, es porque hubo un pequeño guiño de inspiración de allí, sin embargo, no piensen que la historia va a ser la misma; todo lo contrario, así que esta vez no tendrán una película base para que saquen spoilers desde antes jaja.

Nos vemos pronto ;)

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