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Naruto ni Highschool DXD me pertenecen son de sus respectivos dueños así como los animes que salgan aquí.

Sin más que decir se despide su amigo y que comience este jodido capitulo.

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Hoy se cumplía el año en que Naruto le dio la tarea a completar a Akeno, faltaba solo una hora para que Akeno fracasara.

Naruto cruzaba los dedos, solo una maldita hora más y él sería libre, podría asesinar a la mocosa y irse a dormir acurrucado junto a su Fia-hime.

El gato se encontraba en la rama del mismo árbol mientras dormía de manera plácida.

Flush.

Entonces Naruto dejó salir un bufido de enojo, abrió uno de sus ojos mientras veía a la niña presentarse en un círculo mágico.

Lo primero que Naruto observo diferente fue su cambio de ropa, ya no usaba vestido o traje de miko, ahora usaba un quipao gris manga larga, licra negra que le llevaba hasta la mitad de sus pantorrillas y tenis Converse negra con blanco.

Naruto bufo, parecía una mini copia de Tifa, incluso en su corte de cabello.

Pero no fue eso lo más resaltante, sino sus ojos, ya no cargaban con aquel odio masivo y sin sentido, ahora se podía ver la niña en su alma en lugar de aquella masa grotesca.

Naruto no pudo evitarlo, intentó pero no pudo, una sonrisa floreció en su mente, por fin la niña comenzó a ver adelante de sus ojos.

Su aura también se sentía diferente, completamente balanceada, el ying era igual al yang, algo que él aprobó.

-Mocosa sabes a lo que te enfrentas-Hablo Naruto en tono serio, esta niña estaba jugando con fuego.

Akeno observó al gato negro en la rama del árbol con resolución, lentamente asintió.

-Si lo sé y estoy preparada, no voy a retroceder en mi camino-Hablo Akeno viendo al gato bufar molesto.

-Antes que nada, ¿Traes el pagó?-Hablo Naruto y Akeno sonrió ante aquello.

Flush.

-Cien dulces de todo tipo-Hablo Akeno mientras un círculo magia aparecía y de el salían los dulces.

-*Se ha echo mas fuerte*-Se pensó Naruto ya que antes no podía hacer un circulo de almacenamiento sin hacerle colapsar.

Flush.

Akeno abrió los ojos al ver que los dulces estallaban en fuego cuando Naruto susurró algo en un idioma que ella no pudo entender.

-No tengo ganas de comer dulces, muy bien si así lo has decidido no soy quien para retirar ni palabra, si falla tu alma será mía-Hablo Naruto ya que si el goles vencía se iría el tiempo para su lección.

Akeno dio una ligera reverencia mientras hacía una mueca al sentir una de sus muchas heridas abrirse.

Akeno tenía su visión borrosa por la perdida de sangre, le dolían sus dos costillas rotas y tenía su brazo derecho a un 25% de su capacidad.

Rung.

El golem se comenzó a construirse hasta que quedó a unos metros de Akeno.

-Mismas reglas solo que el golem es un poco más alto, tendrá el mismo poder-Hablo Naruto ya que Akeno había crecido varios centímetros.

Akeno flexiono sus rodillas mientras aspiraba aire, solo tenía la fuerza para lanzar un golpe.

Con Naruto.

Naruto abrió sus ojos mientras veía que Akeno abría su puño de su mano derecha.

Entonces sonrió, esta maldita niña lo había logrado, maldita sea que lo había logrado.

Pocos lo hacían en un año, se tardaban entre dos o tres años para comenzar a ver resultados, él pensó que ese tiempo era insuficiente y por fin tendría paz.

Con Akeno.

El golem sintió peligro proveniente de esa niña, alzo su guardia mientras se preparaba.

Flush.

Un aura sacra rodeo el cuerpo de Akeno mientras el viento soplaba violentamente.

Magia se condensa en la palma de la mano de Akeno mientras apretaba su mandíbula como sangre bajando de su boca.

-L-Lo siento pero te derrotaré de un golpeo-Hablo Akeno y eso fue el disparador para el golem.

Flush.

El golem saltó mientras soltaba una izquierda con toda su fuerza, debía acabarla o seria acabado.

Los ojos de Akeno brillaron de amarillo eléctrico mientras soltaba un gran grito de guerra

Flush.

Ambos quedaron a espaldas mientras Akeno caía para adelante con sus ojos en blanco y sangre bajando de su nariz.

PAM.

Naruto sostuvo a Akeno con su mano mientras sonreía mostrando por primera vez una sonrisa sincera.

Akeno sentía su visión oscurecerse rotó su cabeza a la derecha mientras veía un hombre verle.

-Lo siento-Murmuro Akeno mientras se desmayaba en los brazos de Naruto.

Naruto cargó a Akeno al estilo princesa mientras veía al golem.

PAM.

PAM.

El golem se dividió en dos cayendo al suelo mientras se comenzaba a desmoronar.

-Porque te disculpas estúpida, acabas de ganar-Hablo Naruto con tranquilidad mientras comenzaba a caminar a la mansión, Grayfia curaría a este pequeño renacuajo.

Naruto bufo molestó, de verdad se estaba ablandando, perdonarle la vida a un cuervo, en tiempos antiguos sería la burla de sus congéneres vampiros.

Minutos después.

Tifa estaba cruzada de brazos apoyada a una pared, tenía sus ojos cerrados mientras esperaba pacientemente.

Grayfia estaba a unos metros de Venelana quién estaba sentada tranquilamente en una silla blanca.

Rias estaba llena de vendas a la par de su madre mientras lloraba lágrimas de alegría de haber sobrevivido tres meses más.

Todos aquí eran espartanos, Tifa fue peor que su madre, ahora agradecía estar en las piernas de su madre.

Venelana acaricio el cabello de su hija que estaba pegada a su pierna viendo como gran miedo a Tifa, sabía lo que había sucedido, ella fue suave en los entrenamientos algo que Tifa no hizo.

-Madre, ¿Akeno?-Pregunto Rias viendo a su madre ya que su reina había desaparecido.

Flush.

Rias abrió sus ojos con horror al sentir aquella horrenda presión, sudor comenzó a formarse en su frente mientras su respiración se agitaba.

Flush.

Venelana le tocó la cabeza a Rias suavemente y aquella sensación grotesca desapareció y Rias pudo respirar agitadamente.

Las sombras se movieron como si un monarca estuviera presente.

Rias se congelo al ver un par de ojos carmesí y rasgados verle, sus piernas temblaron y su mandíbula chasqueo.

Naruto salió del bosque pero la sombra se quedó adherida a su cuerpo mientras como si fuera de goma comenzó a soltarse.

Naruto camino a ellas mientras Tifa caminaba a ellos y agarraba a Akeno quien estaba desmayada.

Rias corrió a su reina al verla desmayada mientras veía con enojo a Naruto.

-Así que ha aprobado-Tarareo Venelana mientras que Naruto bufaba molesto.

-Que diablos le enseñaron a esta niña-Hablo Naruto mientras se rascaba su cabeza con fastidio.

Tifa y Venelana sonrieron neviosas ante la mirada molesta de Naruto.

Rias veía al hombre con confusión y enojo, no sabía quien era pero ella no permitiría que su pieza fuera lastimada por pura diversión.

-Fia por favor curale, le daré unos días a su siguiente lección-Hablo Naruto ya que aunque no le gustara al menos podía darle unos días libres a Akeno.

Grayfia se acercó a la niña mientras un par de círculos mágicos verdes aparecieron en sus manos y las heridas de Akeno comenzaron a cerrarse.

Tifa observo como orgullo a su estudiante, ella no había dudado incluso cuando se fue tambaleando a su prueba.

Naruto estiró sus brazos, tanta emoción le había dado sueño, dormiría su siesta de dieciséis horas, luego iría por unos dulces y luego a dormir.

Noche.

Akeno gruño mientra comenzaba a abrir sus ojos, sentía su cuerpo adolorido y casando.

Al tenerlos completamente abiertos a duras penas se sentó en su cama mientras veía que estaba oscuro y su visión enrojecerse debido a biología.

"Valla así que ya ha despertado"

Una voz hizo que la niña se sobresaltara pero se calmó al ver al gato perezoso en el marco de la ventana.

-Asi que he ganado, soy tu discípula-Hablo Akeno ya que no estaba muerta por lo que había pasado su lección.

Naruto cayó en sus cuatro patas mientras movía su cola en desagrado ante aquello.

-Te faltan mil años para llamarte mi discípula, cualquiera puede hacer una expulsión magia, más bien pensé que lo terminarías antes debido a la facilidad-Hablo Naruto mientras se trepaba a la gran cama.

Akeno se deprimió ante aquello, pensó que ella había echo un progreso pero al parecer seguía siendo una fracasada

Akeno bajo su mirada y cerró sus ojos no queriendo ver los ojos de su instructor verle con desaprobación.

Entonces Akeno sintió un peso caer en su regazo y abrió sus ojos levemente, observó una tela roja carmesí en forma alargada.

Akeno termino de abrir sus ojos y observo al gato sentado al frente suyo.

-Pero nadie con tan solo un año de entrenamiento puede vencer a uno de mis golem y eso ha echo te que felicite, ten...-Hablo Naruto mientras señalaba como su pata la funda roja carmesí.

Akeno supo lo que quería decir mientras dejaba caer la tela mientras mostraba una katana blanca.

La niña entonces lo sintió, el poder que fluía por aquella arma y caía en su cuerpo, se sentía como si pudiera hacer cualquier cosa.

-Su nombre es Sakuya, ella fue mía hasta hace varios cientos de años, fue mi primer espada, ahora te la doy a ti como tu primer arma....no me decepciones mocosa...-Hablo Naruto mientras saltaba de la cama.

Naruto se subió al marco de la ventana mientras veía de reojo a la pequeña cuervo molesta.

-Espero grandes cosas de ti, hija de Shuri Himejima, descansa tres días, luego te daré la siguiente lección-Hablo Naruto saltando por la ventana.

Akeno que quedó sola mientras comenzaba a temblar y lágrimas salían de sus ojos cayendo en la funda de la espada.

La espada atenuo su aura mientras el espíritu dentro veía a la pequeña niña llorar.

Para Akeno era la primer vez que la llamaban 'Hija de Shuri Himejima' en lugar de 'Hija de Baraquiel', todos la asociaban a ese bastardo alado.

Pero Naruto la reconoció como la hija de su madre, ella había estado esperando años para eso, por ello era que ella entrenaba, no quería estar a la sombra de Baraquiel.

-*Me niego a dejar de avanzar, yo tengo que seguir creciendo*-Hablo Akeno mientras se limpiaba los mocos que salían de su nariz y lagrimas bajando de su rostro.

Akeno sollozo al ver que todo su trabajo duro no había sido en vano.

Con Naruto.

Naruto cayó en unos brazos fuertes y calientitos, ronroneo al sentir que automáticamente un par de almohadas que el conocía perfectamente lo rodebaban, suaves y elásticas como a él le gustaban.

Grayfia acomodó a su señor, llevaba su traje de sirvienta pero ya era hora de dormir.

Ella se había dirigido a donde sentía a su señor, estaba levemente impresionada ya que sabía que a esta hora Naruto estaba dormido en sus aposentos.

-Maestro perezoso-Hablo Grayfia mientras Nuruto ronroneaba.

-Sabes que te amo igual, mi hermosa princesa de hielo-Hablo Naruto simplemente mientras un sonrojo aparecía en las mejillas de Grayfia.

Grayfia comenzó a caminar a su habitación, quería bañarse con agua tibia y sabía que Naruto no dejaría pasar a ella desnuda, agua y jabón reunidos en un solo lugar.

Naruto disfrutaba estos momentos, el amaba enloquecidamente a sus hermosas novias eternas y era por ello que les regaló de su preciada sangre, él daría la vida por ellas con los ojos cerrados.

Grayfia aunque Clase Suprema era la más débil y la más expuesta, una de las cosas que él amaba más de Grayfia era su fidelidad, incluso cuando el le propuso desaparecer ella decidió como Lucifuge velar por los demonios y que Sirzechs tuviera en alguien en quien confiar.

Grayfia y Sirzechs eran amigos hace cientos de años, incluso antes de Naruto ya ambos se llevaban bien, al darse la guerra civil ambos estuvieron en bandos opuestos y su amistad llegó a su fin momentáneamente, cuando Grayfia decidió cambiar de bando y vender las debilidades del ejercito Old Devil Sirzechs decidió que ella sería su secretaría y su confidente.

Grayfia sabía secretos de Sirzechs que nadie más sabía y había algunos que si se daban a conocer sería el fin se su título Lucifer, muchos intentaban sacar los secretos de Sirzechs fallaban miserablemente.

Sirzechs confiaba ciegamente en Grayfia, si hubiera querido destruirlo hace tiempo lo hubiera echo o lo hubiera intentado chantajear.

Era por ello que Sirzechs nunca desconfiaria en Grayfia, ella tenía su total confianza.

Naruto no le interesaba ninguna información de Sirzechs o de algún otro, no era tan rata hebrea para intentar destruir la reputación de alguien, no como cierto jefe Bael y momia de caducidad vencida Bael, si tenía un problema con alguien no se escondía y se lo decía en la cara junto a un escupitajo.

-Así que si la has aceptado como tu discípula-Hablo Grayfia mientra rascaba la barbilla gatuna de su señor.

Naruto alzó su mandíbula mientras ronroneaba más fuerte, de verdad amaba las ágiles manos de sus novias.

-Nah, quiero ver cuanto recorre y que sendero va a elegir, hace años no tengo entrenamiento, los demonios en estas fechas son debiles y arrogantes, simplemente es diversión-Hablo Naruto ya que aunque no lo admitiera estaba interesado en Akeno.

-Ya veo, se escuchan rumores que una base angelical fue masacrada, diez mil novecientos cuarenta y cuatro paladines fueron encontrados descuartizados con magia residual oscura presente, varios objetos malditos sustraídos de ahí-Hablo Grayfa mientras oía el resoplido de Naruto.

-Tenían algo mío, aparte de eso, ¿A eso llaman seguridad? Doce barreras de alto nivel, cuatro círculos bomba, tres círculos de eliminación particular y solo un círculo de contención clase Seraph, por favor hasta un bebe cruzaría eso, además solo agarre un par de cosas, ahí se quedo todo lo relacionado con lo santo, incluso vi la antorcha con la que prendieron a Jeanne-chan-Hablo Naruto ya que esa seguridad solo servía para limpiar el siempre sucio, antes la seguridad si era exigente.

-¿Que te llevaste?-Pregunto Grayfia más que enojada, estaba curiosa, no le importaba que unos pocos humanos murieran.

-Bueno, tengo la armadura del Baron rojo carmesí Gremory, la espada maldita de Alastor el monarca del trueno brillante, el anillo de infernal del Phenex original....también me lleve a Sakuya-Hablo Naruto susurrando la última parte, sabia que Grayfia odiaba a su Saku.

El cuerpo de Grayfia se puso rígido al oír aquello, ella había visto aquella arma maldita hace mucho tiempo y conocía bien su temperamento, prefería mantenerse lejos de objetos así, no quería pensar cómo fue en las manos de su amo perezoso.

Naruto jadeo al sentir el agarre de Grayfia sobre el triplicarse, sentía que el aire abandonó sus pulmones aunque no lo necesitara para vivir.

-¿No me digas?-Hablo Grayfia dando media vuelta y sintiendo el aura de Sakuya en la habitación de Akeno.

-De-Demasiado tarde-Logro completar Naruto debido a su posición, que felicitarla a la mocosa no quería decir que le caía bien, su baño improvisado seguía en su mente.

Grayfia abrió sus ojos con horror ante aquello, debía detener a la espada.

Flush.

Latidos de oscuridad salieron de a sombra de Grayfia apresandola y evitando que en una explosión de velocidad detuviera su plan.

Naruto saltó de los brazos de Grayfia quien fue arrodillada ante la descomunal fuerza que aquellos latigos tenían.

Entonces Grayfia se dio cuenta que estaba tratando con el vampiro genocida y no con el gato perezoso, alzo su aura tratando de romper aquellos látigos.

Los ojos de Naruto brillaron de manera carmesí llena de poder mientras suprimía el aura de Grayfia.

-Te he dado mucha libertad estos últimos años, piensas que puedes retarme a mí, que castigo te debería de imponer mocosa arrogante-Hablo Naruto en tono tétrico y oscuro.

Entonces Grayfia se estremeció y más al ver la mirada devoradora que Naruto le estaba enviando, se sentía como un pequeño conejito contra un gran zorro grande y malo...eso le encantaba.

Sueño de Akeno.

Akeno caminaba por una oscuridad interminable, lo que parecía ser agua llegaba hasta sus rodillas pero incluso así no sentía la resistencia que el agua ponía.

Lo último que recordaba era cerrar sus ojos para dormir y luego todo fue oscuridad.

-¿Donde estoy?-Se preguntó Akeno viendo para ambos lados.

"Que pregunta más estúpida niña"

Una voz hizo dar un ligero brinco mientras veía para arriba donde una mujer le veía.

La mujer estaba a varios metros sentada n un trono que parecía estar hecho de carne y cuernos, llevaba un traje de miko color negro.

Era una hermosa mujer pelinegra estilo miko llegándose hasta la mitad de su espalda, ojos rojos como las llamas del purgatorio, piel blanca y tersa sin imperfecciones.

La mujer apoyaba su mejilla en su puño viendo a la niña sin interés y asco, como si no fuera digna de esta ahí.

-¿Qu-Quien eres tú?-Tartamudeo Akeno ya que sentía miedo de esa mujer.

-Otra pregunta estupida, ¿No te cansas de ser estupida?-Hablo/Preguntó la mujer viendo a la niña.

Akeno cerró su boca ante aquella pregunta, quería decir que la conocía pero ella jamas la había visto en su vida.

Entonces Akeno entendió, la única cosa fuera de lo normal había sido algo.

-Eres la espada-Hablo Akeno mientras la mujer bufaba ante aquello.

-Denle una estrellita a la retrasada de la clase que ha acertado, aunque prefiero Sakuya en lugar de 'Espada'-Hablo la mujer viendo a la niña.

Akeno bufo mientras se cruzaba de brazos, ella no era estúpida.

-Pero no estoy aquí para esto, he venido a hacerte una pregunta, si contestas mal te mataré y si contestas bien te dejaré vivir un día más-Hablo Sakuya viendo a la niña quien.

-¿Pregunta?-Hablo Akeno con confusión.

-¿Para que me quieres utilizar?-Hablo Sakuya y Akeno se congelo.

Akeno entonces supo que esta era una pregunta sencilla y difícil, tenía que pasarlo com detenimiento.

Entonces la respuesta la golpeó, no podía sacar otra respueta de su cerebro.

-Para matar-Susurro Akeno ya que aquí la moral quedaba de un lado, estaban en un lugar apartado por lo que nadie podía escucharla decir aquello.

Sakuya enderezó su cabeza mientras sonreía sanguinariamente, pensaba que esta niña era igual que todos pero al aparecer su maestro le había elegido un anfitrión interesante.

Las espadas no se usaban para proteger o defenderse, el principio de toda espada era matar, ya sea enemigo o aliado tu cegabas la vida de alguien y esa era una verdad, los que pensaban que una espada se usaba para proteger deberían morir ahogados en sus propios ideales estupidos.

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Fin del capítulo.

Sin más que decir se despide su amigo y pana del alma Escritor-san.

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