Capítulo 8: Liberando al Dragón.

Combate de desafío... Sería poco para nombrar a la batalla que estaba a punto de desencadenarse. Dos equipos con un solo objetivo: capturar la bandera enemiga. Esa era la regla general, sin embargo, hay casos en las que un equipo puede salir victorioso sin estar cerca de la bandera o siquiera del territorio enemigo, y eso era...

La alarma anunció el inicio, comenzaron a movilizarse. Erza en medio, las hermanas Strauss en cada lado. El plan era sencillo, encontrar a la mayoría de miembros e incapacitarlos antes de ir por la bandera.

-Debemos darnos prisa – Habló Erza- En un combate contra Cerberus, no tendremos oportunidad si la lucha se alarga – Conocía la resistencia del equipo rival y del suyo.

-Entonces, debemos localizarlos cuanto antes- Mira apoyó el plan- Lis, ¿Cuánto tiempo te tomará localizarlos? – Preguntó. Su hermanita, mientras corría y con los ojos cerrados, ya se estaba haciendo cargo, decenas de aves volaban en círculos por encima de todo el bosque.

-Fiuh- Silbó con ligero asombro, desde la base de la torre, el único al que podían encargarle la defensa. Podría ser considerada una mala jugada, dejar al pelirrosa atrás, incluso el resto del equipo se sorprendió cuando Erza dio la orden. En vez de reclamar o sentirse excluido, Natsu aceptó la tarea, sería aburrido, pero este "escenario" no le pertenecía, quería verlo, la capacidad del equipo más débil- Fuuu- Suspiró, tomando asiento como si se tratara de un día de campo.

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-Ese chico ¿Qué no piensa hacer nada? – Comentó Sting, mientras recargaba su mejilla en su mano- Dejar que las chicas hagan todo el trabajo no es nada varonil ¿Verdad, Kagura-chi? – Intentó hacerle platica a la pelipurpura.

-...- Kagura permaneció inmutable, en silencio, estaba más atenta al encuentro que a las palabras del rubio.

Miró a su derecha, Gajeel estaba en las mismas.

-"¿Qué les pasa a estos dos?" – Pensó, un poco desconcertado, se dio cuenta que ninguna de sus palabras los perturbaría, suspiró con decepción, optó hacer lo mismo que ellos.

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-Los encontré.

-¿Dónde? – Preguntó Erza, con ligero asombro en su tono, la habilidad de la albina era más de lo que había esperado, el rango de observación y la velocidad con la que informaba era realmente impresionante.

-300 metros al noroeste, 1... 2... 3 en total – Informó – No he podido localizar al cuarto.

-Entiendo, buen trabajo- Elogió, su mente comenzó a maquinar un plan- Iremos de frente, me encargaré de dos de ellos. Mira, tú y Lisanna encárguense de uno y luego sigan adelante, los alcanzaré cuando haya terminado – Indicó.

-Entendido- Confirmó Mira, llevó una mano a su cuello, la luz de su collar paso de rojo a verde, algunos números aparecieron de lado.

-10 minutos como siempre, tendrás que ser rápida- Habló Erza, viendo la cuenta regresiva en el collar de su amiga- ¿Podrás hacerlo? – Le preguntó, temiendo que la presión de la apuesta la haya afectado.

-Estaré bien- Respondió Mira- Lo he hecho antes, así que no te preocupes – Sonrió confiada, aunque por dentro era todo lo contrario- "Hay mucho que perder, no podemos fallar, si no..." – Miró a su hermanita, esta seguía corriendo con los ojos cerrados, atenta a los movimientos de sus oponentes.

Pasaron un grupo de árboles antes de llegar a campo abierto, se detuvieron. Frente a ellas, una elevación rocosa, las aves se dispersaron apenas la albina menor abrió los ojos.

- ¡Aquí vienen! – Advirtió, haciendo que todas se pongan en guardia.

El primero apareció en la cima, el rubio se lanzó sin pensarlo, caía mientras jalaba el gatillo.

- ¡Dispérsense! – Gritó Erza, mientras invocaba sus espadas de manera fugaz, las batió cuatro veces, interceptando todos los tiros.

(Erza Belcerion / ADN: Humano / Rango: S / Habilidad ESP: Ruptura espacial / Obj. Místico: Espadas del Rey)

-Tsk- Chasqueó la lengua el rubio mientras caía hacia ella, rifle y espadas chocaron, era una lucha por derribar al otro – Jeje- Rió confiado, en medio del forcejeo.

Comparada con Rocker, Erza era baja en estatura, de complexión delgada y delineadas curvas, toda una belleza, una delicada flor... Nada de eso... cuando trataban con la pelirroja directamente, la altura y los músculos no significaban nada.

- Je- Su sonrisa desconcertó a su oponente, dejó que el rubio la empujara, se hizo a un lado para sacarlo de equilibrio, su velocidad era de temer.

-¿Eh?- Luego de irse para adelante, un rápido salto de la pelirroja lo dejo aún más perplejo, después, ella giró y le propinó una patada en la nuca -¡Agh!- Sus ojos se pusieron en blanco antes de tocar el suelo. Erza aterrizó en su pie y rodilla, apuñaló el rifle haciéndolo pedazos.

-"Uno menos" – Hizo cuentas mientras se reincorporaba. El segundo y el tercero salieron de entre los árboles.

-¡Eres nuestra! – Gritó un pelinegro, pronunciada nariz y un paliacate azul. Este junto con su compañero, Joy, lanzaron un par de cadenas. Erza bloqueó con ambas espadas, sólo para ser capturadas.

-¡Recuerden el plan! – Gritó, viendo que las dos albinas querían ayudarle- ¡Estaré bien, sigan sin mí!

-De acuerdo – Confirmó Mira para luego ver a su hermanita, esta confirmó con la mirada, se alejaron del lugar dejando a la pelirroja encargarse del resto.

En otra parte del campo...

Un pelinegro aguardaba, de gran estatura, cuerpo fornido, el aspecto de un luchador de contacto. Bacchus mantenía los ojos cerrados y los brazos cruzados, a unos metros de la torre que debía proteger. Luego de un rato, el comunicador en su oído comenzó a transmitir, su expresión se torció en molestia.

-"Maldito inútil, dejaste que te vencieran unas simples mosca" – La imagen de un rubio fue mirada con desprecio. Con tranquilidad, tomó los sables que guardaba en su espalda, la sola idea de que ellos, el grupo más débil de toda la escuela, hayan podido pasar a través de alguno de sus miembros lo ponía furioso, así de simple y soberbio era el líder de Cerberus- ¿Hm? – Enfocó su vista hacia un grupo de arbustos. Adoptó postura, quién fuera que estuviera acercándose iba a caer apenas saliera, eso es lo que se propuso, el animalito se presentó antes de que pudiera dar el primer paso- ¿Eh?

El pequeño conejo se acercó de manera curiosa, después, se paró en sus patas traseras, la expresión de Bacchus se tornó perpleja.

-¿Qué demonios? – Se vio reflejado en los ojos rojos del animal, subió una de sus sables, con toda la intención de apuñalarlo.

Los arbustos se sacudieron de forma violenta, algo se había disparado a toda velocidad contra el pelinegro, un par de suelas deformaron su rostro antes de mandarlo hacia atrás.

-¡Agk! – Bacchus retrocedió sin caer, sostenía su rostro con una expresión de dolor y enojo- ¡M-Maldita! – Miró a su oponente, la menor de las Strauss había hecho su entrada, su expresión desbordaba mucha confianza, aunque ahora estaba muy molesta.

-Que cruel, querer lastimar a un indefenso conejito- Se agachó hacia el pequeño – Vete- Le susurró, el conejo corrió hacia los arbustos. volteó, una última mirada a su salvadora antes de adentrarse. Ella se puso de pie, apuntó y miró al pelinegro de manera despectiva- Debería darte vergüenza.

No sabía que lo puso más furioso, el golpe, la manera en la que ella lo miraba o las dos en cuestión, Bacchus parecía que iba a reventar.

-¡Lis! – La segunda albina apareció- ¿Por qué te adelantaste así? – Preguntó un poco agitada.

-Perdón, Mira-nee. No pude evitarlo – No podía excusarse, no cuando su habilidad ESP la hacía actuar por instinto. Ambas se colocaron en posición de combate.

Frente a Bacchus, las hermanas Srauss, tan bellas como formidables, por sus expresiones y posturas de combate.

La menor llevo sus manos a su cintura, armándose con un par de tonfas, mientras que la mayor inclinó su cuerpo, apoyándose con una mano en el suelo mientras elevaba la otra, como si se preparara para salir en carrera.

Una vez que el dolor se fue, una sonrisa maliciosa se dibujó en el rostro de Bacchus.

-Jejeje, tú sí que eres increíble- Se enfocó en la menor- No puedo esperar a que seas mi... ¡¿Hm?!- No pudo terminar ya que una de las albinas se había lanzado.

-"Préstenme su fuerza, chicos"- La caída de su golpe fue apoyada por la velocidad del águila y la fuerza del león.

(Lisanna Strauss / ADN: Humano / Rango: A / Habilidad ESP: Vinculo animal)

Bacchus cruzó sus espadas a tiempo. El suelo debajo de ellos se agrieto tras el impacto.

-"¿Qué demonios sucede con esta tipa?"- El asombro en el rostro del pelinegro era igual o mayor que el de la otra albina.

Ver a su hermanita atacar de repente era algo que no podía creer, esa niña tímida y asustadiza de sus recuerdos había desaparecido, se preguntaba que le había pasado, cómo es que cambio tanto.

-"La arrogancia es una debilidad de los fuertes, no le des oportunidad de hablar o siquiera respirar"- Las palabras de un pelirrosa se habían grabado en su mente. Una mirada fulminante le fue dirigida a Bacchus.

-¡Mira-nee!

-H-Ha... ¡Hai! – Espabiló, respondiendo al llamado de su hermanita, sabía perfectamente lo que tenía que hacer.

-¡Maldición! – Bacchus forcejeó sólo para después recibir los ataques de ambas hermanas.

Mira se arrojó con una patada que Bacchus terminó bloqueando con uno de sus sables, justo cuando iba a emplear el otro sable para atacarla, este ya se encontraba en el aire, Lisanna actuó rápidamente, desarmándolo con un golpe de sus tonfas, la hermana mayor no desaprovechó la oportunidad, pateó el sable para impulsarse en el aire, girar y luego volver a lanzar otra patada, Bacchus agachó la cabeza de manera estrepitosa. El combo de las hermanas era monumental, mientras una atacaba, la otra pensaba en una manera de contrarrestar el contraataque masculino, siquiera deshacerse de sus sables le sirvió de algo a Bacchus, este ya se encontraba atrapado en una tormenta golpes y patadas.

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-Magistral, sus ataques están perfectamente sincronizados – Comentó Ikaruga, viendo una de las pantallas proyectadas en el vidrio. La fuerza de la mayor y la destreza de la menor, sin duda, era una escena digna de elogios.

(Ikaruga Akatsuki / ADN: Humano / Rango: S / Habilidad ESP: Corte dimensional / Obj. Místico: Hoja ilimitada)

-Como se esperaba de dos hermanas- La suave voz de Kagura denotaba algo de admiración- Sino fuera por una de ellas, las habría traído a nuestro equipo- Ese comentario al recordar el historial de una de las albinas.

-A mí me daría igual- Intervino Sting- Sí pelean así de bien juntas, no puedo esperar a ver cómo son en la cama Jeje.

Sí las miradas de las féminas dolieran, sin duda alguna el rubio estaría agonizando en el suelo, pero no fue el caso, seguía atento al combate, con una sonrisa lasciva en su rostro.

-...- Por su parte, Gajeel observaba en silencio, con los brazos cruzados, preguntándose sí aquel pelirrosa se dignaría a moverse... O siquiera a permanecer despierto.

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-Buaaw- Bostezó, los rayos del sol tocando su rostro, era un día perfecto para acostarse en el pasto, cerrar los ojos, escuchar el canto de las aves y, por supuesto, escuchar los golpes de sus compañeras conectar con sus rivales.

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-Tsk- Chasqueó la lengua Gajeel, a la vez que apretaba los dientes.

(Gajeel Kurogane / ADN: ¿? / Rango SS / Habilidad ESP: Blindaje- Armamento)

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-Lo están haciendo, podemos lograrlo- En la banca de combatientes, Lucy se mostró emocionada, viendo a su equipo dominar el encuentro, a pesar de que uno no hacía nada. Esto último no le hacia nada de gracia a Gray, quien tenía un semblante bastante serio.

(Lucy Heartfilia / ADN: Humano / Rango B / Habilidad ESP: Programación estelar)

-"Ciertamente, Erza es más fuerte que antes, y Mira y su hermanita no se quedan atrás, pero... Algo no está bien"

(Gray Fullbuster / ADN: Humano / Rango: A / Habilidad ESP: Zero absoluto)

Intuía algo que los otros no, viendo las imágenes en la pantalla, como Erza soltaba sus espadas para luego equipar otras, las cadenas regresaron con sus dueños. Acto seguido, arremetió contra uno de los dos fortachones.

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-¡Prepárate! – Nuevamente, anticipó su victoria, sonriendo mientras preparaba un corte en x.

- Je- Una sonrisa maliciosa se dibujó en el rostro de cada uno de los perros negros. Nobarly, quien se preparaba para recibir a la pelirroja, y Bacchus, quién apenas podía defenderse de los golpes de las hermanas Strauss. Sin excepción, las luces de sus brazaletes brillaron en rojo.

El público atónito, sorprendidos a más no poder. En un parpadeo, el combate había dado un giro tremendo. Algunos estudiantes tapaban sus oídos, ese sonido había sido tan fuerte como penetrante, casi sentían sus tímpanos reventar.

-Ukg... "¿Q-Qué... ¿Qué es esto?" - Habló confundida, tratando de entender como ella y su hermanita terminaron de rodillas.

-¡Jajajaja!- La risa del pelinegro la sacó de sus pensamientos- ¡¿De verdad pensaron que podrían vencerme? Ilusas!- Dijo con altanería antes de acercarse a la mayor.

-¡GHA!- Mira fue pateada en el vientre, rodó algunos metros hasta chocar contra un árbol.

-M-Mira... nee- Lisanna tapaba sus oídos con fuerza, el estallido le había dejado secuelas, era como si estuvieran perforando sus tímpanos hasta el cerebro. Pero lo más preocupante era que no podía moverse, se sentía débil, como si le hubieran arrancado todo el mana de su cuerpo.

-Pensé que sólo fanfarroneaba, pero veo que esta cosa si funciona jeje.

-¡Eso es...!"- Los ojos de Mira se abrieron como platos, viendo lo que Bacchus llevaba en la muñeca.

-¿Te duele mucho, lindura? – Preguntó mientras se agachaba hacia la albina menor. El dispositivo sujetó en la muñeca del tipo era similar al que llevaba su hermana.

-"¿DS-ESP?... No puede ser... "- Ella simplemente no lo podía creer- Ugh.

Bacchus no le dio tiempo de procesar, la tomó del cuello, los pies de Lisanna se separaron del suelo, de tal forma que su hermana se alarmó bastante.

-No te preocupes - Le dijo de forma arrogante el pelinegro. Para ella fue asqueroso, ya que su rostro estaba a centímetros del suyo- Cuando hayamos acabado con tú equipo y con ese imbécil, mis muchachos y yo cuidaremos muy bien de ti jeje.

Lisanna cerró los ojos con fuerza, su expresión agonizaba, se aferró al antebrazo de Bacchus sintiendo como el agarre y su propio peso la dejaban sin aire. Se negaba a rendirse, que esto terminara así. Era una chica muy fuerte... Y ahora más que nunca iba a demostrarlo.

-¡Lis!... Ugh- Mira intentó ponerse de pie, el tiempo en su collar no había terminado, sin embargo, no podía moverse, era la misma situación que su hermanita, ambas sentían que sus fuerzas y habilidades las habían abandonado, sujetó el borde de su collar, se negaba a ver a su hermanita seguir sufriendo –"Debo hacerlo ... Sino, Lis va..."

-¡HYAAG!- Gritó de forma desgarradora cuando su espalda se estampó contra la base de la torre. El público y su hermana completamente horrorizados, pero no se detuvo ahí- ¡AGH! – una, dos, tres veces fueron las que veces Bacchus aporreó su cuerpo, no tenía piedad. Perdió el aliento al impactar por cuarta vez.

-¡Dilo! ¡Di que te rindes! – Exigió Bacchus viendo como la albina agonizaba en su mano. Quería oírla suplicar por piedad, que se lamentará por ser tan débil, quería someterla por completo- ¿Uh?

-N-Nun... ca- Dijo mientras sujetaba el antebrazo de Bacchus con sus dos manos, apretó con todas sus fuerzas. En su mente un último consejo.

-"Las habilidades ESP no lo son todo".

-Jejeje, deja de resistir, lindura- Se burló Bacchus- O podrías... ¿Eh?

Ni el público, ni Mira o incluso el propio Bacchus, nadie podía creer lo que acaba de ocurrir. El sonido de algo quebrándose resonó en aquella zona.

-¡AARGH!- El grito de Bacchus fue de puro dolor, liberó a la albina de inmediato para luego sostener su antebrazo derecho, la sangre fluía a borbotones, el hueso roto había encontrado salida a través de su carne- ¡M-Mal... nacida!

-J-Jeje- Aunque débil, Lisanna sonrió satisfecha, se encontraba de postrada mientras respiraba pesadamente. Lo había hecho, había conseguido liberarse con su propia fuerza, sin embargo eso no sería suficiente para vencer a Bacchus, este se recuperó, le dirigió una mirada llena de ira y frustración.

-¡LIS!- Gritó Mira, viendo como Bacchus lanzaba un puntapié en el abdomen de su hermanita.

-"Lo siento... Mira-nee" – Su cuerpo se levantó un par de metros. Antes de caer, Bacchus volvió a golpearla en el vientre, mandándola a volar hacia unos árboles- "Lo siento... Natsu... No puede..." – Lágrimas escaparon al pensar que le había fallado. Su cabeza a punto de estrellarse contra un árbol.

El público atónito, Lucy y Gray con la boca abierta, incluso el palco de los reyes se había sumido en un silencio sepulcral desde hace unos cuantos minutos, Mira y Bacchus no pudieron moverse de sus sitios, una por los efectos del dispositivo y el otro por la impresión... ¿Cuán rápido debía ser uno para aparecer así de la nada?

-¿H-Hmm?-Lisanna abrió los ojos poco a poco, encontrándose con un par de orbes color jade.-N-Natsu.

Se encontraba cargándola como si se tratara de una princesa, o alguien con un estatus mucho más alto... Una de sus mujeres.

-...-La vio derramar sus lágrimas, mientras temblaba en sus brazos. El dolor calaba en los huesos de la albina.... Eso fue algo que hizo su sangre arder. Con sólo mirar el rostro inexpresivo del pelirrosa, uno podía saber que esto iba a terminar mal... Para Bacchus.

-P-Perdón... A pesar de tus consejos.... Yo no...

-Descuida- La interrumpió mientras la dejaba descansar en la base de un árbol- Lo hiciste bien- Uso un pulgar para remover las lágrimas de su mejilla. Una última sonrisa antes de ponerse de pie y dirigirse al combate.

La expresión de Mira por completo perpleja. Natsu caminaba hacia Bacchus, si siquiera reparar en su presencia. Su mirada estaba concentrada en un solo individuo.

-Por fin apareces- Aunque adolorido, Bacchus sonrió con arrogancia, que le rompieran el antebrazo no había sido suficiente para bajarle los humos. Frente a él, su oportunidad de vengarse, de ese pelirrosa quien lo había humillado. Concentró el mana en su palma, el suficiente poder para no necesitar la otra.

El pelirrosa simplemente se paró frente a él, un metro les hacía distancia, un silencio sepulcral se formó entre los dos, como si el público y la naturaleza se prepararan para presenciar algo increíble.

-¡Toma esto!- Bacchus hizo el primer movimiento, un certero golpe en el rostro de su enemigo.

(Bacchus Huong / ADN: Humano / Rango: S / Habilidad ESP: Palma de hierro)

La mirada de Natsu se fue de lado, la zona debajo de su pie derecho se agrietó tras el impacto, era una escena increíble, sobre todo por la ráfaga de viento que hizo volar todo a su alrededor.

-¡Aun no termino!- En seguida, Bacchus retrajo su palma, volvió a golpearlo, lo hizo repetidas veces, el rostro y torso del pelirrosa se movían de un lado a otro con violencia. El público y ambas albinas se vieron conmocionadas, viendo al pelirrosa recibir tal castigo.

-Nat... Su- Lisanna no pudo permanecer más tiempo consciente, el dolor de sus heridas apenas le permitieron hablar con el pelirrosa, era increíble lo mucho que había aguantado.

- "¿Por qué no se defiende?... Si sigue recibiendo golpes así él va a... ¿eh?" – Mira apenas se dio cuenta. Bacchus arrojaba golpes sin control, sin embargo, Natsu permanecía bien plantado, era como ver un roble resistiendo a la peor de las tormentas.

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-Fufufu- Río divertida, sin que nadie pudiera escucharla, meciendo sus pies descalzos. La altura y distancia no le suponían ningún problema, podía ver perfectamente lo que ocurría en el campo de batalla. Una cruel paliza para muchos, pero para la pequeña fantasma, no era más que el preludio- No es arrogante ni tampoco masoquista, simplemente se deja llevar por sus instintos... No- Negó con la cabeza- Es algo más- Lo analizó nuevamente- Está molesto... ¿Qué te tiene tan frustrado, pequeño dragón? – Levantó su mirada, las nubes se movían de manera tranquila. Imágenes de un soldado pelirrojo cargando a una joven castaña vinieron a su mente, sonriéndose el uno al otro, la joven más sonrojada que el varón- Nee, Zera... ¿Puedes verlo?... Es su hijo, aunque es más lindo, definitivamente es igual a él... Igneel cumplió su promesa – Regresó su mirada al encuentro, extendiendo los brazos como si quisiera recibir un abrazo – Mi querido... Mi único y amado dragón.

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Por cada golpe que recibía, el terreno bajo sus pies temblaba, agrietándose cada vez más. Bacchus no bajó el ritmo, a pesar de que se estaba quedando sin aliento.

-¡RAAW!- Rugió a la vez que lanzaba un último golpe, su palma conectó con la mejilla derecha del pelirrosa, haciéndolo flexionar las rodillas e irse de lado- "¿Qué...? ¿Qué sucede con este tipo?"- Él apenas se dio cuenta, su expresión se tornó agitada- "Su cuerpo debió quebrarse desde hace mucho, pero... Sigue de pie, y sobre todo..."- Vio como el pelirrosa regresaba su postura y rostro- "¡¿QUÉ DEMONIOS ES ESA MIRADA?!"- Retrocedió un paso.

Esos no eran los ojos de una persona abatida... Esos eran los ojos de una bestia, una con la que nadie debía meterse.

-Mi turno- Profirió Natsu a la vez que extendía su brazo, su mano abierta a escasos centímetros del tórax de Bacchus, este no pudo moverse. Al principio, su orgullo le obligó a quedarse quieto, recibir un golpe para probar que era el más fuerte, que nadie podía hacerle daño y que esas moscas sólo tuvieron suerte. Pero ahora era diferente, el aura del pelirrosa lo hizo temblar, congelarse al momento de pensar en cubrirse o retroceder.

-¡¿Hm?!

Las pupilas del pelirrosa se afilaron, convirtiéndose en la mirada de un depredador nato, llevo su pie derecho adelante, plantándose con fuerza, el terreno volvió a quebrarse. Después, rotó su palma, haciendo contacto con el cuerpo de Bacchus, una onda expansiva golpeo al pelinegro, este con la mirada en blanco, salió despedido hasta impactar con la base de la torre.

-¡ARGH! -Sintió todo su cuerpo romperse, si no fue así, por lo menos la mitad de sus huesos lo habían hecho. Una vez que se despegó, tuvo que usar su única mano para postrarse- ¡¿Q-Qué demonios?!... ¡Esa es...! ¡ESA ES...! - Repetía desesperadamente, mientras miraba el suelo, este recibiendo las gotas de sudor y sangre- ¡¿CÓMO DIABLOS ES QUE CONOCES ESA TECNICA?! – Subió la mirada, una sombra se encontraba parado frente a él, mirándolo como un ser superior lo haría un perro.

- ¿Técnica? – Dijo el pelirrosa, agachándose para mirar los ojos de su contrario- Simplemente te empuje, no hay nada de extraordinario en eso- Ladeó la cabeza, con una expresión neutra.

-¿Uh?- En cambio, la de Bacchus estaba por completo perpleja... ¿Un empujón?... Tenía que estarle tomando el pelo. Ese "empujón" como dijo, se trataba de una técnica que había pasado de generación en su familia, por lo menos 500 años de historia dentro de la dinastía Huong. Apretó sus dientes con fuerza, se negaba a ser humillado otra vez.

-¡HIJO DE PERRA! – Desató su poder, haciendo explotar el terreno con su palma.

Natsu retrocedió con un salto. La cortina de polvo se disipó de inmediato, revelando la figura de un desesperado y enfurecido Bacchus.

- Vienes a esta escuela... Te metes en mi camino... ¡Me humillas! – Apretó su único puño, levantándolo para apuntar al pelirrosa - No te lo perdonare... ¡No te lo perdonare, maldito! - En seguida, varias ondas se dispararon, emitiendo un sonido muy agudo.

-Ugh- Nuevamente, Mira sintió que perdía todas sus fuerzas. La expresión de una inconsciente Lisanna también se vio perturbada. Un sonido tan agudo como ese apenas le dejaban fuerza para ver lo que ocurría, como Natsu era rodeado por un torrente de partículas negras.

La sonrisa de Bacchus era la de un villano. Se trataba de un prototipo, un "aturdidor sónico" como le habían dicho. Pobre ingenuo, siquiera se había dado cuenta que lo estaban usando como un peón. La sonrisa de un peliazul se vio reflejada en los monitores del centro mando, ese lugar que le hacía sentir como si tuviera el control absoluto, sin embargo, su sonrisa murió en el momento en el que ese pelirrosa dio el primer paso.

-"¿Qué esta...?"

Caminó hacia su contrincante, su andar era de lo más tranquilo, su mirada ensombrecida y su aura rojiza creciendo a cada segundo. Tanta era la arrogancia del pelinegro que no se dio cuenta que su ataque no estaba surtiendo efecto, un pelirrosa ya se encontraba parado a un metro frente a él, mirándolo de manera inquisidora.

(Natsu Etherias / ADN: ¿? / Rango: E / Habilidad ESP: Nula)

- ¡¿Qué te parece esto?! ¡¿Te parezco alguien a quien puedas humillar?! ¡¿Alguien inferior a ti?!- Soltó agitado y con expresión soberbia.

-Sí – Contestó Natsu, un tono simple, retrayendo su puño para luego encajarlo en el rostro de Bacchus.

La velocidad y la fuerza con la que golpeó al pelinegro fue suficiente para crear una onda de choque. Bacchus terminó con la cabeza incrustada en la torre, su dentadura en el aire, desvaneciéndose por completo.

La base de la torre comenzó a agrietarse, para segundos después caer a pedazos, dejando al público y compañeros del pelirrosa con la boca abierta.

La bandera de los perros negro se ondeaba mientras caía. Natsu se limitó a levantar su mano, la asta llegó por sí sola, dando por terminado el encuentro.

-¡El líder del equipo Cerberus ha sido derrotado, así como su bandera capturada! ¡Los vencedores son el equipo Núm. 117! - Los altavoces y sirenas anunciaron lo evidente.

Al principio, los estudiantes más veteranos no sabían cómo reaccionar, se suponía que ellos eran el equipo más débil de la academia, por no decir el más problemático, el hecho de que hayan ganado, sobre todo contra un equipo tan fuerte y agresivo como lo eran Cerberus, era para estar sorprendidos, por completo perplejos. 

Un aplauso se convirtió en dos, así hasta desencadenar una ola de vítores, chiflidos acompañaron los gritos de alabanza, los estudiantes de primero no se contuvieron. Habían presenciado el nacimiento de una nueva leyenda, el novato más fuerte de toda la escuela.

-¡Gano! ¡Natsu ganó, Nyah! – Entre el público, una castaña sobresalió demasiado, una gran sonrisa acompañaba sus facciones felinas – Eso fue increíble ¿No lo crees? – Le preguntó a su amiga mientras volvía a tomar asiento. La peliplata esbozaba una pequeña sonrisa mientras que un tenue carmín adornaba sus mejillas.

-Sí- Asintió un tanto tímida- Lo fue. Natsu-sama es increíble- No podía dejar de verlo, la imagen del pelirrosa en el gran holograma. La sensación de haber sido poseídas juntas se hizo presente, ahora se sentían más atraídas que nunca, de ese pelirrosa que les había robado todas sus primeras veces- "Espero que..."

Milianna llevó un dedo índice a su boca mientras que Yukino tapo la suya. Miraron hacia atrás, específicamente al palco ubicado en la parte más elevada de las gradas.

- "... Kagura-chan/Kagura-sama no sea tan dura con él"- Pensaron. Mientras una estaba preocupada, la otra se veía realmente ansiosa, mordiendo su dedo índice para contener su emoción.

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En el palco de reyes...

-¿Señorita Kagura? – Expresó confundida, su líder se había parado de golpe.

-Nos retiramos- Ordenó la estoica pelipurpura mientras se dirigía a la salida, su mirada ensombrecida, la katana en su mano temblando por tan fuerte presión.

-Como usted diga, Señorita- Asintió un tanto extrañada Ikaruga, nadie más que ella había notado lo alterada que se comportaba su líder. Atravesaron la puerta sin siquiera reparar en sus iguales.

– Etherias... Etherias Natsu- Nadie pudo escucharla murmurar entre dientes. La expresión de Kagura estaba hecha una furia.

(Kagura Mikazuchi / ADN: Humano / Rango SS / Habilidad ESP: Control de gravedad / Obj. Místico: Hoja oculta)

-Je... Jeje- Otro más reaccionó de forma extraña, viendo el resultado del encuentro.

-"Esta... ¿riendo?!.... ¿Gajeel ésta riendo?"- La peliceleste no podía creer lo que escuchó.

El cuerpo de su líder temblaba, Levy lo sabía, la gran carcajada que Gajeel intentaba contener.

(Levy Macgarden / ADN: Humano / Rango: C / Habilidad ESP: Lectura fugaz)

-¿Hm? – Sting apenas lo miró de reojo –"Que aterrador"- Un escalofrío recorrió todo su cuerpo al ver la sonrisa ladina del azabache- "Esto ha resultado interesante" – Regresó su mirada a las pantallas – "Natsu ¿eh? Jamás imaginé que alguien tendría la misma habilidad que yo. Me pregunto quién de nosotros será más fuerte jeje"- Una sonrisa arrogante se dibujó en su rostro, imaginando la gran batalla que tendrían.

(Sting Eucliffe / ADN: Modificado / Rango SS / Habilidad ESP: Luz espejo)

-"Vaya, que sorpresa"- Pensó el pelinegro. Había pasado mucho tiempo desde que su líder se mostraba tan interesado en alguien que no sea una chica. Tenía que admitirlo, Sting era un mujeriego sin remedio, pero este lo compensaba siendo el tercer asiento en la mesa de reyes.

(Rogue Cheney / ADN: Humano / Rango S / Habilidad ESP: Sombra imitadora)

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De vuelta en el campo de batalla...

-I-Increíble... - Mira todavía procesaba lo que acababa de ocurrir, intentó levantarse, una mano amiga rodeó su cuerpo, evitando que volviera a morder el polvo.

-¿Estas bien? – Preguntó la pelirroja, mientras colocaba el brazo de Mira sobre su hombro.

-S-Si... E-Estoy bien, Erza – Respondió, aunque no fuera así- ¿Y tú?... ¿Qué ocurrió con tu pelea? – Preguntó preocupada, viendo que su amiga estaba igual de golpeada o peor. Ambas miraron a la misma dirección.

-No puedo reprocharte por tener más experiencia que ella- Miró a la albina menor, esta descansaba bajo la sombra de un árbol – Sin embargo... - Regresó su mirada a un demacrado Bacchus, quien estaba sepultado por algunos escombros – Es imperdonable que alguien que se jacta de ser fuerte use tales herramientas- Le retiró el brazalete, haciéndolo trizas en el acto. Dio media vuelta, con una mirada de desprecio en su rostro- Debilucho.

El equipo médico ingresó al campo, los primeros en ser atendidos fueron los miembros de Cerberus, todos y cada uno de ellos presentaban las mismas lesiones.... Si es que se les podían llamar así. Huesos rotos y rostros desfigurados, sin duda el personal médico lo tendría difícil.

-Es un monstruo- Murmuró Erza.

- ¿Eh?- Fue la reacción de Mira mientras la pelirroja la ayudaba a caminar- ¿A qué te refieres?

-Me confíe demasiado, creí que podría encargarme de Cerberus, pero me atraparon por completo- Dijo, recordando el golpe de aquellos dispositivos- Me hubieran noqueado, sino fuera porque él llegó - Agregó, sorprendiendo una vez más a su amiga. Ambas miraron al pelirrosa, quien se acercaba a Lisanna, una vez que llegó a esta, se agachó para llevársela en sus brazos- "Esa fuerza, sus movimientos. No hay duda de ello, él es..." -Ciertas personas interrumpieron sus pensamientos.

-Por favor, siéntense, las atenderemos de inmediato- Dijo uno de los miembros del personal médico, vistiendo trajes blancos, en sus hombros y espaldas la insignia que los identificaba como tales (Una cruz verde con cuatro alas rodeándola). Un par de maletines fueron abiertos, todo lo necesario para atender a las dos féminas. Gray y Lucy no tardaron en acercárseles, asegurarse de que sus compañeras se encontraban bien.

-Deja que nos encarguemos de ella, muchacho- Otro par se había acercado al pelirrosa, quien llevaba a una joven en sus brazos.

-Sus heridas son muy graves, debemos llevarla de inmediato al... - Dijo el segundo hombre, congelándose justo en el momento que iba a tocar a la joven- ¿C-Centro... Médico? – Comenzó a temblar, sudar frío.

Un par de orbes afilados lo miraban de manera inquisidora. La mirada de Natsu era de muerte, amenazando a cualquiera quien osara tocar a Lisanna.

-Natsu- Afortunadamente para ellos, la pelirroja logró hacer que su kohai reaccione- Deja que se encarguen, son profesionales, Lisanna estará en buenas manos- Le pidió amablemente mientras posaba una mano en su hombro.

Mira se acercó, sin importarle sus heridas, sus ojos llorosos evidenciaban la gran preocupación que sentía por su hermanita, verla en tal estado le estaba rompiendo el corazón. Un par de orbes verdes la miraron fijamente, luego de entender que lo que estaba haciendo era irracional, algo que por cierto no pudo evitar, relajó su expresión, ya no tenía por qué seguir protegiéndola, después de todo, la batalla había terminado desde hace mucho.

-De acuerdo.

El equipo médico preparó una camilla, una vez que Natsu depositó a Lisanna con todo el cuidado del mundo, estos se fueron, el grupo de Erza sólo puedo ver cómo se llevaban a uno de los suyos, estos no pudieron seguirlos, ya que tenían que dejar que los atendieran primero.

-Lo hiciste bien, novato- Dijo con un tono serio Gray, acercándose a un estoico pelirrosa. No estaba acostumbrado a soltar elogios, menos a alguien que le cayó mal desde al comienzo, pero la habilidad que demostró en batalla lo impresionó bastante, tanto que cambió su modo de verlo, alguien que pudo barrer con Cerberus sin derramar ni una gota de sudor sin duda era digno de admiración – ¿De qué demonios esta hecho tu cuerpo? Si no fuera porque eres muy distraído podrías ser... ¡Oye, espera! -No terminó de decirle, cuando el pelirrosa comenzó a caminar, alejarse de sus compañeros.

-¿A dónde va? Debería esperar para que lo atiendan– Habló Lucy, el personal médico seguía atendiendo a Erza y Mira, por lo que estas no pudieron seguirlo.

-No creo que lo necesite- Dijo Gray.

Natsu abandonó la zona boscosa, a ojos de sus compañeros y los estudiantes que aún lo animaban en las gradas.

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En la sala de mando....

- Tch- Chasqueó la lengua, a la vez que aporreaba su puño en el panel de control. Se sentía frustrado, sumamente molesto. El grupo de la pelirroja había salido victorioso, impresionado a toda la escuela. Eso sin duda les traería beneficios a futuro, eso era algo que no podía soportar, pero lo que más lo enfurecía, era el hecho de que no había podido cumplir con su principal objetivo, aplastar a quien se atrevió a desafiar su autoridad, una gran osadía, considerando lo orgulloso y soberbio que era aquel peliazul.

-Siegrain.

Salió de sus cavilaciones. Volteó hacia atrás, encontrándose con el dueño de la voz.

-Director Makarov- Vio al anciano parado en el marco de la entrada- ¿Cómo se encuentra? ¿Hay algo que pueda hacer por usted? – Preguntó de manera cordial, sin duda era muy bueno escondiendo sus emociones.

- Estoy bien, gracias por preguntar- Respondió- Estuve presenciado todo el encuentro desde mi oficina.

- Sorprendente ¿no le parece? Quien diría que podrían ganar – Interrumpió Siegrain, con una sonrisa totalmente falsa.

-Sí, fue toda una sorpresa – Cerró los ojos, para luego llevar una pipa a su boca- Pero también me di cuenta de algo más, así que necesito que vengas a mi oficina de inmediato, hay algo de lo que deben encargarse, tú y todo el comité de disciplina- Su expresión resaltaba la seriedad en sus palabras, algo que hizo al peliazul exaltarse.

- De acuerdo, iré de inmediato, Director- Dijo, llevando una mano a su pecho para luego hacer una pequeña reverencia. Sin duda, tendría que esforzarse para esconder sus errores.

(Siegrain Fernandez / ADN: Humano / Rango: SS / Habilidad ESP: ¿?)

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El sol levantándose como en todas las mañanas, bañando con sus rayos todo lo que estuviera a su alcance, tanto los edificios escolares como la naturaleza que lo rodeaba.

En lo profundo del bosque, cierto joven se encontraba de lo más tranquilo, sentado en posición de meditación, vistiendo únicamente la parte inferior de un atuendo de artes marciales (zubon color negro), junto con una cinta roja a modo de cinturón. Con el torso al aire. El frío y la neblina no le suponían ningún problema.

Las enseñanzas de su padre le obligan a utilizar las mañanas para meditar, entrenar su mente, pues claro, era la única parte de sí mismo que aún no dominaba... O usaba más que sus instintos.

-Has estado observándome desde hace un buen rato ¿Por qué no te acercas y te sientas conmigo? – Soltó de repente, sorprendiendo a la presencia oculta entre los árboles.

-¿Cómo... ¿Cómo supiste que estaba aquí? – Se reveló. La chica, vistiendo uniforme escolar, falda de pliegues color negro, lo suficientemente corta para mostrar sus piernas, un saco color rojo que resaltaba muy bien su figura y atributos, junto con un moño del mismo color.

-No fue difícil- Volteó a verla-Desde hace una hora no puedo concentrarme, desprendes un aroma muy dulce, Erza-san- Dijo mientras volteaba, dedicándole una sonrisa a la pelirroja.

Por supuesto, ella no pudo evitar exaltarse, sus mejillas tiñéndose del mismo color que su cabello. Esa sonrisa... Esa maldita sonrisa hizo que su corazón comenzara a latir con fuerza. No sabía que clase de poder sobrenatural usaba él para ponerla en ese estado. Debía calmarse, por lo que no se le ocurrió mejor idea que palmear sus mejillas.

- ¿Hm? – Se extrañó al ver como ella se hizo daño. Las mejillas de Erza por completo rojas, pero ahora por otra razón.

-Hable con el encargado de los dormitorios, me dijo no tienes ningún registro de entrada o salida, que siquiera has puesto un pie en el edificio- Comentó mientras se aceraba al muchacho.

-No me gusta, demasiado ruido. Prefiero estar aquí, la tranquilidad del bosque es lo mejor- Respondió para luego volver a cerrar los ojos.

- ¿De verdad? - Ella miró los alrededores. A la distancia, distinguió lo que parecía ser una vivienda construida con troncos, algo improvisada, pero firme –"Tan sólo han pasado dos días desde su ingreso y ya se ha instalado aquí. Es increíble"- No pudo evitar sorprender aún más, alguien que rechazaba la comodidad de los dormitorios para vivir en medio del bosque, el muchacho era todo un misterio, uno que la pelirroja quería develar.

-¿A qué has venido? Aún falta una hora para que comience la primera clase – Dijo Natsu. Le podía importar menos llegar temprano a la escuela, sin embargo, haría un esfuerzo con tal de evitar la molesta voz del profesor al regañarlo.

-Perdón, pero ayer te fuiste de repente y me fue imposible alcanzarte después. Quería hablar contigo lo antes posible- Dijo mientras aceptaba la oferta del chico. Acomodó su falda de tal manera que no tuviera problemas en sentarse frente a él – Gracias por ayudarnos contra Cerberus. Eres alguien fuerte e increíble, sin ti no lo habríamos logrado- Soltó, haciendo que Natsu abriera los ojos.

-No tienes por qué agradecerme, soy parte del equipo, es mi deber hacer todo lo posible para conseguir la victoria- Dijo, con un tono neutro... Aunque había otra razón por la que destruyó a todo Cerberus sin piedad alguna. Las lágrimas de una albina seguían presentes en su mente.

-Aun así, quería decírtelo. Y también hacerte saber que Lisanna está bien, fue dada de alta el mismo día- Dio la noticia, evidenciando la capacidad del personal médico y la tecnología con la que contaba la escuela. Esperó a que Natsu reaccionara con eso.

-Ya veo, no esperaba menos de ella – Se puso de pie para luego caminar hacia su hogar.

-Oye, espera – Ella se paró de golpe, le extrañaba la actitud indiferente del chico, sobre todo por lo bien que se llevaba con la albina- ¿Qué es lo que sucede contigo? – Erza era una mujer racional, pero cuando algo le molestaba no dudaba en expresar sus emociones abiertamente- ¿Acaso eso es todo lo que tienes que decir?

-Sí eso es todo lo que querías decirme, sí, no tengo más que decir- No se molestó en verla, tan sólo le faltaban unos pasos para adentrarse en el bosque.

La mirada de Erza por completo ensombrecida, apretó sus dientes y puños antes de alcanzar al muchacho y tomarlo del brazo.

-Entonces sí hay algo más- Devolvió la mirada a una cabizbaja pelirroja- ¿Qué es lo que...

-Sé quién eres- Interrumpió, lo había dicho al fin, lo que tanto tiempo había callado.

-¿A qué te refieres? – Preguntó, un poco confundido. No lograba entender el alcance de esas palabras.

-Esa fuerza, esos movimientos y el aura que emites cada vez que entras en combate, eso no es normal, nunca había sentido ese tipo de energía... Al menos no en mucho tiempo- Eso último en voz baja.

-... - Natsu permaneció estoico, en silencio, cada palabra que la pelirroja soltaba hacia su persona tenía una sola dirección. Nunca pensó que sería descubierto... No tan pronto.

-Tú eres un N-ESP ¿Cierto? – Reveló lo más importante- Un humano cuya capacidad ESP es nula, un raro caso entre un billón.

- ¿Qué te hace decir eso? - La cuestionó, aunque ya sabía la respuesta, tan sólo retrasaba lo inevitable.

-Mira y Lisanna me lo dijeron todo – Regresó al pasado por un momento, lo que las albinas le contaron y lo que ella misma vivió- El dispositivo que Cerberus empleó no era un aturdidor sónico, se trataba de algo más, un dispositivo ilegal, un DS-ESP- Reveló la platica que tuvo con el director, se sorprendió bastante cuando este le pido no contar nada hasta resolver su origen- Y tú no fuiste afectado por eso, seguiste adelante, venciste a todo Cerberus con tú propia fuerza... La capacidad única de tú gente.

-... - Natsu permaneció estoico, cerró los ojos, su silencio le dio a Erza la confianza para decirlo, llegar a una conclusión.

-Los legendarios... Los mercenarios más letales de la historia... Se apartaron del mundo con el fin de protegerlo o destruirlo– La voz de Erza temblaba, sus ojos comenzaron a cristalizarse- Tú eres miembro de ese clan legendario...

Natsu entendió que era inútil negarlo, Erza no era tonta para tragarse cualquier mentira, además de que cualquiera que tuviera un poco de conocimiento sobre su gente podría darse cuenta si pensaba lo suficiente.

- Clan Dragneel.

Natsu permaneció tranquilo, aunque por dentro era todo lo contrario, dos simples palabras bastaron para sorprenderlo, girarse y encarar a la joven que lo retenía.

-Sólo unos pocos conocen ese apellido. Es la primera vez que veo alguien decirlo sin temblar de miedo o prepararse para morir- Habló con un tono carente de emociones, una mirada afilada mientras acercaba su mano al rostro de la pelirroja- ¿Por qué lloras? – Le preguntó confundido.

-Por favor... Natsu... - Apoyó una de sus manos sobre la mano del chico, mientras que usaba la otra para remover sus lágrimas, pero fue inútil - Necesito que me digas... Necesito saberlo... Necesito saber sobre mi padre.







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Hasta aquí el capítulo

Ufff, si hace dos capítulos dije que ya tenía la mitad del próximo capítulo hecho y aun así tarde demasiado, entonces teman, porque tengo que escribir el próximo desde cero jeje... 

Ay, me odio a mi mismo.

Gracias por leer.

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