Capítulo 12: Reclamando al Dragón.
Campo D...
El lugar era igual a un centro comercial, por completo en ruinas, sus muchos departamentos y puestos vacíos, y a punto de caer en pedazos, en penumbras, apenas unos agujeros en lo más alto permitían a los rayos del sol filtrarse. Rastros de explosiones y disparos decoraban sus corredores, recientes o de hace varias batallas. Una pesadilla para los alumnos combatientes, por su estructura amplia y laberíntica.
-¡WOAAAHG! – Ese grito vino acompañado de una fuerte explosión. El techo colapsó en medio de la sección principal. Un cuerpo yacía encima de una pila de escombros- Ukg... E-Ellas son... son... -Luchaba por permanecer consciente. El cristal de su casco roto, su traje de combate emitiendo pequeñas descargas oscuras y con algunas laceraciones en forma de garras -Umhp... - No pudo aguantar más, sus ojos quedaron en blanco.
Dos sombras descendieron del enorme agujero en el centro, una emitía energía oscura y la otra un aura animal. Amigas, hermanas, pero sobre todo compañeras de equipo. Cada una portando una marca color blanca y negra en su pierna derecha y pierna izquierda, el símbolo de su equipo. Las hermanas Strauss lucían más imponentes que nunca.
-¡El combate ha terminado! ¡El líder del equipo Blue Wolf ha sido derrotado! – La voz anunció a través de los altavoces. No hacía falta decir que la audiencia estaba sorprendida, viendo a través de los hologramas al equipo más "débil" levantarse entre las cenizas.
-Fuuh- Desde uno de los barandales de la tercera planta, un pelinegro suspiró mientras colocaba su rifle en su espalda.
-Rayos- Mientras tanto, una pelirroja suspiró un poco decepcionada, justo frente a ella el final de un oscuro pasillo en donde se encontraba una bandera con el símbolo del equipo rival – Consiguieron derrotar a Linux, sí que son rápidas – Sonrió contenta mientras pensaba en sus compañeras.
Después de almacenar su espada, se retiró de ahí, ya no había necesidad de hacerse con la bandera. El cuerpo de su oponente yacía en la pared, varias espadas mantenían al pobre pegado al concreto, aunque Erza fue lo suficiente amable para sostenerlo luego de hacer desaparecer sus armas.
-¡Los vencedores son el equipo Fairy Order!
-¡YAAY!- Desde la banca, Lucy celebró con los brazos al aire, en su dorso una marca color amarillo. Nunca se imaginó que después de un año su equipo volvería conseguir otra victoria tan aplastante- La tercera victoria oficial, de seguir así podremos entrar a la clasificación- Comentó contenta a su compañero, quien, con una pequeña sonrisa y sus brazos cruzado, observaba el potencial de sus compañeras.
- Jeje-Cerró los ojos y soltó una pequeña risa, con un ligero rubor en sus mejillas.
-¡Ukyu!- Presenciar aquello, hizo que el corazón de la rubia diera un salto. Con todas sus fuerzas, evitó chillar de más.
-¿Hm? – Él se dio cuenta y de inmediato cortó distancia con la rubia- ¿Qué sucede? ¿Acaso te enfermaste o algo? - Le preguntó curioso.
-¿E-Eh?... N-No... No es nada- Ella se sonrojó enormemente, su rostro se encontraba a escasos centímetros de la del chico– "Diablos"- Se giró rápidamente para luego sostener su pecho –"Olvide lo raro que es este chico... Debo ser más cuidadosa"- Todas sus alarmas se prendieron. Jamás podría olvidar de cómo él logró asustar a una de sus amigas.
La bulla y aplausos en las gradas seguía incluso cuando el equipo ganador se retiraba del campo.
.
.
.
.
.
Una vez terminado el encuentro, el grupo de la pelirroja se dispuso a ir a los vestidores. Antes de abandonar el campo de batalla, primero tenían que pasar cerca de las gradas, en las cuales un buen número de estudiantes aún permanecían, esperando a ver a sus sempais y compañeros.
-¡Natsuuu!- Algunas jovencitas gritaron y saludaron al pelirrosa.
-¿Ah?... Hola- Tan pronto Natsu volteó a verlas, les sonrió y les devolvió el saludo, haciendo que se emocionen y le griten con más energía. Ciertas albinas reaccionaron con un ligero tic, no dejarían que algo así de pequeño las afecte, después de todo tenían que aprender a lidiar con sus celos.
-Una sola victoria y ya tiene todo un club de fans- Comentó de manera apagada Gray – Este chico es todo un personaje.
-Bueno... - Lucy se puso a pensar- Tal vez se debe a la reputación de Bacchus. Ese día durante el reclutamiento, su equipo estuvo hostigando a muchos nuevos y acosando a varias chicas
- Entonces después de ganarles de esa manera se convirtió en una especie de héroe para ellos ¿eh?
- Es... posible jeje- Dijo un tanto tímida.
-¡Natsuu, ¿Cuándo pelearás otra vez?!
- ¡Entrena con nosotras un día! – Gritaron un par de chicas, a lo que el pelirrosa las miró fijamente mientras seguía su camino.
-Claro, cuando ustedes quie... -Calló al momento de ser jalado de sus brazos. En un segundo, terminó entre dos albinas, quienes lo sujetaron firmemente. Una suave sensación rodeó sus dos brazos, algo que no lo cohibió en lo más mínimo, al contrario, lo estaba disfrutando.
-"Piérdanse o las haré pedazos" – Mira le dirigió una simpática sonrisa a las chicas, sin embargo, su aura era de muerte.
-¡Grrr! – Mientras que Lisanna les gruñó. Habían conseguido transmitirles sus pensamientos.
-¡Ghy!- Las pobres chillaron y se encogieron del susto, fue como si hubieran visto el rostro de un demonio y los colmillos de una bestia.
-¿Qué rayos? – Gray y Lucy vieron hacia las gradas, en un segundo, estas quedaron desiertas. Voltearon hacia atrás, extrañándose enormemente al ver a dos de sus compañeras sujetando posesivamente los brazos de su compañero pelirrosa mientras que el último sonreían inocentemente - Y ahora estos... ¿Qué rayos les sucede? – Se preguntó el estoico pelinegro, sin darle mucha importancia, aunque para una rubia era diferente, ver a la alegre Mira y a su hermanita comportándose muy cercanas con el pelirrosa le causaba mucha intriga.
- Oigan, qué dicen si hacemos algo para celebrar nuestra tercera victoria- Erza se detuvo frente al par mientras cierto trio continuaba con lo suyo, sin darle importancia a las palabras de su líder.
-¿Qué planeabas hacer? ¿Eh, Natsu? - Le preguntó Mira, con una linda sonrisa de demonio.
-Si, cuéntanos – Lisanna pidió, igualando la expresión de su hermana- No estarás planeando ir con esas chicas a nuestras espaldas ¿Verdad, Natsu-kun?
-¿Qué tendría de malo? – Dijo de manera despreocupada el chico, eso hizo que las hermanas lo sujetaran con más fuerza, aunque eso no parecía afectarle- Después de todo, sólo vamos a entrenar – Sonrió, y la presión en sus brazos aumentó considerablemente.
-Natsu, tú... ¡Kya!- Ambas soltaron un pequeño gemido. Cada una tapo su boca, sintiendo como su retaguardia era atrapada y estrujada. Mientras una evitó, con toda su voluntad, soltar su voz, la otra recordó toda la experiencia que había adquirido en los últimos días.
Los recuerdos en medio de ese bosque, dentro de ese intento de cabaña, se volvieron demasiado vividos. Cada caricia, cada beso, unidos para formar una tormenta de pasión interminable. Nunca podría olvidarlo, la manera en la que el joven reclamó su cuerpo como suyo. Aun en su verdadera forma, no fue rival ante la fuerza del pelirrosa. De lo único que se arrepentía es de no haber sido lo suficientemente fuerte para permanecer consiente, mirarlo a los ojos después de tan "violento" coito.
-Como dije, sólo vamos a entrenar – Subió la intensidad de su agarre, provocando un estremecimiento en ambas hermanas- Ya que, si quisiera hacer "eso", puedo tomarlas a ustedes- Su voz era ronca y su sonrisa seductora – Aquí y ahora, todo el día, hasta que no puedan estar de píe- Agregó para rematarlas.
-Glup- Ambas hermanas tragaron duro, estaban sonrojadas hasta las orejas, imaginando todo tipo de cosas que les haría el pelirrosa.
-Muchachos.
- ¡¿Hm?! – La voz de Erza las despertó de su pequeña fantasía y recuerdos.
-¿Les sucede algo? – Levantó una ceja, aunque tenía una idea de lo que le pasaba a su amiga y kohai.
-N-Nada... No pasa nada jeje – Sólo contestó Mira, ya que la menor seguía bastante "afectada", con un gran sonrojo y su mirada oculta con su flequillo.
-De acuerdo - La pelirroja confirmó con una sonrisa- Como le comenté a Gray y a Lucy, ¿Qué les parece si hacemos algo para celebrar nuestra victoria? - Regresó al tema.
-Ehm... C-Claro – Contestó sonriente la albina- Por qué no- Su hermanita recién recuperada también confirmó, y el pelirrosa... Siempre y cuando haya algo para comer y buena compañía, aceptaría lo que sea.
-Bien. Les mandare un mensaje cuando haya asegurado el lugar – Dijo Erza para luego continuar su camino. Una parada en las regaderas les haría bien, para quitarse la suciedad y por supuesto, para bajarse la temperatura después de tanta "acción".
.
.
.
.
.
Unos minutos después...
-Aww.... Que bien se siente- Suspiró relajada Lisanna, dejando que el agua tibia humedeciera su cabello y recorriera su bello cuerpo.
-Fue un combate duro. Lo hiciste muy bien, Lis- Elogió Mira mientras enjuagaba su cuerpo, la espuma caía de su cabello a sus hermosos senos. La ligera capa de vapor y el sonrojo de cada una las hacía lucir realmente deseables. El baño de los vestidores era extenso y demasiado sofisticado, después de todo se trataba de una de las mejores academias del continente.
El sonido de las regaderas era lo único que se escuchaba. Segundos después, los vidrios de un cubículo se volvieron claros, permitiendo ver a una rubia enrollándose una toalla para luego salir mientras secaba su cabello. Tomó asiento en la banca que se encontraba en el centro, no pudo evitarlo, abrió su computador con aspecto de maleta, la humedad y el vapor no parecían preocuparle.
-Por cierto, ¿Qué tal sus equipos? -Preguntó entusiasmada- ¿Hay algún arreglo o modificación que pudiera hacer?
-Todo bien por aquí- Respondió sin darle mucha importancia, la albina menor.
-Mmm... Tal vez pudieras hacer mis guanteletes un poco más ajustados- Mira respondió mientras tocaba sus antebrazos, recordando lo suelto que se sentía su nuevo equipo.
-¿Eh? ¿Eso es todo? – Lucy tenía una expresión algo decepcionada- La integridad del armazón, el flujo de mana, la resistencia al impacto, ¿Nada? - Un tono exigente acompañó sus palabras.
-Nada, todo bien, todo bien- Respondieron al unísono las hermanas.
-Pfuu... Que simples- Lucy suspiró un tanto decaída – Volteó hacia otra parte, un cubículo un poco alejado de ellas se encontraba en uso, el sistema del vidrio y el exceso de vapor no permitían ver a su ocupante- ¿Qué hay de ti, Erza? ¿Algo que requiera mi trabajo? – Preguntó, extrañándose al no recibir respuesta - ¿Erza?
-Mmh... - Un pequeño quejido se escuchó desde adentro, era como si tratara de contener su voz.
-Erza, ¿estás bien? – Preguntó Lucy mientras las hermanas terminaban de ducharse.
-Emm... Si... Estoy... bien- Respondió un poco agitada la pelirroja. Retrocedió hasta pegar su espalda en el rincón, cerró sus ojos con fuerza y apretó los dientes, intentando acallar sus gemidos, un hilo de saliva corría de su comisura- M-Mi equipo está bien Lucy... Graahcias por preguntar- Formuló lo más correcto que pudo mientras intentaba apartar la cabellera rosa que se forzaba entre sus piernas.
-De acuerdo... fuuh- Nuevamente, Lucy suspiró con decepción justo cuando las hermanas Strauss colocaban sus toallas.
-iremos a vestirnos – Dijo Mira.
-Si... Luego las alcanzo – Erza respondió- Quiero... relajarme un pocoh más... j-Jeje- El riesgo de que fueran descubiertos la estaba abrumando. Mordió su dedo índice, sintiendo que dejaría salir su voz.
-No tardes mucho. Recuerda que aún tenemos clases en la tarde- Le recordó la albina.
-Y también hay que preparar todo para la pequeña fiesta- Esta vez habló Lucy, retirándose hacía los vestidores.
- ¿Estará bien Erza-sempai? – Preguntó Lisanna- El vapor dentro de su cubículo estaba demasiado denso- Dijo con algo de preocupación.
-A Erza le gustan los baños con agua muy caliente, así que no te preocupes. Está acostumbrada- Le aclaró su hermana mayor – "Aunque esta es la primera vez que se queda de último, que extraño" – Pensó dudosa. No le dio mucha importancia. Procedieron a vestirse para luego retirarse.
El sonido de la regadera reinó unos cuantos minutos...
-AAAHHH- Gimió hasta quedarse sin aliento, aferrándose a la cabellera rosa mientras el chico se deleitaba con sus jugos amorosos. Ella respiraba agitada, con sus ojos nublados y generando pequeñas nubes de vapor, había explotado en un éxtasis tremendo – Aah... T-Tonto... P-Pervertido... Aaah...- Quiso sonar molesta, pero sus constantes evidenciaban cuanto lo había disfrutado.
Natsu se puso de pie a la vez que removía los líquidos de la chica con su pulgar. Posteriormente, le regaló una sonrisa de lo más juguetona. En un instante, la chica se vio acorralada contra la pared, entre los brazos del joven.
- ¿Q-Qué... ibas a hacer si nos descubrían? – Preguntó, sus jadeos opacaban su reclamo.
-Si eso llegará a pasar, simplemente les mostrare la expresión excitada de su líder jeje- Respondió de manera divertida antes de hundir su rostro en el cuello de Erza.
-N-No... Aah... N-No sigas... - No era buena mintiendo, y menos cuándo Natsu jugaba con su cuerpo. Lentamente, una mano bajó por su vientre hasta llegar a su sexo- ¡Kya! - Soltó un chillido al sentir los dedos del varón. Su mirada no mentía, estaba disfrutando de la ardiente sensación de ser atacada, tanto arriba como abajo.
- ¿Qué fue eso de hace un rato? – La interrogó mientras seguía hundido en el cuello de la pelirroja, colmándola de besos.
- ¿Q-Qué... fue... Mmn... de queeh? - Sus ojos se abrían por ratos, trataba de resistirse... No fue más que esfuerzo en vano.
-Nos llamaste sabiendo muy bien lo que estábamos haciendo. Eso está mal – Reclamó con una sonrisa ladina, a la vez que bajaba y su boca cambiaba de objetivo.
-Nyooh... ¡ahí nooh! - Gritó cuando él se prendió de su pecho. El chico chupaba y le daba suaves mordidas, pasando de la suave carne al botón rosa, haciéndola gemir de gozo- "Muerdes tan... Aaah" – Acarició la cabellera rosa, sin poder apartarlo, sus piernas estaban a punto de ceder. Natsu tomó su cintura antes de que lo hiciera, obligándola a rodear su cintura con sus piernas- N-No sólo a Lisanna... También a Mira... Aaah... Les hiciste lo mismo que a mi...
- ¿Y? – Natsu continuó con su ataque a los senos, deleitándose con sus gemidos y esencia. El agua caliente corría por sus pieles, sin embargo, lo que más disfrutaban era la temperatura que generaban sus cuerpos, restregándose a cada oportunidad para sentir la calidez del otro.
-E-Eso... No es normal... Mmn- Ella trató de resistir.
-¿Normal, dices? – Apartó su boca, habiendo dejado varias marcas en la piel de porcelana. La miró de manera seria, era como si aquel muchacho despreocupado y lujurioso hubiera sido poseído- Si hay algo que caracteriza y hace fuerte a nuestro clan, es su inmensa "hambre" – Subió hasta quedar cara a cara con ella, tomando su rostro para que pudiera verlo a los ojos- comida, bebida, riqueza, territorio, fuerza y... – Se acercó y le susurró al oído- ... mujeres. Siempre y cuando no le hagamos daño a nadie, lo tomaremos todo. Sólo los más fuertes merecen tenerlo todo. No nos detendremos. Eso es lo "normal" para nosotros – Agregó de manera seductora.
La expresión en Erza estaba por completo perpleja, asimilando las palabras de su amante. Sus ojos se abrieron con sorpresa cuando sus labios fueron poseídos nuevamente, sin embargo, esta vez era diferente a cuando él la sorprendió en medio de su ducha, devorando sus labios sin poder resistirse. Se trataba de un beso cálido e inocente, volvió a sorprenderse cuando Natsu se separó, mostrándole una expresión de lo más gentil.
-Pero por sobre todo eso, yo quiero hacerte feliz, quiero que seas parte de mi "familia", Erza.
-"Eso es..." – Cerró los ojos y cuando volvió a abrirlos, sus pupilas tomaron forma de corazones –"Es tan injusto" – Rodeó la cabellera rosa nuevamente, atrapando al chico con un beso. No tardó mucho tiempo para que aquel acto se volviera apasionado y ardiente, ambos intentando invadir la boca del otro, pero sólo conseguían entrelazar sus lenguas, ninguno de los dos quería perder este encuentro.
Cuando se separaron, un hilo brillante unía sus labios, sus alientos cargados con nubes de vapor, opacando a las del baño- S-Sólo... Prométeme una cosa – Quería expresarle lo que sentía y lo que necesitaba de él, de su amante y posiblemente lo más cercano a una familia.
-Dime, ¿Qué puedo hacer por mi amada? -Dijo de manera cortes. Definitivamente, Natsu tenía varias facetas que podrían sorprender a más de una. Erza, con los labios temblorosos y una mirada suave y cohibida, sólo pudo ser fiel a sus deseos.
-No importa si son cinco o cincuenta... Cuando estemos solos... ¡Mírame a mí y sólo a mí! – Dijo, con una mirada cargada de determinación y deseo. Pequeñas gotas amenazaban caer de sus ojos chocolate, sus mejillas de un carmín tan hermoso como su cabello.
Natsu le sonrió de manera conmovida- Por supuesto- Y luego volvió a poseer sus labios brevemente, llenándola de calidez- Mis ojos, mi corazón, mis sentimientos. Te lo daré todo, sólo seremos nosotros. Es una promesa.
Erza quedo muda, esa respuesta había sido más de lo que espero. El pelirrosa no la hizo esperar, con sus cuerpos húmedos y calientes, y su amor desbordando a montones, alineó su falo endurecido, separando poco a poco los labios de su amante. Lentamente, disfrutando de la sensación apretada. Erza se aferró a él al sentirlo adentrarse, pese a haberlo hecho tantas veces, aun no se había acostumbrado a su tamaño, no sabía si eso era bueno o malo. Sus uñas se insertaron en la fornida espalda y arañaron el brazo derecho del joven, específicamente, sobre el tatuaje de su equipo, una marca roja que portaba orgullosamente.
-¡Ooh dios! – Sus uñas se insertaron con fuerza, a la vez que él lo hacía en lo más profundo de su ser.
-Erza, por favor... - Le dijo con un tono suave y ronco- ... No vayas a desmayarte antes de terminar.
-Hmm- Erza asintió, apenas tenía fuerzas para formular, y no le ayudó en nada cuando el pelirrosa comenzó a mover sus caderas- Aaah... Si... Siii... Lo... Intentareeh...
Estuvieron así varios minutos, el agua caliente dejó de correr, aun así, el vapor estaba más denso que nunca. El baño se llenó de gritos y gemidos amorosos. Lástima por la pelirroja, ya que no pudo cumplir con el pedido de su amante. Sin duda, Erza tendría que inventarse una nueva para explicar por qué no asistió al resto de sus clases.
.
.
.
.
.
.
Mas tarde...
El lugar lleno de sillas y mesas, un ambiente rustico, pero sofisticado, ni muy lujoso ni muy humilde, dentro de la ciudad podían encontrarse varios sitios parecidos, este en particular era el preferido de muchos estudiantes, sobre todo para cierto grupo que, ubicados en un rincón del lugar, llevaban a cabo una pequeña reunión.
-Sé que no es mucho, pero espero que lo disfruten- La líder pelirroja levantó su vaso, dando comienzo al festejo- ¡Kanpai!
-¡Kanpai! – El grupo la siguió. Una mesa grande y redonda en donde estaba colocada una gran cantidad de comida y bebida.
-Todo se ve delicioso – Comentó felizmente Lucy, aunque luego miró a su líder, un poco preocupada - ¿Vamos a estar bien?
- ¿Hm? ¿A qué te refieres? – Le preguntó Erza.
-Quiero decir... Nuestro presupuesto no es mejor que el del año pasado, ¿podemos permitirnos tanto? – Comentó algo apagada, por lo que Erza tuvo que aclararle.
-Ah sobre eso... - Miró al frente, justo Natsu estaba platicando con las hermanas Strauss.
El pelirrosa, al darse cuenta, le dedicó una sonrisa a su observadora.
-"Dé-ja-me-lo -a- mi" – Movió sus labios, consiguiendo transmitir su mensaje.
- No te preocupes por eso, he estado guardando un poco para estas ocasiones, sólo disfrútalo.
- ¿En serio? – Ella puso una expresión de sorpresa, su líder nuevamente le sonrió para confirmar sus palabras- Bueno, si tú lo dices – Asintió contenta para luego devolverse con sus demás compañeros.
-Pero, en serio... -Habló Gray, cortándose al momento de beber de su vaso- ... Tres encuentros seguidos, jamás pensé que nos recuperaríamos, no después de tantas cosas- Comentó indiferente, sumiéndose brevemente en sus recuerdos.
-Hemos entrenado muy duro estos días, además de contar con la ayuda de Lisanna y Natsu- Dijo Erza.
Gray observó a sus nuevos y viejos compañeros, moviendo sus ojos y entrecerrándolos al momento de enfocar a Mira, quien platicaba amenamente con Lisanna, Lucy y Natsu, ella sonreía y se sonrosaba cada vez que el pelirrosa hablaba con ella.
-Pensar que sería él quien la haría sonreír de esa manera- Comentó de manera apagada.
-¿Oh? ¿Qué oigo? – Dijo Erza un poco sorprendida- Acaso ¿Estas celoso, Gray? – Preguntó curiosa.
-Hmp- Gray soltó un bufido para luego terminar su bebida- No digas tonterías... Tú sabes que eso no es posible- Agregó con una sonrisa apagada.
-Cierto, lo siento por preguntar jeje – Dijo algo apenada.
La reunión continuó con breves anécdotas y unas cuantas risas, comiendo y disfrutando de cada bocadillo servido.
-Mmm... Esto está delicioso- Comentó alegre la albina mayor, degustando con sus palillos unas piezas de carne.
-¿Oh? ¿De verdad? – Preguntó Natsu con una expresión curiosa.
-Pruébalo y dime – Sin ninguna vergüenza o duda, ofreció alimento al muchacho.
-Awm- Natsu aceptó sin más, comenzando a masticar el alimento.
-¿Qué tal? ¿Esta rico? – Preguntó la sonriente y sonrosada albina.
-Mmm... No ésta mal – Él recordó todos los platillos que había probado en su corta vida, siendo los mejores, obviamente, lo que preparaban cierto grupo de maids- Pero podría ser mejor – Respondió simple.
- Mmm...- Ella se puso a pensar mientras daba otro bocado- Tal vez tengas razón. Quizá pueda preparar algo igual, pero no...
- Hazlo, por favor- La interrumpió el chico, consiguiendo sorprenderla- Estoy seguro que cualquier cosa que prepares estará delicioso- Le aseguró con una sonrisa.
-Bueno... Si tu insistes- Ella le sonrió de vuelta, con un lindo carmín en sus mejillas.
Todo esto era presenciado por un par de chicas. Un pequeño moflete se había formado en el rostro de la albina menor. No estaba molesta con Mira, después de todo se trataba de su querida hermana mayor, tampoco era el hecho de que ellos dos se comportaran como novios frente a ella y el resto de compañeros, porque eso eran, novios, un acuerdo que no les llevó nada aceptar. Lo que le molestaba era el hecho de que no pudiera ser tan abierta y alegre como lo era su hermana.
-Mira-nee – Se cansó de sentirse enojada, por lo que tragó su vergüenza y le reclamó a su hermana- No lo acapares todo el tiempo- Tomó el brazo de Natsu y procedió a pegarse a él.
-Claro, lo siento, Lis – Como buena hermana, le permitió apoderarse del pelirrosa. Toda la escena fue presenciada por Erza, sin poder quejarse o unirse, puesto que ya había obtenido mucha de la atención de Natsu. Mientras tanto, Gray intentaba quitarse la ropa, siendo Lucy quien se lo impedía.
-Prueba este también – Extendió sus palillos hacia el muchacho. Natsu acercó su boca lentamente mientras la albina lo miraba con una alegre sonrisa. Ambos se sorprendieron cuando la comida desapareció de su vista.
-Mmm... Esta deliciosa- Se trataba de una castaña, quien sonrió gustosa luego de haber arrebatado los palillos de la albina- Gracias, nya – Le dijo a su "amiga".
-Eres... ¿Qué estás haciendo aquí? – Lisanna la miró entre sorprendida y molesta.
-"Ellas son..." – Cada integrante del grupo de Erza se sorprendió, menos uno.
-Hola a todos, nya- Saludó la chica felina.
-Buenas tardes... Disculpa la interrupción- Dijo de manera tímida y educada la compañera de la castaña. Una joven hermosa, de esbelta figura y bien dotada. Ojos cafés, cabello corto color plata, adornado con un listón azul en forma de rosa. Ella hizo una pequeña reverencia y luego miró al grupo. Desvió la mirada al encontrarse con un par de orbes color jade.
-Oi, oi... ¿Qué hacen dos Sirenas aquí? – Gray le susurró a su compañera, pero la rubia estaba igual de sorprendida, sin saber qué responder. De alguna manera, la peliplata le recordaba a alguien más.
- Millianna, Yukino – Con todo el entusiasmo del mundo, Natsu se puso de pie y recibió a las chicas -Que bueno que llegaron – Tomó sus manos y les regaló una sonrisa, sonrosándolas y haciendo que un par de albinas queden estupefactas.
-No nos perderíamos una invitación tuya, Natsu-nya- Dijo alegre la castaña- ¿Cierto, Yukino-chan?
-Hmn- La peliplata tan sólo asintió tímidamente mientras se ocultaba detrás de su amiga. Eso extrañó al pelirrosa.
- No dejes que te engañe – Millianna cortó distancia para después susurrarle al pelirrosa- Ella era la que estaba más emocionada por venir, incluso se puso su listón favorito para ti, nya- Dijo mientras hacía un guiño.
- jeee, ¿De verdad? - Natsu sonrió contento, no era su intención, pero seguía cohibiendo a la chica.
-Mi-Millianna – Jaló a su amiga, intentando reclamarle- P-Prometiste no decirle nada- Estaba más que avergonzada, roja hasta las orejas.
-Nyahaha... Tenía que darte un empujón o seguirías actuando así todo el día- Dijo la castaña.
-Q-Que cruel -Yukino tenía una expresión demasiado tierna mientras un par de lágrimas se amotinaban en sus ojos -¿Hmn?- Afortunadamente, el pelirrosa intervino antes de que sus lágrimas cayeran.
-Ese listón se ve muy bien en ti. Me alegra que verte, Yukino- Dijo Natsu con una expresión gentil, llenando de felicidad el corazón de la joven.
-Hmn – Nuevamente asintió tímida- T-También estoy feliz de verlo... Natsu-sama – Dijo con una tierna sonrisa.
-"¿Natsu-sama?"- Un pelinegro y una rubia estaban estupefactos, viendo la manera linda en la que la peliplata se dirigió a su compañero, un aura rosa parecía rodearlos... Mientras que un aura negra rodeaba y hacía temblar a todos en la mesa.
-"Vaya... Y yo pensé que Gray era el único con una habilidad tipo Cryo"- Erza estaba demasiado tranquila a pesar que las hermanas Strauss fulminaban con la mirada a Natsu y a las dos chicas.
-Vamos, vamos. No nos vean así, nya- Dijo mientras tomaba el asiento libre, quedando a lado de la albina menor- Mientras más personas mejor, ¿no crees, chica bestia? – Paso su brazo detrás del cuello de la albina para engancharse a ella de forma amistosa.
- Deja de llamarme así, gata ladrona- Lisanna devolvió entre dientes, con una expresión entre sonriente y molesta.
-Para ser miembros de otro equipo, se llevan muy bien- Comentó Lucy.
- ¿Llamas a eso llevarse bien? – Gray expresó con una gota en su sien. La escena era como la de dos felinos a punto de usar sus garras el uno contra el otro.
El ambiente se volvió algo tenso, por lo que la líder vio que era momento de intervenir.
-Creo que está bien que se unan. ¿Qué dicen, chicos? – Preguntó sonriente.
-Pero Erza, ellas son.... – Mira iba a replicar, pero se detuvo al ver a la peliplata inclinarse.
-Lo sentimos mucho de verdad... No es nuestra intención molestarlos o incomodarlos- Dijo con la cabeza gacha mientras cerraba sus ojos con fuerza – Si quieren podemos irnos... Nosotros sólo queríamos... Bueno... Eto... Sólo queríamos... – Quería decirlo, decir cuánto quería encontrarse con Natsu y felicitarlos por su ascenso.
-No... No hay necesidad de eso– Con esa apariencia y forma de actuar de la peliplata, Mira no pudo evitar acordarse de Lisanna cuando era niña- Ésta bien que se unan... Levanta la cabeza, por favor. Nos vas a hacer sentir mal jeje- Dijo con una sonrisa nerviosa.
Yukino levantó la cabeza, sonrió brevemente para después tomar asiento a lado de Lisanna, quedando esta última entre la castaña y la peliplata.
Natsu volvió a tomar asiento, quedando en medio de una tormenta. Millianna intentando pegarse a él, siendo Lisanna quien se lo impedía, todo eso mientras sus compañeros lo veían perplejos y Mira lo veía con algo de enojo.
-No te pegues tanto a él- Reclamó la albina menor.
-¿Por qué? Además a Natsu no le molesta, nya – Contratacó la castaña, aferrándose más al pelirrosa, quien continuó con su festín.
-¡Tu..! – Lisanna parecía estar lista para batirse en duelo.
-Creo que aquí va a llover sangre- Comentó con un tono indiferente Gray.
-Ah, lo siento – Dijo Millianna, apenas se dio cuenta de cómo la miraban la otra albina y la pelirroja – No piensen en mi o en Yukino-chan como miembros de Mermaid Heels. Sólo por hoy seremos simples compañeras que quieren felicitarlos por su victoria – Dijo con una sonrisa, logrando apaciguar, sólo un poco, la preocupación del grupo - ¡Kanpai! – Después levantó su vaso demostrando sus sinceras palabras.
La fiesta tuvo un reinició agitado, sin embargo, uno de ellos todavía tenía cierta preocupación.
-Oe –Gray llamó la atención del pelirrosa- Antes de que sigamos... De casualidad... ¿No habrás invitado a alguien más sin que lo supiéramos? – Definitivamente, hay preguntas que no se deben de hacer, y menos al pelirrosa.
-Mmmm... Veamos- Natsu puso una expresión de querer recordar algo – Ahora que lo dices...
-¡Ghiik! – Lucy chilló, llamando la atención de sus compañeros. La rubia estaba azul, lucía como si hubiera visto un fantasma... O algo peor.
Un silencio sepulcral dominó el lugar. Todos los ojos, incluso el de las camareras, se posaron sobre el individuo que venía llegando. Una expresión de lo más intimidante mientras se acercaba a la mesa ubicada en el rincón.
-K-Ku... ¡Kurogane Gajeel! – Gritó Lucy.
El azabache tenía una expresión demasiado intimidante, sorprendiendo a todos con su presencia, incluso los estudiantes de mesas cercanas se pusieron de pie y se alejaron de ahí lo más pronto posible.
-"El quinto asiento de la mesa de reyes... "- Así como los demás, Gray estaba en shock, sin poder creer que tal personalidad se encontraba frente a ellos-¿Qué...? ¿Qué hace él aquí? – Volteó hacia su líder, pensando que ella tendría la respuesta, pero Erza estaba igual de sorprendida.
Lisanna estaba en las mismas, recordando lo que sucedió hace unos días en su salón mientras que la peliplata y la castaña parecían estar en alerta. Una tenía sus manos sobre el estuche que colgaba en su cintura y la otra tenía sus orejas erizadas mientras sus garras salían lentamente.
-Oh, cierto. Olvide decirles- Natsu rompió el silencio junto al ambiente pesado que se respiraba- También invite a un viejo amigo. Espero no les moleste jeje – Comentó despreocupado.
-"¡¿Un viejo amigo?!"- Fue difícil para la mayoría digerir aquello.
-No soy tú amigo, maldito idiota- Dijo el azabache con un tono de enojo, sus ojos rondaron a cada uno de los individuos en la mesa. Lucy por poco se va para atrás luego de ser enfocada- Vine aquí porque...
-Porque recibimos su invitación- Lo interrumpió cierta peliceleste de nombre Levy, esta sorprendió al grupo al aparecer de repente. Tal vez al ser la presencia de Gajeel mayor que la de ella – Buenas tardes y felicidades por su victoria- Dijo con una sonrisa.
-¿G-Gracias? - Dijeron todas las hadas, con una gota en sus nucas mientras la expresión de enojo y aura negra seguía creciendo en Gajeel.
-Vamos, no se queden ahí, siéntense – Los invitó con una expresión sonriente Natsu- Hay mucha comida deliciosa.
-Bueno, si insis...
-¡No me jodas!- Gajeel al fin perdió la paciencia. Su grito hizo que algunos se encogieran y otras se prepararan para defenderse- ¡Tú mensaje decía que esto sería un desafío! – Reclamó mientras apuntaba al pelirrosa.
Una camarera se acercó lentamente y con algo de miedo. En sus manos, dos grandes charolas.
-Si, un desafío- Dijo Natsu mientras tomaba las charolas- De ver quién puede comer más emparedados – Sonrió inocente, haciendo que más venas resalten en la frente del azabache.
-¡Hijo de...! – Apretó sus puños y dientes. Se hubiera lanzado a los golpes de no ser porque la peliceleste se metió en su camino.
-Por favor, tranquilízate, quieres- Le sugirió- Además, yo suelo venir aquí, así que ni se te ocurra pelear o romper algo ¿Oiste?– Sentenció, con una expresión de regaño.
-Tsk- Gajeel chasqueó la lengua para luego relajar sus puños y expresión... Lo más que se pudiera – Me voy de aquí- Soltó para luego dar media vuelta y retirarse, en su rostro una expresión de lo más irritada.
-Lo siento, pero creo que los acompañaremos en otra ocasión- Dijo Levy antes de hacer una pequeña reverencia- Fue un gusto verlos y, nuevamente, felicidades por su victoria- Dijo para luego dar media vuelta y correr detrás del azabache.
-Está bien – Dijo Natsu, despidiendo a la chica- Los invitaré en otra ocasión, lo prometo – Vio como la chica levantó la mano, confirmando el compromiso.
-Esto ha sido... Lo más extraño, sorprendente y perturbador que nos ha ocurrido- Dijo Gray, recibiendo varios asentimientos por parte de la rubia.
-Natsu-nya, ¿Cómo es que eres amigo de ese tipo? – Preguntó Millianna, no podía creer que semejante sujeto fuera conocido de su amado.
-Fue hace un tiempo – Comenzó a contar Natsu, recibiendo la mirada curiosa de todos sus compañeros- Nos encontramos de casualidad, intercambiamos algunos golpes y luego nos hicimos amigos- En su cabeza, sonaba como la mejor historia de amistad del mundo.
-¿Amigos?... Ese sujeto lucía como si quisiera asesinarte- Comentó con preocupación Erza.
- Bueno... No nos habíamos visto en dos años, es obvio que esta muy emocionado por nuestro reencuentro- Comentó simplemente, haciendo que más gotas resbalen en las nucas de sus acompañantes- ¿Por qué ponen esas caras? – Preguntó extrañado.
-Natsu, acaso... ¿No sabes quién es realmente Gajeel? – Le preguntó Mira, extrañándolo aún más.
-¿Hm?
-Kurogane Gajeel es uno de los siete reyes – Fue Erza la encargada de informarle- Heredero del grupo armamentista Kurogane. Un estudiante que tan sólo en su primer año se hizo con el quinto asiento- Recordó todos los encuentros que había presenciado y las grabaciones de combate del azabache, principalmente, la brutal manera en la que Gajeel acababa con sus contrincantes – Una fuerza de combate extrema junto con una habilidad ESP de primera. Es violento y no tiene piedad, si no fuera por Levy, hace tiempo habría acabado con todos los estudiantes que pudieran hacerle frente, incluso con la mesa de reyes.
-Jeee- Natsu se mostró impresionado a pesar de que ya conocía la historia del azabache.
-Incluso nuestro equipo la ha tenido difícil al enfrentarnos a ese tipo- El tono y expresión de Millianna se volvió extrañamente serio – Kagura-chan lo dice todo el tiempo, que sujetos como Gajeel sólo demuestran lo violentos e incivilizados que son los hombres- Era bien sabido por el grupo de Erza, el despreció de la líder de las Sirenas hacía el género masculino – Pero yo sé que no todos son así, nya- Ella volvió a su comportamiento habitual- Es decir, Natsu es fuerte y amable, y nos ha tratado muy, muy bien, nya- Se aferró nuevamente al pelirrosa y frotó su mejilla con la de él, consiguiendo remarcar una vena en la frente de Lisanna- ¿No es así, Yukino-chan? – Le dijo de manera picara a su amiga.
-Millianna – La peliplata agachó la mirada, escondiendo un gran sonrojo. En un instante, soltó una gran cantidad de vapor por las orejas.
-¡Tú...! ¡Deja de pegarte a Natsu-kun todo el tiempo! – Le reclamó la albina menor.
-Oblígame, bestia.
Nuevamente, una pequeña disputa empezó, disipando el ambiente pesado de hace un rato.
-Bueno... Supongo que podemos olvidarnos de esto por el momento – Dijo Gray, bebiendo el resto de su bebida junto al asombro y perturbaciones de hace un rato- Continuemos esta fiesta – Mandó al diablo su camisa, a lo que su líder esbozó una pequeña sonrisa.
- "Mañana me acordaré de esto, Gray" – Decidió que lo mejor sería dejarlo pasar.
- Ey, Gray... No te quites la ropa – Le dijo Lucy mientras tapaba sus ojos y desviaba la mirada.
-Oh, vamos, no acaparen toda la diversión – Dijo el nudista, acercándose para unirse a ellos.
-Jajaja, maldito pervertido – Comentó divertido Natsu.
- ¿Ah? – A lo que Gray lo vio con una expresión irritada- Muy bien, chico nuevo, hora de ajustar cuentas- Tenía que hacerlo de una vez por todas o su orgullo de sempai caería por los suelos. Todos sus compañeros se extrañaron cuando vieron a su compañero acercar una pequeña mesa redonda para luego asentar su codo- Ven, vamos a ver de lo que eres capaz – Lo retó a la vez que abría su mano.
-No creo que eso sea una buena idea, Gray- Dijo una preocupada rubia. Sabía lo fuerte que era Gray, pero también sabía lo monstruoso que era Natsu.
-Ésta bien, vamos – Natsu sonrió para luego acercarse a su sempai, tomando su mano y apretándola, preparándose para este encuentro.
-De acuerdo... Pero consté que te lo advertí – Dijo Lucy, temiendo lo peor.
- ¿No vas a detenerlos? – Preguntó Mira. Erza se limitó a disfrutar de su postre de fresas, con una expresión de lo más tranquila.
-Mientras no rompan nada, creo que el hasta el viejo Macao lo dejará pasar- Miró de reojo, justo el adulto se encontraba secando y acomodando vasos detrás de la barra.
De vuelta con Gray y Natsu...
- ¿Listos? – Era Lisanna quien haría de árbitro, sosteniendo la mano de su sempai y el pelirrosa.
-Dale- Con toda la confianza del mundo, Gray se dispuso a ganar este encuentro.
Natsu sonrió genuinamente contento. Pese a su extraño habito, le agradaba la actitud de su sempai. De hecho, cualquier persona que lo retara aun sabiendo que lo haría pedazos era digno de permanecer en su memoria.
- ¡Adelante! – Lisanna anunció. Inmediatamente retiró su mano, la contienda dio inició.
- ¿Eh? – Todos se sorprendieron, incluso el propio Gray no podía creerlo.
- "Su brazo... No... No se mueve... acaso... "– Debatía en su mente, viendo que seguían igual, ejerciendo sus fuerzas, sin moverse ni un centímetro – "Acaso ¿nuestra fuerza está a la par?" – Pensó sorprendido.
Con su mano libre se aferró a la orilla de la mesa mientras que Natsu colocó la suya en su espalda. Su cuerpo temblaba al igual que la mesa, apretó los dientes, malinterpretando la situación.
-A-Acaso te estas conteniendo... ¿Eh, novato? – Formuló algo irritado mientras que la expresión de su kohai era de tranquilidad total.
- ¿No es lo mismo contigo? – Sus palabras descolocaron al pelinegro.
-Es increíble que Gray-sempai pueda aguantar, sobre todo contra Natsu-kun- Comentó Lisanna algo sorprendida.
-No, no es así.
-¿Cómo? – Las palabras de su hermana la confundieron.
-Natsu no ésta ejerciendo fuerza, tan sólo lo ésta sosteniendo. Es lo mismo para Gray- Dijo la mayor, sus palabras habían llegado al resto de chicas.
-"Ha estado un par de días con Natsu y ya sabe mucho sobre él. Es increíble" – Pensó la pelirroja, mirando de reojo a su amiga.
-¡Vamos, Natsu-nya!
-U-U... Usted puede... Natsu-sama- Animó como pudo la peliplata.
-M-Maldición... - Gray apretó sus dientes, intentando moverse... o que el pelirrosa lo hiciera. Un aire frio comenzó a emanar de su cuerpo. En poco tiempo, una delgada capa de hielo cubrió la mesa. Aquello sorprendió a las féminas, incluso Erza dejo su postre al ver tal acontecimiento.
-Je- Una sonrisa salvaje se dibujó en el rostro del pelirrosa. Fue en ese momento que Gray comenzó a temblar, no a causa de la presión en su mano o el aura fría que generó sin darse cuenta– Muy bien, comencemos ahora, sempai – Tan pronto anunció, Gray sintió la presión aumentar en su mano. La mesa comenzó a crujir debajo de sus codos, hielo y madera comenzaron a agrietarse.
-¡Oigan, ustedes!
-Oh, cielos- Dijo Erza al momento que el viejo Macao se acercó a su mesa.
-Se los he dicho muchas veces. Nada de habilidades ESP en mi restaurante- Sentenció el hombre, con una expresión severa.
-Lo sentimos mucho, Macao-san- Como líder, Erza fue la única en ponerse de pie e inclinar su cabeza- Haré que estos dos se detengan. No volverá a ocurrir lo prometo- Agregó a la vez que volteó hacia sus compañeros.
Gray y Natsu soltaron sus manos. Uno suspiró con decepción mientras que el otro sujetó su muñeca y miró su mano con una expresión irritada en su rostro.
- "Maldición... Yo... ¿Qué estaba a punto de hacer?".
-Hmp- El adulto suspiró, demostrando todo el cansancio que sentía hacía los jóvenes- Erza, Erza. ¿Cuántas veces he escuchado lo mismo? – Dijo, viendo una de sus mesas congeladas y apunto de ceder.
-No se preocupe, sólo terminaremos de comer y pagaremos los daños, se lo prometo- Erza insistió, logrando convencer al adulto.
-De acuerdo – Suspiró una vez más mientras secaba su sudor con un pequeño paño- Pero sólo porque hicieron que ese chico aterrador se fuera... Saben, por lo que he escuchado de él, prefiero tenerlos a ustedes congelando y rompiendo un par de mesas- Suspiró una vez más y luego dejo que los jóvenes siguieran con lo suyo.
La reunión continuó, aunque sin la presencia de cierto pelinegro, Gray se retiró argumentando que tenía algo que hacer. Sólo sus amigos más cercanos pudieron ver a través de su expresión indiferente. Pero, tratándose de él, sabían que un poco de espacio lo haría recuperarse.
.
.
.
.
.
.
El manto estrellado cubrió todo sin excepción. Una noche pacífica, incluso en el dormitorio de chicas, donde a veces desvelarse y platicar con las amigas era algo común, se vio inmerso en un tranquilo silencio.
Detrás de una puerta, marcada con la serie V-Y012, una amplia alcoba, un armario color blanco y un tocador con espejo. Sobre una cajonera se encontraban asentados algunos peluches, de un cisne blanco, un gatito y un conejo.
La habitación daba la imagen de ser habitada por una inocente y tierna jovencita, sin embargo, la cama, de apariencia lujosa y amplia, estaba siendo ocupada por tres jóvenes almas, una de estas levantó su puño y recitó, como siempre, el juramento que se hizo a sí mismo.
-Hmm... ¿Natsu...sama? – Profirió una voz dulce y soñolienta, abriendo sus ojos lentamente hasta visualizar el rostro calmado del varón.
-Lo siento, ¿Te desperté? – Le preguntó con una voz suave y expresión amable.
-No... No se preocupe por eso- Un carmín decoraba sus facciones y una sábana blanca se encargaba de cubrir su desnudes y la de sus acompañantes.
Después de todo lo que hicieron en su habitación, aún seguía avergonzándose fácilmente. Un par de faldas, bragas de color puro y rojas, sujetadores que hacían juego, una camisa y un pantalón hacían camino desde la puerta hasta la cama.
- Eto... ¿Pu... Puedo preguntar? - Era linda la forma en la que trataba de hablar mientras se acurrucaba en el pecho del pelirrosa- ¿Cómo es la familia de Natsu-sama? – Le daba mucha curiosidad saber cómo eran aquellas personas que dominaban en la mente y corazón del pelirrosa. Verlo con esa expresión tan decidida y contenta fue demasiado para su corazón. Incluso, llegó a sentir algo de envidia hacía esas personas.
-... - Natsu la miró a los ojos. Al igual que las demás, Yukino poseía algo especial, algo por lo que estaría dispuesto a poner su vida y llevar a su lado a cualquier costo.
-L-Lo... Lo siento – Ella escondió su rostro en el fornido tórax, sintiéndose muy apenada- No debí preguntar... Estoy siendo demasiado imperti...
-Está bien- Él la interrumpió, consiguiendo que la chica levante la mirada – Te contaré sobre ellos- Se acercó para susurrarle al oído- Es mi posesión más preciada, así que debes guardarlo sólo para ti- Dijo para después besar la frente de la chica.
-Hump- Yukino tan sólo pudo asentir con la mirada, con una expresión entre tímida y contenta.
Una vez que sellaron el pacto, Natsu comenzó a relatar, sus palabras no se perdieron ni aun después de pasar dos horas, calando e impresionando profundamente la mente de Yukino. Una revelación tan grande como esa, se preguntaba si era lo suficientemente digna para guardar tal secreto. Natsu le confirmó eso, sonriéndole y abrazándola para después poseer sus labios.
-Gracias, Natsu-sama... Voy a apreciar esto toda mi vida- Dijo la peliplata mientras se llenaba con el calor que le proporcionaban los brazos del pelirrosa.
-Ummm... - La castaña dio señales de despertar mientras abrazaba al pelirrosa desde su espalda, quedando Natsu en medio de las dos bellezas – Yukino-chan... Natshu- nyanh... - Murmuró en sus sueños.
-Jeje- La despierta pareja sólo pudo soltar una risilla. No faltaba mucho para amanecer, por lo cerraron los ojos e intentaron dormir, en los brazos el uno del otro, no fue problema conciliar el sueño.
.
.
.
.
.
La mañana llegó, incluso en una academia de mercenarios, la neblina y rocío dominaba a donde fuera que uno mirara. Muy temprano para que algún estudiante o profesor se encontrara dirigiéndose a su edificio escolar. Cierta joven fue la excepción.
Erza se encontraba caminando hacía el gran domo de entrenamiento. En su mano izquierda un maletín escolar mientras que usaba la derecha para sostener la correa de su bolsa deportiva, seguramente, donde guardaba sus implementos de combate.
-Oh, ahí estas – Dijo apenas apenas las puertas se abrieron. La albina mayor se encontraba en medio del lugar, vistiendo solamente su atuendo de combate- Es raro que me pidieras venir muy temprano- Se acercó a la banca para dejar sus cosas. Inmediatamente, comenzó a hurgar en su bolsa- Supongo que haber regresado a los encuentros despertó tus ganas de entrenar tem...
-Prepárate de una vez.
-¿Eh? – Erza se sorprendió. La voz de la albina fue en extremo fría. Por alguna razón, sintió un escalofrío recorrer su espalda - ¿Mi... ¡¿HM?!- Apenas volteó, la albina se encontraba frente a ella, con su puño a escasos centímetros de su rostro.
El golpe fue rápido y potente, aun así, Erza fue capaz de hacerse a un lado, la banca terminó hecha añicos.
-¿Qué sucede contigo? ¿Por qué me atacaste de repente? – Exigió una respuesta, puesto que un golpe como ese iba con toda la intención de lastimarla.
-Me lo vas a decir.
-¿Eh? – De nuevo, la expresión y voz de Mira sorprendieron a la pelirroja.
-Vamos a pelear, Erza- Dijo la albina mientras levantaba sus puños y ponía en alerta a su amiga- Y si yo gano, vas a decirme todo lo que sabes- Su habilidad ESP se manifestó, de tal forma que descargas negras rodearon su cuerpo y raíces negras se esparcieron en su cuello y brazos.
(Mirajane Strauss / ADN: Humano / Rango: S / Habilidad ESP: Demonización- Encanto de súcubo)
_______________________________________________
Hasta aquí el capítulo.
Me disculpo, iba a abarcar más, pero viendo mi situación decidí subirlo de una vez... por si acaso. Espero que les haya gustado.
Gracias por leer.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top