Epilogue

EN MULTIMEDIA "GRAVITY" DE PIXIE LOTT Y UN GIF DE JK BC YES.



















Ambos habían caído exhaustos y completamente dormidos. JiMin fue el primero en despertar, dirigiendo su intensa mirada hacia el joven que yacía acurrucado junto a él. Antes de dormirse, al menos había salido de su interior y se había dejado caer a su lado, envolviendo al mortal entre sus brazos. El calor que desprendía fue lo suficientemente relajante, aún lo era, como para que cayera en los brazos de Morfeo.

Repasó el dulce rostro del joven, estaba plácidamente dormido. El vampiro acarició levemente la piel de su pómulo, adorando la suave textura, mientras memorizaba cada pequeño detalle de aquel rostro que amaría por el resto de su vida: las extensas pestañas, la pequeña cicatriz en su pómulo, aquellos apetecibles labios, su sedoso cabello que cubría parte de su frente. JungKook era simplemente hermoso en todos los sentidos. Se quedó allí, admirándole por largas horas mientras el joven descansaba, probablemente más agotado que su propio cuerpo.

JungKook gimió en su sueño. Podía notar un aliento en su pecho, el cual le causaba cosquillas, pero a la vez era placentero. Se preguntó de qué se trataba, pero temía despertar y perder aquella agradable sensación. Sin embargo, sus ojos se abrieron automáticamente cuando notó unos dientes. El vampiro estaba ligeramente extendido sobre él, jugando entre sus labios con uno de sus pezones, provocando que su rostro se sonrojara al instante y que la palma del contrario se colocara sobre su mejilla, prácticamente acunando su rostro.

— Buenos días. — murmuró mientras volvía a su trabajo.

El mortal pensó que efectivamente eran unos días muy buenos si esa era la manera en la que era despertado. Quiso responder de vuelta, pero solo se le escapó de sus belfos algo inteligible, absorbido por los pequeños gemidos de placer, olas que se extendían por su cuerpo y le erizaban la piel.

El vampiro le observó de reojo, admirando cada pequeña acción de su dulce joven. Sin previo aviso, perforó la delicada piel y bebió de la sangre de JungKook, notando como era salpicado en cuello y pecho por su esencia. Solo tomó un poco, no queriendo agotarle recién despertaba, pero pareciera que sus ansias por marcarle y hacerle el amor no decrecían, con cada momento que pasaba solo quería fundirse con él y quedarse allí, amándole por siempre.

Sonrió de medio lado, pasando sus dedos sobre el líquido nacarado adherido a su cuerpo, llevándoselo a su boca y saboreándolo como si fuera el mayor manjar. Todo ello bajo la atenta mirada de aquellos profundos orbes.

— No voy a dejar que te vayas. — avisó en un tono bajo mientras tomaba su rostro entre sus manos y se acercaba para juntar sus labios en un largo beso.

— No quiero irme. — contestó JungKook con una sonrisa llena de satisfacción.

Apenas unos días atrás había estado viviendo en una auténtica pesadilla, pero en aquel momento no podía desear más, en los brazos de aquel vampiro se encontraba en paz y feliz, una felicidad que corría por sus venas, hinchaba su pecho y hacía que su corazón se acelerara. Nunca antes se había sentido tan vivo.

— Te amo. — soltó sin filtro, no llegando a pensar en lo que decía, simplemente sintiendo.

El vampiro le observó aún más intensamente. Se estaba volviendo loco por culpa de aquellas dos palabras.

— Te amo también, mi luna. — respondió besando su frente.





























Un año después.

Permaneció sentado a la orilla del lago, pensando en su difunta madre, en lo mucho que le hubiera gustado poder huir junto a ella, poder disfrutar de una vida en donde no tuvieran que sufrir. Sin embargo, no había sido así, pero quería creer que después de todo, ella ahora podía descansar. No había nadie para perseguirla y allá donde estuviera, esperaba que pudiera verle, libre de cualquier pesadilla, viviendo como mejor podía, pero sobre todo siendo amado, feliz.

— Cogerás frío. — la suave voz le embriagó al momento, mientras una manta era colocada sobre sus hombros.

— ¿Cómo puedes saber si hace frío?

Terminó recostándose sobre el pecho del vampiro, observando el largo y cómo la luna se reflejaba en éste.

— Debido al calor que desprendes. Es... relajante, agradable.

JungKook hizo un sonido de afirmación como respuesta.

Ambos se quedaron por unos largos minutos en silencio, disfrutando. Después de confesarse aquel día, habían decidido viajar lejos de los recuerdos tormentosos del joven mortal, dejando atrás a aquellos humanos que perecieron bajo su propio mano. Ninguno de los dos había sentido pena o remordimiento cuando apenas unos meses atrás regresaron. Las heridas en el latente corazón del muchacho habían sanado gracias a la suave caricia de su amante. El pueblo en el que el joven había crecido estaba totalmente despoblado, cuestión que aprovecharon. Empezaron su vida de nuevo en aquel lugar, sustituyendo los viejos y desagradables recuerdos por unos de felicidad, pasión y cariño.

— ¿Algún día me convertirás? — preguntó casi con temor.

— Algún día, cariño. Ya te lo dije, — comentó reposando su rostro sobre el hombro del contrario — no voy a dejar que te marches. La muerte no te robará de mis manos. Estaremos...

— Juntos para siempre. — terminó por él.

JiMin apoyó su rostro sobre el hombro del contrario. La felicidad era máxima al lado de JungKook, él era su mundo y se sentía un privilegiado, por haber encontrado a su alma gemela de casualidad en un día de terrible dolor para el joven, pero en el fondo se alegraba pues ahora tenían la oportunidad de vivir juntos por el resto de la eternidad.

Él se encargaría de hacer feliz a la criatura en sus brazos. 





































Con esto, queda finalizada esta pequeña historia. Muchas gracias a todas aquellas personitas que me siguieron en su proceso y a todxs los que disfrutaron de esta lectura.

Les quiero mucho. Nos vemos.

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