ESPECIAL DE NAVIDAD
¡¡Hola a todos!! Durante la escritura de la novela decidí crear un especial de Navidad de Sandwich de Dragón. Ahora ya no tendría sentido que estuviese entre el capítulo 43 y 44 pero me sirve, en cierto modo, para dar un remate a la altura. Quería avisar antes de empezar, de que no tiene nada que ver con la historia principal. Nada de lo que ocurra aquí afecta a la historia, ni supone un cambio, ni un antes, ni un después. Es una historia paralela que he hecho simplemente para felicitaros las fiestas a los que seguís esta obra y a los amigos de aquí.
Llegamos a la casa de las brujas, tal cual nos habían indicado hay un buzón verde y un Golem de piedra con gafas de sol en la entrada. Es una casita muy mona, con el techado de paja. En el pequeño jardín que la rodea, se ven chispitas de color verdoso flotando en el aire. Algún tipo de magia o quizás la señal de la WiFi que está defectuosa.
Mi coleguilla se acerca a la puerta, y golpea con entusiasmo y una sonrisa enorme que le cubre toda la cara. Esperamos un poquito y de repente, ¡zas! una bruja aparece a nuestro lado.
—¡Hola! ¡Habéis venido! —exclama la bruja muy alegre.
—¡Claro que sí! —contesta el caballero.
En ese momento, la puerta se abre y detrás de ella, vemos a otra de las mujeres.
—¡Pero cuánto bueno por aquí! ¡Habéis venido!
—Sí, claro que sí —contesta el caballero muy contento.
—Claro... —digo yo. En ese momento la bruja se acerca a mí y me coge por los antebrazos y me acaricia en ellos. Se la ve muy contenta de vernos.
—¡Pero no os quedéis ahí, pasad! —nos invita la bruja que apareció a nuestro lado.
Entramos en la casa. Es muy mona. Nada más entrar, veo una mesa de madera redonda, bastante amplia. En ella se ven unas cartas dispuestas sobre la mesa y al lado de la mesa, la tercera bruja, todavía sostiene unos naipes. Se ve que estaban echando la partida.
—¡Bueno, bueno, bueno, bueno! ¡Pero si habéis venido! —La buena mujer se levanta y viene a abrazarnos ilusionada.
—¡Os hemos traído crepes! —digo extendiendo los brazos y ofreciéndoles la cajita de crepes que hemos conseguido—. Son de Roisa, les pedimos si podían hacer unos para vosotras.
—¡Qué amables! —contesta una de ellas.
Las mujeres nos hacen un gesto hacia la mesa, para que nos sentemos en los taburetes que hay alrededor. Son muy chulos, tienen la base muy ancha. Me puedo sentar en él con las piernas cruzadas.
—¡Venimos a celebrar las fiestas con vosotras! —dice el caballero—. Sabemos que para los de vuestro valle tiene un significado distinto al de nuestra región, pero espero que eso no os importe.
—¡Paparruchas! nosotras solo queremos una excusa para estar juntos todos. Eso es suficiente —contesta una de las brujas.
"Toc, toc, toc". Se oye en la puerta golpear. Se abre suavemente y detrás de ella aparece una silueta femenina preciosa. Una voz muy suave emite su increíble y dulce melodía.
—¿Se puede?
—¡Aila! —gritan las brujas—. ¡Tú también has venido!
Aparece Aila con una enorme sonrisa que nos dedica a todos los de la sala.
—¡Por supuesto! ¡Sabía que estaríais todos aquí! No puedo faltar a algo así. Os he traído frutas frescas de mi huerto.
Las mujeres hacen una ovación de agradecimiento. Aila cierra la puerta con mucha dulzura y se acerca a la mesa. Toma uno de los asientos y nos saluda a todos. A mí me acaricia la cabeza justo antes de sentarse a mi lado.
La puerta se vuelve a abrir con mucha fuerza, como si alguien tuviese prisa. Al otro lado aparece el mago con su pelo revuelto y su enorme energía saltando en todas direcciones. Se le nota que está siempre atareado con sus cosas. Siempre se le ve radiante de ilusión.
—¡Señoritas! ¿Se puede? —pregunta con voz muy intensa.
—¿Tú por aquí? —pregunta una de las brujas muy contenta—. ¿Ha venido el gran mago a vernos a las brujas? —En su tono se nota que lo respetan mucho. Siento que tienen gran admiración por él, la misma que sentí cuando saludaron a Aila.
—¡Por favor! Claro que sí, las magias deben unirse, ¿no?
Las brujas se emocionan mucho y corren a abrazarlo. El mago se ve realmente brillante, parece un pequeño sol en la sala. Entre él y Aila van a deslumbrar el ambiente.
Aila se levanta y espera su turno. Clava sus ojos en los del mago y, cuando encuentra un hueco, le da un enorme abrazo. Fundido en el abrazo con ella, nuestro amigo nos saluda desde encima del hombro de la chica al caballero y a mí, para no hacernos esperar. Cuando acaba el abrazo, se acerca a nosotros con mucha ilusión.
—¿Y vosotros qué tal? ¿Todo bien?
Su tono de voz nos hace sentir mucho más alegres al instante.
—¡Claro que sí! ¡Qué bien que has venido! —exclama el caballero.
—No puedo perderme algo así... —contesta sonriente.
—¡Hola! —saludo con emoción. Hacía tiempo que no lo veía.
—¿Sabéis qué? he invitado a un amigo a que se viniese. Espero que no os importe —dice el caballero.
—Aquí puede venir quien vosotros queráis.
—La luz tenebrosa del tormento se disipa en este hogar —se oye desde la puerta. ¡Es el barquero!
El caballero se levanta para saludarle.
—¡Aquí está! ¡Dadle la bienvenida a mi amigo El Penas! —exclama mientras le da un golpe amistoso en el hombro con tanta energía que casi lo desmonta.
—¡Pasa, pasa! —le invitan las brujas.
— He traído agua en polvo — comenta el poeta oscuro.
— ¡Qué bien! ¡Muchísimas gracias! —contestamos todos en un barullo de alegría.
La puerta suena de nuevo golpeada con mucha insistencia. La calavera quejumbrosa se da la vuelta y la abre con curiosidad. Aparece un bucanero con un sobre en la mano.
—Vengo de parte del Rey de los Piratas. Traigo un comunicado y este paquete.
—Muchas gracias, déjalo por ahí —responde una mujer.
—El rey dice que les desea unas felices fiestas a todos los aquí presentes. Especialmente al miembro de la Alianza Pirata. —Eso va por mí. ¡Que majo es Monigote!—. En el paquete hay unos regalos para todos. Aceites y pan pirata. También ron, mucho ron. Si me disculpan, tengo que volver rápido, nosotros también tenemos fiestas.
El se despide a toda velocidad y cierra la puerta. En ese momento, el mago parece haberse acordado de algo y se levanta para hablar con las brujas.
—Escuchad, ¿tenéis preparado algo de Poción del Buen Rollo?
—No. La acabamos toda, pero tenemos de Buenas Vibraciones. Esa olla está repleta —comenta una de ellas señalando un caldero situado en el hogar.
—¡Estupendo! ¿Qué os parece si la utilizamos para enviarles Buenas Vibraciones a los habitantes del valle Wattpad? No pueden venir a celebrar las fiestas con nosotros porque estarán con su familia y amigos, pero creo que sería un buen regalo para todos ellos.
—¡Claro que sí! ¡Utilicémosla! —exclama Aila muy ilusionada.
—¡Qué buena idea! —dicen las brujas.
Una de ellas trae a toda prisa la marmita y nos pide que nos coloquemos todos alrededor de ella.
—Cogeos las manos —invita la bruja.
Nos ponemos en círculo y nos cogemos las manos. A mí me ha tocado la mano de una bruja y del caballero. Aila tiene la mano de la calavera y del mago.
—Digamos sus nombres todos a la vez, para enviarles las Buenas Vibraciones ¿vale?
—De acuerdo.
En ese momento, nos ponemos todos a recitar sus nombres, todos a la vez, para que les llegue la Buena Vibración. Cada vez que decimos un nombre, una luz azul muy intensa sale disparada hacia el cielo.
— EncarniOrtuoLoppez ClarahBC luisjavier_osorio amilcarrovelli Kathy_Mambita Triz-Beatriz Nadime9 gaby_nigtray Heidy_Lu En_Las_Nubes irmagonzalez0 maidanysSangilZamora Naedel Banshee0045 juglar_loco ffigueroay Vanessa_11Arriaga newsexybread EvelinSosaLara Dariagne SussanitaMG Cascabel93 PaulaCabenbury8 Celladoowthgill danielagarcia65 SofiaParedes240Jessi_Misha Yarita31 YamiKriss Rahul2610 Kariinhaa Nadime9 Lucy7229 MaidanysSangilZamora cinthia2016 lepetitcochon carla7ariana frasesdelavida110 FantaisieSquad eliz1806 Montse23galleta fatilopez12 niceMore alfonsoanaliz ayatimadulce zmayday mikaela_estemj SilverFaith46 jessihg11 liakalle robertogalvez2 jessi_misha heleenC kariinhaa royalkrow martha_123 galxyst brenda_araya geuryscruz themlost11 mortician-daughter marleetorres castellanop183 DariusMilton Santucho1 —decimos al unísono.
Una enorme luz sale hacia el cielo cuando decimos el último nombre.
—¡Ha funcionado! ¡Vaya sopa que han hecho aquí las mujeres! —dice el caballero.
Todos se ríen de su burrada.
—El conjuro es perfecto. Está llegando a todas partes —dice el mago. —Están todos recibiendo las Buenas Vibraciones.
—Nunca seremos tan buenas como tú —dice una de ellas con humildad.
—Ni falta que hace —contesta el mago —esta poción funciona tal cual debería.
—¿Nos ha faltado alguien por decir? —pregunto.
—Seguro que sí. Pero le llegarán las vibraciones igualmente, no te preocupes —me responde Aila amablemente.
—Os habéis olvidado de mencionar a las eternas tinieblas del pesambre.
—¡Calavera! —gritan todos riéndose.
¡Os deseo toda la felicidad que quepa en vuestros corazones!
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