6. Una ayuda muy especial

Comienza a amanecer. Veo al caballero ya despierto recogiendo sus cosas. Me incorporo y hago lo mismo. Nos despedimos de nuestro amigo de madera y emprendemos el camino. El día luce magnífico. Es parecido al de ayer. Es un tiempo primaveral. Lo digo de manera descriptiva, porque en realidad no sé si es primavera o no en este lugar.

—¿Qué hay en Evaph? —le pregunto a mi colega.

—Tenemos que visitar a un mago amigo mío. Hace cosas muy buenas, me suele ayudar mucho cada vez que voy a cazar un dragón.

—¡Ah, pues muy bien! —seguro que me encantará conocer a un amigo de este tipo.

Proseguimos nuestro camino a través de una pradera bastante colorida con multitud de flores. La mayor parte de ellas no las había visto en mi vida. Algunas tienen forma esférica y otras, hexagonal. Todas son llamativas y muy bonitas. La curiosidad me hace hablar.

—¿Cómo es el mago al que vamos a ver?

—¿En qué sentido lo preguntas?

—Como persona, ¿cómo es de carácter? —nunca he conocido a un mago.

—Es muy mago. Quiero decir, la mayor parte de los magos son gente que anda a su aire. Son difíciles de localizar, si no te llevas bien con ellos es muy raro encontrárselos. Se preocupan muy poco acerca de lo que piensan los demás. Son gente muy espabilada que saben aprovechar bien la vida.

—Ya me imagino. Es un sabio ermitaño que vive aislado.

—No, no. Ni mucho menos. No quise decir eso. Me refiero a que es una persona que está muy comprometida consigo misma. No le importa mucho quedar bien o seguir una moda. Él escoge sus cosas en función de lo que a él le gusta, no del resto de la gente. Y de ermitaño, muy poco. Puede pasarse mucho tiempo solo, pero no porque no le guste la gente. Simplemente es de esa clase de personas que están a gusto consigo mismas. Probablemente te lo encuentres en la cantina jugando a las cartas con sus amigos o haciendo surf en alguna playa.

—¿Y qué tal se maneja como mago?

—Es muy sabio. Es de los más sabios de la comarca, aunque un poco chapucero. Sus métodos son muy poco ortodoxos. Es muy buena persona y transmite una energía fuera de lo normal. Es como una especie de niño, se entusiasma con todo. Solo estar a su lado hace que tengas ganas de reírte. Es muy contagioso. Cualquier cosa que hace él, aunque sea un plomo, parece que es divertidísima. Tiene un carácter muy peculiar. Será mejor que lo veas tú, es muy difícil de describir.

Poco a poco vamos llegando a la villa, donde ya se empieza a oír el ruido del gentío. Esta es bastante diferente a la anterior. Hay una arboleda, las casas se disponen entre los árboles. Y lo más curioso es que encima de los árboles hay casas también, con chimenea y todo. Alrededor de cada casa de árbol hay una especie de pasarela que hace las veces de acera y, entre casa y casa, hay puentes colgantes que las unen entre sí. Las escaleras de subida al nivel superior, están clavadas en el tronco del árbol y discurren alrededor a modo de escalera de caracol.

Son árboles de tronco muy grueso. Gracias a ello, las escaleras de ascenso tienen un tamaño que las hace muy cómodas, con pasamanos y todo. Además, el gran al diámetro de los troncos, permiten que las casas asentadas puedan ser amplias. Otra ventaja que tienen estas estructuras es que son muy estables, no tiemblan lo más mínimo. No me importaría vivir aquí, me parece una monada de sitio.

—Es por aquí —me indica el caballero.

Nos acercamos a un árbol y nos disponemos a subir. Justo en este momento coincidimos con una persona que baja por la escalera del tronco, así que esperamos a que acabe de bajar para que lo haga cómodamente.

—Buenos días.

—Buenos días —contestamos a la vez.

Una vez tenemos el paso libre en la escalera, comenzamos a subirla nosotros. Mientras lo hacemos, se oye el canto de pajarillos que están asentados en el follaje y un suave sonido del movimiento del mismo. Una vez arriba puedo ver dos casas. Las dos tienen un aspecto semejante, con una construcción sublime y unas ventanas amplias. A través de una ventana puedo vislumbrar un fuego y una marmita.


Mi compañero llama a la puerta suavemente con los nudillos.

—¡Adelante, adelante! —se oye una vez muy amable responder desde dentro.

Pasamos. El lugar está iluminado pero no en exceso. La luz se amortigua levemente por el follaje de la copa del árbol. La calidad de la construcción de este edificio se hace notable al ver el modo en que se han colocado las ventanas para poder obtener luz del exterior.

Un chico con un mortero en la mano machacando algo dentro, se acerca a nosotros. No tiene aspecto en absoluto de mago. Lleva el pelo medio largo, alborotado; pero sin llegar a ser melena. Tiene una barba de pocos días y ojos muy brillantes. Su semblante traduce una sensación de tranquilidad pasmosa. Me recuerda un poco el estilo del Roisa, pero nada solemne. En este caso es como si fuese alguien muy alegre. Se nota el toque mágico o sobrehumano de esta persona.

—¡Hola amigos! —nos dice—. ¡Cuánto tiempo sin verte por aquí! —se dirige al caballero sonriente.

—Estuve atareado. Tenía que pagar mis cuotas de caballero, me habían multado por no tenerlas actualizadas —contesta mi amiguete.

—¡Papeles! ¡Menudo aburrimiento!

—¿Tú estás en el epígrafe de mago en las cuotas de autónomo? —pregunta el caballero.

—Calla, calla... —contesta el mago con hastío—, lo había hecho mal y estaba mal ajustado. Menos mal que tengo de gestor a un Roisa que me dijo que mejor me pusiese como freelance. Así que ahora soy mago freelance.

Se hace una pausa. El mago se acera a una pared mientras mantiene el mortero con dos manos en su regazo.

—¿Qué te trae por aquí?

—Necesito un poco de ayuda. Tengo que cazar un dragón, pero la cosa está fea. Este mes serán muy difíciles de cazar.

—Ah, cierto... —Hace una breve pausa—, esta temporada tendrás la cosa difícil.

—¿Por qué ahora es más difícil cazar los dragones? —pregunto.

—Porque se convocó hace poco un torneo de culturismo dragonil. Así que los que están alojados en el área son los más fuertes.

—Entiendo.

—¿Tienes algo que pueda ayudarnos? —le pregunta el caballero.

—Algo tengo, pero me pillas de vacío. Estoy reponiendo existencias. Tengo que cocinar nuevas pociones y gran parte de mis artefactos los he vendido o se han roto —se ríe para sí mismo. No logro entender muy bien por qué, pero diría que se está acordando de algún prototipo que haya salido mal, o algo así—. Ahora mismo tengo un par de cosas, una es un invento de nueva creación en el que llevo investigando este último mes.

—¿Qué has creado esta vez? —pregunta el caballero entrecerrando los ojos.

—La Poción del Surf. Sirve para cuando el mar está soso y no hay olas. La lanzas al agua y se crean unas cuantas. La lástima es que dura poco. No la he probado demasiado, pero parece que da bastante buen rendimiento. Aun así, no garantizo su éxito hasta haber hecho más pruebas.

—¡Debe de ser la primera poción de surf de todo el Condado! ¡Qué buena idea! —exclama con sinceridad el caballero.

—Creo que sí. A no ser que Also el Mago lo haya hecho ya, no creo que exista otro con este tipo de ideas. Aunque Also es más de paddle surf, así que no creo que se le haya ocurrido. A él le gusta el mar lisito y usar el remo. Tomad, llevaos una.

El mago le entrega una poción a su amigo y al momento se le ilumina la cara como si se hubiese acordado de algo.


—Ah, por cierto. La poción de surf es proporcional a la cantidad vertida: cuanto más eches en el mar, más fuerte será la ola. Esta versión es muy concentrada, una simple gota sirve para hacer una ola normal.

—¿Qué más tienes? —pregunta el caballero.

—¡Ah! Tengo aquí también el papel del Golem Artesano.

—¿Papel del Golem Artesano? —Aquí todo es sorprendente.

—Tú en tu línea, ¿eh? —me dice el caballero sonriendo con picardía. Sé que lo dice por mi manía de que cuando dudo algo, repito las palabras de lo último que acabo de oír. Me ha pillado otra vez, no me había dado cuenta. Me río.

—El Papel del Golem Artesano sirve para crear un Golem. O sea, un ser creado de la nada que cobra vida. En este caso en vez de hacerse en barro, que es lo habitual, se dibuja en este papel. Aquí tienes un lápiz —dice acercándose hacia mí.

No puede ser, no me van a dar a mí la responsabilidad de hacer eso. ¡No tengo ni idea de dibujar!

—No pensarás que yo... —balbuceo.

—Sí, tendrás que dibujar a nuestro Golem —asegura el caballero.

—¡Pero yo no sé dibujar! —protesto.

—Tienes que ser tú, no queda otra elección. No te haces una idea de lo terriblemente mal que dibuja él —indica el mago señalando al caballero y riéndose de él en tono de broma.

—Es cierto —interviene el caballero a carcajada limpia—. Dibujes como dibujes, lo haces mejor que yo, sin duda alguna.

—Doy fe —se ríe el mago.

—¿Y no podrías hacerlo tú? —pregunto al mago.

—No, el Golem obedece a quien lo haya dibujado. Si lo dibujo yo no serviría de nada. No os haría caso.

Me quedo sin palabras. Parece que me va a tocar dibujar el Golem. Suspiro largo. Cojo el lápiz y el papel y me siento en una mesa que hay en la habitación. Me estrujo la cabeza a ver qué diseño puedo hacer de Golem. Me pongo a la tarea con toda mi dedicación. El mago y el caballero se sientan en unos sofás a hablar de sus cosas. Oigo risas al fondo y una conversación muy amena, pero no podría deciros de qué va el tema porque el dichoso dibujo me roba toda la atención. ¡Es dificilísimo para mí hacer esto!

Después de una larga dedicación, por fin acabo al Golem. He hecho todo lo posible y creo que ya no lo puedo mejorarlo más. Por mucho que lo intente, la calidad del dibujo no va a cambiar. Es penoso. No se parece en absoluto a lo que tenía en mente, pero es lo que hay. Me levanto y se lo doy al mago. Lo coge y se queda mirándolo con una mueca rara en la cara. De repente estalla en risas.

—¡Menudo monigote! —exclama entre carcajadas, casi llorando de la risa. El caballero lo ve y empieza a reír también. Yo también me contagio de sus risas y empiezo a reír.

—No te preocupes, el caballero lo habría hecho peor.

—Sí, desde luego que sí —ratifica éste en tono de consolación.

—Bueno, vamos a darle vida al individuo o cosa —resuelve decidido el mago.

Deja el papel sobre el suelo, después se acerca a una estantería y coge unabotella de cristal con un líquido rojo que tiene luz propia, la destapa yvierte parte del líquido sobre el papel. Tapa a continuación la botella. Unresplandor sale del papel y se genera una especie de humo raro.


A través de la neblina que se ha formado, vislumbramos una silueta hasta que por fin podemos ver al ser erguido. Se le ve simpático, pero no tiene pinta de que sirva para cazar dragones. Aun así será divertido que nos acompañe.

Si os ha gustado dadle a la estrellita porfi, ayuda a que la vea más gente.

¡¡Un abrazo a todos!! Y en especial a nuevos lectores de Sándwich supermajosos. Ellos son:

AMEDD98 encantadora! Así de fácil ^^ un abrazo

camilucha01. Me pareció simpatiquísima. Muy humilde

ninastyxx es genial.

Y por supuesto:

SunshineMaddox no te lo esperabas, ¿eh? ¡Un abrazo!

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