Nuestro lugar secreto

Los meses pasaron rápido, de nuevo era mi cumpleaños. Las cosas cambiaron de un momento a otro, y aunque tuve mucho miedo al principio, todo fue para bien.

Aarón se convirtió en una persona muy especial para mí, podría decir que era mi mejor amigo. Todo el año había sido simplemente perfecto. Hacíamos música juntos, pasábamos mucho tiempo a solas, haciendo de todo un poco, y lo más importante es que nos divertíamos mucho. Cada día lo pasé a su lado, sin falta. Lo mejor fue que William no volvió a amenazarme gracias a la compañía de Aarón. Él logró darme todo el valor que necesitaba, y las cosas mejoraron bastante después de eso.

Mi único problema era lo que estaba sintiendo últimamente al verlo, y hablarle. Mi corazón comenzaba a latir más rápido, casi no podía mantener el contacto visual con él, era algo que iba más allá de nuestra amistad, pero no podía imaginarlo de otra manera por el hecho de que él había estado manteniendo ese tipo de relación conmigo. Aunque no hablaba mucho al respecto, yo sabía que estaba bien con ella. Esa chica llamada Beth, «me pregunto cómo hace ella para gustarle tanto a Aarón a pesar de la distancia».

Estuve pensando mucho al respecto, quería que no existiera ningún secreto entre nosotros, así que iba a contarle sobre mi magia, «después de todo lo que ha pasado, merece saberlo» pensaba. Sólo que aún no decidía en qué momento decírselo, me sentía muy insegura al creer que iba a juzgarme. Cuando recién me conoció hubo una oportunidad de decírselo, pero todo fue por culpa de William, me enredó en una situación incómoda en una fiesta, quería exponerme delante de todas las personas presentes ahí, incluyendo a Aarón, pero pude zafarme. A partir de ahí he tenido miedo de tocar el tema con él, porque aquella vez recurrí a la mentira, y no sabía cómo expresarle lo arrepentida que estaba de eso.

Estaba sentada en la cama de mi habitación, escuché mi teléfono sonar y corrí a contestar.

—¡Hola! —dijo Aarón, emocionado. —Alice, ¿estás lista?

—¿Lista? —pregunté confundida.

—Sí, para la entrevista de hoy, ¿lo olvidaste?

—¿Entrevista? —recordé, era sobre la canción que grabamos juntos—Oh cierto, lo había olvidado.

Canté la canción junto a él, y la reacción de algunas personas al escucharla fue positiva, al grado de que una televisora pidió que nos hicieran una entrevista. Teníamos un pequeño club de fans, me parecía gracioso porque jamás estuvo en mis planes algo así.

Aarón era apasionado con sus sueños, amaba sinceramente todo lo que hacía, también era bueno en sus estudios. Lo admiré cada día, no podía, ni quería dejarlo solo ni en sus ideas más alocadas, quería apoyarlo, incluso en algo tan incómodo para mí como una entrevista, sabía cuánto le importa, por eso acepté ir.

—¿Paso por ti? Olvídalo, lo haré.

—Muy bien, te espero entonces—respondí sonriendo al escucharlo.

—Sólo será una hora, tranquila... ¿Estás nerviosa? Suenas nerviosa.

—No, claro que no —eso no era lo que me hacía sentir nerviosa.

—Está bien, pasaré por ti a las once, espero que estés lista.

Colgó. Todavía no sabía qué esperar de esa entrevista, sólo quería que terminara rápido y volver a casa.

El sueño siguió repitiéndose, este año no fue una excepción, pero me mentalicé para no sufrir más por eso. En cuanto a Giselle... No había dicho nada más desde esa última vez. En ocasiones me preguntaba si le había sucedido algo, aunque no dudaba en que fuese una trampa. No hablarme para que yo lo haga, o vigilarme y seguirme de lejos. De cualquier manera, era mejor que no me molestara más, si no volviera a hablarme nunca me estaría haciendo un favor.

Cambié mi ropa por un vestido blanco muy cómodo que me llegaba hasta las rodillas, uno de mis favoritos; era de tela fresca, y ligera, hacía ver mi cintura más pequeña. Cuando terminé de arreglarme, salí de mi habitación; justo en el sillón de la sala se encontraban Nelly y Tate juntos, ellos estaban besándose sin prestarme atención. Solía sentir envidia de su relación; desde que los presentamos hubo química entre ellos, comenzaron a tratarse con cariño muy pronto, ambos estaban muy alegres todo el tiempo, era muy bonito ver a mi mejor amiga tan feliz.

Esperé hasta que se dieran cuenta de que estaba parada ahí, y cuando por fin terminaron notaron que habían estado encerrados en su mundo demasiado tiempo y que me habían estado ignorando. Se apenaron.

—Alice, ¿a dónde irás? ¡Te ves muy bien! —dijo Tate, con una sonrisa enorme.

—Gracias, Tate, iré a...

—La entrevista —interrumpió Nelly—Feliz cumpleaños, por cierto —dijo mientras caminaba a abrazarme.

—¿Aarón viene por ti? —preguntó Tate, manteniendo la sonrisa.

—Iremos a una entrevista, es todo. —Nelly me dio el abrazo y se alejó casi de inmediato.

—Claro... ¿Y luego qué harán? ¿Planean ir a otro lugar? No lo sé, estar a solas, tal vez. —levantó sus cejas, retándome con la mirada.

—Supongo que volveremos aquí, y quizá le diga que veamos películas. ¿Qué sucede, Tate? Estás haciendo preguntas extrañas—caminé para servirme un poco de cereal.

—Que te diviertas —él y Nelly comenzaron a reírse en complicidad.

—Es en serio, Alice, ¿planeas hacer algo con Aarón? Pasaron juntos todo el año. Este día no puede ser una excepción—Tate fue a sacar la leche del refrigerador y me la dio mientras hablaba.

—No lo sé, ya te lo dije, no tenemos ningún plan —tomé el bote de leche y comencé a servirla en el tazón lleno de cereal.

Comenzaron a tocar la puerta, «¿Aarón llegó ya? » me asomé por la ventana y no vi a nadie, Tate se había adelantado a abrirle la puerta, él ya estaba entrando. Al cruzar nuestras miradas me sonrió, puso una de sus manos en el bolsillo de su pantalón y me saludó a distancia, se veía guapo, cada vez era más atractivo para mí.

Comí el cereal tan rápido que ni siquiera fui a sentarme, me dio pena que se quedara viéndome, Tate estaba diciéndole algo, pero no escuché con claridad. Cuando terminé, tomé mis cosas y nos despedimos. Comenzó un silencio al salir de mi casa, él sólo caminaba detrás de mí siguiéndome, pero no decía nada, así que yo tampoco hablé, sólo subí a su auto. Estaba nerviosa, y golpeaba mis dedos mientras intentaba pensar en otra cosa.

—¿Cómo te sientes? —preguntó ansioso.

—Bien, supongo... Me cuesta creer esto —suspiré. —¿Cómo te sientes tú? Eres casi una superestrella —solté una risita sarcástica.

—No exageres —encendió el auto y empezó a conducir. —Ha pasado tanto tiempo, no puedo creer que esto esté pasando, ¿sabes? Quiero decir, hasta tenemos un pequeño club de fans —se rio fuerte durante unos segundos—disculpa, todavía me cuesta trabajo llamarlos fans. Me siento muy nervioso, jamás pensé que mi canción llegaría a tantas personas, y tampoco esperaba que una persona cantara conmigo. Alice... Gracias, me siento como en un sueño—hizo una pausa. —Y tú que no querías ir a cenar —volteó y me dedicó una sonrisa más.

—Valió la pena, supongo—respondí, un poco sonrojada por lo último que había dicho.

—¿Supones? —se rio, y centró su mirada al frente.

Aarón estaba pensando demasiado, y esa charla se convirtió en otro silencio muy incómodo. Él no volteaba ni un segundo a verme después de aquellas palabras. Su rostro estaba tenso, y sólo podía escucharlo tragar saliva.

Cuando llegamos al lugar, nos hicieron entrar por un pequeño pasillo, y llegamos hasta donde era de la entrevista. Había unas cuantas personas aplaudiendo en los asientos; recuerdo que a simple vista lograba contar unas cien personas. La conductora del programa estaba sonriente y muy contenta esperándonos, había un montón de cámaras alrededor, por un momento sentí que estaba teniendo un sueño.

Era difícil, era muy difícil asimilar que algo como aquello me estaba pasando a mí, ¡a mí! Sin necesidad de hacer trampa con magia, sin mi madre cerca, ni las amenazas de William. Por primera vez sentí que estaba logrando algo.

Nos sentamos frente a la conductora, ya había dicho algunas palabras, sin embargo me había perdido en mis pensamientos, no escuché nada, sólo la vi preparada para preguntar. Comencé a sentirme excesivamente nerviosa, no pensé que el tiempo correría tan rápido antes de las preguntas. Aarón sólo me sonreía, aunque igualmente se veía . Me sentía un poco más segura encontrarme en el mismo barco con él. Sólo respiré hondo, y me concentré en responder correctamente.

—No puedo esperar más para comenzar con las preguntas. Agradezco mucho su tiempo por haber venido aquí. Yo personalmente me considero su fan—dijo la chica, muy emocionada. —Hay una pregunta que muchos nos hemos hecho desde que vimos el vídeo musical, y espero que puedan responderla: ¿Cómo se conocen? ¿Tienen algún parentesco familiar? Ustedes jamás han dicho algo sobre su vida, es la primera vez que son entrevistados, el público quiere saber... —cuestionó mientras me veía.

—Bueno... —todos estaban mirándome, me sentía presionada, así que tenía que responder —Nosotros no somos familia, nos conocimos el año pasado. Yo estaba en la plaza esperando a mi mejor amiga, y él estaba ahí, tocando su guitarra. Comenzamos a hablar y... —Aarón volteó a verme atentamente. Nos sonreímos al recordar ese momento. Supuse que podía omitir el suceso con William y responder con menos detalle—el resto es una larga pero entretenida historia.

Me costaba trabajo hablar frente a tantas personas, no estaba acostumbrada a que me observaran. Mis manos temblaban inevitablemente, ni siquiera sabía hacia dónde mirar.

—¡Qué agradables son! Me encantan. —dijo emocionada—si no me equivoco Aarón fue el que escribió la canción. Cuéntanos ¿cómo fue que te inspiraste al escribir esa canción que está cambiando sus vidas? ¿Esperabas algo como esto? —hizo la segunda pregunta, ahora la atención se centró en él, me sentí más tranquila.

—Me inspiré. A veces tenemos a alguien que nos hace sentir algo muy fuerte y no sabemos cómo expresarlo, sólo estaba buscando hacerlo a través de mi música. Me gusta mucho tocar la guitarra, así que me pasé toda la noche escribiendo esta canción, supuse que sería romántico —respondió Aarón, agachando la mirada.

—Entonces, ¿son novios? ¡Qué noticia! —se sorprendió.

—¡¿Qué?! No —reaccionó enseguida, no pude evitar sentirme incómoda con su respuesta. —Yo no conocía a Alice cuando escribí la canción —respondió un poco nervioso. —Pero agradezco haberla conocido, y que me ayudara con esto.

—Ya veo, son amigos —dijo con algo de decepción en su rostro. —Entonces... ¿Por qué la cantas con ella? Si no la conocías cuando escribiste tu canción, imagino que algo sucedió —trató de hacerlo hablar más.

—Yo la conocí varios días después, esa persona especial que debía oír mi canción tenía compromisos, pero lo importante para mí era que escuchara lo que tenía que decir. Para mí jamás fue suficiente, quería demostrarle lo mucho que me importa, y le pedí a Alice su ayuda, grabamos la canción, y eso pasó.

—¿Fue así de simple? ¿Qué hay sobre su segunda canción? —pasó a la siguiente pregunta sin decir nada más. —¿Qué fue lo que sintieron al escribirla? ¿Qué cosa los inspira? Tengo entendido que la escribieron juntos, ¿Es cierto?

Escuchar eso me hizo meditar un poco más la respuesta. Cuando terminamos de grabar la canción dedicada a Beth, seguimos creando canciones porque Aarón estaba muy emocionado, y en aquella ocasión decidí contribuir en la letra de la canción, pero... «¿Lo qué yo sentí al escribir esa canción?». Comencé a preguntármelo también. Por más que pensaba no conseguía saber con certeza qué me había motivado.

—Supongo que yo... —comencé a responder —me sentía feliz. No por una persona en especial. ¡Para nada! —hice una pausa porque estaba nerviosa, y comenzaba a titubear—, pero el día estaba soleado y muy hermoso, tenía mucho tiempo que no veía un día así, y aproveché el momento.

Ella me miraba decepcionada, porque no le di la respuesta que todos esperaban oír y muy inconforme se preparó para hacer su siguiente pregunta. Me asustaba esa mujer porque tenía una mirada aguda y bien fija cuando preguntaba.

—¿Y tú Aarón? ¿Qué fue lo que sentiste al escribir junto a esta hermosa chica? ­—esa mujer sólo estaba intentando hacer que dijéramos algo comprometedor, vi la mirada de Aarón, había fruncido el ceño.

—Digo lo mismo. Sin duda era un día muy diferente y no quise desperdiciarlo.

—Espero que pronto tengan otra canción exitosa chicos -respondió con seriedad.

—Les daré una noticia —comenzó a decir Aarón, tratando de animar al público: —yo estoy escribiendo una nueva, espero pronto poder cantarla.

Ese dato ni yo lo sabía. «¿Aarón estaba escribiendo una canción y no me lo dijo?». Tal vez sería una sorpresa o una mentira para zafarse de las preguntas. Tendría que preguntárselo después.

—¡¿En serio?! Eso sí que es interesante, cuéntanos más, por favor -suplicó la conductora.

—Aún no está terminada, pero va dedicada a una persona —sonrió, sonrojándose poco a poco.

—¿Escribes para la misma persona de tu primera canción? —preguntó con la mirada bien clavada sobre él.

—Eso es un misterio. Tendrán que descubrirlo al escucharla-comenzó a reír.

—No haré más preguntas sólo porque quiero sorprenderme al escucharla por primera vez, porque como ya lo dije, soy su fan. Y como admiradores... tampoco podemos aguantarnos sobre este tema: todos queremos conocer a tu novia. Cuéntanos más sobre ella, Aarón—él se rio. —Debe ser muy bonita, muero de curiosidad.

Ésta conductora comenzaba a desagradarme, era muy amable con Aarón, pero a mí me retaba con sus preguntas. —¿La conoces, Alice? —Ella volteó a verme —¿Se llevan bien? —levantó una ceja desafiándome.

—Yo... -sonreí. —Sí, ¡por supuesto! Estoy ansiosa por verla otra vez, ella es casi una hermana para mí, la adoro —con mentiras pude disimular los celos que estaba sintiendo. —Siempre le dije a Aarón que lo hiciera público, pero él no estaba seguro; ya sabes, le gusta tener en privado su relación. Espero que con esto él sienta apoyo de todos ustedes para hablar un poco más sobre ella —mentí por completo, ni siquiera la conocía, y en el fondo detestaba que Aarón aún estuviera con ella, pero me mantuve sonriente, hasta el último segundo de mi participación.

—Genial... —contestó, aún insatisfecha. —¿Podrían cantar una canción? ¡Vamos! Sé que no tienen la costumbre, pero todos queremos escucharlos en vivo.

—Está bien, si es lo que quieren, estaremos felices de hacerlo —respondió Aarón.

Debía hacerlo: perder el miedo y cantar en público. Aarón y yo nos levantamos, parecía que él estaba haciendo un gran esfuerzo por estar en ese lugar, y yo no era nadie para arruinar ese momento tan importante para él. Nos dieron un par de micrófonos e hicimos nuestro trabajo. Fue más fácil de lo que pensaba. A la gente le gustó, lo disfrutamos, así que ambos quedamos satisfechos.

Luego de cantar nuestras canciones, nos dieron un pequeño descanso, Estábamos sentados en unas sillas, justo en el pasillo, por fin... Cero cámaras encendidas.

Mientras hablábamos de lo nerviosos que estábamos, llegó una joven, se paró a nuestro lado, y nos sonrió. Parecía que iba a decirnos algo o que nos pediría una foto.

—¿Saben algo? A mí sí me gustaría que estuvieran juntos —sonrió.

—¿De qué hablas? Pasamos mucho tiempo juntos —contestó Aarón, mirando a la chica con incredulidad.

—Pero como pareja. Perdonen que se los diga, pero es que tienen una conexión increíble, me vuelve loca cuando se miran a los ojos, y se sonríen, es tan... ¡Romántico! ­—fingió un desmayo, no pude evitar reírme por su actuación exagerada.

—Gracias, linda, pero me gusta tener su amistad —lo miré y le sonreí con amabilidad, Aarón también lo hizo.

—¿Lo ven? Otra vez lo hacen ¡No puedo creer que no se den cuenta! No importa que no lo admitan, yo sé que se quieren y se gustan mucho. ¡Sé feliz con Alice! —se acercó a Aarón y gritó emocionada. Esa chica tenía una actitud un poco imprudente, comenzaba a llamar la atención de otras personas que iban pasando cerca.

Aarón se quedó callado, y volteó la mirada hacia el set de grabación. El comentario de la chica no le había agradado. Ella se percató un poco del ambiente de rechazo que se estaba generando, por lo que decidió apartarse de nosotros y despedirse con una sonrisa.

Hay una pregunta que yo también tenía en mente, pero quise esperar a que todos volvieran a centrarse en sus actividades, luego de haber llamado tanto la atención por el alboroto que estaba haciendo esa chica.

—Aarón, quiero preguntarte algo... —toqué su espalda, con miedo a incomodarlo más. —¿Cómo es Beth? Todos comienzan a preguntarse eso, sinceramente yo también quiero saber.

—¿Desde cuándo te interesa saber de ella? —respondió sin voltear a verme, y soltó un suspiro.

—Lamento si te molesta la pregunta, es que jamás la he visto...

—Es muy amable —interrumpió, y se levantó de la silla.

Aarón no quería hablar sobre Beth. Definitivamente se había molestado con la pregunta y quería cortar la conversación. Me quedé callada. Desde lejos comenzaron a llamarnos. Parecía que teníamos que volver a la entrevista, así que caminamos hacia allá y nos sentamos. La conductora parecía ansiosa y emocionada, incluso al verme a mí, su actitud era distinta.

—¡Alice! No lo vas a creer, durante el descanso nos han pedido contactarte, creí que sería mejor decirte esto ante todo el público, así que esperamos hasta este momento.

—¡¿Qué?! ¿Quién? —pregunté confundida. ¿Alguien preguntando sobre mí? ¿Será que mi madre me encontró? ¿Tengo que ocultarme otra vez?

—Estabas en un grupo de teatro hace algunos años, ¿es cierto?

—Sí, pero no entiendo —estaba desconcertada. ¿Entonces no era Giselle? —¿Qué tiene que ver eso?

—Están interesados en contratarte, como protagonista en una película. Dime, ¡¿no te emociona?! —por un momento sentí que se le caería la mandíbula a esa mujer de lo grande que era su sonrisa al verme.

—¡¿Qué?! Pero... —quería decir palabras que ni siquiera estaba emitiendo. No podía creer esto. ¿Por qué a mí? Las preguntas rondaban en mi mente mientras todos observaban atentos esperando mi respuesta. —¿Quién? —dije lo primero que se me ocurrió.

—Te daremos toda la información, al parecer te vieron por televisión en esta transmisión y les gustaste. Tu imagen se adapta a lo que están buscando. —Voltee a ver a Aarón, él también se veía sorprendido. —En mi opinión personal, creo que deberías aceptar, es una gran oportunidad, Alice.

—Pero... —agaché la mirada, todavía me costaba mucho comprenderlo.

—¡Alice! Ellos van a pagar tu viaje y todo lo que necesites. Por favor acepta —insistió. —Eres una chica muy bonita y talentosa, mereces esto. A todos nosotros nos encantaría verte actuando en una película.

—¿Viaje? ¿A dónde?

—A California, ahí será la grabación. Vamos... El público está esperando tu respuesta —levantó sus cejas, de nuevo, intentando convencerme, pero ahora al menos sonreía, mientras algunas personas del público gritaban "acepta".

—Es que yo no venía preparada para esto —de nuevo mis brazos temblaban.

—Cuando llamaron para acá insistieron bastante, ellos te quieren a ti, y están dispuestos a pagar por eso. ¿Puedes considerarlo?

—Lo voy a pensar, ¿está bien? —sentía que estaba bajo presión, así que decidí responder eso.

—Esperaremos tu respuesta con ansias —respondió la conductora.

Después de eso, dejaron a algunas personas del público preguntarnos cosas. Por desgracia casi todo era sobre nuestra vida privada, así que nuestras respuestas todo el tiempo fueron cortas e incómodas de oír, pero a fin de cuentas todos parecían conformes. Más tarde se tomaron fotos con nosotros. Todo se sentía simplemente irreal, pero agradable.

Aarón y yo salimos de ahí en cuanto terminó la entrevista. Él recibió toda la información sobre la propuesta de la película, nos despedimos y ¡por fin se acabó! Terminamos de nuevo en su auto. «No puedo esperar para volver a casa y recostarme», sólo pensaba en eso.

—Alice, debemos ir a otro lugar antes de llegar a casa —dijo mientras encendía el auto.

—¿A dónde? —pregunté curiosa.

—Ya lo verás —sonrió, y se mordió el labio.

—¿Qué estás planeando Aarón? —sonreí al final de mi pregunta, cualquier cosa que estuviera pensando seguramente sería algo divertido.

—Deja de hacer tantas preguntas... ¿Acaso no confías en mí?

—Sí claro que sí... —respondí confiada.

—Sí, claro que sí —arremedó y empezó a conducir.

Cuando llegamos a un pequeño pueblo, lo miré extrañada. El lugar no me parecía conocido, y no sabía con exactitud en dónde estaba, por más que viera por la ventana no reconocía nada. No veía más que unas pocas casas de madera. Aarón estacionó su auto en la cochera de una casa, y me hizo un gesto con la mirada, indicándome que saliera. Creí que entraríamos, pero un hombre salió de ahí y se acercó a Aarón, era algo mayor, tal vez cuarenta o cincuenta años. Yo sólo me apené al verlos y sonreí queriendo ser amable.

—Hola, ¡amigo! —ambos se dieron un abrazo lleno de alegría, como si fueran conocidos desde siempre y hacía mucho que no se veían.

—¿Qué tal? Oye, ¿puedes cuidar el auto un momento? —preguntó mientras lo señalaba.

—¿De ella me estabas hablando? Es muy bella —dirigió su mirada de asombro hacia mí.

—Es un placer, soy Alice—respondí aún apenada.

—Será mejor que no lo arruines, Aarón. Si me entero, no te devolveré el auto.

Nos fuimos. Estaba apreciando del paisaje, tal vez su plan era sólo caminar un rato, y después volver a casa para cenar.

—Aarón, ¿A dónde vamos? —me animé a preguntar después de un rato.

—No diré nada hasta que lleguemos.

—¿Lleguemos? ¿No habíamos llegado ya?

—No —empezó a reír —el tipo es una gran persona, pero es un poco aburrido. Quiero mostrarte algo.

De nuevo tuve ese impulso que había estado teniendo desde hace varios días, quería abrazarlo con fuerza, expresarle toda la emoción que me daba estar con él, pero la única forma en la que podía dejar de pensar en eso era cambiando de tema en nuestras conversaciones. Abrazarlo así de la nada podría ser extraño, sería mejor ignorar mis pensamientos.

—Entonces, ¿le escribiste otra canción a Beth?

—En realidad no.

—Creí que eso habías dicho en la entrevista.

—Beth... es demasiado confiada, su actitud fría me tenía siempre atento, quise intentarlo, pero creo que jamás sentí amor por ella. No pasamos mucho tiempo juntos, la verdad tampoco fuimos muy unidos y no he tenido el tiempo de conocerla más. Sólo peleamos, esta relación no es buena, es una pesadilla Alice, por eso no quiero dar detalles.

—¿Por qué no terminas con ella? Pensé que todo estaba bien entre ustedes.

—Sigo pensando en hacerlo, pero cada vez que le menciono algo relacionado con eso, ella se pone histérica y luego se pone a llorar, o simplemente cuelga el teléfono, trata de evitarlo. Lo hace cada vez más difícil —suspiró.

—¿Crees que la verás pronto? —no quería incomodarlo, traté de no preguntar algo más.

—Sí, sólo si tú aceptas el papel en la película. Cuando me enteré de que era en California sentí que quizá podría funcionar: acompañarte e ir a verla. Hablando conmigo frente a frente no podrá escapar. Será complicado, pero lo haré, voy a terminar con Beth —me miró, intentando sonreír.

Beth era esa barrera que no me dejaba acercarme a él de otra manera, que me hacía ocultar mis sentimientos y tragarme mis palabras, para mí también sería mejor si ellos terminan.

Estábamos parados frente un muro gigantesco cubierto con hojas. Me sorprendía lo grande y amplio que era, no lograba entender por qué Aarón me llevó a ese misterioso lugar, pero por alguna razón, me intrigaba saber más. Mientras observaba, Aarón arrastró un montón de hojas del muro en la parte de abajo dejando un hueco descubierto, al asomarme pude notar que había un gran y oscuro agujero que llevaba hacia adentro, y ya comenzaba a imaginarme que Aarón me haría pasar por ahí, sentía la curiosidad de saber qué había del otro lado, pero era tan oscuro... me daba miedo entrar por ahí, además. Mancharía mi vestido. ¿Y si aquello si era sólo una pésima broma?

Aarón me miró y sin decir nada entró. En ese momento tenía mezcladas mis emociones: tenía mucha curiosidad, pero también era aterrador. Supuse que tenía que hacerlo, no podía quedarme afuera sólo observando.

Entré poco después de él, todo mi vestido estaba ensuciándose. Aarón la pagaría caro si se trataba de una simple broma.

Siempre buscaba la manera de convencerme, odiaba cuando hacía sus bromas, porque yo caía fácilmente, incluso cuando ya lo sospechaba desde antes, ignoraba todos mis instintos y caía.

A veces era agradable tener en mente que Aarón no sabía nada sobre mi magia, así no me podía hacer bromas también con eso.

Al salir del otro lado, sin prestar atención me levanté y vi cómo mi vestido se había arruinado, debo confesar que en ese instante me había molestado. Mientras lo sacudía se me ocurrió mirar a mí alrededor, debía admitir que Aarón tenía un buen gusto, y de verdad estaba planeando algo especial, el lugar era tan sorprendente, muy grande y espectacular, con una hermosa cascada, muchos árboles, una hamaca que, desde lejos, se veía cómoda, flores, todo era sólo naturaleza.

Me quedé sin palabras, no había visto algo como eso nunca, al menos no detrás de un muro gigante. ¿Cómo algo tan grande estaba detrás de un simple muro? Parecía abandonado, sin casas ni habitantes, era un lugar muy hermoso. Pasaba el tiempo y yo seguía con la boca abierta, totalmente embelesada con el sitio, con el aroma, con los colores, con todo.

Aarón siempre estaba lleno de sorpresas, y ese día no fue la excepción.

Lo miré directamente a los ojos, y después del silencio, sonreí y lo abracé con una emoción incontenible que empapaba todo mi cuerpo. A mi padre le hubiese encantado ver aquel lugar. Aarón no podía dejar de sonreír, él también era feliz y estaba disfrutando estar conmigo.

—¡Te ensuciaste! —dijo con un tono irónico.

—Tú lo hiciste. ¡Es tu culpa! —rodé los ojos.

—Entonces lo arreglaré, tranquila.

Aarón se dirigió hacia un gran árbol, podía ver como sacaba algo detrás de él. Volvió a mí con una caja de cartón. Se puso frente a mí, y la abrió, adentro de ella había un hermoso vestido rojo, definitivamente seguía impresionándome.

—¿De verdad? No puedo creerlo ¡Muchas gracias! —lo abracé.

—Feliz cumpleaños, Alice —dijo a mi oído mientras correspondía a mi abrazo.

—No puedo creer que te acordaras, de verdad... -lo solté, comencé a sentir lágrimas acumulándose en mis ojos, en cualquier momento comenzaría a llorar —no me lo esperaba. —Me sentía dichosa y feliz, pero traté de mantenerme tranquila. Aarón siempre supo que este tipo de lugares me gustaban.

—Desde el año pasado me he propuesto hacerte feliz cada vez que pueda.

—P-pero, ¿por qué harías algo como eso? —me reí, estaba totalmente sonrojada.

—Porque lo mereces. Siempre estaré agradecido contigo, por ser honesta, comprensiva y divertida. Estás llena de cualidades. Me has ayudado, también me escuchas, y me alegras los días. Además, eres muy talentosa en todo lo que haces, te admiro muchísimo.

Aarón se movió lentamente jalándome hacía él con suavidad, sólo sonrió al verme nerviosa, y yo lo abracé con fuerza, aún avergonzada. Recargué mi cabeza sobre su hombro, que por cierto olía muy bien.

—¿Te digo algo? —susurró a mi oído.

—Dime... —tragué saliva.

—¿Recuerdas ese día que me cantaste en el auto, mientras escuchamos la radio? Fue la primera vez que escuché tu voz.

—¿Qué hay de ese día? —Podía recordarlo, pero era incómodo porque ese fue el día le mentí.

—Estabas muy molesta, fuimos a una fiesta y ese chico William te hizo enojar con... estupideces que estaba diciendo. Te había dejado sola un momento y cuando volví ya estabas llorando, me pediste que te llevara a casa, y lo hice. Sinceramente no me gustó verte así, cubriéndote el rostro de vergüenza, tratando de ser fuerte frente a todos. Y cuando llegamos a tu casa estabas sentada a mi lado sobre el sillón, con tu cabeza sobre tus rodillas flexionadas, y no me decías nada.

—Lo recuerdo, William me humilló frente a todos, trataba de alejarte de mí —respondí desviando la mirada.

—Te pregunté sobre la amenaza que él te hizo, y de una manera muy fría respondiste...

—"Maté a una persona"—agaché la mirada; yo le había mentido aquella vez con esa estúpida respuesta. No quise decirle la verdad sobre mi magia y me refugié bajo algo peor.

—En ese momento realmente me asusté, jamás creí que algo así vendría de ti. Pero estaba preocupado, William se quedó afuera, esperando que te dejara sola.

—Si te ibas, él entraría a la casa. Lo sé Aarón, lo recuerdo. Pero, ¿por qué lo mencionas ahora? —este tema me incomodaba bastante.

—Me pediste que me quedara, y te acompañé a tu habitación. Te acostaste y yo te cobijé. Estabas asustada, así que te prometí que no me iría bajo ninguna circunstancia hasta que Nelly volviera.

—Y no te fuiste, te lo agradezco mucho, Aarón —traté de terminar la conversación.

—Pero —interrumpió—, mientras dormías, vi desde el sillón cómo comenzaste a temblar, apretabas los ojos, y te movías mucho, una lluvia horrible y fuerte se dejó caer. Y, a pesar de estar dormida, parecías tan nerviosa.

—Lamento mucho que hayas tenido que ver algo como eso —me avergoncé inmediatamente, no sabía que estaba haciendo eso «qué horrible, seguro piensa que soy una persona extraña».

—Después de pensarlo unos segundos decidí recostarme a tu lado, te observaba un poco confundido tratando de entender por qué reaccionabas así, si por casualidad estabas teniendo alguna pesadilla o algo por el estilo. Pero cuando toqué tu brazo para despertarte te asustaste y, al verme, sin decirme nada, me abrazaste con fuerza. Me dijiste... —hizo una pausa larga. —Que no querías que te abandonara, que te sentías segura estando conmigo—me quedé en silencio recordando ese momento, definitivamente mi comportamiento era muy extraño, tuve mucho miedo de que William entrara a la casa y entré en pánico al despertar, por eso actué tan impulsivamente con Aarón y lo abracé, debió ser muy incómodo para él —eso me conmovió, eras casi una extraña, pero pude sentir tu sinceridad al decirme todo eso —Aarón continuó hablando.

—Tú... me devolviste el abrazo —respondí, sonriendo al recordarlo. A fin de cuentas, valoré mucho ese momento —luego dijiste que así iba a solucionarse el problema, él te vería junto a mí, y me dejaría en paz tarde o temprano.

Jamás le pedí tanta ayuda y sin dudarlo se quedó junto a mí, si no fuera por él William seguiría atormentándome.

—Algunas veces no puedes ver los pequeños y hermosos detalles que te hacen especial, nadie me había hecho sentir así. No importa lo que yo haga por ti, jamás va a compararse a lo que tú has hecho. —Hizo una pausa. —Alice... No me abandones, yo también me siento seguro a tu lado, quédate aquí junto a mí, te quiero aquí cerca.

—¿Qué tan cerca? —me alejé un poco al preguntarle y nos quedamos viendo, ya estaba lo suficientemente cerca para sentir su respiración

—Este lugar... Era mi favorito cuando era pequeño, todo el tiempo estuve aquí. A veces también Tate venía conmigo —se alejó de mí, cambiando de tema.

—¿Y cómo supiste que este lugar estaba aquí? —decidí seguir la corriente.

—Tate y yo jugábamos cerca de aquí porque mi padre nos traía a la casa de su amigo. Recuerdo que íbamos corriendo por el sendero, él tuvo un accidente y se golpeó muy fuerte en la cabeza, ese hombre que está cuidando mi auto en su cochera, fue muy generoso al ayudarnos aquel día. Después nos trajo a este lugar. Tate y yo pasamos muchos momentos divertidos aquí, este lugar nos unió, nos hizo los mejores amigos. Ha sido nuestro lugar secreto y ahora es tuyo también. Aunque, ¿sabes...? Creo que Tate tiene problemas, lo noto distante y distraído, le he preguntado algunas cuantas veces si algo anda mal, pero siempre responde que no. Al principio creí que tendría que ver con Nelly, pero están felices juntos, igual que siempre.

—No creo que Tate se haya metido en algún problema, desde que está con Nelly, es bastante tranquilo.

—Eso espero, porque siempre tengo que sacarlo de sus problemas, y no quiero hacerlo ahora.

Aarón me miró sin decir nada, él se tambaleaba inclinándose poco a poco de vuelta hacia mí.

—Para serte sincero... no quería que te perdieras de algo como esto, por eso te traje aquí, perdón si te asusté con tanto misterio.

—Me gustó mucho, necesitaba algo de tranquilidad después de tantas preguntas y gente a nuestro alrededor.

Le pedí un momento para ir a cambiarme, obviamente busqué un lugar donde él no pudiera verme, y me puse el vestido que me regaló, era realmente bonito y ligero, como la mayoría de vestidos que usaba. Cuando caminé hacia Aarón, inmediatamente comenzó a quitarse el collar de hilo que tenía colgando un botón de madera que le gustaba mucho, siempre repetía que era de la suerte, de pronto él extendió su brazo para dármelo.

—Dime que no es cierto. ¿Estás seguro? —sonreí.

—Lo mereces, tómalo como un símbolo de amistad —me sonrió.

Aarón borró esa sonrisa de su rostro casi inmediatamente después de darme ese regalo, y se apresuró para ayudarme a ponerme el collar. Mientras estaba detrás de mí podía sentir que su respiración. Suspiró y se quedó calmado, como si algo lo estuviera preocupando.

—¿Qué sucede? —pregunté.

—Nada, es sólo que no puedo dejar de -exhaló un aire pesado. —Alice, ¿Irás a California a la grabación de esa película? ¿Lo has estado pensando durante el día?

—Sigo pensándolo, Aarón, no creo que sea lo mejor para mí —él volvió a pararse frente a mí para escucharme. —No lo sé, me parece muy extraño que me hayan elegido para esto, sin ninguna audición ni nada parecido. ¿No te parece poco común?

—Quiero pensar que no es tan raro, por lo que dice la información que me dieron, parece ser que es el mismo lugar en el que Beth ha estado trabajando. De hecho, creo que hay una gran posibilidad de que ella también forme parte de ese proyecto. ¿Quieres verlo? —Empezó a buscar en el bolsillo de su pantalón. —No alcancé a leerlo todo, pero se ve confiable.

—¡No! Espera —interrumpí, no estaba segura de querer saberlo todavía, me daría más inseguridad si era una oferta irrechazable.

Comenzó a llover. Ambos corrimos hacia afuera y tuvimos que pasar por el mismo agujero por el que entramos. Qué lástima que haya manchado ahora este vestido. La lluvia poco a poco aumentaba, sentía las gotas cayendo sobre mi rostro mientras ambos corrimos juntos por el largo sendero, comenzaba a disfrutar aquel momento en específico. Pisaba los charcos de agua sin importarme. Por primera vez en mi cumpleaños había una lluvia que no era causada por mí. «¡Lo logré! ahora controlo mi magia al grado que no afecta mi entorno» pensé.

Nos refugiamos bajo un techo amplio afuera de la casa de su amigo. Había una banca ahí así que fuimos a sentarnos. Aarón entró a la casa por unas toallas y después trajo dos tazas de café caliente. El clima estaba fresco, todo era silencioso a nuestro alrededor, fue muy agradable.

—Oye, creo que debí ser un poco más cuidadoso. —Aarón sacó un papel del bolsillo de su pantalón, estaba empapado—aquí habían anotado la información. —agachó la cabeza, manteniendo la mirada fija en ese papel.

—No te preocupes Aarón, podemos llamarles y pedirla de nuevo. —respondí con tranquilidad.

—¿Vas a aceptar? —inmediatamente volteó a verme con asombro en el rostro.

—Sí —sonreí—después de todo ¿Qué podría salir mal? —por fin tomé mi decisión.

Aarón se alegró mucho al escuchar esas palabras. Estuvimos hablando durante un largo tiempo, hasta que se hizo de noche. Luego él sugirió que entráramos a la casa, dijo que no había problema y subimos al segundo piso. Realmente disfrutaba de las casas rústicas, me hacían sentir como en mi propia casa, como en los buenos tiempos junto a mi padre.

Fui a bañarme, el agua estaba muy caliente y me relajaba. A pesar de lo reservado que era Aarón con sus pensamientos, la estaba pasando bien. Se habían terminado los cumpleaños desastrosos.

Cuando salí de la ducha, Aarón me dio ropa seca y me pidió que me acostara a dormir, dijo que él también tenía que darse un baño. Estaba cansada así que fui a cambiarme y acostarme. La cama era muy amplia, con colchas blancas y suaves. Me apresuré a cobijarme y cerré los ojos.

Pasaron algunos minutos, no podía dormir, pero seguía intentándolo. Escuché sus pasos en la habitación, él ya había salido del baño, su teléfono estaba vibrando encima del buró, Aarón respondió una llamada.

—¿Qué sucede? —contestó Aarón en tono un poco molesto.

—Amigo, me tienes preocupado quiero saberlo todo —se oía Tate en altavoz.

—No, no ha sucedido nada.

—Qué aguafiestas, la tienes lejos, están solos y no haces nada ¿Qué clase de idiota eres? —reclamó.

—Sabes que... Beth.

—¿Qué pasa con Alice? Ella es especial. ¿No me dijiste que la amas? —abrí los ojos de la impresión al escuchar eso.

—Sí, pero... No quiero serle infiel a Beth —respondió bajando la voz.

—Hace más de un año que no la ves. ¿De verdad vale la pena seguir pensando en eso? -Tate preguntó con mucha seriedad.

—No quiero hacerle daño a Alice... —Aarón le respondió y quitó el altavoz. —Ella no sólo significa un beso para mí, sabes que es mucho más que eso —siguió respondiéndole, pero yo no pude escuchar lo que Tate le dijo. —Tate, Es tarde, no quiero despertarla, hablamos luego.

Aarón colgó su teléfono, parecía molesto con Tate. Sentí como se recostó a mi lado, y acariciaba mi cabello.

Al escuchar esa conversación, mi perspectiva cambió, siempre pensé que no tenía una oportunidad, pero si esto era verdad, ¿valdría la pena intentarlo? Una parte de mí se sentía feliz de saber que mi amor por él estaba siendo correspondido de alguna manera, esta noche no podría ser más perfecta.

—Qué linda cara haces dormida —rio y posteriormente suspiró. —Sólo espero no arruinarlo...

La luz del sol me iluminaba directo al rostro y me hizo despertar. Entonces me levanté al notar que Aarón no estaba «¿A dónde se iría?». No estaba por ninguna parte sólo había dejado su celular que comenzó a sonar. Una vez más lo intenté buscar cerca y no lo encontré, así que contesté la llamada antes de que se fuera a buzón.

—¿Hola? —pregunté tratando de reconocer el número en la pantalla.

—Hola. ¿Alice? ¿Dónde está Aarón? —tardó un poco en salir su nombre registrado, pero por el sonido de su voz supe que se trataba de Tate.

—No lo sé. Lo estoy buscando. ¿Necesitas decirle algo urgente? —respondí, aún buscando a Aarón.

—No, no, Alice, puedo hablar contigo mientras tanto. De hecho, hay algo que quiero preguntarte. ¿Por casualidad ya le dijiste que te gusta? Parece que necesita ayuda —comenzó a reír.

—Sabes que —reí con él, no esperaba esa pregunta, así que me puse nerviosa y fue mi primera reacción —Beth...

—¿Qué? ¿Acaso le tienes miedo a Beth? —preguntó retándome. —Alice, no te engañes, yo estoy completamente seguro de que él te quiere, y que quiere intentarlo.

—¿Y si él no me quiere? ¿Estás tan seguro de que esos son sus sentimientos verdaderos?

—Por dios, Alice, sólo hace falta verlos juntos para darse cuenta de lo mucho que se gustan, no sé a quién intentar engañar —volvió a reír, a Tate parecía divertirle esto, le gustaba molestarnos con ese tipo de preguntas a ambos.

—Oye... Adiós —contesté en un tono molesto, tratando de evadir más preguntas, no quería pensar.

—Alice, hablando en serio: quiero hablar con él, no me cuelgues.

—Pero no sé dónde está, déjame ir a buscarlo afuera —respondí frustrada.

—¿De verdad te gusta Aarón? ¡Ya dime la verdad! —volvió a divertirse con el tema.

—Ya basta, si sigues haciéndome esas preguntas apagaré el teléfono —miré por la ventana y vi a Aarón caminando afuera—Tate debo colgar.

—Pero, ¡Alice, espera! —se quejó.

Salí a buscarlo con el celular en la mano, al verme saludó a lo lejos, así que lo alcancé corriendo.

—Aarón, abandonaste tu teléfono. Tate está buscándote.

Estiré el brazo para dárselo y no lo recibió, él solo me miraba, se sintió extraño.

—¿Te pasa algo? —pregunté nerviosa.

—Hay muchas cosas que no te he dicho aún. Alice, no sé cómo explicarlo. —hizo una pausa, se veía frustrado—Últimamente he sentido algo, es muy fuerte e inexplicable, me ha estado volviendo loco, pensando una y otra vez, en cómo decirte lo mucho que... —volteó la mirada hacia otro lugar, y se quedó callado, como si le costara trabajo seguir hablando —Tal vez no debería hacer esto, pero no puedo detenerme, tengo muchas ganas de decirlo. —Se acercó a mí—Tú me gustas, Alice —tartamudeó un poco al decirlo —Y de verdad lo lamento, yo jamás planee enamorarme de ti, ni siquiera sé lo que es esto, sólo sé que mi corazón late muy fuerte cuando estás cerca. Y ya sé, probablemente estás pensando que soy un tonto, no sé qué estoy haciendo —finalmente suspiró, tratando de darme la espalda.

Aarón hablaba demasiado rápido, estaba alterado, y por la forma en que me miraba, y su dificultad para expresar sus sentimientos, entendí que sentía lo mismo que yo. Sentía una emoción interna tan grande que me quedé paralizada viéndolo. «¿Por casualidad estoy soñando todavía?».

—Aarón, tranquilo... no tienes que decir más, yo también me siento así —interrumpí, tratando de hacer que volviera a verme.

Él se quedó callado en ese instante y sólo me miró. Parecía confundido y asustado. Puse mi mano sobre su rostro, y al ver que no intentó alejarse, sin pensarlo dos veces, lo besé. Yo también tenía ese impulso y lo aguanté por mucho tiempo, era cuestión de tiempo para que me atreviera a hacerlo, y este era el momento exacto.

Aarón apenas tocó mis labios, y se alejó un poco. No podía voltear a verlo. «Tal vez sí debí detener ese impulso una vez más».

Él volvió a acercarse repentinamente, y me besó. Me tomó por sorpresa, estaba avergonzada. Era el momento que siempre estuve esperando. En serio me gustaba, jamás expresé lo que sentía hasta ese momento. Fue algo tan dulce como ese beso que seguía alargándose.

Sonó su celular que vibraba sobre mi mano. Lo lancé al pasto ignorando la llamada, no quería que este momento terminara aún. Nuestros labios seguían juntos. Él me abrazó mientras continuaba el beso suave, lo estaba disfrutando. Luego de unos segundos más, se separó.

—Alice, creo que deberíamos volver a casa —propuso sonrojado.

—Es temprano... —respondí tratando de prolongar nuestro tiempo a solas. —¿Tienes algo que hacer más tarde? —Pregunté curiosa.

—Vámonos de una vez, no quiero llegar tarde —me dio la espalda y caminó hacia adentro.

—De acuerdo.

Iba caminando detrás de él, pero estaba callado, y comenzó a ser distante. Esperaba que algo más sucediera, y en lugar de eso sólo me ignoró. ¿Acaso no le había gustado el beso?

—¿Estás bien? —pregunté insegura.

—No —contestó entre dientes. —Ya no me hagas más preguntas.

—¿Qué te sucede? —fruncí el ceño.

—Esto no fue correcto, no debí traerte aquí —comenzó a recoger nuestras cosas.

—¿Por qué? No puedo entenderte, Aarón, por favor, dime.

—Olvídalo —bajó casi corriendo hacia el auto para guardar todo, y lo seguí.

—¿No me dirás? ¿Acaso es por Beth? Si ella no te interesa —me detuve. Sería imprudente hablar sobre eso ahora.

—No quiero hacerla sentir mal.

—¿Y a mí sí? -pregunté molesta. —No te entiendo... Primero me traes aquí, me haces sentir la persona más afortunada del mundo. Pasa todo esto y unos segundos después ya no te intereso. ¿Qué clase de juego es este? Estuviste pensando todo el tiempo y aun así te arriesgaste a decirme lo que sentías. Yo no te obligué a hacerlo—me quejé. El enojo seguía aumentando. Si no quería hacerlo pudo haberse alejado, pero volvió y me besó. ¿Ahora es mi culpa? — Llévame a casa y aléjate de mí —le grité, y subí al auto.

—Alice, las cosas no son así.

—Ya no importa —pretendí estar bien y lo ignoré por completo después.

Está bien, fui grosera, pero él lo merecía, me hacía enojar que fuese tan tonto, y cobarde.

Lloré, y lloré mucho, pero me mantuve viendo a través de la ventana el paisaje, sin decirle algo ni voltear a verlo.

Aarón se detuvo a mitad del camino, no estábamos en mi casa eso era obvio. Fue un momento tenso, de verdad no quería hacer contacto visual con él.

—Aarón, ¿qué sucede? ¡Llévame a casa! Por favor —supliqué sin verlo todavía a los ojos.

—No, no hasta que me escuches —puso el seguro del auto. —Alice, yo, no quise hacerte daño, estaba evitándolo con todas mis fuerzas. Yo me enamoré de esa persona, con la cual pasé cada día del año, y eres tú. Sentí culpa al pensar que había sido infiel, porque no soy ese tipo de persona, y no se lo deseo a nadie. Jamás he querido ponerte en ese lugar, no quiero que pienses mal, quiero que hablemos con calma.

—Te dije que no importa... —respondí conteniendo las lágrimas.

—Alice, nunca hemos peleado. ¿Por qué hacerlo ahora? —Me tocó el hombro.

—Beth... —contesté en voz baja.

—Esto no tiene que ser así. ¡Vayamos a California! dijiste que sí, ayer. Así tú podrás tomar esa oportunidad increíble y yo puedo arreglar las cosas con Beth. ¿Qué dices? —insistió. —Prometo que todo saldrá bien, no volveré a arruinarlo.

—No sé si quiera estar contigo —respondí con frialdad.

Aarón me llevó a casa, resignado, y un poco molesto, su auto avanzaba lento, y él lo hacía apropósito para ganar tiempo. Era de lo más obvio que buscaba una forma de hablarme sin parecer un idiota. Me agradaba el esfuerzo que hacía, pero al mismo tiempo me enojaba que no hiciera algo respecto a su relación. Nunca quise ser mala con él, sólo me sentía muy triste y no quería seguir llorando frente a él. Quería llegar a casa y descansar. Estaba tensa, y él también, esto no terminaría bien si seguíamos hablando.

Cuando llegamos a casa, bajé de su auto sin dirigirle la palabra ni la mirada. Escuché cómo cerraba la puerta del otro lado, él bajó del auto también. Estaba caminando justo detrás de mí, trataba de ignorarlo y llegar a casa, sólo me hacían falta unos pasos más, llegando a la puerta de mi habitación todo estaría bien. Aarón me jaló del brazo con tanta fuerza que hizo que mi cuerpo volteara en dirección a él, me tomó de la cintura y me acercó a su cuerpo, él se veía seguro y decidido.

—Suéltame —me quejé, intentando ignorar a mi corazón latiendo con fuerza.

—Si tú quieres, no vuelvas a hablarme, pero no dejaré que pierdas esta oportunidad, por favor...Ven conmigo —suplicó.

—¿Por qué? ¿Por qué insistes de esta manera? —mis ojos se pusieron llorosos.

—No quiero pelear más, yo no quiero perderte, Alice. —Me soltó poco a poco. —Fui un idiota, no quería arruinarlo todo, es sólo que me llegó el remordimiento, no quiero parecer un hombre malo, infiel, y aprovechado. ¿Me perdonas? —De verdad se veía arrepentido. —Perdóname. Sé que no era la forma correcta de hacer las cosas, me apresuré. De verdad lo siento.

Después de pensarlo por unos segundos reflexioné sobre lo dura que estaba siendo con él. Yo también busqué ese beso, de hecho, yo lo comencé. ¿Por qué cargar toda la culpa en él? «Aarón es un buen chico, puedes estar tranquila, Alice» pensé.

—¿Sabes? Aquí nada sucedió. Tú y yo no peleamos, y entre nosotros no hubo un beso. Será nuestro secreto. Sí te perdono, además —hice una pausa—, yo te besé a ti. No te sientas tan culpable, me vas a hacer llorar otra vez.

Aarón se veía calmado después de lo que le dije. Me dio un abrazo y luego se despidió para volver al auto. A fin de cuentas, ambos cometimos errores, y fuimos tontos. Todo se sentía muy extraño después de habernos despedido.

Al entrar a mi casa Nelly y Tate comenzaron a invadirme con sus preguntas, esto era mil veces más incómodo que la entrevista. Pasé a su lado sin hablarles, quise ahorrar mis comentarios e ir directamente hacia mi habitación, sin interrupciones, sin más preguntas. Los ignoré yendo directo a mi cama.

«Fue suficiente por hoy» pensé mientras acomodaba mi cabeza sobre la almohada, estaba lista para no hacer absolutamente nada, así que cerré mis ojos y me relajé.

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