La vida que decido tener


Tuve un alivio inmediato, que de pronto se convirtió en una nueva angustia. En cuanto logré ver su rostro, pude sentir también el fuerte olor de su sangre.

Me preocupé de no poder controlar mi sed, preferí voltear la cara y aferrarme a Aarón, temía que ella notara algo distinto en nosotros. Era demasiado tarde para dar la vuelta y huir de mi mejor amiga, pero no me había puesto a pensarlo antes. Me centré tanto en alejarme de la mansión, que olvidé los detalles más simples de mi escape.

¿Qué se suponía que le dijera a Nelly? ¡Hola! Acabo de borrarle la memoria a Beth y hemos vuelto siendo vampiros, pero todo está bien, sólo tengo muchísima sed y debo evitar que te me acerques.

Qué estúpida, ahora ella te pedirá explicaciones.

—¿Ni siquiera un abrazo? —oí a Nelly preguntarlo.

Definitivamente, no era opción huir... solté un suspiro y apreté la mano de Aarón antes de devolver mi atención a Nelly; quien ya extendía sus brazos hacia mí. Le sonreí, rogando que este momento incómodo acabara, que ella se riera o algo, y se quitara de enfrente.

Quería que ella lo supiera todo, pero sabía lo que significaba hacerlo. Una cosa fue decirle sobre mis poderes, y otra muy diferente sería tener que condenarla a esta inmortalidad.

Hay reglas, límites que no debemos sobrepasar ¿O no es así? Me pregunto si además de Beth, algún otro vampiro podría castigarnos...

Permanecí mirándola, no quería soltar la mano de Aarón. Tenía miedo de moverme. Nelly me veía con los ojos llenos de lágrimas, pero yo continuaba paralizada, incapaz de decirle algo que fuera una mentira.

¿Y qué si somos diferentes? Siempre lo fuimos, y eso no impidió que nos lleváramos bien. Vino ese pensamiento a mi mente, pero dudé de que esta vez funcionaría ¿Estoy siendo tan pesimista?

Sin darle más vueltas al asunto, y conteniendo tanto como pude mis ganas de beber, le di un abrazo. La escuché llorar, quise sonreír cuando sentí sus brazos apretándome el cuerpo, pero la alejé de mí bruscamente.

¿Qué acabo de hacer? Fue un movimiento inconsciente, ese olor cada vez era más insoportable.

—Nelly hay que entrar, —dije lo primero que se me ocurrió para distraerla, e hice que Aarón pasara para poder cerrar la puerta —no quiero asustarte, pero había alguien siguiéndonos, dejemos el momento emotivo para después. Estoy preocupada. —No habían pasado ni un par de horas y solté mis primeras mentiras, no sabía cómo actuar frente a ella, no lo planeé, cometí un grave error.

—¿Pasó algo? —Se notaba su incomodidad al preguntarlo.

Nelly cerró todas las cortinas, la oí murmurar algo, pero nada de lo que dijo era claro para mí con ese olor recorriendo la sala entera. Pronto volvió a donde estábamos, parecía tener toda la intención de volver a abrazarme, y luego sentí a Aarón, rodeándome con sus brazos repentinamente desde atrás.

—¡Oye Nelly! No te hemos dado la noticia. —dijo Aarón.

Ella nos sonrió, y se apresuró a cerrar la puerta invitándonos a entrar.

Se sintió extraño, ver las paredes de mi vieja casa, los sillones de la sala seguían con los cojines incluso posicionados en el mismo lugar.

Nelly se emocionó y comenzó a brincar tapándose el rostro, ella nos miraba con sus ojos muy abiertos.

—¿Por qué nos miras así? —Le pregunté, dejando escapar una risita nerviosa.

—No puedo creerlo, ya son novios ¿verdad? quiero saberlo todo. —habló muy rápido, luego corrió hasta la cocina. Ambos reímos ligeramente, no pensé que fuera a creer eso. Ojalá las cosas hubieran sucedido así, ojalá ese fuera el tema de conversación real. —¿Quieren agua? ¡No! Esperen, mejor una taza de té. ¿qué les parece? ¿les gusta el té? Agh, yo debería saberlo, olvídenlo. Es que no esperaba verlos y... —Nelly soltó un suspiro—los he extrañado bastante.

—Oye Nelly, está bien, la noche es fresca, aceptaremos la taza de té, gracias, la próxima vez nosotros te prepararemos algo especial.

—Vaya, Aarón... no te recordaba tan amable.

—¡¿Cómo puedes decir eso?! ¿alguna vez me has visto diciendo algo inapropiado? —le preguntó, añadiendo algo de sarcasmo en sus palabras.

—Tienes razón. Esperen aquí, no tardo. Estoy ansiosa por saber cómo les fue en la película. Alice, jamás llamaron. Creí que se los había tragado la tierra, estaba muy preocupada, gracias a dios volvieron, y los veo mejor que nunca, ahhh están juntos, soy tan feliz, parece como un sueño...

—Ni te imaginas, estamos tan unidos que parecemos uno. —Aarón habló.

—Tengo muchas preguntas, no sé ni por donde comenzar...

Preguntas, justo eso quería evitar. Mi plan no pudo resultar peor.

—Nelly, estamos algo... cansados por el viaje. —Interrumpí antes de que comenzara, ya que la veía acercándose a nosotros.

—Relájate, sólo unos minutos más y te vas a la cama. —Ella se quedó mirando el suelo por algunos segundos —¿Alice? ¿No traen equipaje?

Nos tomó a ambos por sorpresa su pregunta. Se me fueron tantos detalles que tampoco tenía una excusa para eso.

—Hablaremos después, quiero ir a dormir.

—Por favor, Alice ¿Vas a rechazar mi té? Te extrañé mucho, ¿podrías aguantar un poco más? —Ella me puso la taza enfrente, pero se me acercó tanto que al intentar alejarla terminé tirándola de su mano. Nelly se asustó al escuchar la taza romperse, y corrió hacia la cocina. No podía ver su rostro porque se quedó de espaldas, pero la escuché llorar, y luego la miré limpiar su cara. —Tal vez no querías responder mis llamadas. No sé por qué me tratas de esta manera, pero, dime por favor que no ignorabas mis llamadas.

Sería cruel decirle más mentiras. Hacerla sentir mal no era la manera correcta de responder, pero sí la salida más fácil. Si le permitía acercarse lo suficiente, o si respondía todas sus preguntas, incluso con el hecho de quedarme ahí, ella correría el mismo peligro. Lo más inteligente era prepararla para una despedida definitiva, sólo así ella estaría a salvo de mí, y para mí, que ella viva tranquila vale más que arriesgarla a sufrir igual que nosotros.

—Es cierto, las ignoré. Nelly, prefiero que nos mantengamos lejos, dame un poco de espacio.

—P-pero...

—Quiero olvidarme de todo, no traemos equipaje porque no vamos a quedarnos, venimos porque alguien nos seguía y era el único lugar cercano. No quiero darte ilusiones.

—¿De verdad? ¿no me extrañaste ni un poco? Tocaste la puerta ¿Quién esperabas que abriera? Sabías que estaba aquí Alice, pero no te emocionaba verme. No debiste venir.

—Es mi casa Nelly...

—Tienes razón, yo debería irme.

—¡No! Nelly, no quise decir eso ¿Puedes intentar comprender?

—¿Cuál es el problema? No puedo entenderlo si no me dices lo que está pasando.

—No puedo decírtelo.

—Está bien, dime si quieres que pague un alquiler o me vaya a otro lugar, puedo darte todo el espacio que quieras, pero no me pidas que comprenda tu cambio de actitud, porque no puedo ver más allá de lo poco que me dejas.

Aunque decidí alejarla, ella se mostraba con carácter fuerte e intimidante, sus palabras fueron directas a pesar de que contenía el llanto, podía continuar diciendo más cosas hirientes, pero no eran las verdaderas palabras que quise decir, así que me arrepentí de todo.

—¿Podrías dejarnos solos? —Aarón se entrometió, pidiéndole a Nelly que se fuera.

—Claro, —ella levantó ambos brazos y caminó por el pasillo—no sé por qué sigo aquí. —Finalmente se encerró en su habitación.

—Alice... —Lo oí pronunciar mi nombre con calma y en voz baja. No pude ni voltearlo a ver, me sentía avergonzada. Él me abrazó, así que no pude evitar llorar.

—No me digas nada por favor —también lo abracé.

—Tranquila, estará bien.

—¿Es así?, ¿debo mentir?, ¿es posible vivir aquí siendo así? No sé si lograremos adaptarnos. Sólo necesitamos cometer un error, y si ella nos descubre, no será sólo guardar un secreto y ya... Significa más.

—¿La convertirás? Pero, ya no hay nadie vigilándonos.

—Eso no lo sabes Aarón, algo nos seguía.

—Quizá nos estamos sugestionando.

—No sé por qué tengo tanto miedo.

—Alice, esta vez tendremos un plan, y funcionará— Aarón levantó mi cara con sus manos —tenemos tiempo de sobra para pensarlo, estamos a salvo ahora. —Me le quedé viendo, él se acercaba poco a poco, así que comenzamos a besarnos.

Dejé de pensar claro conforme el beso se alargaba.

Las cosas no sucedieron comúnmente, pero él me gusta mucho, y disfruto de estos pequeños momentos, aunque existan un mar de problemas detrás y los estemos ignorando. Nada importa cuando estoy viviendo mi fantasía del romance perfecto.

Por un par de segundos quiero ser egoísta. Me lo merezco, y él también.

El beso comenzó a intensificarse, nos abrazamos, yo quería pegarme aún más a él, pero mi mano sobre su pecho trataba de alejarlo, como si mi cuerpo hiciera lo contrario a lo que deseaba involuntariamente.

Aarón quitó mi mano, terminó nuestro beso y se alejó rápidamente.

—¿Qué pasa? —le pregunté con preocupación, él se veía tenso.

No me dijo nada, se quedó con la mirada fija en el suelo, perdido completamente en sus pensamientos.

—Aarón, ¿qué pasa? —insistí.

—No... —él respondió eso, sin soltar mi mano y alejándose aún más.

—¿Deberíamos ir a mi habitación? Es cierto, por un momento olvidé que Nelly podría observarnos. Perdóname, no debería estar pensando en hacer estas cosas teniendo problemas enfrente.

—No es eso. Es que tengo miedo de perder el control. Debemos fijar un límite, pero no quiero tenerlo. Odio esto, esta conexión es una pesadilla, si sentimos lo mismo será como multiplicar todas nuestras emociones, ¿no crees que sería peligroso?

—¿Accidentes? Es cierto, tienes razón. —me golpeé ligeramente con mi mano en la cara—Maldita sea, Beth. —Suspiré, ella nos condenó a esto sin darnos una explicación. Empuñé mis manos, haciendo lo posible por contenerme, me resigné. —Ya, no importa, sólo, mantengamos distancia y...

—Alice, esto no puede impedir nuestra felicidad. ¿Y qué si somos distintos al resto del mundo? No sé qué haremos ahora, también me encuentro preocupado, pero sé lo que quiero, y eso jamás ha cambiado. —dio un paso hacia mí, me puse nerviosa sólo de verlo—Alice... quiero ser tu novio. —Lo dijo... me impresionó. No pensé que esto iba a pasar, lo deseé tanto... —Es gracioso, pero, sin importar todo lo que ha pasado, quiero mantener ese lado de mí y pedirte esto formalmente ¿Qué dices? ¿Aceptas? ¿Puedo ser tu novio oficialmente? —Aarón continuó conmoviéndome con sus palabras, estaba ansiosa por responder a todo—Aunque no lo creas, me siento como si fueras a rechazarme, pero lo guardé por tanto tiempo... ah, se siente bien decirlo.

—¿Bromeas? No voy a rechazarte, sí, me encantas, y no puedo creer que esto esté sucediendo.

—Estoy tan feliz.

Me emocioné demasiado, Aarón y yo nos besamos. No puedo creerlo, sucedió, por fin sucedió.

La vida que siempre quise tener, fue la de una chica normal, junto a mi padre, mis amigos, llena de amor y proyectos en mente, quería fijar pequeñas metas para lograrlas poco a poco. Y aunque me aferré con todas mis fuerzas a conseguirlo, aunque ignoré una y otra vez mi magia y cualquier cosa fuera de lo considerado "normal", mi destino fue inevitable.

Sin embargo; Aarón y yo estamos aquí, juntos, amándonos, a pesar de todo.

Aunque esta vida no es la que deseé tener en el pasado, se ha convertido en la vida que decido tener. Una vida sin fin, una historia que continuará escribiéndose día con día, durante una eternidad.

¿Y qué si ya no es lo mismo que antes? Lo superamos todo, eso es lo que importa.

Escuché que algo tronó, el ruido nos asustó a ambos e hizo que nos separáramos. Inmediatamente me recargó sobre su pecho.

Me di cuenta, él no me soltaba, ¿acaso vio algo que yo no?

—¿Fui yo? —le pregunté. Lo que sea que haya roto seguramente no era agradable de ver.

De pronto, reconocí el olor de la sangre de Nelly. ¿Le hice daño? Aarón me apretaba contra su pecho, yo sólo pude abrazarlo, tenía miedo de no poder soportarlo.

A pesar de que estaba acostumbrada a beber sangre, en esta ocasión acababa de ser convertida otra vez, así que la sed aumentaba teniendo cerca a Nelly.

—¿Estás bien? Tranquila.

—Aarón, ¿qué pasa? ¿por qué mi magia sigue causando problemas ahora? Es como volver al pasado.

—No es nada, sólo se asustó. Te diré algo. —Aarón agarró lo que parecía ser una manta. —Hay que recostarnos un momento, más tarde podemos ir a buscarte algo de... tú sabes. —Él se sentó en el sillón.

—¿Cómo piensas hacer eso? —Me fui a sentar a su lado.

—Alice, ella dormirá tarde o temprano.

—Tienes razón. Estoy tan... frustrada.

Aarón me envolvió con la manta y luego nos acomodamos de forma que quedé recostada sobre su pecho, él me rodeó con su brazo. Abrazarlo me reconfortó, me recordaba a aquellos días en los que me ayudaba a terminar con mis pesadillas.

—Aunque, estando de esta manera, preferiría quedarme aquí todo el tiempo.

—Qué forma de llevar tu inmortalidad.

—A la mierda el poder, yo te quiero a ti.

—Aarón... —Escuché la voz de Nelly, inmediatamente cerré los ojos, simulando dormir. Él me apretaba un poco contra él.

—No hay problema, ella ya está durmiendo. Puedes sentarte si quieres.

—¿Se encuentra bien? —Oí la preocupación en su voz.

—Espero que comprendas que tiene mucho estrés últimamente. La verdad sólo venimos por unos días. El rodaje de la película sigue, pero ahora que lo extendieron decidieron darnos unas vacaciones.

—¿Lo extendieron? ¿Por qué?

—Ha habido algunas dificultades con el elenco, pero no es mucho de qué preocuparse. Alice no puede hablar sobre eso, tiene un contrato, recuérdalo.

—Ya entiendo todo... ¡Qué tonta! Debió decirme que me calle y ya, como sea, estoy feliz de verlos juntos. —Se quedó en silencio. —Fue lo que siempre quisimos.

—¿Quisimos? —Preguntó Aarón.

La misma pregunta corría por mi mente. Me dio impotencia no poder consolarla en todo este tiempo, ella pasó por mucho dolor al perder a Tate, y nosotros nos fuimos dejándola sola.

No debí tratarla tan mal.

Perdóname Nelly, recibí mi karma por haberme ido.

—¿Crees que él pueda perdonarme? —la oí preguntando.

—¿Por qué dices eso?

—Por... —le costó trabajo continuar hablando, parecía que quería llorar y lo estaba conteniendo—continuar con mi vida. —Finalmente empezó a llorar.

—Nelly, no tiene nada de malo querer continuar.

—Lo sé, lo sé, es sólo que... No debería decir esto. Lo siento.

—Está bien, no podemos esquivar el tema para siempre. Sé feliz, es todo. Estoy seguro de que a Tate le encantaría saber que estás bien.

—Ustedes también eran parte importante en su vida, recuérdalo.

—Claro.

Nelly se quedó en silencio por un buen rato, pero era evidente que seguía ahí, el olor de su sangre la delataba, así que no podía abrir los ojos otra vez. Aarón también estaba callado, me preocupaba que estuviera incómodo por hablar de Tate.

—No te culpes por eso. —Aarón intentó consolarla.

—Gracias...

—¿Por qué me agradeces?

—Por volver.

—No creíste que te olvidaríamos, ¿o sí?

—Te abrazaría, pero sería extraño... —ambos rieron—Salgamos mañana, los tres. Vamos a donde ustedes quieran.

—Me parece bien.

Ella se fue, podía oír sus pasos, y el olor poco a poco era menos fuerte. Aarón se quedó acariciándome el brazo, sin decir nada más.

—¿Lloró? —intenté hacer conversación.

—Vamos a cazar.

Él no tenía ganas de hablar, me lamenté a pesar de no tener la culpa de que hayan conversado sobre eso, pero a pesar del tiempo, se seguía sintiendo el vacío al recordar a Tate.

Esperamos en completo silencio, y en cuanto Nelly se quedó dormida, salimos a conseguir algo de sangre.

Incluso estando afuera, buscando víctimas que me alimenten, hay miedo dentro de mí. No se siente como un final, ni tampoco como un comienzo. Es... más bien, algo inconcluso para mí.

Intenté saciar mi miedo con el sabor de la sangre.

¿Por qué pasaría algo malo? Lo controlamos todo. En dado caso de que Dylan aparezca, sólo será cuestión de borrar su memoria también.

¡Claro! ¿Cómo no lo pensé antes? Tardé en darme cuenta de que podía seguir utilizando mi magia para eso.

Rápidamente la sangre de mis víctimas tomaba un sabor satisfactorio. La preocupación desapareció, tuve la mejor idea de un momento a otro.

¿Y qué si no podemos vencerlos a todos? Al menos puedo hacer que se olviden de mí y me dejen tranquila. ¡Sí! Soy capaz de acabar con todos, aunque se convierta en un deseo egoísta y cruel. Pensé.

No debería pensar en su bienestar, ellos me jodieron la vida.

—Alice... —Aarón me habló.

—Oh, —volteé a verlo, dejando caer a al suelo a mi última víctima. —lo siento, estaba perdida en mis pensamientos.

—Volvamos a casa. —Me agarró el brazo.

—¿Por qué?

—Creo que alguien nos sigue.

—No te preocupes, tengo un plan.

Me apresuré a sacar mi varita del bolsillo para contarle mi nuevo plan, pero no la sentí. Aarón estaba atento a mí, esperando, pero al percatarme de que no la traía comencé a angustiarme.

—No está.

—Buenas noches. —Una chica de cabello rubio, con ojos verdes brillantes, cayó de uno de los techos justo a nuestro lado. Mi cuerpo saltó reaccionando, preparándose para atacar.

—¿Miranda? —Dijo Aarón, confundido.

—¿Dónde está Beth? —Ella lo jaló de la camisa.

—¿Por qué insinúas que lo sabemos? —Aarón se soltó.

—No me hagas perder la paciencia, no les gustará lo que haré.

—No te tengo miedo—respondí.

—¿No? Creí haberte visto temblar.

—Miranda, por favor, no lo sab...

De repente, ella lo aventó, vi cómo el cuerpo de Aarón se adentraba entre el bosque oscuro. Corrí sin pensarlo, ella hizo lo mismo. Sin embargo; fue más rápida que yo.

—Qué gracioso, no sabes quién soy, ni lo que soy capaz de hacer. —Se dirigió a mí, retándome con la mirada.

—No me importa quién seas —respondí molesta.

En cuanto Aarón cayó al suelo, ella ya estaba agarrando su ropa y jalándolo para levantarlo. Me apresuré a quitarle las manos de encima para evitar que le hiciera algo más, de pronto vi un cuerpo atravesándose en mi camino. Esa persona la sacó volando hacia uno de los árboles más altos y la mantuvo ahí. Cuando volteé a mirar quién era, se trataba de Dylan.

Aarón estaba a salvo, vino conmigo y ambos retrocedimos, como si supiéramos lo que el otro estaba pensando (Nos unió el temor de que él nos encontrara).

Dije que no importaría, que les borraría la memoria a todos. Pero creí que tendría más tiempo que esto. Ni siquiera traía conmigo la varita.

—Ni se te ocurra, ¿sabes lo cerca que estamos de ese lugar?, ¿qué crees que pasaría si te llevo a visitarlos? —Le dijo Dylan a ella.

—¿Por cuánto tiempo usarás eso para escudarte?

—Podemos darle fin a esto si es lo que prefieres.

No entendí nada de lo que le dijo, sin embargo; ella se fue de ahí tan rápido que ni siquiera pude ver la expresión en su rostro. Sea lo que sea que él haya usado para amenazarla, funcionó.

¿Es momento de huir? ¿Por qué no estamos huyendo? Me pregunté.

—Nos alcanzará si lo intentamos. —La voz de Aarón retumbó en mi cabeza, como si estuviera de alguna manera... Leyendo sus pensamientos. Me desconcertó. ¿Siempre pudimos hacer eso?

—No se muevan. —Advirtió Dylan. Como si él también fuera capaz de leer nuestros pensamientos —¿Fueron ustedes?, ¿no?

Sentí la sentencia cayendo sobre mí. Él nos descubrió mucho más rápido de lo que creí. Mi plan se arruinó, ¿cómo voy a convertirlo si no tengo la varita? Necesito tiempo.

—¿Cómo nos encontraste? —Respondí, evadiendo su pregunta.

—¿Creíste que podrían irse sin dejar ni un rastro? —No le respondí—Alice—Dylan se acercó rápidamente a mí—¡No sabes el daño que están haciendo con esto! Por favor, dime dónde está.

—¿No vas a amenazarnos? —Me sorprendió que me tocara los hombros sin intentar atacarme —Es ella la que hace el daño.

—Escúchame, sé que piensas, que estás haciendo lo correcto, que Beth... —sacudió la cabeza—se lo merece, pero, no es así. Alice —Dylan me miraba directo al alma—Ayúdame, te lo suplico.

Me conmovió... nuevamente, una parte de mí quería creer en sus palabras, y la otra me odiaba fuertemente por eso. Dylan siempre le ayudó a hacernos la vida imposible, y aun así yo seguía sintiendo al verlo, que era sincero conmigo.

Me traicionó, no puedo seguir teniéndole piedad.

—¿No dijiste que no somos amigos? —lo alejé de mí con brusquedad. —Si nunca conté con tu apoyo, ¿por qué crees que quiero ayudarte?

—Estoy desesperado. No me responde, algo malo pasó, estoy seguro.

—¿A qué te refieres? —Hubo un silencio largo, me molesté porque de sólo verlo podía empatizar con su angustia, nunca antes lo vi así. Es cierto, me traicionó una y otra vez, pero lo hizo porque estaba enamorado de ella, porque estaba acostumbrado a complacerla —Déjala ir, también es sano para ti hacerlo. —Hice el intento de aconsejarlo.

—No lo entiendes... —Dylan caminaba de un lado a otro, completamente ansioso y frustrado.

—Alice, creo que deberíamos decirle la verdad —dijo Aarón, de nuevo su voz entre mis pensamientos.

—¿Perdiste la cabeza? —pensé, intentando responderle.

—¡No! Pero él sí. —me escuchó, él respondió a mi pensamiento. Quedé completamente en shock al confirmarlo.

—Que sufra, él no se detuvo con nosotros. —volví a responderle.

—Alice, te lo pido de rodillas, necesito encontrarla. Ella es más rápida que yo. —Dylan volvió a rogarme.

—¿Quién? ¿Te refieres a la chica que estuvo aquí? —Siempre tuve dudas sobre la vida de Beth, aún hasta este instante, sigo llena de preguntas que no han sido respondidas. Dylan sufre, está dispuesto a todo, tal vez esta es la oportunidad perfecta para descubrir las razones por las cuales nos han condenado a esto—Está bien, si respondes todas mis preguntas, sin excepción, te llevaré con Beth. —como un pequeño niño, se alegró cuando acepté darle lo que quería—Pero debes cumplir con tu palabra ¿Puedo confiar en ti una vez más?

—Lo prometo.

—No entiendo por qué estás tan obsesionado con ella. —¿Lo llevo o no? —Está bien, te llevaremos. —Decidí confiar por última vez en él. —Pero por favor, no más trampas.

—Sólo quiero verla y ya. —Me tenía harta con el tema. Siempre fue Beth, sólo importaba ella y sus deseos. Deseé ver cómo su rostro iba a cambiar al verla sin recordar ni un poco. Tal vez de esa forma podría recapacitar.

—Como sea, vámonos.

Avanzamos rápido, alejados uno del otro, cuidando nuestro alrededor, vigilando que ella no estuviese siguiéndonos.

Se arruinó el plan de escape perfecto. Ni siquiera entiendo cómo nos encontró Dylan, y mucho menos esa chica también. Todo pasó tan rápido...

Me detuve antes de llegar, y nos escondimos tras un arbusto. Dylan no dejaba de mirarme, como si esperara algo más.

—¿Qué esperas? —Preguntó Dylan.

—Es aquí. —Le respondí.

—¿Estás bromeando? —Se exaltó—Este lugar está lleno de mortales, Beth ya habría acabado con todos.

—No lo creo, ella no podría dañar a nadie en ese estado—dijo Aarón.

—¿Ese estado?

—Dylan, es lo mejor para ella, piénsalo un poco. —Traté de anticipar el consejo antes de darle la noticia.

—¿Qué le hicieron?

—¡Violet! ¡Espera!

Todos volteamos al oír esa voz femenina gritando, se trataba de Jessica, estaba persiguiendo a Beth. La vimos pararse frente a la puerta de uno de los vecinos, ella sonreía, preparándose para tocar el timbre.

—¿Violet? —Me miró confundido al preguntármelo.

—Creo que... así se llama —encogí los hombros.

—No lo entiendo, sigue sin responder.

—¿Intentas hablarle con el pensamiento acaso?

—No seas ridícula.

—Dylan, prometiste decir la verdad ¿Te preocupa morir? Mientras sigas vivo ella podrá ser feliz, como cualquier persona lo merece, ¿no lo prefieres?

—Si lo sabes dime, ¿por qué no me está buscando? ¿qué hace en este lugar? —Dylan hablaba muy rápido, se veía impaciente.

—No recuerda nada—ya no pude soportarlo, en cuanto lo dije, él se paralizó—p-pero, no te preocupes, Jessica va a cuidarla y, además, es mortal. —estaba inmóvil, con la mirada clavada en Beth. —Dylan, no puedo revertir lo que hice, déjala llevar una vida normal. Es lo mejor.

—¿No recuerda... nada? —Me preguntó, aún sin voltear a verme.

A Beth le abrieron la puerta, dentro de la casa se encontraba un hombre, y justo Jessica llegando a abrazarla.

—Lo siento, es mi prima, pero no recuerda muchas cosas ¡No volverá a suceder! —dijo Jess, mientras escoltaba de vuelta a casa a Beth, le habló al oído así que no entendí nada de lo que dijo después.

—Ya te lo dije, quiero que sea mi amigo—respondió Beth.

—No sobre nosotros, ni sobre ese mundo lleno de magia e inmortalidad. Si quieres puedes cuidarla, pero no te acerques más—le respondí a Dylan.

—¿Viste cómo le sonrió?

—Dylan... Entiendo cómo te sientes, pero no le insistas, eres libre ahora—me acerqué a tocar su hombro.

—Aarón, ¿me morderías? —Preguntó, volteando hacia nosotros.

—¿Perdón? —Aarón le respondió.

—¡¿Qué?! —Pregunté yo.

—No quiero ser parte de ese mundo tampoco. Para ser sincero estoy, agradecido de que la hayan liberado de sus propios pensamientos. Ahora estoy seguro de que no me necesita más. Quiero llevar una vida tranquila, ya no quiero ser inmortal, no tengo razones para volver a esa mansión. Yo, en serio, quiero que me disculpen por todo el daño que causé, no era mi intención, ya no hay órdenes qué seguir, supongo que ahora todos somos libres.

¿Esto es real? ¿en serio está renunciando a todo?

—Hace un rato dijiste que temías que la encontrara ella. ¿Estás seguro de lo que dices?

—Es cierto, debemos irnos de aquí antes de que nos encuentre.

—No confío en ti. —interrumpió Aarón.

—Aarón...

—¡No! —Gritó—si quiere que creamos debe demostrarlo ¿Estás dispuesto a convertirte? Suena como si intentaras tendernos una trampa.

—¿Por qué mentiría con eso?

—¿En serio quieres esto? ¿Por qué dejarías tu inmortalidad a un lado? —Aarón empezó a retarlo.

—Adelante, no me moveré, muérdeme.

—Aarón, tenemos que irnos... —me entrometí para que dejaran de pelear.

—Voy a disfrutarlo, en serio —le respondió a Dylan, ignorando lo que dije.

Lo vi morderle el cuello, justo frente a mí.

Dylan no intentó moverse ni un poco. ¿Es una ilusión?

¿Es tan débil sin ella?

Dylan cayó al suelo, tenía la mirada perdida en el suelo, mientras que Aarón, estaba sorprendido, totalmente en shock.

Me acerqué a tocarle el brazo e inmediatamente reaccionó.

—Creí que iba a moverse... Dylan, lo siento mucho, creo que te lastimé.

—No te disculpes, idiota. —Se rio ligeramente—me lo merezco.

—Dylan, pero... ¿Qué harás ahora? ¿al menos tienes un plan? —le pregunté.

De pronto, vi unas manos abrazando a Dylan, viniendo desde atrás suyo. Esas uñas largas de color negro eran impresionantes por su tamaño. Pero... ¿de dónde demonios salieron? No veía nada más.

Aarón no se dio cuenta de esas extrañas manos sobre el pecho de Dylan, me le quedé viendo y toqué su hombro para que volteara.

De pronto escuché a Dylan gritando, Miranda estaba jalándole el cuello hacia atrás, sosteniéndolo con la otra mano.

—Qué interesante, ahora hueles delicioso —ella le hablaba al oído, casi gimiendo.

Fue un error que Aarón lo convirtiera en un lugar donde seguíamos en peligro. Fuimos tontos, ella obviamente iba a seguirnos. Pero al menos Beth no estaba afuera de la casa. Aún podíamos ocultarla.

—¿Por qué no me dejas terminar con esto ahora? —le dijo a Dylan.

—Tienes que parar, Miranda, ¡Basta! —Dylan empezó a suplicar, sentía el miedo en su mirada. —Por favor.

—Ahora me temes... Podemos negociar si quieres que me detenga.

—¿Si te doy lo que quieres vas a detenerte?

—Averigüémoslo...

Ella comenzó a asfixiarlo apretando su cuello.

—¡Ya basta! —gritó Aarón, mientras corría a defenderlo.

Eso fue inesperado, inmediatamente corrí a ayudarle también.

Aarón estaba intentando quitarla de encima, eso la enfureció. Rápidamente corrí a pararme detrás de ella y la jalé con fuerza. Dylan logró zafarse, y los vi a ambos corriendo. Ella me golpeó con su codo. Yo no quería pelear, sólo quería huir, así que corrí tras ellos. Grité del dolor cuando sentí sus uñas largas encajándose en mi brazo, comencé a enojarme, así que me di la vuelta y la detuve con ambas manos. Ella me agarró también, apretando mis hombros con fuerza. Sus uñas se hundían en mi piel, pero mis manos quemaban su piel. Me impresioné al verlo, como siempre, mi magia actuaba en alguna clase de autodefensa. Miranda me soltó, y aproveché para patearla con fuerza y correr.

Corrí tan rápido como pude, Aarón traía a Dylan sobre su espalda, todo pasó tan rápido que no me di cuenta de la herida que ella le dejó, su ropa estaba cubriéndose de sangre.

—¿Alice? ¿estás bien? —me preguntó Dylan.

—No preguntes tonterías, eres tú el que podría morir.

—Les agradezco a ambos.

—No es momento para esto.

Cuando volteé hacia atrás no la vi cerca nuestro, me alivié un poco, pero continuamos nuestro camino con precaución.

Me siento mal de no haberlo ayudado antes de que resultara herido. Seguramente Beth debe estar muy asustada con todo el dolor que su cuerpo está sintiendo.

Llegamos de vuelta a casa y entramos forzando la puerta.

Estando a salvo, Aarón bajó a Dylan y lo recostó en uno de los sillones.

Por suerte Nelly no estaba en casa.

Aarón se me quedó viendo, parecía asustado.

—Alice... Estás llena de sangre.

Cuando me miré, había sangre cayendo al suelo. Miré a Dylan, herido y cansado en el sillón.

Al observar sus manos ensangrentadas, él las dejó caer al mismo tiempo que suspiró, y algo se movió a su lado.

Mi varita estuvo todo este tiempo en el sillón... pero ¿cómo llegó ahí?

Comencé a recordarlo, horas atrás Aarón y yo nos recostamos juntos en ese mismo sillón, posiblemente se salió de mi bolsillo. Me alivié al verla. Debería tener más cuidado con eso, pensé.

—No importa, puedo sanarme—Fui corriendo a buscar ropa, y tomé una playera grande para ponérsela a Dylan y luego agarré mi varita para sanarnos a ambos—¿Se puede saber por qué esta mujer nos acosa? —le pregunté—Dylan, no quiero más juegos, sé directo.

Me senté con molestia en el sillón, él se estaba quitando la camisa, tenía unos rasguños enormes en la mitad de su espalda, Aarón incluso se cubrió la boca de la impresión.

—Eres un tonto, no debiste pedir tu mortalidad de vuelta, ella casi te mata—empecé a curarme con magia, mientras él, de nuevo evitaba responder—¿No dirás nada otra vez? —Creí haber visto cómo limpió debajo del ojo con su dedo, parecía adolorido—¿Te duele mucho?

—Miranda... —Por fin me respondió, pero hizo una pausa al decir eso, y volví a verlo acercándose la mano al rostro. Si no lloraba por dolor, ¿era tristeza? Sentí que me estaba perdiendo de algo muy importante—¿Te mordió?

—¿Qué?

—¿Ella te mordió? —Repitió su pregunta.

—No...—La intriga me consumía poco a poco—¡¿Qué pasa?!—le grité—¿Por qué preguntas eso? ¡Responde! —Golpeé el sillón.

—Ella robará tus poderes si logra morderte, eso es lo que quiere de Beth.

—¿Por qué querría sus poderes? —Bajé la varita, lo que dijo me asustó.

—Alice, estoy seguro de que sabes que Beth posee más de uno ¿Crees que alguien más podría hacer todo lo que ella hace?

—Creí que eran sólo rumores. —Me cambié de ropa también con magia, ya no tenía más heridas en el cuerpo.

—Es lo que creen todos, pero a ti ya no puedo ocultártelo si lo vives con tus propios ojos. Miranda ya no podrá robarlos, la salvaste.

—¿No es más peligroso? Los matará.

—Ella no va a matarme, y a Beth tampoco, si la mata pierde la oportunidad de obtener sus poderes. Perdónenme por haberlos puesto en peligro, ustedes sí podrían morir.

—¿Cómo puedes pedir perdón por ser salvado? Estaba a punto de matarte.

—Alice, ella vendrá tarde o temprano.

—¿Y ahora qué haremos?

—Necesito que ambos vayan a la segunda mansión.

—¿Nosotros? ¿Eso en serio existe? —No puedo creer que sea verdad ¿Todo lo que Jessica me contó es cierto? —P-pero, logramos huir, no quiero seguir relacionándome con vampiros.

—Subestimas demasiado a Miranda, ella tiene que ser capturada antes de causar un caos. Y sólo ahí podrán ayudarte.

—Entonces volveremos a convertirte, ve tú, así ayudas a Beth y olvidamos todo esto—dijo Aarón.

—¿Le devolverás la memoria? —se inclinó hacia el frente al preguntármelo.

—No puedo—negué con la cabeza. No voy a devolverle sus recuerdos, me matará.

—Miranda continuará hasta descubrir dónde la metieron, sólo hay una forma de acabar con esto. Ella no viene por mí, es por ustedes, de esto depende su vida, o de las personas que los rodean.

—Dylan, no quiero volver a esto, yo decidí alejarme de todo.

—¿Piensas que es opcional?

Tocaron la puerta de la casa, un golpe más fuerte que el otro, pero sin parar de tocar. Se oía la voz de Nelly afuera pidiendo que la dejemos entrar, sonaba desesperada. Aarón le abrió la puerta, ella entró corriendo hasta tropezar con la alfombra, estaba completamente agitada.

—Nelly ¿Qué te pasó, estás bien?

—Chicos, no me lo van a creer, una loca me venía siguiendo, t-tenía el vestido ensangrentado, —comenzó a tartamudear—tuve que dar la vuelta y caminar cerca de otros, me quedé sola hace media cuadra y corrí, ella me venía sonriendo. Nadie más la vio, es aterrador, ¿debería llamar a la policía?

—¿Está afuera? —Preguntó Aarón.

Nos asomamos por la ventana. Parecía una escena salida de una película de terror. Miranda estaba ahí, justo enfrente de la casa, viéndonos, sin borrar la sonrisa del rostro.

Sin importar adónde fuéramos, ella era capaz de alcanzarnos. Nelly estaba junto a mí, llena de angustia, tecleando en su celular, intentando llamar a la policía.

Quisimos huir, elegir cómo queríamos llevar nuestras vidas, pero al final, seguíamos dentro del infierno.

Le di un abrazo a Aarón, él también se veía resignado. Puse mi rostro sobre su pecho. Tenemos que hacerlo... Sólo así terminará.

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