Bienvenidos sean todos [Pt.2]
El día fue largo, estuvimos grabando algunas escenas cortas. Para mi buena suerte en ninguna de ellas actuaba junto a Dylan otra vez, no por hoy. Todo se volvió más sencillo en cuanto desapareció de mi vista.
Llegó la noche y yo sólo quería ir directamente a dormir. Caminaba hacia mi cuarto, estaba agotada y sola. Alguien me tomó del brazo para hacerme voltear hacia atrás, era Dylan. Este hombre se había vuelto muy molesto.
—Ahora estamos a solas —dijo sonriente.
—Dylan, no quiero hablar contigo. Estoy cansada, quiero irme.
—¡Espera! Será rápido.
—¿Qué es lo que quieres? —respondí intentando soltarme. Me sostuvo igual que antes, me dolía la muñeca por la fuerza que hacía.
—¿Puedo besarte de nuevo? —preguntó tímidamente.
—No, Dylan... —suspiré. Tal vez sólo se trataba de un chico enamorado, no debería ser tan dura con él. Además, somos compañeros de trabajo —Escucha, yo sé que te gustaría que algo más suceda entre nosotros, pero no siento lo mismo por ti, es importante que nos llevemos bien, por eso quiero ser sincera contigo. Lamento si algo que dije o hice te confundió, pero no es mi intención, espero que lo entiendas.
—Ya veo, en todo caso... —me jaló hacia él con mucha fuerza. Se me aceleró el corazón —Tendré que obligarte —dijo entre dientes, su mirada se había vuelto fría y amenazante.
Él me agarró la otra muñeca para que no pudiera huir, estaba tratando de empujarme hacia la pared, me sentí indefensa por un momento, pero no podía permitir que él siguiera haciendo lo que quisiera, así que intenté defenderme, usaba toda mi fuerza para quitármelo de encima. Me sentí asqueada, enojada y con muchas ganas de golpearlo, pero al mismo tiempo tenía miedo porque estaba muy cerca de mí.
De alguna manera debía dejarle en claro que no soy una persona débil y manipulable, que no puede tratarme así.
—¡Dylan te dije que no! —dije con firmeza, apretando los ojos y usando toda mi fuerza para hacer que me soltara.
En ese instante gritó y se alejó de mí. Cuando abrí los ojos, estaba temblando de la impresión, Dylan veía la palma de su mano, parecía asustado. Él volteó a verme furioso, su mano estaba completamente enrojecida, parecía que estaba ardiendo. ¿Había sido yo?
Hice conciencia de lo que acababa de hacer. Sí, quería que se fuera, pero no quería exhibir mi magia frente a él. Por un momento incluso olvidé que podía hacer eso, todo se descontrolaba involuntariamente en momentos así de delicados. ¿Ahora cómo iba a explicar esto? Me metí en un problema. Recargué mi cabeza en la pared, él ya no estaba intentando hacer algo, seguía en shock viendo sus manos.
—¿C-Cómo? —empezó a hablar con dificultad. Volteó a verme y bajó las manos. —No entiendo cómo... —Algo que parecía ser una venda comenzó a asomarse por la manga de su brazo derecho. ¿Estaba herido desde antes? No recuerdo haberlo visto.
—Dylan, ¿qué es eso? —pregunté, aprovechando que podía cambiar de tema y zafarme de la situación; si él estaba herido desde antes podía inventarme una buena excusa.
Se cubrió el brazo inmediatamente, su mirada volvió a ser indiferente y fría, él también estaba simulando que nada de esto había sucedido, no volvió a hablar, sólo me dio la espalda y caminó lejos de mí.
Al ver que ya se había ido, entré a mi habitación y me lancé a la cama, mentiría si dijera que no me afectó utilizar mi magia una vez más y lo justifiqué en mi mente diciendo que fue en defensa propia. Quería pensar que era necesario, que eso me salvó, pero... Inevitablemente pensará que hay algo raro conmigo, seguramente iría a investigarme y no lo sé y, en el peor de los casos se lo contaría a todos. Merecía un golpe, y me hubiera gustado dárselo en lugar de esto, pero ya estaba hecho. No había marcha atrás.
—Alice, ¿estás ahí? —se escuchó la voz de Aarón, estaba tocando la puerta. Me limpié las lágrimas, traté de relajarme y me apresuré a abrir.
—¡Aarón! ¡Qué sorpresa! —hice mi mayor intento por sonar agradable.
—¿Sorpresa? Pero si casi todas las noches vengo —se rio. —Mejor di que te alegras de verme —dijo en tono sarcástico.
—Está bien, me alegro de verte —le seguí el juego, su comentario me hizo sentir un poco mejor.
—¿Te pasa algo? Te ves triste. —preguntó mientras se quitaba el suéter.
— ¿Es necesario hablar sobre esto?
—No lo sé, tú dime. ¿Quieres hablarlo? —Aarón se sentó en la cama como acostumbraba hacerlo cada noche. No dudé en ir a recostarme en su brazo, sentía que necesitaba desahogarme, no tenía caso guardármelo. —Sea lo que sea, cuentas conmigo, Alice, ¿puedo ayudarte con algo? —preguntó mientras acariciaba mi cabello con sus dedos.
—Dylan...
—¿Volvió a molestarte? Ese chico no me agrada ni un poco —interrumpió.
—Aarón, ¿recuerdas el día que... nos amenazaron? Antes de venir aquí. No quiero que te sientas mal por esto, pero tienes que saberlo. El tipo que quiso tocarme, salió corriendo de miedo porque... —se me hacía difícil emitir las palabras, sentía que iba a quebrar en llanto una vez más, y estaba evitándolo.
—¿Qué sucedió? —preguntó en una voz suave, tranquilizadora.
—Yo fui la causante, le hice daño, Aarón —la culpa me estaba invadiendo, se suponía que se sintiera bien hacerle daño a las personas que hacían el mal, pero no lo controlo y eso me asusta mucho, de nuevo, podía sentir las lágrimas caer por mi rostro. —No te lo había dicho, mi padre repetía constantemente que mi magia era algo sublime para él, jamás entendí de lo que estaba hablando hasta que crecí. Creo que siempre quiso protegerme de mí misma, y también creo que eso fue la causa verdadera de la pelea entre mis padres. Conforme avanzaron los años mi magia se descontroló, se mezclaba con mis emociones y algunas veces causaba destrozos. En aquel entonces casi acababa de comenzar mi relación con William, él fue testigo de uno de esos destrozos, creí... Que no lo juzgaría y al principio parecía ser así, él intentó ayudarme a equilibrarlos, pero después se dio cuenta de que era mejor aprovecharlos y cambió su actitud, me exigía que usara mis poderes para beneficiarlo con cosas materiales. Con el tiempo empezó a pedirme que hiciera daño a otras personas y después de eso mis poderes se bloquearon, era como si se opusieran a dañar a las personas, en el fondo eso me alegraba, y William se molestó, él pensaba que lo hacía porque no quería ayudarlo, después de eso se volvió un problema, no dejó de acosarme y hacerme la vida imposible todo el tiempo —Aarón me abrazó sin decir nada todavía. —Mis poderes volvían a destrozar cada vez que yo me sentía presionada. Y ese día no fue una excepción, sin pensarlo quemé el brazo de ese hombre, seguramente no te habías preguntado por qué él tenía esa expresión en el rostro, pero yo la recuerdo. Me hizo sentir como un monstruo. Acabo de cometer un error, quise defenderme de Dylan, pero de nuevo —no podía seguir hablando claramente, mi llanto lo estaba impidiendo. —Aarón, no sé cómo detener esto, no sé por qué sucede, ni siquiera debería pasar algo si no utilizo mi varita, no sé por qué soy así, estoy asustada —decidí no decir nada más, sólo quería llorar y abrazarlo.
—Entonces... ¿Ahora Dylan lo sabe? —preguntó en un tono muy calmado mientras me rodeaba con sus brazos. —Lamento que esto sucediera.
Se acomodó, me dejó llorar sobre su hombro sin preguntar nada más, y sólo se limitó a cobijarse conmigo y abrazarme. Eso me gustaba mucho de él, respetaba a los demás sin juzgarlos, siempre decía que quería ponerse en su lugar y comprender la situación.
Al poco rato se quedó dormido, yo también estaba cansada así que cerré los ojos, disponiéndome a descansar, quería dormir tranquila confiando en que Dylan dejaría pasar lo sucedido, después de todo él era escéptico a todo esto.
Cuando desperté, Aarón ya no estaba a mi lado, supuse que había salido a desayunar, así que me levanté para ir yo también. Iba saliendo de la habitación, pero mientras caminaba por el largo pasillo me percaté de un sonido extraño proveniente del lado de enfrente, el ruido me asustó y sin pensarlo mucho terminé escondiéndome detrás de un pilar. Al prestar más atención noté que se trataba de algo que parecía ser un gemido. La curiosidad me estaba invadiendo y decidí asomarme un poco.
Beth estaba contra la pared, abrazando con sus piernas a Aarón mientras se besaban. Definitivamente no esperaba ver algo así (y definitivamente no quería), mucho menos acabando de despertar, y tampoco en un lugar donde cualquiera pudiera observarlos. Era desagradable, jamás había visto a Aarón comportándose de esa forma y eso fue lo más triste. Al ver esto sólo podía confirmar mis propios pensamientos; él nunca habló en serio sobre terminar su relación, y no lo culpo, aparentemente era muy feliz con ella.
De una manera brusca, Aarón trató de separarse de ella y la detuvo un momento, parecía que estaba diciéndole algo. Ellos entraron a uno de los cuartos y todo el pasillo se quedó completamente en silencio, me quedé parada tratando de asimilar lo que acababa de ver.
Fue duro presenciarlo por mis sentimientos hacia Aarón, pero tuve que tragarme los celos una vez más, para terminar aceptándolo de una buena vez. «Beth siempre ha sido una mejor opción, aunque me duela pensar en eso».
Seguí mi camino sin rumbo fijo, simplemente quería irme de ahí y distraerme un poco antes de la grabación, me estaba sintiendo sola, podía sentir mis lágrimas queriendo escaparse. Todo era tan silencioso que daba miedo.
Escuché una puerta azotándose con mucha fuerza, el ruido me hizo saltar e inmediatamente volteé para ver de dónde provenía, Beth caminaba rápidamente por el pasillo de enfrente, sus tacones sonaban por todo el sitio, se veía molesta. En ese momento hizo contacto visual conmigo, fue tan penetrante su mirada que no pude evitar evadirla.
A los pocos segundos Aarón salió del cuarto y recargó ambos brazos sobre el balcón, estaba cubriéndose el rostro. Tuve la necesidad de ir a preguntarle si todo estaba bien, así que comencé a acercarme. «Todavía no comprendo por qué cambiaron las cosas tan drásticamente de un segundo a otro» pensaba, mientras me apresuraba a llegar a él. Estaba a pocos pasos, no sabía cómo acercarme, o qué decirle, porque todavía no se percataba de mi presencia.
—Aarón... ¿Estás bien? —pregunté con inseguridad, en ese momento él volteó a verme, y se acercó un poco.
—No creí que iba a tomarlo tan mal —suspiró con fuerza.
—¿De qué hablas? —pregunté. Fingiendo que no vi todo lo que estaba pasando.
—Terminé con ella —respondió directamente.
Quería decirle algo más, pero... Aunque sonara egoísta, de alguna u otra forma escuchar eso me causó un poco de felicidad. Aun así, no quería decir algo imprudente.
—Lamento mucho que se haya enojado. Sé que intentaste hacerlo de la mejor manera posible. ¿Qué te dijo ella?
—Ya no importa, tarde o temprano tendrá que aceptarlo —comenzó a acercarse a mí. —se terminó, Alice. ¿Puedes creerlo? Después de tanto tiempo —sonrió, no parecía estar para nada triste por su ruptura, la deseaba más de lo que aparentaba. —Me siento mucho más tranquilo —me dio un abrazo.
Correspondí su abrazo, pero esa imagen en mi cabeza de ellos casi teniendo sexo frente a mí no podía borrarla con tanta facilidad, se sentía incómodo y todo era muy confuso, no terminaba de analizar la situación todavía.
—¡Alice! —escuché un grito, ambos nos soltamos al instante —¿Qué te sucede? Estamos esperándote para grabar —Dylan se acercó a mí molesto y me tomó del brazo —ven acá.
—No —protesté. —Todavía hace falta para comenzar, ni siquiera he desayunado —hice que me soltara.
—¿No te lo dijeron? La escena de hoy cambió —lo miré extrañada. —No me veas así, yo no decido las cosas aquí. Ven conmigo, por favor —habló más tranquilo.
—¿Puedes esperar un momento? —pregunté, sin ánimos de pelear.
—¡Oh, vamos! —respondió quejándose —ya te dije que yo no tomo las decisiones, tienes que acompañarme, ahora —cruzó sus brazos.
Sin esperanzas decidí seguirlo, de cualquier forma, no me dejará en paz.
Antes de entrar al set de grabación, la líder del equipo de maquillaje y peinado, me hizo acompañarla. En otras ocasiones había sido todo muy rápido, pero ésta vez, mi rostro lucía prácticamente perfecto con este maquillaje, mi piel estaba completamente lisa y mi cabello recogido en una cola de caballo. Cuando me dieron el vestuario pensé que era incorrecto, el vestido que iba a usar era rojo y largo, como de gala, cubría por completo mis pies, me veía muy diferente frente al espejo.
Aarón entró en ese momento al camerino y me miró asombrado.
—Wooow, Alice, ¡luces grandiosa!
—Gracias —sonreí un poco.
—¿Qué sucede? ¿Te sientes incómoda?
—No... es sólo que no sé por qué me arreglaron así. Se suponía que la escena de hoy sería algo en el bosque. ¿No es inapropiado?
—¿No has ido a preguntar? Quizá ha cambiado. En este lugar no son muy organizados... Ni siquiera has podido desayunar, ¿quieres que te traiga algo?
—Estoy bien así, puedo aguantar un poco.
Dylan entró, y aventó una parte de lo que parecía ser el libreto sobre el tocador.
—Memorízalo, la grabación comienza en 15 minutos —exigió con nada de tacto.
—¿Disculpa? ¿Qué no hay reglas en este lugar? Parece que nadie respeta mi tiempo —respondí molesta.
—A nadie le importa tu tiempo—volteó a ver a Aarón con desprecio—¿Y tú? ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar con Beth pasando el rato? —Preguntó directamente, sin titubear, y enseguida soltó una risa. —Es verdad, la dejaste para estar con Alice —se volvió a carcajear, mientras Aarón contenía su enojo respirando hondo. —Está bien, no te culpo... Beth es tentadora, pero es más tentador tener a Alice tan cerca. ¿También se te acelera el corazón? Dime... ¿Se siente bien? —se acercó a Aarón, retándolo con la mirada, y él respondió lanzando un golpe que enseguida Dylan detuvo. —Deberías ir afuera a esperar, si no conoces la salida yo puedo acompañarte —amenazó a Aarón, acercándose cada vez más a él.
—No me iré. ¿Cómo voy a dejarla a solas contigo sabiendo que la acosas?
—A nadie le agradan los entrometidos —dijo entre dientes, mientras lo aventaba al suelo.
—¡Basta! Dylan, tienes que dejarlo en paz —me acerqué intentando alejarlo. Aarón se levantó, dispuesto a pelear con él. —¡Espera! Por favor —estiré mi mano hacia él. —No peleen., Aarón, voy a estar bien, puedes ir afuera —lo miré suplicando.
Aarón se sacudió los brazos, y sin decir nada más salió de ahí.
—Me encanta que me agarres del brazo —dijo Dylan, sonriendo satisfecho.
Inmediatamente lo solté y me fui a sentar frente al tocador, buscando algo que hacer para distraerme.
—Si vas a tener un novio que no sea yo, deberías asegurarte al menos de que sea alguien fuerte. ¿Cómo vas a estar con una persona que no puede defenderse?
—¿Crees que necesito a alguien que me proteja?
—No—se rio,—él será quien necesite a alguien que lo defienda.
—¿Qué?
Dylan comenzó a acercarse a mi espalda y se agachó, viéndome por el espejo, puso su cabeza cerca de mi oído y respiró hondo antes de hablar.
—El amor es lindo, ¿no? —hizo una pausa. —Pero también es una debilidad... Fuiste capaz de echarlo de aquí, sólo para que yo no le hiciera daño. En el fondo temes que no logre defenderse —soltó una risa y se alejó.
—¡Basta! —me levanté con la intención de golpearle la cara.
De pronto escuchamos a alguien llamándonos. Al parecer teníamos que salir a grabar. Por suerte ellos me salvaron de que Dylan siguiera hablándome.
Íbamos caminando por el pasillo, yo veía rápidamente el guion que me había dado para memorizarlo un poco. Me era difícil concentrarme, pero por lo que entendí estaba leyendo la escena final «donde supuestamente el "perfecto" vampiro decide convertir a su novia para vivir juntos por siempre». ¡Qué escena tan graciosa! De verdad... como si esas cosas pasaran.
Todos estábamos listos al parecer, nos paramos en medio del set, había un quiosco adornado y nosotros debíamos pararnos justo en medio, las luces apuntaban directamente hacia nosotros, y alrededor sólo podía ver muchas flores. Tenía que admitir que los escenarios de esta película eran muy bonitos.
La escena comenzó, al igual que nuestra actuación.
—¿Estás segura de que quieres hacerlo? No podrás revertirlo nunca —preguntó, comenzando su diálogo.
—Sólo quiero estar a tu lado... —respondí yendo a abrazarlo.
—Todavía no estoy seguro de que esta sea la manera —me alejó de él un poco para verme a los ojos.
—Ya sé que es doloroso, me lo has dicho, pero es lo que quiero. ¡No hay nada que quiera más que esto! Por favor, hazlo ya —grité suplicando.
Dylan se acercó con rapidez a mi cuello con toda la intención de morderlo. Sabía que era parte de la escena, pero me asusté un poco al sentirlo invadiendo mi espacio de esa manera e intenté no hacerlo notar para no arruinar la toma.
Él fingió que me estaba mordiendo, y después de eso todo se arruinó por completo. No supe cómo hacer para actuarlo, sucedió muy rápido, me quedé inmóvil en todas y cada una de las escenas que repetimos debido a mi error constante. Estaba cansada, pero no dejábamos de repetir la escena por mi culpa.
Me dieron un descanso de cinco minutos antes de volver a grabar, así que me senté, tomé un poco de agua y enseguida Aarón estaba parado a mi lado.
—¿Todo bien? —preguntó.
—Creo que no soy tan buena actriz. No puedo creer que me cueste tanto trabajo actuar una "transformación" —respondí frustrada.
—Tal vez sólo estás bloqueada. Puedes concentrarte —tocó mi hombro y lo apretó tratando de darme ánimos.
Beth estaba enfrente junto a Dylan. «¿Desde cuándo esos dos son tan unidos?» me pregunté. Aarón me estaba diciendo otras cosas, pero no logré escucharlas porque eso me distrajo mucho. El director me estaba haciendo una seña a lo lejos para que me acercara a grabar de nuevo, y con mucha resignación me levanté y caminé hacia allá.
—Dylan... —le hablé antes de que empezaran a grabar, —creo que no me siento bien, ¿puedes ayudarme a posponer esta escena?
—No te preocupes Alice, no tendrás que repetirla otra vez —me sonrió.
Una vez más empezaron a grabar.
—¿Estás segura de que quieres hacerlo? No podrás revertirlo nunca. —preguntó, comenzando su diálogo nuevamente.
—Sólo quiero estar a tu lado... —respondí yendo a abrazarlo.
—Todavía no estoy seguro de que esta sea la manera —me alejó de él un poco para verme a los ojos.
—Ya sé que es doloroso, me lo has dicho, pero es lo que quiero. ¡No hay nada que quiera más que esto! Por favor, hazlo ya —grité suplicando.
Dylan se apresuró a morderme, ya no tenía miedo, lo habíamos estado repitiendo mucho. Pero ahora sentía presión, no quería volver a arruinar la escena, cerré los ojos haciendo el intento de concentrarme. A diferencia de las otras veces él me mordió de verdad, lo hizo con mucha fuerza, abrí los ojos de la impresión y dolor que sentí. Me abrazó para que no pudiera alejarme, cada vez era más fuerte el dolor que sentía así que comencé a golpearlo en la espalda con mis manos, pero no se movía ni un poco hacia atrás. Él alejó su rostro de mi cuello, y en ese momento todo se puso borroso a mi alrededor. Me quedé paralizada por unos segundos, resguardando mi cabeza sobre su hombro, era como si todo a mi alrededor se estuviera moviendo, pero no quería mirar.
Ya estaba intuyendo lo que acababa de suceder a pesar del dolor y lo demás síntomas que me estaban invadiendo.
Si lo que pasó por mi mente en ese momento era verdad, eso significaba sólo una cosa: Dylan era un vampiro.
Estaba temblando cobardemente, aferrándome a su cuerpo sólo escuchando su respiración, todo estaba en absoluto silencio, como si fuéramos los únicos en el lugar.
—Alice... —me habló al oído. —¿Qué clase de monstruo eres? —preguntó, mientras me soltaba e intentaba que me alejara de él, pero yo mantuve los ojos cerrados aferrándome a sus brazos.
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