Te Preocupas por Ella

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Te Preocupas por Ella

Malfoy prácticamente corría, no lograba encontrar el camino que habían tomado Pansy y sus acompañantes, le quedaba claro que habían ido tras de Granger pues no dejaron de  observarla el tiempo que estuvieron en la biblioteca y apenas salió fueron tras ella, el mismo se levanto con rapidez para seguirles, pero Madame Prince lo detuvo hasta que acomodara los libros que había ocupado, no le había llevado más de 5 minutos, pero ahora no sabía el rumbo por el que se habían dirigido.

-Piensa Draco, piensa. -Se dijo en voz alta, intentando saber que camino pudieron haber tomado, lo más lógico era que Granger se dirigía a su torre antes de la cena.

El rubio había tomado los pasillos que conducían precisamente a la torre de premios anuales y no la había encontrado en su camino, lo que solo le dejaba la opción que hubiera tomado algún atajo, sin perder más tiempo se aventuro y comenzó a correr de nuevo para  encaminarse a esos pasillos poco conocidos y por tanto solitarios.

No tenía un buen presentimiento de todo eso, la manera en que Pansy le miraba y hablaba con los otros dos, solo quería decir que estaban tramando algo y que seguramente no sería nada bueno.

Por mucho que lo quisiera ocultar tenía miedo, miedo de no llegar a tiempo. Posiblemente en otro tiempo se mantendría al margen, no se metería en problemas que no era suyos, pero todo había cambiado porque estaba cansado de mantenerse indiferente, ya había comprobado que mantenerse insensible  y guardar silencio sin hacer nada, lo hacía igual de culpable, lo convertía en un cómplice mas de las atrocidades.

Ya no podía ser el mudo espectador que permite que el inocente sufra y muera en las bajezas del anonimato, cubierto en la sombras, en las manos de cobardes que se valen de la fuerza para causar daño. Ya no quería ser solo un testigo cobarde incapaz de moverse.

Nunca más quería ver esos ojos pidiendo piedad en la silenciosa suplica de una muerte rápida e indolora. Ya no soportaría una muerte mas manchando su conciencia, ni un rostro mas siguiéndole en sus pesadillas para recordarle que había sido un cobarde.

Corría por esos pasillos de piedra casi tirando a su paso las armaduras que apenas conseguía esquivar, los oídos le zumbaban de la fuerza con la que latía su corazón, sudaba y tenía las manos heladas, pero no se detendría, tenía que encontrarla.

Conforme avanzaba pudo escuchar el eco de unas voces lejanas, se apresuro a buscar el origen de esas voces, pero camino con más sigilo para no delatarse. No sabía claramente que haría, en un momento se sintió un tanto estúpido por estar preocupado por Granger, después de todo ella sabia defenderse sola, pero no podía simplemente permanecer indiferente, muchas cosas habían cambiando entre ellos y de alguna manera le debía su vida.

Quizás su vida no valiera mucho ahora, mucho menos después de haber deseado con todas sus fuerzas morirse para dejar de una buena vez de sufrir, pero el hecho era que queriéndolo o no Granger lo había salvado, lo había cuidado largas semanas en su inconsciencia, estando al pie de su cama controlando sus fiebres, curando su cuerpo maltrecho y afectado por la enfermedad, siendo su enfermera personal.

Se lo debía, así fuera solo para saldar esa deuda y no deberle nada, pero se engañaba a si mismo aferrándose a esas justificaciones, pues en el fondo el intuía que eran otras las razones, pero quizás la más fuerte era que esa Gryffindor que antes había odiado y despreciado era quizás lo único real que le quedaba.

Los días en el colegio eran insoportables, las miradas acusadoras le seguían a cualquier lado que fuera, el desprecio de todo mundo le seguía azotando como latigazos. Pero llegando a la sala común de su torre, podía charlar por largas horas de cualquier cosa con la castaña, podía encontrar a su lado una mirada al fin diferente, quizás no llena de afecto, pero si impregnada de comprensión, de compañerismo. Solo en ese lugar no se sentía juzgado o señalado.

Tenían un lazo que los unía, eran dos almas perdidas y atormentadas que no encontraban su lugar, quizás solo el sufrimiento los hacía iguales. No podía perderla, no lo permitiría, era ella quizás lo único que lo mantenía cuerdo en toda esa mierda de vida.

Sujeto con más fuerza su varita cuando giro en el último pasillo, intento no hacer ningún ruido que lo delatara, tuvo que contener el aliento ante lo que veía frente a él en  esos momentos.

Parecía que no se habían percatado de su presencia, Draco pudo ver desmayado a Zabini junto a una de las paredes del  corredor y a pocos  pasos también estaba  en iguales condiciones el otro Slytherin con un pequeño corte en la frente. Alcanzo a escuchar las palabra que Hermione le decía a Pansy, a lo que ella contestaba con torpeza y confusión como si no entendiera a que se refería la Gryffindor.

Dio un par de pasos con sigilo tratando de evaluar la situación, pues no le quedaba claro que era lo que estaba pasando en realidad, pues no esperaba encontrarse con aquello. Había tenido miedo de que entre los tres Slytherin hubieran logrado causarle daño a Granger, pero lo que veía estaba muy lejos de ser algo que esperara, mucho menos al ver como la castaña empuñaba su varita apuntando a la morena que estaba lívida  y a punto del desmayo.

Malfoy podía ver la mirada oscurecida de Granger, ese semblante ausente como el que se tiene cuando se estaba bajo la maldición imperius, pero sabía que esa no era la razón por la cual ahora estaba apuntando con su varita a Parkinson. Un profundo odio se reflejaba en sus pupilas, un enorme resentimiento nublaba su mente, pues ni siquiera reacciono cuando le llamo.

-Granger. -Dijo con voz cautelosa, pero no logro llamar su atención.

La veía con la varita levantada, empuñándola con demasiada fuerza, de la punta salían chispas rojas, en señal de su implacable determinación, su mano estaba firme y seguía hablado cosas que solo lograba entender al ir atando cabos sueltos.

Fue en ese momento que Draco perdió la poca calma que había adquirido cuando encontró con bien a Granger, porque entendió lo que le estaba ocurriendo realmente a la castaña, en ese instante sintió como la sangre huía de su rostro y de nuevo sus latidos comenzaron a acelerarse ante lo que estaba por pasar.

Estaba reviviendo el instante en la que se había enfrentado y dado muerte al mortifago. No entendía que había hecho que se sumergiera en ese trance perturbador donde veía en Parkinson al hombre que le había dado muerte a sus padres.

Tenía que hacer algo, porque no dudaba que estaba completamente decidida a matarla. -Granger. -Volvio a llamarla y se puso a un costado de ella, pero seguía sin mirarlo, solo la miraba a ella, a los ojos y podía ver como la ira iba creciendo en su interior a cada palabra que pronunciaba, ganándole terreno a la cordura.

La vio abrir la boca y firme comenzó a conjurar aquella maldición imperdonable.

-Avada… -Comenzó a conjurar.

 Malfoy sintió como los bellos de su nuca se erizaron de solo pensar en ese hechizo y no tuvo  más remedio que despojarla de su varita, y aun entonces la veía dispuesta a irse encima de Parkinson y despellejarla con sus propias manos.

-Lo siento -susurro bajito y levantando la mano la abofeteo con fuerza para hacerla reaccionar.

Hermione cayó al piso por el golpe y solo entonces comenzó a parpadear como si hubiera estado dormida y acabara de despertar, con la mano sobre su mejilla adolorida y viendo a su alrededor como si no supiera donde se encontraba.

-No sé qué le pasa a esa asquerosa. -Dijo al fin la morena aliviada de que Draco hubiera intervenido, además sintió un gran placer al ver que la había golpeado.

-¡Callate! -Le ordeno girándose  para enfrentarla y le apunto con su varita al rostro.

-Pero que… -Alcanzo a exclamar la morena dando un paso hacia atrás.

-Obliviate. -Conjuro y al momento el rostro de Pansy se relajo, dándole un aire de ensoñación. -Sin perder tiempo se acerco a donde seguían desmayados Zabini y Wood y repitió la operación.

Con rapidez cargo a Granger y se alejo rumbo a la torre de premios anuales. Dejando en ese pasillo solitario a Parkison y sus aliados confundidos por encontrarse en ese lugar.

Malfoy se arriesgo a conjurar ese hechizo desmemoriarte pero no podía dejarlos asi, mas sabiendo que Granger había quedado expuesta y había estado a punto de matar a Pansy, la morena no tenía ni idea de lo cerca que estuvo de morir. 

Con dificultad abrio la puerta que daba acceso a la torre, entro e intento dejar en el sillón a Granger, pero esta no soltaba su cuello, tenía la mirada perdida y solo gruesas lagrimas revelaban por sus ojos.

-Todo estará bien. -Intento tranquilizarla y soltar sus manos, pero ella se aferraba con más fuerza a su cuello y un día su rostro en el pecho como si temiera que la dejara sola.

Hermione no hablaba, había salido ya del trance en el que se encontraba, pero no podía olvidar los ojos de Parkinson. No podía ser tanto el parecido entre los ojos negros de Pansy y los de ese mortio, por lo que no fue difícil deducir que aquel hombre al que le había dado muerte era el padre de la morena, no solo los ojos eran idénticos, tenían rasgos muy parecidos como para ser una coincidencia.

Malfoy no sabía qué hacer, la castaña seguía demasiado alterada y le preocupara que le pasara algo más grave, pensó en llevarla a la enfermería pero hacerlo lo obligaría a dar explicaciones que no estaba dispuesto a dar, pues no solo se pondría él en evidencia, además tendría que ventilar lo que había pasado en ese pasillo.

La única opción que le quedaba no le agradaba mucho, pero no tenía más remedio que hacerlo, temiendo por la estabilidad de Granger.

Harry estaba preocupado Hermione no se había presentado en el comedor para la cena, la había ido a buscar a la biblioteca pero tampoco se encontraba ahí, justo cuando atravesó el hueco del cuadro que daba acceso a la sala común de Gryffindor, Ron se le acerco.

-Hace un rato llego una lechuza con este mensaje para ti. -Le dijo tendiéndole la nota.

El pelinegro a penas leyó salió de prisa.

-¿Qué pasa? -Alcanzo a preguntar preocupado el pelirrojo.

-Hermione. -Fue lo único que dijo Harry y Ron corrió tas el pálido de solo escuchar el nombre de su amiga, tenía que ser algo grave por la reacción que había tenido el pelinegro.

No les llevo mucho tiempo llegar a la torre de premios anuales, llegaron casi sin aliento pero no tardaron en atravesar la puerta cuando Harry dijo la clave para que el cuadro que daba acceso se hiciera a un lado.

Se pararon en seco cuando lo primero que vieron fue a Malfoy acunando entre sus brazos a Hermione tenía sus manos colgadas a su cuello y su rostro recargado en su pecho.

-¿Qué le has hecho? -Grito exaltado el pelirrojo y le apunto con su varita a Draco.

El rubio solo puso los ojos en blanco, con expresión aburrida. Harry hizo que ron bajara su varita tomándolo por el brazo con el que la sostenía. -Cálmate. -Le pidió un tanto contrariado de encontrarlos de esa manera.

-¿Qué paso? -El  pelirrojo lo miro todavía más confundido, al ver la calma con que le preguntaba sobre lo que había pasado.

-Tuvo una crisis. -Comenzó a explicar.

-Suéltala. -Le exigió el pelirrojo.

-Crees que no lo he intentado. -Le dijo con fastidio. -Pero sigue sin reaccionar del todo y no me suelta. -Se justifico extendiendo sus manos para que vieran que ella era quien lo sujetaba con firmeza sin soltarlo.

-Hermione. -Le llamo Harry y comenzó a acercarse. Le retiro un mechón de cabello del rostro.

La situación era incomoda para todos, Ron se debatía entre acercarse o no, pues no le inspiraba nada de confianza el hurón, mucho menos le parecía que tuviera entre sus brazos a Hermione.

-Hermione, todo está bien. -Volvió a decirle el pelinegro y le acaricio la cabeza para tranquilizarla.

Granger seguía llorando en silencio, con  los labios apretados y la mirada perdida. Draco estaba tenso de tener a Potter tan cerca y de manera inconsciente sostenía con más fuerza a Hermione, como si ahora fuera él quien no quisiera soltarla. 

-Mírame, soy Harry. -Le dijo con suavidad y tomándola por la barbilla hizo que girara un poco el rostro para que lo mirara.

Los labios le temblaron y apenas pudieron escucharla. -Harry

-Ben Hermione. -Pidió y acaricio sus manos haciendo que poco a poco relajara sus dedos para que soltara por fin a Malfoy.

La castaña no tenía fuerzas solo se dejaba mover, Harry la tomo en sus brazos alejándola de Draco.

-¿Dónde está su habitación? -Pregunto el pelinegro.

-Subiendo las escaleras a la izquierda. - Se removió incomodo el rubio, sintiendo el vacio que le dejaba el cuerpo cálido de la Gryffindor.

Harry subió con cuidado las escaleras con Hermione en sus brazos, dejando solos en las sala a Ron y Draco que se miraban con recelo, a la espera que alguno de los dos diera el primer paso para comenzar una discusión o algo mas, pero ninguno de los dos se movió, solo se miraban de una manera poco amigable, dejando claro que seguían siendo los mismos enemigos que siempre habían sido, y que esa  solo era una extraña tregua que se había hecho solo por Granger.

Potter bajo después de un rato, con el semblante preocupado, no era nada bueno que Hermione recayera de esa manera después de estar aparentemente más tranquila.

-Ron puedes ir a buscar a Luna, necesito que traigan las pociones tranquilizantes que había estado tomando Hermione antes.

-¿Pero? -Intento replicar.

-Es importante que las tome cuanto antes. -Dijo mirándolo con seriedad, no debían perder más tiempo, tenía miedo de que volviera a caer en ese estado catatónico en el que una vez había entrado.

-Este bien. -Dijo comprendiendo la gravedad del asunto. -No tardare. -Cuando se dirigía a la salida Harry le hablo.

-Ten cuidado de que no te vean, nadie debe de saber lo que pasa.  -El pelirrojo solo asistió con un movimiento de cabeza.

Cuando se quedaron solos la tención volvió a inundar el lugar. El pelinegro apoyo su espalda en una de las paredes de la sala viendo fijamente al rubio, esperaba una explicación de su parte. Hasta ese momento se había mantenido tranquilo por su amiga, pero le urgia saber que había hecho que ella volviera a recaer.

Draco le sostenía la mirada desafiante, después de todo con su intervención había logrado evitar una tragedia.

-No me veas así que no he hecho nada. -Le dijo arto

-¿Qué paso entonces?

El rubio se levanto del sillón donde había estado sentado, aun podía percibir el olor que había quedado impregnado en sus ropas. -No sé exactamente que paso, aunque creo saberlo.

-Entonces dime. -Le pidió más calmado.

Malfoy se paso la mano entre sus cabellos, no estaba seguro que tanto debía contarle a Potter, sabía que no confiaba en el, pero no le quedaba más remedio que arriesgarse.

-Granger me conto lo de sus padres.

Harry abrió los ojos con sorpresa, no se esperaba que Hermione le tuviera tanta confianza para contarle sobre eso. El rubio vio su rostro sorprendido y sonrió un poco con arrogancia antes de continuar.

-También me conto lo que paso con el mortifago que los asesino. -Su voz se torno sombría.

Incrédulo Harry se enderezo tenso y lo miro sin poder creer que también supiera esa parte de la historia que ni el mismo conocía  con completa certeza.  -Pero…tu como… -solo atino a decir.

-Te sorprendería saber todo lo que se Potter. Pero el punto es que algo la hizo revivir ese momento y estuvo a punto de matar a Parkinson.

-¿Pero cómo? ¿Por qué? Hermione no aria algo así por nada.

-Parkinson y otros dos la siguieron, no sé bien con que intenciones, pero supongo que para nada bueno. Desde que estaban en la biblioteca la estaba observado y la siguieron cuando salió de ahí, pretendía seguirlos pero los perdí. Cuando los encontré de nuevo Granger ya había dejado inconscientes a Zabini y al otro chico, y apuntaba a Pansy.

-Entonces solo se estaba defendiendo. -Trato de justificarla.

-No solo eso Potter, Granger decía cosas, hablaba de la sangre sucia que corría por sus venas y la sangre de sus padres que se había derramado, decía que eso le  daba el coraje necesario, estuvo a punto de conjurar la maldición asesina. -Hizo una pausa para mirarlo.  -Ahora lo entiendes. -Pregunto.

Harry se quedo helado, sin habla, sumamente pálido, le llevo bastante tempo poder hablar de nuevo -Pero si estaba reviviendo ese momento porque lo tomo contra Parkinson.

-Granger la veía con demasiado odio, como si no viera a Pansy si no alguien más, era como si ella fuera el mismo que mato a sus padres, eso solo me hace pensar que algo en Parkinson le recuerda al  agresor. ¿Llegaste a saber su nombre? -Pregunto refiriéndose al mortifago.

-No, el ministro se encargo del papeleo y yo nunca pregunte.

-Estaría bien saberlo, posiblemente en el nombre este la clave.

Harry comenzó a moverse de un lado a otro por la sala con nerviosismo, pensaba en cómo arreglar el problema, temía que los Slytherin contaran lo ocurrido y pudieran perjudicar a su amiga.

-Les borre la memoria antes de traes a Granger para acá. -Draco adivinando en que pensaba le aclaro. El pelinegro suspiro aliviado, no sabía porque pero después de todo confiaba en Malfoy.

-Gracias.

El rubio solo se limito a hacer un movimiento de cabeza. -Pero aun no entiendo porque nos ayudas.

-No me gusta deberle nada a nadie. Ahora estamos a mano. -Mintió porque ni el mismo sabía a ciencia cierta qué era lo que lo llevaba a ayudarle.

-Entiendo. -Contesto Harry y sonrió, algo le decía que había algo mas escondido, pero no podía estar más que agradecido con Malfoy.

Escucharon que tocaron a la puerta y el pelinegro se apresuro a abrir, Luna y Ron llegaban un poco agitados con las manos llenas de pequeños frascos.

-Hola Harry. -Saludo Luna mientras entraba. -Bonito lugar, que tal Malfoy. -Le saludo como si fuera lo más normal del mundo estar a esas horas en una torre que no era la suya y frente a un muchacho que era todo menos su amigo. -¿Dónde está Hermione? -Pregunto de repente como si recordara para que había ido a ese lugar.

-Yo te llevo. -Dijo Harry y la condujo escaleras arriba, seguido de Ron.

Malfoy se quedo en la sala viéndolos subir, estaba sumamente cansado, se dejo caer en el sillón cerrando un momento los ojos, agradecía que al día siguiente fuera sábado y no tuvieran clases.

Escucho pasos bajando las escaleras y abrió los ojos para ver quién era.

Era la Lunática que bajaba dando pequeños brinquitos entre escalón y escalón.

-Necesito un vaso con agua y una cuchara.

-En la alacena. -Le indico y la rubia fue a tomar lo que necesitaba, pero antes de subir de nuevo se giro a verlo. -No te preocupes Hermione estará bien, esta más tranquila, solo necesita descansar.

Draco no había preguntado por ella, aunque se moría por saber cómo se encontraba. -Yo no te pregunte nada. -Le aclara fingiendo indiferencia.

-Lo sé, pero pensé que te interesaría saberlo. -Dijo encogiéndose de hombros. -Se que te preocupas por ella. -Sin esperar respuesta subió las escaleras dejando a Malfoy sin palabras.

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