Solos en el mundo
-6-
Solos en el mundo
Se había quedado dormida sin sentirlo en la sala común de premios anuales, se despertó sobresaltada en la oscuridad cuando un grito le helo la sangre, sudaba frio como en otras ocasiones cuando las pesadillas le perseguían mientras dormían, pero algo era diferente, casi podría jurar que esos gritos no eran producto de sus malos sueños, pero todo había quedado de nuevo sumido en el más absoluto silencio o al menos así había sido hasta que otro grito desgarrador se escucho haciéndole erizar los bellos de su piel.
Levantándose de un solo brinco provocándole un leve mareo, aun vestía el uniforme y de entre sus ropas saco su varita con rapidez, no entendía que pasaba, pero estaba segura de que los grito provenían de la parte arriba.
La adrenalina corría por sus venas haciéndola que su ritmo cardiaco se acelerara al igual que su respiración, tenía la piel helada y sus manos temblaban ya fuera por el frio de la madrugada o por el miedo de enfrentarse de nuevo a lo desconocido. Al principio creía que seguía dormida y que era otra de sus tantas pesadillas, pero no era así, lo entendió después de escuchar otro grito aun más fuerte que el anterior.
No lo pensó mas y se encamino con rapidez escaleras arriba, con la varita en alto, sudaba copiosamente a pesar del frio, inspecciono su propia habitación pero estaba vacía, por lo que los gritos debían provenir de la habitación de Malfoy.
Tomo el pomo de la puerta y lo hizo girar despacio intentando no hacer ningún ruido que la delatara, después empujo la puerta con fuerza y entro con rapidez buscando el origen de los gritos, pero no encontró nada.
-Lumus. -Invoco y la punta de su varita alumbro la habitación decorada con los motivos Slytherin.
No encontró nada y por un momento pensó que ni siquiera Malfoy estaba presente, pues los gritos lo hubieran despertado o incluso la manera abrupta en la que había entrado en su habitación hubiera propiciado que este la insultara por invadir de esa manera su espacio.
Noto entonces que la ventana estaba abierta de par en par, y el aire helado entraba con fuerza haciéndola temblar aun mas, por lo que se acerco para cerrarla, miro por unos instantes por los cristales y un nuevo grito la sobresalto, giro tan rápido que tiro con el brusco movimiento un portarretrato y entonces lo vio.
La habitación no estaba vacía, en la cama estaba Malfoy aparentemente dormido o inconsciente, el era quien gritaba. Se acerco un poco vencida por la curiosidad y de inmediato noto que no estaba nada bien.
Con solo un movimiento de varita encendió un par de velas para verlo mejor y palideció al encontrarse con aquella imagen. No sabía mucho sobre el tema, pero recordaba haber leído un libro de historia de la magia donde detallaban una de las más grandes epidemias del mundo mágico que casi extermina ciudades completas, en ese libro se detallaban los síntomas, al igual que la apariencia de los enfermos que se multiplicaron en cuestión de horas.
El Spattergroin era una enfermedad demasiado agresiva que se presentaba mediante lesiones en la piel, dándole un aspecto de quemadura, se caracterizaba también por producir llagas y temperaturas tan altas que provocaban convulsiones en los enfermos y en la mayoría de los casos desembocaba en una muerte prematura.
Esperaba equivocarse, pero estaba casi segura que se trataba de esa terrible enfermedad, lo que no comprendía era de qué manera se había contagiado pues era bien sabido que ese tipo de virus era ocasionada por un hongo que no existía por esos lugares, incluso casi se habia exterminado y solo existían algunas muestras para su investigación en el Ministerio de Magia y en San Mungo.
Pero no era tiempo para averiguar ese tipo de cosas, sabía que si en verdad Malfoy se había contagiado de Spattergroin tenía muy poco tiempo para intentar salvarle, así como también sabía que tenía que poner un cerco sanitario para evitar que se propagara la enfermedad. Ya era demasiado tarde para protegerse a ella misma pues estaba expuesta desde el momento que atravesó la puerta, solo confiaba que las vacunas que se había puesto hacia un año atrás mientras buscaban los horrocruxes le protegieran un poco, aunque no tenía la seguridad de que así fuera.
Mando un patronus a la Directora Mcgonagall y a Madame Pomfrey para que acudiera lo más pronto posible, y mientras llegaban había aislado todo el lugar creando en las una capa de protección similar a una burbuja. Cuando ambas mujeres llegaron tocaron a la puerta de la torre, Hermione les abrio pero no pudieron entrar una delgada capa les separaba.
-¿Que ocurre señorita Granger? -Pregunto alarmada la directora enfundada en su bata cuabrada.
-Lamente despertarlas de esta manera pero parece que Malfoy se a contagiado de Spattergroin.
-Eso no puede ser posible. -Exclamo Pomfrey.
-Yo pensaba lo mismo pero tiene todos los síntomas, llagas en la piel como quemaduras, el color es verdoso, tiene fiebre muy alta y delira, esta inconsciente y no parece reaccionar con nada, me preocupa que empiece a convulsionar.
-¿Pero cómo es posible? -Dijo llevándose las manos a pecho en señal de desaliento.
-No lo se, pero algo se tiene que hacer antes de que entre en Shock, por lo pronto traeré medicamente para bajar la fiebre y pomada para las afecciones en la piel y tendremos que informar a San Mungo, el Spattergroin es algo sumamente delicado.
-Por lo pronto aislé toda la torre, y solo podrán entrar con medidas altas de seguridad para evitar que se propague.
-Usted corre riesgos Señorita. -Dijo preocupada la directora.
-El año pasado los chicos y yo nos pusimos algunas vacunas debido a nuestros viajes para evitar algunas enfermedades, no sé si esto me proteja del todo, pero habiendo está en contacto con Malfoy debo estar también en cuarentena.
En efecto se trataba del Spattergroin, Madame Pomfrey lo corroboro, entro protegida con un traje especial y ayudada por Granger realizo las primeras curaciones, debían bajarle la fiebre y para tal efecto le dieron de beber algunas pociones, pero la temperatura no cedía completamente por lo que tuvieron que recurrir a paños húmedos.
San Mungo mando a un par de especialista en el tema solo para tomar las medidas precautorias correspondientes, no lo podían trasladar al hospital debido a lo delicado que se encontraba, y nadie podría salir o entrar de la torre, incluso a Pomfrey se le negó el acceso tomando en cuenta de que Granger no había desarrollado síntomas de la enfermedad y esta podía hacerse cargo del enfermo. Solo quedaba esperar, nada más se podía hacer para ayudarle a Draco, quien seguía inconsciente y a merced de las altas temperaturas.
Fue entonces que la Gryffindor se entero que Malfoy al igual que ella no tenían familiares vivos que se hicieran cargo de sus cuidados o estuvieran al pendiente de su salud, estaban solos en el mundo, lo que la hizo sentir un poco de empatía por el rubio platinado. No protesto cuando se le indico que ella estaría a cargo de sus cuidados, después de todo quizás era lo único en mucho tiempo que lograba mantenerla enfocada en algo que no fueran sus propias miserias.
Malfoy se movió un poco al día siguiente, seguía con la temperatura elevada y abrio un poco los ojos, no logro moverse y débilmente intento apartar la mano de Granger que verificaba su temperatura.
-Calmate. -Le pidió pero de inmediato callo de nuevo inconsciente.
Temblaba con fuerza y sudaba frio, la castaña se alarmo porque la temperatura lejos de bajar iba en aumento y si no lograba recularla empezaría a convulsionarse. Lo hizo levitar y lo metió en la tina con agua helada con todo y ropa, no había tiempo de ser delicada, al contacto con el agua Malfoy comenzó a temblar en espasmos mas violentos, Hermione sujetaba su cabeza para que no se golpeara, y por cruel que suene lo dejo un buen rato esperando que la fiebre cediera. El muchacho gritaba de dolor al sentir el agua entumeciendo su piel, era como si miles de cuchillos le rasgaran la piel, un dolor atroz lo atravesaba, pero estaba demasiado débil para resistirse, solo gritaba y se agitaba con violencia.
Después de unos minutos que se le hicieron eternos a ambos, lo saco del agua aun levitando y lo seco con un hechizo para no tener que quitarle la ropa mojada, le acostó de nuevo cubriéndolo con las sabanas, la fiebre había cedido y suspiro con alivio.
Una semana había pasado y el rubio no despertaba, deliraba contantemente presa de la fiebre y las pesadillas. La castaña hubiera preferido no escuchar nada de esas palabras dicha estre sueños cuando era víctima de tormentosos sueños.
Pedía perdón a grito y que pararan los tormentos, nunca le había escuchado a ese chico engreído y petulante disculparse con nadie por nada y ahora que escuchaba la manera en la que suplicaba un perdón le parecía algo tan fuerte que le hacía estremecerse. Incluso lloraba en sueños, y de no haberlo presenciado ella misma hubiera jurado que Malfoy no era capaz de llorar, incluso a veces había pensado que ese muchacho no era capas de tener algún sentimiento bueno. Y ahora se encontraba a un lado de su cama cuidándolo, y escuchando sin querer sus atormentados gritos, sus suplicas, su lastimero llanto y sus palabras entrecortados donde llamaba a su madre muerta y de manera inexplicable le dolía y se avergonzaba por haberlo juzgado tan duramente, después de todo y a pesar de lo que alguna vez había sido, era un humano atormentado y tan solo como ella.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top