Capítulo O: la sentencia

Para una pequeña chica que acaba de cumplir la mayoría de edad lo primero que se le venía a la cabeza era lo feliz que iban a estar sus padres de darse cuenta de que le faltaba poco para entrar a la universidad, se iban a sentir orgullosos al darse cuenta de que entraría a la misma universidad que ellos en donde se conocieron y en donde la historia había comenzado, el mismo lugar que fue la razón por la cual ella nació.

Eso era lo que yo pensaba mientras iba de camino a la casa esa fatídica noche, había decidido salir para celebrarlo con mis amigos más cercanos y con mi novio, era una pequeña escapada para tomar un poco y bailar así disfrutando que había ingresado a una de las mejores universidades de toda Corea del Sur sin ni siquiera ser coreano. Me había esforzado al máximo para poder lograrlo y eso significaba que había alejado por completo a mis amistades por un largo tiempo específicamente 6 meses para estudiar al punto de que ni siquiera pude dormir bien ni comer, lo bueno es que eso me lleva el resultado de dar la prueba y conseguirlo.

Con la carta en mano y unas grandes ganas de que yo se enteraran me dirigí a la casa a altas horas de la noche, no les gustaba que los despertaran ni mucho menos pero sabía muy bien que iba a ser una grata sorpresa la que les daría así que me preocupé muy poco por eso, probablemente me llevaría algunos pequeños regalos hasta que supiera la noticia y de ahí una gran celebración con mis padres que había estado añorando por casi toda mi vida.

El esfuerzo de la misma y que me llevó a estar en donde estoy, eso fue lo que pensé al cruzar la calle y esa gran sonrisa que mantenía en mi rostro desapareció lentamente cuando lo primero que vi fueron a varias patrullas y muchas personas hablando cerca de mi casa, no era muy normal que hubiera algún crimen ni siquiera un robo por estas zonas ya que estábamos bastantes protegidos, vivíamos en una urbanización bastante prestigiosa y en la que muy pocas personas podrían ingresar.

Solo aquellos que tenían el poder necesario como para poder portar la tarjeta que abría el gran portón que daba a este hermoso paraíso, esa misma tarjeta que yo mantenía en la mano justo al lado de la carta y que se convirtió en absolutamente nada al momento de pasar por todas las personas y ver dos bolsas negras justo enfrente de mí casa.

Esa hermosa casa que albergaba tantos recuerdos preciosos de mis primeros años ahora se veía manchada de sangre, ese bello jardín estaba destrozado y las dos personas que eran las razones por las cuales yo había luchado por toda mi vida yacían tirados en el suelo como si fuera la basura más asquerosa que existiera en el mundo.

Si tengo que describir todo lo que me pasó con una sola palabra diría que fue una mierda.

Estallé en lágrimas llenas del más puro dolor y frustración, si me hubiera quedado en la casa hubiera tenido el mismo destino que ellos y a pesar de que iba a ser una escena demasiado triste para las personas cercanas a mí yo no estaría sufriendo el dolor. Un pensamiento demasiado egoísta pero justo para lo que estaba viviendo, mi única familia había desaparecido y me encontraba sola en el mundo apenas con la mayoría de edad y sin saber muy bien que iba a hacer con mi vida.

Esos sueños y esas ilusiones que había mantenido a lo largo de mis 18 años desaparecieron de la nada, esa celebración y ese champagne que iba a ser abierto se convirtió en la sangre salpicada de mis padres por todos lados.

Lamentablemente fue eso lo que me convirtió en la persona que soy ahora, aunque bueno tuve que pasar por un largo proceso para darme cuenta del por qué yo seguí viva y ellos no.

Los primeros días fueron horribles incluso pensé en auto internarme en un manicomio, o cómo le dicen por aquí el centro de allá de ayuda para las personas que lo necesitan, esa idea poco a poco se fue disipando de mi cabeza cuando encontré la reserva de alcohol que tenía mi padre, este la protegía a capa y espada pero ya no estaba aquí así que decidí probar uno por uno hasta encontrar el que era mi favorito y hundida en el dolor más profundo que puede llegar a vivir una persona me ahogue en mis penas y en el alcohol.

Comía muy poco lo suficiente para mantenerme viva y mientras tanto iba pensando en lo que sea que hubiera pasado para desencadenar lo que había sucedido, por las noches la única manera de poder dormir era estar intoxicada por el alcohol y así dejar de pensar en ellos o caer inconsciente por el bajo consumo de comida que estaba teniendo.

Al mirarme al espejo era irreconocible, ojeras, cabello desordenado, palidez casi enfermiza, mi cuerpo estaba demasiado delgado y podía rotar los huesos marcándose en el, pero lo que más me dolía era que estaba sola y que aquellas heridas que nadie podía ver eran las que más me estaban matando.

Hubo un día en el que me levanté y por alguna razón tuve ganas de investigar, ahí se desplegaron las ocho familias más importantes de Corea del Sur y también de Asia.

Ocho familias que podrían llegar a estar implicadas en la muerte de mis padres.

La primera eran los Im, una familia que había cosechado su fortuna que pase las bienes raíces un negocio que al principio fue sano y con ganas de prosperar hasta que comenzaron a darse cuenta de que malversando el dinero y estafando las familias más pobres era donde verdaderamente se encontraba la mina de oro, de ellos había una chica llamada Nayeon, la última de la familia yo la había visto en algunas reuniones, nos habían presentado pero nada más solo un par de palabras sin sentido y listo.

La segunda familia eran los Yoo, mercenarios los únicos que podrían llegar a hacer el trabajo sucio de las personas con más dinero porque no les importaba la vida humana era igual que la de un animal según ellos, había una chica Jeongyeon, se destacaba por su gran altura y belleza sin igual, alguien capaz de manipular y ser una carnada nunca la he visto pero es lo que se rumorea.

La tercera son los Hirai, familia de altar alcurnia en Japón, familia casi directa del emperador y quiénes creen que su sangre es azul, de ellos salió una talentosa chica, Momo, esto sabía muy bien cómo seducir a las personas y es que en algún momento yo llegué a caer en las redes de su sensualidad, una bailarina profesional que es bastante flexible.

La cuarta familia son los Park, bastante inteligentes y muy fáciles de manipular, son personas de buen corazón tanto que se vuelven ingenuos e idiotas, hay una chica llamada Jihyo, de las mejores notas de toda Corea del Sur y alguien con mucha valía es más dirías que es la única que más o menos es distinta de su familia.

La quinta familia los Myoui, miembros de la yakuza y todos unos estimadores, Mina es la chica indicada si lo que quieres es una gran aventura y la posibilidad de estar al filo de la muerte en todo momento.

La sexta familia son los Kim, distintivos por su tremenda tez pálida y un talento para la actuación y el canto que deslumbra, la pequeña Dahyun es la última de la familia y la más querida por todos por su gran carisma.

La séptima familia los Son, los que mantienen al país en la palma de su mano y es que el mayor de la familia es el presidente de la nación, Chaeyoung una chica bastante distinta que le gusta mucho el arte y qué pasó hacer un poco la decepción por sus ideales y pensamientos, alguien muy fácil de manipular.

La octava familia los Chou, taiwaneses oportunistas la madre quién es la mayor de la familia y la única porque solo son dos, tiene varios cafeterías por todo Taiwán y un hospital en Vietnam, Tzuyu, a esta la conozco muy bien es la que actualmente está con mi novio o bueno mi ex que no me dejó y decidió tener una aventura con otra persona con la que con mucha felicidad se volvió su novio sabiendo que yo estaba pasando los peores momentos de toda mi vida.

Pero no solo la conozco muy bien por eso aunque esa es una historia que es preferible contarla después.

Yo vendría a ser la novena familia más importante un escalón por debajo de la de Tzuyu, mi padre era un exitoso abogado y mi madre una doctora dueña de un gran hospital en Japón, yo soy la hija que lo dio todo para seguir los pasos de sus padres sin percatarse que siempre estuvieron rodeado de víboras al acecho y esperando que hubiera algún tipo de caída para así atacar.

Lo peor es que pudieron haber hecho esas ocho familias fue dejar viva la única que tiene la habilidad y posibilidad de exterminar a los que ellos consideran que son los diamantes puros de la familia, ellos mismos se sentenciaron y van a conocer lo que verdaderamente es el dolor puro de perder lo que más amas.

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