Felicidades mis terrones de azúcar, lo han cumplido... Y yo ayer sin luz en mi casa, pero... Gracias a los Dioses, que volvió en la madrugada...
Por ende vamos a ver el capitulo del día de hoy...
Les diré de una vez, cumplieron el reto desde ayer, y eso si que es magnifico y con todo que subí el reto, pero ustedes siempre lo logran mis terrones de azúcar.
Prometo que nos vamos a pero al día, solo denme tiempo para acomodar todo... Jajajjaja aunque bueno lo de ayer no fue culpa mía, ni de ustedes... Pero no pasa nada.
Ademas, el día de hoy también deben de cumplir el reto, que siguen siendo 15 votos y 15 comentarios... Jjajajaja no me preocupo, por que ustedes lo cumplen en menos de 24 horas, me sorprenden.
Pero recuerden que deben llegar a esa meta antes del medio día de mañana.
Ademas que para mi, van sin duda al hilo, seguidos los votos y los triunfos por sobre la meta.
A seguirle.
Como siempre, advertencias... Este One Shot, contiene lemon, eventos desafortunados, situaciones de menores en acto sexuales, obligaciones de índoles reproductivas...
Por ende menores de edad y personas sensibles a estos temas, absténganse a leer esto.
No me hago responsable de traumas o incomodidades.
Sin mas disfruten mis terrones y ahora la explicación del tema de hoy.
Breeding: El activo termina dentro del pasivo insinuando la inseminación.
Vaya la explicación... Jajjajaja
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Existe una tradición, en una parte del mundo...
Cada pueblo de dicho lugar, se divide en doce...
En cada uno existe un templo, el cual está en lo más alto de cada sitio...
Adorando a una diferente constelación que tiene como designó proteger a sus habitantes...
Estos pueblos están alrededor de uno principal... En que se cree existe una mayor deidad durmiendo, y los templos a su alrededor como los jóvenes sacerdotes que los custodian, se deben encargar de proteger dicho punto.
Cada templo está alejado por varios kilómetros y salvo por los civiles que tienen libertad de moverse a donde gusten, aquellos que custodian dicho lugar, tienen estrictamente prohibido abandonar su sitio...
Bueno... Salvo una sola excepción...
Son doce sacerdotes, pueden llegar a ser hombres, Doncellas y Donceles...
Siempre deben ser seis doncellas o Donceles y seis varones...
Ya que, al llegar a cierta edad, las estrellas les dictará con quien debe procrear un heredero al templo del sacerdote que pueda concebir vida.
En esos casos... El varón que llegará a estar en la intimidad con aquel Doncel o doncella, deberá viajar por hasta llegar al templo donde su presencia es requerida.
Existiendo toda una ceremonia de por medio...
Sus cuerpos se purificaran, lavándolos con las esencias características de su constelación representante...
Vistiendo las ropas tradicionales de cada pueblo para ese momento.
Son jóvenes a decir verdad...
Con quince años, ese es su deber... Se les entrena para ese momento y que entiendan, que los sentimientos no deben existe de por medio para lograr concebir, solo lo deben ver como la forma de que el linaje de cierto templo siga intacto hasta que nazca un varón no doncel y en ese caso tomar un discípulo como sucesor.
Existen muchas reglas, normas que claramente atan de pies y manos a los sacerdotes y estos aceptan sin rechistar su destino.
Justamente esta noche, se llevará a cabo la ceremonia de fertilización en el templo del carnero dorado...
Un Doncel, vestido con telas blancas ligeras, formando una especie de kimono, con un velo del mismo color cubriendo su cabeza y rostro... Sentado sobre sus rodillas, con la mirada baja, delante de lo que es un tatami, con las telas de color rojo cuidadosamente preparadas, velas alrededor para que la atmósfera no pierda un encanto íntimo.
Los cabellos lilas de este joven, caen por su espalda, finamente acomodados hasta el último mechón, sus ojos verdes, destellan cierto miedo e incertidumbre...
Su corazón ha latido todo el día desesperado, sabe lo que sucederá, lo que pasará con su vida y lo acepta...
Pero no por eso, significa que no tenga miedo.
Aunque en cada paso, se portó siempre serio y tranquilo...
Cuando debió danzar para que su cuerpo fuera bendecido con una alta posibilidad de fertilidad...
En el instante que tomó ese baño, envuelto en las moras y lavanda silvestre.
En el proceso de que su dieta fue cambiada, para procurar que su cuerpo sea más fuerte y puro...
En el momento de preparación para que no doliera, para que sólo pudiera pensar en que esto es lo necesario, su deber y lo realizará con la mente clara.
Sintiendo la ansiedad... Sus manos posan grácilmente sobre su regazo... Esperando a que el joven sacerdote de su misma edad llegue... Y con eso se empiece el acto final por el que ambos se estuvieron preparando.
Teme algo... Pues desde que se volvió el sacerdote Doncel de su templo, no había vuelto a ver a ese viejo amigo...
Mil preguntas se hacían en su mente...
"-¿Me recordará?-
-¿Estará de acuerdo con esto?-
-¿Seré de verdad digno de llevar una semilla, sin ningún tipo de amor?-"
No maldecirá su destino, para él... El hecho de poder tener un bebé es algo que lo alegra mucho, es demasiado regido por lo que su constelación representa, el de poder cuidar y proteger a los más débiles y pequeños... Un hijo, sería una hermosa bendición de la deidad que cuidan por todas sus vidas.
Pero eso no puede evitar que su acelerado corazón se asuste, de solo pensar que esta noche debía estar en la intimidad con alguien... Que dejó de verdad desde que tenían siete años...
Habían pasado ocho...
Verse en una situación así...
Cierra sus ojos, estremeciéndose levemente al notar que aquella puerta corrediza de esa habitación finamente arreglada, se abre...
Sus fosas nasales de inmediato sintieron el dulce aroma de incienso rojo, algo que en su mente recordaba muy bien... Era característico de él...
Había llegado, lo que significaría que el último paso comenzaría en breve.
Aquellos pasos, se encaminaron hasta quedar enfrente de él... Lo escuchaba en la madera al ser pisada...
Deteniéndose y pudiendo notar como este se inclina ante él, haciendo una reverencia y pronunciando unas palabras.
-Joven sacerdote Mu, me honra enormemente ser quien lo acompañe en el último proceso de este ritual sagrado- La voz sería, ligeramente ronca, y a la vez suave... Queriendo demostrar ternura y compresión, pero también determinación.
El Doncel, asintió, bajando levemente la cabeza, pronuncia también algunas palabras.
-Joven sacerdote Shaka, el honor es mío... Llevaré su semilla en mi interior con mucho cuidado y cariño...- Nervioso se nota, pero quiere demostrar que seguirá adelante, pues no se echara para atrás ahora -Solo le pido, que sea gentil... Por favor-
Sabe que duele la primera vez, entiende que alguna muestra de cariño o afecto está prohibida, aunque el respeto se debe mantener a como diera lugar.
Por alguna razón saber esto, solo hace que su corazón le duele tanto...
Creyó que cuando creciera, olvidaría sus sentimientos que denigran su título.
Por eso cuando supo que su destino era llevar al hijo de quien cuidaba el templo de la Virgen, su corazón sentía una inmensa alegría e incertidumbre...
Ama a ese joven rubio, de ropas sencillas... Un manto blanco, adornado con una tela naranja que cruza su hombro derecho hasta terminar en la cintura izquierda, dejando ver un poco de la piel del hombro izquierdo expuesta, pero es como los de ese templo se visten para este hecho.
-No tema, seré muy gentil con usted...- Sin duda, es extraño para ambos verse, y más en esta situación.
El recién llegado, trata de mostrarse también tranquilo y normalizar todo, pero... No puede evitar tener un sonrojo en sus orejas, agradece que el Doncel tenga el rostro cubierto por ese velo... Así no lo vería bien.
Los cabellos rubios ondean levemente cuando se levanta de aquella reverencia y conduce sus pasos hacia quien lo espera de ropas blancas... Y corazón desesperado.
En este momento, el sacerdote del carnero dorado, debe dejar que su cuerpo sea guiado por el de la Virgen...
Solo deberá reaccionar a como es debido, evitar incluso sonidos sucios de su boca...
Las mejillas de esa piel blanca se sonrojar a más no poder, sus nervios crecen cuando puede sentir ese aroma tan cerca de él y como su dueño... Colocándose a un lado de él...
Sentándose también, solo que con piernas cruzadas, asemejando la pose de flor de loto, pero no para la meditación.
Las manos del recién llegado, van directamente a tocar ese delicado velo blanco, es corto para ocultar el rostro perfecto del Doncel...
Puede sentir el calor que despiden esas manos que invaden su espacio personal...
Con una delicadeza sin igual, su rostro es descubierto...
Dejando ver la belleza del sacerdote del carnero dorado... No era una mentira lo que la gente contaba...
Los cabellos lilas que caen sobre los laterales de su rostro lo hacen ver muy dulce... Aquellos mechones en su frente, dan el toque perfecto para esas cejas en punto, que caracterizan los que protegen ese templo, pues desde ya hace tres generaciones son sanguíneos... Siendo donceles emparejado por una noche con uno de sus compañeros sacerdotes... Para procrear.
Con Mu, sería el que diera vida a la cuarta... Y si la suerte genética esta de su lado, la criatura debería poseer esas mismas cejas.
Los ojos mirando hacia bajo, avergonzado por la situación con un viejo amigo y un amor imposible...
No sabe si debe levantar su mirada o solo iniciar...
Los labios rosados tiemblan un poco, queriendo decir alguna palabra, pero los nervios invaden a ese frágil cuerpo...
Siendo esto notado por el rubio sacerdote de la virgen, que admira con respeto la belleza de su compañero nocturno...
Sabe que es el más hermoso de todos, que el hecho de que los demás le dijeran que tenía suerte, no era mentira...
Sí que recordaba muy bien a Mu de su infancia... Cuando todos los niños que aún no tomaban su lugar, se podían divertir con los demás...
Siempre buscaba estar a solas con él, compartían tanto... Pero, él deber los separó y de nuevo es quien los junta.
Conocía y entendía bien lo que se debía realizar después de retirar ese velo...
Sus manos deberían envolver ese frágil cuerpo, para depositarlo con sumo cuidado sobre el tatami rojo, que este cómodo y con cuidado, ir quitando las telas blancas que cobijan al Doncel, hasta que quede desnudo, abriendo con cuidado sus piernas, ver ese punto que ya estaría listo para él y solo adentrarse, para terminar lo antes posible y concluir la ceremonia...
No debían existir besos, abrazos, palabras de cariño, nada de eso... Pues aquello solo lo realizaba los amantes, y no quienes tenían una misión de procrear un ser para la próxima generación, debía todo ser envuelto en una pureza de ambos.
Pero... ¿Que sucede cuando estas enamorado?
¿Cuando tu corazón, como tu cuerpo anhelaban este momento?
Que solo piensas exactamente en hacer todo lo que tienes prohibido...
Comprende que esta será la primera y última vez que podría ver a Mu en esta forma... Sus deberes son demasiado demandantes...
Incluso saber que jamás podrá ver al fruto de esta unión, pues... El padre no figurará nunca en su vida... Eso le dolía y calaba en el alma.
¿Haría mucho daño, si aprovecha esta oportunidad?
Mu, ¿Estaría de acuerdo en alterar los procedimientos?
Claro que todo seguiría con el fin de inseminarlo... De dejar que su semilla quede dentro y que un hijo nazca de ello...
Pero, el de ojos azul cielo, solo pide que esa noche, no solo tenga que hacer dicho ritual, sino que ame a Mu de verdad.
Sintiendo los nervios más fuertes en su ser... Shaka no había hecho el siguiente paso...
Ya tenía el rostro descubierto, debería solo tomarlo y recostarlo en el lecho preparado para la tarea.
No se atrevía a levantar la mirada, no sabía si sería prudente verlo, pues... En ese caso, sentía que lloraría, por no poder decirle que lo quiere...
Pero sus dudas y miedos se despejaron, y el asombro llegó, cuando esas manos que descubrieron su rostro, tocan ambas suaves y calidad mejillas, para alzar la mirada del pelilila y así dejar ver las preciosas esmeraldas que posee.
No sabe que decir o responder.
La expresión en el rostro del rubio, es tan atractiva, dedicándole una sonrisa, que lo analiza con esos ojos profundos, llenos de una ternura y comprensión.
-¿Sa... Sacerdote... Shaka?- llama al otro con duda, no entiende que sucede, pues esto no venía en lo que leyó.
-Sigues tan lindo como siempre... Mu- Pronunciar el nombre del compañero, es algo que no se puede hacer.
No debería ejercer ninguna familiarización... Solo seguir con lo estipulado... Hablarse formal y respetuosamente, esa era su regla.
-¿Que?- El asombro sale como una duda existencia repentina, pero sin gritar.
Aunque eso no evitar que sus mejillas se colorearan de carmín, al ver cómo el rubio se acerca tanto que acorta la distancia con un suave y tibio beso.
Uno en los labios, donde apenas si se tocan... El representante de la virgen, cierra sus ojos para poder disfrutar esa sensación tan dulce y hermosa...
Mientras el pelilila, se queda sorprendido por esa falta a una regla, pero... No puede evitar sentir como su corazón galopa, y algunas lágrimas se escapan de sus ojos con tal felicidad, que tiembla por esta emoción que lo embriaga.
No duró mucho, no profundizarían un beso, a un grado que ninguno conoce.
Ambos son tímidos, unos jóvenes adolescentes, que están a nada de pasar a hacer actos que van más allá de su edad, pero no de su deber.
Puede sentir como las cálidas lágrimas tocan sus manos, mojándolas y haciendo que abra sus zafiros, y al mismo tiempo separándose de ese beso tan tierno y puro.
-Lo siento... No quise ofenderte- Teme que su acto guiado por impulsos, fuera tan impertinente que provocará en Mu, un mal sentimiento...
Baja su mirada avergonzado y molesto consigo mismo, por ir manchando una tradición que va solo con el deber de concebir.
-¿Por qué... Lo has hecho?- Pregunta, mientras sus lágrimas caen, y su rostro es aún capturado por esas manos que recordaba más pequeñas.
-Mu... - Se detiene ante lo que dice y ve como se ha referido al pelilila, sabe que esta mal -Joven sacerdote Mu, solo en una noche tendré la oportunidad de... Demostrarte que para mí, este ritual es una hermosa suerte... Ya que, tengo fuertes sentimientos hacia ti... Desde que éramos unos infantes- Sabe que con lo que ha hecho, es imposible negar que es amor, lo que está guiándolo... Así que será sincero, aunque no pueda ensuciar la ceremonia...
La sorpresa invade al pelilila, el cual mira a su compañero con asombro y aun dejando escapar lágrimas, pero no son de tristeza o miedo, sino de algo más.
-Se que no debería haberlo hecho, que acabó de deshonrar nuestro deber sagrado, pero... Sera la última vez que te vea y te pueda tocar, quiero que sepas... Que te amo, incluso, temo decir que te amo más de lo que mi deber me reclama- Mira aquellas ojos verdes, que cristalizados por la sal, no se opacan de hermosura.
Aquellas manos, no han dejado de tocar esas rojizas mejillas, por lo cual limpian cada gota de sal, para que no empañe al dulce rostro de su amor.
-¿De... Verdad...?- Lo escucha y no lo cree... Su corazón reacciona a latir como loco, mientras, siente tanto de forma descontrolada.
-No me atrevería a mentirte, jamás- Le revela con decisión y firmeza.
Cierra sus ojos, dejando escapar todas las lágrimas posibles, mientras sus manos que se mantienen en su regazo, se alzan para tocar las ajenas, pero... Eso poco dura, pues... No puede seguir mintiéndose a sí mismo, cuando lo que más ha deseado por parte del rubio es que lo abrace, extrañaba esa sensación de cuando eran niños y algo asustaba al pelilila, Shaka siempre lo abrazaba y lo reconfortaba... Le ayudaba tanto, que después dejaba de tener tanto miedo, gracias a ese niño que ahora está delante de él, como hombre... Para realizar una fertilización en él.
-Shaka...- Ya abrazándolo, con todas sus fuerzas, deja que sus lágrimas escapen, mientras sus brazos de aferran al dorso del rubio, que no dudo cuando reaccionó en corresponder ese abrazo... Entendía que estaba asustado, temeroso a lo que seguiría...
Pues aún con este profundo amor que se logran tener, no pueden evitar el destino que tienen.
-Te quiero mucho... Te amo tanto...- Su llanto es demasiado, pero lo calma para poder hablar y comunicarse -Cuando supe... Que con quien tendría un hijo... Serias tú, me sentí bien... También quería verte, lo ansiaba, pero... Tenía miedo de que tú... Solo quisieras hacer la ceremonia y te fueras de mi lado...-
-Mu, si por mi fuera, no me alejaría de ti... Jamás- Su corazón se estruja, al saber que él otro le corresponde, pero... El destino de ambos es cruel.
-Pero... Existe un deber primero...- El Doncel sabe mejor que nadie, el dolor de no poder estar con la persona que concebiste a tu bebé... Pues, él es el fruto de una situación similar...
Sus padres... Sabía que se amaban, pero no pudieron estar juntos nunca más, solo sabe que llegó a ver a su padre una vez y ese hombre, realmente estaba feliz de verlo, que no dejó de abrazarlo cuando era un niño... Pero al final debió volver al templo de la balanza para seguir su deber...
El dolor frustrado de amores perdidos y que nada se puede hacer o la calamidad caería ante ellos.
No se pronuncia palabra alguna, en un abrazo siguieron por un buen tiempo... Recordando en silencio esos instante de su tierna infancia que se volvieron valiosos para ambos...
Quería permanecer así toda la vida, en un abrazo que nada pudiera alejarlos, pero... Lamentablemente, la vida es tan caprichosa...
En esa noche, las telas que envuelven a Mu, deben terminar manchadas de rojo, indicando que se cumplió el rito, y que su cuerpo ha comenzado a aceptar la semilla de su acompañante...
En esa noche debían hacerlo, solo una vez... Y después el visitante, tenía el derecho de permanecer con él Doncel toda la noche solo durmiendo o irse sin más, no existiría problema alguno a lo que decidiera...
Y ese rubio... Desea quedarse con Mu hasta el amanecer, cuando el primer rayo de sol aparezca, ambos debían despedirse para siempre... Y esperar que esa noche diera frutos.
Los dos conocen, saben y aceptan esto...
Entre ese abrazo y otro beso fugaz, las esmeraldas contemplan los zafiros y sonríe ante su cruel destino... Prometiéndose en silencio que su amor... Sería el que guiaría sus acciones.
-Te amo- Palabras que no debían mencionarse jamás.
-También te amo...- Acepta esos sentimientos y sonríe...
Las manos del rubio joven, toman entre ellas esa hermosa figura delicada, para con todo el cuidado del mundo, ir depositándolo sobre el tatami cubierto por telas rojas, que contrastan tan bien con la vestidura blanca y el cabello lila, delicadamente esparcido...
Ver ese sonrojo en las mejillas, las lágrimas secas que dejan lucir una sonrisa tan preciosa, que teme hacerla desaparecer...
Su deber tiene que seguir, aunque ambos desearían que fuera diferente... Solo que les permitirán criar a ese bebé juntos... Que pudieran estar así... Un poco más.
Pero la realidad es diferente.
Al parecer Mu ya no tiene miedo, sus manos sobre su pecho, es tímido al saber que lo verá sin prenda alguna, pero... Feliz por que sea Shaka, su amor de la infancia.
Por su parte el representante de la virgen, sabe que debe quitar ese lazo bando en la cintura del pelilila y así descubrir ese maravilloso y terso cuerpo... Tan puro, tan inocente y que será suyo...
Con delicadeza lo quita... Dejando así que las prendas se aflojen y... Sea muy fácil abrirlas, para dejar ver a ese Doncel en su plenitud.
Las manos de Mu siguen sobre su pecho, pero... Cuando siente como el rubio recorre esa tela para admirarlo más, las mueve tímidamente, flexionándolas, para que queden al nivel de su cabeza.
Su corazón latiendo a mil por hora, sus mejillas rosas, su tersa piel luciendo tan preciosa, como una delicada figura de cristal, los pequeños botones rozas de sus pecho se endurecen, como el miembro se deja ver, también poniéndose erecto, dejando escapar pre semen... Sus piernas juntas, negándose a abrirlas aún.
El dulce aroma a moras salvajes como a lavanda se intensifica, con el hecho de abrir esa tela...
Dejando el cuerpo al fin desnudo, aunque la tela quede aún sujeta por los delicados hombros y brazos del Doncel, haciendo un segundo colchón debajo, para que fuera más cómodo el proceso y que la evidencia se quede marcada.
Los zafiros no pueden evitar admirar cada centímetro de esa cremosa, blanca y pura piel, sus deseos son sólo de querer abrazarlo, cubrirlo con su cuerpo y que nadie más lo mire.
Su corazón golpea con tan intensidad su pecho por ver a ese precioso Doncel que ama en esa situación...
Mientras su cuerpo también reacción a lo cálido del momento.
-Eres perfecto...- Le habla con suavidad... Mientras una de sus manos algo temblorosas y con duda de si tan solo tocar ese cuerpo de esa manera tan poco pudorosa pudiera mancharlo de malicia.
Posa aquella mano sobre el vientre plano del Doncel... Acariciándolo con extremo cuidado... Notando que esa piel es tan suave como los de aquellos duraznos que disfrutaba almorzar...
Cada que viera esa fruta pensaría en Mu sin duda... Aunque el pelilila fuera más terso que ellos.
-Shaka...- Habla tímido.
-Dime- Esta hipnotizado por lo precioso del Doncel... Pero debe entender que lo pone nervioso.
-Tú, también... Queda... Sin nada... Me da pena...- Habla, desviando la mirada, mientras una de sus manos cubre su boca con el dorso por la vergüenza.
-Lo haré, pero...- Apresurado, deja que sus prendas caigan de su cuerpo -No me impidas verte- Se inclina sobre Mu, poniendo sus manos a cada lado del pelilila, para que su peso no lo lastime... Acercándose tanto que sus alientos chocan.
El Doncel, admite que tampoco quiere desviar su mirada, pero la vergüenza le gana por mucho...
Sin embargo, se atreve a divisar al rubio que esta tan cerca, que sus aromas pueden mezclarse, mientras siente como sus pieles rozan.
Verse ambos en una situación más imposible de evitar.
Sus cuerpos reaccionan ante el otro como sus mentes y corazones...
Los dos están en cierta forma, en la posición perfecta.
El rubio en medio de las delicadas y torneadas piernas del pelilila... Aun no se introduce en él, quiere que todo sea cómodo para el representante del carnero dorado.
-Mu, ¿Estas bien, con lo que haremos?- Le pregunta, como si no conociera la respuesta.
Mira atento al rubio, del cual los cabellos como el trigo caen grácilmente sobre el pelilila, para admirar ese rostro de genuina preocupación, que Shaka le proyecta, dándole una gran felicidad y calma.
Asiente con los nervios a flor de piel, para abrir esas esmeraldas y dedicarle una sonrisa.
-Solo abrázame y dame otro beso y... Estaré bien...- Le pide aquello con una voz tan adorable y tímida que es un sueño para el rubio...
Comprende que esto debe ser hermoso y dulce para ambos...
Si para él, solamente teniendo debajo al pelilila le hace feliz, abrazarlo y besarlo, es un regalo que no merecía...
Y mucho menos tomar su virginidad... Aunque Mu tomaría la de él también...
-Siempre...- Le susurra con delicadeza, para acto seguido... Abrazar al pelilila con cuidado, darle un beso que ambos disfrutan, mientras su cuerpo comienza el ritual final...
Levemente se impuso al momento del abrazo, el miembro se colocó justamente y cerca de esa virginal entrada, sólo necesitaba un empujón para adentrarse, pero lo haría mientras abraza al Doncel.... Le da un sinfín de besos, hasta que toda molestia se disipe.
Y para cuando ambos se dan cuenta, el representante de la virgen invade lentamente la entrada del representante del carnero dorado... Provocando en ambos unos jadeos y gemidos que se ahogan en el beso que ambos se profesan.
No se ha adentrado por completo en Mu, quiere esperar hasta que esté este cómodo ante lo que realizan.
Las manos del rubio rodean ese delicado torso, en donde puede sentir como el calor aumenta al momento en que su miembro está dentro del Doncel...
Mu por su parte, puede sentir aquel miembro caliente tomándolo, invadiendo su intimidad, sintiéndose entumecido, mientras su espada se arqueo por instinto y su boca se abrió jadeando por el dolor que se avecino y el placer que lo poseo casi al mismo tiempo.
Esa era la razón por la que debía prepararse, al parecer podían sentir un placer, de una sola vez en la vida...
Y no era malo...
Solo incómodo, sentir algo ajeno dentro.
Su corazón comenzó a tranquilizarse, su respiración a regularse... Sus delicadas manos aferrándose al rubio, no se dio cuenta que sus uñas también se aferran, pero ese dolor es placentero también para el sacerdote de la virgen.
-Aaaahrg... Mu... ¿Estas bien?- Pregunta, despegándose del beso, intento ver ese rojizo rostro... Mientras el sudor escala en su cuerpo.
-S-Si...- Tímidamente responde, mientras sus ojos llorosos ven al rubio delante...
-Perdóname, te he lastimado...- La culpa creció en ese instante que ve perlas de sal resbalando de esas pestañas.
-Está bien, es normal- No quiere hacer sentir mal a su compañero, por que sabe que todo esto es tan necesario... Que quiere disfrutarlo como pueda.
-No me moveré, hasta que tu estés listo- Le indica, mientras acaricia la mejilla derecha con el dorso de su mano, sin importar que su deseo de penetrar al pelilila crece a cada sensación de estrechez.
-Eres muy lindo conmigo...- Se siente reconfortado ante este proceso, sonriente... Deseando más besos, pero entendiendo que ahora no se puede...
-Quiero serlo siempre... ¿Lo recordarás?- No puede evitar pensar que esta será su primera y única vez en toda la vida, así que desea hacerla memorable para el pelilila.
Le corazón se le destrozó con esto... Al ver cómo también del rubio, una traicionera lágrima se escapa de los zafiros, asiente y entiende que debe ser fuerte.
-Lo recordare toda la vida... Aaaah... Lo juro...- Una sensación de placer envuelve al Doncel, mientras lleva sus manos de nuevo al cuello del otro para acercarse -Estoy listo... Hazlo- Atrae al otro tanto que reposa su barbilla en el hombro del sacerdote rubio, para así poder tener soporte y aguantar lo siguiente.
-Muy bien...- Le responde rápido, mientras con sumo cuidado, va adentrando su falo en el Doncel... Hasta que todo quede dentro...
Escuchar gemidos tan lindos lo hace sentirse excitado de una manera que no creía.
Aun estado recostado Mu, puede rodear nuevamente el cuerpo con sus manos un poco más grandes, pegando ambos cuerpos... Sintiendo como el miembro del pelilila ha quedado atrapado ente los dos abdómenes, de seguro es un deleite para él esas sensaciones.
Su respiración entrecortada, sus impulsos de ser brusco los detiene por aquellos de ir lento y calmado, debe inmortalizar este instante en la memoria de ambos, pero por la dulzura y amor, no por la agresividad y bajos instintos.
Esas embestidas que van aumentando solo un poco y luego desistiendo.
El vaivenee se compara a una pieza clásica de música, romántica, lenta y hermosa...
Donde dos cuerpos se funden para contemplar una nueva vida, que es el resultado de una unión, que no podrán seguir después.
El dolor de verse por última vez no existe ahora... Aunque sus lágrimas caigan... Podría ser que el placer recuerda a que en algún momento acabará y no podrán estar así nunca más.
El miedo de que así suceda, no debe invadirlos aún...
Sonidos de besos...
Sus pieles haciendo una pequeña fricción, el aroma de ambos se mezcla...
Dando lugar a una dulzura sin igual... En esa habitación....
Como las gotas de sangre han caído al momento de la penetración y con las embestidas, manchando las finas ropas del Doncel...
Cumpliendo esa parte de la ceremonia...
Sus miradas chocan de repente, cuando se rompe el beso, siendo aún unidos por un hilo de saliva...
Las mejillas como las orejas rojizas...
Besos dulces que no necesitan nada de intensidad para disfrutar...
Sonrisas preciosas....
Sus cuerpos se han acoplado perfectamente....
Mu se siente en el cielo.... Sus piernas se abrieron un poco más por el cansancio... Es difícil mantener un ritmo así, pues no está acostumbrado, aun siendo preparado para este punto...
Pero es inmensamente feliz por que Shaka lo ame así.
Sin embargo la fricción en su pene, provoca que sienta su clímax llegar, temiendo que de igual forma el de su compañero se presente.
-Mu... Creo que...- Entre roncos jadeos y palabras difíciles de pronunciar... El rubio va indicando que también está a punto... Es obvio que no duren tanto, son jóvenes, su primera vez, inmaduros e inocentes... Sus cuerpos sólo han conocido algo hermoso, no profano.
-No lo digas...- Murmura, mientras se aferra más al otro -Solo sigamos... Hasta que suceda... Aaaaahhhgg... Por favor...- Las lágrimas caen, combinadas con las de placer y una sonrisa tenue con dolor en ella.
El sacerdote del sexto templo lo comprende y... Asiente para abrazar más ese delicado cuerpo, mientras su misión sigue.
Ambos disfrutan el último momento, antes de terminar todo...
Y es allí cuando... De buenas a primeras... Sienten aquella liberación...
Ambos clímax llegaron al mismo tiempo, con una sincronización casi perfecta...
Mu entre ambos cuerpos su semilla se libero, mientras su interior se comenzó a inundar de la del rubio...
En ese instante el abrazo fue tan fuerte, demandante y necesitado...
Sus rostros reflejando la emoción y excitación por el placer que viven.
Las lágrimas cayendo de esas esmeraldas, pues siente como una sensación tan abrumadora e intensa se apodera de su cuerpo, provocando sentimientos extraños, pero agradables...
Los zafiros entrecerrados, admirando al Doncel que deja salir esas dulces expresiones que contempla con devoción... Después de terminar dentro.
Un suspiro lanza, queriendo besar de nuevo esos rosados labios...
Comprendiendo que el ritual ya estaba hecho y que significaría que sería la última vez que se podrían ver...
Por dentro solo deseaba que no hubiera logrado dejarlo embarazado, pidiendo eso a gritos internos, mientras el beso se funde con ellos... Necesitado y desesperado...
Ambos lo entienden sin hablar...
La inseminación desde luego surtirá efecto, es lo más probables...
Las lágrimas que escapan de sus ojos, por la alegría de confesar sentimientos, llegar hasta el final en todo... Sentirse amados y correspondidos, todo era el cielo, pero a la vez, entender que esto era todo... Su contacto se reduciría a cero, y que ese rubio jamás conociera al bebé que concibieran, es demasiado cruel...
Pero eso no importaba ahora, solo... Abrazarse, mientras aún permanecen unidos, abrazados, con el maravilloso beso, que eso es una acción que no querrían dejar de hacer, hasta que el sueño les ganara.
Dormirían abrazados, mirándose a los ojos, dedicándose sonrisas, hablando de todo lo que se perdieron en la vida del otro... Hasta que la mañana llegará, y el sol les indicará que su hermoso encuentro ha terminado.
Que dolor tan grande sentirán, que desesperación... Angustia y desolación.
Es muy injusta la vida para todos aquellos que tienen una misión tan grande.
Demasiado puesto en sus hombros, sin siquiera tener la oportunidad de amar abiertamente.
Pero eso, no importa para nada...
Pues, ahora que el rubio ya está fuera del pelilila, lo abraza con tanto cariño, sintiendo ambos el corazón del otro, sonriéndose, con la intensidad de ese tierno amor...
Palabras sinceras se escapan...
-Te amo, Shaka... Siempre... Lo haré...-
-Mu, mi corazón te pertenece... Te amaré hasta que mi vida se acabe, lo juro-
Cada uno hace una promesa que pretenden cumplir, pues... Este amor que inició en la infancia y ahora en la adolescencia se ha mantenido, puede significar que no se romperá tan fácilmente.
Aunque sus destinos sean vivir y caminar por caminos separados.
Sus corazones siempre reclamarán al del otro.
Y si este rito se cumplió de verdad, existirá un ser, un fruto de un amor tan hermoso como trágico.
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Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?
Yo me encuentro super bien, ya preparada para ir al trabajo... Tengo un poco de frió, pero... Es sumamente soportable la verdad...
Aunque les diré que en las noches hace demasiado, bajamos varios grados, pro bueno...
Por eso voy super abrigada, llevo un chamarra, que no uso ahorita, pero si cuando cae la tarde, en fin, en fin...
Espero que disfruten mucho el capitulo de hoy.
Sin duda es algo tierno...
Bueno, muy tierno a mi parecer.
Pero dejare que ustedes lo comenten.
Les agradezco tanto a cada uno de ustedes, mis terrones de azúcar, son los mejores del mundo mundial, la verdad soy tan feliz que estén conmigo siempre, leyéndome, votandome, apoyándome incondicionalmente.
Mamá terrón de azúcar esta muy feliz que ustedes disfruten cada una de mis locuritas y la verdad siempre espero traerles cositas de calidad y diversión, como de amor y muchas cosas locas jajajja
Bueno, por favor, cuídense mucho, hagan caso a las medidas de higiene, no se expongan de mas.
Los quiero mucho.
Ammu se va.
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