Capitulo 5 (Gunplay/Knifeplay)

Felicidades mis terrones de azúcar, completaron el reto para el día de hoy, de echo lo hicieron demasiado rápido que me han dejado sorprendida de verdad.

Bueno... Ahora les debo decir algo muy importante, como han estado cumpliendo el reto muy seguido...

Creo que lo voy a subir, así sera mas interesante...

Por lo cual para tener sel siguiente capitulo, este debe llegar a los 15 votos y 15 comentarios, se que para ustedes no sera ningún problema. 

Pues han estado superando estos números y me hace mega feliz. 

Recuerden que deben cumplir este reto antes del mediodía de mañana, para ser actualizado mañana, sino, hasta que se cumpla el reto.

En fin... Las advertencias...

Contenido lemon, lenguaje inapropiado... Parafilias, armas de fuego y de punzo cortante, crimen y demás.

Puede que este contexto, este algo romántico, pero igual no es un buen ejemplo... Son situaciones que se pueden aclarar con féminas fatales... Pero, aquí es un Mu peligroso fatal, jajajaja 

Ustedes lean y lo entenderán...

También debo decir que algunos One Shot de este especial, lograran tener un fanfic mas adelante y espero lo disfruten explorando las consecuencias de situaciones tan crueles y mórbidas.

En fin, la explicación de esto, ahora viene.

Gunplay/Knifeplay: Donde el uso de armas de pólvora y/o cuchillos agregan adrenalina a la situación.

Es la descripción a la que me baso por el reto de KinkTuber, que sigo en una pagina de facebook.

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-Vaya, nos volvemos a ver- Su sonrisa arrogante, sus ojos azulados reflejados en la hoja afilada del cuchillo que sostiene, apuntando directamente hacia su oponente.

-No es para mí nada grato- Las esmeraldas se entrecierran, apretando el arma de fuego que lleva entre sus delicadas manos, llenas de pólvora.

-Ja, ¿Enserio?- Sonríe triunfante, mientras da pasos hacia adelante... Confiado en sus habilidades, dejando que su cabellera honde en el viento, sin importar que relámpagos se presenten en aquel techo de un edificio abandonado -Yo no he podido olvidar aquella noche- Se acerca peligrosamente, sin tomar en cuenta que la persona delante no es alguien para nada delicado y frágil y eso le provoca tanto.

-Tú maldito bastardo, ¿Como te atreviste a besarme?- Sus mejillas se sonrojan, aunque su ceño fruncido adornado con dos puntos de tono rosa que lo hacen lucir tan adorable... Escondiendo su fachada de asesino.

-¿Que tiene de malo?- El siempre serio joven hombre de cabellos rubios, ropas al estilo militar, se regocija por tener nuevamente de frente al pelilila, del que no ha podido dejar de pensar en él y ve que puede ser recíproco.

-¡¡¡ALÉJATE DE MI!!!- El pelilila que porta ropas negras, le apunta con el arma, sin amedrentarse que se acerquen a él con tanta confianza, sintiéndose furioso por el atrevimiento del otro en su último encuentro.

-¿Me dispararías?- Le pregunta arrogante, como si no conociera la respuesta.

-¿Aún te duele la herida que te deje la primera vez?- Ahora aquellos ojos verdes como un preciosos bosque, reflejan con dignidad el orgullo de haber casi provocado la muerte de un comandante tan joven, al mando de ese operativo.

-A veces... Pero esta bien- Su sonrisa refleja también satisfacción, mientras el cuchillo que lleva es apurando directamente al cuello del otro, listo para un movimiento repentino -Pero, no es justo que yo tenga algo de ti y tú ni un solo recuerdo mío-

-Ja, ja, ja, no me hagas Reír- Responde a aquella amenaza, apuntando su arma directamente a la cabeza del contrario... Quedando tan cerca que sus alientos parecen chocar por lo cercano que sus cuerpos se encuentran -No quiero nada que venga de ti- Le sonríe, con un extraño coqueteo en su tono... Este pelilila es soberbio y muy inteligente que a cualquiera pudiera causarle escalofríos.

-Pero, a mi si me gustaría tanto dejar un recuerdo mío en ti, dulce borreguito- El tono ronco que usa, quiere aparentar ser sexy y provocar algo en ese delincuente bien entrenado y precioso que no pareciera que su vida fuera un crimen tras otro .

Aprieta su mandíbula, enojado por ese sobrenombre que le ha puesto el rubio -No vuelvas a hablarme así, o...- Aprieta contra la frente del otro la punta de la pistola -Juro que en este momento te vuelo los sesos idiota-

-¿Te atreverías, borreguito?- Tienta su suerte, no le importa provocar al pelilila delante, después de todo... Ambos pueden comprometer sus misiones, por el hecho de sus sentimientos.

-¿Quieres probarme?- Su mirada se afila, entrecerrando sus ojos para apretar más la empuñadura de la pistola -No te gustaría ver de lo que soy capaz- Su tono cambió de uno desafiante a uno más seductor... Dedicándole un sonrisa coqueta.

-He deseado probarte desde el primer día que te conocí... Ja, ja, ja,- No baja el cuchillo de ese hermoso y frágil cuello... Deseando solo marcarlo un poco... Pero no quería dejarle una terrible cicatriz -Lucias tan lindo en ese traje de borreguito en esa fiesta- Su memoria es sumamente buena cuando se trata de la misión o de ese joven hombre a su delante.

-Ja, no te hagas ilusiones, solo debía hacerme pasar por un cualquiera... Para poder asesinar a idiotas como tú- Habla firme, sin dejar de ver esos zafiros brillantes.

-¿Raro que no me asesinaras? ¿No dices que debes asesinar a idiotas como yo?- Le cuestiona, mientras presiona levemente la punta del cuchillo contra la blanca piel.

Sentir esa fría hoja en su piel, cortándolo solo un poco... Por extraño que fuera, le comenzaba a calentar esta acción... Provocando que sus mejillas se sonrojen y demostrar un rostro más suave, que de dolor.

-Puede que tú no seas tan imbécil, pero... Te desprecio por interponerte en mi camino- Imita la acción del otro, empujando la pistola contra la frente del rubio para marcarla.

Las miradas conectadas, ambas demostrando la tensión sexual que existe entre ambos.

Su enfado y burla se mezcla para crear un muy extraño ambiente, que invoca a un calor que cautiva a ambos...

-¿Me desprecias tanto?- Se acerca al pelilila, sin importarle ninguna amenaza posible, su corazón está latiendo desesperado, sus orejas se tornan rojizas; En su entrepierna algo le comienza a palpitar, al grado que le molesta sentirlo... Pues es obvio que ha estado soñando con tener así de cerca a ese hermoso joven.

Que se atreve a sujetarlo por la cintura, aflojando el leve corte que le hizo en el cuello... Donde unas gotas de sangre caen de forma erótica en la retorcida mente del comandante.

-¿Que demonios piensas que haces?- Le cuestiona ya que esta sujetándole su cintura, aunque no hace nada por alejarse, ha sentido el cálido líquido rojo recorrer un poco su cuello, hasta la base de la clavícula... No es para matarlo, solo para seguir provocándole.

Y si que le está funcionando a ese rubio...

Sentir el peligro ambos, enfrentarse a una arma de fuego y un cuchillo... Por alguna extraña razón esto es demasiado excitante para el pelilila... Sentir que su enemigo tiene el control como él igual puede tenerlo de repente...

Verse en la vergonzosa situación de ser encontrados, de ser interrogados por sus camaradas de...

¿Por qué están hablando?

¿El por qué ambos no se matan de una vez?

Ni el mismo lo entiende...

Desde el primer momento que sus ojos chocaron, ha existo una conexión que les impide alejarse y que siempre los hace encontrarse en diferente circunstancias.

Cada que el ejército buscaba aquella banda de maleantes, el rubio y el pelilila se terminaban encontrando en una situación así.

Ambos solos, apuntándose a la cara con las armas que tengan a la mano.

Luchando para salir de esta con vida.

El coqueteo se presentaba cada que los dos están juntos.

Era como si internamente los dos se buscarán, en cada atraco, en cada motín... En todo momento que la posibilidad de verse sea grande, así era y es.

-Si no te gusta, dispárame de una vez- Le reta de nueva cuenta, mostrando una sonrisa de confianza y una mirada de lujuria intensa... Acercándose peligrosamente al rostro ajeno, para chocar sus alientos calientes, que se reflejan en la fría noche... Que los envuelve con tanta pasión.

Claro que está tentado en hacerlo, desde luego quiere dispararle y acabar con este maldito juego en donde el destino les impone encontrarse cada vez más.

Un disparo, y acaba con el imbécil que se interpone en que sus aliados puedan tener más poder y conexiones a otras bandas... Pero... Su mano simplemente no quiere apretar ese gatillo, no desea matarlo, no sin antes hacer algo que le está carcomiendo el alma.

Tiene a ese estúpido rubio a su lado, sujetándole la cintura, con los alientos chocando, las armas amenazante en cada uno y una marca de sangre en su cuello por una herida provocada.

Debería vengarse un poco.

-Comandante Shaka...- Le habla abriendo sus labios levemente, mostrándose seductor, con la mirada verde entrecerrada, correspondiéndole al acercamiento.

-¿Que quieres, Mu?- Ambos conocen sus verdaderos nombres, ¿Que tan peligroso puede ser esto?

-Bien, ¿Quieres dejar un recuerdo en mi, como yo deje en ti?- Le pregunta juguetonamente, para acercar su cuerpo de forma descarada, pegándose tanto que sus miembros erectos entre sus pantalones chocan, provocando un repentino jadeo ronco en el rubio.

-Gggrtt... ¿Que, pretendes?- Su respiración se agita un poco... Apretando su mandíbula, mientras el cuchillo baja levemente al costado del pelilila.

Satisfecho por provocar una latente libido en ese comandante que en cierta forma se quiere mantener correcto, cuando ha besado esos labios rosados contra su voluntad.

Sonriente de una manera tan descarada, el pelilila no soporta más... Esa adrenalina de ser encontrado por los equipos de cada uno, escuchar disparos y gritos de fondo, la oscuridad de aquel lugar, el aire frío golpeando sus cuerpos... Sin mas abrigo que una ropa ligera... Es extenuante y fascinante...

Las armas contra cada uno, la forma en que se encuentran...

Es excitante sentir la dureza del rubio, contra la propia... Provocando que su parte posterior se contraída, por el deseo de jugar con ese sujeto.

No pide permiso, es un delincuente con un montón de delitos sobre su cabeza, provocar a un comandante es algo que de menos puede estar.

El acercamiento se acorta, en el instante que el pelilila besa a ese hombre rubio, amante de las reglas...

Roba un beso que le debía, pero este no es para nada suave o tranquilo como el que ese sujeto le dio hace tiempo...

Aquella fue una simple burla de su parte, queriendo provocarlo...

En esta ocasión, la adrenalina de ser encontrados, de estar en una situación comprometedora, y que claramente no es favorable... Ambos llevan entre sus manos armas que pueden acabar con la vida del otro rápidamente, pero en vez de usarlas para acabar con el enemigo, prefieren unirse en un beso que el militar desde luego corresponde...

Sonriente ante los labios desesperados de ese joven hombre....

Las lenguas chocan entre sí, para saber quién domina en la cabida bucal del otro... Las manos traviesas tocando los glúteos del pelilila y las otras la camisa del rubio es levantada un poco...

Sus respiraciones se agitan rápidamente, sus ojos cerrados profundizando y disfrutando del beso.

Saben que tienen muy poco tiempo, deben parar o hacerlo rápido... Si es lo que pretenden.

Sus cuerpos se calientan aún con el frío de la noche.

Uno curioso y aun con sus manos explorando al otro.... Ni dejan por nada sus armas, cuidando de no herir o apretar el castillo.

Sus pensamientos son nubosos en el deber más importante, pero no en el deseo y lujuria de probar al otro.

Mu se siente más desesperado por esta situación, es muy abrumadora, placentera y difícil de evitar.

Muerde el labio del hombre ligeramente más alto que él.

Quiere que lo recuerde, que no lo olvide hasta que se encuentren nuevamente.

Así como este imbécil, dejó una huella en sus rosados labios provocadores.

La mueca de cierto dolor se refleja en los zafiros, pero fuera de que le moleste, al contrario le satisface ver a ese delincuente expuesto a un placer que le gustaría entregarle.

Se separan por la falta de aire, sus alientos chocando, sus jadeos por que aunque fuera corto, realmente fue disfrutable y muy intenso.

Los zafiros se afilan para ver a los verdes, que desvían la mirada, con las mejillas sonrojadas.

Dándole un aspecto dulce y adorable.

-¿Que pretendes?- Le pregunta con una ceja levantada, admirando a ese precioso criminal que le ha robado algunos suspiros y sueños.

Mientras sus manos un tanto más grandes, juguetean con esos glúteos suaves y redondos, muy bien formados.

Al aparecer el ser tocado de esa forma poco le importa... Pues aún sigue teniendo control, pues sí no le agrada le dispara con el arma que se coloca ahora debajo de la barbilla del rubio.

-Lleguemos lejos está vez- Las esmeraldas brillan con intensidad,, su rostro de un potente jadeo, llevando una mano detrás de la cabeza del rubio, mientras sus dedos se enredan con esas espiga de trigo, su mano dominante amenazando al otro con la pistola, en dispararla en cualquier momento.

Cosa que hace que el militar responda a esto y de paso pegándolo más, para sentir como ese chico tan coqueto se estremece por sentir su hombría chocar contra la dureza de este.

El cuchillo roza la suave piel de la espada... Pues está siendo desnudada por las manos firmes del enemigo.

La sorpresa se presenta en esos luminosos zafiros, pero la mueca de satisfacción que sus labios dedican es una con un secreto muy perverso.

-¿Quieres entonces, que juegue contigo?- Le pregunta juguetonamente, mientras reta aún más a él pelilila... Impidiéndole escapar si fuera su deseo.

-Ja, veamos quien termina siendo el juguete de quien- Mu también le demuestra una mueca de burla, para poco después fundirse con este hombre en un beso... Mientras rodea el cuello con una mano y la otra sigue apuntándole en la cabeza ahora.

Imita la acción del delincuente, lo rodea se la cintura, con la derecha, mientras la izquierda, tiene el cuchillo rozando la preciosa piel de un costado...

Ambos están bajo amenaza del otro, pero el disfrute es lo que primero desean tener.

Sus pasos torpes y apresurados, sus bocas dejando escapar sonidos obscenos.... Sus ojos cerrados, intensificando el sabor del otro.

Caminan hacia dónde creen no ser vistos por ningún bando...

Poco les importa que se estén matando entre ellos, ahora mismo quieren solo una cosa y es Complacerse... Lo necesitan después de toda la tensión que han vivido.

Los pasos apresurados del rubio, van provocando que el de ojos esmeraldas, camine de espalda de igual intensidad...

Hasta que lo tiene acorralado contra una pared, la más cercana donde está, de lado hay una puerta, para llegar hasta el techo de aquel edificio abandonado.

Se comen a besos, entre fuertes gemidos y gruñidos...

Mu enredando sus dedos en la cabellera dorada y Shaka, acorralándolo y atrayéndolo más a su cuerpo.

El beso es húmedo, apasionado, demencial y voraz, que apenas cuando el aire falte, se separan brevemente, unidos por un hilo de saliva, para volver a besarse...

El tiempo es oro en este momento, es poco el que tendrán...

Si van a llegar hasta el final es mejor hacerlo ahora

Sin decir una sola palabra, ambos se entienden perfectamente... Cosa rara, pero no imposible de los enemigos acérrimos...

Debían tener cuidado de no lastimar a su acompañante por esta noche.

El rubio sujeta esas caderas firmes y pronunciadas, para de una sola vez, despojarlas de aquellas prendas que lleva, solo bajar el pantalón y aquella ropa intima... Hacerlo quedar desnudo de la cintura para bajo.

No se admira de esa belleza, ni del pene duro y erigido que Mu tiene.

Esta más concentrado en besar esa dulce boca, desesperado por perder su dulce favorito.

La corriendo de aire se siente golpear esa tersa piel, provocando gemidos ahogados... A quien se encuentra descubierto.

Pero eso no provoca que su mano se mantenga firme, apuntando a su enemigo.

Por su parte... Shaka sabe que seguirá... No opone resistencia el otro... ¿Porque el debería de tenerla?

Sus manos salvajes por el arduo trabajo que ha tenido que manejar, le dan la fuerza y habilidad para lo que sea... Incluso desabrocha su pantalón y bajarlo levemente, dejando su miembro duro y húmedo expuesto...

Excitarse por solo unos sucios besos, eso no era para nada propio de un hombre como él, sin embargo... Es difícil contenerse con alguien tan lindo que le está dejando hacer todo.

Sujeta esas cremosas y torneadas extremidades inferiores entre sus manos, para de una sola vez cargarlo... Que enrede sus piernas alrededor de su torso quedando aquella hendidura rosada cerca del falo duro y grueso que desea tanto enterrarse.

Los pantalones del pelilila quedaron solo enredados en el robillo de la pierna izquierda, pues debía tener libre su cuerpo, lo mejor posible para poder estar en esa posición con este comandante.

El pelilila se aparta de aquella boca, jadeando intensamente por cómo se encuentran, sosteniéndose firmemente de los hombros del tipo con el que tendrá sexo.

-No soy el único ansioso por esto- Canturrea triunfante, mientras lleva su arma a su propia boca, como un movimiento sexy de besarla, provocando sólo al otro de una forma que entre ellos captan.

-Eres tan desvergonzado- Le habla tosco el otro, intentando dejar que el cuchillo no estorbe... Pero precavido de mantenerlo cerca, aunque sujete esa estrecha cintura...

-Nadie me enseñó a tener vergüenza- Revela aquello, satisfecho por qué Shaka conozca algo impropio de él.

-Tendré que enseñarte- Contesta, sonriente y burlón, mientras sus manos abren esas pálidas y suaves nalgas, para abrirlas y dirigir la entrada húmeda hacia su pene ya desesperado.

-Ja, ja, ja, ¿Un militar le enseñará modales a un "Delincuente" como yo?- Le da gracia la situación en la que se encuentran.

Demasiado comprometedora.

En donde si son descubiertos a ambos matarían.

Es excitante pensar que sean atrapados...

Pero más es el sentir como ese cuchillo cercano a su cuerpo roza con el frío filo, haciéndolo estremecer... Jadeante e implorando porque esto siga

-Te daré una lección rápida, no te preocupes- Por fin se había acomodado, su pene roza la hendidura del contrario...

No será gentil, esos delincuentes no la merecen.

-Oh, acaso... ¿Estas muy viejo para aguantar el ritmo a un...?- No termino cuando sintió como un pedazo grueso y caliente de carne se entierra en su intimidad...

Provocando que sus ojos se contraigan, sus piernas tiemblan, mientras la espalda se arquea, respirando profundamente, mientras unas lágrimas de placer escapan...

-Deberías calmarte...- Su voz ronca se entrecorta, al sentir esa estrechez del pelilila... Sin duda no negara que es mucho mejor de lo que imagino -Mierda... Me estas succionando- El sudor se presenta en su cuerpo... Lo caliente de su cuerpo se deja notar por el aliento reflejado a contraste de la luz lunar.

-Ambos... Aaaaahhhhggg... Estábamos... Desesperados por... Ay...- Jadea, sacando la lengua... Sus ojos dejan que las gotas de sal salgan, mientras aprieta sus piernas contra ese trabajado cuerpo que no logra ver, pero imagina, sus manos se sujetan firmemente a los hombros... Dejando que su pistola no apunte a ninguna parte del contrario, esta absorto en esta sensación que olvidó el dolor de aquella herida en su cuello.

-Cierto...- Contesta con una afirmativa, mientras las embestidas van en aumento... Se mantiene rápidas y descontroladas, llegando profundo... Golpeando el interior del otro con tal fuerza que sin duda deberá dolor después.

Las expresiones en el rostro del pelilila son hermosas...

No va a negar que si pudiera... O más bien si quisiera el otro, lo sacaría de esa red criminal a como diera lugar... Lo llevaría lejos... Sin que nadie supiera y lo escondería, para que no volviera a meterse en problemas y así mantenerlo por siempre en todos los sentidos posibles...

Unos sentimientos curiosos por parte del comandante, ante un criminal que está dentro de un bando peligroso y que siempre se han mantenido como enemigos...

No hablan entre sí ahora... No quieren burlarse uno del otro... Aunque hagan caras de tontos enamorados que no se saben si son.

Siempre se mantenían arrogantes uno contra el otro...

Apuntaban sus armas, listas para matar al otro....

El coqueteo se palpaba cada que estaban solos, pero nunca se permitían llegar a nada.

Ahora, y después de varios besos, sus cuerpos se hunden en un abismo del cual puede que no salgan bien.

Tal vez si las circunstancias fueran otras, si se hubieran conocido antes... Todo sería diferente, habría un espacio para sus felices para siempre...

Pero aquí no... Es la realidad que los atormentará cuando dejen de joderse...

Pies no solo lo hacen en cuerpo si no en sentimientos.

Ahora aferrado firmemente al cuello del otro, abrazándolo como puede, mirando los zafiros llenos de lujuria, refleja su rostro perlado en sudor, dejando que la sal lo invada... Gimiendo y calmando esto, para no ser escuchado...

-Si te entregas... Puedo hacer que no tengas condena... Aaagggrtt...- Sus palabras son cortadas por una sensación de placer al sentir como se aprieta aquel ano y se contrae por su culpa.

Sentir que llegan tan profundo dentro de él, es la gloria... Su cabello lila es hermoso al vuelo del viento... Ni el frío le cala en su piel descubierta, es un calor sublime aconteciendo en su ser...

La ropa de arriba de pega a él por el sudor...

Pero la burla llega, al entender lo que el rubio le ha dicho a su oído, sin signos de convencerlo

-Ja, no me hagas reír comandante Shaka... Aaaahhhhhmmm... Oooh... Si... Es bueno en esto...- Aprieta sus párpados, dejando escapar un suspiro fuerte... Sus manos están débiles al sentir cada estocada, penetrándolo profundo.

-No bromeó... Mu- De vuelta susurra... Mas cerca para morder ese hermoso lóbulo de la oreja izquierda -Entrégate y yo mismo me haré cargo de ti... Lo juro-

-¡¡¡CÁLLATE...!!! No digas cosas que no cumplirás... Oooh.... Aaaaahhhhmm... Solo sigue y termina...- Por algún a razón, esas palabras le gustaron, y se aferra más a ese cuerpo del rubio, aunque estén afuera de un edificio, contra el viento golpeándoles y teniendo sexo de un a manera tan salvaje... Se siente extremadamente querido...

Cierra sus ojos, decide disfrutar, deleitar su cuerpo con otro...

Pensaría que ese hombre sería rudo con él, que lo golpeara más duro el interior, pero... No es así... Es algo delicado aún en esa posición, como cuidando de no lastimarlo... Son rivales, enemigos de posiciones contrarias, deberían intentar matarse y en vez de eso están cogiendo con un poco de gentileza.

Pero en esos momentos olvidaron sus armas, sus deberes, sus deseos y se entregan a algo que soñaron, creían como sexo y ya.

Las embestidas son rápidas y profundas... Llegando a la próstata para golpearla con gentileza, provocando que se estremecía el pelilila... Que aferra su agarre al cuello del otro, acercándose tanto que puede oler el sudor en el comandante y le fascina.

Por su parte el dulce aroma que despide ese lila cabello inunda las fosas nasales del rubio, invitándolo a seguir...

Sabe que pronto terminará, que acabará ese encuentro y no sabrá cuando volverán a verse.

¿Por qué no llevárselo contra su voluntad?

Cierto, si lo hiciera, Mu le arrancaría las bolas en ese momento y lo acaba.

Mejor es no provocarlo más.

El miembro del más bajo, está también endurecido... Frotándose contra el torso del otro... Se siente apretujado, caliente, intenso el simple hecho de estar empalado así... Aspirando un olor fuerte que le agrada tanto...

Le hace temblar las piernas, pero no va a decir nada más... Que sus buenos gemidos, aferrándose al cuello... Y dejando que el arma casi caiga...

Pero... No tiene tiempo que perder...

Es mejor ir rápido, el tiempo es muy junto... Aunque estén ayudados por la noche y el punto donde se pusieron...

Mu contra la pared, su espalda es apoyada allí... Cierra sus ojos, experimenta un terrible placer.

Justamente cuando aquella arma filosa toca más su piel y sin quererlo tiene una pequeña herida en un costado...

Fue sin querer por los movimientos bruscos de caderas de ambos.

Poco a poco... Saben que sus corridas están por venir...

Y será mejor hacerlo ya...

Perdidos en un placer prohibido...

Entre retos y coqueteo, entre las armas de fuego y cuchillas...

Algo muy sucio y hermoso se despierta en la plenitud de un anoche fría, que al final...

Deja a dos almas enlazadas....

Una estocada más, una exhalada de gemidos, con los roncos jadeos... Y apretando aquella hendidura, mallugando la piel blanca y preciosa...

La eyaculación del pelilila se esparce en la ropa de ambos...

Es muy mala idea llevar negro, pero que importa...

Mientras la del rubio... Esta derrochándose en el ano enrojecido... Y dilatado.

Ambos ahogan sus gemidos en un precioso beso, otro donde claramente ellos desean olvidar por completo su desdichado destino.

Mirándose a los ojos, los azulados y los verdes se miran fijamente... Entendiendo que por ahora volverán a separarse.

No quería que se bajara de él... No desea salir de ese cálido interior... Pero sabe que no va a poder retenerlo por mucho tiempo más.

Se separan... Dejando que Mu sea libre... Colocándose de nueva cuenta sus pantalones y el rubio abrochado los propios...

El pelilila se da cuenta de la herida que tiene en su piel, pero no le duele tanto, apenas si la sintió... Es solo una leve cortada, pero esta bien... Esta y la del cuello se volvieron marcas demasiado perversas...

-Lo siento... Te lastime...-

-No pasa nada...- Habla serio... Mientras acomoda sus prendas y limpia un poco -Fue bueno, pero es hora de despedirnos... Comandante- Sonríe, mientras lleva el arma de fuego de nuevo a su funda, aunque debe admitir que es difícil caminar con una extraña humedad en sus prendas íntimas y el leve dolor en su ano.

-Mu, Mu, por favor... Quédate a mi lado... ¿Si?- Le súplica nuevamente.

-Ja, ja ja, lo siento... Pero prefiero seguir viviendo así, por lo tanto... Adiós- Se aleja rápidamente... Pues si se queda más tiempo, esa mirada azul lo atraparía para no irse, pero no puede hacerlo... Sino pondría en riesgo a este idiota amante de la justicia.

El militar desea con todas sus fuerzas ir detrás del hermoso delincuente pelilila, sin embargo es mejor evitar todo eso, e ir en la dirección contraria... No sin antes dar un vistazo por donde aquella figura se va perdiendo en la oscuridad.

No puede evitar pensar que fue el mejor sexo que ha tenido, con el riesgo de ser descubiertos, la adrenalina de aquellas armas y estar en medio del campo de batalla.

Si solo supieran ambos que esos sentimientos desastrosos que experimentan en sus corazones son bien correspondidos.

Pero, lamentablemente las circunstancias y el destinó no los querrá ver juntos jamás... Pues sus mundos son tan diferentes y si alguno cede ante el otro, significaría su muerte inminente.

Y atroces crimines terminarían siendo cometidos y una serie de personas inocentes se verían involucradas.

Dos corazones que saben que pueden vivir su ilusión, pagando el precio de la vida.

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Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Yo me encuentro super bien, sufriendo del frió, pero... Les quiero decir algo bien chido y bonito que ayer me paso.

Verán... Yo desde ya le estoy preparando el regalo a papá terrón de azúcar por San Valentin y nuestro mesversario.

Le he comprado algunos peluches y figurita de anime, pues una tienda nueva se abrió y esta buena, bien variada y surtidas...

Y ayer cuando el compre una figurita de un personaje que le gusta mucho, y pregunte si tenían algo de lo caballeros dorados...

Me dijeron que si, unos peluches y me enseñan algunas, pues apenas los estaban sacando de las cajas, y pues...

me muestran a caídas locas, a traiciones locas y al bicho... Y yo preguntando, tienen a Mu y a Shaka, y me dicen que si... Pero no los encontraba y yo debía volver a clases, así que dije que iría luego.

Mañana voy a comprarlos, no están caros y están bonitos jajajajja...

Si los consigo, luego se los presumo.

Junto con los hermosos detalles que me han dado mis amigas, novio y mi mamá de los dorados, que saben mi obsesión. 

Bueno ya me calmo...

Jajajaja, recuerden no toar de ejemplo lo escrito en cada One Shot, pues son cosas y situaciones algo insanas. 

En fin, muchas gracias por leerme, comentar y votar, la verdad me hacen mega feliz.

Y recuerden cumplir el reto, son los mejores terrones del mundo.

Los quiero mucho.

Hagan caso a las medidas de higiene y no se expongan de mas. 

Ammu se va. 

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