Capitulo 2 (Pet Play)

Felicidades terrones de azúcar, han cumplido el reto.

Lograron conseguir diez votos y diez comentarios, wiiiii...

Por lo cual aquí esta el segundo capitulo de este hermoso y sensual especial de San Valentin.

Debo decir que a dinámica sigue siendo la misma.

Deberán conseguir diez votos y diez comentarios antes del medio día de mañana viernes, para tener el tercer capitulo.

Se que lo van a lograr, por que disfrutan cada una de mis locuritas que hago.

Me sorprendió tanto que llegáramos al doble de votos, pero salvo por los comentarios que ayer a esta hora eran solo nueve, esperemos que hoy logremos alcanzar la meta antes.

Sino a esperar hasta cuando se cumpla. 

Recuerden advertencia de contenido lemon, parafilias, algo de sadomasoquismo, y mucho ShaMu hot, hot, hot.

Ahora la explicación del día de hoy e su tema. 

Pet Play: Juego de roles donde uno actúa como dueño del otro, mientras quien interpreta una mascota, actúa como tal... Si fuera una mascota domestica, e implica utilizar juguetes o cosas referentes a este tipo de practicas.

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En medio de una oscuridad interna...

Una puerta se escucha abrirse, dejando ver que afuera ya es de noche...

La figura de un joven hombre se presenta, entrando a esa propiedad que le pertenece...

Usando un traje formal, una camisa blanca, corbata negra, un saco color azul oscuro, con pantalones del mismo tono y zapatos negros, su larga cabellera rubia, le da un toque sin duda de elegancia, su porte frio y sereno, lo hace lucir como una persona muy difícil de trata.

Aunque... No siempre es así su aspecto.

Apenas si cierra aquella puerta detrás de él...

Una sonrisa maliciosa se dibuja en su rostro, sobre todo por que ante sus ojos ahora abiertos puede ver lo que más ansiaba tener todo el día a su disposición.

Deja aquel maletín en el suelo, deben ser cosas del trabajo sin duda, no es algo que ahora mismo le importe.

Sus ojos azules clavados en quien lo ha estado esperando en medio de la oscuridad tenue...

-Has empezado a dejar salir tus feromonas- Habla de forma seductora, sonriente, admirando lo que le pertenece.

-Bien-Bienvenido...- Timada aquella voz, su rostro sonrojado, sus ojos llorosos, jadeando algo fuerte, sus manos delante de su pecho, como si quisiera cubrir algo.

Llevando un delantal y un extraño accesorio alrededor de su cuello, con algo que cuelga de este, y nada más que lo cubra...

Su mirada baja, incapaz de ver al recién llegado a la cara, su cuerpo un poco más delgado que el otro, con una silueta muy bien marcada, que sin duda demuestra su condición de Omega.

Ver a este hermosos joven ante él, simplemente lo hace reaccionar rápidamente, su duro pene entre sus ropas lo evidencia, aunque parece que ya estaba estimulado por pensamientos sucios desde que venía para su hogar.

Una sonrisa lasciva, sus ojos llenos de lujuria y deseo, comienza a acercarse a quien esta desnudo.

Alzándole el mentón con cierta fuerza, obligándolo a verlo directamente.

Los zafiros se imponente ante unas preciosas esmeraldas cristalizadas, un ceño de vergüenza que se nota por las marcas circularas en la frente de este y sus labios algo temblorosos, pues no sabe que decir o hacer.

-Te falto decir algo mas- Le reclama con cierta molesta, aunque es más para intimidar al Omega delante, pues sus ojos desprenden un cierto brillo que los hace oscurecer a un azul rey.

-¿Eh?- Pregunta confuso, por aquellos nervios que tiene, pues un aroma a incienso se comienza a esparcir rápidamente en toda la casa, provocando que el pelilila Omega se sobresalté, pues es muy fuerte para él y lo provoca.

Sin embargo eso no sería su única preocupación, ya que una mano invasora no pidió ni permiso, ni tiempo para atreverse a tocarlo de una forma descarada, justamente en esos desnudos glúteos, que deja ver una deliciosa piel tan blanca y pura, aunque está presente ya marcas de mordidas y dedos que no se notan muy recientes.

-Aagh mmht...- Sintiendo como es ultrajado en esa parte, sentir esas calientes manos en su cuerpo, sin poder hacer nada... Pues sabe que debe obedecer y estar tranquilo cuando todo esto ocurre.

-Eres una buena mascota, Mu- Le susurra al oído de una manera tan sensual, que provoca escalofríos en la piel el contrario –Lo has puesto en ti ¿Desde hace cuánto?- Le pregunta, mientras sigue tocando aquel objeto, jalándolo suavemente, y para luego hacer empujones contra esa cosa.

Todo para provocar los espasmos del pelilila y escuchar esos dulces gemidos que le regala a cada instante que lo molesta en la entrada que todas las noches profana, excitándole que siempre sus deseos sean cumplidos.

-Cuan-Cuando... Usted... Aaammh... Aaaah... Llamo, amo...- Las oleadas de placer se sienten intensas con tan solo el dispositivo que tiene dentro, provocando que sus piernas tiemblen, su estómago hormigueo, y su miembro comience a gotear, manchando el mandil que lleva puesto.

-Así me gusta- Ya no le sujeta el mentón, ahora ambas manos están abriendo aquellas nalgas, mientras intenta recorrer con brusquedad el contorno de la entrada que está gozando con un juguete dentro.

Aunque no pueda verlo por completo, pues esta de frente con el pelilila que lleva su cabello suelto como al rubio tanto le gusta.

Disfruta ver las reacciones del rostro de su hermosa mascota como le llama en más de una ocasión.

Nunca le niega nada, siempre dispuestos a cumplir lo que desee el rubio, haciendo uso de su cuerpo tanto como le plazca, acatando ordenes, sin importar que tan impropias o sucias sean.

Mu acepta todo lo que su amo le dice.

Como todo Alfa, disfrutar de su pareja después del trabajo es algo tan normal...

Este hombre de nombre Shaka no es la excepción... Cada noche solo espera a que sea el momento de irse, para regresar y encontrar a ese dulce Omega esperándolo con todo lo que le pida, listo para solo tomarlo.

Este momento no será negado.

Ya que el pene del rubio se encuentra golpeando fuertemente sus pantalones, deseando ser libre para clavarse en su mascota.

No tiene tiempo de ir a la habitación.

Por lo cual la mirada azul, que observa al pelilila como una deliciosa y dulce presa para devorar de todas las formas posibles, encuentra una solución rápida.

-Ven- Le habla fuerte, pero no usando "Su voz", mientras sus manos son alejadas de aquel juguete sexual que termina en una curiosa cola animal, corta y algo esponjosa, asemejando a una especie en específico.

Su cuerpo es jalado para ir con el rubio, y no precisamente es tomado del brazo, mano, muñeca o alguna parte de su cuerpo, sino...

Aquel objetó que lleva en su cuello, un collar, que presenta una cadena algo corta, hasta el nivel de su vientre plano, es sujetada con cierta brusquedad por el Alfa.

Apresurado y sin querer perder tiempo, va directamente hasta la mesa del comedor... Sin mucho cuidado, empuja suavemente al pelilila sobre esta, quedando esté boca abajo, sosteniéndose con las manso que metió primero, para no golpearse.

Siempre se asombra y asusta un poco de los lugares que escoge el rubio para hacerlo.

Puede sentir como su cuerpo reacciona a cada toque del Alfa, a como esas feromonas se combinan con las suyas, un dulce olor a lavando que despide el Omega, temblando un poco... Pues esta demasiado estimulado, que no puede evitar sentir como su corrida vendrá muy pronto, temiendo la reacción del rubio, pues tiene prohibido hacerlo antes de que siquiera el otro lo penetre.

El mandil queda debajo del pelilila, según "Cubriendo" su cuerpo, aunque caramente por detrás, solo se pueden ver dos lazos que lo mantienen asegurado, hermosos moños de color rojo, con una tela blanca que ya está manchada del pre semen de quien lo porta.

Puede sentir su cuerpo caliente, admirando por fin la hermosa entrada humedecida y preparada para él.

La corbata que usa es aflojada, sudando por el ambiente tan candente en el aire... Aspirar las feromonas del Omega lo enciende, y más al tener esa preciosa vista de lo que tomara sin reparos.

Desabrocha su pantalón, no lo deja caer... Solo para ser liberado su gran falo, palpitante, y grueso que ya no puede soportar la espera tortuosa.

Puede admirar por completo la piel de su mascota, tan blanca y perfecta... Tan suya y marcada... Le pertenece ese pelilila, solo él es su dueño y se lo deja en claro cada día que transcurre.

Sus mordidas están en varias partes de Mu, sus chupetones igual, las marcas rojas y moradas de sus dedos cuando lo sujeta para clavarse profundamente en él...

Puede ver que ese Omega le pertenece, lo ah hecho suyo miles de veces, que siempre lo va a recordar y es lo que tanto desea, que nunca olvide el nombre de su amo.

Se inclina levemente, sin dejar de ver a quien su cabello lila cubre parte de la espalda.

-Es mejor sacar esto de una vez- Sujeta con fuerza el juguete, que simula una cola de borrego, de un tono lila, tan similar como se pueda al cabello de su portador.

-Amo... Mmhhgg... Aaahg... Es... Pere... Por... Favor...- Le ruega, entre gemidos y gimoteos, sus ojos dejan escapar lágrimas de un placer indescriptible, aunque este tumbado sobre la mesa, apoyado de sus pies en punta... Teme tanto que si lo llega a sacar de su interior aquel juguete, su corrida sea inminente...

Su cuerpo ardiendo tanto por fuera como por dentro, su piel crispándose, y estremeciéndose por cada toque descuidado de su amo, tiembla a cada estimulación.

-¿Por qué?- Sus ojos brillantes, llenos de la perversión de atormentar a su presa, no se puede resistir al deseo insaciable de torturarlo un poco.

No va a quedarse a averiguar que desea el Omega, pues en ese instante, su mano de manera brusca saca aquel juguete sin importar las protestas.

-¡¡¡AAAAAAHGGG!!! ¡¡¡AAAAAY...!!!- No resiste más, al ser sacado de su interior con muy poca delicadeza, es demasiado para él, grito sin poder contenerse, sus lágrimas inundando sus mejillas, echando la cabeza para atrás, arqueando su espalda... Y el miembro del Omega corriéndose en la tela de mandil, claramente traspasándola pues ese chorro es muy grande, manchando también de paso la mesa.

Su cuerpo se estremece por ese placer incontenible, su piel sudorosa, sus feromonas saliendo de una forma abrumadora, que enloquecería a cualquier Alfa, con un Omega tan hermoso y lascivo que disfruta de un poco de maltrato.

Aunque su clímax sigue, no tiene tiempo de seguir disfrutándolo a plenitud.

Una mano lo toma con fuerza del cabello, sometiéndolo un poco contra la mesa, no para lastimarlo, pero si para que no la alce más...

Controlando así sus movimientos, otra extremidad superior, sujetando la cintura tan marcada por esos mismos dedos...

Y de repente, sentir de nuevo un intruso en ese interior que esta aun palpitando y contrayéndose.

No necesitaba prepararse más, el juguete fue capaz de hacerlo lo suficiente para no lastimarlo más, después de todo tiene la preocupación de no hacerle daño a su linda macota.

No puede moverse con libertad en este momento, sus ojos parecen tornarse oscuros, como un verde en medio de la oscuridad, las gotas saladas cayendo, un hilo de saliva de una comisura de su boca también, estremeciéndose con cada embestida que reciente de su amo.

Sus pupila se dilatan, parecieran formar corazones por cada vez que siente como tocan su interior en una parte que lo hace volverse loco, perdiendo así la poca cordura que le queda.

Jadeando, gimiendo, despidiendo su aroma a lavanda cada vez que siente como su cuerpo desea más...

Su corrida anterior parece volver a presentarse de repente, paso gran parte de la tarde con eso en su interior... La resistencia que desarrollo es mucha, pero una vez empezando ya no puede detenerse hasta que su propio cuerpo este vacío de una forma y lleno de otra.

-Arggg... Oh... No importa... Cuantas veces te joda... Siempre estas estrecho...- Las palabras sucias que su amo le da, son solo estimulación, para seguir sintiendo la gloria con cada vaivenee.

Sus pieles chocando, lo fluidos que previamente salieron por la humedad de haber tenido un juguete en ese interior, escurren por las tercer piernas del Omega, el cual solamente se sostiene en puntas, pues al parecer en un punto puede ya no poder tocar el suelo, ya que el rubio lo sujeta con tanta firmeza y fuerza, para que pueda seguir satisfaciéndolo.

Sus dedos están plasmados en la cintura estrecha del Omega, ver como tiembla ante él aunque admira solo la espalda, y ese cabello desordenado que cae a los lados, es una gloria perfecta...

Le ha dejado libre ya de su agarre por la cabeza, para afianzarlo mejor y llegar tan adentro, donde sabe que puede tocar un lugar donde hace que el Omega se estremezca y gima de manera tan excitante que provoca que su falo se hinche.

En estos momentos, solo quiere seguir hasta terminar, sin embargo debe evitar un nudo, no desea algo tan complicado como ese tipo de vida que se puede venir si llegara a ocurrir.

Aunque bien, le puede importar menos también, solamente debe obligar a ese Omega a deshacerse de cualquier consecuencia, después de todo es su mascota, su propiedad y él es el dueño de este, sin importar nada.

Al fin de cuentas esa es la función de los Omegas en este cruel mundo.

Sin embargo, parece que ese rubio Alfa, es de los pocos que pueden tener "Cuidados" para no herirlo tanto...

Es curioso, lo obligar hacer muchas cosas sucias, servirle en toda la exención de la palabra, pero... no lo obliga a dormir en una jaula como algunos, no lo comparte con nadie más, incluso le da cosas bonitas como regalos de repente, que provocan sonrisas en ese pelilila, tal vez sea su manera de retenerlo siempre a su lado, demostrarle algo de compasión y atención, para que siempre este dispuesto a lo que sea.

-Aaaaahgggg... Mmgggh... Amo...- Llama con suavidad, jadeante ante cada embestida que se intensifica, que jamás son dulces o tranquilas.

-Eres una mala macota Mu, te has venido antes de que yo lo metiera Aggr... Pero... Seré bueno y no te castigare muy duro hoy...- Empuja con fuerza su pelvi, para adentrarse lo más profundo posible, sabe que en cuestión de segundos se terminara corriendo en ese interior.

No perderá tiempo, quiere eyacular todo lo que ha guardado este día, dentro de ese ano dilatado, húmedo y caliente que le proporciona placer de formas nunca antes esperadas.

Una de sus manos busca con desesperación la cadena que es la extensión del collar que lleva su hermosa mascota, para que en cuestión de segundos al tenerla, tirar con fuerza de esta, para provocar que el otro se levante, alzándose casi al nivel del rubio.

Este sin importar que, mientras sigue penetrando a ese Omega de cabellos lilas, lo toma de las mejillas sonrojadas y humedecidas, girándolo levemente hacia él, para de forma feroz y voraz, besarlo en esos labios tan carnosos y rosados.

La mano que aún queda aferrándose a esa cintura, rodea ese cuerpo, para aumentar las estocadas, hasta que el clímax es completamente insuperable.

Y en una última embestida, su semilla es liberada, inundando ese cálido lugar, para este punto los pies del pelilila ya no alcanzan el suelo, pero no importa, es sostenido con fuerza por la cintura.

La boca del Omega es devorada con necesidad por el rubio Alfa, las lágrimas de placer bañan ese rostro que perdió la inocencia hace tiempo, nublando su ojos por el infinito placer de ser tomado con cierta brutalidad.

Aquel beso que le dedica el lugar, no es para nada dulce, al contrario es feroz y bruto, mordiéndole el labio inferior, en el instante que siente que su semen se irriga en todo el Omega.

Sus lenguas entrelazadas, ahogando ambos jadeos, es un placer donde ambos ganan.

Donde no existe pudor, ni decencia.

En cuanto siente que su corrida ha terminado, no esperará a que su miembro se hinche, aunque desee aun permanecer dentro de su mascota, no correrá mucho riesgo ahora mismo.

Sin mero cuidado, sale del interior del precioso Omega que ahora es un desastre, habiéndolo dejado a su suerte, al momento de romper aquel beso, empujándolo de nuevo hacia la mesa, sin importarle que se lastime o no.

Cuando su miembro es retirado de ese ano, puede ver como de esté escurre el semen que dejo salir combinado con los fluidos naturales de preparación, es algo sublime para cualquier Alfa ese espectáculo...

Como por esas cremosas piernas corre ese espeso líquido, que llega hasta el piso...

Notando como el Omega es un desastre, pues hasta el mandil está manchado ahora, como la mesa, por gotas de sudor y semen...

Ver ese cuerpo respirando pesadamente, solo la espalda deja ver como suben y bajan esos hombros marcados de mordidas profunda que ya están sanando.

-Lo hiciste bien- Le da una pequeña "Felicitación", acomodándose el pantalón aunque solamente un poco.

Mu lo mira de reojo, al instante en que su rostro queda de lado, sus mejillas rosadas, los ojos cristalizados de color esmeraldas que vuelve a su tono antiguo, aunque sus pupilas se tornen como corazones, porque para él, es algo hermoso cuando su amo lo usa de esa forma, lo estimula al grado de perderse en todo.

El calor en su cuerpo sigue siendo alto, como los espasmos que aun siente, pues que algo aun fluya hacia afuera de su ano le provoca temblar.

Aun deja escapar pequeños gemidos, pero son ahogados por la respiración tan desesperado que tiene.

-Iré al baño, limpia este desastre- Le orden rápidamente, sin importar que lo ha dejado presa de un placer indescriptible –Cuando termine sube, debo limpiarte- Le habla con un tono más suave, demostrando un tanto de atención ante su relación que mantienen.

Todo buen dueño debe limpiar y mimar un poco a su mascota después de jugar con ella.

-Si... Amo...- Respuesta del pelilila, intentando recuperar su respiración, y sintiendo un sentimiento profundo en su corazón por estas palabras del rubio, aunque no sean amorosas, se siente afortunado de lo que traten bien a lo que conoce.

Sin darle mayor importancia, se da media vuelta, para dirigir sus pasos hasta donde ha dicho.

Sabe que su hermosa mascota se ocupara de cada detalle que se necesité arreglar, aunque esta ansioso por seguir haciendo de las suyas con él en otro lugar, pero al menos a saciado sus necesidades más primitivas de Alfa con ese Omega, que aun yace sobre esa mesa, con sus pies al fin tocando el suelo... Estremeciéndose, como si aún pudiera sentir el falo de su amo dentro de él.

No está para nada incomodo o molesto con esta situación, al contrario siente una gran felicidad por servirle a su amo, por haber sido él quién lo tenga a su lado y no haber acabado en un lugar mucho peor.

Al menos aquí, Mu puede decir que es feliz... Que nada le falta, que esta tranquilo y en paz, a como era su vida antes... Entre las calles, con miedo de que cualquiera lo pudiera lastimar...

Por eso sonríe, por esa razón es feliz siendo una mascota domestica de un Alfa que tiene más decencia que otros, que mínimo no lo lastima, ni lo tortura de peores maneras...

Además puede ser... Por qué ese Omega al parecer ha desarrollado sentimientos por su Amo, si bien puede ser no correspondido... Seguirá a su lado, hasta que su vida termine... Y con eso puede ser simplemente feliz.

Pues esa es la relación que tienen y deben mantener...

La de ser Amo y Mascota.

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Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Yo me encuentro super bien, aquí publicando el segundo capitulo, aunque sea el día tres, pues recuerden que deben cumplir los retos diarios, para ganar el derecho de el siguiente capitulo.

Se que es una dinámica muy diferente a lo que acostumbro, pero... No se, se me antojo hacerlo...

Dije, ¿Por que no?

Jajjajajajaajaja, espero que disfruten mucho este capítulo, o mejor dicho ya lo disfrutaran.

¿Que les pareció?

No se por que, pero me encanto tanto escribirlo y el tercer también. 

Jajjajajajajajaja debo decir que aunque amo mucho mas el ShaMu que el MuKa o MuSha... Eso no quiere decir que no llegaran a ver alguno que otro capitulo con esa diferente dinámica, jajajaaja tengo preparadas sorpresas muy hot. 

Sin mas por el momento, me paso a despedir.

No sin antes recordarles que les agradezco con todo el corazón el estar apoyando mis locurias, leyéndome tanto, estar siempre aquí conmigo, para cada cosa que se me ocurren...

La verdad hemos crecido tanto, nos hemos vuelto una enorme familia y eso es tan maravilloso.

Los mega quiero a todos mis terrones de azúcar, por eso...

Les pido que se cuiden muco, hagan caso a las medidas de higiene y no se expongan de mas. 

Ammu se va. 

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