Ay porque demora tanto en salir llevo un buen rato tocando su puerta, ni que él fuera mujer como para hacerme esperar aquí parado, digo parada, perdón a veces se me sale lo machona.

–Hola, por fin sales

–Hola Sol, gustas pasar –el confiado hombre se apoya en su pared–. Tengo jugo de fresa, tu favorito, luego claro podríamos ver una peli y...

–No, solo quiero mi celular –interrumpe como si nada la enferma–. Es que tengo algo de prisa, voy a salir con mi madre.

–Entonces pasa, lo deje en mi cuarto –se vuelve a insinuar él picas joven–. De paso podríamos...

–Entonces puedes ir por él –Soledad interrumpe nuevamente–. Apura hace frío

–Está bien –el chico entra suspirando a su habitación–. Pinche Soledad uno aquí bien calentón y bien arreglado por la visita y ella tan fría como siempre cagándome el palo, mugroso celular, lo hubiera hackeado, la hubiera extorsionado, amenazado, raptado y violado.

–¿Ya?

–Toma, aquí esta –el chico le entrega su celular–. ¿No crees que me merezco algo por guardarlo? –comienza a mover un poco los labios–.

–Si, claro, ven –la enferma solo abraza a su amigo en señal de agradecimiento–.

–¿Nada más? –pregunta desilusionado–.

–Pues que esperabas wey

–No sé, tal vez un beso, ¿no?

–Me hubieras dicho eso desde el principio –la chica se acerca a su amigo para darle un beso mientras que este levanta sus labios, pero como ella es mamona solo le da un beso en el cachete, rechazando por completo a su amigo–. Nos vemos, bye –se va corriendo–.

Ufff que difícil, si no le daba un besito iba a perder a mi servicio de comida y no no no, no puedo arriesgarme a perderlo. Jajaja que mamona que soy.