Una decisión

SAMY

Autora: Clumsykitty

Fandom: MCU

Pareja: Stony inicial, OC/Tony final (yep).

Derechos: pfff.

Advertencias: esto comienza como un Stony que se va al caño por culpa de la Guerra Civil. Lo siento, quiero experimentar como la loca que soy. Opsie Daisy.

Pero gracias por leerme.



Una decisión.


No era que fuese extraño porque había Sarah María había heredado los genes de ambos padres así que era cuestión de tiempo para que mostrara qué partes tenía de cada quién. Y el talento Stark sin duda había sido bien transmitido. Lo que perturbaba a Tony era el hecho de pensar que dadas las muestras de inteligencia superior de su hija, tuviese que exponerse a la luz pública, llamando la atención no solo de los medios sino de un padre ausente. Más de esas ideas extrañas como histéricas brotaban en su mente en tanto se paseaba por la sala de la casa, mordiéndose un dedo. Sarah María estaba rebasando a sus compañeritos del jardín de niños a una velocidad pasmosa. Los maestros del colegio ya le habían hecho las pruebas pertinentes y le habían llamado con el fin de comunicarle el veredicto más que esperado: su pequeña era una niña genio.

-¡Papi! ¡Papi! -la chiquilla dio saltitos alrededor- ¡Hice un bujo!

Tony se detuvo, sonriendo cordial al tomar la hoja de marquilla, observando un maravilloso paisaje pintado con dedos traviesos que seguramente ya habían manchado los sofás de la sala como parte de la alfombra y la mesa de centro. Era el bosque de los Samy en plena mañana brillante. Nada que sorprenderse de una niña salvo el ligero detalle que podía pasar por uno de los bocetos de Van Gogh, y la explicación de Sarah María solamente vino a confirmar que además de curiosear en las ciencias duras, las ciencias sociales y humanistas, también era una artista nata con un sentido de la estética más desarrollado que muchas celebridades del medio.

-Le puní mucho amarillo porque está saliendo el solecito y sus rayitos tocan así todo como tú cuando me das mimos -su dedito manchado de amarillo y azul picaron su obra de arte- Todas las cosas brillan cuando las mima el solecito bueno, y, y, y los Samy hacen la meme, papi.

-¿Sabemos el por qué?

-¡Siiiiiiiiiii! -Sarah María sonrió jubilosa, mirándole con ojos grandes- Porque los Samy son de la noche, hay unos como mi Samy del patio trasero que sale de día pero son bien poquitos. Los demás hacen la meme para abrir sus ojotes en la noche.

-Muy bien, Samy.

La niña rió, cubriendo su boca con ambas manos, manchando de paso sus mejillas de todos colores, cosa que hizo juego con sus ropas que habían sufrido la misma suerte. Desde que llegaran a esa casa, ella había adoptado el nombre de Samy como un apodo de sí misma y su gusto por esas aves.

-Papi, ¿puedo decir algo, uh?

-Adelante, corazón.

-Me lo aburro en clase.

-Lo sé, tu maestra ya me lo dijo. Van a ponerte en otro salón, hija, uno donde no te aburras.

-¿Y aprenderé de lo mucho?

-Sí, por supuesto.

-Wooooo, ¿le puedo contar a Hans? ¿Sí? ¿Sí?

-Pero espera a que termine de trabajar, nada de andarle llamando cuando está en el bosque, Samy.

-¡¿Y qué tal si encuentra otro Samy y entonces no me dice y entonces me lo pierdo?!

-Samy...

-¿Te quiero?

-Sin llamadas a Hans.

-¿Una?

-Samy...

-¡Unaaaaaaaaaaaaaaaa!

-Una.

Tony rodó sus ojos, Sarah María era tan terca como su padre biológico cuando se proponía algo, así que había aprendido a no meterse en problemas si no quería su mente tierna pero hiperactiva buscando soluciones a sus espaldas. Le ayudó a bajar el radio que el guardabosques le había obsequiado -más como medida de seguridad que para charlar-, su hija lo dominó con la primera explicación, dando señas de ese talento de genio que iba poco a poco saliendo a flote para su preocupación. Mientras la niña se iba a las escaleras que subían al segundo piso a contarle a Hans sobre las buenas nuevas, él se fue a la cocina a mirar aquel dibujo con un aguijonazo en el pecho. Sarah María tenía la misma técnica de pintura que Steve, lo podía reconocer no sin dolor. Esa manera de capturar el color, las sombras, las iluminaciones como las formas. Todo gritaba a Rogers.

-¡Papi!

-Samy no grites que no estoy sordo.

-I­nvité a Hans a cenar.

-¿Otra vez?

-Quiero que vea mis bujos.

-Me parece que los vio... déjame pensar... ¿ayer?

-Aaahhh, papi -la pequeña hizo un puchero con el radio entre sus bracitos cruzados.

-Que traiga el postre.

-¡Yeeeeeeeiii!

-Sarah María Stark, vuelve a gritar y guardaré ese radio bajo llave.

Ella aulló melodramáticamente, echándose a correr y acusándole por radio con el guardabosques. Tony sonrió negando apenas antes de volver su vista al dibujo. No se había fijado en un pequeño detalle. Entre unos árboles, escondido en las penumbras había una figura sentada sobre el pasto abrazándose sus piernas con la cabeza escondida. La persona no era otra sino él, oculto a los rayos del sol, con un Samy picando el árbol como si desease que la luz le tocara. Hans ya le había dicho que los niños solían ser muy perceptivos de lo que sucedía a su alrededor y su pequeña, contando con esa mente más desarrollada, sin duda leía cosas en él que ni el propio Tony deseaba ver. Sintió sus ojos rozarse, recargando su rostro sobre una mano con el codo sobre la mesa.

-Papi.

-¡Samy! -el castaño respingó al no escucharla acercarse- No asustes a papi de esa manera.

Sarah María le sonrió, abrazándose a su costado. -No soy igual a los otros niños, ¿verdad a que no?

-Eres una Stark, es lo que sucede.

-Mmmm, ¿puedo ser Stark aquí, con los Samy?

-¿Qué quieres decir, amor?

-A lo mejor me lo aburro, pero... pero no me quiero ir a otro lado, quiero estar con los Samy, contigo y Pita aquí, quiero ir de paseo con Hans. Aquí reímos, papi. Tú ríes y eso es mucho -la niña se mordió un labio- Aquí es donde quiero vivir.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top