Un comienzo

SAMY

Autora: Clumsykitty

Fandom: MCU

Pareja: Stony inicial, OC/Tony final (yep).

Derechos: pfff.

Advertencias: esto comienza como un Stony que se va al caño por culpa de la Guerra Civil. Lo siento, quiero experimentar como la loca que soy. Opsie Daisy.

Pero gracias por leerme.




Un comienzo.


Era extraño volver al restaurante, abrir la puerta y recibir una oleada de cálidos saludos de los comensales, invitaciones para fiestas, bailes entre otras actividades del pueblo. Felicitaciones por alguno de sus logros en Industrias Stark o apoyo cuando las noticias volvían a atacarle con el tema de los Acuerdos de Sokovia. Llegar a la siempre atestada barra, saludar a Susan al tiempo que recibía su generoso plato de comida junto con una cerveza casera de excelente sabor y una taza de café cargado justo como le gustaba. Era extraño porque era como estar en casa, cosa que le asustaba, a él, un hombre que ya había enfrentado peligros mayores estaba temeroso al darse cuenta que pasados esos meses casi un año, su vida había cambiado de tal suerte que no podía imaginarse haciendo otra cosa que esperar a Sarah María llegar del autobús escolar, revisar los proyectos de ciencia de Peter o simplemente charlar con Hans.

Hogar.

Y pese a tantas dichas que habían borrado por completo sus lágrimas, aún tenía ciertos recelos que necesitaba sacar pero no sabía cómo. Por ello había llamado al guardabosque en aquel restaurante, para escuchar otra de sus anécdotas tipo National Geographic de donde aprender una lección de vida. Aquello le hizo bufar con una risa quieta, tomando un sorbo de su cerveza, en la esquina de la larga barra del restaurante donde el tema más popular era el número de osos que podrían bajar en la temporada o cuántos patos verían emigrar. En otros tiempos hubiera tomado esos temas por cosas demasiado triviales carentes de importancia, ahora eran un bálsamo que le otorgaba quietud y una paz como nunca antes. Preparar las carnadas para los Samy ya se había vuelto un hábito en él que incluso tenía a Friday haciendo cálculos sobre sus hábitos alimenticios con el único objetivo de ser un humano agradecido por sus visitas a su patio trasero.

-Piensas demasiado.

-Hans.

Éste le sonrió, sentándose a un costado de la esquina al tiempo que robaba una papa frita de su plato, dejando su sombrero sobre la barra como sus guantes.

-¿Sucede algo malo?

-¿Por qué...? Sí.

-Oh -el guardabosque chasqueó su lengua- Dime qué es. No ocultes nada.

Tony tomó aire, mirando su plato unos segundos antes de levantar su vista hacia Hans.

-Primero quiero decirte que agradezco muchísimo todo lo que has hecho por nosotros, sin pedir nada a cambio. No me has pedido nada Hans y eso es parte de lo que me ha hecho llamarte aquí, seguro debía ser un sitio más privado por el tipo de conversación...

-Aquí te sientes seguro -le cortó con una risa el otro.

-Sí... ¿qué raro, no es así? En fin, yo... yo he estado pensando en nosotros y antes de que arruine esto tengo que decirlo claro. Tú te has ganado un lugar en mi corazón, Hans. Pero estoy angustiado.

-¿Por Steve?

-Odio como puedes leerme tan claramente -Tony hizo un puchero- Es por Steve... es que... pasé tanto tiempo desperdiciando mi vida en idioteces... de pronto encuentro a Pepper y todo cambia ¿sabes? Ah, pero el premio mayor... fue el idiota del capitán. Fue la primera vez en mi vida que realmente sentí que estaba haciendo algo bien, Hans, y no dejo de pensar por las noches que bien tuve la culpa de perderlo. Que no tomé las mejores decisiones. Y no quiero que eso me pase contigo porque... porque...

Hans alcanzó una de sus inquietas manos, tranquilizándole. -Para un divorcio se necesitan dos, Tony.

-Y sin embargo, pareciera que yo hice todo.

-Dime, ¿Samy está enferma, deprimida, con problemas psicológicos?

-Salvo su manía de ver cómo funcionan las cosas, no.

-¿Peter se volvió un criminal? ¿Falla en la escuela? ¿No tiene amigos? ¿Es infeliz?

-Tampoco.

-Entonces yo creo que has tomado las decisiones que han protegido a tu familia, Tony.

-Sigue doliendo, Hans, y eso no me gusta. Es una falta de respeto para ti, porque estamos... comenzando... y no...

-Hey -Hans levantó una ceja- Escucha, Tony, si no te doliera, si no tuvieras estas dudas entonces sí me preocuparía.

-¿Por qué eres tan bueno?

-No comiences con que no mereces esto, lo mereces. Sucede lo siguiente: has sufrido de tal forma que tienes el síndrome del perro apaleado.

-¿Perro apaleado?

-Sí, haces todo por complacer, por agradar aunque eso te quiebre, con la única esperanza de que recibirás de palos. Cuando hay una recompensa diferente, cariñosa, amable, limpia... no sabes qué hacer. Ambos se equivocaron, Tony. Él firmó el divorcio. Y sigue escondido en esa jungla. En mi opinión quizá sienta algo por ti pero todo cambió luego de sus peleas, porque yo en su lugar hubiera preferido firmar y mantener cerca a mi familia que dividirla. Solo soy un guardabosque, así que no sé de ser un héroe nacional, ni proteger todo el planeta, mi opinión se basa en lo que sé y observo. Tú no quieres decepcionarme como sientes que lo hiciste con la persona se suponía estaría contigo en las buenas y en las malas. Con quien formaste una familia, tuviste un hogar. Sientes que necesitas alejarme por mi bien puesto que no te sientes ya digno de volver a rehacer tu vida. El perrito apaleado.

Tony rió bajando su rostro unos momentos, limpiándose un ojo antes de volver a levantar su mirada húmeda.

-Cuéntame una historia del bosque.

-Esto sucedió hace tiempo -comenzó Hans, acariciando sus manos- Una anciana que ya no tenía tan buena vista adoptó un perrito callejero, desafortunadamente el cachorro salió de casa y fue atropellado por un camión de carga que no pudo frenarse. Mientras tanto, los lobos bajaron peligrosamente cerca del pueblo y nada de lo que hicimos los ahuyentó, estábamos muy preocupados. Hasta que descubrimos que esta anciana tenía consigo un cachorro de lobo que había confundido con su perrito callejero. Los lobos solo querían a su pequeño, era de su manada. Pero ella insistía en que era su mascota pese a explicarle la realidad. Finalmente ella dejó ir al cachorro, los lobos volvieron a la montaña y aquel conductor del camión se encargó de conseguirle un perrito.

-Vaya.

-Estás en la misma situación, Tony -el guardabosque acarició su mentón- Tienes a un cachorro de lobo contigo, que no quieres soltar porque lo sientes tuyo... pero nunca lo fue. Hiciste bien en tenerlo porque lo protegiste y cuidaste, pero jamás te perteneció. Retenerlo te causará problemas.

-¿Eso me hizo malo?

-Eso te hizo humano.

-No te vayas -Tony pasó saliva, atrapando una mano de Hans con fuerza.

-Aquí estoy.

-¿Entonces no está mal si digo que me gustaría formar la familia Stark-Henkel?

-Jamás dejas de maravillarme, Tony Stark. Mis ideas del romanticismo son inválidas contigo.

-Cállate y bésame.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top