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Lo que resto de la semana, mis tíos y Lily se la han pasado terminando de ver lo que falte para poder viajar, hacían de todo para mantenerme motivada con la idea. Temían que fuera a arrepentirme.

— Entonces...

— Entonces... —dijo Lily con emoción.

— ¿Todo ya está listo? —pregunté con emoción mientras cerraba el libro que traía en mis manos. Lily asintió emocionada.

— Pero tengo algo que mostrarte —dijo en seguida mientras sus mejillas se tornaban de un color rosa pastel. Se puso de pie y se quitó la camisa dejándome ver un bañador azul marino—. Usaría eso que le llaman bikini pero..., no sé, me dio vergüenza que tus tíos me vieran así.

Mis mejillas se sintieron calientes así como todo mi cuerpo, no pude evitar mirar a otro lado, el cuerpo de Lily era hermoso... su piel era tan blanca que el azúl marino resaltaba de una forma extraordinaria. Su cabello, sus caderas, su cintura y sus pequeños pechos hacían la combinación perfecta para enamorarme..., para encenderme.

— Te ves perfecta —susurré. Lily abrió sus ojos con sorpresa y después oculto la mirada avergonzada que traía.

— ¿Eso crees? —preguntó dudosa.

— No sólo creo..., es la verdad —dije.

...

Estaba leyendo mientras Lily dormía a un lado mio, se veía tan hermosa que no quería despertarla para nada, adoraba verla reposar tan plácidamente.

Y entonces un sentimiento de tristeza ahogó mi estómago, mi garganta, mi mente. Y sentí nauseas.

¿Y Maggie? ¿Y si muero? ¿Y si Lily muere?

Toda ésta semana había estado evitando estos pensamientos que lo único que logran es llenarme de miedo, me hacen sentir derrotada.

Pero no puedo evitarlo. No estoy lista para afrontar más pérdidas.

— Lily —susurré cerca de su oído—. Lily, despierta.

Lily se movió de un lado a otro y abrió los ojos con lentitud mientras quitaba el cabello de su rostro.

— ¿Sucede algo? —preguntó en seguida—. ¿Te encuentras bien?

— Sí, yo, quiero ir a ver a Maggie antes de irnos —dije. Lily pareció entender todo y asintió sin decir nada.

— Volveremos, Sam —dijo—. Todo estará bien.

— No puedes estar segura de ello, Lily. Son cosas del destino que ni tú, ni yo podemos manejar; por eso quiero ir a ver a Maggie..., porque no sé qué pueda pasar.

Lily se limitó a asentir y besó mi mano, siempre lo hace. Se acurrucó cerca de mi pecho y volvió a relajar su cuerpo; minutos después Lily se había dormido de nuevo.

Y yo también tenía sueño. Mucho sueño.

  ...

Lily empujaba mi silla por los pasillos del hospital mientras tarareaba una canción que no reconocí en el momento.

— Llegamos —anunció Lily mientras abría la puerta de la habitación de Maggie.

Entramos en silencio, como si fuéramos a despertarla, lo curioso es que despertarla es lo que más deseo.

— Hola, Maggie —dije mientras acercaba mi silla a ella. Lily había ido a conectar la grabadora—. Volví a traer música. Y ahora vine con alguien más que no es mi tía.

Tomé su mano y le di un leve apretón. Miré su rostro, se ve ya como una adulta, como una mujer.

— Es hermosa —dijo Lily mientras se acercaba—, eres muy parecida a ella.

— Sí..., solíamos pelear mucho, supongo que lo normal al tener un hermano —dije—. Ella era la chica que me daba consejos tontos sobre cómo comportarme con un chico.

— ¿Chicos? —preguntó Lily—. ¿Alguna vez has tenido un novio?

— No —dije y reí—. La verdad es que nunca me llegó a gustar un chico.

— ¿En serio? —preguntó Lily poco convencida.

— Sí —dije—. No sé, nunca me detuve a pensar si alguien me gustaba; y cuando sucedió todo..., bueno, en lo que menos pensaba era en enamorarme.

— Entiendo...

— ¿Y tú? —pregunté interrumpiéndola—. ¿Algún chico..., o chica?

— Bueno —dijo mientras acariciaba su mentón—, hay alguien, bueno, hubo. Era una chica que conocí en un viaje; era espectacular, tan aventurera..., ella me hizo ser así porque mi actitud era muy mierda. Ella me enseñó a vivir por así decirlo...

— Que lindo —susurré un poco incómoda por sentir celos—. ¿Y aún la ves?

— Obvio no —dijo riendo—. Ella es de otro país, lo único que sé, es que se llama Briana.

Después de pasar un buen rato hablando de Maggie, de nosotras, de mi familia, después de haber cantado para Maggie; después de todo ello le pedí a Lily que me dejase sola mientras me despedía.

— Bueno..., debes de saber algo —dije mientras tomaba su mano—. Por fin iré al mar..., después de tres años de estarlo evitando. Tengo miedo, demasiado, pero la chica que estuvo aquí hace un momento, ésa chica me hizo entender que todo pasa... Estoy preparada pero aún no dejo de pensar en que las cosas se pueden repetir..., así que..., Maggie, te amo. Y si todo sale mal, quiero que sepas que siempre estaré contigo —susurré—. Sé que despertarás y seré optimista con el viaje. Volveré por ti. Sólo no me dejes.

Di un corto beso en su mano y limpié las lágrimas que habían salido en el momento.

...

— ¡Es hora! —gritó Lily mientras mis tíos encendían el auto.

Y tiene razón. Ya es hora, por fin viajáremos al mar, por fin.

El trayecto comenzó tranquilo, sin embargo mis manos sudaban y temblaban, Lily se había quedado dormida, mis tíos me recomendaban que hiciera lo mismo, pero simplemente no podía pegar los ojos con tranquilidad. No negaré que lo he intentado, pero sencillamente no puedo.

Miro la carretera larga y desierta, algunos autos pasan con rapidez y otros un poco más lentos.

Se ha comenzado a nublar y temo que comience a llover. El aire es fuerte y mi miedo a crecido. Lily aún duerme.

Llevamos ya dos horas de viaje, hemos avanzado rápido puesto que no nos hemos detenido; Lily se despertó un rato y me hizo mimos para que pudiera dormir..., sin embargo no podía.

Y la lluvia por fin se hizo presente.

El clima había empeorado de un momento a otro. Ya no se distinguía a lo lejos y mis nudillos estaban blancos y helados de tan tensa que estoy.

— Todo estará bien —susurró Lily.

Pero en el momento que ella tomaría mi mano, el auto dio un derrape desastroso. Lily sólo me rodeó con sus brazos y todo se nublo...

Desperté.

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