33
— ¿Qué haces aquí? —pregunté.
— ¿Tú qué haces aquí? —preguntó ella nerviosa.
— Yo pregunté primero, dime.
Lily apretó la mandíbula dudosa de responder, salió del elevador y miro por el pasillo para rectificar que no hubiera algún otro conocido.
— Vine a hacerme unos chequeos, nada importante —dijo intentando sonar convincente.
— ¿De verdad? —pregunté dudosa.
Asintió aún nerviosa.
— Es que tengo que ver que mi salud esté bien para un partido que tendré —dijo aún temblando un poco.
— Bien... podría acompañarte —dije tomando su mano. En seguida la soltó y sonrió poco convencida de la idea.
— No, no, yo puedo ir sola, de verdad no importa —dijo con voz nerviosa hasta que se quedo unos segundos en silencio—. Tú no respondiste qué haces aquí.
Ahora la nerviosa era yo, ella no sabía ni siquiera que mi hermana está en coma desde hace ya tres años.
— Yo... bueno —baje la mirada—, vine para...
— ¡Sam! —gritó mi tía haciendo que ambas soltáramos un brinco del susto— ¿Lily? —preguntó mirando a la pelirroja que estaba frente a mí.
— Señora... —susurro aún más nerviosa— ¿Cómo está? —preguntó.
— Bien, Lily —saludó amable—, ¿qué haces aquí? ¿te encuentras bien?
Lily en seguida asintió nerviosa y volvió a ver el pasillo que se encontraba solo y suspiro aliviada.
— Le explicaba a Sam que vine para unos chequeos rápidos —explicó—, ya que tendré un juego de voleibol y bueno, eso.
— Ah... bueno, ¿quieres que te esperemos? —preguntó— Iremos a comer, podemos ir todos.
Lily sonrió poco convencida y después me miró, sonreí rogando que aceptará y al final asintió.
— Bien, te esperamos abajo —dijo mi tía mientras empujaba mi silla hacia el elevador, intenté pedirle que me dejará pero Lily en seguida se fue.
— Quería ir con Lily —dije un poco molesta—, quería acompañarla.
— Está bien que sean novias, pero debes darle su espacio —dijo mi tía, en seguida mis mejillas se tornaron rojas—. De una vez te digo que quiero que tu relación con Lily la hagan pública mientras comemos.
— ¿Qué? ¿Por qué? —pregunté confundida— Se supone que es cuando nosotras queramos.
— Pero con ustedes es distinto, pelean, se reconcilian, mejor nos dicen antes de que discutan por alguna bobada —respondió ella. Me crucé de brazos molesta y me negué a dirigirle la palabra en lo que resto de camino hasta la sala de espera.
Después de esperar más o menos una hora, Lily salió del elevador y fue hasta donde estábamos nosotras. Pero no se veía nada contenta, como si hubiera recibido unas muy malas noticias.
— Listo —dijo y forzó una sonrisa débil.
Mi tía la miró unos segundos y despues asintió, tomó su bolso y sacó de el su móvil para llamar a mi tío.
— Ya vuelvo —dijo para después alejarse un poco.
Lily se sentó donde antes estaba mi tía y me miró para después tomar mi mano.
— ¿Todo bien? —pregunté asustada.
— Todo bien, pequeña —respondió y dio un corto beso en mi mano.
...
Sabía que Lily no me dirá porqué está así, y tampoco la obligaré a contarme, ya será cosa de ella, mi tía tiene razón en eso de la privacidad.
Mis tíos no dijeron nada de Maggie, cosa que me alegro, quizás ellos comprendieron que yo no quería que ella supiera.
Lily y yo veníamos en la parte de atrás, ambas en silencio pero nuestras manos iban entrelazadas.
— ¿Qué quieren comer? —preguntó mi tío.
— No sé —dije— ¿pizza? —pregunté dudosa.
Lily no dijo nada, venía como ausente y eso me preocupaba.
— Pizza será —dijo mi tío un tanto incómodo al notar que Lily no había puesto nada de atención.
Llegamos al restaurante de pizzas donde no solemos venir mucho, mi pizza no es mi favorita pero creí que sería buena idea, además de que fue lo primero que se me ocurrió.
Tomamos, bueno, tomaron asiento y me acomodaron a mí cerca de la mesa, ya que no quise llamar más la atención dejando que mi tío me cargará para pasarme a otra silla.
Después de esperar la orden en silencio, llegó la comida, Lily a veces charlaba con mis tíos de temas triviales o se quedaba callada, parecía que su mente estaba demasiado ocupada como para poner atención en que su rebanada de pizza seguía completa.
— Bien, chicas —dijo mi tía llamándonos la atención—. Creo que ustedes tienen algo que contarnos.
Y en seguida mis manos comenzaron a sudar.
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