Pasaron las horas, yo solo las contaba, ya tenia en una mochila todo lo que llevaría a casa de Lily, libretas, el libro de química y colores.

—¿Ya tía? —pregunté por tercera vez.
—Aún falta, cariño —dijo paciente ella. Rodeé los ojos y solo asentí, comencé a morder la uña de mi dedo pulgar y mi tía se limitó a mirarme mal.

Revisé por cuarta vez la mochila, aunque estaba segura de que llevaba todo pero quería distraerme en algo, estaba realmente desesperada, ya quería salir de aquí, podría decir que corriendo pero seria mal chiste.

—¿Ya tía? —volví a preguntar, ella resoplo y asintió. Oculte mi emoción y solo me dirigí a la puerta para esperar a mis tíos.

Ya después de ayudarme a subir al auto, saqué mi celular para distraerme pero se le había acabado la pila, al parecer si había olvidado algo.

—Ya llegamos, hija —dijo mi tío estacionándose frente a una casa muy linda. Era color blanco y las puertas eran cafés. Afuera de ella, estaba Lily esperándonos.

Me ayudaron a bajar y Lily llegó corriendo a saludar a mis tíos y después a mi, yo la ignoré y mis tíos solo me miraron mal.

—Bueno, volvemos más tarde por ti —dijo mi tía besando mi frente—. La cuidas, eh —dijo señalando a Lily, ambas rieron.

Entramos a su casa y era muy grande y elegante, se veía que su familia era de bastante dinero, pero Lily no parecía serlo, ya que se vestía muy simple.

—¿Aquí vives? —pregunté asombrada.
—Si, aquí vivo —respondió mientras cerraba la puerta—. Vamos a mi habitación.

Ella sin permiso alguno, me empujo en mi silla, haciendo que me asustara, intente frenarme pero fue inútil, ya que me podría lastimar, me cruce de brazos mientras ella reía de lo divertida que estaba. Por fin llegamos a una habitación, la puerta estaba cerrada y tenía un letrero con el nombre de Lily.

Ella abrió la puerta y me empujo para que entrará, su habitación era enorme y estaba llena de color, tenia dibujadas mandalas por todos lados, se veía todo tan pacífico como la mirada de ella.

—¿Te gusta? —dice ella dejándose caer sobre su cama.
—Es, es muy linda —dije sin poner mucha atención—. ¿Quién dibujo todas las, las flores?
—Pues yo —dijo como si fuera muy obvio.
—Vaya, te quedaron bien —dije.
—¿Eso crees? —dijo emocionada—. Vaya, gracias.
—De nada —dije—. Bien, mejor comencemos con el trabajo.

Comencé a sacar lo que traía en mi mochila y ella me miro aburrida.

—¿En serio? —preguntó Lily fastidiada—. Vamos a hacer algo más divertido, más tarde podremos hacer el trabajo.
—Pero vine a hacer el trabajo, no cosas divertidas —dije fría.
—Oh vamos —diji volteando mi silla, haciendo que tirará mi mochila—. ¿Nunca haces nada divertido?

Quedamos muy cerca, mire sus ojos y después las pecas que tenia en su rostro, ella se acerco más a mi, miro mis labios y después sonrió; no pude evitar ponerme nerviosa.

—Apuesto a que quieres que lo haga —dijo Lily en un susurro.

Se acerco más a mi hasta que soltó una carcajada y se separo.

—Bien, hagamos la tarea —dijo poniéndose de pie.

Suspire de tanto aire que había guardado, ¿me iba a besar? Que loca está esa chica.