Parte 2
Sam estaba tumbado en su cama. No podía dormir y no paraba de dar vueltas. Blaine y él no habían hablado de lo ocurrido y eso le preocupaba demasiado. Decidió levantarse e ir a la habitación de su amigo. Entró sin llamar como siempre había hecho y se encontró al moreno despierto.
– ¿Tú tampoco puedes dormir? – El moreno cambió de posición para tumbarse de lado y mirar al otro, dejándole un hueco en la cama por si quería tumbarse junto a él.
– No paro de pensar en lo que ha pasado y en si eso cambiará nuestra relación. – El rubio comentó.
– Pensabas que era una chica, ¿verdad? – El ojimiel lo miró a los ojos. A pesar de la oscuridad y la distancia, sabía que el otro estaba avergonzado.
– Sí, pero...
– No pasa nada, Sam. Hemos pasado un buen momento y somos los mejores amigos. Nada más. Yo tampoco quiero perder lo que tenemos, así que tenemos que intentar ser maduros. No estamos enamorados y no veo motivo para hacer de ésto algo más allá de un rato de placer para ambos. Será mejor que lo olvidemos.
El rubio sintió como si su corazón se rompiera en mil pedazos. Lo bueno de eso fue que ya tenía sus sentimientos claros, estaba enamorado. Lo malo era que le tocaba sufrir por un amor no correspondido. En otras circunstancias habría luchado, habría intentado conquistar a la persona que amaba. Sin embargo, estaba pensando en su mejor amigo y no quería arruinar lo que tenían. Prefería tener a su mejor amigo antes que perderlo por intentar tener algo más.
– Ok...
Evans salió de la habitación de Anderson y fue corriendo a la suya para tumbarse y llorar. Se abrazó a su almohada y dejó que las lágrimas la mojaran. Escuchó que la puerta se abría y notó que alguien se sentaba a su lado. No necesitaba ser Sherlock Holmes para saber quién era. Una mano tocó con suavidad su pelo, acariciándolo dulcemente.
– Lo siento. Sam... Yo... – Blaine suspiró, sabía que había llegado el momento, que debía hacer frente a lo que realmente pasaba. – Estoy enamorado de ti desde nuestro último año en el McKinley. No fue sólo un crush, no era sólo que sin Kurt necesitaba a alguien en el que poner mi amor, como dijo Tina. Eres la persona más dulce, alegre, divertida, leal, sincera, valiente e inteligente que conozco. Lo de esta noche... Ha sido un sueño hecho realidad para mí y... Tengo miedo, miedo de perderte como amigo, miedo de asustarte con estos sentimientos pero... No sé en qué momento empecé a hacerte daño y... No me gusta verte así... ¿Qué puedo hacer?
El rubio dejó que las palabras de su amigo llegaran a su corazón, ayudándolo a detener su llanto. Sentía cada una de las caricias que el moreno le daba, dulces y suaves. Cerró los ojos para sentirlas aun mejor. Después de unos minutos, se dio cuenta de que el otro esperaba que dijera algo.
– Yo no me había dado cuenta de lo que siento por ti. Llevo tiempo preguntándome cuál es la diferencia entre nuestra relación y la que mantenía con Mercedes... – El ojiverde se incorporó para quedar sentado frente a su amigo. – Cuando me he dado cuenta de que eras tú... No lo he sentido incómodo para nada.
– Sam, no tienes que corresponder mis sentimientos. Eres heterosexual y yo...
Evans silenció a su amigo con un beso en los labios. Era algo suave y dulce, nada sexual. El corazón del rubio se saltó varios latidos porque cada célula de su cuerpo estaba sintiendo el amor del otro y, en contra de lo que pudiera parecer, era algo maravilloso.
Las manos de Anderson se pusieron en las mejillas del otro y, con delicadeza, se separó de él, rompiendo el beso.
– Sam... Por favor... No me des falsas esperanzas...
– No lo hago, quiero estar contigo.
Sam estaba nervioso. Bueno, más que nervioso, estaba histérico. No había visto a Blaine en todo el día y eso estaba matándolo. Por la mañana, su novio había ido a buscar a sus padres y hermano al aeropuerto y había estado todo el día con ellos. Él no quería molestar y era muy pronto para ser presentado oficialmente a sus futuros suegros (sí, a pesar de que llevaba sólo tres días de relación con su pareja, ya pensaba en sus padres como sus suegros). Sin embargo, en ese momento se estaba arrepintiendo porque deseaba estar al lado del moreno en un momento tan importante.
Faltaban tan sólo cinco minutos para el estreno de Hedwig And The Angry Inch y todo su cuerpo temblaba. Además, estaba algo enfadado. La señora Anderson estaba constantemente con Kurt, charlando y riendo como si fuera cuestión de tiempo que ambos se convirtieran en familia y... Bueno, o Hummel se hacía novio de Cooper o Sam no veía la manera de que eso fuera a hacerse realidad. A él le había tocado sentarse junto a Rachel y Santana.
– ¡Boca Trucha! ¿Puedes estar quieto por al menos dos segundos? – La latina preguntó, cansada de los constantes movimientos de las piernas y manos del rubio.
– Es el gran debut de Blaine y... ¡No puedo evitarlo! – El ojiverde se mordió la lengua. Casi dice "y quiero que mi novio triunfe".
– Tranquilo, Boca-Trucha. Cuando acabe su actuación podrás levantarle la falda y tirártelo. – La morena comentó y las mejillas de Evans se volvieron rojas, delatando lo que había pasado entre él y su novio hacía tan sólo tres días. Lopez nunca había estado tan cerca de la verdad con sus bromas. – ¡No puede ser! ¡¿Te has acostado con Blaine?!
Todos sus amigos se volvieron al escuchar esas palabras y lo peor era que la familia Anderson también, además de varios espectadores que estaban sentados cerca de ellos.
– ¡Por fin! Me alegra que mi bicornio sea feliz. – Brittany exclamó mientras sonreía con dulzura.
– Yo... Ésto... – Sam no sabía qué decir. Pero Cooper, entre todos los asistentes, solucionó el problema por él.
– Lo que mi hermanito haga en su vida privada es algo de él y de nadie más. Me alegro por él si tuvo la suerte de tener una noche desenfrenada con uno de los hombres más atractivos que conozco, realmente es el más atractivo después de mí.
Las luces del teatro se apagaron y el escenario se iluminó. Había llegado el momento tan esperado.
Todos los amigos y familiares de Blaine que habían acudido al estreno entraron a su camerino para felicitarle por el éxito de la obra, el actor se había puesto una bata para tapar su torso desnudo pero sus piernas seguían visibles para todos. El moreno estaba tan emocionado que olvidó el pacto que él y Sam tenían de ir despacio y guardarse su relación durante unos días para ellos. Por eso se puso frente a él, sosteniendo todo su peso con los dedos de sus pies para eliminar la diferencia de altura y lo besó en los labios sin importarle que sus padres estuvieran ahí o que hubiera preferido hablarlo con Kurt antes y en privado. Simplemente quería celebrarlo con la persona que más amaba. El rubio correspondió el beso rápidamente, abrazándolo por el cuello mientras el ojimiel lo sujetaba de la cintura.
– Si llego a saber que íbamos a confesar lo nuestro ahora, te hubiera traído unas flores. – Evans le guiñó un ojo cuando el beso terminó. Las mejillas del más bajo se volvieron de un rojo intenso.
– Lo siento, acabo de sacarte del armario. – Anderson comentó dolido.
– Ha sido Santana. Me ha dicho que después del espectáculo podría levantarte la falda y acostarme contigo... Cosa que no podré hacer porque no llevas falda...
– ¡Sam! ¡Mis padres están aquí! – Blaine se separó de su pareja y fue a saludar a los demás.
– No te preocupes por nosotros, creo que soy la madre más feliz del mundo. Mi hijo triunfa en Broadway, lo que era su sueño, y está con la persona que ama... ¿Qué más puedo pedir? – La mayor abrazó al ojimiel y después miró al rubio. – Cuídalo, por favor.
– Lo haré.
La señora Anderson abrazó a Evans, sabiendo que su hijo estaría bien porque estaba con la persona que había amado desde hacía años... Sabía que nunca había amado realmente a Kurt, aunque siempre pensó que lo amaba. Al principio sólo estaba atraído, con las hormonas adolescentes hablando por él y buscando el amor en el único chico gay que conocía. El dolor de su ruptura era más por remordimientos y su reconciliación fue un intento desesperado de olvidar a Sam, su verdadero amor. Por supuesto que Blaine no le había contado nada de eso a su madre, pero ella no lo necesitaba. Una madre simplemente lo sabe.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top