DOS AÑOS DESPUÉS

―LO SIENTO.―exhaló Genya.

Le rompió el corazón ver a Alina así. Parecía que la esperanza se había desvanecido cuando las astas frescas se quedaron grabadas en su piel. Su rostro estaba contraído por el dolor y la ira, pero lo peor de todo: la traición.―Sé que no quieres verme.―Genya sabía que Alina estaba enojada con ella. Estaba enojada por haber elegido el lado del Oscuro. Pero lo único que quería era sobrevivir. Después de lo que ha pasado. La sastre pelirroja metió la mano dentro de su kefka y sacó una pequeña libreta y se la entregó a Alina. A cercándose un paso más, rápidamente explicó:―Sé que ya no confías en mi, pero aquí... está la historia de mi hermana. De la única persona que el Oscuro amó. De la razón por la que se desquitó con la gente. Nadie se atreve a halar de ella.―susurró.―Nadie. Te estoy ofreciendo una salida. Este...―señaló el cuero del cuaderno.―Es su punto débil. Úsalo a tu favor. Hazle daño.

Alina no entendía lo que estaba pasando, pero después de esas palabras, Genya desapareció de su visión lo antes posible, dejándola con el cuaderno. Al no tener mucho que hacer de todos modos, o no tener la posibilidad de irse, abrió el cuaderno y se encontró la escritura ordenada de lo que parecía ser la de Genya.

Alina leyó toda la historia con hambre en el alma. No podía creer que el Oscuro fuera capaz de amar. Siempre parecía tan severo, exigente, mejor que nadie. Sabía que él le mostraba su amabilidad porque ella era la Invocadora del Sol. Pero ella nunca fue igual a sus ojos. Sólo un activo. Y las astas lo demostraron todo.

Y así pasó a las últimas paginas, que tenían el final del cuento.

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─────────memorias de genya

Una vez escuché a Baghra decir que Liya era nuestra Spaseniye. Y yo le creí de todo corazón. Ni siquiera puedo describir la forma en que reaccionó la gente al ver reír a su General. No, la no la forma en la que sonreía y se salía con la suya con las delegaciones, mujeres encantadoras, mostrando sus encantadores habilidades para mantener una conversación cuando era necesario. No, la forma en que se reía con mi Liya.

La forma en la que la abrazó suavemente, su amplia sonrisa mirándola, sus mejillas nerviosas y su sonrisa tímida. La forma en que acercó la cabeza a ella, para escucharla solo a ella en medio de la multitud. Él la miró como si ella fuera la única que veía en esa habitación. Como si ella fuera la única que le importaba.

Por fin nuestra salvación. ¡Cómo han escuchado los santos nuestras oraciones!

Esa noche, cuando murió, la Sombra se estiró completamente para cubrir forma de soltearlo. Sintió el dolor del Shadow Summoner. Todos lo hicimos. No podía escuchar sus gritos a través de mis propios lamentos, supliqué ver a mi hermana solo una vez más, pero los demás no me dejaron. Me dijeron que era mejor no verla. Deshonraron su cuerpo.

Recuerdo la ira del Oscuro. La forma en que la oscuridad nos rodeaba. Su mirada asesina. Mucha gente murió esa noche y sólo unos pocos de las delegaciones lograron regresar a sus países. Vivieron porque prometieron con sus vidas no contárselo a nadie y mantenerse callados. Sabian que el Oscuro los perseguiría. Otros ya estaban muertos.

Perder a una familia alguna vez fue un tipo de dolor. Pero perdí a Liya dos veces. Tal inocencia, tanto coraje se desperdiciaron en el aire debido a un error que había cometido el Oscuro. Siempre lo culparé y lo odiaré por alejarme de nuevo de mi hermana pequeña.

La veo en el color de mi cabello. La veo cuando cierro los ojos. La veo caminar con esa expresión tranquila suya. Veo a nuestra madre en ella.

Se suponía que ella sería nuestra salvación. Pero no sabíamos que su muerte traería nuestra perdición.

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Alina parpadeó rápidamente y las lágrimas corrieron por sus mejillas. Nunca había oído hablar de Liya porque nadie se atrevió a hablar de ella. Todo el mundo tiene una razón para las cosas que hace y anhora estaba segura de ello. Ahora entendía por qué Genya se puso del lado del Oscuro, por qué le tenía tanto miedo.

Al pasar la página siguiente, encontró una pintura. Era simple, pero se parecía mucho a Genya, solo que sus ojos eran diferentes y su rostro un poco más delgado. En la parte inferior izquierda estaba garabateado el nombre de Liya. Ella se veía hermosa. Y Alina no tenía idea de uqe un fenómeno como el de una grisha ciega había dejado de existir. No era posible en su mundo, sin embargo, este cuaderno contenía las respuestas que sólo unos pocos conocían.

De repente, la entrada de la tienda silbó cuando el aire entró y ella rápidamente se levantó de su asiento, escondiendo el cuaderno detrás de ella mientras miraba al Oscuro. No podía creer que él fuera capaz de sonreír con sinceridad. Que este hombre fuera capaz de amar.

Sus cejas se fruncieron y la miraba con recelo.―¿Qué estás sosteniendo?

―Nada.―ella rápidamente lo descartó, secándose las lágrimas y manteniendo su postura.

―Dame eso.―exigió.

Alina mantuvo su compostura un poco más, enderezando su espalda.―¿Quién es Liya?

De repente, algo cambió en el aire. Algo brilló en sus ojos por sólo un momento. A partir de eso, Alina entendió que todo lo había en ese cuaderno era verdad. Que había una mujer que era amado por él. Que había una mujer que habría podido cambiarlo todo. Que había una mujer y, que si estuviera viva, Alina no hubiera estado aquí.

Ahora miró al hombre, que parecía como si estuviera conteniendo el aliento en lo profundo de su pecho, tratando de comprender lo que acababa de escuchar. No había un momento en el que no pensara en Liya. Incluso pensar en ella le provocó un dolor agudo en el pecho; gracias a él, ella murió. Y estaba dispuesto a quemar el mundo entero para vengarla por sus acciones.

―Dámelo.―exigió, su voz severa, pero más silenciosa.

Alina, vacilante, le entregó el cuaderno y con el dedo empujó las páginas hacia el lugar donde estaba la pintura de Liya. Tomando el cuaderno, el Oscuro abrió las páginas y miró la pintura, su corazón se detuvo por un segundo. No hubo ningún cuadro de ella después de su muerte, ni uno solo. Y, sin embargo, después de estos años, finalmente la volvió a ver.

Incluso en esta sencilla pintura, había ese vacío en sus ojos, pero la expresión estoica en su rostro. Ella fue una luchadora y luchó hasta el final. Incluso los luchadores necesitan ser protegidos y se suponía que él era el indicado, pero fracasó. Fracasó como siempre. Sus manos comenzaron a temblar suavemente y cerró el cuaderno, sosteniéndolo firmemente ya que estaba a punto de desaparecer.

―Si ella hubiera estado aquí, derribaría la Sombra inmediatamente.―admitió con sus ojos fríos.―Haría cualquier cosa para hacer este mundo un poquito mejor, pero...―acarició suavemente el cuero del cuaderno.―Ella me quitó esa parte con su muerte. Me mostró que no hay razón para mejorar este mundo. Siempre habrá guerra. Siempre habrá hambruna. Siempre habrá una pérdida. La pérdida se debilita con el tiempo. Pero su pérdida... yo... no te preocupes.―dio un paso más cerca.―Mi muerte seguirá. No quiero gobernar este mundo, esa es mi promesa para ella. Con el fuego, volveré con ella.

EL FIN.

Gracias a todxs los que apoyaron la historia desde el principio y le dieron tanto amor. No puedo expresar con palabras lo agradecida que estoy con ustedes. And thanks to minzynari for letting me translate this beautiful story. I cried, i can't lie. Thank you.