Elegiste la opción A. Veamos qué sucedió.

Te echaste al piso y te cubriste la nariz. Esta maniobra te ayudó a ahuyentar los agentes contaminantes del humo tóxico. Dicho humo que emanaba por los resquicios de tu puerta, llamó la atención de un vecino y muchos más acudieron a socorrerte.

Poco después, los bomberos llegaron y lograron sofocar el fuego y salvar tus preciadas pertenencias.

Pasa al siguiente caso.