A

Elegiste la opción A. Veamos qué sucedió.

Te mantuviste inerte ante el acecho del animal. El tiburón se acercó a ti y te confundió con otro animal marino y, por consiguiente, arremetió con confianza hacia tu humanidad. Sus mordidas descomunales te provocaron heridas considerables, incluso extremidades amputadas.

El animal marino se alejó de ti luego del banquete. Los guardacostas encontraron tu cadáver irreconocible y por poco te confunden con los desechos de mar.

Vuelve al caso 2.

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