Reto Personal
El rubio recordaba todo lo que le había contado Pansy, en cuanto lo encontró en un sillón de su sala común. La morena corrió a su encuentro emocionada y al mismo tiempo afligida porque pensaba que su amigo no le iba perdonar el tremendo error que había cometido.
-Lo siento tanto Draco, por favor perdóname. -dijo la morena con total arrepentimiento y los ojos un poco nublados, por las lagrimas que amenazaban por salir. La chica se inclino con cautela a un lado del sillón donde estaba el rubio
-No seas tonta Pansy fue solo un accidente, además estoy bien. -contesto secamente el rubio
-Sí pero por poco y te mato -contesto arrepentida
-Pero no fue así. Ya déjate de tonterías, después de todo fue un cumpleaños muy particular. Se puede decir que volví a nacer, no cualquiera puede decir eso Parkinson.
En lugar de darle tranquilidad las palabras de muchacho, se sintió todavía más culpable y comenzó a sollozar la morena, haciendo pucheros.
-Vamos Pansy, ya te dije que estoy bien, de verdad que no importa. -dijo el rubio tratando de consolarla la abrazo bruscamente, muy a su estilo.
-Gracias por perdonarme.
-Ya olvídalo de una buena vez Pansy. -Dijo con fastidio, no era muy expresivo y por lo tanto no está acostumbrado a las demostraciones de afecto.
La morena sonrió agradecida, mientas limpiaba con su mano su rostro para limpiar las lagrimas.
-Estoy muy agradecida con Hermione.-dijo la chica
-Desde cuando le hablas por su nombre. -pregunto sorprendido el muchacho y levanto la ceja desconcertado por qué Parkinson llamara por su nombre a una impura.
La morena se sonrojo un poco, pero estaba dispuesta a contarle. -Veras después de que te fuiste con tu madre, Zabini rego el rumor de que te envenene apropósito, por los que todos los de la casa me retiraron el habla y me trataban con recelo. Me cuesta admitirlo pero gracias a Granger los Gryffindor me aceptaron, he incluso fueron muy amables conmigo y me invitaron a cenar en su mesa, después de eso Zabini y los demás parece que se les paso el enojo conmigo y comenzaron a hablarme y tratarme sin miedo.
-Sorprendente. -contesto el rubio sin poder creerlo.
-También a mi me sorprendió mucho, no imaginaba que Hermione fuera capaz de pasar por alto todo lo que ha pasado y que fuera capaz de portarse de esa manera conmigo.
-Cada vez me desconcierta más la actitud de esa sangre sucia. -dijo el rubio con su típico tono frio.
La morena no puedo evitar incomodarse cuando llamo sangre sucia a la castaña. Ella misma la había llamado así en innumerables ocasiones, pero creía que no merecía que la trataran de la misma manera después de haber salvado la vida de Draco y haberla ayudado de manera incondicional.
-Pues debería de reconocer que gracias a esa sangre sucia, estás vivo. -Dijo con cuidado la morena.
-Ahora la vas a defender Parkinson.
-No se trata de eso, pero ella nos ayudo mucho a ambos. -la morena contesto temerosa de la reacción del rubio por sus palabras.
-Eso no cambia su origen Pansy, sigue siendo la misma sangre sucia e impura de siempre. -dijo el rubio, pero por alguna razón ya no creía el significado de esas palabras.
-Por cierto. -Dijo tratando de cambiar de tema para no discutir con el rubio. -Parece que a Zabini ya no le importa que Granger sea una impura.
-¿Por qué dices eso? -pregunto el rubio en un volumen un poco más alto de lo normal que hizo saltar a la morena.
-Bueno es que Zabini alago a Hermione en el comedor, y la invito a salir a Hogsmeade.
Malfoy sintió como calor subió de golpe a su cabeza, estaba muy enojado, apretó los puños con fuerza. No entendía por qué se sentía así. Pero estaba seguro de que si Zabini se hubiera encontrado en ese momento en la sala le hubiera lanzado un par de hechizos.
La reacción del rubio no paso desapercibida por su amiga, algo le hizo sospechar que a pesar de que Malfoy aparentaba seguir sintiendo desprecio por la Gryffindor, el empezaba a tener otro tipo de sentimientos hacia la castaña. Quizás algo más que agradecimiento.
Probablemente si se hubiera dado cuenta de eso la semana pasada la Slytherin se hubiera puesto furiosa, pero ahora parecía incluso un poco divertida, después de todo el compromiso de matrimonio que la había mantenido unida a Malfoy fue decisión de los padres de ambos, además ellos mismos habían disuelto ese compromiso después de que cayó el señor tenebroso.
Para la morena Malfoy había sido su amor platónico en sus primeros años en el colegio, pero después de comprometerse se dio cuenta que no lo amaba como ella suponía, así que ahora solo sentía curiosidad por saber los verdaderos sentimientos que ocultaba su amigo.
-¿Entonces van a salir juntos? -pregunto el rubio mientras seguía apretando los puños que se habían puesto sumamente blancos por la presión, pero tratando que su voz estuviera controlada para mostrarse indiferente.
-No, Granger dijo que ya tenía planes, y que quizás en otra ocasión. Pero por la actitud de Zabini me di cuenta que no va a rendirse tan fácilmente, la ve como una presa, le escuche contarle a Nott que Hermione se había puesto sumamente guapa, tanto que estaba considerando mezclarse con los de su clase por ella.
Malfoy se encontraba más tranquilo después de escuchar que Hermione no quiso salir con su compañero de casa, pero al escuchar lo último sintió nuevamente el calor intenso subir a su cabeza y su pecho llenarse de ira, al pensar en lo que se proponía Zabini. Trato de contenerse, tomo aire, pero le parecía imposible lograr tranquilizarse, estaba enojado, lleno de rabia, acaso eso eran celos, no podía ser así, se negaba aceptarlo, como podría sentir celos por la castaña, será que con ese Besus, no le salvo la vida y solo lo esclavizo.
Se levanto del sillón, habiendo a un lado a Pansy y camino un par de pasos para recobrar la cordura que parecía que lo estaba abandonando, las palabras de la morena lo regresaron a la realidad.
-Draco te encuentras bien, estas muy pálido. ¿Quieres que te acompañe a la enfermería? -pregunto preocupada la morena al ver el estado del rubio.
-No, estoy bien, solo estoy cansado. Mejor me voy a dormir.
-Está bien. -contesto la morena mientras veía a Malfoy dirigirse a las habitaciones de los chicos. -Hasta mañana.
El rubio entro a su habitación y cerro con fuerzas la puerta azotándola, estaba muy contrariado, caminaba de un lado a otro tratando de calmarse, conocía perfectamente a Zabini, solía ser muy persistente y no conocía a ninguna chica que se le resistiera cuando se proponía conquistarlas. Pero ya que se calmo un poco, sonrió con arrogancia al pensar que a Granger no era una chica cualquiera, no era como todas las demás, ella era inteligente y nunca caería en brazos del moreno.
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Draco hacia un gran esfuerzo para levantarse temprano, no había dormido bien, después de todo, su mente se encontraba muy revuelta, llena de dudas, todos los pensamientos se juntaban unos a otros, por lo que ya se sentía algo aturdido cuando el sueño lo venció por fin. Algunos de esos pensamientos, por no decir que la mayoría se debían a la castaña, ya bastante tenía que enfrentar con el hecho de que lo hubiera ayudado, ahora también tenía que agradecer que también ayudo a Parkinson en su ausencia, pero lo que le causaba mayor ansiedad era el hecho de que otra persona además de él, pudiera darse cuenta de la cualidades y belleza de la chica.
Para poder despertar por completo entro al baño para darse una ducha, hacía falta que el agua se llevara un poco de sus pensamientos para poder relajarse un poco. Se cambio rápidamente no deseaba llegar tarde al encuentro que tenia con la Gryffindor, así que salió casi corriendo de su habitación para ir al salón de pociones. Quería ser el primero en llegar, no contaba que nadie le ganaba a Hermione cuando quería ser puntual.
La castaña se había levantado mucho más temprano de lo necesario, tampoco pudo conciliar el sueño hasta casi entrada la madrugada, así que para matar un poco de tiempo en lo que lograba dormir, se puso a leer el libro que aun tenía en la mesa de noche a un lado de su cama. No pensó que fuera tan difícil encontrar información sobre la joya que le había regalado el rubio, la única molestia de la chica es que no podía comprobar por completo sus suposiciones, ya que mucha de la información que encontró se basaba en un cuento antiguo. No supo en qué momento la venció el sueño, pero como buena Gryffindor tuvo el cuidado de conjurar un hechizo para despertarse a tiempo antes de comenzar a leer su libro, para no quedarse dormida.
Como tenía planes para ese día y sabiendo que era posible que se entretuviera discutiendo con Malfoy, decidió que tenía que arreglarse para ir a Hogsmeade de una vez, por si mas tarde no le daba tiempo. Así que tratando de hacer el mínimo ruido para no despertar a sus compañeras que dormían plácidamente, entro al baño para tomar una ducha.
La castaña se vistió rápidamente, un pantalón ajustado azul y una blusa de algodón, sin olvidar una cazadora café y unas botas del mismo color, afuera aria mucho frio, después aliso sus cabellos con la poción que cada vez usaba con más frecuencia y que podía acomodar su indomable cabello castaño que ya le llegaba a la cintura y lo dejo suelto, no era su costumbre maquillarse, así que solo se puso un poco de brillo en los labios para que no se partieran debido al frio clima.
Antes de salir se vio al espejo y no pudo más que sonreír, después de todo ella también se daba cuenta que ya no era la misma niña de antes, le había ayudado mucho a su autoestima conocer a Viktor Krum, ya que él fue el primero en ver algo más que una sabelotodo de melena indomable y admirar su inteligencia y la belleza oculta.
Hermione sabía que sería la primera en llegar, no quería darle el gusto al rubio de que el llegara antes, por eso se había levantado mucho más temprano, aunque ahora se sentía sumamente cansada por el poco tiempo que durmió, así que se sentó en una de las bancas recargando su cabeza sobre sus brazo que cruzo sobre la mesa, para descansar un poco, no contaba en que se quedaría dormida sin darse cuenta.
Cuando el rubio llego al salón de pociones pudo ver que la castaña se encontraba profundamente dormida recargada en unas de las primeras mesas de la fila, su primera intención era despertarla bruscamente para asustarla, pero no pudo, la contemplo tan serena mientras dormía que espero un momento, viendo como respiraba acompasadamente relajada, con su rostro angelical y algunos cabellos surcando sus mejillas y sus apetecibles labios lo incitaban a besarla.
Volvió a tener aquella sensación de tranquilidad que ya había sentido antes, cuando la observo dormida el día que estaba los dos en la enfermería, después de que la chica le plantara frente.
Sumergido en ese recuerdo se estaba acercando a la chica sin darse cuenta realmente porque lo hacía, pero conforme se aproximaba a ella pudo percibir el aroma tan característico de la muchacha. El rubio cerró los ojos y aspiro su esencia, dejando que sus pulmones se inundaran con su perfume, pero se decía a si mismo que tenía que controlarse, no podía hacer eso, no debía hacerlo.
Con un poco de mas determinación tomo con su mano el hombro de la chica y lo movió con suavidad, pero a pesar de eso la castaña se sobresalto un poco al despertar y tener tan cerca al rubio.
Las mejillas de la castaña se encendieron, pero trato de componer su expresión para que el chico no notara su turbación.
-Lo siento, me quede dormida esperándote. -dijo la castaña un poco avergonzada.
-No necesitar decirme algo que es obvio. -contesto el rubio en tono frio. Mientras daba unos pasos a un lado para alejarse de la chica.
-Al menos llegue antes que tú no crees. -la chica contesto en el mismo tono
-Mejor déjate de tontería y dime qué quieres, cuáles son tus condiciones Granger.
Hermione sabía exactamente cuáles eran, pero titubeo un poco tomando valor, sabía que después de eso ya no se habría marcha atrás. -Pues bien Malfoy vayamos al punto entonces, yo no tenía intenciones en un inicio de ponerte condiciones, pero ya que no me quieres deber nada a mí, creo conveniente aceptar que recompenses mi ayuda. -Hizo una pausa para tomar aire y continúo. -Para empezar no acepto tu regalo.
-Ya te dije que si no lo quieres puedes regalarlo, vender o tirarlo, no me importa lo que hagas con el, pero no lo voy aceptar de vuelta. -Dijo molesto el rubio
-Me vas a dejar terminar o quieres mejor dejar las cosas así. -Contesto firme la muchacha.
-Continua.
-Te decía que no acepto tu regalo, pero si tu reto, me quedare con el cofre y su contenido hasta que resuelva el misterio, y cuando lo haya hecho te lo devolveré.
-Eso quiere decir que si no lo logras, te lo quedaras. -dijo aséptico el muchacho
-Exacto. Pero si lo logro tu lo aceptaras de vuelta, sin excusas. Es algo muy valioso de debe quedar en tu familia Malfoy.
-Está bien, acepto eso. -Contesto confiado el rubio, sabía que era casi imposible que revelara los secretos que contenía el cofre, ya que ni su familia está segura de su origen. -Algo más sangre sucia.
-Ese es el otro punto Malfoy, te exijo respeto, no me volverás a llamar así.
-Como no hacerlo si eso es lo que eres, una sangre sucia, hija de Muggles. -el rubio intentaba burlarse de ella, aunque se detestaba por eso.
La castaña se levanto de la silla en la que estaba sentada, y se acerco de manera amenazadora al rubio, solo se detuvo a unos centímetros del rostro del chico y se mantuvo ahí, mirándolo de manera penetrante, de manera retadora. El rubio era muchas más alto que la castaña, pero eso no la intimido en lo más mínimo. Por otro lado Malfoy no se movió se mantuvo firme ante la cercanía de la chica, pero no podía negar que esa cercanía lo desarmaba por completo.
-Si Malfoy, soy una sangre sucia, y estoy orgullosa de serlo, no me avergüenza ni me ofende que me llames así. Estoy profundamente agradecida de ser hija de muggles. Lo que me molesta es que uses ese juego de palabras pretendiendo que eres mejor que yo.
-Soy mejor que tu Granger. -contesto secamente el rubio
-Te equivocas Malfoy, no eres mejor que yo, tu sangre pura no te hace menor mago de lo que soy yo. -dijo con seguridad la castaña. -Podrás presumir de ser de descendencia pura y de tener una fortuna, pero eso no te hace mejor que yo. Sin todo tu dinero y tu apellido no eres nadie.
Las palabras de la castaña le calaron profundamente al rubio, en un arranque de enojo la tomo por los brazos y la estrujo con fuerza, acercándola aun más a él, para tratar de intimidarla.
-¿Cómo te atreves Granger? ¿Quién te crees que eres para decir que no soy nadie? -Dijo furioso el rubio.
-No me creo, soy Hermione Granger, una sangre sucia hija de muggles que no te tiene miedo, que no se intimida con tu dinero y a quien no le importa la pureza de tu sangre. Quieres que cambie de opinión, demuéstrame que eres algo más que tu dinero y tu estúpida casta y me retractare de lo que he dicho. Pero no esperes que lo haga si sigues siendo un tonto que no ve más allá de su nariz. Deja de ser tan arrogante y date cuenta que lo único que nos diferencia son nuestras decisiones y no nuestro origen. -La castaña se aguantaba las ganas de llorar, Draco le estaba causando daño a sus brazos, pero no iba a ceder, no le daría el gusto de verla llorar, la castaña lo empujo con todas sus fuerzas para liberarse pero el chico no la soltaba.
-Te demostrare que soy mejor que tu "Granger", así que está bien, no volveré a llamarte sangre sucia, aunque lo seas. -Dijo en tono de burla mientras liberaba los brazos de la castaña de sus manos.
En cuanto la soltó la castaña se froto ambos brazos, en verdad la había lastimado, pero seguía sin querer llorar, mordiéndose los labios para contenerse.
-Alguna otra cosa Granger.
-Claro que hay más Malfoy. Hay mucho que aclarar, pero empecemos por algo sencillo. Me trataras con respeto y me obedecerás en todo lo que te diga, sin protestar, lo que dure tu clase.
-No te parece demasiado. -dijo contrariado el muchacho.
-Es lo necesario para que puedas aprovechar la tutoría, sin que nos matemos.
-Está bien, solo mientras dure la clase y ni un minuto más. -contesto el rubio.
-Muy bien.
-Algo más, porque ya es tarde y voy a desayunar. -dijo fastidiado Malfoy.
-Si claro falta lo más importante. Lo de antes han sido las condiciones para llevar un buen trato entre los dos, ahora solo falta decirte cómo vas a recompensar el tiempo que invertiré en ti.
-Suéltalo ya, de una buena vez, que me estoy cansando de esto.
-Bueno está bien, solo quiero pedirte que no le digas a nadie, absolutamente a nadie lo que te voy a pedir. Necesitar prometerme que guardaras el secreto.
-No voy a prometer tan cosa.
-Entonces tienes miedo de mi, de lo que te pueda pedir, no me hagas reí, que no habías dicho que no eres un cobarde. Entonces demuéstralo, si no eres un cobarde promételo.
-No soy ningún cobarde, pero como quieres que prometa algo así, cuando aun no me dices de que se trata. -el rubio estaba sumamente nervioso, se preguntaba qué era lo que la castaña quería que hiciera, que era tan importante como para que hiciera prometer que no contaría nada.
-Te aseguro que no será tan malo, al menos para ti. Es solo un reto personal en lo que me vas a ayudar. Al final va a ser un favor por otro. Yo te enseño pociones y tú me enseñas…. Otras cosas. - dijo la castaña sumamente colorada, lo que fuera que le iba a pedir al rubio era algo que le causaba vergüenza, pero como ella le había mencionado al rubio, lo que fuera representaba un reto para la chica.
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