Recompensa

Hermione caminaba apresurada a lado de Harry y Ron tratando de no prestar demasiada atención a los comentarios que hacían los alumnos cuando pasaba la castaña, eso la estaba poniendo inquieta sentía todas las miradas puestas en ella y los comentarios no cesaban a su paso. Nunca le había agradado ser el centro de atención, prefería las cosas tranquilas y pasar desapercibida, pero ese anonimato ya no era posible, como le había dicho Ron, se había vuelto sumamente popular en todo el colegio por lo ocurrido con Malfoy.

Muchos la veían, en su mayoría chicos que la observaban con admiración, todos sabían que era inteligente, la mejor de la clase, pero demostró ser más que eso. Era admirablemente valiente y ese toque la hacía diferente a los ojos de los demás. Toda la escuela sabia de las aventuras por las que paso al lado de  sus amigos para vencer a Voldemord, pero dado que ya había sido eliminado y las cosas ya habían adquirido normalidad no esperaban que siguiera siendo tan intrépida como para salvar la vida de alguien, arriesgando la propia. 

Ya la habían detenido varias veces en los pasillos haciéndole preguntas sobre Malfoy,  a los que evadía diciendo que solo había tenido suerte. Cada vez que ocurría los colores subían a su cara llena de vergüenza por los interrogatorios, sabía que Ginny tenía mucha razón, pronto todo mundo se enteraría de los pequeños detalles que se empeñaba en ocultar y simplemente se ponía cada vez más nerviosa.

Estaba consciente que Harry la apoyaría, pero tendría que aguantar los reproches y las burlas de Ron por un largo tiempo y eso la ponía de mal humor, además, de que se sentía bastante acosada por los demás, sin que supieran toda la historia, así que no se imaginaba como se pondrían las cosas con los rumores y los comentarios que se presentarían cuando se enteraran de todo.

Por fin llegaron a las mazmorras y entraron al salón pociones, Harry y Ron se sentaron de inmediato en los lugares que acostumbraban,  Hermione les seguía como autómata, permanecía distraída aun intentando reacomodar sus ideas y dar con una explicación lógica que no implicara confesar la verdad, para no enfrentarse a los reproches y las recriminaciones de sus amigos, especialmente del pelirrojo que solía ser por demás irracional y explosivo.

Reacciono un poco cuando vio que Pansy se encontraba en una mesa sola, todavía se notaba su mejilla izquierda un poco hinchada y tenía los ojos rojos, por lo que supo que había seguido llorado, quizás  se seguía sintiendo mal por lo ocurrido con la Sra. Malfoy. Quería consolarla de alguna manera, incluso quería sentarse con ella para hacerle un poco de compañía ya que siempre acostumbraba sentarse con Malfoy y Zabini, pero el primero seguía en la enfermería y Zabini  no quería ni acercársele por lo que se cambio de mesa; pero por el momento no sabía qué hacer, pensaba que tal vez le molestaría a Pansy que se le acercara, al final  aunque habían hecho las paces no se consideraban   amigas.

No tardo mucho en llegar el profesor Horace Slughors, todos ya estaban es sus lugares, esperando saber que tocaría  hacer para esa clase. Sin embargo la clase empezaría de manera muy diferente a la acostumbrada.

-Buenos días. -Saludo el profesor con  una sonrisa en los labios, se podía notar que  se dirigía muy especialmente a  Hermione, por lo que la castaña se sintió un poco incomoda se removió en su silla y desvió la mirada. -Antes de comenzar deseo hacer algunos avisos. -Continúo diciendo de manera animada. -Para empezar sabrán ya lo acontecido en esta misma sala hace unos días, ¡Claro que saben! -Dijo con satisfacción, como si el mismo hubiera hecho la poción que salvo a Malfoy de una muerte segura

Hermione contuvo la respiración algo le decía que no quería escuchar lo que tenía que decir el Profesor. En ese momento se le formo un hueco en el estomago debido al nerviosismo.

-La señorita Granger fue toda una heroína al salvar la vida de su Compañero Malfoy, demostró un gran temple y decisión, además de los conocimientos necesarios para desarrollar un antídoto, solo tomando como base el color y los efectos de un veneno, por lo que se le otorgaron 500 puntos a Gryffindor por su merito.

La chica soltó una gran bocanada de aire al escucharlo, se había quedado inmóvil, pero comenzó a calmarse un poco y a respirar con normalidad, después de todo no había sido tan malo, había logrado obtener el mayor número de puntos posibles en una sola clase, era increíble.

Harry y Ron le dedicaban grandes sonrisas de satisfacción, mientras el resto de la clase le aplaudía por el logro alcanzado. No podía evitar que el color subiera a sus mejillas y sentirse sumamente avergonzada por esas muestras de admiración de sus compañeros, pero pensó que lo peor ya había pasado, no se imagino lo que seguiría a continuación.

Solo los Slytherin estaban indiferentes por el logro de Granger, Parkinson inclino aun más la cabeza avergonzada tratando de no llorar de nuevo por las burlas de sus compañeros de casa por casi haber envenenado a Malfoy.

-Pero eso no es todo. -continuo diciendo Slughors con su característica voz. -Debido a su desempeño he decidido que será mi asistente, la Directora McGonagall  a estado de acuerdo, y hemos acordado que parte de sus responsabilidades Señorita Granger  será ser tutora en esta clase de aquellos alumnos que van atrasados con mi materia, por lo cual le suplico que al terminar la clases me  espere un momento para entregarle una lista con el nombre de los alumnos que requieren más urgentemente su ayuda.

Hermione no pudo más que asistir con la cabeza y sonreír de manera fingida, a los ojos de la castaña más que una recompensa eso sonaba mas como un castigo, ya que además de hacer sus deberes, ahora tendría que dedicar tiempo a ayudar en pociones a los que iban más atrasados.

-Esos han sido los avisos, así que ahora por favor en su libro, en la página 593, realizaremos la poción  Besus, para que toda la clase pueda apreciar  lo complicado de la poción que desarrollo la señorita Granger. -dijo sin más el profesor.

En ese momento la castaña palideció, sintió como sus piernas se doblaban y sus manos temblaron. No podía ser posible ahora si todo mundo se enteraría de lo que tuvo que hacer la chica para administrar el antídoto.

-Te ocurre algo Hermione, te has puesto muy pálida. -dijo con preocupación Ron.

-Mmmm… Estoy bien. -Dijo tartamudeando un poco la castaña.

-Esta Segura, no te veo muy bien. -Dijo  Harry y coloco su mano sobre la frente de la castaña para checar su temperatura al verla a punto del desmayo.

-En verdad estoy bien, es solo que…. Bueno es que yo… como les digo…. Es que yo... -Seguía sin poder decir frases completas, su mente parecía aturdida en ese momento, todo su intelecto se colapso por su nerviosismo. 

-Ya dilo de una buena ves que nos estas preocupando, que pasa. -Dijo Ron sin comprender que pasaba.

Hermione estaba intentando  decirles lo que pasaba antes de iniciar la poción, pero estaba muy nerviosa, así que tomo aire y por fin lo dijo tan rápido que dudo que le entendiera. -Es que para darle el antídoto a Malfoy prácticamente lo tuve que besar.

-¿¡QUE HICISTE QUE!? -Grito Ron, haciendo que toda la clase los volteara a ver.

-¿Qué ocurre? -Pregunto el profesor Slughors acercándose  a la mesa en donde estaba Hermione y los chicos.

-Nada profesor, todo está bien. -Contesto la castaña aun muy nerviosa.

-Entonces a trabajar. -Dijo el maestro un poco irritado por el sobresalto del pelirrojo.

Hermione trato de empezar la poción, porque el maestro los observaba detenidamente, saco todos los ingredientes, mientras Harry seguía con los ojos sumamente abiertos sin poder decir palabra y Ron torpemente abría su libro en la pagina que había indicado el profesor en donde se encontraban las instrucciones para preparar el Besus y para leer como se debía administrar el antídoto que iban hacer, mientras leía se comenzó a poner colorado, al final cerro el libro de golpe  y lanzo a la castaña miradas de desaprobación.

Harry tomo el libro al ver que Ron no le contaba nada y con rapidez busco la pagina y leyó línea por línea, mientras lo hacía alternaba su vista entre Hermione, Ron y el libro, aun desconcertado y asombrado de que su amiga hubiera sido capaz de pasar un antídoto de boca a boca a su mayor enemigo.

La clase se le hizo eterna a Hermione, ya que todos comenzaron a verla y a murmurar, ya toda la clase había leído las instrucciones exactas y sabían la parte de la historia que no se había dicho antes. Las chicas se reían tontamente al imaginar ser ellas las que besaban los apetecibles labios del rubio para darle el Besus, y por otro lado los chicos, incluyendo a Ron y a Harry no  podían comprender del todo como Hermione había podido hacer a un lado las diferencias con Malfoy, al grado de haberlo besado para salvarlo.

Zabini y Nott miraban con malicia a la chica, inspeccionándola de pies a cabeza como si trataran de imaginarla en esa situación tan comprometedora, y soltaron sonoras carcajadas que acallaron por la mirada de reproche del profesor de pociones.

Ron siguió indignado el resto de la clase, de mala gana seguía las indicaciones de Hermione para hacer la poción, su mal humor crecía a cada momento, mas cuando escuchada los comentarios mal intencionados sobre Malfoy y Hermione.

Harry se mantenía en silencio sin mostrar sus emociones, no podía reprocharle de ninguna manera sus acciones, había salvado la vida de un ser humano, incluso arriesgando la suya, el mismo se había visto en la necesidad de salvar a los Slytherin cuando estuvieron a punto de morir quemados en el salón de menesteres cuando destruían los Horrocules. Por eso se trataba de restarle importancia al pequeño detalle de que su mejor amiga había tenido que usar medidas extremas para hacerlo tragar un antídoto.

Abatida y avergonzada la castaña se espero después del término de la clase para que le diera la lista de los alumnos que necesitaban tutoría, como le había indicado Slughors. Guardo todos los materiales en su lugar y espero  a que el profesor se aproximara a ella con un pergamino en la mano.

-Tenga Señorita Granger, esta es la lista que le  había mencionado son solo cuatro alumnos, espero que pueda repartir su valioso tiempo en ellos ya que requiere de bastante ayuda para mejorar sus notas, además debe de saber que por sus servicios recibirá crédito extras en la materia, aunque sé que no los necesita con las notas tan altas que tiene.- le dijo el profesor mientras le entregaba un pergamino amarillo.

-Está bien profesor, solo una pregunta las clases de tutoría se las daría a los cuatro juntos o por separado. -Desanimada la castaña pregunto, aun no había extendido el pergamino para ver los nombres, a decir verdad se sentía tan contrariada que no le importaba mucho a quien tendría quedarles clases.

-Considero conveniente que sea por separado para que las aprovechen mejor sus compañeros. Los horarios lo dejamos a su consideración por sus horas libres, solo espero que me informe cuando se ponga de acuerdo con sus compañeros.

-De acuerdo profesor, en cuanto concrete algo con mis compañeros le pasare los horarios. -dijo apesarada la chica, imaginando todo el trabajo extra que tendría que hacer y el tiempo invertido para ese propósito.

Se despidió del Profesor  y salió de salón, afuera la esperaban Harry y Ron recargados en una de las paredes de piedra.

-Ahora si nos tienes que decir cómo demonios te atreviste a besar al idiota de Malfoy. -dijo con molestia el pelirrojo.

-¡No lo bese! -Exclamo entre avergonzada y enojada por la acusación.

-Pues como si lo hubieras hecho Hermione, prácticamente eso fue lo que hiciste.

-Ya sabes que no había otra manera de hacerlo, no podía beberlo de otra manera. -Trato de justificarse.

-Pues entonces no debiste darle nada ¿Por qué no se lo dio Parkinson? -Replico con el rostro completamente enrojecida hasta las orejas.

-Porque no estaba en ese momento, porque si hubiera estado ten por seguro que no me habría visto en la necesidad de dárselo yo. -Contesto apretando los puños tratando de controlarse.

Harry trataba de intervenir pero no veía la manera de tranquilizar a sus amigos. A cada momento alzaban más la voz e intercambiaba miradas llenas de enojo.

-Pues ese no era tu problema, no tenias porque haber intervenido. -Ofuscado replico  el pelirrojo.

- ¿Qué demonios querías que Hiciera Ronald? ¿Querías que lo dejara morir? -le grito la castaña enfurecida, ya se había aguantado mucho y por fin exploto, se puso frente al chico enfrentándolo a pesar de que era mucho más alto.

-Ya déjala en paz Ron, tiene razón Hermione, aunque fuera Malfoy no podía dejarlo morir.-dijo Harry a su amigo en tono de reproche, mientras se metía en medio de los dos para separarlos un poco.

Hermione ahora si estaba hecha una fiera, sus ojos castaños estaban crispados por el enojo, apretaba con fuerza sus puños, al igual que sus dientes que rechinaban por tanta presión, el color rojo de sus mejillas se había regado al resto de su cara, dándole una apariencia atemorizante. Eso no paso desapercibido por el pelirrojo.

-Tranquila, está bien. -Dijo asustado el pelirrojo al ver que está realmente enojada la castaña. - Es solo que de pensar que lo besaste, es algo..... Asqueroso. -continuo diciendo el pelirrojo mientras hacía gestos y cara de asco.

-Basta Ronald Weasley, ya cállate, si no quieres que te envenene y te aseguro que ya no tendré la consideración de darte el antídoto. -le grito la chica con la cara completamente enrojecida y contraída por el enojo.

-Cálmate Hermy, mejor cuéntanos  a quien le vas a dar tutoría. -Harry tratando de calmar los ánimos cambio de tema y ponía su mano sobre el  hombro para que relajara un poco su tenso cuerpo.

Hermione le contesto tomando aire tratando de recobrar la calma -Aun no lo he leído, pero según me dijo el profesor son solo cuatro personas. -Le entrego el pergamino que le había dado momentos antes  Slughors para que Harry lo leyera.

Harry y Ron leyeron primero de quienes se trataba y por la reacción que tuvieron, la castaña se dio  cuenta que no era algo bueno. Les quito de las manos el pergamino y leyó sin poder creer su mala suerte.

Alumnos de la clase de pociones en Tutoría.

- Adán McCallen (Ravenclaw)

- Draco Malfoy (Slytherin)

- Ronald Weasley (Gryffindor)

- Pansy Parkinson (Slytherin)

Tontamente la castaña había pensado que no podría ser peor, pero se acababa de dar cuenta que era mucho peor de lo que había imaginado, con Adán y Ron no habría ningún problema, ya había ayudado en ocasiones anteriores al pelirrojo y según sabia que el Ravenclaw era un joven sumamente agradable además de guapo,  y aunque ya había hecho las  pases con Parkinson sabía que iba a ser muy complicado entenderse con ella y ni hablar del pesado y arrogante de Malfoy, que los más seguro era que se negaría a la tutoría con la sangre sucia Granger.

-Espero Hermione que no se te ocurra darnos clase a los  cuatro juntos, no tengo problemas con Adán, pero no me apetece pasar tiempo con el estúpido de Malfoy. -dijo tajante el pelirrojo, sacando de sus pensamientos a la chica.

-No te preocupes Ron, Slughors quiere que les dé por separado las clases. -Dijo completamente desanimada la castaña.

-Anímate Hermione, no debe ser tan malo, después de todo tu eres maravillosa dando clases, has hecho maravillas con nosotros en todos estos años, de no ser por ti no habríamos logrado tan buenas notas. -Dijo Harry tratando de animar a su amiga porque la veía sumamente decaída y triste.

La castaña le obsequio una pequeña sonrisa de agradecimiento.

Los tres amigos debían ir a su siguiente clase de defensa por lo que no pudieron seguir platicando. Los murmullos en los pasillos habían crecido como se pudo dar cuanta la castaña, y por donde pasaba se detenían algunos alumnos a verla y hacer comentarios sobre la Gryffindor.

Hermione  ahora podía entender cómo se sentía Harry en años pasados cuando era el centro de atención y todos murmuraban a sus espaldas.  Estaba sumamente contrariada con todo lo que estaba pasando, deseaba que pronto se aburrieran del tema para que por fin la dejaran tranquila.

Las siguientes clases del día se desarrollaron de manera casi normal, de no ser porque la mayoría de los profesores la habían felicitado por su acción delante de todos sus compañeros, además de que muchos de los alumnos de Gryffindor la felicitaban por los 500 puntos que gano para su casa.

Hermione se sentía sumamente abrumada por todas las muestra de sus compañeros de colegio, se le hacía exagerado, después de todo ella creía que había tenido mucha suerte,  sabía que estuvo a punto de no lograrlo y eso la hacía sentir que no merecía tantas atenciones y felicitaciones de los demás. Ya estaba cansada de todo eso, así que después de clases se fue por uno de los pasadizos  para salir del castillo, necesitaba un poco de tranquilidad, así que pensó en ir a la casa de los gritos por el pasaje que estaba en el sauce boxeador, ahí nadie la molestaría,  lanzo  un hechizo  inmobilus para que el árbol se quedara quieto y entro por la trampilla.

Se quedo parte de la tarde ahí, recostada en una vieja cama solo pensando, se había prometido a si misma que no dejaría que todo lo que estaba pasando la afectara, después de todo lo que hizo fue algo bueno y debería sentirse orgullosa de haberlo logrado, en cuando a Malfoy y Parkinson trataría de ayudarlos en contra de todo pronóstico, sabía que no sería una tarea fácil, pero se sentía capaz de tratar con ellos, Pansy no sería problema, pero Malfoy representaba un gran reto.

Después de unos momentos se encontró soñando con unos profundos ojos grises y unos suaves labios fríos, se levanto sobresaltada por el sueño que estaba teniendo, como podía soñar con Malfoy de manera romántica, se dijo a si misma que se estaba volviendo loca con tantas cosas y sin querer pensar más en el asunto se levanto para salir de ahí, necesitaba regresar al castillo, ya casi era la hora de cenar y si no se presentaba sus amigos se alarmarían.

Antes de llegar hasta el gran comedor, paso por uno de los pasadizos secretos para cortar el camino y para su sorpresa se encontró con un morena que lloraba amargamente escondida, sabia de quien se trataba, estuvo tentada en regresar por donde venia para no toparse con ella, pero el llanto de la muchacha la conmovía, no era capaz de ignorar que se encontraba mal, así que con cuidado se acerco.

-Pansy te encuentras bien. -Pregunto con cuidado Hermione. ¿Qué haces aquí?

La morena se enderezo e intento  limpiar su rostro con el dorso de su  mano, tratando de quitar las lágrimas que rodaban copiosamente por sus mejillas. Continuaba sollozando y no podía hablar, por lo contrario en lugar de tranquilizarse como respuesta a la presencia de la castaña, Pansy comenzó a llorar más fuerte,  convulsionándose por la fuerza del llanto, se veía tan vulnerable, tan triste y desprotegida que Hermione no pudo evitar acercarse para tratar de consolarla.

-Cálmate Pansy, que te ocurre. -pregunto preocupada la castaña.

Pero la Slytherin seguía sin poder articular palabra por la intensidad de su llanto, solo se aferraba al cálido abrazo que le regalaba Hermione. La castaña la dejo llorar, ya no hizo más preguntas, sabía que la morena necesitaba sacar todo lo que sentía y sabia que la mejor manera era llorando, así que le dio tiempo, no dijo una solo palabra, solo se limito a abrazarla y tratar de reconfortarla, estuvieron así por varios minutos, hasta que el llanto parecía que se estaba apaciguando y la respiración de la chica se volvía más regular y calmada. Hasta entonces Hermione volvió a preguntar -¿Te sientes Mejor?, a lo que Pansy solo asistió con un movimiento de cabeza.

-Lo lamento tanto. -Dijo por fin la morena.

-Que es lo que lamentas Pansy, no entiendo  porque llorar de esta manera, es que te pasa algo.

-Es que yo tengo la culpa.

-la culpa de que, sigo sin comprenderte.

-Lamento mucho lo que ocurrió con Draco.

-Sabes que eso fue solo un accidente, no podías saber que eso pasaría.-Dijo la castaña de manera comprensiva.

-Quizás, pero todos los Slytherin me creen culpable y me han dejado de hablar todos, nadie se me quiere acercar por miedo a que les haga algo, creen que lo que paso con Malfoy fue intencional. -contesto la morena con tristeza.

-No les hagas caso, se le pasara, además cuando regrese Malfoy de su casa el podrá aclarar las cosas.

-No estoy segura de eso.

-Porque no Pansy, después de todo tenias solo la intención de hacerlo feliz con esa poción, el tiene que entender que fue un accidente.

-Pero ya viste como reacciono la Sra. Malfoy, y si Draco reacciona igual y si no me perdona. -Dijo desanimada la Morena.

-Si no te perdona es porque no es tu verdadero amigo, y si no lo es no tiene caso de que sufras por su causa, aunque yo creo que cuando regrese solucionaran las cosas. Y en cuanto al resto de los de tu casa, no dejes que te afecte, tu sabes la verdad y eso debe de bastar, ninguno de ellos ha estado con Malfoy, como lo has estado tu, por lo que pude ver, fuiste la única que se acordó de su cumpleaños y lo quisiste hacer feliz, eso habla muy bien de ti.

La morena le sonrió llena de gratitud, sintiéndose esperanzada en que todo se iba a solucionar muy pronto. La chica se sentía verdaderamente arrepentida por haber juzgado tan mal todos estos años a la castaña, nunca hubiera imaginado que una hija de muggles, pudiera ser mejor persona que sus supuestos amigos de Slytherin que le habían dado la espalda en la primera oportunidad y que presumían de ser mejores por ser de sangre pura.

-Anda, vamos a cenar que ya es tarde, hoy vas a compartí la cena con los de  mi casa. -Dijo la castaña con seguridad.

Pansy la veía asombrada, no podía creer que la castaña la estuviera invitando a compartir la cena en su mesa no cavia duda que a cada momento la sorprendía más  el carácter valiente y bondadoso de la Gryffindor. No pudo responder nada pero asistió con la cabeza y siguió los pasos de la castaña hasta el gran comedor donde ya se encontraban sus amigos esperándola.

En cuanto entraron al gran comedor y llego Hermione a la mesa acompañada de Parkinson los murmullos comenzaron a surgir, miradas curiosas se fijaban en las dos chicas, era inevitable llamar la atención, representaban el agua y el aceite, eran de casas rivales, sin embargo caminaban juntas y se detuvieron en la mesa de los leones.

-Hola chicos, hoy va a cenar Pansy con nosotros. -Dijo mientras sonreía  y los miraba de manera  significativa, Ginny y Luna que también se encontraba presente comprendieron al momento y le hicieron espacio en la mesa a ambas, Harry y Neville las veían con asombro pero les dedicaron una sonrisa de bienvenida, mientras que Ron las miraba con la boca abierta llena de comida y los ojos sumamente abierto, lo que provoco que todos comenzaran a reír.

Los murmullos comenzaron nuevamente a crecer como olas en el mar, no era común que una Slytherin conviviera con una Gryffindor, y más cuando todo mundo sabía cuánto había despreciado con anterioridad una a la otra por ser hija de muggles. En la mesa de las serpientes había asombro mesclado con desaprobación, ya que eran precisamente algunos miembros de esa casa los únicos en el colegio que aun tenían ciertos prejuicios por la pureza de la sangre.

Harry veía con admiración a su amiga, siempre habías sabido del buen corazón que tenia, pero no cabe duda que cada vez lo asombraba mas, una cosa era luchar por los débiles y desprotegidos elfos domésticos o las criaturas mágicas maltratadas y otra muy diferente perdonar a alguien que la había humillado en innumerables ocasiones y no solo eso, la castaña era  capaz de brindar apoyo a esa persona cuando lo necesita a pesar de las diferencias. El chico se había dado cuenta, al igual que sus demás amigos, de que la Slytherin había estado llorando por lo enrojecido de los ojos, por lo que deducían que su presencia en su mesa significaba que Hermione estaba dispuesta a brindarle su amistad.

Pansy no podía creer todavía que se encontraba sentada a un lado de la castaña, compartiendo la cena con sus enemigos naturales, pero le sorprendía  aun mas que parecía que todos la recibían con gusto, perdonándole todo lo que les había hecho en el pasado, incluso el hecho de que había sido su idea entregar a  Potter al señor Tenebroso cuando empezaba la segunda batalla en el colegio. Como podían perdonarla después de eso, estaba  feliz, pero muy avergonzada, estaba comprobando que todo era muy diferente a lo que había imaginado.

La cena transcurrió de manera tranquila, con conversaciones triviales que dieron al momento un toque agradable, ignoraron completamente a las personas que murmuraban a  sus espaldas, ya que Hermione le había dicho a sus amigos que había decidido que no iba a dejarse afectar por los comentarios de los demás, después de todo ella estaba por fin tranquila y segura de que había hecho lo correcto y no tenía ganas de dar más explicaciones

Lo que no se esperaba Hermione que poco antes de que terminara la cena, llegaría a su mesa una hermosa lechuza de majestuoso plumaje blanco con un paquete para ella.

No era común que a esa hora llegara correspondencia para nadie,  pero lo que  más asombraba a la castaña, era que no acostumbraba recibir paquetes por medio de lechuzas ya que sus padres no usaban ese medio, por otro lado  la lechuza le resultaba familiar pero en ese momento no recordaba por que, hasta que al desamarrar el paquete y leer el remitente recordó, esa hermosa lechuza era de Draco Malfoy.

Al parecer no podría regresar el paquete a su dueño como hubiera deseado, porque en cuanto soltó el paquete, la lechuza emprendió el vuelo, seguramente le ordenaron regresar de inmediato sabiendo que la orgullosa chica lo intentaría regresar.

Hermione no entendía que pretendía Malfoy, le había dejado claro que no quería nada de él, entonces porque le había mandado ese paquete, se negaba a abrirlo en frente de todos, no se arriesgaría, temiendo que fuera una broma o algo peor que la avergonzara de nuevo.

Sus amigos la miraban interrogantes esperando que les dijera quien le había enviado ese paquete. Pansy lo sabía, conocía perfectamente la lechuza de Malfoy, pero no dijo nada.

La castaña solo sonrió tímidamente  sin saber que decir y continúo comiendo poniendo el paquete sobre sus piernas. Al parecer todos entendieron que no debían preguntar, no era el momento adecuado, solo Ron frunció el ceño molesto porque Hermione no les dijo quien le había mandado ese paquete.

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