Hermione Popular
La castaña sabia claramente que no era de tanta importancia lo que iba decirle, después de todo no era tan extraordinario lo que quería aprender, tenía claro que muy bien podría pedirle a sus amigos que ellos le enseñaran, pero sabía que pedírselo a Malfoy, lo haría sentir que la podía compensar de alguna manera que no involucraba costosos regalos. Por eso tenía que hacer que pensara que es de suma importancia y que prometiera no contarle a nadie, así se evitaría también algunos problemas con sus amigos.
-Entonces que dices Malfoy. Yo también tengo prisa me esperan para desayunar y tengo planes para hoy, así que dime si vas a aceptar o no. -la castaña esperaba una respuesta del Malfoy, pero el aun meditaba que contestarle. Aburrida de esperar la chica camino hacia la puerta para salir.
-Espera Granger. -El rubio la sujeto por el brazo, lo que hizo que la chica se quejara un poco aun le dolía, al ver su gesto de dolor, la soltó de inmediato, eso lo hizo sentir muy mal, la había lastimado. -Está bien te prometo que no le diré a nadie. ¿Qué es lo que quieres que te enseñe?
La castaña le regalo una sonrisa de triunfo. -¿Estás seguro Malfoy?
-Sí, ya dime qué quieres -Pregunto el rubio con algo de culpa por haberla lastimado.
-Quiero que me enseñes a jugar quidditch.
-¿Era eso? -Dijo desconcertado el muchacho.
-Claro, mira yo te ayudo en pociones, que es algo complicado para ti y tú me enseñas quidditch que es casi imposible para mí y todos contentos.
-Estás loca, porque no le pides a tus amiguitos que te enseñen.
-Tiene razón, puedo hacerlo. Solo que no pensé que te diera miedo enseñarme. Entonces no hay trato ¿verdad? Habla con McGonnagall para que te asignen a otro tutor. Yo por mi parte le pediré a Harry que me enseñe a jugar, después de todo es el mejor buscador. Así no me debes nada a mí, ni yo a ti, y estamos en paz. -Ahora se giraba de nuevo con dirección a la salida.
El rubio se le adelanto para detenerla antes de que saliera, ya no quería sujetarla para no hacerle daño, por lo que se paro frente a ella, no contaba con que la castaña tropezó y choco de frene con él. Malfoy la tomo por la cintura para que no callera, pero era solo una justificación para tenerla nuevamente cerca. Ahora la sostenía por la cintura sintiendo todo aquello que lo hacía perder la cabeza, su calidez, su aroma, su cercanía lo volvía loco.
-De verdad que eres torpe Granger. Porque te vas sin dejarme contesta. Acepto el trato, después de todo es algo justo y será sencillo.
-No te confíes Malfoy, le temo a las alturas, será todo menos sencillo. No soy buena en los deportes, por eso es un reto para mí. Pero no quiero que nadie más sepa, no quiero burlas al respecto. Y te agradezco que me ayudaras para no caer, pero ya me puedes soltar.
El rubio no se había percatado que mantenía a Hermione aun sujeta por la cintura, al escuchar las palabras de la castaña la soltó.
-¿Cuando quieres que te enseñe? -Pregunto el muchacho en tono indiferente después de recobrar la compostura.
-Te parece bien después de tu clase de pociones del sábado. Pero tendría que ser mas tarde ya cuando anochezca para que no nos vean. Si no tiene problemas por salir del castillo sin permiso.
-No tengo problema.
-Bueno entonces ya estamos de acuerdo. -La castaña ofreció su mano al rubio para sellar el trato. Y él le correspondió con una media sonrisa. -bueno me voy, nos vemos después Malfoy.
Como toda respuesta el rubio asistió con la cabeza, haciéndose a un lado para que pasara la castaña.
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Hermione llegaba al gran comedor, donde ya se encontraban sus amigos esperándola para desayudar.
-Buen día. -saludo la castaña a todos con una sonrisa. Y se sentó a un lado de Ron, que ya había empezado a devorar su desayuno.
-¿Dónde estabas? Te estuvimos buscando para bajar juntos pero al parecer te levantaste muy temprano. -Pregunto Ginny.
-Estaba con Malfoy -contento con tranquilidad la castaña, aunque esa respuesta hizo que el pobre pelirrojo se atragantara con la comida y que Harry escupiera el jugo de calabaza que estaba tomando encima de Neville y Ginny abriera los ojos como plato. -Tranquilos no tiene porque asustarse, era solo para ponernos de acuerdo para lo de pociones. El próximo sábado será su primera clase.
Ya todos un poco más tranquilos después de la impresión que se llevaron, Neville trataba de limpiarse el jugo de calabaza, y Harry se disculpaba apenado por mojarlo. La pelirroja pregunto -pensé que Malfoy no regresaría hasta el lunes al colegio
-Yo pensé lo mismo, pero ayer me aviso que regresaría para ver lo de las clases. Supongo que es porque ya se siente mejor.
-Hola chico. -saludo con voz soñadora Luna y sus inmensos ojos azules viéndolos de manera distraída.
-Hola Luna -Saludaron todos a la rubia
-Mione, un chico de mi casa te mando esto. -dijo la rubia ofreciéndole una caja de bombones, con una pequeña tarjetita.
-¿Quien lo manda? - Pregunto de manera posesiva Ron
-Lorcan Diggle, creo que la caja trae una tarjeta
-Y quién demonios es ese. -volvió a preguntar el pelirrojo en el mismo tono
-¡Que te importa Ron!, metete en tu asuntos. -dijo enojada la castaña
-Anda Hermy, no seas mala dinos que dice -dijo suplicante Ginny que saltaba de emoción a un lado de su novio, que veía divertido como Hermione se avergonzaba por el regalo.
-Está bien…. está bien Ginny, pero cálmate. La castaña saco la tarjera y la leyó en voz alta para que escuchara.
Querida Hermione:
Espero no ser inoportuno, pero me encantaría invitarte a salir. Eres una chica estupenda y desearía que me dieras la oportunidad de conocernos un poco más.
Te admiro mucho. Espero ansioso tu respuesta.
Lorcan Diggle
Al finalizar la lectura la castaña se veía consternada no podía creer que la invitaran a salir, mientras que Luna y Ginny suspiraban emocionadas y los chicos solo ponían los ojos en blanco.
-Vaya, felicidades Hermione, tienes un admirador de Ravenclaw, que por cierto es de los más guapo, aunque el más guapo de todos es Adán McCallen, y que se por una muy buena fuente que también está interesado en ti. -Comento con voz de ensoñación Luna
-Y como sabes eso. -Pregunto interesada la pelirroja, porque Hermione seguía sin poder articular palabra.
-Últimamente de lo único que se habla en mi sala común es de la valiente y hermosa Hermione Granger. -Dijo Luna tratando de imitar las voces de los chicos. - Incluso Adán discutió con Lorcan porque se estaba extralimitando al describir todos y cada uno de tus atributos. Que si tus ojos castaños, que si tus apetecibles labios, que si tu cu….
-¡Cállate Luna! -grito exasperada la castaña con la cara roja. -creo que ya entendí no necesitas dar más detalles que me avergüenzas.
-Quien diría que nuestra Sabelotodo Granger se convirtiera en una mujer tan atractiva que rompe corazones.-dijo con sarcasmo el pelirrojo.
-¡Deja de Molestar, Ronald!, si no quieres que te lance un hechizo para borrarte esa tonta sonrisa. -las palabras de la castaña hicieron palidecer al pelirrojo que se cayó inmediatamente.
-Calma Hermione sabes que solo bromea. -Como siempre intervenía Harry para calmar un poco las cosas.
-Además ni siquiera sé quién es Lorcan.
-Mira es aquel que te sonríe en la mesa de los Ravenclaw, el chico moreno de cabello castaño.-dijo Luna
Hermione sentía como sus mejillas se encendían aun mas cuando el chico le saludaba con la mano desde su mesa con una gran sonrisa, al darse cuenta que la chica lo miraba. No le quedo más remedio que sonreír tímidamente y tratar de voltear a otro lado de manera distraída.
-Que le piensas decir Hermione, ¿Vas a salir hoy con él? -pregunto con curiosidad la pelirroja.
-Recuerda que ya tenemos planes para hoy Ginny.
-Por nosotros no te preocupes, debes de atender a tus admiradores. -Dijo con burla Ron.
-No empieces Ron, que si te hechiza no te voy a ayudar. -Lo reprendió Potter.
Estaban tan metidos en su plática que no se dieron cuenta que unos ojos grises los miraban con atención, dándose cuenta de lo que pasaba frunció el ceño y trato de concentrarse en otra cosa. No deseaba sentirse así, después de todo el era Draco Malfoy, porque le tendría que preocupar que la estúpida de Granger saliera con alguien.
El rubio se encontraba ya en la mesa de los Slytherin intentando comer, a un lado se encontraba sentada Parkinson y en frente Zabini, lo veía con detenimiento.
-Te ocurre algo Draco, te veo muy distraído, será todavía efecto del veneno de Pansy.
-No seas estúpido Zabini. -el rubio le contesto enojado
-Calma, era broma. Oye pero tengo curiosidad Draco.
-¿Que quieres Zabini?
-Solo quiero saber cómo besa Granger. -dijo con sorna el Slytherin
-Y cómo demonios voy a saber eso.
-Pues fue con un besus con lo que te salvo. Deberías saberlo no.
-Te recuerdo que estaba inconsciente por el veneno, no recuerdo nada de eso. -mintió el rubio
-Pues que lastima, supongo que te perdiste algo muy bueno. Te has dado cuenta lo guapa que se ha puesto para ser una impura esta bellísima, podría decir que incluso más que tu Pansy. Pero supongo que con eso que ya es tu amiga, eso no te molestara mucho.
La morena no contesto, solo se limito a sonreírle con desprecio, disimulando su enojo por las palabras de su compañero de casa. Draco tenía los puños cerrados con fuerza intentando contenerse, quería poner en su lugar a Zabini, estaba a punto de hacerlo pero Pansy le apretó la mano por debajo de la mesa para calmarlo.
El rubio se relajo por el toque de su amiga, y prefirió levantarse de la mesa que no seguir escuchando las sandeces que decía Zabini. Salió lentamente del gran comedor, viendo de manera disimulada a la castaña sentada en la mesa Gryffindor aun con las mejillas sonrosada, parecía aun avergonzada. Pero antes de llegar a la puerta pudo ver como entraban al comedor varias lechuzas que se posaron frente a la chica, por lo que se quedo algunos minutos más para ver qué pasaba.
Hermione estaba desconcertada frente a ella cinco lechuzas de diferente colores se le acercaban, provocando un desorden en la mesa, una a otra se empujaban intentando ser la primer en entregar su carta. Aun aturdida por lo que estaba pasando, tomo la carta que le ofrecía una pequeña lechuza gris y la leyó rápidamente en silencio, al terminar tomo la siguiente carta que ahora le entregaba una lechuza parda de enormes ojos saltones, hizo lo mismo abrir y leer rápidamente. Así hizo con las otras tres, al terminar de leer la última se quedo estática, sin poder moverse con los ojos sumamente abiertos. Se podía notar en el rostro de la muchacha además de sus ya encendidas mejillas que se encontraba entre una mezcla de sorpresa y consternación.
Las palabras alarmadas de su amiga pelirroja, la hicieron volver a la realidad. -¿Qué está pasando? ¿Quién te escribe?.
La castaña levanto la mirada y pudo ver los rostros asombrados de sus amigos, atontados por lo que estaba pasando. Aun en la mesa se encontraban las cinco lechuzas aun peleando y tirando por doquier la comida. Tardo un rato en poder hablar y la voz que emitió cuando por fin pudo liberar su garganta fue débil e insegura. -Alguien tiene una pluma que me pueda prestar y tinta, que estas lechuzas no se irán si no contesto estas notas.
La rubia Luna, saco de un bolsa sumamente extravagante una pequeña pluma y un frasco de tinta que le ofreció a la castaña. Hermione escribió rápidos trazos al reverso de las cartas que le habían llegado y se las amarro de nuevo lo más rápido que pudo ante el escándalo que iba creciendo entre las aves que continuaban peleando. Ya solo quedaban dos lechuzas, que aun combatían entre picotazos y empujones, lo que hizo que el contenido de una jarra de jugo de calabaza callera sobre la castaña, mojándola por completo.
Como pudo termino de amarrar las humedecidas notas a las lechuzas y ambas emprendieron el vuelo, algo avergonzadas por el accidente que provocaron. La chica se disponía a salir del comedor para ir a cambiarse, pero su amiga no la dejo, necesitaba que le dijera al menos quien le había escrito.
-Cuanta nos quien te escribe Hermy, no seas mala. -Dijo suplicante la pelirroja
-Son varios chicos que me invitas hoy a salir.
-¿Pero quiénes?
-Creo que son dos de Hufflepuff, dos Ravenclaw y un Slytherin.
-¿también uno de Slytherin? -Pregunto asombrada la pelirroja, mientras que los demás se quedaron con la boca abierta del asombro.
-Si también una de las Serpientes me invito.
-Y vas a salir con alguno. -pregunto Ron en tono sobreprotector.
-Claro que no Ron
-Entonces que les respondiste -ahora el que preguntaba era Harry que parecía el mas sorprendido. Después de tantos años, parecía que apenas se estaba dando cuenta que Hermione podía levantar pasiones. Claro que sabía que era guapa, pero como siempre la vio como a una hermana, no se esperaba toparse con que ahora era asediada de esa manera.
-Que les agradecía su invitación pero que hoy estaría ocupada con la tutoría de pociones.
-Pero eso no es cierto.
-Ya sé que no es cierto Ronald, pero no esperaras que salga con todo los chicos que me invitan. Además no quise ser grosera. Y ya me voy a cambiar que me voy a resfriar estoy empapada de jugo de calabaza. Otra cosa no los voy a poder acompañarlos como habíamos quedado, porque si se dan cuenta que invente una excusa y salí del castillo, se pueden ofender. Nos vemos después. -Dijo como despedida la castaña mientras salía del comedor hacia su habitación.
Hermione caminaba de prisa completamente mojada y tiritando de frio, se sentía alagada por las invitaciones, pero tenía muy claro que en mucho se debía por lo que había pasado con Malfoy, por eso ahora todos estaban interesados en salir con ella, porque ahora era popular y eso la hacía sentir mal. Seria acaso que nadie se podía interesar de ella, si no fuera popular. Iba sumida en sus pensamientos cuando al dar vuelta en un pasillo choco con Malfoy.
-Que no te fijas por donde caminas Granger, hoy es la segunda vez que te tengo que salvar de que no termines embarrada en el piso.
-No me moleste Malfoy, además yo no te pedí que me ayudaras. Así que puedes soltarme.
-Como quieras, pero fíjate para la próxima no pienso ser tan amable contigo.
-Vaya tú siendo amable, me sorprendes Malfoy. Aprovechando que te veo, pudieras decirle a Pansy si no quiere que le adelante hoy la clase de pociones.
-No soy una lechuza para estar llevando recados Granger. Pero según se Pansy tenía planes.
-Que mala suerte. En fin disculpa el golpe Malfoy y gracias por ayudar. -dijo la castaña mientras emprendía de nuevo el camino a su habitación.
-Espera -dijo al fin el rubio
-Necesito ir a cambiarme Malfoy, dime pronto que quieres antes de que me congele.
-Desde cuando eres tan popular Granger, no sabía que tenías tantos pretendientes.
-Ese inconveniente te lo debo a ti, y déjame decir que no me hace muchas gracias. Si terminaste de reírte de mí, me retiro. -dijo indignada la castaña.
-No quieres adelantarme a mí la clase, hoy no tengo planes y dispongo de tiempo.
La castaña se asombro por la propuesta, pero después de todo necesitaba hacerlo para hacer real la excusa que había dado a los otros chicos. -Está bien, me cambio y nos vemos en el aula de pociones en una hora.
-Está bien Granger, nos vemos. -dijo el rubio con una sonrisa disimulada en los labios.
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En su habitación la castaña se quito la ropa, ya se había bañado en la mañana pero con todo el jugo que traía pegado, decidió mejor bañarse otra vez. Además necesitaba relajarse, estaba aun alterada por el espectáculo que había dado. Abrió al agua caliente y se quedo así un momento para que sus músculos tensos se suavicen poco a poco. Salió después de un rato y ya que después de todo no iba a salir del castillo ya no necesitaba abrigarse de mas, así que eligió una blusa blanca y un suéter de cuello redondo en color lila, se puso un pantalón ajustado azul y un par zapatos deportivos, amarro su larga cabellera en una cola alta, tomo su libro de pociones y algunos apuntes y se dispuso a bajar las escaleras hacia el hueco del cuadro.
Bajaba los escalones de piedra que conducían a las mazmorras, donde están el salón de pociones, caminaba ahora sin prisas, un poco más relajada, mientras caminaba recordaba otra vez los labios del rubio bajo los suyos mientras trataba de salvarlo. Se puso nerviosa por ese recuerdo, no quería seguir pensando en eso, así que acelero el paso y entro al salón. Adentro ya la esperaba Malfoy.
-Hola Malfoy
-Hola. -contesto fríamente el rubio
-Estás listo para empezar.
-Claro que lo estoy.-contesto el rubio
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En rubio estaba nervioso regresar a ese salón le traía también a su mente todos esos recuerdos que quería borrar, pero no lo lograba. Ahora le había ganado a la castaña, llego antes que ella, se decía a si mismo que era para burlarse de ella por la tardanza, pero a decir verdad lo hacía para poder verla entrar por esa puerta con su típico aire de suficiencia que le había desagradado tanto antes y que ahora lo encontraba verdaderamente adorable.
La castaña no tardo mucho en llegar, entro altiva, segura de sí misma. El color de su suéter le sentaba de maravilla a su piel vainilla y resaltaba sus hermosos ojos castaños, el pantalón se ajustaba muy bien al cuerpo de la muchacha, mostrando unas armoniosas curvas y una estrecha cintura, el cabello atado despejaba un cuello largo y delicado. La castaña tenía también unas bellas facciones, unos labios apetecibles y una piel exquisita para los ojos del rubio.
Malfoy era todo un conquistador, había salido con chicas muy guapas de todo el colegio, muchas de las cuales se podía decir que poseían cuerpos bien formados y caras angelicales, pero la belleza que encontraba en Hermione estaba lejos de ser la exótica belleza a la que estaba acostumbrado, pero era mucho más sublime de alguna manera, la candidez de su persona la hacía aun más bella que cualquiera de las chicas con las que había salido. Se quedo embobado mirándola entrar por la puerta hasta que la castaña lo saludo con un tímido - hola Malfoy.- Que lo hizo volver a la realidad y solo pudo contestarle tratando de controlar su voz con otro simple-Hola.
La chica saco su libro y le indico al rubio que poción iban a realizar ese día, saco todos los ingredientes y los coloco en la mesa. Draco se disponía a empezar a colocar los ingredientes en el caldero cuando la castaña lo detuvo.
-Antes de empezar debes de leer.
-Ya sé que ingredientes lleva, que quieres que lea.
-Se debe de leer no solo los ingredientes, también la forma de preparar, antes de iniciar. -dijo tranquilamente la castaña.
-Eso no tiene caso, conforme avancemos vamos siguiendo las instrucciones.-dijo malhumorado el muchacho.
-No es lo mismo Malfoy
-Claro que es lo misma Granger. -Dijo mucho mas enfadado por las órdenes de la castaña
-Quedamos en que me harías caso.
-Sí, pero lo que me dices no tiene sentido. -dijo cancinamente el rubio.
-Mira Malfoy, no es lo mismo. A veces aunque tengas todos los ingredientes a la mano, no sabrás que hacer con ellos si no lees antes. No es solo verter compuestos al caldero, es saber en qué condiciones debe de estar los ingredientes y eso no lo sabrás si no lees también las instrucciones antes de comenzar. Por ejemplo aquí dice que necesitas un rábano tibetano, pero hasta casi el final de las instrucciones te dice que debes dejarlo remojar por lo menos 20 minutos en agua con una gota de veneno de acromantula, si no lees eso, no lo podrás tener listo cuando lo necesites agregar a la poción. Ahora me entiendes.
-Está bien. -contesto de mala gana el rubio pero hizo lo que Hermione le indico, para su sorpresa la poción quedo perfecta, a pesar de lo nervioso que estaba al sentir tan cerca a la castaña.
-Siempre debes de checar la consistencia y el color de la formula y compararla con la ilustración del libro, solo para corroborar que todo salió bien.
-Solo te falta decir que así hubiera evitado envenenarme con lo que tome. -Dijo fríamente el rubio.
-Pues a decir verdad si lo hubieras evitado. -contesto la castaña sin intimidarse por las palabras del Slytherin. -bueno eso es todo por hoy Malfoy, creo que todo salió bien. -dijo la chica mientras recogía sus cosas para retirarse.
-Entonces nos vemos en la noche Granger -Pregunto el rubio
-En la noche, ¿Para qué? -pregunto desconcertada.
-Para tu clase de quidditch, si adelantamos mi clase, supongo que es justo adelantar la tuya, ¿No crees?
-No estoy muy segura de poder hoy.-dijo dudosa la castaña
-¿Qué? después de todo si eres una cobarde. -dijo el rubio con burla.
-Te dije que le tengo miedo a las alturas, pero si fuera cobarde no me enfrentaría a lo que me asusta. Tu di la hora y el Lugar. -Dijo tajante la chica.
-En el campo de quiddith a las once.
-Hay estaré. -contesto la castaña y salió un poco tensa del salón.
Draco se quedo con una sonrisa en los labios porque ahora le tocaba ser el maestro, iba a disfrutar mucho pasar otro rato cerca de Hermione. Ahora solo le faltaba saber cómo alejar a los pretendientes de la castaña, no quería competencia.
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