2. 𝑭𝒆𝒐 𝑻𝒂𝒕𝒖𝒂𝒋𝒆
𝘿𝙚𝙣𝙩𝙧𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙙𝙚 𝙆𝙖𝙩𝙝𝙮
Gulf observa triste el suelo mientras la lluvia no deja de caer sobre ellos a por montón. Mew se acerca a Fevermore y lo recoge dentro de sus dos manitas. Retrocede para voltear hacia el moreno, entristecido. Fevermore tiembla ante el frío arropandose con sus alitas, mirando a los chicos vulnerable.
—Qué habrá sucedido en la cena... Aún me sigo cuestionando eso. — El moreno no hace más que martillarse la cabeza. Por ello, Mew y el dragoncito lo miran consternados.
—No te tortures, Gulf, se lo preguntas cuando la encontremos.
—¿“Cuando la encontremos”? Pero, Mew, ¿cómo sabremos dónde está?
—Inseguridad tiene un reinado más allá de esta tierra por el Norte. Pero para ir al Norte tendríamos que pasar las Islas Teóricas.
—¡Wow! Mm, — Gulf niega la cabecita sin poderse creer que no sabía esta información tras todos los diecinueve años que lleva aquí y arruga las cejitas. —¿Cómo es que tú sabes todo eso? Porque siento que anduve dormido todos estos diecinueve años.
—Porque, a diferencia de ti y de Kathy, no me fío de todo el que entre a este mundo. Cuando Inseguridad entró, la vi caer desde los cielos y con Fevermore navegue estos hasta ver su Tierra.
FLASHBACK:
Mew montado en Fevermore, quién se ha detenido en una cierta altitud aleteando de arriba a abajo las enormes alas puntiagudas para mantener la gravedad, observan cómo una isla oscura opacada por montones de nieblas está llena de troles. Criaturas negras con textura de piedra carbonizada, jorobas más enormes que el cascarón de una tortuga, orejas puntiagudas cómo elfos y narices más grandes que un africano, caminaban de acá a allá en taparrabos.
—Oh, mis súbditos. — Recuerda escuchar a Inseguridad regocijarse con ellos. Vestida en una capucha negra larga y acariciando los mentones de los troles que a sus órdenes fueron diseñados a estar. Tales frotaban sus cabezas en sus hombros cómo muestra de afecto, ronroneando, y pasaban de ella. Así hacían todos consecutivamente.
FIN DEL FLASHBACK.
—Ah, ¿y no pensabas decirme al respecto?
—Sinceramente, no pensé que se volvería tan fuerte pero ¡lección aprendida! Nunca subestimes a los demás.
Incluso Fevermore asiente, dándole la razón al chico.
—Bueno, ¡pues deberemos ir a buscarla! Pero, en bote.
—Oh, Dios.
—¿Qué?
—Nada, nada, — Niega Mew rascandose el mentón pero esos «Nada»s que intenta disfrazar cómo singulares, suenan a algo más. —es solo que me preocupa que con lo positivo que eres nos pongamos en riesgo.
—Ay, lo dices como si fuera un descuidado. Vamos a estar bien.
Fevermore y Mew se comparten una aterrada mirada ante el positivismo del moreno quién sonríe súper bonito por más lluvia que haya.
Darvid El Constructor llega a ellos junto con Lee Ling, ambos empapados.
—¿Qué acaba de suceder? — Pregunta Lee Ling.
—Se los explicaremos ahora, pero, ¿podrían ayudarnos? — Gulf pregunta.
Los recién llegados comparten una confundida mirada y luego las regresan hacia ellos extendiendo segundos en esa.
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Montan un bote al borde del comienzo del océano, sobre una orilla rocosa y con Lee Ling montada al final del bote, ella apunta el suelo con ambas manos y expulsa un aura azúl como potencia. Inmediatamente el bote vuela hacia enfrente, dando con el océano y corren en línea recta por todo el océano.
—¡Wow! — Gulf grita cayendo para atrás, pero Mew lo agarra de un hombro entonces, por el inerte rebote sobre el océano, Gulf queda súper cerca del pelinegro. Ambos mirándose atentos y expectantes. Más cerca que nunca.
Mew pregunta con la mirada si está bien, aunque no hayan palabras intercambiadas, el moreno entiende y asiente la cabeza. —S--Sí. Estoy bien, gracias.
Lee Ling se pone de cuclillas aún emanando el aura azul que los mueve. —Chicos, iremos algo lentos pero es para no gastar mi maná, ¿les parece?
—Por supuesto. Gracias, Lee Ling. — Todos agradecen con sinceridad. Darvid con nerviosismo.
Bajo ellos se refleja la silueta de una ballena transparente cuyo interior vidrial tiene montones de aguas vivas multicoloridas. —¡Una ballena nos acompaña! Mi maestro dice que se te acercan para desearte suerte. — Ánima Lee Ling con una sonrisa.
—Entonces sabe lo que estamos haciendo. El océano en este mundo tiene vida, deben haber transmitido el mensaje.
La lluvia se detiene, sus nubes se despejan para un hermoso sol a pesar de los fatídicos acontecimientos del día. Una ballena al lado de ellos resurge desde la profundidad para, con gracia, brincar solo unos centímetros del agua. Dando un bonito cántico y mirando a los chicos con su transparente, pequeño, ojo, una sonrisa hace su labio curvar.
Todos observan asombrados antes de que vuelva a sumergirse creando un enorme chapuzón.
—Esperemos eso nos ayude en el camino. — Opina Mew sonriendo enternecido con sus labios.
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Van entrando a Las Islas Teóricas, estas fueron hechas para reflejar las teorías de la alocada autora de libros. Entre dos montañas rocosas temibles que van pasando, las aguas lucen más oscuras... Aterradoras. Los chicos van sintiendo una tensión...
—Tengan cuidado. Las Islas Teóricas son el reflejo de las teorías de Kathy... Creo que por aquí.... Están las sirenas.
—¡¿Sirenas?! — Lee Ling pregunta conmocionada.
—El bestiario dice que son criaturas muy traviesas. — Darvid informa asintiendo rapidito con sus propios hechos.
De repente, una hermosa sirena brinca cual delfín sobre el bote y con risitas juguetonas se sumerge al lado de Lee Ling y Darvid, que la miran asustados.
—Sirenas. Claro, a Kathy le gustan, hace sentido. — Gulf informa respirando agitado por el susto.
Montones de sirenas comienzan a rondear el barco. Sus siluetas bajo el transparente océano. Darvid saca su martillo con el cual construye y se pone de pie, enderezando la espalda, con una mirada determinada.
—No se preocupen chicos. No dejaré que nos pase nada.
Muchas sirenas brincan de debajo del mar a la vez, amenazando a cada miembro del bote con algo, a Lee Ling la abofetean brutalmente con los aleteos de una colita escamosa. A Darvid lo ciegan con un chorro de agua expulsado de un caballito de mar abrazado al pecho de una sirena juguetona y al dúo les estrujan los cabellos un dúo sireno.
Una vez han hecho su travesura vuelven a introducirse en el mar, moviéndose de lado a lado como ratas escurridizas.
—¡Ugh! ¡Son odiosas! — Lee Ling exclama.
—Demasiado para mí gusto. — Mew ronronea poniéndose de pie y girando hacia el borde. Esperando a que vuelvan a salir las criaturas.
—Iré más rápido, chicos. — Lee Ling anuncia aumentando maná, pero lo desacelera en el próximo acto:
Las sirenas vuelven a brincar pero esta vez la que va en dirección a Mew se asusta, pues tal la agarra justo en la garganta y ella cuelga de él aleteando sus manitas y meneando esa colita como algún baile fallido. Todos se sorprenden ante la fortaleza e braveria del pelinegro que con esa misma fuerza la inserta al barco, azotandola ahí.
Tae gira hacia el océano aprovechando la conmoción para darle al caballito de mar que sostenía una sirena. El caballito de mar desvía la mirada con la boca convertida en pato y los ojitos mirándose los unos a los otros, vaciando el agua que había reunido dentro sus mejillas.
Se caen esos dos y otros más sirenos intencionalmente. Regresando al agua. La sirena ingresada al bote mira mal a los miembros pero sobre todo a Mew, respirando agitada. Tiene colmillos tal cual vampira y ojos verdes. Su cabello es rojo (empapado luce color cobre), y las almejas que tiene como brasier son de un verde gradiente a púrpura. Su magnífica cola de escamas resplanden brillos por el sol.
Es una criatura hermosa si obvias las garras que se carga, la división viscosa pero expandible entre cada dedo (como una aleta menor) y los ojos gatunos cuyas pupilas son tan delgadas como una "i" afilada de ambos extremos.
Todos los sirenos asoman sus cabezas. No quieren abandonar a la sirena capturada.
—Si no nos dicen qué otros peligros hay más enfrente, no liberaremos a su hermana. — Mew amenaza mirandolos a todos súper mortal. Gira el cuerpo a medias de extremo a extremo asegurándose de ser claro con todas las criaturas. Sin perderse a ninguno de vista.
Dudosos, todos intercambian miradas. Pero uno de ellos, un macho, un paso adelante nada y firmemente responde: —El océano nos dijo lo que le pasó a Kathy. De todos modos, somos Teorías, no tenemos el peso de ustedes para que nos importe.— Serpentea la lengua y Gulf se levanta para caerle encima, pero Tae lo retiene de los brazos. Evitando una tragedia de golpes. Los sirenos se miran entre sí con risas burlonas.
Por su bien, Suppasit decide ignorar eso y seguir mirándolo mortal.
—De todos modos, te lo diré. — El astuto sireno brinca un hombro. —Más adelante se encuentra el Triángulo de las Bermudas.
—¿Qué? N--No podremos sobrevivir a eso. Nadie sabe jamás lo que hay ahí. — Niega Lee Ling.
—Bueno, ¡nosotros ya cumplimos! — El sireno agarra con una mano el borde del bote y con otra agarra la cola de la pelirroja.
—Aún no he terminado. — Mew le pisa la mano, crujiendole la piel.
—¡Agh! ¡Ah--ahhhh! — Se queja el sireno.
—¿Cómo ustedes pasan por el Triángulo?
Amenaza.
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Kathy está dentro de una jaula hecha de huesos deteriorados, sentada sobre un suelo rocoso con las manos aferradas a los huesos viendo aborrecida como Inseguridad trajo a un payaso a ver si la querida autora se asustaba, pero mientras el payaso brinca de pierna en pierna con las manos hechas puños frente su regazo, Kathy solo está esperando que termine. Mirándolo seria.
El payaso deja de brincotear deteniéndose con una carita triste por no asustar a nadie y Inseguridad ingresa paulatinamente al panorama. Rodeando al chico hasta quedar al lado suyo.
—No bromeabas al decir que no te asustas con nada, ¿no? — Divaga toda burlona. —Bueno, nada aparte de tu futuro.
—¿Qué es lo que quieres de mí, Inseguridad?
—Tu miedo.
—¿Y por qué? Te has hecho esa pregunta, ¿“Por qué”?
—Para que no puedas avanzar en tu vida y te sumergas en una red depresiva hasta que no te mate la araña pero sí tú misma. Mi propósito en esta vida... En tú mundo, es casi diabólico.
—No casi.
—Es, entonces.
Kathy sonrie un poco pero vuelve a cabizbajarse teniendo ansiedad sobre el futuro. Inseguridad camina hacia ella diciéndole al payaso, “Puedes irte”, y apoya la espalda contra la jaula de huesos. Alzando el mentón hacia el tenebroso tejado.
—Recuerdas cuando una maestra te echó toda la culpa a ti por accidentalmente recibir un virus en el USB de una de tus compañeras, — Mientras Inseguridad va hablando Kathy bufa cabizbaja. —e incluso después tus compañeras comenzaban a burlarse de ti. Una burla macabra... Te hicieron parecer un monstruo por más perdones que diste. Debiste hacerles algo, defender tu posición.
—Hubiera sido más monstruo para ellas.
—Pero, sí sabes que fue un accidente, ¿no? Sus palabras quisieron confundirte mucho tiempo.
Ambas lucen adoloridas ahora. Con ojos cristalizados. —Por suerte, lo sé. — Habla Kathy aunque súper embobada como si regresar a esos recuerdos fuera como introducirse una dosis fuerte de drogas. —A veces sueño con conducir hacia esa escuela, ver a la maestra y pegarle el puño más fuerte que haya podido recibir en toda su puta vida.
Ambas ríen compadecidas entre sí. De momento, vuelven a callar... Inseguridad siente que se ha dejado llevar y entonces de la jaula se aleja un poco aturdida pues lo menos que quiere ser es buena. Pero no sabe por qué con exactitud. Su propósito es ser el agobio y la peor pesadilla de Kathy pero a la vez siente pena por ella.
—De todos modos, si un payaso no fue suficiente, entonces tendré que ir más fuerte. — Chasquea los dedos volteando hacia la autora y millones de lagartijas corren desde las oscuridades a amenazar todo el alrededor de la jaula. Mirando con sus enormes ojos a la chica quién se espanta retrocediendo pero su espalda choca contra los demás huesos y debe quedarse quieta con mucho terror. Hiperventilando.
—No te gustan los lagartijos, en serio que no. — Ríe Inseguridad. —Bueno, sí es cierto que tienen una piel muy fea y ojos bastante perturbadores. Te asustan desde que se te trepó uno enorme encima ¿no? Si lo vienes a pensar, él jamás te hizo nada. Podrías decirme, ¿qué hizo el pobre para que te sintieras un temor tan horrible que te paraliza cuando los ves?
—Era feo, solo eso. — Hiperventila. —Fue en casa de mi abuela, mi abuela por parte de padre..., estaba caminando sola cuando al mirar a mi hombro derecho, esa cosa y yo nos miramos--
—¿Amor a primera vista?
—¡Ew! Qué asquerosa. Obvio no.
Inseguridad ríe. Ríe tanto que se cubre las fosas nasales con un dedo agachado y se cabizbaja. Deja de reír para entonces mirar a la autora con la más hermosa de las sonrisas a pesar de tener unos colmillos naturales. Kathy contempla entonces la belleza de Inseguridad y lo disimulado que está su propósito.
—No eres mala, Inseguridad.
Tal deja de reír. —¿P-- Por qué piensas eso? ¡Estoy destruyendo Imagina-Landia! Te he separado de tus camaradas, te estoy convenciendo de quedarte sin ellos--
—No sé cómo tarde tanto en darme cuenta, pero... Tú no existes para hacerme sentil mal sino para divagar qué cosas me hacen sentir mal y qué debo hacer para dejar de sentirme mal. Eres la provocación de muchos, por ende; eres una víctima también. Solo lamento tanto no haberte prestado la atención necesaria ni descubrir tu valía.
Inseguridad tiene los ojos cristalizados mirando a la autora como si nada de su propósito fuera justo. Ni el castillo, ni los troles, ni esta isla en la oscuridad. Pero en vez de aceptar las palabras se retira indignada. Dejando a la autora en esa jaula rodeada de lo que más le asusta hasta el momento. Su miedo no podían ser tiburones o montañas rusas desenfrenadas, no. Debían ser lagartijos. Un animal tan indefenso como se lee.
𝙁𝙪𝙚𝙧𝙖 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙙𝙚 Kathy
No ha comido nada desde ayer, y ahora despierta a un nuevo día en el que todo ha perdido color. Incluso los peluches a una esquina de su gabinete.
«He cometido errores como el USB de mi compañera, sin embargo, algo tan simple como un error sigue quedándose en mi cabeza como un feo tatuaje porque la maestra me hizo quedar como un monstruo.»
Piensa Kathy sentándose y mirando una de sus palmas, aún deprimida. Ya no tiene imágenes de fantasía como siempre. Es como si hubieran sido restringidas con candado. Es imposible acceder a ellas.
—Chicos, ¿dónde están? — Susurra triste.
—¿Hija? ¿Podemos hablar? — Toca a la puerta el progenitor preguntando con una suave voz.
—S--Sí.— Kathy asiente la cabeza intentando mirar lo mejor posible a la puerta. Su padre abre y tímidamente entrar hasta cerciorarse que su hija esta bien vestida (cosa que siempre es así) y pasa. —Hice desayuno. Sé que no tienes muchas ganas de comer pero, tal vez te guste.
Frota sus propias manos brincando los hombros y dando una bonita sonrisa.
«Mi papá no habrá sido el mejor, pero al menos lo intenta. » Piensa la autora antes de curvar una triste sonrisa. —¡Seguro! Voy ahora, papá.
Él asiente y sale de la habitación.
*N/A: Tuvimos sirenitas en este capítulo 💙✨, creo que literalmente este es de los pocos libros que he hecho dónde no hay sexo y no lo veo necesario. Solo hay fantasía sinfín. 😏Tuvimos un pequeño momento MewGulf ahí muejiji y aún nos falta un solo capitulito. Espero les haya gustado, ¿nos vemos en la final?✨✨ Lxs quiero, cuídense ❤😘😘*
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