Arriesgándome
No podía creer como Adams podía ser tan descuidado, primero que no teníamos animales, ahora nos faltan cosas. ¿Cuando comenzaría todo esto realmente?
—No es difícil, entras conmigo, te doy una bata y listo. —Decía el de lo más calmado, como si yo conociese el edificio.
—Si sabes que no conozco el edificio, ¿verdad? ¿Cómo piensas que podré ver y agarrar las cosas?
—Simple, te hago un mapa. Espera.
Agarró una hoja suelta que había arriba de la mesa y un bolígrafo para comenzar a trazar unas líneas y algunos nombres. Para luego acercarse a mi y ofrecérmelo.
Lo dudé pero lo tome de todos modos.
Era un mapa poco leíble pero un mapa al fin y al cabo.
—Yo iré antes así apagaré las cámaras de la bóveda C5, ahí está todo lo que necesitamos, llevarás una mochila.
—Okay, así que te esperaré afuera y tú me vendrás a buscar.
—Mmm, no. Pensándolo bien no puedo dejar mi lugar de trabajo. Podrían sospechar. Ya varias veces me llevé algunas cosas, si no fuese por Fred que confía plenamente en mi ya me hubieran echado. Tú solo espera mi señal.
—¿Señal? Okay...
A la mañana siguiente nos preparamos, me coloqué algo cómodo para poder correr si se da la oportunidad. Agarré el mapa y la mochila, para salir junto con John al laboratorio.
Luego de unos largos minutos habíamos llegado. La verdad que era gigante, realmente un lugar grande.
Miré a John y este me hizo un gesto para que esperara. Veía mientras entraba al edificio, tendría que esperar la dichosa señal. La cual no tenía ni idea de que era.
Pasaban los minutos y nada. Hasta que vi un reflejo en una de las ventanas, me acerco un poco más y pude visualizar a John moviendo un artefacto en su mano. Esa era la señal.
Miré a ambos lados y me adentré.
Al entrar algunas miradas se posaron en mi. Debo actuar como si ya trabajase aquí, no todo el mundo se debe conocer aquí así que, ¿que más da?
—Hola, buenos días.
Dije con una espléndida sonrisa mientras caminaba confiada, varias personas me devolvieron el gesto y siguieron en lo que estaban. Excelente.
A la derecha del largo pasillo pude encontrar una bata, la cual me la coloqué rápidamente para sostener el mapa.
Bien la bóveda C5 se encontraba dos pisos abajo del subsuelo.
Me acerqué al ascensor y presioné el botón que indicaba el piso -2, mientras esperaba impacientemente mi corazón iba a mil.
Cuando el ascensor abrió sus puertas me dejó ver una hermosa imagen, había una gran puerta de vidrio a unos metros mío con un letrero de peligro, y dentro pude observar a varias personas trabajando en distintos sitios. Este lugar era un laberinto. Empuje la puerta y entré, fui hacia la izquierda y baje la escalera, ahí se encontraba la maldita bóveda. Me acerqué para abrirla pero no podía, oh no, tenía código. Maldito Adams ¿cómo no pudo haber mencionado esto?
Piensa Emma piensa. ¡Bingo!
Camine de nuevo a la escalera y la bajé. Me acerqué a uno de los cubículos de vidrio que estaba en uno de los pasillos y golpeé la puerta, esperando que me abriera el doctor que estaba allí dentro mirando algo en el microscopio.
Por suerte la mochila la había dejado o sino sería muy sospechoso.
—Hola, buenos días. ¿En que te puedo ayudar? —Me contestó amablemente.
—Hola soy Emma, me preguntaba si me podrías ayudar un poco con algo.
—Claro, dime.
—Estaba trabajando y tuve que ir a la bóveda, pero no me abre. ¿Puede ser que hayan cambiado el código?
—Mmm creo que no, sigue siendo el mismo. Ya sabes cómo es Fred con eso.
—Oh si, claro. Es que yo coloco el tres a lo último.
—¿tres? El código es 942061, por ahora no lleva ningún tres.
Mierda, no sabía que contestarle. Me había descubierto de seguro.
—Que tonta soy, perdón es que Fred me lo dijo y yo lo apunté para no perderlo y aprendérmelo pero escribí 942063, por eso no me habría.
—No te preocupes me ha pasado. ¿Cuál es tu nombre? Nunca te había visto por aquí. Y eso que somos pocos acá abajo.
—Me llamo Emma, me transfirieron hace poco. Es que soy algo reservada y no salgo mucho de mi lugar de trabajo, puede ser eso. —Traté de sonar lo más serena posible, aunque pensándolo bien, en esto de las mentiras no me va tan mal.
—Un gusto Emma.
—Si, bueno te dejo, muchas gracias.
Me di vuelta y marche hacia la bóveda tratando de recordar los números.
—942061... 942061.
Puse el código y abrió.
Agarré la mochila y comencé a poner varias cosas dentro de esta, la mayoría de cosas no sabía que eran, pero aún así me las llevé igual. La mochila estaba llena, y ya era hora de irme.
Miré otra vez el mapa y visualicé la salida de atrás.
Cuando ya estuve en el primer piso corro hasta la salida trasera.
Ya podía respirar tranquila lo peor ya había pasado... oh no.
Cuando estaba por salir, algo o mejor dicho alguien, me llama.
—Señorita, señorita.
Me di la vuelta para ver a un policía correr hacia mi. Mi instinto de supervivencia me lo pidió y yo se lo di. Comencé a correr hacia la salida lo más rápido que pude, sentía que el estaba detrás mío. Pero aún así seguí corriendo como si la vida me dependiera de ello, aunque viéndolo de otra forma ¡si dependía de ello!
Cuando pensé que lo había perdido cometo el error de bajar la velocidad, entonces es cuando siento un tirón hacia atrás. Me había atrapado.
—Yo no hice nada lo juro. —Exclamé tratando de respirar pausadamente.
—¿Entonces por qué comenzó a correr? Yo solo quería revisar su mochila como siempre lo hago con los demás. Es una rutina.
Maldita sea, aún así hice bien en correr, nadie puede ver qué hay en mi mochila. Lo siento oficial.
—Perdón es que soy nueva. No sabía de este procedimiento rutinario.
—Bien por hoy no pasa nada.
Solté un suspiro, me dejaría ir.
—No hagamos esto más largo que usted ya se quiere ir a casa, revisaré su mochila ¿está bien?
Oh no, no y no.
—Lo siento.
— ¿Por qué?
No lo deje terminar porque le di con mi mochila en la cara, mientras comenzaba a correr de nuevo esta vez rumbo al bosque, miré una vez sola hacia atrás y pude ver al policía en el suelo. No era menos esta mochila pesaba mucho.
Cuando llegué a casa verdaderamente pude sentirme a salvo. Era la primera vez que hacía algo como eso, pero no puedo negar que me sentí malditamente bien. En mi vida pasada de seguro golpeaba personas con mi mochila llena de piedras o algo así. Yo nací para esto.
—Emma, ¿salió todo bien?
—Si, solo tuve un problemita con el oficial de la salida trasera.
—... Así que a ti te están buscando. Te buscan por agresión a la ley.
Me lo suponía.
—Pero no van a encontrarme. Tranquilo.
—Si, tienes razón. ¿Trajiste todo?
—Traje hasta lo que no había que traer, querido Adams.
—Excelente, comencemos.
Hola queridos saltamontes 🦗
Acá les traigo un nuevo capítulo. Me gustó escribirlo, espero que a ustedes también les agrade.
Es un poco más largo de lo que usualmente escribo, pero no importa. ¡No se limiten con palabras! ¡Never!
🧬V O T E N Y C O M E N T E N🧬
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