Gulf se miraba en el espejo de la habitación con un traje negro y chaqueta igual. Escudriñó el vestido con sus manos, ajustándolo a su cuerpo. Gulf inclinó la cabeza hacia un lado y hacia el otro, inseguro. No usaba estas represiones a menudo, sin embargo, el rey había ordenado que TODOS en el castillo usarán vestido. —Opino que te luce. — La mujer en la cama detrás opino. Una mujer con los mismos aspectos de Gulf, sólo que más joven. Usaba pantalones, botas y una camisa de botones. El cabello atado como rabo de caballo. Comía las manzanas picadas de un plato.
—Me siento más cómodo usando ropa sencilla. — Gulf confiesa, mirando su perfil en el espejo.
—Hermano, sé romántico por una vez, ¿Sí? Todos sabemos que tus sueños mojados se bajan en mojar espadas con sangre.
—Ya deja de escapar de casa para verme, Cherri. Entrar por las ventanas tampoco es muy femenino que digamos.
Ambos rieron conforme Gulf regresaba a la cama. Al sentarse frente a ella, se tomaron de manos. —Dime que la casa sigue intacta por favor.
—Mamá está saludable. Nuestra hermanita igual. Todas te extrañamos allá.
—Bueno, si el baile me aburre mañana, iré a visitarlas.
—¡Es el baile! ¿Qué tal si bailas con un bello príncipe?
—Esas cosas sólo ocurren en cuentos, Cherri. Además, los príncipes no son cómo los narran.
—¿Tan malo es el príncipe Mew?
—No, él... es extrañamente diferente. Algo lindo.
La hermana poco a poco sonrió y Gulf le dio 'esos ojos'. Reprendiendo su atrevimiento. Cherri rió ante la telepatía comunicativa cuando alguien tocó en la puerta. Eran pasadas las doce.
Por lo general no tocaban de no ser que hubiera una emergencia.
Cherri se escondió bajo las sábanas. Gulf acomodó el plato de manzanas en un lugar firme. Tomó la espada al lateral de la cama y atendió la puerta. Al abrir encontró al príncipe. Él abrió la boca, pero de ella no salieron palabras. Sus ojos recorrieron su cuerpo de pies a cabeza. Deslumbrado. Gulf tragó saliva con fuerza ante la mirada y se encogió de hombros. El silencio construyó un muro entre ellos y solo crecía. —¿Puedo ayudarle en algo? — Gulf rompió el hielo. Mew tragó saliva como si buscara las palabras que se habían ido al espacio.
—Sí, Gulf. Perdón. Nunca te había visto con un vestido antes, luces impresionante.
—Impresionante. — Gulf alzó las cejas en una sonrisa cerrada, esperando el motivo de su visita.
—Padre te pide que me ayudes a bailar en el ensayo de mañana ya que la mujer que tenía en mente para ello era... la que...
—Oh. La princesa de Iluminae.
—Sí. Ella. Nos quiere castigar. De todas formas, ¿Bailarías conmigo?
Sus ojos chocolate sostuvieron los del moreno. Él quedó desconcertado con la invitación y, para su sorpresa, el príncipe se veía guapo con el cabello bajo y el labio inferior tembloroso. Asintió lentamente. —Entonces, ¿debo usar este vestido para el ensayo?
—No. Puedes usar lo que te haga sentir cómodo. Solo sé tú mismo.
Gulf asintió. Mew Filineas le deseó buenas noches y se dio la vuelta. Cerrando y abriendo los puños como si repitiera todo lo que acababa de decir. Era un hombre curioso. Un impostor. Actuaba con tanta confianza cuando sólo intentaba sobrevivir en este mundo. Gulf tardó en cerrar la puerta y cuando finalmente lo hizo, su hermana ya estaba fuera de las sábanas. Sostenía su cabeza con ambas manos y lo miraba con amor. Demasiado amor.
—Entonces, ¿qué decías sobre no bailar mañana?
Gulf puso los ojos en blanco y, aun así, rió.
...
En la mañana, Gulf vistió como de costumbre: camisa blanca de botones, pantalones y botas. Llegó al salón de la práctica con una fresa que tomó de la mesa de comida camino acá. Le sorprendió no encontrar a nadie en el salón entonces se llevó la fresa a la boca cuando un palo delgado azotó su trasero desde detrás. —¡Ah! — Él gimoteó, encontrando a una refinada mujer a su lado. Una mujer de vestido francés y pequeños espejuelos llegó a su lado, sosteniendo una tablilla de azotes. Tenía la cara de un bulldog. Literalmente.
—La comida engorda y entorpece el cuerpo. — La mujer regañó. Gulf le dió la fresa, ahogando un gemido cuando la mujer se lo comió. Permaneció indignado. El príncipe no tardó en llegar.
(N/A: Su fresita T.T)
—Saludos, Gulf. ¿Te dolió mucho?
—No fue nada, gracias. — Claro que mintió. Le dolía demasiado.
—Ella es así conmigo. Si pudiera te enseñaría las marcas en mis muslos.
—No me interesan. Gracias. — Gulf se adelantó. Dejando al príncipe atrás. Ahora el indignado era él. Parecía que hablar con el soldado era como perder un juego a propósito. Y él estaba acostumbrado a eso. —¿Ves? Ninguna conversación contigo dura más de cinco segundos. ¡No me extraña que no tengas amigos, Gulf! —gritó lo último y corrió a su lado. Ambos tiesos como soldados ante la instructora. Como si cualquier error los fuera a decapitar. La mujer suspiró.
—Pensé que ya sabrías que el primer paso es sujetar a tu pareja, no pisar el suelo, príncipe.
—Oh, sí. —Ambos voltearon incómodos. Gulf lo vio abrirse de brazos e inmediatamente apoyó la cabeza en su pecho. Abrazándolo. La instructora alzó ambas cejas descontenta. Sufriendo un ataque por los horribles movimientos de baile. Aunque ninguno se movió y el príncipe rió. —Esta no es la manera, Gulf.
—¿No lo es? —Él retrocedió.
—ES UNA MONSTRUOSIDAD. ARREGLALO ANTES DE QUE ME ENOJE. —Agregó la instructora.
—Con tu permiso, mi mano va aquí. — Envolvió la cintura de Gulf y lo abrazó fuerte. Ahogando un gemido entre ellos. —Tu cuerpo se apoya en el mío, confiando tu mano sobre mi hombro *La coloca suavemente.* Y nuestro viaje comienza cuando nos tomamos de la mano.
Gulf apenas sostiene su mano pero el príncipe aprieta su agarre. —Más fuerte para que no te me escapes.
—Cállate. No soy una de tus novias desesperadas. — Gulf obedece. Ganándose una sonrisa del príncipe. —Serías una novia de pesadilla.
—Ok. Empecemos. Muevanse a la derecha y a la izquierda. Derecha e izquierda.
Mientras se mueven a la derecha, Gulf pisa el pie de Mew y ambos agonizan tratando de excusarse. —Pretenderé que no tienes razones para hacerlo a propósito, Gulf.
—Te moviste demasiado rápido.
La segunda vez que se movieron, Mew le pisó el pie. —Venganza. Cuán maduro.
—Ok, esta vez te moviste rápido mientras que yo me movía lento. ¿Crees poder dirigir mejor este baile?
Gulf se movió rápidamente de derecha a izquierda, arrastrando al príncipe con él. Moviéndolo a su manera y haciéndolo sorprendentemente bien. Los detuvo solo para arquear la espalda mientras él sostenía sus manos sobre sus cabezas. Se miraron de esa manera. Escuchando su respiración. Y por primera vez en mucho tiempo, admirando su trabajo en equipo.
El príncipe tragó saliva porque ¿por qué no podía dejar de mirarlo?
Se sentía como en un jardín rodeado de hermosas flores. Mirando una hermosa flor mientras ignoraba a la Madre de las Flores. La más anhelada.
—Muy bien. Repitámoslo. — Tan pronto como la instructora habló, dejó caer a Gulf. Obteniendo un gruñido del soldado.
—Oh Dios. Lo siento de verdad. Lo siento mucho. — Inmediatamente lo ayudó a ponerse de pie. Revisando su cabeza lado a lado.
—Estoy bien, señor. Vamos de nuevo.
—Ok.
...
Cenicien despierta.
Mira a su alrededor desconcertado. Encontrándose en una cabaña llena de velas. Arriba de él colgaban piedras brillosas junto a talladuras de animales vidriosos. Era una cortina hermosa aunque extraña. Había una cama a la esquina, un baño en la otra y detrás, una cocina. En la que había un hombre de capa negra puesta. Él limpiaba una taza con un pañuelo. La persona se encogió de hombros al ser mirada. —Hola. Seguro estarás sorprendido, pero te desmayaste entonces no supe a dónde llevarte.
Cenicien arruga el ceño. Reconociendo al hombre de otra parte. Entonces recordó lo que sucedió ayer. Mientras atravesaba el bosque, un grupo de hombres molestaban a uno que pedía pasar sin violencia. Los hombres lo llamaban brujo, pero en cuánto lo golpearon Cenicien corrió hacia ellos y los hartó a patadas. Incluso los golpeó con la bolsa.
Para cuando huyeron y el brujo le iba a agradecer, Cenicien se desplomó en sus brazos, cansado de tanto caminar.
—Lo siento. Debió ser molestoso traerme hasta acá.
—No, descuida. Era lo correcto. Te hice un sándwich con chocolate caliente. Espero que te guste.
—Muchas gracias.
Cenicien tomó los envases. Sorprendido por los dedos oscuros del jóven brujo. Quién rápidamente los ocultó bajo la capa.
—Mientras dormías no dejabas de susurrar cosas. Que necesitabas un vestido para el baile.
—Es que hoy es el baile del príncipe. El quería que fuera, pero no tengo un vestido.
El brujo sintió lástima por él. Él se sentó al frente, con las piernas y las manos cruzadas. Retrocedió la capucha de su capa, revelando un hermoso cabello blanco y ojos azules de sireno. Su piel era tan pálida como la luna. Era una criatura hermosa.
—Solo voy a la ciudad a hacer las compras. Pero puedo hacerte un vestido.
—Dios, no. No quiero causarte problemas.
—Querido, nunca niegues la magia porque no es problema. Imagino que todos usarán vestidos molestosamente alegres. Pero quiero que tu príncipe se quede sin palabras. Hagamos que tu vestido sea único.
—¿Cómo puedo pagarte eso? —Sonrió, incrédulo.
—Ya me pagaste, querido. — Él sonrió, amable.
...
Llegó la noche y Gulf regresó a su armadura de soldado. Él esperaba en el salón, al lado del soldado Joong. —Pensé que ibas a usar un lindo vestido como ordenó el rey.
—Sigo al rey, sí, pero esta es la única vez que lo desobedeceré. Además, nadie bailará conmigo esta noche.
—Corrían rumores de que el príncipe parecía interesado en ti ayer.
—Concéntrate en el trabajo, ¿Quieres?
Tras regañar, el príncipe bajo las escaleras en un elegante vestido blanco de hombreras de oro. Luciendo maravilloso como siempre. Gulf quedó sin habla, viéndose enredado en el encanto del príncipe.
—Díganme, Joong, Gulf. ¿Me veo bien?
—Se ve bien, Su Majestad. — Joong rápidamente contesta y mira extraño a Gulf por no responder. El príncipe se le queda viendo con una sonrisa.
—Se ve bien, señor. Pero eso ya lo sabe.
—No te pusiste el vestido.
—De todas maneras nadie iba a invitarme a bailar.
—Yo pensaba hacerlo.
El príncipe murmuró, yéndose. Sus palabras calaron en Gulf, quién mantuvo los ojos bien abiertos.
*N/A: Esos dos 😏🫂 No sé ustedes pero a mí me encantaron sus escenas y sólo estamos comenzando 💖✨*
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