Capítulo 81


Ya había amanecido, los rayos del sol se colaban por el traga luz cayendo sobre alguien que dormía  pacíficamente recostado en el borde de la cama, lo reconocí al instante, con su cabello castaño cayendole sobre los antebrazos, su mano estaba ligeramente entrelazada con la mía, sus ojos completamente cerrados, casi parecía que no estabamos a mitad de una guerra, intenté mover mi mano para acariciar su cabello, intentando disernir si era real, Tom al instante se removió adormilado abriendo los ojos, cual niña pequeña que habían atrapado haciendo una travesura cerre los ojos fingiendo estar dormida.

-Ángel- lo escuche llamarme suavemente, me pensé varios segundos sí realmente quería abrir los ojos y encontrarme con su mirada decepcionada puesta en mí- ángel...se que estás despierta-¡Mierda!-.
-Tom- dije aún con los ojos cerrados, mi voz era ronca y débil ¿Cuánto tiempo había dormido? -.
-Ángel- repitió al momento que abrí los ojos encontrandome con los suyos, tenía su cabello levemente peinado, llevaba la misma ropa del día anterior, una pequeña sonrisa se asomo por sus labios-.
-¿Y ese milagro que repites ropa?- sentía la cabeza pesada, como si estuviera debajo del agua- pensé que cada vez que se te ensuciaba una la tirabas y te comprabas una nueva- Tom soltó una risa negando levemente con la cabeza, mechones de su cabello se desprendieron de su improvisado peinado para caerle sobre la cien-.
-¿Cómo estás?- preguntó  con seriedad soltando mi mano, recargandose sobre el borde de la cama-.
-Estoy- repetí igual como el lo había hecho el día que llegamos a casa de Fere-.
-Eso es mío, eres una ladrona- soltó  otra pequeña risa para cruzarse de brazos mientras se recargaba sobre la silla-Es hora de volver a casa- ¿A casa? -.
-Es tú casa no mía- sentía mi garganta arder por la falta de agua-.
- Sí  te soy sincero...- una sonrisa débil surco sus labios, miro al otro extremo de la habitación donde Fere tenía un estante lleno de juguetes de felfa y posters de my little pony - la has vuelto más tuya que mía- estaba helada otra vez- vas, haces lo que quieres con ella...¿Recuerdas aquél estúpido dibujo que te hace sentir en casa?¿Cómo  si fuera tú hogar?- desvío sus ojos marrones de Pinki pie para ponerlos sobre mí- bueno... tú haces que me sienta así, en casa, en mi hogar, no tiene sentido ir a esa casa si no vas a estar ahí haciendo de las tuyas, llevándote a niños de la calle y metiendolos a hurtadillas-.
-Los hogares no son sitios, no en mi parecer, no son las edificaciones, puedes pasar dos meses, cinco años, una década e incluso toda tú vida en un sitio y no por eso será tú hogar- Tom me miro extrañado y un tanto ¿fascinado?- el hogar son las personas que la habitan, aquellas que te hacen sentir... vivo-.
-Tú eres mi hogar- afirmó con obviedad, dejandome perpleja mientras sentía el rubor subir desde mis pomulos hasta calentarme las mejillas incapaz de decir nada-.
- Tom- Hazza entro nervioso por la puerta, empapado de sudor, respiraba agitadamente-.
-¿La encontraron?- desvío su mirada de mí, poniendose de pie, apoyado de su muleta-.
-No, hemos recorrido cada calle, no pudo haber ido muy lejos- Harrison me dio una mirada preocupada antes de volverse a hacía Tom-.
-Busquenla otra vez- ordenó con firmeza, Hazza solo asintió asustado saliendo por la habitación-.
-¿Qué  va a pasar con... lo otro?- Hazza se había regresado, recargado sobre el marco de la puerta-.
-Yo me encargo-Hazza no espero un segundo más, desapareció por completó, escuche la puerta de la entrada cerrarse con firmeza-.
-Tom...¿Qué ocurre?- pregunté, el no se inmutó nisiquiera en girarse para respoder- Holland-.
-Matilde escapó esta mañana, la llevamos buscando desde entonces, no hemos encontrado nada, se fue sin dejar rastro, ni huellas en la nieve, ni paradero cercano...nada- Mati...-.
-Yo voy a ayudar- me paré  enseguida sintiendo un mareo recorrerme con fuerza, apenas alcancé a estar medianamente cerca suyo cuando sentí el suelo tambalearse bajo mis pies-.
-No, tú te vas a quedar aquí- me tomó con firmeza de la cintura ayudandome a incorporarme-.
-No...por favor, dejame ir- Matilde había salido afuera, donde estaba en peligro...-.
-Por favor no seas terca, así no nos puedes ayudar mucho- inútil - quédate aquí y cuida de Thomas ¿quieres? Tanto él  como yo te necesitamos aquí- se separó de mi manteniendo su ceño fruncido- Rubén y Miguel están en camino, por favor- se detuvo para hacer hincapié en las siguientes palabras- no te metas en problemas-.
-Esta bien- él tenía razón, con los brazos entumecidos y mi actitud arrebatada solo sería un problema más, más de lo que ya lo era-.
-Cuídate ángel, te veré cuando encuentre a Matilde- desapareció dando saltos entre la muleta y su pierna sana-.

Me dirigí a la sala, que estaba completamente desierta, al igual que los cuartos, todos vacíos a excepción del de Fere y James, donde Thomas estaba acostado en la cama mientras comía  un pedazo de pizza y veía un programa infantil.

-Piojo apestoso- Thomas se levantó sobre la cama enseguida corriendo a hacía a mi por la colcha con las mejillas sucias de salsa de tomate-.
-____- me abrazo con fuerza rodeandome por el cuello mientras lo sentía al borde de las lágrimas-.
-Hey no, no llores piojín, aquí estoy, tranquilo- lo obligue casi a regañadientes a separse de mí, pase mi pulgar sobre sus mejillas limpiandole la salsa- ¿Estas comiendo pizza y no me das?-.
-A ti te dejaron  sopa- se alejó de mi, levantando el plato con pizza abrazandola con una ligera sonrisa-.
-¡Oye grosero!- solté una risa antes de que alguien tocará el timbre-.
-¡Voy!- gritó Thomas bajandose de la cama con los pies descalzos y el plato bien aferrado en su mano sana, lo seguí hasta la puerta-.
-¿Qué haces?- lo recrimine cuando sin preguntar quien era intentó abrir la puerta- en primera los adultos son los que abren la puerta, no los güerejos como tú- el me miraba con egocentrismo aún con su mano en la perilla- segundo no debes abrir si no sabes quien es-.
-En primera tú no puedes mover tus dedos o ¿sí?- dijo y efectivamente era así, no podía siquiera cerrar mi palma menos abrir la puerta- segundo ya se quién es, mira- dejo el plato sobre la pequeña mesa de cristal al lado de la puerta, dandole una pequeña morida a la pizza- ¡¿Quién es?!- gritó aún con la boca llena-.
-¡Yo!- la voz de Rubén resono, Thomas me dio una sonrisa triunfante antes de abrir la puerta dejando pasar a Rubén, que corrió a abrazarme con fuerza, pegando su rostro a mi cuello, sentí el olor a chocolate que emanaba inundar mis pulmones - ¿Estas bien? Dios...estas bien-.
-Estoy bien Ru- detrás de sí Mangel también corrió a abrazarme- estoy bien chicos-.
-No me vuelvas a asustar de esa manera, más cuando estoy demasiado lejos de ti como para ayudarte ¿De acuerdo?- Rubén tenía ojeras y lucia cansado, me tomaba del rostro obligandome a verlo-.
-Esta bien- dije a duras penas antes de que el volviera a abrazarme, probablemente no había dormido por mi culpa- lo siento-.
-No te preocupes...ya nosotros te ayudaremos con eso, por lo pronto vamos a cuidar de ti- Rubén me sonrió pellizcandome la mejilla, Thomas paso a su lado con la pizza a medio comer entre las manos-.
-¿Él no es demasiado joven para comer algo tan poco nutritivo?- Mangel miraba como Thomas saboreaba su pizza, incluso se relamio inconsientemente los labios- oye niño dame-.
-¡No, es mía!- gritó el infante mientras corría con Mangel detrás hasta encerrarse en el cuarto de Fere para terminar su pizza-.

La tarde paso así, conforme más pasaban las horas más me preocupaba por Matilde y por Tom, no había tenido noticias de ninguno de los dos, Rubén después de mucho pelear conmigo acepto tomar una siesta, acostado sobre mis piernas, en el sillón, llevaba alrededor de media hora, su alocado cabello lacio caía desperdigado por todos lados, Mangel y Thomas encontraron una tregua y preparaban una clase de comida extraña en la cocina.

-Enseguida- Miguel salió de la cocina limpiandose las manos en el pantalón, camino hasta la puerta, donde nisiquiera me había dado cuenta que habían tocado el timbre- ¿Que ocurre? Espera-.

Antes de que Miguel pudiera hacer algo, ella ya había entrado, con su cabello rojizo y despeinado cayendole sobre los hombros,  su chaqueta de cuero con pegatinas de bandas paganas, sobre su camiseta se podía apreciar la venda mal colocada ceñida a su estómago.

-Samantha- dije sorprendida despertando a  Rubén que se levantó sentandose en el sillón-.
-Andando- se acerco a mí, tirando de mi brazo con fuerza, Rubén se levantó al instante, interponiendose, aún así ella no soltó el agarré de mi-.
-Sueltala, no va a ir a ningún lado- dijo Rubén dispuesto a defenderme-.
-Andando- tiro nuevamente de mí, haciendo que un dolor me recorriera, Thomas salió de la cocina asustado directo hacía a mí, Miguel lo cargo en el camino evitando que avanzará- o caminas por tú cuenta o todos tus amiguitos se verán afectados- se recorrió la chaqueta unos centrimetros dejandome ver su arma, era más que capaz de dañarlos-.
-Quiero ver que lo intentes- la reto Rubén aún en medio, no podía dejarlo-.
-Vamos- respondí tragando saliva con dificultad, sentí las miradas preocupadas y acusatorias de todos sobre mi-.
-No- repuso Rubén sin moverse un  centímetro-.
-Rubén, tranquilo, estaré bien...solo no le digan a Tom- Samantha soltó  su agarre indicándome que caminara a la salida, Miguel retrocedió en cuanto ella paso a su lado-.
-Estas loca si piensas que te dejaré hacerlo- Rubén me tomó del brazo con ambas manos como si eso fuese a detener a Samantha-.
-Ru, tengo que ir, o les hará daño, a Thomas, Miguel y a ti, por favor no lo hagas más difícil...solo cuiden de Thomas- le di una mirada rapida a Samantha, quien ya estaba afuera con algunos restos de nieve sobre el cabello- volveré pronto-me safe de su agarre como pude, cerrando la puerta tras de mí, me subí a la monstruosa Harley -.

Cada giro era una aventura total por no salir disparada contra el pavimento, incapaz de sostenerme con las manos de ningún lado para no caer por la velocidad y la fuerza en la que manejaba solo podía aferrarme a los muslos de Samantha con las rodillas, ella manejaba despavorida por las calles hasta llegar a un pequeño estadio desgastado, entrando por la parte de atrás, varios autos más ya estaban estacionados.

Como si pasadas las 12:00am la ilegalidad fuera legal, varias parsonas se encontraban reunidas en un zuru inhalando cocaína, mientras que al lado suyo una chica se encontraba desnudando a otra, pasaba desesperada sus labios por el cuello de esta  mientras  le levantaba el vestido, dejando a la vista su tanga rojo ¿Qué  pretendía Samantha trallendome a un lugar así?

-Ponte esto- me tendió  una clase de máscara en color negro que cubría solo una parte de la cara, el frío invernal hacía que mis heridas y mis muñecas dolieran aún con más fuerza-.
-Y-yo no puedo hacerlo- ella  me miro con escepticismo, arrebatandome la máscara  con agresividad, dandome vuelta y poniendomela ella misma, sentí el hilo quemar mis pómulos por la fuerza con la que la ajusto para cerrarla-.
-Muévete, esta por comenzar- no lograba entender que pretendía o que buscaba al llavarme ahí, por más que intentaba, solo caminaba tras ella, que se metió por una puerta, donde varias celdas estaban colmadas de hombres curpulentos que se gritaban y escupian unos a otros, Samantha subió por una escalera de cemento que guiaba hasta la entrada de un palco, cual estadio, colmado de gente, unos con traje y otros con ropa normal y un tanto desgastada, bebían alcohol y fumaban hierba como locos-.

-Bestia...- escuchaba como me decían ocasinalmente, dejando de gritarle a la arena vacía donde había un camión viejo y oxidado con una que otra arma- es ella...-se abrían paso temerosos y asombrados ¿Acaso la máscara  o la historia en ella tenían algo que ver?-.
-Aquí- Samantha se dejo caer sobre el sillón   negro, recargandose, indiferente al alboroto al rededor que empezaron a vítorear "Bestia" cada vez con más fuerza-.
-¿Algo de beber?- un señor de mechones disparejos y tornasolados se inclinó hacía a mi lado sosteniendo una bandeja de bebidas alcohólicas y cigarrillos de mota-.
-Largo, no quiero ninguna de tus mierdas- Samantha nisiquiera lo miro, este le sacó el dedo de enmedio para después irse cojeando por allí, dejandome a Samantha y a mi en total silencio-.
-Samantha...- me atreví a llamarla a la par que las luces que iluminaban los pasillos reducidos se apagaron para iluminar completamente la arena-¿Por qué me has traído aquí?-.
-Damas y cabelleros...- gritó una voz por los dañados altavoces haciendo que la piel se me erizara-.
-Hace 10 años existió una niña que no fue más un pedazo de carne condenado a morir en la arena...un juguete de los morbosos y ricos curiosos- comenzó a decir y todo se volvió silencio, se abrió una compuerta dejando ver a un sujeto curpulento y grande, que tenía una cicatriz en forma de "X" cruzandole el pecho- pero no murió... a diferencia de lo que todos  creían se convirtió leyenda- no me miraba, seguía  atenta y desinteresada  en la arena, enfoque toda mi atención en ella- desde entonces estos idiotas no dejan de querer igualarla, por medio de tráfico de menores o incluso con sus propias hijas e hijos, los traen aquí  a morir- señalo la arena donde instintivamente volví a ver horrorizada-.

-¿Será  posible que esta noche conozocamos a la nueva "bestia"? - una risa sonó por la bocina, ni ellos lo creían-.

Entonces la vi, con sus ropas negras y desgastadas, en mitad de la arena, asustada del hombre que la miraba con deseo de romperle hasta el último hueso, buscando escapatoria con la mirada, como un ratón en una caja.

-Matilde...-.

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Muchas gracias por leer y comentar, eso me deja ver que les esta gustando el fic y es el motor de cada capítulo ❤😥

¡Gracias por todo! 🖤

Pregunta de Karen  ¿Qué proyectos tienes en mente?

Tengo en puerta al menos 2 fanfics más, uno probablemente se llamé  "Survive" también con Tom y va tratar de una era post apocalíptica donde una  chica intente sobrevivir y en el camino se encuentre pues claro al señor Holland, aún no me motivó lo suficiente para hacerlo, pero si, es uno de los tantos planes en mente.

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