Capitulo Unico

Letras cursivas: Pasado

Letras normales: presente


                                                                      .↭.

Sus ojos son de una madera fría. Los ha visto muchas veces, nunca directamente, sin consciencia ha adoptado el habito de nunca ver a los ojos a la familia para la que sirve. Todos sus ojos cafés son gélidos. Incluso el de la antigua señora Tsushima, su sonrisa elegante era una sentencia. Adornando sus mejillas de pómulos altos y presentando sus hoyuelos. Nunca llegaba a sus ojos.

Su hijo es igual, con una sonrisa cordial, a veces astuta. Usualmente lleva una expresión de miel pasiva y resbaladiza. Es linda. Convincente. Tal vez falsa. La mayoría no lo nota, por ello las señoritas suspiran y se derriten ante él. Meciendo sus abanicos de seda en un intento exagerado y meloso de encontrar aire. Vistiendo sus kimonos hermosos y siempre al borde de parecer kimonos de novia. Cuando frecuentan al joven amo Dazai.

Sabe que su sonrisa de idiota coqueto es falsa, tanto como su gusto genuino por las mujeres. De pequeño, recuerda haberlo visto utilizando los polvos de colores de su madre, en sus cabellos castaños se distinguen horquillas escondidas, tal vez tiene un gusto por las joyas, a veces se sienta en su habitación privada y observa cómo se asienta el anillo de su difunta madre en su dedo anular izquierdo.

Es repulsivo.

Lo piensa incluso mientras embiste su interior, mientras jadea desenfrenado y amasa sus muslos pegajosos, tragándose sus jadeos y gemidos en su boca, lo hace implacablemente masajeando su paladar, causándole una sensación cosquilleante, y provocando más jadeos que terminan en el balanceo necesitado de las caderas del castaño.


Mierda, un hombre nunca fue más erótico que él, manipulándolo con su belleza y seduciéndolo con su ingenio.


Chuuya posa el plato bajo la atenta mirada caoba del más alto. Es un triste plato de arroz, y huevo. Aparte deja él té y fruta partida. Es lo único que hay, después de que su familia quebrara.

En la habitación solo hay una mesa, ellos dos y el plato de comida, por ahora, el plato reposa en la mesa, pronto se encontrará en el suelo mientras Chuuya arranca las ropas del más alto y su sumerge en el fruto prohibido de sus labios. En aquella triste casa tampoco queda mucho más que eso, todo ha sido vendido.

Sus ojos caoba se dirigen al plato de comida, juzgándolo mientras Chuuya se retira a una esquina, es el único sirviente que queda ahora. La vacía y triste desolación hace eco en las paredes, las cuales hace algunos meses remodelaron, probablemente van a venderla.

Después de echarlo, incluso aunque no tenga a donde ir. No es problema de los Dazai. Y es por eso que el este haciendo ese trato.


Consigue hacerlo darse la vuelta, arrinconándolo contra la mesa, en un movimiento despeja el espacio y obliga al castaño apoyarse en ella con un jadeo por su rudeza.

Sus ropas finalmente caen al suelo, y su cuerpo es manoseado por las manos del otro hombre, y él lo deja hacerlo, incluso gime ante sus toques más descarados, voltea su rostro sobre su hombro para recibir un beso, su acalorada expresión es una súplica necesitada. Mientras siente el calor abrasador del pecho del pelirrojo en su espalda y su erección palpitante en su trasero, ayuda un poco cuando se inclina más sobre la mesa y balancea sus caderas.

Como cualquier zorra gime en sus labios y él le toma del cabello casi con suavidad, pero firme lo mantiene quieto y lo besa a su antojo, haciendo desastres en su boca y en su cerebro, funde su coherencia con sus caricias rudas y sensuales.



El castaño dirige su mirada al pelirrojo, el cual parece pensativo en la esquina. Cuando sale de su trance, encuentra su mirada castaña y sostiene sus ojos oceánicos con la miel terrosa de los contrarios. Osamu piensa que su reto es por naturaleza, no por la falta de respeto. Chuuya no nació para estar en el puesto en el que esta. Las malas decisiones de sus padres lo convirtieron en lo que es.

El esclavo de la familia Dazai, la familia en bancarrota.

El plato de cerámica fina golpetea la mesa de madera después de unos minutos. Lo aleja, y entonces toma la taza de té en un movimiento calmo y grácil, la manga de su kimono se mece ante sus movimientos.

"Eres útil"

Chuuya no levanta la cabeza, probablemente porque no es un cumplido para él.

"Me gusta tu cocina" Lame sus labios después del sorbo de té, a pesar de la falta de modales y el gesto de mal gusto, se ve como un niño acabando de comer su plato favorito. "No te acostumbraste a nuestras recetas excéntricas, los últimos días, la comida de las criadas sabia a pobreza."

Chuuya no contesta, sus gestos son suficientes, también su respeto y consciencia de su posición como para no opinar, frunce el ceño ante lo último.

"Me deprimía" Se lamenta apoyando el codo en la mesa, Osamu parecía perder todos sus modales y apoyar su mandíbula afilada en su palma abierta.

"es agradable que alguien cocine por el día y no por la costumbre" Hacia círculos aburridos en la mesa.

Chuuya distingue su ánimo desde su posición sentada al lado de la puerta. Abre la boca, inseguro de contestar, dado que el castaño no ha hecho una pregunta, sino un comentario.

De todas, formas, es Chuuya Nakahara, sirve para una familia quebrada y ahora, ¿que tiene para perder? Su destino esta sellado.



"ah, ¡Chuuya!" Gime alto cuando la polla caliente del más bajo se entromete en sus muslos y empuja su propio miembro con él, su cuerpo se retuerce y una oleada de calor lo invade cuando el eje contrario se desliza afuera y adentro junto con él, pasando un brazo por su cintura y rodeandolo, desde atras, puede sentir su calor haciendo hervir su piel, y acabando con cualquier pensamiento coherente.

El sonido obsceno de sus pieles chocando genera pequeñas descargas de placer en su pene, goteando liquido preseminal.

Es sucio, dejarse follar los muslos por el esclavo de su padre. 

Pero la sensacion de hacer algo incorrecto es maravillosa cuando es con el.

Los jadeos de Chuuya detrás de él hacen que su polla se retuerza contra la suya, mierda, lleva tanto tiempo obsesionado con sus ojos azules y su voz profunda y ronca. Lleva tantas noches fantaseando con que sus labios rosados y sus manos perfectas toman el lugar de su almohada.

Tal vez lo desea más de lo que debería, eso nunca fue una etapa. Chuuya Nakahara es el hombre más hermoso que ha visto, y el más caliente que alguna vez lo ha tocado.

"¿También le ruegas así a los hombres de tus escapadas nocturnas, Dazai?" Continúa embistiendo, después de preguntar con voz ronca y acalorada. Espera por su respuesta mientras muerde y chupetea su piel sonrojada y profanada con otros de sus besos prohibidos. Osamu gime, probablemente aún más excitado después de eso.



"Todos parecen acostumbrarse, menos tu"

Osamu lleva su mirada hasta la posición sumisa de Chuuya, lo escanea como si acabase de recibir respuesta a todas sus preguntas de la misma nada. Como si desde un principio no hablase con Chuuya.

Probablemente no esperaba una respuesta.

"Chuuya Nakahara, ¿no es así?" La mirada azulada del pelirrojo responde ante la mención de su nombre. Osamu sonríe, una sonrisa astuta. "Eres el único que quedo después de la quiebra de mi padre"

Chuuya considera sobre afirmar eso, o simplemente dejarlo hablar.

"Lo soy"

"Acércate" Pide, Chuuya duda.

Probablemente debe dejar de pensar demasiado sobre el hombre que tiene delante, quien no lo trata con desdén.

Se acerca confundido y se sienta en la silla contigua, estas son algo bajas.

"Sabía que todo esto pasaría, es probable que en realidad todos lo supieran menos mi madrastra, mi padre y tú."

Chuuya dispara su perplejidad hacia el castaño, quien suelta el comentario como si nada.

"¿Cómo podrías saberlo?" Inquiere Chuuya, Osamu sonríe por su confianza al preguntar eso, su timbre suena autoritario, como si le ordenara decírselo.

"Lo se hace algunos meses, por ello le dije a todos los sirvientes que se prepararan, todos los hicimos. Ahorraron sus salarios y buscaron otro trabajo mientras tanto"

Su explicación es burda, no responde a su pregunta, es como si lo ignorara.

"¿No le advertiste a Dazai-sama sobre esto?" Chuuya no cabe en su expresión anonadada. Dazai salpica las respuestas a medias. Es tan malditamente ambiguo y críptico.

"Hablas como si fuese alguna clase de profeta"



"Ellos no, ah-" Chuuya lleva ambas manos a su culo, y lo manosea descaradamente. "Carajo- déjame hablar, tonto-" Siente a Chuuya parar sus movimientos con la cadera, manteniendo ambas manos en su trasero. Hay un poco de jaleo detrás de él y trata de seguir hablando sin ser demasiado interrumpido por sus jadeos.

"Quiero que me cogas mejor que ell- oh, mi..mierda, Chuu... ¡Chuuya!" Sus uñas se clavan en la madera de la mesa debajo de él, mientras el se inclina y recibe la lengua del pelirrojo pasando superficialmente por su agujero. "Si..., eso es, es tan bueno, mierda, no pares" Casi siente sus ojos voltearse por la repentina sensación enloquecedora de placer, y puede sentir ese calor agradable en su vientre, como si estuviera a punto de venirse, pero no es suficiente, mierda, se siente tan bien, tan jodidamente bien, pero no es suficiente.

"Oh, si, eso... eso es, solo- sigue haciendo eso, por favor" Chuuya entromete su lengua dentro, y la retuerce por todos lados, se siente demasiado sensible, aprieta sus mejillas y las mantiene abiertas, se siente tan obsceno ahora, desnudo y de piernas abiertas para un hombre que está comiéndole el culo.

Es tan embriagadoramente excitante.



"Tu hablas como si la quiebra de tu familia fuese algo irremediable, de sentido común."

El pequeño tiene un punto.

Osamu sonríe ante eso, una sonrisa de derrota, pero no parece enojado, es casi acaramelada. Como si le divirtieran las preguntas de Chuuya.

"Mi padre y mi madrastra tenían problemas. Ella gastaba su dinero, y por su falta de interés mi padre se ahogó en el alcohol." Su mirada suave no parece afectada por los hechos. Continua. "Ahora está buscando desesperadamente como remendar sus errores."

El joven amo, aquel hombre de sonrisa astuta e intelecto superior. Es la clase de hombre con el que toda mujer querría casarse, inteligente, (antes rico), atractivo, incluso bastante caballeroso.

Es la clase de hombre de la que no te esperas una mirada fija, que te escanea de arriba abajo, como si se concentrara en tu persona de forma mal disimulada, es la clase de hombre de la que no te esperas esa mirada oscura bañada en un tinte rojo, la clase de mirada que un hombre no le dirige a otro. Como si fuera a follarselo en ese momento.

El sentimiento aparentemente es mutuo, porque Chuuya acepta su trato sin demasiadas trabas, y puede follarlo con la lengua y luego agregar un par de dedos, simulando embestidas hasta que se corra.

Eso es lo que hace, lo vuelve loco contra la mesa de madera y embiste su agujero con sus dedos, luego lleva su otra mano a su pene y lo rodea, está caliente, demasiado, y no puede esperar para entrar en él y escuchar sus gritos de placer, suplicándole por más o incluso por piedad.

Dazai se corre con un gemido cansado, como si llegara al paraíso después de mucho, aliviado, muerde su labio y suelta un suspiro tembloroso, viendo su semilla regada en la mesa.

Una mano se estira desde atrás, recoge un poco y se aleja, Osamu voltea para observar atentamente como lo lleva a sus labios, y lo traga.

Oh, mierda.

"Supongo que tendré que hacerlo de la manera difícil" Termina de lamer sus dedos y se acerca para besarlo, lento y profundo, carajo.

Chuuya Nakahara es el hombre caliente que ha conocido, y le hizo correrse con sus dedos.

Esta volviéndolo loco.



"Tu..." Consigue articular, pasmado por su negligencia "realmente estás loco."

Osamu dispara su mirada hacia el después de esa declaración, parpadea un par de segundos, concibiendo el hecho de que Chuuya acaba de perder en un abrir y cerrar de ojos todo su respeto y formalidad hacia él.

Entonces suelta varias carcajadas.

Chuuya lo observa desde su lugar serio, sin inmutarse ante su reacción. Consigue calmar su temple, entonces la miel resbaladiza entra en sus oídos como el cantar de los cantares más puro.

"Eso es lo que te preocupa, ¿no?" Su voz es baja, y la sensación que causa dentro de él es inexplicable en palabras simples, su murmullo no pierde su timbre ronco, es casi como si estuviera seduciéndolo, invitándolo a un baile hipnotizador que será su perdición. Dentro de sus ojos caoba oscuros. "Lo que pasara contigo cuando no podamos ni siquiera pagar una comida al dia"

"Yo no..." Chuuya intenta negar, para que borre cualquier prejuicio sobre el, para que no piense que alguna clase idiota egoísta y...

¿Desde cuándo le importa lo que este idiota piense de el?

"No tienes por qué negarlo" Sentencia Osamu "Está bien" Su cuerpo se balancea juguetonamente, para luego detenerse y en cambio inclinarse hacia delante, toma sus manos entre las suyas, su contacto áspero es frio, y envía una corriente eléctrica por su espina dorsal.

Chuuya lo besa, entonces lleva sus dedos hasta su semilla otra vez, y lo riega en su polla, dura y enrojecida, suelta su mentón y sonríe.



"Este es el mejor favor que he hecho en mi vida" Se desliza dentro de él, lento, muerde su labio porque probablemente sabe que le duele, Osamu siente una punzada y la invasiva sensación de estar lleno. Aprieta sus labios juntos en una fina línea.

"No me jodas..." Chuuya suelta una carcajada ante su maldición, Osamu toma una bocanada de aire. "Esta es mi parte menos favorita...ah, muévete." Jadea con angustia, es incómodo, lo aguanta porque apenas empieza la mejor parte.



"De todas formas" Chuuya toma la palabra, después de su desplante, rehúye la mirada, confundido ante su agarre de manos del que probablemente no quiera soltarse. "No hay nada que puedas hacer"

Esta vez es Osamu quien decide romper el contacto, dejando a Chuuya con un ligero e inquietante vacío, se balancea hacia atrás y piensa, relame sus labios distraídamente.

"Hm, ¿qué te hace pensar eso, Chuuya?" El pelirrojo tartamudea ante su tuteo, además del uso de su nombre.

Piensa un momento después de carraspear.

"Estas tan quebrado como tu padre"

Osamu sonríe, una sonrisa amplia y ganadora, aun así, no pierde la elegancia y suavidad que extrañamente caracteriza a este hombre.

"¿Eso crees?" Su sonrisa, ahora tomo un tinte demoniaco, Chuuya lo escanea perplejo. "Hm, no opino lo mismo"

"A que... ¿A qué te refieres?"

Y si es posible, la sonrisa del castaño se ensancha, y se oscurece con tintes de astucia y una pizca juguetona.



"ah, no pares, eso es tan..." Osamu se ahoga, sus movimientos se deshacen traduciéndose en mero febril salvajismo cada vez que intenta encontrar el eje de Chuuya a mitad de camino para suplicar que vaya más rápido, más fuerte.

Por favor.

"Yo creo que..." Jadea Chuuya, sosteniendo sus caderas contra la mesa. "No has respondido mi pregunta" Murmura contra su oído, su tono caliente baña su oreja y provoca palpitaciones en su pene, gime. "¿Le ruegas así a todos ellos?"

"¿O tendrá algo que ver con la forma en la que me miras desde hace tiempo?" Oh, fue descubierto. Osamu suelta una risita cansada y entrecortada.

Muerde su labio, indeciso. Dispara su contraataque.

"He visto tu bonita cara en la de todos ellos mientras me follan hasta dejarme seco"



"Cuando te dije que todos nos preparamos, me refiero a que estaba listo para los factores materiales" Ladea su cabeza, con una mano en su mentón, rememora su plan.

Se acerca a Chuuya, y lo incita a brindarle su oído.

Lo cuenta como un secreto.

"Retire poco a poco dinero de mi cuenta bancaria y la de mi padre" Murmura, su aliento llega a su oreja y esa información se deposita como el enorme y demente secreto que es. "Para el momento en que el banco congelo mi cuenta y la de mi padre, ya no había demasiado"

Eso... Dazai decide compartirlo con él.

¿Por qué?

No puede pensar en eso ahora, siente la emoción en la boca de su estómago como un vacío, aquella revelación le cae como un balde de agua fría.

Es como, un hombre rico en secreto. Emocionante.

"Tu..." Chuuya lo mira con incredulidad. Se aleja un poco para verlo a los ojos, Osamu realmente tiene unos ojos muy oscuros, y son lindos. Entonces baja la mirada a sus labios...

Dazai se aleja, con la misma sonrisa astuta.

Oh.



"Ah, ¿sí?" Hace esa pregunta acompañada de una embestida mas fuerte. "Eres menos ambicioso de lo que pensé"

Osamu jadea entre el placer y la perplejidad, tratando de concentrarse en su conversación y no en las constantes oleadas de placer que están haciéndole perder la cordura.

"¿A que... te refieres?" Repentinamente Chuuya toma su mentón y lo obliga a verlo, luego le planta un beso rudo, responde a él con gemidos ahogados.

"¿Dejarte seco? Ja." Se burla, besa la línea de su mentón, y la sigue con besos. "Voy a cogerte hasta que no puedas caminar, cariño."

Parece que Chuuya no miente, toma sus caderas con fuerza y lo folla de verdad, dejándolo sin alternativa, el placer se enrosca y se enrosca infinitamente en la base de estómago, tan caliente. Esta a punto de explotar, su polla dura se estampa contra el una y otra vez en un ritmo que no es capaz de sobrellevar sin estar al borde en un par de segundos. Cada uno de ellos robándole el aliento.

Es bueno, es tan jodidamente bueno. Él quiere más, incluso si se queda sin caminar como dice Chuuya, lo necesita, tanto como el aire, esta hambriento de ello.

Y Chuuya se lo da, y mierda, vale cada maldito segundo.



Él le conto este secreto, porque quiere algo.

Que tonto, Chuuya, ¿Cómo no pudo notarlo?

Entrecierra sus ojos esperando su siguiente movimiento.

"¿Realmente quieres salvarte?" Inquiere como si lo tentara con lo que más desea. Llevarlo a lo más alto de una muralla, verlo a los ojos y...

"Yo puedo ayudarte"

¿Como?

Ah, pequeño Chuuya, no te hagas el inocente. El noto cada una de tus miradas y reacciones.

"Solo tienes que hacerme un pequeño favor, es tu decisión, en realidad" Esa sonrisa tímida, él sabe que en realidad no está dejándole opción, porque lo siguiente es algo que ambos quieren.

Él lo sabe.

Lo lleva a lo alto de una muralla, donde caer al suelo significa estrellarse contra cualquier principio o decoro que se le ha sido inculcado, toma su mano, ofreciendole una tentacion insistente desde el fondo de sus ojos gelidos.

Viendolo a los ojos, le da un beso, plantando los cimientos de su traición y lo dejara caer de lo alto al precipicio.

Un precipicio con un final menos duro de lo que pensó, es estrellarse contra su juego de salvacion.










                                                                     .↭.

¡Gracias, gracias, muchas gracias por leer! Ay, llevo tiempo sin publicar algo asi jaja, espero sus opiniones, lo hice en dos dias asi que no se nota mucho esfuerzo, pero ultimamente me llegan notis de muchos seguidores y pienso que realmente debo ponerme seria jaja. 

Gracias por leer, votar y comentar, nos leemos 💕.



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