Nada 19
Le tocaba pelear contra un chico llamado shinsou, no sabía como lo iba hacer.
Lo único que sabe es que quiere aguantar más de 5 minutos en el campo de batalla.
Al subir siento las miradas de todos los espectadores sobre él, tenía ganas de vomitar o hacerse bolita pero en su lugar solo se quede quito com una piedra.
Miro a su contrincante no podía escuchar lo que decía estaba muy nervioso, pero intento al menos ser educado con él.
- ¿Por qué no respondes? -. Su mirada era fría y llena de rencor -. O acaso lo que dicen de ti es cierto -. Izuku le miraba confundido -. Ya veo conque es verdad.
Izuku no entendía a que se refería pero podía notar como se metían con él.
- Dicen por ahí que solo eres el hijo de algún hombre importante y por eso fácilmente conseguiste entrar a la U.A después de que las clases hubieran comenzado, sobre todo que te dieran un puesto en la clase 1A, cuando esta estaba llena desde un principio.
Izuku se enfado, él no quería ser un héroe, no quería estar en esa clases. Si no le hubieran perseguido quizás aun este en su antigua prepa, aprendiendo como cualquier chico que quiera ser doctor.
- Aunque también dicen por ahi que no tienes familia, algunos buscaron tu apellido para saber de que importante familia venías, pero solo encontraron sobre un familia muerta, no me digas que eran tus padre -. Izuku se quedo en blanco -. Quizás no tengas ni siquiera un talento solo que bueno ya sabes, das tanta pena que como los héroes sintieron lastima de lo dieron todo.
Izuku no sabía pensar, tenía ganas de llorar.
Se empezó a arañar los brazos por la ansiedad, le dolía sus palabras y encima se lo decía enfrente de tanta gente, de tantas personas que le miraban fijamente.
Se arañaba más fuerte para sentir aquel ardor y así olvidar el dolor que le provoco aquellas palabras.
Izuku no escuchaba las palabras del profesor preguntando si estaba bien, no escuchaba nada más que le sonido de las uñas pasando por su piel.
- Oye cálmate, te vas a lastimar -. Decía preocupado Shinsou.
Izuku no hacía caso, seguía y seguía haciéndose daño hasta que sintió un liquido salir de él.
Miro su brazo, salía sangre, solo gotitas y el sabía perfectamente que el color de esa sangre no era para sanar, sino todo lo contrarió.
En ese momento no pensó, activo su anillo y se rayo la palma de su mano. No iba a matar a su contrincante pero al menos si lo va a enfermar.
Solo bastaba con tocarlo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top