Capítulo 32


—Hay una gran diferencia entre querer y amar, algo que nadie puede tener ni controlar, y es el tiempo.

De los escritos de Samuel Meyer.






🐺🌙🐺

Seth estaba reacio a llevarlo con Derek, Caleb no comprendía por qué tanto nerviosismo si al fin y al cabo solo era un hombre que daba órdenes, durante el camino hacia la central de WiredTech su hermano no paró en su afán por persuadirlo de sus objetivos, Caleb estaba seguro en su terquedad y al final, Seth terminó por ceder.

—Es que no puedo entenderlo, Derek sólo es un hombre ¿por qué tanto miedo a contradecirlo? En cualquier momento ustedes pueden levantarse en su contra y obtener el control.

Seth chasqueó la lengua con molestia, Caleb tuvo que bajar un poco la ventana para respirar aire fresco.

—Hablas como si fuese un viejo tirano.

—Sus acciones no muestran lo contrario.

—Tú creciste en el clan, te integraste a la jerarquía y juraste lealtad como vigilante, dejame decirte que es una verdadera ironía e idiotez lo que estás haciendo.

El animal que había despertado se movió, en su mente podía sentir su presencia agazaparse en forma intimidante.

—Creí que ibas a ayudarme.

—Sí y no me arrepiento, pero que lo haga no significa que esté totalmente de acuerdo con tus acciones.

Seth estacionó su automóvil frente a un edificio alto de siete pisos, brillante por estar en su mayoría construido por enormes ventanas.

—Hay una gran diferencia entre querer y amar —Seth salió y azotó la puerta dejándolo con la palabra en la boca.

—¿A qué te refieres con eso?

Su hermano se quedó mirando al edificio, era tarde, la noche había caído, las luces de las farolas de calle estaban encendidas, iluminando las aceras con su resplandor amarillento, muchas personas en su mayoría jóvenes, iban y venían en grupos pequeños y numerosos, riendo y hablando fuerte, ignorantes ante los dos lobos con los que chocaban a veces.

—Los gatos construyen casas y juguetes de madera. —No respondió su pregunta, y eso le molestó—. Nosotros llevamos conexión inalámbrica y juguetes electrónicos a todo el país.

Sus palabras sonaron orgullosas, Caleb miró el letrero que estaba por encima de la entrada, grandes letras que brillaban con iluminación propia, WiredTech, era una empresa de tecnología que era dirigida y controlada por el clan Moon Fighters.

Seth echó a andar hacia el interior, su modo suelto de caminar con las manos en los bolsillos delanteros siempre atraía la atención, su hermano era el tipo de persona al que podría catalogarse como “alma de la fiesta” siempre alegre, siempre positivo y optimista, a tal punto que llegaba a ser molesto a veces.

Al entrar se encontró con el área de recepción, tanto el suelo como las paredes estaban decoradas por cerámica negra, del lado derecho una cascada de piedra hacía brotar agua a una fuente en la base, a sus costados tenía varas de bambú verde. Del lado contrario, estaba un escritorio semi circular hecho de vidrio y metal al que Seth se dirigió de inmediato.

Caleb lo siguió, todavía curioso por la rara decoración.

—¿Cómo te ha ido Tammy querida? —Seth le preguntó a la chica pelirroja detrás del escritorio.

—Te dije que no volvieras, pedazo de bola rabiosa, todavía no supero que hayas ahuyentado a Sam.

La chica se quitó los anteojos y miró furiosa a Seth, Caleb no sabía en donde meterse para no arruinar tan tenso momento, y de alguna forma valoraba la sonrisa que mostraba su hermano, inmune al efecto del enojo de la mujer frente a él.

—¿Todavía sigues molesta por eso? —Seth largó una carcajada que no hizo mas que enfurecerla—. Ese gato White Claw, sólo te quería de juguete, algún día agradecerás mis cuidados. Pero ahora necesito saber si Derek todavía se encuentra en su oficina.

La mujer bufó y movió sus dedos sobre el teclado.

—Está en una reunión con Sean Wells y su lugarteniente.

Seth frunció en ceño en confusión y se apoyó con todo su peso sobre el mostrador.

—Creí que Sean se iba hoy a Moscú.

—Sí, yo también pensé en eso, espera un momento...

Tammy giró su cabeza.

—¿Ese no es el nuevo alfa del clan Ice Daggers?

Caleb giró en la misma dirección, afuera un hombre alto estaba revisando algo en su teléfono, nunca lo había visto antes, ni siquiera sabía sobre ese clan.

—Derek lo debe de haber llamado a reunión —dijo Seth restándole importancia.

—¿Quién es? —Caleb volteó su vista cuando el hombre ingresó acompañado de otro.

—¡Liam Gallagher! —Seth salió a recibirlo—. Siempre es un placer recibir nuevos gatos en nuestras instalaciones.

Caleb no pudo evitar reírse por la absurda imprudencia del lobo.

—¿Y tú de qué te ríes? —le preguntó el otro hombre con voz amenazante, el tono hizo que el animal dentro gruñir.

Caleb volteó y vio un par de ojos de un vívido tono mezcla de azul con matices de verde muy claro, que resaltaban por el color de su piel demasiado pálida y su pelo negro.

—¿Acaso no puedo reírme?

Seth perdió su humor y se interpuso entre Caleb y aquel desconocido.

—Ya, en serio ¿qué hacen aquí?

—Derek nos llamó para arreglar un trato de negocios —respondió el otro hombre que era el alfa, Liam, era más alto que Caleb y tenía ojos verdes.

—Ah, bien, pues toma el ascensor hasta el último piso y espera en los asientos. —Seth retrocedió sin quitarles el ojo de encima—. Derek está atendiendo unos asuntos.

Liam pasó su mirada verde, que tenía una dureza que le hizo entrar en alerta, luego asintió en dirección de Seth y avanzó hacia el ascensor hacia el final, el hombre hostil le siguió y cuando pasó por su lado le echó una mirada amenazante.

Caleb se giró y notó que la chica pelirroja veía al alfa con interés.

—Los ojos al trabajo Tammy —dijo Seth al regresar a su lugar—. Está emparejado.

—Mierda ¿y el otro?

—¿Hunter? —Seth sonrió—. Completamente fuera de alcance, debes dejar de buscar citas con los gatos además de infieles son los que se emparejan con mayor rapidez.

—Eres un tonto aguafiestas —murmuró la mujer—. ¿Van a quedarse ahí parados toda la noche? Derek tiene para rato.

Caleb sonrió ante la impaciencia de Tammy, quien parecía más molesta por las palabras de Seth que por su presencia. Miró el reloj de plástico rosado que Logan le había dado por la mañana, faltaban cinco minutos para las nueve de la noche.

—No tengo problema en esperar —respondió mirando de reojo al rostro frustrado de Seth.

—Bien, iremos al local de comida rápida a unas cuadras de aquí. —Tamborileó sus dedos sobre el metal del escritorio con nervios— ¿Me puedes avisar cuando esté disponible? A Caleb le urge hablar con él.

—Claro, te llamaré.

Seth sonrió de lado y rodeando su hombro llevó a Caleb hacia la salida.

—Idiota, vas a hacer que me dé un infarto.

Caleb rió y se lo quitó de encima.

—No exageres.

Su hermano ya no le prestó atención, estaba mirando fijo a la mujer que se reclinaba sobre la puerta de su auto.

—¿Quién eres? —Caleb preguntó.

La mujer tenía unos brillantes ojos azules y un porte amenazador, mirada orgullosa y cabello oscuro, largo y liso que caía por su espalda. Le recordó al tipo que lo amenazó.

—Isabelle —respondió Seth con fastidio—. Procura no rayar mi auto, gatita.

Su hermano le indicó la dirección y ambos se alejaron mientras la mujer extendía sus garras.

—¿Qué clase de gato es? —preguntó una vez estuvieron lo suficiente lejos.

—Leopardo de las nieves, fríos, distantes y condenadamente recelosos, de todos los gatos que he conocido ellos son los que menos me agradan.

—¿Por qué?

Seth se detuvo a esperar en la esquina que el semáforo les permitiera avanzar.

—No tienen sentido del humor. 

Caleb guardó silencio durante el trayecto de dos manzanas en el que su hermano lo condujo hacia un bar, de iluminación tenue y cuadros antiguos como decoración, el lugar estaba a mitad de su capacidad, Seth se ubicó en una de las pocas mesas vacías en el interior. Un mesero se acercó a ellos, Caleb dejó que su hermano pidiera, después de todo no tenía mucho apetito.

—Allí hay otro —dijo Seth en voz baja, mirando con disimulo a alguien detrás de Caleb—. No vayas a girar el cuello como lechuza.

Hizo el gesto de voltear hacia la puerta y de paso vio a un hombre de cabello blanco ceniza tomando una cerveza varias mesas más allá.

—¿No tienen territorio propio?

—Sí, pero cuando Liam va al territorio de otro clan suelen acompañarlo varios de ellos, son muy protectores con el nuevo alfa.

—¿Qué sucedió con el anterior?

Seth observó alrededor con lentitud.

—Algunos rumores dicen que Aria Ashburn murió, otros dicen que declinó y se fue, otros más alocados dicen que la mujer se vinculó con el alfa de los pumas White Claws, pero son sólo eso, rumores, nadie sabe con certeza que sucedió con ella.

—¿Tú la conociste?

—¿Por qué tantas preguntas sobre los Ice Daggers?

La pregunta le tomó por sorpresa, Caleb se cruzó de brazos.

—Curiosidad ¿acaso es un delito preguntar sobre ellos?

Seth se encogió de hombros.

—Los Moon Fighters no nos preocupamos por asuntos ajenos hasta que nos piden ayuda.

El mesero regresó con una botella de cerveza, otra de jugo y una bandeja de plástico con papas fritas.

Caleb comió poco, ni siquiera el rico aroma salado sirvió para abrir su estómago, dejó que Seth devorara casi todas las papas.  Al final, su reloj daba las diez para cuando terminó la tercera bandeja.

—Tienes que comer —Seth dijo—. Estás muy delgado.

—¿Quién eres, mi abuela?

—¡Regresó tu sentido del humor!  —Seth golpeó la mesa sonriente—. Aleluya hermano, espera.

Del bolsillo de su pantalón sacó su celular.

—Mi dulce Tammy dice que debemos irnos.

Ya era hora, por fin podría hablar con Derek, Caleb estaba impaciente.

—Tú pagas, yo voy a regresar.

—Eso no es correcto ¿cómo vas a dejarme aquí? Creí que estamos juntos en esto.

—No tengo tiempo que perder.

Cerca de las diez y cuarto de la noche las calles tenían mucho movimiento, quizá era por el cambio del clima o porque era jueves, pero ir en contra de las personas le dificultó mucho su avance.

—¡Derek! —llamó al ver al alfa lobo salir del edificio—. ¡Espera! —echó a correr para alcanzarlo—. Tengo que hablar contigo.

El lobo dio media vuela y lo espero, sus ojos brillaban por la falta de luz, lo hacían ver más animal de lo que ya era, más espeluznante.

—Tammy me dijo que estabas esperándome, caminemos.

Caleb le siguió el paso mientras alcanzaban una banca en la parada de autobús.

—¿Qué sucede?

Las palabras de pronto se atascaron en su garganta, no sabía cómo empezar.

—Em... Yo... Bueno... La verdad es...

—Estoy perdiendo tiempo y tengo que ir a ver a un epsilon enfermo, dime de una vez, con confianza, no voy a hacerte daño.

—Es sobre Eleine Mirianni.

La mirada dorada de Derek se oscureció, el animal dentro de Caleb se replegó por completo, y él sintió la necesidad de poner distancia.

—¿Qué sucede con ella?

Caleb se aclaró la garganta y tragó saliva.

—Ella es la mujer que me salvó la vida, estuve a punto de morir en el bosque cuando me encontró.

La mirada de impaciencia lo hizo poner nervioso.

—¿Y?

—Necesito que la liberes.

Un gruñido bajo resonó en su oído, y no era el lobo inquieto en su mente, Caleb miró de frente al alfa que lo analizaba con su peligrosa mirada, consciente del poder que tenía.

—Dime una buena justificación para que lo haga.

—Yo la quiero —fue lo primero que se le ocurrió y al momento en que lo dijo se sintió como un estúpido, debería haber dicho algo de mayor utilidad.

—No es suficiente —Derek se levantó y comenzó a caminar.

La desesperación trepó por su cuerpo acelerando sus latidos.

—Espera, tú no lo entiendes.

—Dime ¿por qué la quieres? ¿Porque te salvó la vida? ¿Sientes que debes algo?

—¡No lo sé! —exclamó en un tono demasiado alto—. Simplemente la quiero, y el lobo me pide cuidarla.

—Ah, el lobo —Derek se burló—. Te diré un consejo que te será muy útil para solucionar tu dilema, hay una diferencia entre querer y amar...

—Oh por favor ¿tú también con eso? —Caleb gruñó molesto al cielo—. Seth también dijo eso y no sé que rayos significa.

—La diferencia es el tiempo —terminó el alfa—. No has pasado el tiempo suficiente con ella como para entablar un vínculo real, tu apego se debe al lobo que la reconoce como su salvadora, pero nada más, en todo caso, lo que sientes no es real sólo es un vestigio de la experiencia traumática que sufriste al estar al borde de la muerte. —Derek hizo una pausa y con gentileza puso una mano en su hombro, como dando un consuelo—. Abre los ojos y sigue con tu vida, lo malo ya pasó, estás con tu familia, donde perteneces, estás a salvo. 

Con un gesto de despedida Derek se fue en sentido contrario.

—Espera ¿no vas a ayudarla?

—Ya la he ayudado al perdonarle la vida.

Confundido, desorientado y con un nudo de angustia en el pecho, Caleb se quedó de pie observando la silueta del lobo alejándose más y más, hasta perderse entre la gente.

—¿Funcionó? —Seth apareció por detrás arrancándole un susto.

—¡No hagas eso! —se quejó alejándose, dio un par de vueltas en círculos bajo la atenta mirada de su hermano.

—Creo que las cosas no salieron bien. —Su hermano se acercó, pero Caleb rechazó su intento de calmar sus movimientos nerviosos.

—No, Seth, nada está bien. —Lo miró a los ojos—. Ahora tengo más dudas que certezas.  

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