Capítulo 27

—Los rastreadores han encontrado su huella de olor.

—Excelente ¿Tienen una identificación?

—No, lo único que sabemos es que es una mujer humana que ahora mismo se ha puesto en movimiento, esperamos tus órdenes.

—La quiero, viva, necesitamos saber qué hace con la información que nos robó.

Conversación entre Derek Miller y su lugarteniente.






🐺🌙🐺

Veinticuatro horas, al principio pensó que estaba alterada, que sus emociones estaban influyendo en su vida y en su trabajo, pero ya había pasado demasiado tiempo desde la última vez que se contactó con Will. Veinticuatro horas, para cualquiera que la viera, pensaría que Eleine estaba exagerando, pero estaba segura que algo raro estaba pasando, su amigo y compañero de trabajo demostraba un comportamiento cada vez más nervioso y evasivo.

Eso era motivo de preocupación, Eleine no podía esperar a que su amigo se dignara en confiar en ella para decirle lo que pasaba.

Intentó distraerse mirando televisión, saltando entre los canales funcionales y los que tenían cierto grado de interferencia, pero su concentración se dificultaba, tenía demasiadas cosas dando vueltas en su mente. Y el hecho de que a veces sentía la presencia de Caleb cerca no le ayudaba a relajarse, en otras ocasiones, cuando iba y venía de la sala a la cocina, parecía que en cualquier momento lo vería atravesar el umbral de la puerta de su dormitorio. Se había hecho la promesa de olvidarlo, pero decirlo era más fácil que hacerlo, pues aunque hiciera mil cosas para distraerse, siempre que dejaba de concentrarse por un momento, el rostro sonriente de Caleb aparecía sin ningún esfuerzo.

"Jamás te haría daño"

Revisó por onceava vez su celular para evitar pensar en él, pero no había ningún mensaje, el día anterior Will le aseguró que iba a contactarla, siempre, en cada video llamada se mostró un poco distante, inseguro, nervioso y renuente a darle su ubicación.

Eleine quería saber en qué rayos estaba metido, pero no tenía nada de información, todo lo que sabía era que Will no se movía de Woodstone City desde hacía un mes entero, él tenía familia en BlueCreek, una madre y un par de hermanas menores, era algo extraño que no las visitara al menos una o dos veces.

Apagó la pantalla, de nada era útil esperar, tenía que verlo porque no confiaba en el sistema de correo para enviarle el informe completo, aún con el código de cifrado y encriptación, ella no podía arriesgarse con algo de tanta importancia. Si Will no quería moverse, ella tendría que hacerlo, no importaba tener que ir al territorio cambiante y rodearse de pumas, de algo le había servido la ayuda de Caleb para poder andar sin miedo.

Caleb, era inevitable que su rostro apareciera en sus recuerdos cada vez que pensaba en su nombre falso, luego era acompañado por el beso que le había dado y la insoportable sensación de extrañez y soledad.

—Concéntrate Eleine.

Debía poner un plan de acción a seguir, guardó la unidad USB donde tenía oculta una de las cincuenta copias del informe, treinta y cinco de ellas las subió a una nube de datos cifrada en un disco duro oculto en una caja de metal en la cima de Ricker Mountain, el resto estaban en formato papel ocultas en su cabaña. Con algo tan sensible era correcto tomar precauciones, le venía bien ser un poco paranoica respecto a la seguridad, pues ella misma le había robado información vital a un clan de lobos.

No pudo evitar sentirse en peligro, no pudo evitar pensar ¿y si estaban buscándola para recuperar lo que robó?

—La información no es un bien intercambiable —dijo tomando su celular para marcar el número de su hermano—. Pero no está mal ser precavido.

El tono de espera era un absurdo sonido de un gatito maullando una canción infantil, no importaba cuantas veces se lo pidiera, Oliver jamás lo cambiaba, obviamente para molestarla, pero en el fondo, le agradaban los gatos aunque lo negara.

—Hola Eleine.

—Hola Oliver ¿tienes un tiempo libre? —Miró la fecha en su reloj, era jueves, estaba segura que su hermano estaría libre de trabajo.

—Así es, ¿qué tienes en mente?

—Necesito tu ayuda.

—Ya mismo me pongo en marcha ¿qué sucede? ¿el tipo ese regresó?

—No, quiero que me ayudes a encontrar a Will.

Hubo un silencio del otro lado de la línea, hasta que se oyó un suspiro cansado.

— ¿Qué hay con él?

—Tú solo ven y te explicaré de camino a Woodstone City.

—De acuerdo, ahora mismo estoy en BlueCreek, así que en media hora estaré ahí, adiós.

Luego de despedirse de su hermano, Eleine acomodó el desorden de papeles sobre el sillón, cerró todo con llaves, y decidió caminar para acortar el tiempo. El ambiente estaba tranquilo, un poco cálido, las aves daban sonoros chillidos sobre las copas de los árboles, por todos lados la naturaleza latía con la vida que estaba trayendo el lento paso de la primavera por el lugar.

Eleine se detuvo ante una flor de brillantes pétalos violetas, le gustaba mucho el color que resaltaba contra el verde de los arbustos, inhaló un aroma dulce cerrando los ojos, y cuando los abrió una silueta oculta metros más adelante hizo que su corazón diera un vuelco.

—Carajo.

Sin dejar que el miedo la paralizara, buscó en el suelo una rama gruesa con la que intentó ahuyentar al puma que comenzó a acecharla mostrando sus colmillos amarillos.

— ¡Vete!

El animal gruño y a cada paso que daba en un intento por acercarse, lanzaba sus zarpas contra ella, Eleine se armó de fuerzas para que no sintiera su debilidad, era una simple humana ¿Qué podría hacer contra una bestia como esa? ¿Y qué hacía un puma en Ricker Mountain? No habían poblaciones en los alrededores, eso fue de mucha ayuda, el maldito era un cambiante.

—No me dejas otra opción.

Con adrenalina, miedo y furia, dispuesta a no terminar comida, Eleine alzó la rama en el aire, le habría acertado justo en la quijada del animal, de no ser por la mano que detuvo el golpe.

— ¿Qué demo...?

Alzó la mirada y ahí estaba justo a quien no quería ver, el mismísimo Carl Phillips, el hombre alfa puma arrogante que conoció en el bar, estaba a su lado sosteniendo la rama, Eleine se alejó de un salto y la soltó, apuñó sus manos, por si acaso. Carl soltó un suspiro de alivio y luego miró con enojo al puma que se sentó de inmediato.

—Un día de estos me va a dar un infarto, lo juro. —Pasó una mano por su cabello, esos rizos marrones se movieron con gracia—. Es ella a la que cuidamos, idiota.

Eleine no entendía nada de lo que estaba pasando.

— ¿Quieres decirme que rayos haces aquí? —Inquirió con molestia, relajó los puños y puso las manos en sus caderas.

Carl miró la rama en su mano, luego a ella.

—Tranquila, no es lo que parece —sonó muy nervioso, dejó caer el objeto al suelo—. Él es Freddy, por cierto.

El puma se movió detrás de él, Eleine siguió sus movimientos con su mirada.

—Ha sido todo un gusto conocer a tu amigo —dijo con marcado sarcasmo—. Pero ahora quiero que se vayan.

—Descuida, lo haremos, de hecho quisimos subir porque detectamos un rastro de olor que nos alertó, el de un lobo, pasamos por BlueCreek, percibimos el olor y subimos para ver si todo estaba en orden.

Los ojos del puma cambiaron de color, Eleine retrocedió, tembló por un instante, pero con rapidez se enderezó. Ya no quería sentir miedo, no más.

—Mira, Carl, de verdad tengo cosas que hacer, pero no quiero ver a ningún cambiante cerca de mi casa para cuando regrese, ni siquiera a ti ¿puedes hacer eso por mí?

El rostro de Carl adoptó una expresión seria, la brisa revolvió sus rizos.

—De acuerdo, no volverás a vernos por aquí.

Aliviada Eleine sonrió y con un gesto de cabeza se despidió, mientras seguía su descenso, oyó a Carl gritar:

—Cuida tus espaldas.

Eso sirvió para alimentar la paranoia en su interior, para cuando llegó hasta la zona en la que estacionaba, sólo tuvo que esperar diez largos minutos hasta que vio a Oliver por el camino.

— ¿Estás bien? —Él le preguntó al llegar.

Eleine se quedó mirando fijo a esos ojos azules tan calmos...

— ¿Eleine? —La voz de Oliver le hizo reaccionar, su rostro volvió a ser el de su hermano y no el de un lobo al que extrañaba de una forma tan absurda, y real—. Oye, responde, ¿qué sucede?

Estaba al borde de un colapso nervioso y emocional, eso era lo que la definía en ese momento, pero no podía darle razones para activar el modo sobre protector en su hermano.

—Nada, sólo me quedé pensando —movió su cabeza para despejarse—. Pero no es nada importante ¿Vamos?

Eleine rodeó la camioneta para subirse al volante.

—Cinturón por favor —Oliver ordenó del otro lado— ¿Cuál es la situación?

—Si mis pistas son correctas, es muy probable que Will esté siendo perseguido por los pumas White Claws, tenemos que encontrarlo antes que ellos.

Eleine introdujo la llave para encender la camioneta, pero en un movimiento rápido Oliver la quitó.

— ¿Por qué hiciste eso? —preguntó molesta.

— ¿Te das cuenta lo que quieres hacer? No voy a dejar que te pongas en la mira de esos cambiantes.

—Eso es muy egoísta de tu parte, es mi amigo.

—Lo sé pero no puedes arriesgarte por él.

Eleine bufó, era increíble lo que estaba oyendo.

— ¡Es culpa mía su situación!

Oliver se puso serio, sintió el peso de su mirada dura.

— ¿Qué es lo que me estás ocultando? —Autoridad pura en una voz de hielo, Eleine no podía hacer mucho contra eso.

—Dame la llave, te diré todo en el camino.

Eleine le contó todo lo que había hecho, desde el momento en que acudió a los servicios de Patrick McGraw hasta el día en que dejó a Caleb a su suerte en Greensbrough. No escatimó detalles, ni algún par de lágrimas cuando recordó los momentos difíciles, como los golpes que todavía los podía oír como si todo sucediera de nuevo, o el hecho de que el hombre que estuvo en todo momento junto a ella resultó ser un cambiante lobo. Le dijo también el trabajo que estaba realizando junto a Will, todo lo que implicaba el informe en la unidad USB, y las razones para temer que la vida de su leal amigo estaba en peligro, incluso la propia lo estaba.

Al final de su relato, Oliver tenía una mano en su frente, y la otra apuñada sobre su muslo. Estaba muy enojado, y tenía razón en estarlo, en todo momento Eleine lo mantuvo en la ignorancia porque sabía que si se enteraba lo que hacía en su trabajo, era muy probable que le obligara a desistir.

—Dios, Eleine ¿qué has hecho?

—Nada malo ni ilegal —replicó.

—Estás armando una enorme conspiración contra uno de los clanes más peligrosos del país.

—No es una conspiración —Eleine alzó la voz—. Tengo pruebas para todo lo que estoy haciendo, la verdad está en mis manos, y en cuanto tenga la certeza de que Will está a salvo voy a anunciarlo a todo el mundo.

—Y entonces verás el mundo arder —Oliver afirmó con seriedad—. Cientos, miles de inocentes se quemarán en el infierno de temor que vas a causar ¿y para qué? ¿Venganza?

—No, quiero un mundo mejor.

— ¡No puedes salvar al mundo! —exclamó—. No puedes ¿Y sabes por qué? Porque estás disfrazando tus motivos, quieres lastimar a los cambiantes por lo que nos hicieron, nunca pudiste superarlo Eleine ¡Quieres destruir al monstruo pero el monstruo eres tú! Te estás convirtiendo en uno de ellos, un extremista racial.

—No, no, no es así, tú no lo entiendes.

—Entiendo perfectamente, porque veo las cosas con otros ojos, de una forma que eres incapaz de ver por ti misma.

Eleine aceleró, la discusión estaba poniéndole muy nerviosa.

—No vas a cambiar mi forma de pensar.

¿Por qué nadie podía entender sus razones?

Tomó con fuerza el volante hasta que sus nudillos se tornaron blancos, odiaba cuando su hermano se enojaba con ella, ambos se unieron al quedar solos, protegiéndose el uno al otro, por eso siempre que discutían sentía la necesidad de disculparse. Pero mientras conducía bajo un cortante silencio, Eleine no quería disculparse por tener un motivo que dirigía sus actos.

—Baja la velocidad.

—No estás en servicio.

Oliver chasqueó la lengua con molestia y se movió en su asiento.

—Vamos a ir por tu amigo —dijo más tranquilo después de un rato—. Pero no vas a entregar la información.

—Tengo veinticuatro años, no puedes decirme lo que debo hacer.

—Puedo hacerlo cuando estés por cometer un terrible error, y ahora mismo es justo lo que vas a hacer.

— ¿Quieres, por favor, entender por qué lo hago?

— ¡Por supuesto que lo entiendo! —exclamó—. Pero no es lo correcto.

— ¿Por qué?

—No tienes el permiso de quienes elaboraron esos registros y análisis médicos, no tienes la opinión del clan que saldrá afectado con esto, y no sabes lo mal que se pueden poner las cosas si le entregas la información a esa entidad del gobierno.

Eleine quedó en absoluto silencio, Oliver era la voz de la razón que se rehusaba a escuchar, pero hablaba con la verdad, era un maldito oficial de policía, conocía el sistema de leyes a la perfección.

Ella volteó a verlo, ahora que veía las cosas desde otro punto, estaba indecisa de qué era correcto y qué no.

—Oliver yo...

— ¡Frena!

Asustada pisó el freno, pero el golpe fue fuerte, demasiado, por el parabrisas todo se veía blanco, todo sucedió tan rápido que su pecho impactó contra el volante, al parecer el cinturón no era muy bueno en su tarea de contener.

—Mierda —se quejó— ¿Estás bien?

Su hermano emitió leves quejidos de dolor, tenía la cabeza hacia atrás, ladeada hacia su derecha.

Vio siluetas, de pronto todo en su mente se aclaró, con desesperación tomó la unidad USB, la desarmó hasta extraer la memoria receptiva, después volvió a armarla y la ocultó en el bolsillo interno de la campera de Oliver.

—Nos están rodeando —él dijo al reincorporarse—. Esto es una emboscada.

El blanco se dispersó, Eleine se dio cuenta que era el humo del radiador, habían impactado contra algo, pero no sabía qué.

—Tenemos que salir de aquí, rápido. —Intentó quitarse el cinturón.

Oliver la miró, de su espalda sacó un arma, asintió en su dirección. Pero no hubo tiempo, la puerta de su lado se abrió, Oliver disparó pero sus balas no dieron en ningún objetivo, pues no se oyó nada además del propio ruido del arma. Tan pronto como se quedó sin balas, Oliver pateó la puerta, pero un hombre desconocido le golpeó el rostro.

— ¡No! —gritó al ver cómo le daban en las costillas con un dispositivo de electrochoques.

La desesperación y el miedo le hicieron llorar de rabia, al fin logró sacarse el maldito cinturón, pero al abrir la puerta esta se abrió sola, vio a una mujer de cabello plateado, y después de un golpe limpio en su cabeza, Eleine cayó en la profundidad oscura del sueño.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top