Complicaciones

Sei:

[Stéfano]

Horas antes de la pelea...

— ¡No iré! — sentencia mi amigo, mientras cruza sus brazos en su pecho. ¡Se está comportando como un puto crió!

Suelto un suspiro cansino — Ya hemos tenido esta puta conversación Antzas y siempre termina igual — aclaré y doy un trago largo a mi cerveza —, Iremos al cajón, me verás pelear y luego te buscaras una hermosa chica con la cual pasar la jodida noche — le regalo una sonrisa triunfadora.

Suelta un bufido — ¡No quiero ir Caristeas! — se queja cual niño pequeño al que le han quitado su juguete favorito —, Sabes que amo las peleas ilegales y todas esas mierdas. Pero hoy no me apetece ir y sabes porque — se tira encima del sofá y cruza sus brazos detrás de su cabeza.

Elevó una de mis cejas con diversión — ¿Estas hablando jodidamente enserio? — inquiero —. ¡Supera a esa mujer de una maldita vez! No vale la pena que te sigas lamentando, acepta que se fue — respiro con profundidad —, Mujeres hay de sobra Ceto y quizás ahí fuera esta la indicada para ti. Thaisa no era para ti, punto — explicó e intentó que entienda que esa desgraciada no era para él. ¡Se fue y le dejó sin una explicación coherente! ¿Qué clase de mujer hace eso?

Thaisa Metaxás.

Exacto, sólo ella le haría algo así a mi mejor amigo. No lo merecía, es un buen tipo. A diferencia de mí, que si merecería que me lo hicieran. Soy un jodido hijo de puta, con un pasado de mierda que le persigue a donde quiera que vaya. Con marcas que nadie podrá curar jamás, con recuerdos que nadie logrará que olvidé.

Aprieto mis labios con molestia ante los recuerdos que comienzan a querer que regrese al pasado, a ese lugar del cual no quisiera haber estado jamás. Donde la persona que más me amo sufrió de la peor manera y nunca pude hacer nada por ayudarle a salir de ahí. Demonios.

«¡Vive!»

Esa palabra se repite en mi mente una y otra y otra vez. Me tortura cuando los recuerdos me atormentan, cuando regresó allí y la veo. De forma inconsciente llevó mi mano al tatuaje detrás de mi oreja y lo acaricio con suavidad con las yemas de mis dedos. Respiro con profundidad y el episodio en donde intenté hacerlo regresa a mí como si estuviera ahí de nuevo.

Tragó con mucha dificultad e intentó que el pasado no me consuma por completo. Los demonios que he intentado dejar atrás no me dan tregua alguna y quieren seguir torturandome sin importar que.

Acacia Caristeas.

Sólo con recordar su nombre mi cuerpo entero tiembla, joder. Tranquilo Stéfano, todo ha pasado. Ya no estás ahí, ella ya no está.

Exacto Acacia ya no está, la perdí para no volver a recuperarla jamás.

Es cierto, la perdí para siempre. Por no haber sido más fuerte, por no protegerla como debía. Por no impedir que él...

— Tranquilo Stef, no tienes que regresar ahí — la suavidad con la que Ceto habla logra que abra los ojos y le observe. No sé en que momento sucedió, pero estaba llorando. ¡Stéfano Caristeas estaba llorando! Reí con demasiada intensidad ante aquel pensamiento, era ridículo.

Ceto apretó mi hombro en un gesto reconfortante e intentando que los malos recuerdos pasasen de una vez. Le sonreí o al menos intenté que fuera así.

Me levanté del sofá con mi cerveza en mano y sin decir una palabra más caminé fuera de la habitación. Él no tenía que preguntar a donde iba, sabía bien que haría.

Caminé por el pasillo hasta llegar al pequeño gimnasio de la casa, y como siempre que el pasado intentaba consumirme coloqué vendas en mis manos. Para luego acomodar los guantes de boxeo en ellas y así acercarme al saco de boxeo que estaba en un rincón de la habitación.

Comencé con golpes suaves, para luego de entrar en calor golpearlo con más intensidad. Con rabia, dolor y hasta un rencor que creía olvidado daba golpe tras golpe. Era mi forma de sobrellevar esto y así no volver a hundirme en la mierda que me perseguía desde siempre.

«¡Vive!»

Y ahí estaba de nuevo, esa palabra que me perseguirá hasta el final de los tiempos. Para recordarme que las bestias oscuras como yo, no tenemos permitido ser feliz.

Si ella estuviera aquí y escuchará mis pensamientos me golpearia hasta hacerme entender lo equivocado — qué según ella — estaría. Maldita niña de ojos azules como el maldito océano, si no fuera porque le había prometido seguir hace mucho que me hubiera rendido.

Paró mis golpes y me sostengo del saco para poder tomar aire. A veces me exigía demasiado y más cuando sucedía esto.

« — Promete que vivirás Stef y que intentaras dejar todo esto atrás — pidió con su voz algo débil y en ese momento un inmenso dolor atravesó mi pecho. Acacia.

Cerré mis ojos con fuerza, no pensaba derramar lágrimas en ese momento. No podía ser débil ahora — Lo prometo Acacia — sonreí con dificultad —. Y también prometo que pagarán lo que te han hecho — asegure con tanta severidad y amargura en mi voz. Eso logró que sus ojos se abrieran de la sorpresa y que varias lágrimas desendieran por sus mejillas.

La persona que amaba más que a nada en el mundo, luchaba por su vida en estos momentos. La habían golpeado hasta el cansancio y los médicos no le daban ninguna esperanza de sobrevivir. ¿Acaso ella merecía esto? ¿Un ángel como lo era ella merecía un final de mierda? Claro que no y me aseguraría de que pagarían por esto...»

El grito de Ceto avisando de que fuera a cambiarme y que me preparará para ir al cajón me regreso al presente. Dejando atrás los amargos recuerdos del pasado y logrando que me enfocase en la pelea de esta noche. Garret confiaba en mí y me había dado su voto de confianza para pelear en ese lugar. Y no pensaba defraudarle.

(…)

[Amber]

— ¿Conoces a la bestia? — curiosea Clarie, mientras se para a mi lado y observa el ring improvisado.

Elevó mis hombros con indiferencia — Es el nuevo socio — comentó en tono neutral.

Por su parte se ríe y eleva una de sus cejas divertida — ¿Ese guapo hombre es el imbécil del ascensor? — pregunta aguantando una risa.

Resoplo con molestia — Sí, es él — ella niega con la cabeza —, Además no es tan guapo, lo que tiene de imbécil lo tiene de feo — agregó y mi amiga suelta una gran carcajada.

— Vale, sigue engañandote — dice sin parar de reír.

No puedo evitar bufar, claro que no me engañaba a mí misma. Stéfano Caristeas es un tipo horrendo y despreciable. Mi odio hacia él jamás se iría, estaba claro. Derek seguía con las presentaciones y me quedé de piedra en cuanto el más hijo de puta subió al ring. Siempre con su pose intimidante y sus ojos azules tan fríos como ningún otro. Cabron. ¿¡Cómo es que el idiota de Derek le sigue permitiendo entrar aquí!? ¿¡Cómo demonios es esto posible!?

Deberían prohibirle la entrada a Tyler Marshall.

Y en eso estoy contigo, es de la peor calaña. Tramposo como lo que ya no hay y desleal como ningún otro. Siento que la cólera se adueña de mí y las ganas de ir hasta ahí son enormes. Quisiera poder prohibirle la entrada y que le den por gilipollas.

Sus ojos conectan con los míos y sonríe de esa manera que odio con todo mi ser. Le regalo la peor de mis miradas e intentó no demostrar cuan molesta estoy por su presencia.

Respiro con profundidad — Por cierto — digo y miro con seriedad a mi mejor amiga. Y así quitar mi vista de ese ser tan despreciable —. ¿Qué hacías hablando con ese tipo? — señalé con mi cabeza al amigo de Stéfano —, ¿No era que sólo tenías ojos para mi hermano? — pregunté con diversión.


Sí, desde que Clarie y yo somos amigas ella ha estado loquita por Isaac. Sí, mi queridísimo hermano mayor. Pero claro que él sólo la ve por lo que es, su otra hermanita pequeña. 

Mi hermano sólo tiene ojos para Lina y eso es demasiado lindo. Puede ser todo un imbécil en ocasiones, pero sólo ama a una sola mujer.

— Nadie puede superar a tu hermano — comenta y sonríe —, Pero debo aceptar que es sólo un amor platónico — explica y me siento orgullosa por ello —. Además sólo he hablado un momento con Ceto, no es como si me fuera a casar con él — se defiende y su ceño se frunce al ver a Tyler, no entiendo como no se dio cuenta antes — Lo odio — y entiendo ese sentimiento.

— Igual yo — coincido con ella.

Préstamos atención cuando Derek les dice las reglas, aunque sean peleas ilegales hay reglas que deben ser cumplidas. Siempre se pide una pelea limpia y justa — pero si se trata de Tyler dudo mucho que lo sea —. Nada de golpes bajos y un par de chorradas más. Como si hablasemos del boxeo profesional.

Veo como Derek baja del ring y la pelea comienza. El primero en lanzar un golpe es Tyler, pero la bestia lo esquiva con tanta facilidad que logra que envidies su rapidez.

El segundo golpe es lanzado por Caristeas y Tyler no logra esquivarle. Retrocede unos pasos, espero le pateen con fuerza el trasero. Merece un escarmiento.

Golpes van y golpes vienen. Ninguno parece dar su brazo a torcer, cruzó mis brazos en mi abdomen y observó que ambos están algo cansados.

Pero me sorprendo cuando Tyler está acorralado contra las cuerdas y Stéfano le golpea sin piedad. ¿Podrá ganar por knockout?

— ¡Quiero un knockout! — grité con fuerzas por sobre el barullo y dándole mi apoyo. ¿Enserio lo hice?

Y creo que logró oirme, porque cuando menos lo esperé Tyler estaba en suelo del ring inconsciente. Y Stéfano caminaba por el ring como si de un animal en cautiverio se tratase.

Una sonrisa se apoderó de su rostro en cuanto le concedieron la victoria y los amigos de Tyler lo bajaban del ring para auxiliar a su peleador.

Lo vi bajar y abrazar con euforia a su amigo.

— ¡Lo han visto! ¡La bestia de Grecia! — grita con euforia Derek y el público le sigue.


Suspire al recordar que me habían prometido una pelea, pero comenzaba a pensar que eran cuentos del idiota de Derek. Quizás Garret le dio la idea de utilizar eso para que viniera y viera la pelea.

Estos son los grandes misterios que Garret arrastra con él y que jamás lograré comprender. Hace las cosas por una razón y esta no sería la excepción.

Me puse alerta cuando las personas a mi alrededor corrían despavoridos y asustados. ¿Qué demonios sucede? Y todas mis dudas fueron respondidas cuando la policía comenzó a entrar en lugar, mierda.

Busqué a Aiden y cuando lo encontré saliendo seguro del lugar el alivio me recorrió entera.

Me apresure a salir y buscar mi ducatti. No debía preocuparme por Clarie, ella sabe cuidarse y estoy más que segura que habrá huido con Ceto.

Subí a mi motocicleta y me coloqué el casco. Debía apresurarme para salir pitando del lugar y así no ser arrestada. Encendí el motor y cuando me disponía a huir. Vi que el idiota de Stéfano estaba en aprietos. Mierda. Ahora me debatía en si seguir mi camino o ayudarle. ¡Mi vida apesta!

Y sin pensarlo demasiado me acerqué a donde estaba, patee al oficial por la espalda y el muy tonto cayó al suelo.

— Sube antes de que me arrepienta — ordene a Stéfano y por su parte sonrió. Subió detrás y conduci lejos antes de que más oficiales si lograrán atraparnos.

(…)

— Ya puedes bajar — pedí, mientras apagaba el motor.

No me quedó de otra que traerlo hasta mi edificio, demonios. Quitó el casco y bajó también.

— Gracias — habla al fin, luego de mucho tiempo.

Me encojo de hombros — Hubieras hecho lo mismo por mí — comentó —, Bueno nos vemos — me despido y caminó hacia fuera del estacionamiento.

Sus pasos no demoran en acercarse a mí — ¿No me darás un beso al menos? — pregunta y dejó de caminar para verle. ¿Lo ha dicho enserio?

Suelto una risa sarcástica — Claro cariño — accedo —. ¡Que te den Caristeas! —le enseñó mi dedo corazón.

Por su parte ríe y se acerca peligroso a mí — Yo sé que lo quieres tanto como yo — una sonrisa socarrona adorna su rostro.

— Vete a la mierda — suelto y me alejo a paso veloz. Maldito cabron. ¿Qué yo quiero besarle? Sí, claro. ¡En tus sueños sucederá!

Escucho su risa — ¡Pronto desearas que pasé! — su voz retumba en el lugar.

¡De verdad lo odio!

(…)

¡Hola! ¡Hola! ¿Cómo estáis? Espero que bien :3 Espero os guste el capítulo <3 Las actualizaciones de esta historia serán los jueves o viernes. ¿Les parece bien?

Espero sus estrellitas :3 Sus comentarios :3 Sus opiniones hacia el capítulo <3

Grupo de Facebook: Lectores Vicky (Wattpad)

¡Nos estamos leyendo!

—Vicky—






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