Capítulo extra III.

Capítulo extra III:

Me sentía algo ansioso, ya que hoy tendríamos la ecografía de nuestra pequeña. Sí, seríamos padre nuevamente; con un Noah de casi cuatro años. No os hacéis una idea del genio que tiene, se parece a ambos; pero de donde ha sacado el carácter aun no lo descubro. Joder. Tenía una familia estupenda, solo faltaba que Lía y mi padre se unieran a ella por completo.

Se suponía que dentro de muy poco, se mudarían a Londres; pero como de costumbre nunca terminan de tomar la jodida decisión. Así que aun les espero, con la esperanza a flor de piel. Les quería aquí, conmigo, con Amber y con el pequeño Noah. Sí, me era difícil dejarles atrás. Son mi familia, es con quienes he pasado mis peores momentos: son quienes han estado allí cuando he cometido la peor de las locuras.

>Deja de divagar, idiota. <

Como era de esperarse, mi consciencia no deja de estar presente; estupendo. Pero tiene un punto y como os decía: ¡seré padre otra vez! Y sí, estoy demasiado entusiasmado y emocionado también. El que no sea primerizo, no quita el sentimiento que me recorre entero por la noticia. Y como es de esperarse, no hay decisión sobre el nombre de nuestra renacuaja, ¿es normal, no? Bueno espero que si, porque no es tan fácil decidirse. Hay nombres tan preciosos y con significados aun más bonitos y claro, no puedes elegir uno.

Pero (siempre hay uno y solo existen para entorpecer todo) mi adorable esposa ha creído conveniente que se yo quien de opciones o que me decida a por uno. Dio su ultimátum en ello, así que como os habréis dado cuenta; sigo en la búsqueda de uno. ¡Vamos, se aceptan sugerencias! Os imploro ayuda, porque soy malo en esto y Amber no lo entiende. ¡Demonios! Perdonadme, por favor. ¿Creéis que soy un idiota? ¿A que si? Pues muy equivocados no estáis, lo soy.

Pero no es tan fácil, ¿y si me decido por uno y no le gusta? ¿Lo entendéis? Es complicado y más si me dejan la responsabilidad a mí. Suelto un sonoro suspiro, mientras me despido de la recepcionista de la empresa. Debo de pasar por Amber y luego a la ecografía. Estaba ansioso de ver a esa pequeña renacuaja y ufff, como deseaba tenerle entre mis brazos y cuando sea mayor espantarle a sus pretendientes. Le enseñare a Noah como hacerlo, joder, parezco más un crío; que alguien que será padre.

Estoy seguro que seré un grano en el trasero, pero importa una mierda. No dejaré que cualquier imbécil salga con mi renacuaja, oh por supuesto que no. Llamadme ridículo, pero no se las dejaré fácil; porque ella nacerá para encontrar al mejor y me asegurare de ello. Demonios, ya me he convertido en un padre baboso y ni siquiera ha nacido. Joder conmigo, en serio.

Subo a mi coche y emprendo camino hacia mi hogar, donde una enfadada Amber me espera. Me he retrasado un poquitín y es que no acababa más la puta reunión. Estupendo. Una vez estaciono frente a la casa, mi adorable esposa me lanza dagas con sus ojos; pronto presenciaréis mi funeral. Soy un Griego muerto y lo haré a manos de la castaña. Genial. Sube en el asiento del copiloto y no dice una sola palabra. Es mejor no tentar a mi suerte, puede que de camino a la consulta se le pasé el enfado o puede que no. Aunque me temo que sea mas la segunda opción que la primera, os lo aseguro. Con Amber nunca se sabe y yo solo sé acabar con mi suerte.

Suelto un bufido, esto me ponía de los nervios, entiendo que vamos un poquito tarde. Pero no fue mi culpa que esa jodida reunión se alargase de mas, yo deseé que acabase antes y no se pudo. EN ocasiones suelo creer que la vida en general me odia y ama hacer de mi vida, un calvario.

—Sabes, he pesando que podríamos elegir un nombre Griego —intento por todos los medios, romper el silencio que se ha instalado entre ambos; no será tan fácil—, Pero no me decido por uno, si vieras todos son tan bonitos —explico y sigo recibir respuesta. Joder.

¡Bien! ¡Me rindo! ¿No quiere hablar? Perfecto, empleare la ley del hielo y así tendrá su merecido. Que va, ya me veo rogando para que me vuelva a dirigir la palabra. Sí, me tenía a sus pies. Pero que más da, la quería así de gruñona. Así la elegí, a sabiendas que se enfada conmigo y que yo soy experto en lograr eso. Puedo empezar por pedir disculpas, nunca esta demás hacerlo; pero el problema es que las acepte.Odia que se impuntual y sí, suelo serlo. Pero no a posta, es de manera inconsciente.

—Sino te decides por uno, podemos combinar el nombre de tu madre y el mío —sugiere y el alivio me recorre, ha respondido.

Pero cuando entiendo sus palabras, me quedo boquiabierto. ¿Combinar nombres? ¿De donde ha sacado esa idea tan tonta? Tal parece que leyese mis pensamientos, porque sin que lo pregunté responde:

—¿No has visto Crepúsculo? —parece indignada, pero así debería de estarlo yo. ¿Habla en serio? Maldición. Tiene que estar de broma, jamás tomaría de referencia esas tontas películas para adolescentes.

—Cariño, te amo demasiado; pero jamás me dejaré influenciar por esa mierda —espeto.

—¡Oh, vamos! Es una gran idea, ya que no te decides por uno.

—No.

—Bien.

Ahora se a enfadado el doble, solo por llevarle la contra. Dioses míos, ¿no podéis echarme una mano? No sé, es una sugerencia de un hijo suyo.

—Amber, amor mío; Crepúsculo es una muy mala referencia para esto y seamos sinceros, los vampiros no brillan a la luz del sol —intento por todos los medios suavizar el momento y lo logro, en cuanto su risa (la cual era como una melodía dulce para mí) llena el pequeño vehículo. Stéfano 1 - Crepúsculo 0

—Vale, tienes razón; ha sido una fatalosa referencia y sí, en bastante tonto que brillasen a la luz del sol en vez de hacerse cenizas —acepta de manera divertida y así esta, la mujer de siempre.

¡Logro desbloqueado, cabrones! Ya no esta enfadada y puedo estar en paz. Pero mira que ha costado, bastante. Vale, demasiado. Pero vosotros la conocéis y sabéis muy bien lo cabezota que es, viene de familia.

—He pensado en llamarle Thalia, es muy hermoso y bueno, me gusta —sugiero, algo nervioso; esperando su negativa.

Pero un alivio se adueña de mí, en cuanto su sonrisa se ensancha en aprobación. ¡Sí! Le gusta, me gusta y eso es genial. Vale, aun no ha dicho nada y me dejo llevar por una sonrisa que puede significar otra cosa y solo sea por cortesía, mas que porque le agrada. Respiro con profundidad y espero paciente las palabras que saldrán de sus labios. Aprieto el volante y los nervios se instalan el mi estómago. ¿Tanto va a demorar en hablar? Lo hace adrede, ama verme sufrir. Lo sé, mierda.

—¡Me encanta! —chilla emocionada y al fin, puedo respirar con tranquilidad—. En un libro que leí en mi adolescencia, la hija de Zeus se llamaba así; Thalia —comenta entusiasta.

—Es bueno saber que te gusta y no, no sabía de la existencia de dicho libro y menos que una hija de Zeus llevase ese nombre —digo, sin quitar la vista del camino, ya estábamos cerca del hospital.

Veríamos a la pequeña Thalia, porque sí; así se llamaría mi pequeña. Me hacía feliz el haberle elegido el nombre y que le gustase a Ambs. Era muy importante para mí tener su aprobación y el tenerla, era increíble.

—Deja que le cuente a mi madre, lo amará —su mano aprieta la mía, la cual se encontraba en la palanca de cambios.

Le regalé una radiante sonrisa a modo de respuesta y sin soltar su mano, continúe con nuestro camino a la consulta.

(...)

Gracias a todos los Dioses, nuestra pequeña Thalia se encontraba en perfecto estado y en muy poco tiempo estará con nosotros. Noah juega en su alfombra, mientras lo observo embobado. Ambs se encontraba en la cocina, preparando un delicioso almuerzo, moría de hambre. Aunque insistí en prepararla yo, mi cabezota esposa se negó rotundamente y supongo que se sentía fatal por su enfado de esta mañana. Al fin de cuentas, todo fue por una tontería.

—¡¿Estáis en casa?! —oígo la voz de Aiden, seguido del sonido de la puerta de entrada siendo cerrada.

Tomo al pequeño Noah y entre risas caminamos hacia el final de las escaleras. Me quedo anonadado cuando la veo, Lía estaba aquí; había venido finalmente a Londres. Esta era de las mejores noticias, de verdad.

—Lía —pronuncia Amber el diminutivo de su nombre, con demasiada alegría en su vos y se acerca para encerrarle en un abrazo. ¿Esto no era un sueño, cierto? ¿Esto esta pasando? Joder.

Una vez me recompongo de la sorpresa de verle, me acerco con Noah para unirme en aquel abrazo y es que no esperaba verle.

—¿Cuándo has llegado? —quiero saber, lleno de curiosidad—. ¿Por qué no me habéis avisado? ¿Papá vino contigo? —miro detrás suyo, con la esperanza que él entrase también pero me decepciono al no verle entrar.

Mi hermana niega.

—Se ha quedado arreglando unos últimos detalles de la empresa, vendrá en un par de días —avisa y sonrío.

—Típico de Fabio —niego divertido, tratando que no note mi decepción.

—¿Y que hacéis vosotros dos juntos? —indaga Ambs y eleva sus cejas de manera sugerente. Más le vale no poner sus manos en mi hermana, le quiero mucho a Aiden; pero Lía no esta lista para un tío como él. No me malinterpretéis, vale. Pero conozco a Aiden y sé que no esta listo para una relación y lo ha dejado en claro. Y mi hermana no necesita esa mierda, tuvo suficiente con Nash.

—Pues es que no sabía vuestra dirección, me olvidé de pedírsela a papá y opté por ir a la empresa con la esperanza de que estuvieras alli. Pero la recepcionista me ha dicho que no estabas y se negó a decirme donde viviáis, pero apareció Aiden y se ofreció a traerme; siendo mi salvador—resume lo más posible lo acontecido, Lía.

—Gracias —le agradezco y aprieto su hombro como un gesto del mismo.

—Quedaos a comer —pidió Amber y espero no se nieguen.

—Vale —acepta el castaño.

—Y tú —me dirijo a mi hermana—. Te quedarás a dormir, aquí —no era una pregunta, sino una orden.

Asiente a modo de respuesta y tomando a Noah en brazos, nos dirigimos a la cocina. Mi pequeño le da un sonoro beso a su tía y me siento demasiado orgulloso. Le conocía por verle por medio de vídeos llamadas, agradecía a la tecnología por ello. Pero una cosa era verle a través de una pantalla y otra muy distinta era tenerle en frente suyo.

Nos pusimos al día y pasamos un almuerzo muy ameno, en familia. Le había extrañado tanto y ahora la tenía aquí. Y esperaba que mi padre pronto se nos uniera y entonces mi felicidad sería el doble aún. Pero por algo se empezaba...

(...)

¡Hola! ¡Hola! Aquí os traigo otro capítulo extra y ¡narrado por Stef!

Espero lo disfrutéis y que os guste <3

Me ha encantado escribir este pequeño capítulo y complaceros a vosotros y a mí.

De verdad gracias y aquí me despido, no habrá más capítulos porque creo que todo se ha contado ya. Habéis conocido la perspectiva de ambos y ya sabéis que sintió cada uno con lo acontecido. En fin, no me alcanzará la vida para agradeceros el apoyo a esta historia y también al amor que le habéis dado. Gracias, de verdad gracias.

Espero os haya gustado hasta aquí y que no haya decepcionado.

Os amo

Os mando un abrazo enorme.

—Vicky—

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