Capítulo 5
-Abuela, sé que ha pasado poco tiempo desde mi matrimonio, pero me preguntaba ¿por qué aún no puedo embarazarme? -la rubia lo observó con duda, tal vez estaba ansioso por tener un heredero, sonrió divertida -aún es pronto, pero… te haré unos estudios para que te sientas tranquilo, ¿quieres? -el rubio asintió con una sonrisa falsa, pero bien ensayada -gracias abuela- ambos entraron al consultorio, la rubia le realizó un ultrasonido -todo está perfecto aquí, las dimensiones de la matriz son las adecuadas, tu trompas de falopio y ovarios están en orden, te sacaré una muestra de sangre -el pequeño asintió, la Hokage lo vio con duda, su niño nunca aceptaría una inyección por nada, sonrió pensando que era porque estaba ansioso por embarazarse, tomó la muestra, pidió los resultados con urgencia.
-Platícame ¿cómo te ha ido con tu marido? -el rubio sonrió -bastante bien abuela, aunque se vea gruñón me mima mucho, también su familia, su papá es un amargado, pero ya me acostumbré -la rubia despeinó sus cabellos -es normal si llegan a tener una que otra discusión, lo importante es platicarlo y resolverlo, no permitan que el problema crezca -a la hora mientras platicaban la puerta se abrió con los resultados de laboratorio que pidió urgentes -veamos -la rubia los leyó adecuadamente -tus niveles de estrógeno son los correctos, estás perfecto, no hay impedimento para que te embaraces cariño, deben ser las ganas de embarazarte las que te impiden hacerlo, debes calmarte, aunque por si las dudas, dile a Sasuke que se dé una vuelta y se haga unos estudios, puede acudir con cualquier doctor con el que se sienta cómodo -Naruto sonrió, asintió -gracias abuela, eres la mejor-
….
-¿Te realizaste los estudios? -el pequeño sacó de su pantalón con algo de miedo el papel, entregó los resultados a su pareja -la Hokage dijo que no tenía ningún problema para quedar embarazado, dijo que fueras a realizarte tú también unos estudios -Sasuke arrugó el ceño, hizo bolas el papel después de leerlo, se lo estrelló en la cara -¿estás diciendo que yo soy el del problema? -el rubio negó rápidamente con miedo -no, no dije eso, la abuela quiere asegurarse que ambos estemos bien, dijo que tal vez era el estrés -Sasuke lo vio con odio -quítate la ropa y usa el henge, lo haremos hasta que quedes embarazado -el pequeño se puso nervioso -dije que te quites la ropa y uses el maldito henge -Naruto usó el henge, comenzó a desnudarse frente a su pareja quién lo veía con morbo, se acostó en la cama.
-¿Qué haces? ya me aburrí de ser yo el que hace todo, ven aquí y hazme una mamada, caliéntame, sirve de algo -el rubio abrió sus ojos con miedo, negó -no, no lo haré por favor, no me obligues -el azabache se levantó de la cama, jaló de sus cabellos enredándolos en sus dedos, lo bajó hasta su pene -abre la maldita boca, si me muerdes te irá peor -Naruto abrió su boca, sintió como Sasuke lo bajó haciéndolo tragar completamente su dureza, su cuerpo reaccionaba en arcadas mientras el azabache disfrutaba, una y otra vez sus ojos brillaban con ganas de llorar -ahhh ahhh ya casi -la esencia del azabache se deslizó con fuerza en su garganta, cuando se zafó, corrió al baño a vomitar. Sasuke se ofendió, fue por él, comenzó a arrastrarlo del cabello y lo aventó a la cama, el pequeño gritaba con dolor, su marido comenzó a penetrarlo más rudo aún que de costumbre, aplastó su cabeza con fuerza, comenzó a morder su cuello y espalda con coraje -aquí el único que no sirve eres tú, el único idiota eres tú, el único que da asco eres tú y el único demonio eres tú maldito -el rubio abrió sus ojos al escuchar esa palabra, mordió sus labios con coraje sangrando, lágrimas ya no tenía, ya no se quejaba por el dolor, no le demostraría nada al bastardo -ahh kami ahh que rico ahhh -el Uchiha se vino en su interior, se dejó caer sobre su cuerpo importándole poco si pesaba, cuando calmó su respiración se levantó -tuve que hacer el trabajo nuevamente inservible -el azabache se metió a la regadera a asearse. Al final se largó de su cuarto a la calle, cómo cada noche a buscar consuelo con las putas.
Itachi nuevamente tomó valor, entró a la habitación observando el deplorable estado del pequeño, tenía mordidas por todo su cuello y espalda, su sangre hervía con coraje, el pequeño quitó el henge cohibido por la presencia del mayor, su rostro lo enterró en la sábanas, unos brazos fuertes lo cargaron con cariño. Naruto se hizo bolita en su pecho, no tenía fuerza para nada, lo metió en la tina lentamente, comenzó a bañarlo con cuidado. El Uzumaki no lo veía a los ojos, tenía su rostro bajo ocultando su mirada muerta, avergonzada. El baño fue cálido y con cariño, pero se sentía sucio, tomó una esponja, comenzó a tallarse con coraje frente al Uchiha quien abrió los ojos con miedo, tenía asco y odio en sus azules. Itachi tomó su mano, lo detuvo -suéltame, déjame quitarme está suciedad, déjame, estoy sucio ¿no ves? -el mayor negó -te estás lastimando-
El rubio lo veía con sus ojos grises, el mayor lo vio con tristeza contenida -la abuela, la abuela dijo que no tenía ningún problema para embarazarme, creí… creí que si le decía que se hiciera estudios accedería, se enojó tanto, nunca me había obligado a chupársela -el rubio tenía semanas sin llorar, en ese momento se soltó a lágrima suelta, se dejó caer al agua. Itachi abrió los ojos al ver sus intenciones, lo sacó de inmediato -déjame morir, déjame, déjame -el pequeño se resistía hundiéndose con fuerza al agua, el azabache lo abrazó con cariño y fuerza, pensó con velocidad cómo ayudarlo -dile que estás embarazado, así te dejará un tiempo en paz -el rubio peleaba para que lo soltara, pero el abrazo se hacia más fuerte -escúchame Naruto, dile que estás embarazado, ¡demonios! -el rubio abrió sus ojos al escuchar el grito, se tranquilizó de golpe, pensó en sus palabras, su mirada se veía llena de terror -pero… pero… no, no funcionará, tu padre exigirá una prueba-
El pequeño se dejó abrazar, ocupaba ese abrazo bastante, quería sentirse amado y querido, quería que alguien lo mimara, cerró sus ojos imaginando que Itachi lo amaba por un momento y que él lo protegería, se perdió un momento en su chakra cálido y su calidez corporal -buscaré la forma de ayudarte -el pequeño negó -tu hermano y tú padre son muy inteligentes, se darán cuenta que no estoy embarazado Itachi, con observar mi red de chakra podrán darse cuenta que no hay nada irregular, la abuela me explicó que la red se altera al estar embarazado -Itachi apretó el abrazo tomando una decisión, no sabía si era acelerado o idiota, sólo quería que el pequeño dejara de sufrir, su mente y corazón sólo deseaban eso -tengo la teoría que el que no puede tener hijos es Sasuke, él se niega a aceptarlo, por eso está tan frustrado -el rubio abrió sus ojos con terror, nunca lo dejaría en paz, cerró sus ojos con miedo y desesperación en ellos.
-Deja que yo te embarace -el pequeño abrió sus ojos de golpe viéndolo con sorpresa y miedo -¿tú… tú también… quieres abu… abusar? -Itachi negó rápidamente -lo único que quiero es que deje de lastimarte, no me tengas miedo -el rubio se relajó, había aprendido este tiempo de matrimonio a confiar en su habilidad sensorial, siempre ignoró el escalofrío que sentía con el chakra de Sasuke desde que se casó con él, esa era una advertencia y así terminó por no seguirla, el chakra de Itachi era cálido, no le generaba ese sentimiento, mordió sus labios pensando en esa posibilidad que le ofrecía el azabache -¿no… no te doy… no te doy asco? -el pequeño tenía la mirada baja, esperando que le dijera que sí, pero haría un esfuerzo por ayudarlo, Itachi se sonrojó, habló suavemente -no, no me das asco, de hecho, eres bastante bonito-
Naruto se sorprendió, levantó la mirada esperando una burla y que se retractara, pero no fue así, Itachi lo veía con seriedad. Naruto asintió levemente bajando nuevamente la mirada -sí quiero, quiero que me ayudes, por favor, ayúdame, ¡sálvame! -el azabache sonrió, con dos dedos dio un leve golpecito en la frente -tranquilo, si estás seguro de esto, mañana te veo en ese lugar secreto al que vas -Naruto levantó su mirada, lo observó fijamente, era su pequeño refugio, asintió lentamente. El mayor acercó una toalla, lo sacó del lugar secándolo con cariño, el rubio no podía dejar de verlo, ¿en verdad haría eso por él?, ¿querría también lastimarlo? se preguntaba con miedo. Itachi quitó las sábanas, lo sentó en la cama, salió de la habitación a lavar la ropa de cama, a la media hora regresó, entró con sigilo observando que ya estaba dormido en pijama el pequeño, lo observó un momento más mordiendo su mejilla aún pensando en lo que dijo, dejó la sábana en el escritorio, salió de la habitación.
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